Durante toda la noche estas frente a la puerta de mi casa, desnuda, de rodillas, el frio acariciando tu suave y joven piel, el temor de ser observada, toda la noche en la misma postura, luchando contra el sueño y la tentacion de cubrirte.

Cuando salen los primeros rayos del alba, abro la puerta, no cambias de postura, no alzas la vista siquiera.

Te cojo de la barbilla y te hago levantarte, te hago pasar.

Miro tu cuerpo, joven, hermoso, te cojo la barbilla y observo tus labios, unos labios inocentes que muchos querrian corromper.

Tu cuello es hermoso, lo acaricio con suavidad, mis manos bajan hacia tus senos, son suaves y firmes, los cojo con fuerza, los levanto y los dejo caer una y otra vez, les doy suaves cachetadas observando tu rostro.

Fijo mis ojos en tu trasero, unas nalgas fuertes y firmes, acaricio tus nalgas con mi fusta, seguro que resiste los golpes.

Lueco miro tu concha llena de pelos, me disgusta, pero te ordeno que te la abras.

Y asi haces, la abres al maximo, dejandote ver.

Te ordeno que vayas al baño y te duches sin la cortina echada, tu obedeces, pero no echas la cortina.

Dejandote ver completamente.

Mientras te aseas, contemplo tu belleza, contemplo como te frotas, como te acaricias, como te aseas.

Despues de asearte, te ordeno que te tumbes abierta de piernas mientras saco una navaja y afeito tu sexo con suavidad, el filo acaricia tu piel con suavidad cortando cada pelo que posees en tu zona tentadora, dejando ver tu sexo, miro tus ojos, unos ojos con una fe increbrantable en mi, una fe en que no te cortaria.

Sigo afeitandote con suavidad, al terminar te pongo un ungüento que evite irritacion.

Pero no se si admitirte.

te enseño dos vibradores, uno pequeño y otro grande, luego me saco la verga.

Te pregunto que es lo que te dara placer.

Tu respondes mi verga.

Muy bien, preciosa, comprobemoslo.

Te ordeno que te pongas de pie, tu obedeces como la buena esclava que eres, entonces te introduzco el vibrador de treinta centimetros dentro de tu sexo.

Se que estas gozando de esa penetracion, pero aguantas para no ofenderme.

Lentamente te introduzco centimetro a centimetro el consolador, a veces lo giro sobre si mismo para intentar hacerte soltar un gemido, pero tu sigues imperturbable, te susurro que lo haces bien, muy bien, que puedes llegar a ser una buena perra de pelea, de golpe te introduzco todo el vibrador dentro de ti, poniendolo antes al maximo, ahora te introduzco el vibrador pequeño por tu recto, tu virginidad anal hace que sea dificil introducirtelo, pero soy paciente, despacio lo introduzco dentro de ti mientras tu las sensaciones que te da el vibrador dentro de tu utero.

Poco a poco, tu ano se abre, dejando entrar el aparato que vibra, te lo empujo hasta el fondo, hasta que desaparece totalmente dentro de tu culo.

Te hago sentar en una silla y te ato en ella, inmovilizandote, acaricio tus pechos con suavidad, estimulandolos, besandotelos hasta que tus pezones se ponen tiesos, en ese momento que pongo con cinta adhesiva unos pequeños vibradores en los pezones que enchufo.

Te miro en la silla durante largo tiempo, viendo como luchas contra tu propio placer, como te muerdes los labios para evitar llegar, acaricio tu dulce piel con mi fusta, recorriendo tus zonas mas sensibles, acariciando tus labios carmesí, de los cuales surje tu lengua jugetona que lame la punta de la fusta.

La misma fusta recorre tus mejillas, bajando por tu cuello, recorriendo tus pechos y acariciando tus aureolas, luego baja por tu abdomen y recorre tus caderas acariciando tus nalgas.

Acerco mi verga a tu boca, la hundo en tus humedos labios y empiezas a succionar, te agarro del pelo para mantener el ritmo, a veces suave, a veces violento, pero tu cumples como la buena esclava que eres.

Te hago levantar y te digo que uses tus musculos para quitarte los vibradores.

Tu obedeces y lentamente se separan de ti.

Primero el de tu culo.

Luego el de tu sexo.

Te has portado buen, perrita ¿tu interior arde?

Tu dices que si.

¿deseas que tu premio? Te digo mientras muestro mi verga.

Tu dices si con deseo.

Te pongo a cuatro patas y te penetro la concha desde atrás, jalandote de tus cabellos, el olor de tu sudor me excita, me incita a bombearte más fuerte, tu te dejas hacer, liberas todo lo que has contenido mientras yo golpeo tus nalgas con mi fusta, tus pechos se mueven al compas de mis envestidas, deseando ser agarrados con ganas.

Ambos llegamos al orgasmo, te lleno el utero de mi semen y me quedo metido dentro de tu durante un rato, en ese rato, te oigo jadear para recuperar el aliento.

Lentamente me separo de ti, te agarro de los cabellos y dirijo tu boca a mi verga.

Te ordeno que la limpies.

Tu obedeces, colocas tus labios sobre mi glande y chupas con delicadeza mientras usas la punta de tu lengua para lamer los restos de semen, tambien encuentras otro sabor, el tuyo, el de tu coño.

Limpias con ganas la punta de mi cipote mientras te acaricio con suavidad con la fusta.

Te metes toda la polla en tu boquita, succionas con ganas limpiandomela de mi leche y tu miel mientras acaricio tus senos con la fusta, succionas con ganas, saboreandola.

Cuando terminas, me miras moviendo tu culito mientras te susurro que has sido una buena perrita.

Te llevo a la ducha y te ordeno asearte a fondo, incluso en lo mas profundo de tus agujeritos, te seco con suavidad, disfrutando de la suavidad de tu piel y te pongo sobre la mesa totalmente desnuda.

En tus pechos pongo tiras de bacón, en tu vientre palitos de cangrejo y alguriñas, entre tus piernas pongo nata y fresas.

Pongo vino en tu ombligo y quito una de las tiras de bacón, la huelo con ganas y la desgusto con placer, luego cojo otra tira, destapandote lentamente los pechos, dejando solamente las tiras que tapan tus pezones.

Te las quito lentamente, acariciando tus erectos pezones, paso las tiras por tus labios, una de las tiras la meto en tu boquita para que te la comas, la otra tira me la como yo.

Con mi lengua y agarrandote los pechos, limpio tus senos de los restos del bacon con suavidad, disfrutando de tu sabor, mordizqueando esos dulces pezones que tienes.

Doy un lameton en tu ombligo lleno de vino.

Cojo uno de tus palitos de cangrejo y acaricio tus pezones con el, recorriendo tu aureola mientras observo tus ojos, después me lo llevo a la boca y lo mastico con suavidad hasta tragarlo.

Cojo otro palito y con el recorro mi verja erecta, si, la vision de tu cuerpo excita, mi cuerpo me pide tomarte ahora y llenarte de mi, pero aguanto, quiero disfrutar de este momento.

Pongo el palito de cangrejo y recorro tus labios con el, intentas comertelo, pero lo separo de tus labios.

Te susurro que lo chupes.

El palito entra en tus labios, no muerdes, solo aprietas con tus labios, yo lo saco y lo meto con suavidad, hasta que suelto el palito y te doy permiso para que te lo comas.

Doy otro sorbo de vino en tu ombligo y voy por el postre.

Cojo una de las fresas de la pequeña montaña de nata que hay entre tus piernas y la hundo en la nata, acariciando tu rajita con suavidad, lentamente, la fresa se abre camino y entra en ti, en tu calido, suave y humedo interior, acariciando tu botoncito mientras miro tus ojos, tus intentos de contener los estimulos.

Saco la fresa, huntada en nata y en ti y la saboreo con ganas.

Agarro otra, esta vez apoyando mi oreja en uno de tus pechos, oyendo como tu corazon bombea con ganas mientras exploro tu interior con la fresa antes de llevarmela en la boca, luego otra y otra, dejando unas cuantas.

Limpio con mi lengua los restos de nata, saboreando tu conchita y tu clitoris, acariciando tu suave piel con mis manos mientras mi lengua se hunde en tu calido interior explorando cada vez más profundamente, saboreando tu miel anhelada por tantos.

Mientras coloco mi verga entre tus piernas, te doy una fresa que masticas con suavidad mientras te bombeo, luego te doy otra y otra hasta que se terminan, mientras masticas las fresas, te bombeo con fuerza, agarrando tus caderas, viendo como tus pechos se mueven violentamente mientras te digo que un dia me encantaria ordeñarte.

Siento como el orgasmo me llega, agarro tus pechos con fuerza mientras aumento mis enbestidas, entonces me corro, dentro de ti, llenandote de mi leche, aún unido a ti, te doy un beso en tus labios saboreando el sabor de tus labios mezclado con el de las fresas, estamos unidos mucho rato.

Entonces me desacoplo de ti, veo como te sale la leche de tu agujerito y te ordeno que te vistas.

Tu obedeces y te acompaño a la puerta mientras te digo.

-hoy te has portado bien esclava mia.