Bajo un claro de luna, una pareja temerosa se encuentran entre las sombras.

Una es una humilde mercenaria cuya compañía fue arrasada en una batalla.

La otra era la princesa del reino que habita.

Ambas se miraban a los ojos, llenas de deseo.

La mercenaria acariciaba el rostro inmaculado de la princesa, su piel aterciopelada.

La mercenaria pensaba que la princesa era un angel de Dios y sentia que el mero hecho de mirarla era una blasfemia.

Pero la princesa la abrazó, notando sus pechos contra los suyos, sus ojos se miraron otra vez.

Sus bocas temblaban hambrientas, hambrientas de labios humedos y amados.

Pero antes de que se pudieran besar, una luz las iluminó.

Varios guardias las apuntaron con sus lanzas.

Entre ellos estaba el rey del reino y padre de la princesa.

-Sheyla, hija ¿Cómo puedes hacerme esto después de haberte criado todos estos años? Entregandote como una vulgar mujerzuela a esa escoria justo cuando está tan cerca tu matrimonio con el pais vecino.

-¡padre yo la am….!

-¡¿como te atreves a responder a tu padre?! Tu unico deber es ser una esposa sumisa y dar hijos.

-¡su hija no es una muñeca que pueda manejar a su antojo! – dijo la mercenaria.

-¡y en cuanto a ti Valeria! Te acogimos en nuestro reino cuando vencimos a tu ejercito de pateticos soldados de alquiler del pais vecino, cortejar a mi hija ¿creias que alcanzarias la nobleza? Ni siquiera sirves como vulgar ramera ¡encerradla en la habitacion continua a la que reservamos en la noche de nupcias!, que oica como cruje la cama y jadea mi hija, la cual espero que no cometa el mismo error que su madre, no dar luz a ningun varon.

Las lagrimas de la princesa y las blasfemias de Valeria no sirvieron de nada, Valeria fue encerrada en una habitacion, la cual examinaba una y otra vez pensando en la forma de escapar, mientras, la princesa Sheyla la vestian con su traje de novia, un traje hermoso de hilos de plata y un tocado de conchas con perlas incrustradas.

Pero para la princesa sentia esos ropajes como cadenas hirviendo en su cuerpo, cadenas que la privaban de su felicidad, queria huir de su destino, pero solo podia llorar.

Llego la hora de la boda, la princesa no tenia más lagrimas que llorar miraba al frente viendo como la esperaba su futuro marido, un hombre guapo, musculoso, pero con una mirada de maldad.

Ahora seria su esclava, su juguete, su sirvienta, rezó a los dioses para que la liberen, para escapar de este infierno mientras lloraba bajo la mascara nupcial.

Los dioses la escucharon.

Pero no los que ella creia.

El dia se nubló y cayeron rayos por doquier, algunos relampagos cayeron sobre los guardias curtidos en mil batallas.

El techo estalló y una criatura malefica salida de una pesadilla escupió fuego en el sacro lugar donde iban a casar a la princesa, quemando muebles y gente.

El novio huyó corriendo, el padre quedó paralizada.

Bajando de la criatura, una figura cuya armadura hecha de huesos y piel humana, negras como la noche, cuyo yelmo ardia un fuego impuro, se acercó al rey mientras le decia.

-REY FALCROT, NO HABEIS PAGADO EL IMPUESTO ¡DECIDME VUESTRA ESCUSA ANTES DE CONVERTIR ESTE REINO EN UN MONTON DE CENIZAS.

-p-piedad señor oscuro, piedad

El lord oscuro levantó la mano y una bola de fuego se formó en ella.

La princesa sabia que su padre era un mal nacido.

Aún así era su padre

Se colocó delante de su padre intentando protegerlo.

-¡QUIEN OSA INTERRUMPIR EL CASTIGO QUE POR DERECHO HE DE INFRINGIR.

-¡La princesa Sheyla! Demonio.

El lord la miró un momento, los ojos de la princesa estaban llenos de determinacion.

Una risa diabolica recorrió el profanado lugar santo, la risa del lord oscuro.

-eres valiente, creo que hoy cobrare la deuda del rey, con tu vida.

Hizo un gesto y la criatura agarró a la princesa, el lord oscuro montó su monstruo y se fue ante la impotencia del rey.

Valeria se queria tapar los oidos, la idea de que su amor se abria de piernas ante su marido la volvia loca, pero la puerta se a abierto la puerta, tras ella estaba el rey.

-ramera, te ordeno que vayas al reino del monte infierno.

El reino del monte infierno, es un lugar donde impera el volcan más grande del mundo en activo, se dice que ese volcan  ha estado siglos vomitando lava, pero lo peor era gobernante.

El lord oscuro, un ser tan poderoso que los reyes pagan religiosamente para que no les ataque.

-je, prefiero mil veces que sus soldados se pongan en fila y me violen uno a uno, no estoy tan loca como para entrar en ese reino infernal, que coño, ¡NADIE LO ESTÁ!

El rey cayó de rodillas mientras lloraba, solo podia decir.

-m-mi hija el s-se la llevó.

Varios minutos despues la mercenaria cogió un caballo, su armadura y sus armas y fue a toda velocidad al reino del monte infierno.

Si pensara con el cerebro, diria ¿Qué mierda hago? ¿Qué tormentos me aguardan allá? Hay más pechos y piernas sedosas en este reino.

Pero pensaba con el corazón y no paraba de decir, aguanta princesa, os liberaré o os daré consuelo en nuestro eterno tormento.

Mientras tanto, el lord llegó a su lugrubre castillo con la princesa, la cual, le dijo desafiante.

-podeis tomarme todo lo que querais, pero hare cuanto esté en mi mano para no satisfaceros.

El lord le arrancó el vestido de novia, dejandola desnuda, pero la princesa mantenia sus ojos desafiantes.

El lord reia.

-sois valerosa, pero quiero que hagais de comadrona, guardias, llevadla al lugar de los nacimientos..

-dos hombres de tres metros y apariencia estupida la agarraron.

La sala de nacimientos era un lugar donde habian atadas en las mesas miles de mujeres embarazadas, una gritaba, el bebé venia.

La princesa ayudaba en el parto, pero el bebe que salia, no era un bebé, era una criatura de garras filosas y exoesqueleto de hueso, la princesa se quedó en shock al ver tamaño horror.

-ERES VALIENTE Y TU CUERPO ES FUERTE, UN DIA NO MUY LEJANO APLICARÉ ALQUIMIA EN TU CUERPO Y DARAS LUZ A MUCHOS GUERREROS PODEROSOS.

Mientras el Lord se alejaba riendo, la princesa caia al suelo orinandose de terror mientras la criatura, por instinto, succionaba su pezon derecho.

Mientras, Valeria cabalgaba sin descanso, solo parando para intercambiar el caballo agotado de tanta carrera, durante cinco dias se privó del sueño para llegar al lugar donde los heroes más valerosos, los locos y los estupidos iban a ir.

A morir.

El olor a azufre la invadia.

Durante cinco dias, Sheyla asistia a los monstruosos partos, sabiendo que un dia ella estará en el mismo lugar que aquellas chicas, algunas, morian porque la criatura que se gestaba devoraba a sus madres por dentro, sentia el deseo de morir de aquellas mujeres que suplicaban su final, sentia que el lord oscuro la observaba.

Al quinto dia el lord oscuro, sacó una gota de sangre de la princesa y la puso en una probeta que cambió de color.

-si, dentro de poco tu utero estará listo para crear nuevos guerreros.

La princesa iba a suplicar, pero algo atrajo la atencion del lord, pulsando un boton, uno de los cristales empezó a mostrar imágenes.

-otro loco que cree poder vencerme.

-¡VALERIA! – gritó Sheyla llena de esperanza.

-¿la conoces? Lastima, una autentica lastima que la veas morir.

Valeria no necesitó llamar, las puertas del castillo se abrieron y aparecieron los dos gigantes estupidos armados con garrotes.

Valeria estaba cansada, muy cansada, pero les enfentó, esquivó los garrotazos que le lanzaban.

En ese momento, tuvo una idea.

Se movió deprisa, esquivando los golpes de los gigantes, hasta que uno de ellos por error golpeó al otro, el cual, furioso, golpeó con fuerza a su compañero, el cual, también  respondió con violencia, ambos pelearon hasta que se mataron mutuamente.

-interesante guerrero, seguro que si fuera hombre, su simiente germinaria grandes guerreros en tu fertil matriz, perono le durará mucho, ¡a todos los soldados del castillo! ¡dejad pasar a la guerrera! Quiero ver como se enfrenta a mi golem.

-Valeria – suspiraba la princesa.

- Sheyla, Sheyla, Sheyla – repetia una y otra vez como si eso la hiciera ignorar la falta de sueño y descanso, pasaba por un puente de piedra que atravesaba un rio de lava.

Frente a ella, una enorme estatua de acero de cinco metros, imponente, intimidante.

Unos fluidos bajaron por los tubos que conectaban a la estatua y esta empezó a chisporrotear.

A vivir.

Valeria preparó su espada, pero le costaba mantener el equilibrio, porque la estatua viviente hacia temblar el puente cada paso que daba.

Ambos contendientes se miraron.

-mira, princesa, mira como tu paladin observa su muerte, acaba con ella – decia el Lord oscuro.

El golem empuñó un hacha y descargó contra Valeria, la cual esquivo el golpe fatal y golpeó la pierna del Golem con su espada.

Lo unico que consiguió fue un estruendo y partir la espada por la mitad.

El Golem intentó pisarla, pero la guerrera consiguió evitar el poderoso golpe que solo encontro la piedra del puente, destrozandolo.

Eso le dio a Valeria una idea, pero el calor de la lava la debilitaba, tenia que actuar rapido.

La mole mecanica liberó su pierna y golpe tras golpe Valeria esquivó con facilidad aprovechando la lentitud del Golem, el cual, iba a descargar el ultimo golpe.

Entonces Valeria corrió, corrió hacia las piernas del monstruo mecanico y pasó entre ellas.

Cuando el hacha del Golem impactó en el suelo, el puente empezó a fracturarse y Valeria dio un salto enorme agarrandose al saliente de los restos del puente, con las fuerzas casi agotadas, consiguió subir, pero una sombra la cubria, una mano roja de lava que Valeriá esquivó en el ultimo momento.

El golem, cubierto de lava subia por los restos del puente, Valeria quedó horrorizada, sentia que era su final, no paraba de decir.

-Sheyla, os he fallado.

Pero el Golem paró, lo que hacia funcionar a la maquina paró y cayó al rio de lava para desaparecer.

El lord oscuro rompió rabioso la copa de cristal que tenia en la mano.

-¡imposible! ¿Qué dioses ayudan a esa patetica criatura?

-será mejor que os rindais, mi paladin os… - decia Sheyla antes de que el lord la agarrase del cuello.

-eso lo veremos ¡ Riskala!

Algo reptaba, unas manos femeninas y llenas de escamas plateadas acariciaban los muslos de la princesa, luego su cintura y sus senos.

La lengua bifida acariciaba el cuello de la joven Sheila que miró a los ojos de la criatura, ojos de reptil, cuerpo de mujer el doble de grande que ella, cola de serpiente larga y agil.

Riskala agarró a la princesa y besó sus labios metiendole su bifida lengua mientras su cola acariciaba la concha de sangre azul, la princesa se resistia, pero la criatura era fuerte, que con crueldad, le susurró al oido.

-cuando me haya deleitado con la carne y la sangre de vuestra paladin, tomaré vuestra virginidad, princesa.

Valeria apenas se mantenia de pie, fueron dos combates, cinco noches sin descanso, pero debia seguir.

Seria tan facil cerrar los ojos, abandonarse al sueño.

Pero no podia, sencillamente no podia, subia por un mecanismo que la ascendia hasta el salon del trono.

Lo primero que vió es a Sheyla, desnuda y con una cadena en el cuello, al lado del señor oscuro, que media dos metros y medio, estaba sentado en un trono hecho de armas y armaduras de los heroes que precedieron a Valeria.

Heroes que fracasaron.

-se bienvenida paladin, he de admitir que no esperaba que llegases tan lejos, de hecho, seré piadosa, si entregas tus armas y me sirves fielmente, te dejaré vivir – decia el lord oscuro.

-¡liberad a la princesa! ¡es lo unico para lo que estoy aquí! – decia Valeria desafiante.

-valientes ultimas palabras ¡ Riskala!

La mujer serpiente apareció y se puso frente a Valeria.

-que bien huele tu sudor, paladin, disfrutaré devorandote.

Valeria intentó descargar un golpe de espada, pero solo cortó el aire, Riskala era rapida, muy rapida, se mofaba de los fallos de Valeria.

-sigue, paladin, sigue ejercitandote, me gustan los alimentos bajos en grasa, pero tambien en hierro.

Riskala  vomitó un vapor verde que impactó en la armadura de Valeria, la armadura empezó a corroerse.

Valeria asustada se despojó de ella quedando solo en sus ropajes de tela, Riskala golpeaba a Valeria con su cola, la cual impactaba en el escudo de la mercenaria, deformandose por cada colpe que recibia.

Tras destrozar el escudo, de un coletazo le arrebató su fracturada espada.

Valeria estaba desarmada, indefensa, oia los gritos de suplica de la princesa.

-piedad mi señor, seré vuestra esclava, satisfare todos sus deseos, pero dejadla vivir, os lo suplico – suplicaba la princesa.

Por primera vez, Sheyla suplicaba, se arodillaba, se rebajaba, pero no le importaba.

Ni tampoco al lord oscuro.

-ya eres mi esclava, mira lo que les pasa a los que osan desafiarme, Riskala, deleitate con su carne.

La mujer serpiente se abalanzó sobre Valeria y cayó sobre ella.

Sheyla enloqueció de pena, mirando hipnotizada como se movia la mujer serpiente sobre su paladina, arriba abajo, arriba abajo.

-ven esclava, tienes mucho que hacer – decia el lord oscuro.

Pero la mujer serpiente se levantaba, no era un movimiento natural, era como si la levantaran.

Valeria sacó un puñal oculto que teniá y pudo clavarselo en el corazón de Riskala, jadeó de cansancio, entonces solo podia oir una cosa.

Los aplausos del lord oscuro.

-impresionante, guerrera, Riskala era mi campeona ¿no habeis pensado en uniros a mi? Vos, dirigiendo mis ejercitos a los reinos vecinos, portando mi nombre por las cuatro esquinas del mundo, imaginadlo, enfundada en vuestra armadura azabache, montando un dragon y vuestros enemigos temblando al oir vuestro nombre, Valeria la sangrienta, gloria, riquezas y… -

El lord chasqueó sus dedos.

Varias chicas desnudas y encadenadas que portaban amforas de vino aparecieron.

-esclavas, vuestro viaje ha sido largo y fatigoso, seguro que quereis beber.

Las esclavas derramaron el vino sobre sus cuerpos y se acercaron a Valeria empapadas en vino con la intencion de que la mercenaria les lamiera.

-no… devolvedme… mi princ…… - las fuerzas de Valeria se agotaron y cayó desmayada.

Sheyla la animaba a levantarse, pero el Lord oscuro la corrigió de un tiron.

-atad a la guerrera, seguro que podemos divertirnos con ella.