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Desesperados 2

en No Consentido

Laura tenía aun jadeaba por el maltrato que había recibido su boca. No sabía como había aguantado las nauseas o porque no se había ahogado, pero nada de eso había pasado. ¿Secuestro? Elevo la vista para comprobar que efectivamente, el hombre tenía la cara descubierta, para bajarla inmediatamente por miedo a recibir una hostia, y volverla a bajar cuando vio que tenía enfrente el pene que le acaban de introducir salvajemente en su boca.

-Puedes mirarlo si quieres, no come.

Laura no levanto la cabeza. Una mano empezó a acariciarla la cabeza y la dio un tirón fuerte a la coleta de tal manera que levanto la cara hacía el hombre

-He dicho que la mires.

Aflojada la presión la miro. Le pareció grande, gorda y llena de pelos. Manolo empezó a darle golpecitos con ella en la cara.

-¿Vas ser buena como antes y abrir la boca de nuevo, o te tengo que obligar?

No hizo falta. Laura la abrió sin necesidad de obligarla y Manolo la metió entera de un empujón. Pero esta vez no quería follar, quería hacer algo que siempre había deseado. Cuando la chica no pudo seguir tragando, la orina se derramo por ambos lados de su boca.

-Mira que eres guarra. Ahora vas a tener que limpiarlo.

Ver a una chica medio desnuda limpiar su orina con la lengua le excito bastante. Maldita sea, estaba duro como una piedra otra vez a pesar de la corrida de hace unos minutos. Y a la mierda el plan, quería follar de verdad. Así que se acercó a Laura por detrás, la quito los pantalones y las bragas que aun tenía en sus tobillos, y la tumbo.

-Por el culo no.

-¿Es esa manera de pedir las cosas?

-Por favor, por el culo, no.

-¿Entonces quieres que te perfore esa vagina virgen que tienes?

Manolo le quito la deshizo la coleta. El pelo sin recoger se desparramo por el suelo.

-Si.

-Dilo. Pídemelo por favor

Laura no podía decirlo. Empezó a sentir algo en su ano, así que o se decidía pronto o...

-Quiero que me perfores la vagina, por favor.

Bueno, ya estaba dicho.

-¿En serio? ¿De verdad lo quieres? ¿Quieres que te la meta en el coño como a mi me de la real gana? Pues entonces date la vuelta, y ábrete de patas, para que pueda clavártela bien.

Manolo se levantó esperando la reacción de la chica. Esta, pasado un tiempo y completamente sumisa, se dio la vuelta y se abrió. Manolo estaba contemplando el paraíso. Se arrodillo para palpar su objeto de deseo. Apenas estaba húmedo, seguramente residuos de su actuación de la ventana, seguramente. Pero tampoco importaba demasiado, su polla estaba húmeda y ella sangraría. Sonrió al pesar cuales iban a ser los fluidos vaginales que iban a hacer más fácil el coito.

La agarro los brazos y se la metió sin más reservas. Y se la metió en una posición que su mujer nunca le había dejado, porque dolía mucho. La tuvo unos segundos antes de empezar a moverse.

-Duele.

Laura intento acoplarse lo mejor que pudo, pero Manolo no la dejo. Se movía despacio por el momento

-Duele

La dio una hostia para que se callara y empezó a embestir. Notaba que la zona estaba más lubricada, así que sin miedo. Disfrutaba como un loco. La miro a la cara para recrearse en el sufrimiento de la pobre chica rica. La estaba desvirgando y la estaba follando duro, algo que su propia mujer no le dejaba hacer. Pero lo que le sorprendió gratamente fue que la chica tuvo un orgasmo, por mucho que estuviera intentado ocultarlo. Él aun no iba ni por la mitad y la chica se había corrido. Sonrió para si mismo y siguió a lo suyo. El segundo orgasmo que alcanzó Laura fue más intenso que el anterior, y más placentero. Le sacó la polla de la vagina. Tenía una mezcla de sangre, orina y fluidos vaginales de lo más interesante. Dio la vuelta a Laura sin demasiado esfuerzo.

-¿Sabes lo que viene ahora?

Abrió sus nalgas con ambas manos

-¿Lo sabes verdad? Tápate la boca con la mano, no quiero escucharte gritar.

Se la metió con esfuerzo, pero ya estaba dentro. No tenía ninguna intención de follar su culo aun, solo de restregarla un poco. Y cuando pensó que ya era suficiente...

-Abre la puta boca.

Si, quería terminar en su boca. Quería hacerla tragar y que saboreara todas esas asquerosidades. Volvió a utilizarla como si fuera una vagina hasta el final.

-Bien, muy bien cariño. Creo que tú y yo nos vamos a llevar estupendamente.

Miro el reloj, y apenas si eran las siete y cuarto.

-Me llamo Manolo. Vamos a tu habitación

-¿Para qué?

La levanto tirándola de los pelos

-No hagas preguntas, y vamos a tu habitación.

Una vez llegados a arriba, tiro a la chica a la cama, y se puso a inspeccionar su armario.

-¿Dónde diablos hay una maleta?...

La metió otra hostia

-Contesta cuando te hablan, Laura

-Esta en la habitación de mis padres.

-Bien

A Laura la dolía el culo, el coño, la boca.... Ni si quiera sabía que sabor tenía en ella. Se metió el dedo en su irritada vagina. Tenía que comprobar que no había sangrado ni desgarros, palpar con el dedo. El simple roce la dolía y al mismo tiempo la excitaba. Acababa de tener dos orgasmos, entre tremendos dolores. Cuando lo caso comprobó con alivio que al menos sangre no había. Fijo su vista en el teléfono móvil que tenía encima de la mesilla. ¿Tenía que llamar a alguien? ¿Y si la pillaba en mitad del proceso? Involuntariamente se llevo la mano a la mejilla, que tantas hostias había recibido. Si, la paliza sería de escándalo, pero quedarse en los brazos de este psicópata, sería peor. Aun así, no se movió.

Manolo tiro la maleta al lado de Laura y empezó a registrar su armario.

-Valla mierda de ropa que tienes. ¿No gastas faldas? A, ya veo, aquí están.

A continuación desparramo toda su ropa interior por el suelo.

-Toda blanca, menudo asco. ¿Cómo es que tu ropa interior es toda blanca?

-Es la que me compra mi madre.

Manolo hecho un vistazo a la chica. Esta, solo conservaba sus zapatillas puestas. Se acerco a ella.

-Pues es un asco

-Lo siento.

-Esta bien, no pasa nada.

Recordó algo y se puso de cunclillas.

-Tengo que comprobar que tu coño este bien. Abre las piernas.

Lo hizo despacio, y en cuanto tuvo un hueco Manolo metió su dedo dentro de ella. Estaba haciendo lo mismo que había hecho ella.

-Todo parece en orden

Puso la otra mano libre en su pecho y empezó a jugar en ambos lugares. Nunca había masturbado a una chica, así que no tenía de como hacerlo. Simplemente metía y sacaba el dedo con ritmo, al mismo tiempo que pellizcaba y acariciaba las tetas de Laura. Para comprobar si lo estaba haciendo mal o bien, miraba la cara de Laura. Esta, miraba hacía otro lado

-Mírame.

Dio la vuelta a la cabeza. Manolo comprobó que se estaba mordiendo el labio inferior. Para no gemir, supuso él. Para no gritar, era la razón. Acelero el ritmo. Al final, el cuerpo de Laura reacciono, sus pechos se pusieron duros y su chocho húmedo, hasta que la sobrevivo el orgasmo. En ese momento, Manolo la tumbo en su cama, agarro un par de sujetadores de los que estaban tirados por ahí, y la ato a la cama. Primero acaricio sus muslos.

-¿Tienes perro?

Laura negó con la cabeza.

-¿No me estarás mintiendo, verdad? ¿Sabes lo que pasaría si me mientes?

Intento moverse, zafarse, pero Manolo la tenía bien agarrada.

-¿Qué ha sido eso? ¿Resistencia?

-¿Piensas entregarme a un chucho cuando me lleves a donde quiera que me lleves?

-Si, te gustara. Ya lo veras.

Volvió a intentar moverse. Manolo se tumbo encima de ella y la penetro de nuevo.

-Si, lo hago por dinero y por venganza, preciosa. Por dinero y por venganza.

Volvió a follarsela sin miramientos de ningún tipo y Laura aulló de dolor y de placer. Un perro ladró en el jardín.

-Así que no tenías perro, ¿Eh?

La dio una cachetada en el culo.

-No se mío, es el del vecino.

Manolo le quito la zapatilla, y le dio en todo el culo con ella.

-¿En serio?

-Te estoy diciendo la verdad.

Volvió a darla.

-¿Por qué no me crees?

-Porque creó que si tienes perro

Volvió a darla.

-No tengo. Estoy yo sola en esta maldita casa todo el santo día.

Estaba al borde las lágrimas. Manolo la dio tres o cuatro veces más.

-Te haré confesar

-No tengo.... (estaba llorando) no tengo...

-¿Entonces quien es el perro de la foto?

Señalo a una foto reciente que estaba en la repisa

-Es el perro del vecino. Le cuido muchas tardes, pero no es mío.... No me fuerces a costarme con él, por favor.... por favor

Otro zapatillazo

-Puedo hacer contigo lo que quiera, ¿Te queda claro?

-Tengo el coño ardiendo

Si era evidente que el trato recibido había sido duro. Desato los brazos de Laura y volvió a poner su polla en la cara de la chica.

-Lamela, juega con ella.

-Si, si, sin problema

Pasado un tiempo, Laura se encontraba perfectamente vestida y con una maleta llena de ropa escogida. Estaba sentada en la parte de atrás de una furgoneta blanca que había estado toda una hora y media larga y solo había sido vista por un único coche en todo ese tiempo, conductor que no solía fijarse en las matriculas de las furgonetas que no le importaban.

Llegaron a una casa de campo en mitad de la nada. En realidad, había muchas construcciones alrededor, pero no tenían pinta de estar habitadas. Condujo a Laura hasta una perrera que tenía en el enorme patio de la casa. La ato con una correa de perro a la pared.

-Te presentó a Messi y a Cristiano. No te preocupes por ellos, son muy buenos chicos, siempre y cuando no intentes nada raro. Aquí vivirás hasta que tu padre decida pagar.

-Pero me voy a morir de frío.

-Aquí tienes tu plato para el agua. Se come tres veces al día, y te sacare a pasear por la tarde. Ahí puedes hacer tus necesidades.

-No pienso cagar en un rincón.

La metió una hostia.

-Cagaras donde se te diga, mearas donde se te diga, comerás donde se te diga y tragaras lo que se diga. ¿Has entendido?

-Si.

-Bien. Porque puedo obligarte a cagar y a comer en el mismo sitio. ¿Entiendes

-Si

-Y ahora vamos a demostrar quien manda.

Laura se levanto, se quito el abrigo, se quito los pantalones...

-No puedo quitarme la camiseta.

-Esta bien, no importa.

La beso, la levanto y dejar de besarla la penetro dulcemente. Demasiado dulcemente para estar follando en un perrera. Laura le rodeo con sus piernas, Manolo la apoyo contra la pared, y empezó a follarsela de verdad, como a ella le gustaba, duro y sin miramientos. Sus lenguas jugaban entre si como si hubiera mañana