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Desesperados 6

en No Consentido

Manolo se despertó un poco después que su hijo. Necesitaba ir al baño. Su hija estaba en la cama con él, durmiendo plácidamente. Se levantó con cuidado para no despertarla y se fijo en una luz que se dirigía a la perrera. Le vio entrar y vio que no salía. Se alegro por él.

Se le hacía raro mear en el retrete, sentado, después de sus dos tres magníficas experiencias. ¿Qué estaría haciendo su hijo? Pero no, tenía otras cosas en que pensar. El plan para conseguir dinero había sido un autentico fracaso y necesitaba pensar en alguna otra cosa, ¿Otro secuestro? Que no le hubieran pillado con uno ya era un milagro. ¿Prostitución? Ni de coña. No, era mejor...

-Papa, ¿Estás ahí?

-Si hija, estoy aquí.

-Es que no estabas en la cama.

-Si, pero estoy aquí, tranquila

Carla no lo estaba. Desde que descubrió que su padre había secuestrado a una chica y se había prometido así misma protegerla, no estaba nada tranquila. Pero mientras pudiera tener a su padre alejado de ella mientras sus padres pagaban, todo estaría bien. Al fin y al cabo, José solo era un niño.

-Entonces, regreso a la cama.

-Si... No, espera. Entra.

-¿Qué entre?

-Si, entra, tengo que decirte algo y no quiero despertar a José

Era mentira, por supuesto, pero eso Carla no lo sabía. Y entro al cuarto de baño. Estaba vestida con una bata de su padre, para decepción de esté. Pero no importaba, estaba dentro y eso ya era un triunfo. Se quedo en la puerta.

-¿Qué quieres decirme?

-No podemos dejar que José se entere de esto. Vamos a llevarlo lo más disimuladamente posible, tu duermes en tu cuarto, yo en el mío, y de vez en cuando, uno de los dos va al cuarto del otro y se acabo.

-Somos mayorcitos, papa

-José solo es un muchacho -Y le había entregado a una chica, pensó Carla.- No quiero que sepa nada de esto.

-Esta bien, como tú digas, ¿Algo más?

-No.

-¿Me has hecho entrar solo para eso?

-Si, básicamente, si.

Carla avanzo hasta ponerse delante de él. Subió una pierna y poso el pie encima de las rodillas de su padre, y un poco más adelante. Este empezó a tocarlo, y acariciar el muslo descubierto también. Y empezó a acariciarla el clítoris.

-Vas a tener que dejar que me levante, antes de que se me duerman las piernas.

Se levantó, y la quito la bata. Empezó a chupar y a lamer las tetas de su hija, mientras esta le agarro el pene. Se masturbaron mutuamente como si de una competición se tratase. Carla logro el orgasmo primero, pero eso no impidió que su padre siguiera jugando con ella. Tuvo otro orgasmo y para no caerse tuvo que sujetarse en su padre.

-Aun no has logrado que me corra.

-Lo siento papa.

Se arrodillo para darle placer oral. Pero su padre tuvo una idea mejor.

-Mete la cabeza en el retrete.

Carla en el fondo, sabía que más o menos tarde, tendría que hacer algo parecido a esto.

-Papa, por favor.

-Ni papa por favor, ni leches. Hazlo

Metió la cabeza en el retrete sin más preámbulos. Esté aun contenía los desechos básicos de su padre. Bueno, era mucho mejor que lo hiciese ella que la chica de la perrera. Al menos, Carla lo hacía por propia voluntad. Su padre metió la mano en retrete y la rebozo la cara con la mierda y se limpió y pajeo en su pelo. No había tragado nada, por ahora

-Puedes bañarte.

Si necesita un baño a solas. Y la chica también, seguramente. Cuando termino, su padre y su hermano la estaban esperando con el desayuno preparado, como si nada de la pasada noche hubiera ocurrido. Carla se sentó sin más dilaciones.

-Papa, tengo que pedirte un favor. Hoy no quiero ir a la universidad.

-¿Te sientes mal?

-Si, un poco.

-Esta bien, como quieras. Yo de todas formas no voy a estar esta mañana tampoco, tengo cosas que hacer. Os dejo un momento a solas, portaos bien.

En cuanto salió por la puerta, José se lanzó a preguntar.

-¿Qué habéis hecho?

-Nada que te importe.

-¿Pero estás bien? Esto tuyo es una locura.

-No, lo es. No voy a dejar que papa le haga nada más esa chica hasta que sus padres paguen.

-Sus padres no van a pagar

-¿Y tú como sabes eso?

-Me lo dijeron ayer.

-¿Y por qué no me lo dijiste?

-Por qué tampoco quiero que la haga nada... ¿Qué? Soy un hombre, no quiero que otro tío la toque

-Estás mal de la cabeza.

-¿Yo? Tú te tiras a tu padre y no llamas a la policía

-¿Y tú? ¿Qué diablos la has hecho?

-¿Yo? Joder...

-¿Qué la has hecho?

-Pues, me parece que la he violado... Y la he cagado encima

-¿Qué la has qué?

-No pude resistirme.

-Serás cabrón

-A ella le gusta, he logrado que se corra tres veces.

-Si una chica dice no, es no.

-Lo sé, lo sé... ¿Pero que vas a hacer, llamar a la policía? ¿Y qué vamos a hacer con ella? No podemos matarla, y tampoco alimentarla.

-No lo sé, pero si su padre no paga no nos sirve de nada. Aunque se me esta ocurriendo una idea.

-Pues espero que se te ocurra algo bueno porque me parece que este gilipollas quiere secuestrar a otra.

¿Qué? Pero si una cosa tenía José, era que resultaba extremadamente inteligente. Al final Carla se quedo sola con sus propios pensamientos, y tomo una decisión. Lo primero que hizo fue ir a la perrera.

-Hola.

-Hola.

-Me llamo Carla, soy la hija del hombre que te ha secuestrado

-Encantada.

Se dirigió a la pared y cogió la correa. Aun tenía restos de la mierda de su hermano por el pelo

-Supongo que necesitas un baño, lavarte los dientes, ropa limpia y todo lo demás.

-Si, así es.

-Bien. Quiero que sepas que al menos mi padre no te va a volver a tocar, ya me estoy encargando de eso.

-¿Cómo?

-Haciendo todo lo que él quería hacer contigo

-Dios santo.

-Si, pero no puedo hacer nada con mi hermano. Ya me ha dicho lo que te ha hecho esta noche.

Laura asintió con la cabeza. Si, lo recordaba perfectamente

-Bien, no podemos remediar eso. Me han dicho también que tus padres no van a pagar.

-No, lo van a hacer...

Carla no tuvo más remedio que ir y abrazarla

-Tranquila, todo esta bien.

-No, no esta bien. Mi vida es una mierda, y encima estoy disfrutando con esto.

Se puso a llorar.

-No pasa nada

-Tuve un orgasmo mientras me violaban, otro mientras se meaban dentro de la vagina, y otro mientras se cagaban encima de mi... Y otro más mientras me lo comía

-Es... Es...

No podía decir que era normal, porque no lo era.

-Soy una autentica puta

-Tranquila, ya paso, ya paso.

La llevo al cuarto de baño. Dios santo, tenía un cuerpazo de lujo para tener 17 años. No la extrañaba que su hermano y su padre estuvieran como locos por ella. Cuando al fin la tuvo aseada y limpia, simplemente cubierta por una toalla, Laura formulo la gran pregunta.

-¿Y ahora, donde me voy a quedar?

-En mi cuarto. No te vamos a llevar de nuevo allí dentro. ¿Sabes cómo se puso en contacto mi padre con el tuyo?

-Por el móvil

-Bien.

Agarro el móvil, y llamo al desgraciado del padre de Laura.

-Ya te he dicho que no voy a pagarte, ¿Estamos?

-No soy él, muchacho.

-¿Y tú quién eres?

-La chica que ha comprado a su hija. Verá, esto es muy fácil, si no veo 3.000 euros ingresados de forma mensual en una cuenta que le voy a dar, hago vídeos porno muy muy guarros con su hija como protagonista y los distribuyo entre sus conocidos.

-No puede hacer eso

-Claro que puedo, su hija pronto cumplirá 18 años y será perfectamente legal, así que usted mismo. ¿Entiende?

-Entiendo

-Bien.

Y colgó

-Nunca había visto a mi padre acceder a algo tan rápido

-Eso es porque no lo has hecho de la forma correcta. Y ahora, vamos a lo nuestro

Laura perdió la toalla sin darse cuenta y fue conducida a la habitación de Carla. Esta nunca había pensado en acostarse con una chica, pero que diablos, siempre hay una primera vez para todo.