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Desesperados 3

en No Consentido

Sentada en el suelo, desnuda de cintura para abajo, jadeando por el esfuerzo realizado y con el collar de perro atado al cuello. Era una imagen realmente estupenda para Manolo, que la miraba desde arriba, como quien mira una posesión. Otra vez había vuelto a tener los orgasmos mucho antes que él y tampoco se había corrido dentro de ella. Lo iba a hacer en su puta cara, otra cosa que su mujer jamas le había dejado hacer. Estaba cascandosela cuando escucho venir un coche. La metió la polla en la boca de un golpe

-Manolo, ¿Estás aquí?

-Si cariño. Estoy cuidando de los perros.

-Bien. Date prisa, que dentro de un rato tenemos la comida preparada.

-Estoy en un rato.

Otra vez tenía la polla dentro de su boca. ¿Cuántas veces habían sido ya? Daba igual, su esposa apenas si se la había chupado alguna vez. Pasado un tiempo prudencial, volvió de nuevo a sus quehaceres hasta que se corrió y mancho toda la cara de Laura de semen espeso y caliente.

-Es mejor que no hallas gritado, no te habría servido de nada.

Se inclino ante ella y la beso de nuevo. La limpió el semen de la cara con su pelo

-No se te ocurra limpiarte, quiero tenerte así para esta noche.

-¿Vas a dejarme que me muera de frío?

-No hace frío aquí dentro.

Señalo a Messi y Cristiano

-Ellos no lo tienen.

Laura recordó que había prometido entregarla a un chucho y se estremeció involuntariamente.

-Espero que tu padre pague rápido.

Aparto las prendas de ropa de una patada y se marchó dejándola con sus pensamientos. Sus hijos, una chica de 19 años y un chaval de 15, ya estaba en casa. Tenía que recordar que estaba haciendo todo esto por ella. Bueno, lo del dinero. El resto no estaba muy seguro del porqué lo estaba haciendo, pues no era el plan original, ni mucho menos.

-Hola papa, ¿Qué tal el día?

-Estupendamente, Carla, estupendamente.

¿Cuántas veces había soñado en acostarse con su propia hija? Seguramente desde que la empezaron a crecer los pechos. Y se recrimino a si mismo, porqué si, si que estaba haciendo todo lo otro por ella. Desde que murió su mujer hace seis años, no había estado con una mujer, o una niña, hasta esta mañana. Aun seguía pensando en ella en tiempo presente, como si estuviera viva, lo que le dejaba y lo que no le dejaba hacer. Echo un vistazo al cuerpo de su hija cuando esta se alejo. Se parecía mucho a su madre, alta y morena. La perra era alta y rubia. Si hubiera sido morena o más bajita, no se la habría follado. Aun no...

-¿Has buscado algo?

-¿Qué? Oh, ya sabes como están las cosas hijo.

-Si, lo sé.

-Pero no te preocupes, aun tenemos suficiente.

Comieron, vieron un rato la tele e intentaron reír. Pocas risas había en la casa desde que despidieron al padre del trabajo. Al terminar, José se fue a su cuarto a jugar a los videojuegos, se quedaron solos en el salón.

-¿Cómo te van los estudios?

-Bien, bien.

-Me alegro, estudiar es importante.

No tenía mucho más de lo que hablar, realmente. Miro a su hija de reojo. ¿Cómo podía estar duro otra vez después de la sesiones de sexo que había tenido? Y también tenía ganas de ir al servicio, pues no había meado desde que lo hizo en la boca de la chica, ¿Desde esta mañana a las ocho? Todo un mundo.

-papa, ¿Estás bien?

-Si, ¿por?

-No has dejado de mirarme.

-Eres lo más bonito de esta habitación, así que no sé de qué te extrañas

Carla se ruborizo, y miro al frente, suelo.

-No te avergüences, seguro que muchos chicos te lo dicen.

Carla no contesto inmediatamente.

-Eres guapa e inteligente, seguro que los tienes a patadas.

Tampoco contesto esta vez, Manolo la dio tiempo hasta que hablo.

-No el que yo quiero, papa.

Amores adolescentes, siempre es quien no te hace caso.

-¿Y se lo has dicho? No pasa nada porque una mujer le diga a un chico que le gusta. En mis tiempos, era una puta, pero ahora, es lo más normal del mundo.

Carla volvió a pensarse la respuesta

-¿Y si me rechaza?

-Los hombres solo tenemos tres motivos para rechazar a una mujer, ¿Esta saliendo con otra?

-No

-¿Es homosexual?

-No

-¿Es imbécil? Claro que no, sino no estarías enamorada de él.

-Es mayor que yo

Por un momento, Manolo pensó que su hija estaba hablando de él... Menuda estupidez. Carla le miraba esperando respuesta.

-Ten cuidado hija, puedes terminar siendo un juguete en sus manos.

-Creo que haría cualquier cosa por él.

Si, todos hemos tenidos esa fase.

-Si así fuera, ya lo habrías hecho. Hija, lo más importante en una relación, es el respeto. Si no lo hay, es otra cosa, pero no una relación. Y ahora si me disculpas, tengo que ir a ocuparme de los perros.

Manolo se levantó. Joder, la tenía durísima. Solo pensar que su hija podía estar enamorada de él le ponía cachondo, y sabía exactamente donde necesitaba ir con urgencia.

-Pero al menos estaría con él.

Se dio la vuelta y la miro.

-Si eso es lo que quieres y lo único con lo que te conformas, adelante. Es un error, creo, pero adelante.

Su hija le estaba mirando el paquete. Había cometido un error enorme al darse la vuelta.

-Lo siento hija, yo... Será mejor que me valla.

Se dio la vuelta y...

-Quiero ser tuya papa.

-Haré como que nunca he escuchado esto.

-Pero, lo has hecho.

-Si, lo he hecho.

-Y no puedes negar que te gusto

-No, no puedo.

Se dio la vuelta, se desabrocho los pantalones y se bajo lo justo los calzoncillos.

-Ven a cuatro patas y chúpamela

Carla no se movió del sitio.

-¿Crees que iba a ser tan fácil como decir, soy tuya papa, follemos aquí y ahora?

Se tapo la polla, y se subió los pantalones. Se marchó por la puerta en dirección a la perrera. Tenía que largarse corriendo. Cuando llego, encontró a Laura tapada por el abrigo y durmiendo. Messi se lo había llevado, al parecer. Siempre fue un gran perro, este Messi.

-Despierta... Que despiertes te digo.

La levanto de los pelos, la puso de espaldas, la tapo la boca con la mano y empezó a penetrarla el culo. ¿Estaba húmedo? Eso sólo podía significar una cosa y miro a la esquina para confirmar sus sospechas.

-¿Sabes lo que toca después?

También la acaricio el clítoris, ¿Y joder, más humedad? Como de costumbre, la chica se corrió dos veces, y antes que Manolo. Cuando este termino, se arrodillo, cerró los ojos y se puso a lamer. Manolo no podía creer tanto docilidad. Pero antes de eso, tenía que mear. Una vez acabado el proceso, la hablo.

-Voy a traer enjuague y cepillo de dientes, te lo has ganado con creces.

-¿Soy una autentica puta, verdad?

-No, pero has estado tanto tiempo sola que me parece que lo que va es que te utilicen.

Laura no contesto. Su cuerpo ya contestaba por ella. Estaba mirando al suelo

-No te preocupes, ¿De acuerdo? No voy a dejar que te pase nada, no te voy a cortar el pelo, ni arrancar los dientes, n y esto realmente no te va a poner enferma.

Manolo la acaricio el pelo

-Bésame

¿Y por que no? Pasaron un tiempo juntos como ¿Novios? ¿Amantes? No sabría decir, el caso es que cuando ambos se encontraron preparados de nuevo, Laura tomo la iniciativa simplemente abriéndose de piernas. Esta vez fue suave y agradable...

-Tengo que volver a casa, iré a por algo para comer, ¿De acuerdo?

-Si

-Y te traeré tu maleta.

-Bien.

Era noche cerrada cuando regreso a casa ¿Las seis o las siete? No lo sabía bien. No había vuelto a pensar en su hija desde que la dejo en casa y esperaba que no hubiera hecho alguna gilipollez como cortarse las venas, o algo peor. Dios, si lo hubiera hecho...

-Carla... ¡Carla¡

-Estoy aquí, papa, en la cocina

Entró en la cocina más tranquilo. Su hija estaba preparando algo, pero lo raro era su vestimenta. Falda corta, sin medias y una camiseta.

-Me alegro ver que no has hecho ninguna estupidez.

Carla lo miro.

-¿Has estado a gusto con tus perros?

-Si, la verdad es que si. ¿Y tú que has hecho?

-Me he masturbado en tu cama. La he puesto perdida de líquidos vaginales.

-O, bien

-Siento no haberte chupado la polla antes.

-Has tomado la decisión correcta.

-No, no lo he hecho. Quiero que entres a mi habitación y me... folles desde hace bastante tiempo, y cuando por fin tengo... la polla delante de mi, no soy capaz de moverme.

-Esta bien, todo esta bien.

-No me he matado por José, aun es muy joven para perder también a su hermana.

-Si, lo es.

-¿Quieres que te la chupe ahora o meterme mano?

Joder, que directa se había vuelto.

-No, ninguna de las dos cosas.

Se retiraba de la cocina.

-Sé que te gusta la zoofilia. Lo haré... Y cosas aun peores.

-No voy a permitir que mi propia hija se tire al perro.

-¿Y por qué no? A ti te gusta verlo.

-Si, me gusta. No sé como lo sabes, pero me gusta.... Esta bien, Carla, esta bien. Voy a meterte mano, si eso es lo que quieres.

-Yo quiero lo que tu quieras.

-Dios santo.

Empezó a meterla mano al pecho, y subió su mano por el muslo, y la muy puta de su hija estaba chorreando, así que se agacho y se dedico a comerla el coño.