miprimita.com

De Niño a Mucama (3)

en Transexuales

Yo esto lo hago por juego o lo estoy haciendo porque me gusta? - esa era la pregunta que rondaba mi cabeza mientras servía cada uno de los platos.

Fui llevando a la mesa cada uno de los platos y los fui ubicando en el lugar de cada una de las amigas de mi abuela, fui preguntando que querían tomar cada una y fui sirviendo en sus vasos la bebida que desearan. Al momento de terminar de servir me quede al costado derecho de mi abuela, con los brazos cruzados por delante de mi delantal y diciendo

Cualquier cosa que necesiten no duden en pedírmelo por favor

En ese momento todas me miraron y al unísono se escucho. 

Muchas gracias Milagros

A lo que mi abuela agregó que podía retirarme a la cocina y comer allí si lo deseaba que cualquier cosa que necesitarán me llamarían.

Me retire a la cocina, serví mi plato y comencé a comer mientras estaba atenta a cualquier llamado que podría venir desde el comedor. 

Las amigas de mi abuela le decían que no podían creer lo que estaban viendo sobre como me comportaba . 

De verdad es muy educada, por favor decime como hiciste. Todo esto en tan solo un día?  Mi mucama a veces nos responde de mala manera y tenemos que reprenderla, pero Milagros es el sueño de toda patrona.

Si es cierto - dijeron al unísono las otras dos comensales-

Chicas sinceramente yo no he hecho nada, creo que el lo hace por que quiere tener la posibilidad de usar mis delantales y como yo no lo dejaba-respondia mi abuela hasta que fue interrumpida por una de sus amigas-

Carmen, crees realmente que es un juego para el? Porque no usa sólo los delantales entonces? Xq está usando tu vestido también?

Yo le pregunte el motivo de que lo hacía usar el vestido con el delantal y sabes que me dijo?

Que?? - preguntaron al unísono todas-

Que el se siente que le corresponde usar ese baton por debajo del delantal y que no le molesta en absoluto. 

La noche fue pasando y fui llamado nuevamente para retirar los platos y servirles el postre. Tras esto todas sus amigas se retiraron y mientras mi abuela se recostaba, yo me dedicaba a la limpieza de todo lo que se había usado. Al terminar, estaba muy cansado ya que había sido un día muy agotador, fui a mi cuarto, me desate el delantal y me recosté en la cama donde a los pocos minutos me quedé profundamente dormido así como estaba usando el baton. 

Fueron pasando los días y las enseñanzas de mi abuela hacia conmigo, desde el planchado de la ropa hasta aprender a cocinar varias recetas por mi misma para poder lo más pronto posible poder dedicarle tiempo a la preparación de alguna comida que mi abuela me pidiese. 

Me sentía tan bien cada vez que estaba con ella, disfrutaba cada momento al llegar del colegio, al ponerme el baton y al estar así por la casa aprovechando cada hora con mi abuela, estando a su servicio y haciendo las cosas que ella me indicara como también aprendiendo cosas nuevas cada vez que ella quería enseñarme algo. 

Cada vez que estaba en el colegio en lo único que pensaba era en que terminará el horario de clase para dirigirme a lo de mi abuela, ver muñeca brava juntas y vivir esa sensación maravillosa que tenía al usar su baton y su delantal. 

Con el correr de los meses y el aprender cosas hacia que mi conocimiento era mayor, hasta me había enseñado a coser que me fue muy producente en uno de esos días cuando mi vestido se engancho y se le hizo un hueco que tuve que remendar yo misma ante la felicitación de mi abuela. 

Un mediodía al llegar mi abuela me dice que no me ponga el baton que una de sus amigas nos había invitado a almorzar en su casa. Dejamos grabando nuestra novela y nos dirigimos hasta la casa de su amiga que era a unas pocas cuadras, al llegar tocamos timbre y sale una chica a atendernos y nos hace pasar y la verdad que esa imagen no saldrá de mi mente. La jovencita en cuestión usaba un hermoso uniforme de mucama rosa, muy parecido al que usaban en muñeca brava, y sentía que me había encantado ver uno de tan cerca porque como le dije a mi abuela para mi solo en las novelas usaban ese tipo de ropa.

Pasamos a la casa y nos recibió la amiga de mi abuela, allí nos sentamos y la empleada nos trajo algo para tomar. Sinceramente no podía sacarle los ojos de encima, pero no en cuanto a la bonita cara de la señorita, sino a como le quedaba ese hermoso uniforme y como lo lucía al mismo tiempo. 

Así fue todo el almuerzo mientras comíamos cada vez que ingresaba esta señorita de nombre Ingrid si mal no recuerdo, yo me dedicaba una y otra vez a ver como le quedaba su uniforme. 

Al terminar el almuerzo y retirarnos nuevamente hacia nuestra casa mi abuela me dijo:

No le sacabas los ojos de encima a Ingrid - con una sonrisa pícara-

A lo que le respondí:

Abuela, te soy totalmente sincero, no veía a la señorita, veía esa ropa tan linda que usaba - a lo que mi abuela quedó en silencio -  

Fueron pasando los días y sinceramente seguía en mi cabeza ese uniforme rosa, pensaba y relacionaba con la novela y me decía de seguro tiene otros,hasta que por mi cabeza surgió una idea muy loca y si le pido a mi abuela un uniforme como ese para usar?

Fue pasando el tiempo y ese deseo se iba acrecentando aun más, pero no me animaba o mejor dicho no sabia como hacer o que decirle a mi abuela que quería un uniforme, el como lo tomaría ella, porque para ella todo esto era un juego para usar sus delantales y yo quería proponerle usar uniforme como Ingrid y al no saber que hacer esa idea quedo en mi cabeza guardada como un gran deseo que se potenciaba cada vez que íbamos a la casa de Liliana( la amiga de mi abuela) y veía a Ingrid. 

Fui creciendo y mientras más me acercaba a terminar el primario y comenzar la secundaria iba viendo como sabía hacer cosas que quizás otros de mis compañeros ni tenían idea, lo notaba cuando iba a sus casas y quienes cocinaban o lavaban eran sus respectivas madres y ellos no hacían nada logrando hacerme sentir orgulloso de todo lo que mi abuela me había enseñado en esos casi 3 años de estar junto a ella ''jugando'' a ayudarla en la casa. 

Ese paso del tiempo y cercanía a la adolescencia no hizo mermar mis ganas todos los días de llegar del colegio y ponerme su baton y el delantal y hacer cosas para ella. Una tarde cercana a su cumpleaños mi abuela me dijo que si yo ya no estaba cansado de todos los días venir y hacer todo lo que ella me dijera, si yo no tenía ganas de salir con amigos o mis compañeros de colegio a lo que la mire y le dije:

Abuela,mejor dicho señora a mi me encanta llegar, ponerme su vestido, su delantal y ayudarla en todo lo que ud me pida - y agregue- hace bastante tiempo vengo pensando en decirle que me encantaria ser su mucama y que me gustaría mucho poder conseguir un uniforme y poder usarlo para ud. 

La cara de mi abuela parecía decirlo todo, se mantuvo callada unos segundo y luego me dijo :

Andres, vos sos un chico, no podes ser una mucama como Ingrid, yo te he dejado usar mi baton, mi delantal, te enseñe todas esas coas para que seas una persona con conocimientos para el futuro, pero más que nada como un juego entre nosotros, como te voy a comprar un uniforme de mucama para que lo uses? - ese última parte ya en un tono elevado de voz - 

Pero pero pero.. Abuela yo.. 

Pero nada, quiero que entiendas que todo este tiempo yo te enseñe para tu futuro y te deje vestirte solo porque vos me lo pedías pero yo sentía que era un juego entre nosotros. 

Sinceramente me fui corriendo a mi cuarto y me largue a llorar. Lloraba y lloraba, no podía entender como mi abuela no veía esto de la misma forma que yo, en mi había un sentimiento de gusto por esto, por ponerme su vestido y su delantal y ayudarla. Para mi esto no era un juego era algo que me gustaba hacerlo y quería seguir haciendolo.

Tras unas horas mi abuela entró a mi cuarto, se sentó en mi cama y me dijo:

Andres de verdad te gusta todo esto? De verdad no lo haces por juego ? 

Abuela, a mi me encanta llegar todos los días del colegio, cambiarme de ropa y no ser más Andres, me gusta que me llames Milagros, me gusta poder ayudarte y estar contigo y si me gusta ser mucama -todo esto con lagrimas en los ojos-

Esta bien, si vos me decís que te gusta esto voy a a apoyarte y ayudarte pero esto es algo que tiene que quedar entre nosotros si? 

De verdad me lo decís abuela? - mientras volvían a caer lagrimas por mi rostro, aunque esta vez de felicidad - 

Si, Mili, te lo sigo de verdad, no te prometo nada pero voy a ver si puedo conseguirte un uniforme pero teneme paciencia porque no todo es tan fácil  además todavía no se porque motivo esto te hace tan feliz  - dijo mi abuela que se acercó a mí, tomó un pañuelo del bolsillo de su vestido con el que seco mis lágrimas y lo puso en mi delantal - 

Fueron pasando los días y llego la fecha de su cumpleaños, mis papas estaban de viaje por lo cual el festejo de ese día seria con sus amigas y para cuando mis papas regresaran haríamos un festejo familiar ya que aprovecharíamos que mi cumpleaños era en un par días como para hacer un festejo mutuo. 

Ese día hice todo lo posible para que mi abuela fuera feliz, desde hacer el desayuno y llevárselo a la cama como aquel primer día, me dedique a lavar toda la ropa y limpiar toda la casa ya que vendrían sus amigas a cenar. Me encargue de toda la preparación del menú de la noche, hice todo para que mi abuela disfrutara su día y ver su cara de felicidad al final de la noche cuando ya sus amigas se habían retirado fue un mimo al corazón como lo fue la frase que me dijo esa noche:

Gracias Milagros, la verdad que hoy te has lucido, debo decir que has aprendido muy bien a hacer todas las tareas de una mucama y me has hecho pasar de los mejores cumpleaños de mi vida - al terminar casi las dos sonriendo y entre lágrimas nos dimos un gran abrazo.

Llegó el día de mi cumpleaños y fui preparando junto con ella varias de las cosas que íbamos a comer esa noche. Un rato antes que mis viejos llegarán desde el aeropuerto me fui a cambiar, pero sinceramente no me sentía yo sin ese baton ni el delantal puesto pero por supuesto que este era el secreto que teníamos mi abuela y yo y mis papás no sabían nada. 

Cuando llegaron disfrutamos de la cena y obviamente me cantaron el feliz cumpleaños y recibí varios regalos que mis papas habían traído de su viaje.En un momento de la noche mientras charlábamos mi abuela se levantó y fue a su cuarto, me llamó la atención si pero no le di mucha pelota. Ya sobre el final de la noche, mientras mis viejos tomaban un café, mi abuela me llevó hasta mi cuarto y allí había un paquete, no entendía nada y entonces mi abuela me dijo:

Este es mi regalo, se que quizás no es lo que vos querías pero siento que esto tiene que ser tuyo de aquí en más.

Me acerque al paquete, lo fui abriendo y me encontré el baton que yo usaba todo perfectamente doblado, con el delantal sobre el y dentro del mismo un pañuelo de ella. Sorprendido le dije :

Abuela, no entiendo, pero esto es tuyo - dije incrédulo - 

No Mili, te equivocas esto a partir de hoy te pertenece a vos, a partir de esta noche este es tu baton, tu delantal y tu pañuelo mi querida Milagros - mientras me daba un gran beso en la mejilla y un abrazo.

Ahora vamos que en un ratito tus papas ya van a querer ir para tu casa, ya tendrás mucho tiempo de disfrutar de tu nueva ropa conmigo Mili. 

Muchas gracias Abue y si quédate tranquila que la voy a disfrutar con muchísimas ganas - y volvimos nuevamente al comedor como si nada hubiera pasado. 

Es hoy en día que esas frases finales con mi abuela al momento de recibir ese regalo de cumpleaños rondan por mi cabeza una y mil veces y surge en mi el pensamiento si esto fue una señal que mi abuela quiso darme porque en muy poco tiempo llegaría  el momento más triste y doloroso de mi vida.