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De Niño a Mucama (5)

en Transexuales

Hola Milagros :

Que lindo es poder escribirte y decirte lo feliz que me hace verte tan contenta todos los días cuando estas conmigo y sos mi mucama. Aunque para mi al principio esto era un juego donde pensaba que lo hacías para usar mis delantales, he visto todo el empeño que le pones a aprender cada cosa que te he enseñado, cada receta, cada idea que te he dado y siento que para vos esto no es un juego, es algo que te gusta hacer. Se que sos Andres, mi nieto, ese que siempre de chiquito cuide pero no puedo quitar de mi cabeza cada vez que te veo con el baton y el delantal puestos que hay alguien más, que no sos vos realmente sino que por alguna mágica razón dentro tuyo necesitas ser Milagros, que necesitas sentirte así y por eso lo disfrutas tanto todo el tiempo. Podré estar loca no lo sé, pero creo que en ti existe algo que hace que tu felicidad pase por sentirte una mucama, por eso deje de pensar que esto era un juego y junto con vos disfrutaba la felicidad de verte con el vestido y el delantal haciendo todas las labores domésticas que te mandaba. Se que ahora sos chico y escribo esta carta para cuando seas un poco más grande poder dártela y decirte que en todo este tiempo me has hecho la abuela más feliz del mundo y aunque haya mil ojos que puedan decir que esto es una locura para mi no lo es y para ti tampoco lo debe ser, en este tiempo me has demostrado que además de ser Andres, mi nieto, vos sos Milagros,, una gran mucama y que nadie nunca te diga lo contrario porque lo eres mi amor.

Con todo el amor del mundo 

Tu abuela.

Termine de leer la carta y no podía parar de llorar, Juliana intentaba calmarme y me abrazaba pero yo seguía llorando, no podía creer como mi abuela en una simple carta había dicho tantas cosa que me llegarán bien adentro de mi corazón. Metí mi mano en el bolsillo y saque mi pañuelo para secarme las lágrimas y al verme Juliana me preguntó:

Ese es el pañuelo de tu abuela verdad ? 

Si, como sabes? 

Ella me contó que pensaba regalartelo para tu cumpleaños y veo que aún lo tienes. 

Si, lo tengo siempre conmigo -dije esbozando una leve mueva de sonrisa-

Bueno no quiero verte llorar Mili, para mi es un placer que estés aquí, y bueno que podamos charlar. Vení vamos a dar uns vuelta por la casa  

Nos levantamos y fuimos a las habitaciones, al patio no podía creer que estuviera todo casi igual. 

Mientras recorriamos Juliana me preguntó sobre mi presente:

Estas trabajando? Estudiando algo? 

Trabajando aun no, me gustaría conseguir de lo que estoy estudiando. 

Que estudia? 

Cocina - fue mi respuesta instantánea - 

Como no imaginarlo - mientras sonreía levemente.

Volvimos a la mesa y tras terminar los cafés Juliana comenzó a levantar las tazas para llevarlas a la cocina. Yo fui detrás de ella y vi como se ponía un delantal para lavar lo usado y otras cosas que tenia y dentro de mi algo hizo que dijera.

Juli,no me dejas hacerlo a mi por favor - casi en forma de pedido-

No, no hay problema, sos el invitado no podria.

Por favor insisto, déjame hacerlo - y allí siento que Juliana detecto algo en mi mirada -

Se desató el delantal y sin más se acerco a mi, me lo puso, lo ato y me dijo :

Bueno esta bien, si vos queres, seguro te traerá buenos recuerdos y además el delantal te queda mejor a ti que a mi Mili - mientras se retiraba de la cocina. 

Allí me puse a lavar las tazas y platos que ella tenía y así mil y un recuerdo vinieron a mi cabeza de esos donde disfrutaba estar en esa cocina al servicio de mi abuela. 

Al terminar volví al comedor pero sin quitarme el delantal, algo a lo que Juliana no pudo dejar pasar. 

Pero si queres te lo podes sacar al delantal, no hace falta que lo sigas usando ya terminaste de lavar todo. 

Mi respuesta fue tajante: 

No se porque pero no tengo ganas de sacármelo. 

La charla continuo y derivo en esos momentos donde yo se chiquito les servía en sus comidas como Mili y que siempre tenia un excelente comportamiento y que era muy educada y que seguro todo eso que me había enseñado mi abuela era lo que me había decido a estudiar cocina. 

Le agradecí tanto elogio y le comente algo que creo fue la llave para el inicio del cambio más grande de mi vida:

Si, de eso estoy seguro, además siempre que estoy en casa solo cocino como cuando estaba aquí con mi abuela con su baton y el delantal.

De verdad? Todavía usas el baton y el delantal? 

Si si, todos los días en realidad.

Me moriría de ganas de verte otra vez como Mili, me encantaría ver como te queda y si sigues dando esa imagen tan tierna - todo dicho de una manera tan dulce. 

Bueno si quieres yo puedo ir a casa y buscar la ropa y volver para aquí? - mi cabeza habían quedado en el pasado y en la idea de volver a usar el baton y el delantal en esa casa.

Pues yo encantada - dijo Juliana muy sonriente  

Me abrió la puerta y me fui rápidamente a mi casa. Al llegar deje la plata del alquiler y fui corriendo a mi habitación. Agarre el vestido y el delantal y los guarde en la mochila para rápidamente salir otra vez hacia lo de Juliana  

Nuevamente llegue a la puerta y toque el timbre con una ansiedad y unos nervios increíbles. Juliana me abrió y yo entré al que siempre había sido mi habitación a cambiarme. Era recordar todo como si a mis 18 años de ese momento tuviera otra vez 10 y me preparaban para ser Mili. Al salir de la habitación la cara de sorpresa de Juliana era increíble :

Mili,por dios estas igual, todavía te queda ese vestido, aunque ahora más corto que antes - mientras tocaba la parte baja del vestido que levemente llegaban por encima de mi rodillas.

Si se ve que crecí un poco a lo que era antes - dije entre risas.

Estas hermosa de verdad y me encanta verte así, además creo que vos también estas muy contenta no? - me dijo viendo mi cara que se ve vendían claramente que estaba feliz -

Y continuo: me parece que vos necesitas que alguien te diga que hacer así vestida no?

Yo en silencio pero sentía que mi cara se iluminaba.

Queres ser mi mucama no? 

Y yo grite: SIIIIIIIIIIIIIII 

Me hizo un recorrido por toda la casa, mostrándome todo como si yo no la conociera y fuera la nueva empleada. Que el lavadero, la cocina, los cuartos, el patio y yo atrás, escuchando todo y sintiendo una felicidad que recorría todo mi cuerpo.

Fueron pasando los minutos, las horas, las tareas encomendadas y tras disfrutar la cena que había preparado sentía que era la hora de irse y mi cara de tristeza parecía decirlo todo. Juliana cuando me dirigía a la habitación me dijo:

Espera Mili, tengo algo que decirte?

Si dígame señora.

Quiero proponerte algo? 

La escucho  

Quiero proponerte si no queres venir aquí y ser mi mucama? 

De verdad me lo dice señora? - sin verme reflejado en un espejo podían sentir que mi cara delataba una gran felicidad. 

Si, de verdad quiero que seas mi mucama - me dijo sonriente - 

Pues claro que quiero - y corrí a abrazarla. 

Al día siguiente a primer hora de la mañana ya estaba allí como cada uno de los días siguientes aprovechando que mis padres estaban de viaje y era disfrutar y disfrutar de ser Mili todas las horas que podía hasta que volvía a ser yo para irme a estudiar. Cuando mis padres volvían del viaje me empezó a dar miedo de como haría para mantener esto oculto a lo que Juliana rápidamente encontró respuesta para sacarme ese miedo:

Quédate tranquila Mili no pasa nada, yo ya tengo todo solucionado.

Pero como señora?? - pensaba yo-

Viste que yo soy contadora  - comenzó a contarme - 

Si señora y eso como puede ayudarme? 

Bueno yo le manejo las cuentas de negocio que tiene mi hija y bueno para tus papas vos vas a estar laburando ahí. Yo te voy a hacer un recibo de sueldo del lugar y para ellos vos vas a estar trabajando allí y asi podrás estar aquí que te parece? 

Señora Juliana ud siempre atenta a todos los detalles - dije entusisasmada-

Si y ahora siempre vos seras quien venga a cobrar el alquiler y así cerramos el círculo sin ninguna sospecha. 

Y así fue, yo para mis papas trabajaba en el bar que tenia la hija de Juliana y además estudiaba mi carrera de cocina así que no sospechaban nada raro. 

Fue pasando el tiempo y yo disfrutaba de lo que me estaba pasando, estudiaba lo que quería y cumplían labores de mucama pero en mi también habían crecido ese mirar mucho más las prendas femeninas que las masculinas, me pasaba con la ropa de Juliana cuando la lavaba o planchaba que siempre me quedaba viéndolas. También me pasaba cuando estaba en la calle con las mujeres que veía pasar o en los negocios que vendían ropa pero también me pasaba y mucho con Daniela una de mis mejores amigas. No se porque cada vez que tenia la oportunidad me quedaba mirando sus prendas, espiaba su placard cuando estaba en su cuarto a solas y siempre le halagaba lo que vestía pero ella estaba acostumbrada porque desde que nos conocíamos siempre lo hacía y pensaba que yo era así. 

Un mediodia Juliana me llama al comedor y tenía un paquete sobre la mesa.

Mili por favor necesito que vayas a lo de mi hija y le lleves este paquete si? 

Si señora como no? 

Me saque el delantal y el baton, me puse mi ropa y me dirigí a la dirección que me habían anotado en un papel. 

Al llegar me sorprendí con el tamaño de la casa, era enorme.

Se ve que con su trabajo le va muy bien - pensé mientras tocaba el timbre de la casa - 

Si quien es?  - se escucha por el portero - 

Hola si, mi nombre es Andres vengo de parte de la señora Juliana con un paquete para su hija.

Bueno ya te abro, espera un segundito - se volvió a escuchar - 

A los pocos segundos sale por la puerta de la casa, una chica muy joven que vestía un uniforme de mucama de color celeste y me abre la puerta y me hace pasar. 

Pase por favor - me dijo la empleada - 

No es necesario, solamente traigo el paquete que es para la señora Analia

Pasa que ella no esta pero enseguida vuelve pasa por favor - repitió la chica.

Pase y por dentro la casa parecía aún más inmensa, nunca había estado en una casa tan grande.

La mucama me invito a pasar a la cocina y me sirvió algo de tomar y mientras tanto se me puso a charlar.

Como te llamas vos? - le pregunte porque aun no sabia su nombre.

Anita y el tuyo? - me respondió-

Andres me llamo yo

Ah vos sos la mucama de la señora Juliana. 

Mi cara de sorpresa y terror me delataban no entendía nada como ella podía saber eso que estaba pasando  

Quédate tranquila no pasa nada, la señora nos conto de vos y que sos su mucama - me dijo con total tranquilidad esa misma que no tenía yo.

Pero pero.. - mientras no podía quitar los ojos de su hermoso uniforme - 

De verdad no pasa nada, nos contó que lo disfrutas mucho, decime alguna vez usaste un uniforme porque me doy cuenta que no dejas de ver el mio - mientras se sonreía.

Si, una sola vez en Bariloche que me metí en el cuarto de las mucamas en un hotel y bueno use uno por unos minutos - le dije con una vergüenza terrible.

Me tomó de la mano y me levanto de la silla y me dijo vení. Subimos las escaleras y de repente me encontraba en su cuarto, no entendía nada. Ella abrió su placar y ante mi todos sus uniformes colgados impecables en distintas perchas.

Elegí uno - me dijo -

Pero pero.. - era lo único que salia de mi boca -

A ver vení y me sentó en su cama, sacó uno de color negro con cuello y mangas blancas con broderie y un delantal blanco con líneas negras en los bordes. 

Me saco la remera, las zapatillas y el pantalón y allí estaba yo en calzoncillos frente Anita, la mucama que recién había conocido y ella me dice:

No, podemos usar el uniforme con esos calzoncillos - al mismo tiempo que me los baja-

Tomo una tanga de su placard y comenzó a ponérmela.

Para para pero yo nunca use - comenzó a decir hasta que me interrumpió -

Vos tranquila, déjate llevar -mientras terminaba de ponerme la tanga y tomo un corpiño que también coloco 

Estaba nervioso, callado, en shock no entendía nada de lo que estaba pasando. 

Anita me puso el uniforme y me ato el delantal, me llego a un espejo y me hizo verme. 

Estas hermosa - me dijo -.

Yo me miraba en silencio, no emitía palabra solo miraba el espejo y me veía a mi vestida de mucama y al lado mio estaba Anita también con su uniforme en silencio hasta que de repente escucho una voz familiar detrás mío que dice. 

Ahora si que sos toda una mucamita Milagros

Me doy vuelta y veo a la señora Juliana y a su hija Analia detrás mío muy sonrientes las dos al igual que Anita y yo allí vestida con este uniforme negro de mucama, muerta de miedo y sin entender absolutamente nada de lo que estaba pasando.