miprimita.com

A Aina la desvirgó... (El Secreto)

en Hetero: Primera vez

A AINA LA DESVIRGӅ (El secreto)

(Revelaciones de Aina, en relación a los textos publicados sobre ella en Todorelatos por otros informantes, con los títulos "A Aina la ha desvirgado Chingo" y "A Aina se la ha llevado Jandro al Corral Negro")

 

Prólogo

Por desgracia, - o por suerte, ¡qué se yo!-, y contra mi voluntad, ya me conocéis. Me llamo Aina Valasa, tengo casi catorce años, y estoy estudiando Secundaria en un Instituto de Badalona, el Anselm Solqueda, aunque me he cansado tanto de que todo el mundo conozca mi vida que he convencido a mis padres para que al final de este curso me cambien de centro.

De hecho ya estoy inscrita en un centro privado de la comarca del Maresme. Queda un poco lejos, pero hay un autocar que cada día te viene a buscar y luego te devuelve a casa. Además, de eso se trata, que quede lejos, que nadie conozca nada de mí.

Después de todas las cosas que me han pasado, después de todas mis experiencias sexuales, sorprendentes para mi edad, estoy cada vez más convencida de que los tíos, con muy pocas excepciones, son todos unos cerdos, siempre están pensando sólo en lo mismo.

Parece ser que hay un tema que inquieta un poco y que muchos lectores desean saber. Realmente, ¿Cuál fue mi primera vez? ¿Realmente fue Chingo Barrónez, como chuleaba él en la maldita entrevista de la odiosa revista Fúgate!, quien me desvirgó? ¿Cual es mi secreto, si es que lo tengo?

He oído tantas cosas, unas ciertas, otras no tanto, que, por primera y, espero, última vez, voy a ser yo quien os explique algunas, si me queréis escuchar.

Antes de empezar, y muy especialmente, quiero dejar una cosa bien clara: no soy la chavala cerrada y malhumorada que los dos textos publicados retratan. Me considero alegre y divertida. Lo que me fastidia es que como creo que es verdad que soy guapa, tengo un cuerpo atractivo igual que mi madre y me gusta ir moderna, eso lo interpreten los tíos como que les da derecho a todos a intentar follarme lo más rápidamente posible.

Hoy mismo, hace un día magnífico, y he estado con otras tías del insti caminando por el centro de Badalona, la calle de Mar y la Rambla, el paseo de la playa. Yo voy bien a la moda, como todas, una camiseta top cortita, unos pantalones tejanos caídos y la parte superior del tanga al descubierto. En el ombligo me he hecho un falso tatuaje que representa una flor. Pues bien, todo el rato he llevado clavados en mi cuerpo, en mi cintura desnuda, en mis pechos, los ojos de todos los tíos que me cruzaba, de edades comprendidas entre los cinco y los noventa años…

Sin comentarios.

En fin, voy a empezar.

 

YO, AINA, MI HISTORIA: Chingo, Jandro, el Secreto…

Chingo

En realidad no quería hablar. No quiero volver a pareceros antipática, pero mi vida sólo me importa a mí. He enviado mil veces a la mierda a la asquerosa revista Fúgate! cuando querían hacerme una entrevista, pero también me ha pedido que os explique algo una encantadora amiga, que es para mí como una hermana mayor, Celia, que escribe relatos con el nombre de Tatiana.

Bueno, quiero mucho a Celia, y os voy a explicar mis pensamientos, y algún secreto que quereis saber. Celia quiere que escriba yo, y luego dice que si hace falta me corregirá lo que ella piense que no se entiende bien.

No quiero haceros esperar mucho, Celia me insiste en que sea lo más breve posible, ella dice que lo intenta, siguiendo los consejos de uno de sus fieles lectores, Danae, pero no siempre lo consigue. Por eso me dice que no me enrolle y que vaya al grano.

Ahí va, por tanto. El chulo creído de Chingo no me desvirgó del todo, aunque sí que fue el primero en llegar hasta el fondo, por eso me hizo daño y grité. El muy imbécil iba, como gran parte de los tíos, sólo a lo suyo, y le faltó delicadeza y suavidad cuando me la metió.

Fue el primero en llegar hasta el fondo, sí, pero no fue el primero en metérmela ni el primero en correrse dentro de mi vientre.

Podría decir muchas cosas de ese impresentable, pero creo que no vale la pena. En realidad no sé como permití que me follase. Me cabreó mucho que fuese presumiendo de haberme desvirgado. Prefiero dejarlo estar y no hablar más de él.

Y, si Chingo no fue el primero, ¿quién fue?. Tranquis, enseguida os lo explicaré. Pero antes quiero deciros algunas cosas sobre el que sí que ha sido mi primer amante, el primer tío que me ha follado cuando y como ha querido durante un cierto tiempo, Jandro. Después volveré a lo de la primera vez.

Jandro

Si no entiendo bien cómo me dejé follar por Chingo, la verdad es que, visto ahora, tampoco entiendo cómo estuve unos meses, hasta que él me dejó, siendo la amante adolescente de Jandro. Soy, seguro, completamente imbécil y tonta del culo.

Creo que me deslumbró estar con un famoso de los que sale por la televisión. Porque otra cosa no sé qué pudo ser.

Los recuerdos del día que Jandro me folló por primera vez los tengo un poco confusos.

Creo que todo fue una especie de encerrona, me metieron en el coche con Jandro y me emparejaron con él ya pensando que me cogiese aquel mismo día, como así fue. Ahora tengo el recuerdo de cómo le vi, gordo por la buena vida que se da, famoso, fanfarrón, chulo, salido, con el pelo grasiento por la gomina, con olor a una colonias de esas tan fuertes que se ponen algunos tíos…

Pero yo también tuve culpa de lo que pasó, le provocaba conscientemente con mi cuerpo, pegaba mis muslos a él en el coche, me miraba con los ojos desorbitados, me gustaba verlo completamente empalmado, con aquel bulto en el vientre que amenazaba con romper los pantalones…

Y luego en la playa, bañándonos, cuando él me bajó la braguita dentro del mar e intentó, allí mismo, empezar a metérmela, y yo noté su pene en mi vientre intentado encontrar el agujero para meterse en mi cuerpo, hasta que conseguí apartarme y evitar que me violase allí mismo, delante de todo el mundo…

Su boca olía a vino y tabaco, su barriga empezaba a ser inmensa…

Y, cuando almorzamos, no dejaba de meterme la mano por todas partes, yo ya me había dado cuenta de que faltaba muy poquito para que me follase, por las buenas o por las malas, en cuanto acabásemos de comer…

Y mis amigas, muy inconscientes, que aceptaron hacer entonces allí mismo un striptease delante de toda la peña de Jandro… Y cuando él me pidió que bailase con ellas, le mandé a tomar por culo, y fue cuando me pegó…

Yo estaba bastante bebida, nos habían dado vino con la comida, y así, casi sin que me diese cuenta, Jandro me llevó a una habitación con luz roja, y eso si que lo recuerdo bien, me hizo mucho daño cuando me la metió, porque tiene un pene muy grande, ancho y largo, y casi me revienta al metérmelo todo.

Pero por lo menos yo sólo estuve aquel día con él, sólo me folló él, no me violó casi todo el grupo, como le pasó a mis amigas… Y por poco me asfixia y me ahoga, Jandro está bastante gordo, y al follarme aplastaba mi cuerpo con su peso.

Después he sido una especie de amante favorita de Jandro durante unos meses, pero hace un tiempo se ha cansado de mi, y ha dejado de venir a buscarme, me han dicho que ha conocido a unas chavalas polacas y rusas que forman un grupo de bailarinas que están buenísimas, se las ha llevado a actuar con él y se ha dedicado a follárselas, y tal vez desvirgarlas, una tras otra.

No he vuelto a verle, sólo sus actuaciones en la tele. Me es igual, he perdido todo interés en él, creo que es una auténtica liberación no tener que soportar el peso de su cuerpo aplastándome sin miramientos mientras me follaba.

No tengo ahora a nadie fijo, de vez en cuando me ligo a algún chaval, especialmente cuando consigo, junto a algunas de mis amigas, colarme sin que nos vean en la discoteca Titus de Badalona. Algunos vigilantes nos conocen y si nos ven nos echan por no tener la edad adecuada, pero casi siempre conseguimos engañarles y volver a entrar. Y si no podemos, siempre conseguimos entrar en uno de los numerosos bares que hay en la zona.

A veces, si el chaval o alguno de sus amigos tienen coche, vamos a la playita que hay delante, cerca del Turó del Mar de Montgat, y echamos un polvete antes de volver a casa.

Bueno, y llegamos al punto que esperáis.

Y antes de Chingo, antes de Jandro, ¿qué?, ¿quién?. ¿Cuál es el secreto?

No os haré esperar más.

 

MI secreto…

MI secreto… Mi auténtica primera vez…

Fue hace tiempo. Yo estaba en el sexto curso de primaria, aún no había cumplido los doce años. Fue en las vacaciones de Semana Santa.

Mis padres conservan algunas tradiciones de cuando eran jóvenes, y una de ellas es pasar muchos días de vacaciones en un camping. Especialmente a ella de pequeña la llevaban sus padres, y siempre le ha gustado. Creo que mi abuelo Pep, que vive en su casa de jubilado, en Fornells, en Menorca, con una guapa inglesa veinte años más joven que él, había sido un auténtico hippie, y le pasó a mi madre la pasión por el naturismo y las vacaciones al aire libre.

A mi mami le encanta ir a lugares en los que puede practicar el nudismo sin mirones, como Es Talaier o Cales Coves en Menorca o Cap Roig en la Costa Brava.

A mi padre no le hace tanta gracia, tiene bastante barriga, pero también hace nudismo para contentar a mi madre, que tiene una figura esbelta magnífica -yo he salido a ella, claro…-.Creo que mi padre preferiría ir siempre a un buen hotel y una playa normal, pero mi madre se lo pasa tan bien en un camping, sobre todo si es naturista…

Por eso yo estoy acostumbrada desde que nací a estar desnuda junto a niños y hombres, y no sé si reírme o enfadarme cuando veo las miradas de tíos de todas las edades cuando estoy en la playa normal con un pequeño bikini, igual que a mi madre me molesta estar vestida cuando me baño o tomo el sol, y, por eso, en cuanto puedo, me quito la parte de arriba del bañador.

Bien, aquella Semana Santa fuimos a un camping en los Pirineos, en la zona de Puigcerdà, pero ya casi un kilómetro dentro de Francia, enclavado junto al pueblecito francés de Estavar.

Allí se está muy bien. Es grande, con servicios muy cómodos, y la gente que hay son siempre familias o parejas francesas en mayoría total, con lo que el ambiente siempre es muy tranquilo. Además de autos y caravanas con matrícula francesa, muchos con el 75 de Paris, hay también bastantes catalanes como nosotros y algunas familias procedentes de Aragón, Valencia, País Vasco y Madrid.

Aunque en principio no es un camping naturista, hay alguna zona de parcelas más apartadas en las que puedes discretamente practicar el nudismo sin molestar a nadie, como le gusta a mi madre, especialmente en algunos pequeños prados soleados semiocultos en el bosquecillo que sigue el camino del apacible río que cruza el camping por su centro.

Por eso alquilamos una parcela situada en el límite más lejano del camping, al lado mismo del río y junto a la puerta Este. Es una de las zonas más alejadas de los servicios, pero, por ello, más tranquila. Mi padre preferiría estar en el centro, pero sabe que es mejor dejar que mi madre elija el lugar si queremos estar todos felices.

La misma mañana que nosotros, el sábado anterior al Domingo de Ramos, llegó también una familia francesa, procedente de Caen, Normandía. Era un matrimonio de una edad parecida a mis padres y un hijo suyo, Michel, algo más joven que yo.

Me fijé enseguida en él. Aunque él tenía entonces diez años y yo casi doce, era ya algo más alto que yo, y… ohhhh… era, bueno, es, me envía fotos suyas por el messenger, guapísimo. No os voy a hacer su descripción, os dejo que lo imaginéis, pensad, si sois tías o gays en el chaval de vuestros sueños, y, todo eso y más era y es, Michel.

Cada vez está más guapo, y creo que este verano mis padres y los suyos han acordado encontrarnos en un camping que hay cerca del faro de Sant Sebastià, en Calella de Palafrugell o Llafranc, no sé. Ni os cuento que pienso comérmelo a trocitos, ya se lo he anunciado en el messenger y él me ha dicho que bueno, que, por él, vale… Me ha escrito en el messenger algo así como "Voulez-vous coucher avec moi, cet eté…?" ¡Claro que quiero acostarme con él este verano!

Creo que me enamoré de él nada más conocerle, si por amor se entiende sentir, yo creo que por primera vez, ganas de abrazarme desnuda a su cuerpo… Michel llevaba cuando nos conocimos unos tejanos ajustados y una camiseta blanca sin mangas con un escudo del Olimpique de Lyon. Yo una camiseta, unos pantaloncitos cortos que dejaban ver todos mis muslos… Y vi perfectamente como Michel me los miraba…

Mis padres y los de Michel se hicieron amigos enseguida, y nosotros dos también fuimos inseparables. Los dos llevábamos bicis e íbamos juntos a hacer excursiones. Y yo notaba cómo le gustaba… No dejaba de mirarme… Especialmente cuando me ponía con mi madre y la madre de Michel en el pequeño prado soleado a tomar el sol desnudas y luego nos dábamos un bañito en el riachuelo. El padre de Michel también es naturista, y su madre, hay que decirlo, está tan buena como la mía.

Yo no me cortaba, cuando Michel me miraba, desnuda, yo le sostenía la mirada, le miraba también a él, especialmente a su todavía pequeñito pene y sus huevecitos, y sonreía. Él tenía que acabar dándose la vuelta y ponerse boca abajo, y yo, aunque sin experiencia, ya sabía lo que significaba, que no quería que viéramos que se había excitado. Y yo lo miraba más fijamente, así de gamberrita soy…

Bueno, creo que sobra dar más detalles de los primeros días. Vamos al día en el que pasó lo que he dicho que os explicaría.

Nuestros padres, cada día más amigos, decidieron hacer el Viernes Santo una pequeña excursión por los alrededores de la zona. Los padres de Michel quisieron llevar a los míos a unos baños termales de origen romano muy cercanos, en el pueblecito francés de Dorres.

Es un lugar muy chulo, que he conocido después, son unas piscinas naturales de agua muy caliente al aire libre, que te permiten incluso bañarte con la zona nevada. Después almorzarían en un restaurante típico francés en Saillagouse y pasarían la tarde en la zona de Font Romeu.

Se fueron sobre las diez de la mañana. Michel y yo preferimos quedarnos en el camping a pasear con las bicis y bañarnos en el riachuelo o en la piscina del camping, hacía buena semana y ya la habían abierto, es aburrido estar todo el día aguantando a los padres, aunque yo no me puedo quejar de mi mami, es una buena tía, alegre y divertida.

Además, los dos teníamos una especie de morbo especial en saber que papis y mamis se iban, y que estaríamos los dos solitos todo el día en el camping.

Primero fuimos a la piscina del camping. Estaba, a pesar de ser sólo primavera, bastante llena. Nos bañamos, el agua, dentro de lo que cabe, no estaba demasiado fría. Íbamos a estirarnos, para secarnos al sol, cuando yo le dije a Michel en la oreja que prefería que fuéramos a tomar el sol al pradito semioculto que hay entre nuestras parcelas y el río. Que allí estaríamos más tranquilos.

Michel me miró y me dijo que sí. Yo me había dado cuenta de que no dejaba de mirarme, especialmente mis muslos. Y mi vientre. Yo llevaba un bikini de color violeta muy pequeñito, prácticamente una cintita arriba y un tanga pequeñito abajo. Y yo no dejaba de mirarle a él, que llevaba un pequeño bañador tipo slip como en que llevan los nadadores, de color negro, que le quedaba muy ajustado y le marcaba el bultito de sus huevecitos y su pequeño pene. Subimos a las bicis y dejamos las piscinas, después de comprar unos bocatas de tortilla acabados de hacer y unas bebidas de cola bien frescas.

Dejamos las bicis en la entrada de mi tienda de acampada, y nos fuimos al pradito.

Nos sentamos al sol, y nos comimos los bocatas. Estaban deliciosos. Nos entendíamos bastante bien, en una extraña mezcla de francés, español, catalán, e incluso inglés, idioma que estudiamos los dos en nuestras escuelas.

Tenía a Michel muy cerca de mí. Cuanto más le miraba, más guapo me parecía. (Y me lo parece aún más ahora, cuando me envía fotos actuales en el messenger). Me estiré en la hierba recibiendo en mi cuerpo los rayos del sol. Me molestaba notar el bikini mojado, así, que, de golpe, igual que cuando tomábamos el sol con nuestros padres, me quité el sujetador.

Los ojos de Michel se clavaron en mis pechitos, que ahora podía mirar a gusto, sin la vergüenza de estar con nuestros padres. El estaba sentado, muy cerca de mí, contemplándome como asombrado, como si me viese por primera vez. Me sorprendí a mi misma pasándole el sujetador por la cara, antes de dejarlo al lado. Pasé mi mano por sus adorables cabellos, que lleva bastante largos, en una melenita que según cómo casi le da aspecto de niña, de tan guapo que es…

Le acaricié la cara. Noté que él empezaba a respirar más rápidamente, y se ponía rojo como un tomate.

Recuerdo cada cosa que hice… Nunca se me olvidará… Entonces, me dejé llevar por mis impulsos, o, como diría mi madre, por mi instinto femenino, agarré una mano de Michel y la llevé a uno de mis pechitos, enseñándole a jugar con mi pezoncito.

Atraje su cara hacia mí, y le besé en los labios. Yo estaba bastante decidida y segura, pero él temblaba de emoción o nerviosismo, no sé, creo que influía mucho que yo tenía ya casi doce años, y él hacía poco que había cumplido los diez… Su cuerpo era de mayor, pero su cabeza, su corazón… creo que no sabía que hacer conmigo… hasta donde llegar…

Él estaba parado, dudaba… Yo le volví a acariciar, le sonreí, me giré hacia él incorporándome un poco y… me atreví, sí, me atreví… Agarré suavemente su bañador y se lo fui bajando poquito a poquito… Él me dejó hacer… Apartó su slip con los pies descalzos y quedó ya completamente desnudo a mi lado…

Y lo vi, por fin lo vi… Ahora Michel no podía, ni supongo quería, ocultarlo… Su pequeño pene estaba duro, rígido, con la punta fuera de la piel que la cubre en reposo… Era como un cigarrillo, algo más largo y más ancho, un trocito de carne endurecida que te invitaba a jugar con él… Y detrás sus huevecitos, pequeños pero bien marcados y evidentes…

Le volví a besar, sin dejar de acariciarle y sonreírle, y me quedé de nuevo completamente estirada en la fresca hierba del pradito soleado…

Y tuve una gran alegría… Michel había comprendido, el chaval ya sabía lo que yo le invitaba a hacer, aunque al principio se había quedado bastante parado… Sentí que las manos de mi guapísimo amiguito francés empezaban a bajarme la braguita del bikini… Y le ayudé a hacerlo…

Quedé yo también desnuda del todo… Llevé su mano a mi vientre, hice que me tocase todo el sexo, sentí como apretaba con los dedos para recorrer toda la entrada de mi vagina…

Volví a tocar su pequeño pene… Ahora ya estaba duro como las rocas de la montaña…

Michel se abalanzó entonces sobre mí, dándome un gran beso, al que yo correspondí encantada, introduciendo mi lengua en su boca, como había visto hacer en los libros de sexo que tiene mi mami… Y el chaval me agarró un pechito, apoderándose del rosado pezoncito, apretándolo, besándolo, y, por primera vez, hasta mordiéndolo…

Michel aprendía deprisa… Se estiró de lado sobre mi cuerpo… Noté el contacto de su pene en la piel de mi cadera… Creo que empecé a temblar…

Sus caricias fueron descendiendo por mi vientre hasta pasar de nuevo por el sexo y acariciarme los muslos, por fuera y, oh, que bueno, por la parte interior, hasta volver al sexo y meter un poco un dedito dentro de mi vientre…

Entonces Michel me fue abriendo poco a poco las piernas, y me apretó con los deditos ese trocito de carne que le llaman clítoris y que es como un pene muy pequeñito que tenemos las chicas… Oh, que bien cuando lo hizo, sentí algo sin comparación, creí que me desmayaba, que chulo que era lo que Michel me hacía…

Y se colocó por completo encima de mi cuerpo, sentí su peso en mi pecho, mi vientre… Abracé su cadera con mis muslos, apretándolo contra mi sexo…

Me di cuenta que Michel de nuevo no sabía como continuar, de manera que, siempre he sido muy decidida, nunca he tenido miedo, bajé una de mis manos hasta encontrar su penecito refregándose en mi vientre, y lo llevé hasta la entrada de mi sexo, haciéndolo entrar poquito a poquito… Ufffff, qué chulo era coger aquel trocito de carne dura y meterlo en mi vientre… De hecho casi se podría decir que me estaba autodesvirgando yo misma…

Pero Michel, que además de guapo es un chico muy inteligente, se dio cuenta de que todo ya lo tenía a punto, que estaba todo preparado para que me metiese su pene en mi sexo, y, por fin, con el cuerpo hirviendo encima del mío, pegó un suave empujón hacia delante, yo sentí un pinchazo no muy fuerte, como si algo se hubiese cortado dentro de mí, y dejé escapar un gemido, no creo que llegase a grito, del leve dolor o escozor que sentí cuando el pequeño pene del chaval se introducía en mi vagina…

Si pudiese hablar de esto en broma, os diría que Michel acababa de romperme el himen, de desvirgarme, pero no mucho… Por eso, cuando el chulo de Chingo me la metió toda, si que me hizo daño de verdad…

Para no hablar de Jandro y su pene morcillón, como todo él…

Michel había leído libros y creo que había visto películas porno, y parecía conocer lo que tenía que hacer. Empezó a sacar un poco y volver a introducir su polla en mi vientre, hasta que el movimiento ya lo hacía bastante rápido y con naturalidad, mientras me besaba en la boca, me mordía el cuello, me chupaba los pechitos, y yo apretaba su espalda, sus culo contra mi…

Mi leve dolor de cuando me desgarró una parte del himen se fue convirtiendo en un placer que me iba aumentando en cada movimiento de su cadera y su pene, mi cuerpo ardía, cuanto más rápidamente me follaba Michel más placer sentía yo…

Ya había dejado de ser niña, ya, creía yo, había perdido mi virginidad, era maravilloso, fantástico, tener aquel trocito de carne dentro de mi, sentía una sensación de que follar era como volar por mil paisajes diferentes, mi cuerpo y el suyo cada vez estaban más calientes, aquel meter y sacar rápido de Michel me volvía loca de remate, yo ya gemía, gritaba… Ahora ya sabía que sentía mi mami, porque yo oía desde mi habitación alguna noche sus gritos cuando estaba con papi…

De golpe, Michel se paró, se puso rígido, y volvió a comenzar con movimientos mucho más rápidos y fuertes que antes, de hecho, movía todo mi cuerpo cada vez que sacaba y metía… Michel ahora gritaba, gemía, se quedaba sin respiración…

Y yo notaba el interior de mi vientre mojado, un líquido caliente estaba dentro mi vagina, supuse correctamente que era el semen, el líquido procedente de los testículos que los penes de los tíos depositan en la barriga de las tías…

Michel me seguía besando... Sudaba… Nos daba el sol, se oía el croar de las ranas, a nuestro alrededor oíamos el vuelo de moscas y mosquitos.

Michel no sacó su pene de mi vientre hasta que no dejó ir hasta la última gota de su semen, que, visto lo que he visto y vivido posteriormente con Chingo, Jandro y otros tíos, tampoco era mucho, más bien casi nada, pobrecito, era tan niño todavía…

Al cabo de un rato, me senté encima de él, agarré su pene, y al sentirlo duro de nuevo, yo misma me lo introduje todo dentro de mí… Y empezamos de nuevo a follar…

El ritmo fue primero lento para disfrutarlo más, pero fue aumentando a medida que mi excitación y la de él era superior… Y más, y más, y más… hasta que de nuevo empezó a gemir y dar saltos, y yo con él, notando de nuevo en el interior de mi vagina la agradable sensación de la presencia de un líquido muy caliente… Por lo visto, aún le quedaba… Y nos fuimos aplacando lentamente, me aparté y me quedé estirada en la hierba del prado, a su lado…

No tenía aún doce años, y ya acababa de hacerlo dos veces con un chaval que tenía diez cumplidos hacía poco…

Poco después, Michel se puso de pie, nos besamos y nos abrazamos, me agarró de la mano, recogimos del suelo los bañadores, y, desnudos los dos, me llevó hasta la parcela donde estaba la caravana de sus padres.

No nos hacían falta las palabras… Michel me llevó hasta la camita en la que dormían sus padres dentro de la caravana, yo me estiré en ella, y él se echó rápidamente de nuevo encima de mí….

Volvimos a hacerlo, esta vez mucho más lentamente, disfrutando mucho más, gozando ralentizados, hasta llegar al final… Y los dos, casi al mismo tiempo, nos dormimos abrazados, rendidos y agotados, pero extremadamente felices por los grandes acontecimientos de nuestra vida que acabábamos de protagonizar…

Por la tarde, deseando ya sólo dormir y descansar para agarrar fuerzas, sobretodo Michel, claro, y poder volver a follar, nos bañamos en la piscina hasta que llegaron nuestros padres, muy felices también por las excursiones que había hecho durante todo el día…

Mi mami me dijo que yo tenía la cara muy enrojecida, que si había tomado mucho el sol. Y que Michel también. Los dos dijimos que sí, sonriéndonos el uno al otro con miedo de que mi mami se diese cuenta de lo que habíamos hecho…

Pero nadie sospechó nada… Ni en aquel momento, ni las otras muchas veces que, en los dos días que nos quedaban en el camping, antes de volver a Badalona y Caen, pudimos Michel y yo encontrarnos para follar como locos… Y si lo sospecharon, nuestros padres son muy liberales, nunca nos habrían dicho nada, tal vez a mí algún consejo sobre prevención de embarazos… que entonces aún no hacía falta, aún faltaba un año para que me llegase por primera vez la menstruación…

El año pasado, yo ya tenía, como sabéis por los relatos que habéis leído, mucha más experiencia, y ya estaba desvirgada "de verdad" por el gilipollas de Chingo, y creo, por la manera que follaba, que Michel también lo había vuelto a hacer con alguna chavala en Normandía.

Nuestros padres habían quedado en pasar unos días juntos, y nos encontramos en un camping cercano a la zona de Ses Salines, en la isla de Ibiza. Nuestros padres fueron por su lado, y Michel y yo estuvimos juntos prácticamente diez días enteros, recorriendo con nuestras bicis las partes cercanas de la isla y buscando caletas con rincones desiertos… para follar sin parar. Yo ya tenía que tomar "precauciones", ya sabéis.

Y, bueno, este verano del 2005, ya os dije que es seguro que nos encontraremos en el camping que hay más cercano a Calella de Palafrugell y Llafranc, por debajo del Faro de Sant Sebastià.

No os daré el nombre, faltaría más, pero si coincidimos en el mismo camping, y observáis un chico y una chica muy jovencitos, muy guapos, y paseando en bañador encima de unas bicis, no lo dudéis, es bastante probable que os encontréis delante de nosotros, Michel y Aina…

Tal vez os explique más cosas más adelante, si queréis.

Espero que Celia-Tatiana no me pegue la gran bronca por tener que corregirme muchas cosas de ortografía y sintaxis. Al fin y al cabo, a ella casi siempre veces se le escapan también errores imperdonables…

Besitos a todos y a todas, como dice ella.

Aina Valasa

Mayo de 2005

Epílogo

También es verdad que habiendo releído y repasado ahora mi propia historia, me doy cuenta que queda por contestar la pregunta principal: ¿Quién me desvirgó? ¿Fue Michel con su primera penetración de niño? ¿Fue Chingo, con la primera penetración total? ¿Fue Jandro, en realidad mi primer amante, que me folló cómo y cuando quiso durante unos meses? No lo sé. Físicamente fueron Michel y Chingo, mentalmente, de forma diferente, Michel y Jandro.

Creo que, cuando sea viejecita, si es que llego, pensad que estoy hablando de más allá del 2050, me gustaría recordar que fue Michel, y haber olvidado a los otros dos. Bueno, como supongo que entonces todavía existirá esta web, o alguna heredera directa suya, ya os lo explicaré entonces. Mientras tanto, supongo que tendré muchas historias que tal vez os explique en presente o pasado cercano… No quería decir nada, pero me ha gustado esto de escribir mi historia.

Recordad, tenemos una cita más allá del 2050…

MAR, SOL Y VIDA, 2005

Mas de Tatiana19752

Anabel, la pinche novata, y el chef senegalés

La semilla del diablo: el ruso me ha desvirgado

Desvirgadas en barcelona, reedición 2004-2014

Crónicas lesbianas: mireia, mi joven amante

Alicia y Ana, sexo de verano con los jamaicanos.

Evy y yo: las delicias de las 3 sorpresas

Sandro y yo: desvirgada en Badalona - 1

Lidia desvirgada por Doc el Brujo en los pantanos

Me enamoré de una joven prostituta

Desvirgando a Alba, noche de bodas de mi bisabuelo

Don Salvador: Mireia y Evelyn, sexo en el faro

Bachata de Elisenda y el Elefante Negro

La Cámara del Diablo: Tatiana e Irina desvirgadas

Don Salvador y Ángela, sexo en la Casita Blanca

Don Salvador, el abuelo de Angela, me desvirgó

Desvirgué a Vicky en mi casa de Sitges

He desvirgado a Milena en una playa de Menorca

Tarik me desvirgó en su harén y fui su concubina

Me entregué al amante de mi madre en Cala Morisca

Fat John y sus putitas

CARNAVAL 2010: Ceremonia en la Cámara Roja

Desvirgué a Cristina, orgía en el club de Baba

Julia, el mexicano, Madrid

Romance limeño de lucia, sexo y reggae

Marina y yo

Noemí y el chino Caballo de Hierro (Oriente-1)

Isabel, Isabel, tu suave piel me enloquece...

Sentencia de un tribunal

El joven Tiburón también devora sirenitas

Romance de mi desfloración

Me devoró el viejo tiburón

Desvirgada en el Aquelarre, contado por Annabel

A Adela le gustan las noches de lluvia en Roma

Sinfonía de Ariana, cebo para una adolescente

Susana de fuego

A Alina la devoro el negro Fat John

Alicia, seducida y desvirgada en el valle

13 de Julio de 2005

A Aina la cogen Dioses Andinos

¡Mi gran sorpresa en La Casa!!

Ahmed y Martita, Sexo en El Serrallo (Ahmed-2)

DeB-7 Soy Celia y he desvirgado a Toni

Desvirgadas en Barcelona 5 y 6

Me desvirgó un Sátiro en un bello bosque

A Aina se la han llevado al Corral Negro

Consejos antiguos de la media luna

Alba de sexo adolescente en los Pirineos

A Aina la ha desvirgado Chingo

Ahmed y Abdullah desvirgan a Martita y Sara...

Telaraña para una adolescente

Desvirgadas en Barcelona 3 y 4

Desvirgadas en Barcelona 1 y 2