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Fat John y sus putitas

en Interracial

Fat John y las putitas. Tarde de sexo y reggae en la Discoteca.

( Segunda historia de Fat John, Desvirgadas en Barcelona, 17)

Entré, miré dentro, y vi al Simba y otro negro acabando de atar con pañuelos los brazos y los pies de Anita a las cuatro esquinas de la cama. La dejaron abierta en forma de X mientras ella sonreía, creo que estaba bastante colocada. Aquello quería decir que se la pensaban follar sin perder más tiempo, ya iban muy quemados por el baile y la fiesta en la discoteca. Los negros me miraron y sonrieron. Me dijeron algo así como "Ahora verás, tío, bananas para la putita!..."

Entonces vi que Makele, el amigo africano de mi brother y compa, el negro gordo jamaicano Fat John, se ponía junto a la cama, se bajaba el bañador hasta quitárselo, y de su vientre emergía una polla oscura, como un ancho morcillón, con unos huevos enormes y muy peludos. Dejó su cigarrillo en un cenicero que había encima de la mesita de noche. Makele se abalanzó sobre la cama, echándose encima de la jovencita, que lo miraba ahora fijamente, mientras seguía sonriendo como una tonta, creo que no se daba cuenta para nada de lo que le estaba a punto de pasar.

Makele escupió en su mano y distribuyó la saliva con los dedos por dentro del sexo de la chica, llevó con su mano el morcillón que salía de su vientre a la entrada del sexo de la chavala, y le metió toda la polla, así, sin más preámbulos, a lo bestia. Le debió hacer daño al penetrarla de golpe, porque Anita gritó mientras el tío se la metía. Se dejó caer sobre ella, con su peso debía estar aplastándola, y, de forma brutal, moviéndose como un perro, se puso a gozar con ella. Supongo que Ariana y Fat John, que después de bailar habían estado hablando en un sofá bien juntitos con el gordo gorilote besándola, desnudándola y manoseando por todas partes su cuerpo adolescente, oyeron el grito de Anita, porque, enseguida, mientras yo miraba cómo se la tiraba Makele, me di cuenta de que tenía a mi lado de pie a Ariana, bien sujeta por la cadera por Fat John, que nunca suelta una presa antes de devorarla, y los dos observaban a Makele tumbado encima de Anita follándola.

Ariana se quedó mirándolos, como absorta, muy impresionada, creo que como paralizada. Los miraba fijamente, como si no se creyese lo que estaba viendo, se notaba que la nueva putita del gordo jamaicano debía ser virgen y todavía no sabía lo que era una buena polla dentro de su chochito. Fat John sonreía y apretaba a Ariana de lado contra él, al tiempo que le musitaba cosas en la oreja que yo no podía oír, mientras aprovechaba para apretar los pechos de la chiquilla y pellizcarle los pezoncitos. Ariana estaba inmóvil, mirando como Makele se divertía follando a Anita, ya te digo, como si no se creyese lo que estaba viendo, mientras el negro Fat continuaba excitándose tocando su cuerpo sin que ella mostrase reacción alguna en desasirse de los juegos del gorila. Fat John aprovechó entonces para bajarle la mano por la cintura, coger las cintitas de la braguita del bikini de la rubita por el costado y soltarlas. La braguita cayó al suelo.

Imagino que Ariana se dio cuenta de que Fat la acababa de dejar completamente desnuda, pero no reaccionó, continuaba mirando como Makele se tiraba a Anita en la cama. Entonces, Fat John se bajó el bañador, liberó su barriga, y su enorme, larga y legendaria polla saltó hacia adelante, tiesa y ancha como un chorizo. Tiene también el sexo muy peludo y sus testículos son enormes. Agarró a Ariana y se la llevó hacia otra de las habitaciones que estaban libres. Ella se dejó llevar por él, sumisa, como si todo aquello fuese más un sueño que una realidad. Al fin y al cabo, tal vez no tanto como Anita y la otra putita, o puede que sí, no sé, pero también Ariana había tomado los excelentes mojitos de ron que prepara Makele.

En el salón ya no había nadie, los otros africanos debían de haberse llevado a Natalia a otra de las habitaciones, y, en efecto, oí otro grito en una habitación, me asomé, y vi a Ali Dellah, follándose a Natalia, mientras la sujetaban Abdullah y otro tío gordo desnudo, con un gran pene que le salía debajo de una considerable barriga. Entré en la habitación de Fat John, y vi cómo llevaba lentamente a Ariana, agarrada por la cintura, hacia la cama, los dos desnudos. Igual que las otras, la habitación tenía una luz mortecina y cálida, pero la música estaba bastante baja, no molestaba y daba un buen ambiente. Ariana estaba como encantada o hipnotizada, como si fuese un sueño, y Fat John continuaba hablándole suavemente en la oreja. Ya te he dicho muchas veces que parece mágica la capacidad que tiene Fat John seduciendo a las jovencitas para follárselas sin que protesten, sobretodo teniendo en cuenta que no es un hombre guapo, sino una especie de joven gorila gordo y pervertido. O tal vez por eso, muchas veces las chavalas prefieren a los tíos que ellas detectan como grandes folladores antes que a los chicos guapos y atléticos, creo que tienen una especie de sexto sentido o instinto para detectar esas cosas. Y piensa que, ya sabes, Ariana es seguramente un caso fácil en este aspecto, tiene un carácter dulce y tranquilo, aunque a veces nos ofrece reacciones sorprendentes e inesperadas. Es a veces imprevisible, ahora estaba como si estuviese viviendo todo aquello como un sueño.

Cuando estuvieron junto a la cama, Fat John la empujó hacia atrás suavemente y la acostó. Estaba muy oscuro, la luz roja era muy floja, pero me parece que Ariana le miraba fijamente, a él y a aquella cosa enorme que le salía del vientre. Se inclinó sobre el catre, y al ver que Ariana no decía nada, sólo le miraba, Fat John se fue colocando encima de ella, se encamó con la chavala de una puta vez, como me dijo él posteriormente.

Fat John ahora ya no podía aguantarse. Si Ariana se hubiera asustado al tumbarse sobre ella en la cama, si hubiese querido marcharse o resistirse, Fat John, se lo habría hecho por la fuerza, la habría violado, yo le habría ayudado a sujetarla, no tengo porque negarlo, ya sabes, los tíos, cuando estamos salidos de verdad, nos lanzamos y no hay nada que nos pare, ayudamos a los colegas. Pero mejor que fuese así ¿no? Fat John sólo atendía ya al cuerpo de la chiquilla. Se dejó caer encima de ella, y sintió todo su cuerpo debajo del suyo. La besó en los labios, le metió la lengua en la boca, y ahora ella le dejó hacerlo, continuaba estando como paralizada.

Le abrió los muslos -los tiene fantásticos, muy blancos, bien formados, esbeltos, suaves-, y se colocó en medio. Volvió a besarla, ahora vi que Ariana también apretaba un poco sus labios, como si empezase a participar ella también. Le mordió el cuello, y, eso sí que siempre es superguay, Fat John le chupó los pezones de los pechitos, fue bajando la cabeza hasta lamer el sexo de la jovencita, que empezó a gemir y jadear cuando la lengua del negro gordo se paseaba dentro de su vagina llenándola de saliva. Entonces tal cómo tenía que hacerlo, supongo que ya no se podía esperar más, se colocó de nuevo encima de ella, cara contra cara, le tocó el sexo hasta encontrar la rajita, y cuando la encontró, Fat John cogió su enorme polla con la mano y la llevó a la entrada del coñito de Ariana.

Con la mano la dejó metida un poco, justo en la entrada, y entonces se fue hacia adelante, lamiéndole los pechos y el cuello, para volver a besarla, al tiempo que hacía que su morcilla se fuese metiendo en el chochito de la chavala. Fat John notó que su pene empezaba a entrar suavemente en el cuerpo de la jovencita ya que la saliva que él había dejado dentro de ella facilitaba la penetración en su sexo ... En aquel momento apretó hacia adelante con la pelvis, pegó un empujón hacia arriba frotándose con el cuerpo de la chavala, y notó que su polla se metía toda rápidamente dentro del cuerpo de la rubita . Entonces Ariana dio como una sacudida, cuando el morcillón de Fat John entraba por completo en su coñito, como arqueando el cuerpo hacia arriba, y pegó un chillido… Para Fat John fue chulísimo, acababa de desvirgar a su rubita...

Pero yo ya sabía que Fat John, cuando folla por primera vez a las chavalas que le gustan, se excita mucho más, se vuelve rabioso, y vi como él se iba completamente, se volvió como loco, se transformó en una especie de perro o de monstruo salvaje, en una fiera desbocada… Empezó a moverse como una bestia furiosa encima de Ariana, más violentamente que como había visto que lo hacía Makele con Anita, y le pegó unos movimientos tremendos, de arriba a abajo, arriba abajo, adentro afuera, adentro afuera, como si se hubiera vuelto mil veces loco, era como un monstruo rabioso, besándola, mordiéndola, chupándola, y más, pellizcándola, tocándola, destrozándola como una bestia salvaje su presa, moviéndola como si la chiquilla fuese una barbie de juguete.

Entonces él no se daba cuenta, pero se lo he explicado yo que estaba de espectador empalmado, al cabo de un ratito de estar él tan violento y fuera de sí, follándosela salvajemente, Ariana también se le enganchó a él, había dejado de gritar, y después de gemir unos momentos se abrazó a su negro, le besaba, le mordía, le clavaba las uñas, gritaba, se estremecía… La chiquilla estaba también como enloquecida, chillaba, jadeaba como si no pudiese respirar, no me extraña, tenía al gordo Fat John copulando encima de ella, a veces gritaba como si le volviese a hacer mucho daño, se movía, cruzaba los muslos encima de los de él… Mirar a Ariana era como ver una gata salvaje a la que la se estaba tirando un perro enloquecido. Fue todo increíble.

Fat John me ha explicado después que pocas veces había sentido nada igual con una muchachita, y mira que en la discoteca se las ha tirado a montones, muchísimas, ya sabes, le enloquecen las chavalas, aprovecha las que se le acercan por ser uno de los DJ’s más populares y le encanta enseñarles cómo folla un macho, ver la carita de sorpresa que ponen cuando, antes de que se den cuenta de lo que está pasando, a veces incluso dentro de la pequeña habitación que hay junto a la cabina del DJ, la tienen toda adentro, sí, Fat John se la había metido ahora bien profunda a Ariana... ¡Cómo le moló tirarse a la rubita! En un momento dado explotó, noté por sus movimientos y sus gemidos que Fat John se iba, que ya se iba a correr, y como empezó a gritar y a moverse frenéticamente a gran velocidad, me di cuenta de que su polla estaba soltando ya todo la leche que tenía en los huevos dentro del vientre de Ariana. No se cuanto duró, me pareció que fue mucho tiempo, que el jodido semental tuvo un orgasmo larguísimo, que parecía que no se acababa nunca. Era algo terrible, tremendo, se transformó en un monstruo inhumano, aún más desquiciado, gritaba, aullaba, me parece que hasta rugía, hasta casi me asusté, pensé que le había dado un ataque de epilepsia, su polla no dejaba de soltar semen a borbotones, como una fuente, dentro del vientre de Ariana, mientras entraba y salía de su sexo a gran velocidad, clavándosela cada vez más adentro, más profundamente a cada espasmo, y el semen del negro mezclado con algo de sangre del desvirgamiento se escapaba del sexo de la jovencita hacia sus muslos y la sábana de la cama…

Ella también explotó cuando él se corrió dentro de ella, y empezó a gritar, gemir y a moverse violentamente, se ve que disfrutó mucho, parecía que se había vuelto loca de placer al tiempo que el peso de él provocaba que se sintiese como asfixiada y ahogada, su barriga la aplastaba, pero eso aún la hacía gozar más, según le contó posteriormente a Anita y a Natalia. Ariana no se dio cuenta del estado bestial y salvaje en el que Fat John estaba, porque ella se puso igual cuando le llegó el orgasmo al sentir el semen del negro inundando su vientre en el momento en que él se corrió dentro de ella. Ariana estaba también como loca. Le dejó a Fat John las uñas clavadas en la espalda y los dientes marcados en el cuello, ella también enloqueció tremendamente, Fat John se había transformado en una especie de tigre salvaje y ella en su gatita desquiciada y perturbada.

Luego él, cuando los dos dejaron de moverse, Fat estaba ahogado y estirado encima de Ariana, bañados los dos en un mar de sudor que olía a sexo y semen, como si se hubiesen duchado juntos, sin poder respirar, jadeando, ella abrazaba el cuerpo de él con sus brazos, sus muslos y sus piernas… La polla de Fat John estaba todavía dentro de su vientre, tal vez aún la tenía hinchada, y, entonces, se volvió de lado, sacándosela poco a poco, la tenía mojada con un líquido color blanquinoso, el semen que había soltado dentro del sexo de la chavala, mezclado con el rojizo la sangre del himen roto y se quedó estirado junto a ella, agarrados de la mano, aún jadeando y respirando con dificultad…

Entonces yo, que seguía tremendamente excitado como puedes suponer, fui a follarme una chavala para tranquilizarme de una puta vez. Miré las habitaciones. Anita ahora no tenía a nadie encima, y a Natalia todavía se la estaba tirando alguien. Fue muy chulo follarme a Anita, tiene un cuerpo que te la pone tiesa mil veces seguidas, pero estaba bastante ida y ausente, como fuera de sí, como si todo le fuese igual. Cuando acabé de gozarla y correrme dentro de ella, me quedé algo dormido, hasta que me despejaron unas voces. Me vestí, y salí de la habitación. Estaban en el salón, arreglándose para salir porque era tarde para las chicas, teníamos que irnos pronto y dejarlas en sus casas con sus familias... Ariana estaba sentada junto a Fat John, él la tenía agarrada por los hombros con la otra mano en sus muslos desnudos. La rubita le pasaba el brazo por la cintura y apoyaba su cabeza en el hombro de él. Parecían entenderse perfectamente, ya os he dicho varias veces que es sorprendente la magia que tiene Fat John con las jovencitas. Él dice que, aunque no es haitiano sino jamaicano, es brujo vudú, y me lo acabaré creyendo. Ariana me miraba algo pícara, parecía como si le hubiesen contado lo que yo acababa de hacer con su amiga Anita. Fat John también me miraba con ojos irónicos y lujuriosos, yo sabía perfectamente que él era naturalmente quien había desvirgado a Anita un par de meses antes, y centró de nuevo la atención en su rubita acabada de desflorar, el negro Fat sonreía y volvía a meter la mano en las tetas y el sexo de su chavala mientras la besaba introduciéndole la lengua en la boca de la forma más provocativa y lujuriosa que podáis imaginar.. Ariana se estaba comiendo un bocadillo de jamón y queso y un refresco de cola, y él se estaba tomando una birra bien helada. Anita y Natalia estaban sentadas juntas en un butacón, como muy abatidas. Estaban vestidas y lucían muy pálidas, como terriblemente cansadas, cosa muy lógica para mi, que era uno de los que las habían follado hacia un rato.

Creo que Anita estaba medio llorando, tenía los ojos enrojecidos. Supongo que no les había hecho ninguna gracia darse cuenta, ahora que ya les había pasado el efecto de los mojitos, que el Makele, el Simba y los otros amigotes de Fat John, Barek, Abdullah, incluso yo, nos las tirásemos uno detrás de otro. Pero sabían que no podían hacer ni decir nada. Ni Anita le podía explicar nada a su madre de lo que le había pasado cuando esta volviese a casa, si es que volvía, su mami a lo mejor se quedaba a pasar la noche con su amante casado, como hacía frecuentemente cuando la familia de él no estaba, ni tampoco Natalia le podía decir a sus papás que no había estado en casa de Anita y en la playa con gente de la peña y del instituto, sino en la Disco Tselbomg ligando un grupo de rastafaris, moros y negros que habían acabado follándoselas todos. Estaban atrapadas, ninguna de las dos le podía explicar a sus padres que les habían estado engañando, ninguna de las dos les podía decir algo tan extraño como que se habían acostado aquella tarde con un grupo de negros en un apartamento privado de la Disco Tselbomg, cuando se suponía que ellas estaban con sus compañeros en la playa.

Le pregunté a Hassan Kemal cómo había ido, y me explicó que fabuloso, que los amigos de Fat John nos lo habíamos pasado de película, igual que yo mismo con Anita, que, poco más o menos, todos se habían follado a las dos chavalas. Después, poca cosa más. Los otros amigotes de Fat John hablaron entre ellos, se rieron a carcajadas, sacaron sus carteras y, cada uno de ellos le dio unos billetes a Hassan Kemal. Yo puse dos billetes de veinte euros. Se acercó a Anita y a Natalia y le dio doscientos euros a cada una. Las putitas no querían aceptar los billetes, pero Abdullah y Barek hablaron un poco con ellas, no se que les dijeron, pero las convencieron y las dos chavalas se guardaron el dinero. Fat John se sacó también unos billetes y se los puso en la bolsa a Ariana. Ella quiso devolvérselos, pero él le paró la mano, e hizo que los volviera a poner en la bolsa, al tiempo que le volvía a decir unas cosas en la oreja. Ella se sonrojó, sonrió tapándose la boca como si le diese vergüenza lo que le acaba de decir el chico gordo que la acababa de desflorar, y no insistió en devolver el dinero a Fat John. Luego nos fuimos a llevar las chavalas a sus casas, ya he dicho que era tarde. Los otros amigos de Fat se quedaron en la Disco, al parecer iban a venir unas chicas búlgaras y rusas nuevas de un club de la costa para acabar de pasar la tarde y seguir después toda la noche la orgía con ellas.

En el coche, el todoterreno de Fat John, íbamos los seis, Abdullah conduciendo a alta velocidad por la autopista hacia la ciudad, vigilando al pasar por los conocidos radares de la zona, a su lado Makele, y detrás Natalia y Anita junto a una ventanilla, Fat John en el centro, con Ariana sentada encima de él, y yo en la otra ventanilla. Fat John tenía sus manos en los muslos de la chiquilla, y me di cuenta de que a veces le acariciaba el sexo y ella se estremecía y le dejaba hacer. Anita y Natalia estaban como agotadas, como sorprendidas, y a veces hablaban con Abdullah y Makele musitando las palabras. Sólo me pareció entender que ellas les decían que sus padres no tenían que enterarse de dónde venían, y, ellos, con una especie de sonrisa, les decían que no se preocupasen, que ellos no les iban a decir nada, que las dejaríamos cerca de su casa, no en la puerta, nadie nos vería…

Marzo de 2010.

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