miprimita.com

CARNAVAL 2010: Ceremonia en la Cámara Roja

en Sexo con maduros

CARNAVAL 2010: LA CEREMONIA DEL PLACER EN LA CÁMARA ROJA

Tanya e Ilenia en la Cámara Roja. (Desvirgadas en Barcelona, 16)

En algún lugar de la costa de Barcelona.

Bugwo’s Private Club

Lunes de Carnaval, 8 de Febrero de 2010. Invierno.

Llueve todo el día. 10º C de temperatura máxima.

Relato de Tanya

Nuestra profesora de ballet Pavlova y la directora de deportes y ambiente, Aminawa, que es hermana de Cheik Bugwo, el director y uno de los dueños del Club, nos han dado permiso por fin a Ilenia y a mí –me llamo Tanya-, para estar en el edificio Termas del Kilimanjaro, la piscina cubierta climatizada con saunas y salas de masajes, donde pasan horas muchos de los socios del Club de Bugwo, y también pueden ir las chicas del ballet, este edificio está conectado con el del polideportivo y con el edificio social y residencia a través de galerías subterráneas climatizadas.

Nos han dicho que nos portemos bien y no hagamos ruidos ni gritemos ni molestemos o no nos dejaran volver a ir. De todas maneras, Aminawa nos ha dicho que a las saunas y salas de masajes no podemos entrar, que más adelante ya se verá si estamos preparadas. Ilenia y yo siempre decimos que sí a todo, al fin y al cabo nosotras estamos en el Club sin pagar nada porque nos eligieron en un casting para el grupo del ballet de cheerleaders y animadoras de las competiciones en las que intervienen los equipos del Club.

Esta semana hay en el Club la fiesta de Carnaval, nos han dicho que es muy divertida y participa mucha gente, los socios del Club y la gente que invitan, es una fiesta privada. Le hemos preguntado a Pavlova y Aminawa si podemos disfrazarnos y venir, pero nos han dicho que sólo si algún socio del Club nos invita, que de nosotras sólo pueden venir las chica del ballet que hacen de animadoras, pero que nosotras todavía no estamos preparadas, aún nos falta entrenamiento para bailar bien.

Al final hemos podido entrar en las Termas. Es un lugar muy lindo, la temperatura es cálida, la iluminación no muy fuerte en algunas zonas y más intensa en otras, imitando las zonas de sol y sombra de la naturaleza. El vestuario de chicas es muy agradable, iluminado con una luz violeta y unos lavabos, duchas y bancos hechos con un material de color verde fosforescente que parece una película del futuro. Huele a jabón y perfumes frescos y agradables.

Ilenia y yo nos hemos puesto dos bikinis cortitos, de cintitas, que nos sientan muy bien, las dos somos esbeltas, altas y delgadas, pero con las formas ya bien marcadas, por eso nos eligieron en el casting para el ballet del Club. Una chica del instituto un poco lesbi nos dijo hace poco que para nuestra edad estamos muy buenas. Las dos sabemos que es verdad, que ya somos muy guapas, todos los chicos del instituto quieren ligar con nosotras, pero se comportan siempre como niños mimados, son muy inmaduros, egoístas y chulos. Y a nosotras nos encanta provocarlos con tejanos, camiseta y botas muy ajustados, o con las medias negras en vez de pantalones que llevamos todas las chicas este invierno.

Lo hemos pasado muy bien bañándonos en la piscina climatizada del pabellón de las Termas. Los socios que están hoy en la piscina no han dejado de mirarnos a nosotras y a las otras chicas del ballet, eso lo notamos claramente Ilenia y yo riéndonos entre las dos, y -la idea ha sido de Ilenia, pero a mí me ha divertido también-, cuando nos hemos vuelto a estirar delante de las pantallas de UVA, para hacerles sufrir más a los hombres que más o menos disimuladamente nos están mirando, hemos hecho lo mismo que la mayoría de las chicas del ballet que están en las pantallas solares, nos hemos quitado la parte de arriba del bikini, y nuestros pechitos han quedado al aire. Ilenia los tiene un poco más grandes que yo, los de las dos parecen unas montañitas rectas de carne, acabadas en punta en los pezones.

Es muy divertido ver como los hombres clavan, intentando que no se note, sus ojos en nuestros pechos, pero lo peor ha sido que me ha dado un ataque de risa cuando Ilenia me ha dicho en la oreja que me fije en los bañadores de los dos hombres que están muy cerca de nosotras, que se nota como un bulto mucho más grande que antes, y me he ruborizado cuando Ilenia me ha musitado que los dos tíos están empalmados mirándonos. Son dos hombres maduros, de cuerpo un poco llenito uno y más grueso el otro. Son bastante mayores, pero no ancianos, y no dejan de mirarnos, cada vez más descaradamente. Uno de ellos es más bien moreno, con un bigote que le da un cierto aspecto de demonio, con un tatuaje extraño en la zona del hombro que no acabamos de ver bien desde donde estamos nosotras, y el otro es muy corpulento, con una especie de serpiente tatuada en el antebrazo.

Entonces Ilenia acerca su boca a mi oreja y me dice que ha tenido una idea. La miro interrogante. Me dice que como los dos hombres no dejan de mirarnos, podemos pedirles que nos inviten a la fiesta de Carnaval del Club, y así podremos venir. Primero le digo que esta loca, que nos echarán si molestamos a los socios, que cómo vamos a decirles nada, pero al final me ha convencido, porque a mi también me hace mucha ilusión estar en el baile de Carnaval.

Ilenia, que siempre ha sido mucho más atrevida que yo, se pone de pie, yo también, y me agarra del brazo acercándonos a los dos hombres, que nos miran con una cierta sorpresa y curiosidad al ver que vamos hacia ellos. Ilenia les pregunta si son socios, y ellos hacen un gesto afirmativo sonriendo, mientras no dejan de mirarnos el cuerpo, especialmente los pechos desnudos y los muslos. Entonces Ilenia les explica que somos nuevas en el ballet del Club, el hombre moreno dice sonriendo que ya nos ha visto, ya lo sabe, siempre se nota cuando hay chicas nuevas en las animadoras. Yo me siento muy rara al notar como me mira, devorándome con los ojos, me tendría que molestar, pero creo que me gusta, me estoy ruborizando... Ilenia les dice que queremos venir al baile de Carnaval, pero que algún socio nos tiene que invitar, todavía no estamos fijas en el grupo de animadoras, tal vez ellos pueden hacerlo… El hombre moreno dice que cómo no va a invitar a las niñas más guapas del Club, que faltaría más, que claro que sí… Y además nos invita a cenar hoy con ellos en el restaurante, para concretar los detalles, después ya nos llevarán a casa, no nos tenemos que preocupar por perder el autobús.

Son muy amables, y es una cena muy buena y divertida. El hombre moreno de bigote nos dice que se llama Vittorio, y es italiano, dice que tiene su casa en una ciudad que se llama Capri. El corpulento es del sur de Rusia, y se llama, según nos dice, Vladimir. Vittorio se disfrazará el día de Carnaval de Vampiro, y Vladimir de Payaso. Vittorio nos dice que le encantaría que nos disfracemos de bailarinas hawaianas o tahitianas, que quedaremos muy sexis, y bueno, le decimos que sí, que de acuerdo. Ya nos enseñará Aminawa como hacernos los disfraces y bailar como hawaianas. Después de cenar nos llevan a casa, es muy emocionante, yo voy en el auto de Vittorio, el Vampiro, uno de los mejores que hay en el estacionamiento del Club, un Porsche nuevo, nunca he ido en un coche como éste, e Ilenia marcha con Vladimir, el Payaso, en otro coche muy guapo, un Ford Mustang muy grande.

Al dejarme cerca de mi casa, Vittorio me dice que yo estoy muy buena, que soy muy linda, cosa que ya sé, ya he visto como le brillan los ojos cuando me mira, especialmente cuando estaba casi desnuda en la piscina. Sonriendo me dice que ya que va a ser mi Vampiro en el baile de Carnaval, si me puede dar ya un pequeño mordisquito en el cuello para ir entrenándose. Le miro fijamente, no se qué decir, no se si debo dejar que me muerda, pero no tengo tiempo de dudar más, él se gira hacia mi, me inclina la cabeza y me muerde suavemente en el cuello, yo noto un escalofrío de miedo y de excitación, y él aprieta los labios en mi cuello y chupa con fuerza como si quisiera absorber mi sangre. Al cabo de un momento me deja, y sonriente me dice que si sé lo que es un chupetón. Le digo que sí, ya me lo han contado las niñas del instituto, y entonces añade que me acaba de hacer uno, que a lo mejor al día siguiente tengo alguna marca en el cuello. Entonces busca mis labios, pero sólo los roza, yo aparto la cara, y él, sonriendo, me dice que suba a casa, que ya nos veremos en el Club. Me quedo en la acera mirando como se aleja el Porsche al tiempo que el hombre hace el gesto de adiós con la mano. Y subo a casa.

En algún lugar de la costa de Barcelona.

Bugwo’s Private Club

Noche del Sábado de Carnaval, 13 de Febrero de 2010.

Ambiente exterior muy frío, temperatura de -1º C.

Nieva suavemente.

Fiesta y Baile de Carnaval en el interior de las instalaciones del Club.

Relato de Tanya.

Lo estamos pasando muy bien, la fiesta de Carnaval es muy divertida y ha venido mucha gente, los socios del Club han invitado a otras personas. Hay disfraces muy bonitos, muy bien hechos, y otros dan miedo. A mi me ha venido a buscar Vittorio, y pasamos después por casa de Ilenia. Vladimir tenía unos asuntos personales que acabar, pero cuando entramos en el Club de Bugwo ya había llegado. Hace mucho frío fuera, cae una lluvia fina que a veces se transforma en nieve granulada, pero los edificios están perfectamente climatizados, creo que incluso hace calor. Ellos se disfrazan en una de las casas de la urbanización del Club situadas entre los edificios y el camino de la playa, y nosotras en los vestuarios del pabellón deportivo. Las dos quedamos muy guapas y sexis vestidas de hawaianas, de hecho vamos casi desnudas, seguro que nos miran todos los hombres. Vittorio nos impresiona cuando le vemos, viste pantalones y chaqueta negros con una camisa blanca y corbata de cintas, con una capa también negra, está maquillado de una forma que da mucho miedo, su cara es como una máscara blanca, con una cejas marcadas y unos ojos negros que me miran brillando de una manera muy rara, unos colmillos salen de su boca con unas manchas rojas como si fuese sangre, sangre que mancha también de color rojo la camisa. Vladimir va de payaso, pero casi da más miedo que Vittorio. Ropa muy ancha y ridícula, zapatos grandes, la cara pintada de la forma típica de los payasos, pero que en un hombre como él le da un aspecto siniestro, es como aquella película que he visto en la tele en la que sale un asesino que siempre viola y mata chicas vestido de payaso. Ahora me doy cuenta de que tal vez Vladimir se inspira en él para su disfraz de payaso.

Bailamos mucho tiempo, ellos están muy amables con nosotras, desde el principio de la fiesta Vittorio me ha agarrado por mi cintura desnuda y me lleva de un lado a otro presentándome a amigos suyos como su "muñequita hawaiana" y siempre que me presenta me da un suave mordisco de vampiro en el cuello, de acuerdo con su disfraz. Sus amigos sonríen mirándome, todos van acompañados por chicas muy guapas, entre ellas la mayoría de mis compañeras del grupo de baile del Club, que también me miran con cara de burlarse de mí, mientras yo bebo unos vasitos con unos chupitos de licor muy buenos que me va dando Vittorio, el Vampiro. A veces veo a Ilenia y su pareja Vladimir el Payaso bailando y dando vueltas como nosotros, a veces los pierdo de vista. Le digo a Ilenia que estoy un poquito mareada, tal vez he bebido ya demasiadas copitas, y ella me dice que ella un poquito no, que ella mucho, que está muy mareada. El Vampiro mira al Payaso sonriendo y dice que es mejor que vayamos a descansar un poco, que después ya continuaremos la fiesta si tenemos ganas. En la misma puerta del Club el Vampiro nos hace subir a uno de los pequeños coches que utilizan en el campo de golf del Club, un auto muy raro, creo que japonés, en forma de cubo cuadrado, con el que llegamos enseguida al garaje de la casa que han utilizado los dos hombres para disfrazarse.

Hay una sala muy grande, que tiene una mesa y unos sofás, unos armarios y una tele, una cocina en un espacio separado, unas puertas que dan, según nos explican a las cámaras o habitaciones. Nos dicen que preparemos algo para comer, en la nevera hay cosas, mientras ellos van a arreglar una de las habitaciones para descansar, y mientras nosotras abrimos la nevera, el Vampiro y el Payaso, entran en una habitación, y cierran la puerta. Nos extraña enseguida que se oye una música muy rara salir de la habitación, una música como de magia, que da miedo.

Al cabo de un ratito, deja de oírse aquel sonido de fondo, aquella música misteriosa que no conseguimos identificar, se oyen unos pasos, y los dos hombres entran de nuevo en la sala grande. Cuando salen de la habitación, me parece ver que su interior está iluminado por unas luces rojas, pero la puerta se cierra rápidamente.

Los dos nos miran sonriendo cuando llegan a nuestro lado, como maliciosamente, más el Vampiro que el Payaso, que parece muy nervioso y nos mira como si quisiera devorarnos con algo más que los ojos. El Vampiro, nos dice que la "Cámara Roja" está cerrada, que no entremos. Les seguimos la broma, y les decimos que esperaremos a que nos inviten, y nos dedicamos a comernos las pizzas mientras bebemos unas cervezas heladas, no hemos encontrado refrescos en la nevera. Al final nos tomamos unos chupitos que ellos han preparado y nos ofrecen. Parecen estar muy fuertes de licor, pero son deliciosos, con un gusto al final un poquito raro o amargo.

Cuando acabamos de comer y limpiamos los restos, vamos hacia la sala grande, y los hombres nos dicen que nos sentemos, que ellos se van a la habitación, y que cuando nos avisen, entremos y hagamos lo que nos dirán.

Nosotras ya estamos intrigadas ante tanto misterio, nos reímos la una con la otra, y les obedecemos, sentándonos en el gran sofá de la sala grande. Siento una especie de euforia, no sé, una alegría que me ha hace verlo todo muy divertido y excitante. Claro, creo que es el efecto de las cervezas, los mojitos y los chupitos que hemos tomado en la fiesta y ahora, supongo.

Al cabo de unos minutos, después de oír unos pasos apresurados y unos ruidos, medio se entreabre la puerta de la habitación y, de refilón, sin que le veamos del todo, oímos que el Payaso nos dice que tenemos que entrar, cerrar la puerta y sentarnos. Nos miramos las dos, nos encogemos de hombros, y vamos hacia la habitación.

Entramos y cerramos la puerta.

Oscuridad. Los ojos se acostumbran y vemos dos sillas iluminadas por un foco rojo. Nos sentamos.

Una voz. Es la del Vampiro, pero con una entonación ronca, como si imitase al presentador de un teatro. Nos anuncia el "El Gran Baile Secreto del Carnaval ".

La voz del Vampiro dice con una entonación que da miedo que va a empezar la "Ceremonia del Placer en la Cámara Roja".

Se encienden más luces rojas que iluminan las dos camas de la habitación, que ahora están juntas, y la pared.

Empezamos a oír una música, muy extraña, muy rara, como una especie de melodía medieval, una salmodia repetitiva de horror.

La música se hace más rítmica, y de pronto, salen a la zona iluminada por la luz roja los dos hombres, desnudos, con unos extraños taparrabos parecido a tangas decorados con dibujos de seres monstruosos, y con las caras ocultas por los maquillajes de Vampiro y Payaso..

Los dos hombres empiezan a bailar de una manera misteriosa y obscena, es todo muy extraño, al recordarlo siento una sensación de pánico, pero Ilenia y yo los miramos con una sensación contradictoria de tranquilidad y excitación. Tenemos delante a dos hombres casi desnudos que están bailando para nosotras.

Las dos nos miramos y nos reímos, lo hacen muy bien, se mueven de una manera muy sexy, estamos muy sorprendidas, no nos esperábamos esto, nos dan miedo pero nos gusta mirarles, que sensaciones más extrañas... Y yo siento ganas de reír, pero también de acostarme y dormir, empiezo a tener mucho sueño, estoy cansada, he bebido mucho…

El Vampiro lo hace mejor, muy convencido y serio, se nota que conoce perfectamente el baile que nos está ofreciendo, pero el Payaso también lo hace bien, aunque a veces mira de reojo al Vampiro para imitar y seguir sus movimientos.

El Vampiro nos observa desde el misterio de su cara horrorosa, como si estuviese haciéndolo de verdad en un teatro o en una ceremonia de un culto prohibido, como si quisiera excitarnos con su mirada terrorífica. Ilenia y yo nos agarramos de la mano con un escalofrío. Ahora se mueven juntos casi a cámara lenta delante de nosotras haciéndonos gestos provocativos como si quisieran que saliésemos a bailar con ellos..

Ilenia me dice a la oreja que también saldremos nosotras a bailar, que lo hacemos mejor que ellos, que para algo somos del ballet y de las cheerleaders del club. Yo le digo que no con la cabeza. Ella me susurra que no sea tonta, que ella, sola delante de un espejo en su habitación, ha bailado de forma parecida a esa manera extraña algunas veces, cuando ensayaba la danza del vientre que nos ha enseñado la Pavlova, que yo haga como el Payaso, que la mire y la vaya siguiendo.

Los hombres llevan sólo el extraño taparrabos y unos pañuelitos de seda roja al cuello. Y las pinturas que ocultan sus caras, claro. La verdad es que están muy excitantes, sobre todo el Vampiro, moviendo la barriga al son de la música, las dos nos estamos volviendo como locas al verlos bailar, yo noto unas sensaciones muy raras, como si se me fuese la cabeza. Estoy bastante mareada.

Pero el Vampiro nos hace gestos de que sigamos el ritmo de lo que baila moviendo el vientre de forma obscena hacia adelante y hacia atrás al tiempo que canta con una voz que aterroriza y excita unas palabras muy raras y sus ojos nos miran como lanzándonos unos rayos ardientes que nos atraviesan, la verdad es que al verlo así, el Vampiro está muy bueno, ahora es alguien extraño, desconocido, da miedo y me atrae, es diferente, muy diferente de todo lo que yo conocido nunca hasta hoy.

Entonces, los dos hombres, de pronto, empiezan a bajarse a poco a poco el extraño taparrabos o tanga , hasta que Ilenia y yo, les vemos asombradas el sexo, el gigantesco pene, la polla como dicen los hombres, es como una enorme salchicha recta, hacia adelante y hacia arriba, más larga y estrecha la del Vampiro y más corta y gruesa la del Payaso, y están eso que los hombres llaman "empalmados", o más bien "superempalmados". Yo siento mi cara arder, si hubiese luz normal se me vería la cara roja, seguro que me he ruborizado.

Debajo de las enormes salchichas de los hombres se ven, en medio de pelos ensortijados, las pelotas, los testículos, los del Vampiro cuelgan más hacia arriba y los del Payaso están más abajo y son como más anchos..

Los dos hombres continúan bailando con los taparrabos en la mano, agitándolos como una banderola, al tiempo que se mueven de aquella manera hacia adelante y hacia atrás, como si estuvieran follando como los perros cuando montan a una perra, con el Payaso mirando siempre al Vampiro para imitar lo que éste hace, parece como si hubiese hecho este baile muchas veces antes, y sus penes, rectos hacia adelante, yo diría que cada vez más grandes, oscilan arriba y abajo cuando ellos mueven sus vientres.

Y cuando la música acaba, el Vampiro pega como un alarido, y me lanza su taparrabos.

Yo lo alcanzo, al tiempo que el Payaso pega también su grito y lanza el suyo a Ilenia. Ella lo agarra, entonces los dos hombres se acercan y nos lo pasan por la cara.

Entonces se quedan quietos mirándonos, parecía que no se atreven a tirarse encima de nosotras, aunque las dos estamos como paralizadas, nos hemos vuelto completamente locas al ver a los dos hombres desnudos delante nuestro, parece que el Payaso duda y oímos que el Vampiro le dice al Payaso que no puede esperar más, y que el Payaso, le contesta algo así como que se lo piense un poco antes de follarnos, que somos todavía casi unas niñas aunque estamos muy buenas las dos…

Ilenia parece ofenderse al oír decir de refilón aquello de que somos unas niñas, se pone en pie, me toma de la mano y me dice: " Va, ahora, nosotras, ¿no?"

Y empieza a bailar, suavemente, dejándose llevar por la misma música, yo estoy quieta, hasta que ella me lleva junto a ella agarrándome del brazo y me hace gestos de que baile, y yo empiezo a imitar todos sus movimientos, mientras los hombres, desnudos, pasan a nuestro lado y se sientan donde antes estábamos nosotras, ahora ellos son los espectadores, y les hago un gesto cómo de circunstancias, como de que he de seguir a Ilenia, y así, poco a poco, moviéndonos lentamente pero siguiendo el ritmo de la extraña música, nos vamos las dos quitando la ropa, repitiendo yo todo lo que va haciendo ella, sintiendo que en realidad me gusta bailar de aquella manera, con aquella música que me hace un momento me aterrorizaba, y me encanta estar desnudándome delante de los dos hombres. Y cada vez me noto más mareada, es como si todo esto no fuese real, como si fuese un sueño, como si yo no pudiese evitar todo lo que estoy haciendo, parece que una fuerza extraña se ha hecho dueña de mi, me dejo llevar por la música…

Las dos notamos como los ojos de ellos nos siguen desorbitados.

Y, así, poco a poco, nos vamos quitando la camiseta, la parte de arriba del bikini, bajando lentamente las cintitas y sacándonoslas poco a poco, hasta que nuestros pechitos quedan rectos al aire, como en la piscina, ya sólo llevamos la braguita, la pequeña braguita del bikini, de hecho un tanga, dos trocitos de tela, una delante y una detrás y unas cintitas para unirlas….

Los dos hombres, primero el Vampiro y luego los dos juntos, se olvidan definitivamente de aquello de que somos todavía casi unas niñas y vuelven a gritar unas palabras que no entendemos. La cabeza se me va, como si flotase, sí, es como si estuviese soñando todo aquello, seguro que es el efecto de lo que he bebido…

Yo continuo habiendo lo mismo que Ilenia. Empieza, y yo también, a bajarse muy poquito a poco la braguita del bikini, siguiendo la música, primero por un lado, después el otro lado, dar media vuelta, bajarla por detrás, dejar desnudas las nalgas, dar media vuelta… Bajar muy lentamente la parte de adelante, el sexo desnudo, la obertura, unos pocos pelitos creciendo a su alrededor, dejar caer la braguita a los pies, ya estamos desnudas del todo, yo noto que la cara me arde, Ilenia, igual que ellos antes, le tira su braguita al Payaso , que la toma sonriente y se la lleva a la cara, y, claro, yo no tengo más remedio que tirarle la mía al Vampiro, sentado junto al otro hombre en las sillas que quedan en la zona menos iluminada por las luces rojas de la habitación.

El Vampiro se pone lentamente de pie, se coloca mi braguita en la cabeza, como un sombrero pirata, el Payaso hace lo mismo, mirando a Ilenia desnuda, mientras yo noto los ojos del Vampiro clavados en mi de una manera que ahora sí da miedo…

Los hombres están delante nuestro, como expectantes, como esperando algo, como si no acabasen de atreverse a acercarse a nosotras, igual que yo, no se que vamos a hacer ahora, supongo que bailar juntos… Por un momento me fijo en los dos penes enormes que salían del vientre de los dos hombres, y me parece que Ilenia está haciendo lo mismo, no puede ser, no podemos bailar así, no podemos dejar que nos agarren para bailar apretando nuestro cuerpo al suyo, no puede ser, esto no puede estar pasando, estoy dormida y voy a despertar….

Una mano fuerte y sudorosa, la del Vampiro tira de mí, tomándome de la mano y arrastrándome. Yo no entiendo, me resisto a dejarme llevar, pero me hace un gesto de que calle y le siga.

Me lleva hasta las camas y hace que yo me acueste empujándome hacia el lecho con suavidad. Empieza a costarme respirar. Me doy cuenta de que el Payaso está tirando a Ilenia encima de la otra cama.

Qué pretenden ahora los dos hombres? Me niego a imaginármelo, aunque hasta hace unos momentos sí lo he hecho, pero no es posible que aquello vaya a ser realidad, todo ha sido hasta ahora únicamente como un juego con los dos hombres… Además, tengo tanto sueño… Y la cabeza me da vueltas… Me duermo con esta luz roja…

Estamos las dos en la cama, desnudas, mirando el techo, con una débil iluminación en aquella habitación que ellos llaman "la Cámara Roja".

Ahora no hay duda, está claro, no hace falta pensarlo mucho, los hombres son tontos si no se dan cuenta de que Ilenia y yo no vamos a hacer nada –creo que no podemos hacer nada-, si vienen a ponerse encima de nosotras y nos hacen "aquello", estamos paralizadas en las camas, pero yo no estoy muy segura, a pesar de todo, de que aquello sea correcto, aunque me gusta la idea de que el hombre se tire encima de mi cuerpo... Ya me imagino al Vampiro mordiéndome el cuello… O tal vez el pecho… Haciéndome otros "chupetones" como aquel que me hizo el lunes pasado…

Yo se que algún día ha de ser el primero que voy a hacer "aquello", pero me cuesta pensar que es "ahora", así, tan de sorpresa, con aquello hombre que están desnudo junto a mi cuerpo… Y me parece que ahora el Payaso está colocando una especie de trípode junto a las camas… Sí, ya veo, encima hay una cámara de video que ha encendido una pequeña luz roja de estar funcionando… Está grabándonos desnudas… No puede hacer eso, es un hijo de puta…

De todas maneras, la verdad es que no hago el más mínimo gesto de oponerme, no puedo, parece que me he quedado sin pilas, no puedo moverme, me quedo igual que Ilenia, desnuda y quieta en la cama, las dos nos tomamos de la mano, deseando y temiendo que los dos hombres se decidan de una vez a ponerse encima de nosotras.

Oigo algunos murmullos, es la voz del Vampiro diciéndole algo al Payaso , creo que "ora andiamo a follar le puttane, caro fratello…. a fondo con le bambole!…". Han dejado la cámara de video grabando enfocada hacia nosotras…

Delante de mí, al lado de la cama, hay el cuerpo desnudo del Vampiro, de pie, a la altura de mi cara. Le veo hasta la mitad de los muslos, iluminado sólo por la tenue luz roja. Me fijo en su polla, ahora cerca de mí, tan recta, tiesa y erguida como antes, y él sonríe y me mira con chispas de fuego en los ojos.

Se inclina sobre mí, se hace un poco de espacio corriéndome hacia el centro, acercándome a Ilenia, y en un segundo el Vampiro está acostado, de lado, junto a mí.

Nuestros cuerpos se tocan, y pienso que su salchicha debe estar muy cerca de mi cuerpo. No puedo moverme, sigo como paralizada, aprieto la mano de Ilenia, que me contesta apretando la mía, y ahora ya empieza, el Vampiro me agarra uno de los pechos y juega con él.

Siento terror, es el primer hombre que toca mi cuerpo para follarme, quiero gritar y correr, pero me quedo quieta en silencio, le dejo jugar con mis pechos y pellizcar mis pezones. El Payaso está al otro lado haciendo lo mismo con Ilenia.

El Vampiro me besa, aplasta sus labios en los míos, es la primera vez también que un hombre me besa de esa manera, noto que me gusta, es agradable y asqueroso a la vez, le dejo que continúe besándome, y luego aprieto mis labios en los suyos, él nota que ahora yo le estoy besando a él, y supongo que piensa que es mi autorización para que siga adelante con lo que quiere hacerme. Su lengua está hora dentro de mi boca, siento el gusto a tabaco y alcohol de su boca invadiendo la mía, me da asco pero me excita mucho…

El Vampiro, al tiempo que me besa, empieza a acariciarme los muslos, por fuera y luego por la parte de dentro, me gusta muchísimo sentir su mano caliente allí, y luego noto sus dedos paseando, ¡ay! por encima de mi sexo, jugando con los pelitos y casi dejando ir alguno de sus dedos hacia adentro, como si un pene pequeñito me penetrase.

Yo empiezo a estar muy enfadada conmigo misma, lo me está haciendo el pervertido del Vampiro me está agradando mucho, quiero que siga antes de que me quede dormida, me excita mucho imaginar que me está violando, sí, quiero que siga, debería irme, pero no lo haré, que haga lo que quiera conmigo, que me muerda y me devore...

Poco a poco noto que se desliza encima de mí, siento su peso en mi pecho, en mi vientre, al tiempo que me separa los muslos y se coloca en medio. Oigo un gemido de Ilenia, Giro la cabeza un poco y veo al Payaso mirar sonriendo al Vampiro y colocarse encima de Ilenia como él ha hecho encima de mí. El Payaso continua imitando todo lo que hace el Vampiro, seguro que el Vampiro ya ha hecho aquello antes con algunas o muchas de las otras chicas del ballet del Club…

El Vampiro me besa la boca, el cuello, me lame, me chupa los pezones de los pechos - ¡qué gusto me da cuando lo hace!-, todo aquello me excita mucho, este hombre sabe lo que tiene que hacer para que yo me lo pase bien -de nuevo siento una absurda sensación de celos pensando que se lo ha hecho también a las otras chicas del Club-, cada vez tengo más claro que le encanta follar con chavalas como nosotras, se le nota muy seguro a pesar de haberle advertido al otro hombre de que todavía somos casi unas niñas, mentira, yo no soy ya ninguna niña, a mi me gusta mucho sentir su peso encima de mi, -y me parece que pesa bastante su vientre aplastando el mío -allí debe estar también la polla del Vampiro-, su pecho apretando el mío, me gusta que me esté follando…

Y noto, de golpe, que algo se mete en mi sexo. Pienso que son los dedos del Vampiro, como antes, pero, no, no puede ser, claro, sus dos manos están en mi cuerpo, aquello que se mete, aquello que se mete, sí, claro, aquello que se mete en mi vientre, no es ningún dedo, es mucho más grande, es, es, ¡sí!, ¡ya es aquella salchicha que sale del vientre del Vampiro,!… ¡oh, síiii!, ¡ya es su pene, por fin!.

Me doy cuenta de lo que está pasando, de que el Vampiro ya me está violando, me está introduciendo la polla en el vientre, aquello está pasando de verdad, tengo que gritar y salir corriendo, los dos hombres no están jugando, lo han montado todo para follarnos, tal vez sí que somos unas niñas imbéciles, nosotras estamos jugando pero los dos hombres nos están desvirgando de verdad, ya me la está metiendo, algo muy grande y duro está entrando en mi vientre… Pero no lo hago, no grito ni salgo corriendo, estoy paralizada, quieta, porque al mismo tiempo que pánico siento una tremenda excitación que no me explico, me gusta muchísimo estar debajo del Vampiro, me gustan sus mordiscos, y, sobre todo, me horrorizo al darme cuenta de que me gusta con desesperación que me esté metiendo la polla en mi cuerpo…

Y, estoy volviéndome loca, seguro, debo gritar y huir, pero estoy muy bien, muy excitada, me quedo quieta sintiendo que su pene sigue entrando poco a poco, acepto sus mordiscos en mi cuello, le abrazo, y, de pronto, sin poder pensar en nada más, sin reaccionar, me besa con más violencia y me vuelve a morder, siento de golpe como un relámpago, un pinchazo en mi vientre, como si una navaja me hubiera cortado algo, como si un cuchillo se hubiese clavado dentro de mi cuerpo.

Dejo ir una especie de alarido apagado que es entre un grito y un gemido, mi cuerpo se estremece, tiro la cabeza hacia atrás, aprieto mis labios, agarro con mucha fuerza la mano de Ilenia, que se da cuenta de lo que me acaba de pasar, vuelvo a quejarme como una gatita herida gimiendo lastimeramente, y noto como, al mismo tiempo que me vuelve a besar con su lengua dentro de mi boca como si quisiera asfixiarme, el pene del Vampiro sigue metiéndose en mi vientre hasta lo más hondo, es enorme, muy grande, y me hace daño, mucho daño mientras penetra y sale, penetra y sale, vuelve a penetrar hasta sentir en mi vientre la ingle del hombre y vuelve a retroceder para volver a clavarse hasta el final una y otra vez.

Es como si algo me desgarrase, como si unas grandes tijeras me cortasen por dentro. Entonces grito otra vez, dejo ir casi un aullido de dolor, y ahora sí intento moverme, liberarme del hombre, separarme de él, pero noto que unas garras, sus brazos, me sujetan con una fuerza impresionante, de manera que no puedo moverme, que él me coge con toda su fuerza mientras mete y saca una y otra vez su pene de mi vientre.

El Vampiro ya ha conseguido de meter toda su salchicha, todo su pene dentro de mí, me ha penetrado hasta lo más profundo, me ha roto aquello que se rompe la primera vez que lo haces, Vittorio me acaba de desvirgar…Y me hace daño, mucho daño,… Pero ahora no puedo gritar porque la mano del hombre me tapa la boca…

Y sin poderle prestar atención, siento a mi lado un grito desgarrador, muy fuerte, como si a alguien le acabasen de hacerle mucho daño, casi sin poder pararme a pensarlo, aterrorizada, me doy cuenta de que es Ilenia, de que acaba de pasarle lo mismo que a mi, que el otro hombre, el ruso, le esta metiendo la polla, aquella enorme y gruesa salchicha, en su vientre, y que le hace daño, mucho daño, igual o más que a mi, porque Ilenia sigue dando gritos, hasta que noto como si se le ahogase la voz, supongo que el Payaso le está tapando la boca para que no grite más, como ha hecho el Vampiro conmigo ahogando mis gritos con sus besos y mordiscos.

Ahora, el Vampiro, después de desvirgarme y de meter todo su pene en mi vientre, me sigue follando, me besa en la boca, me lame la cara, me muerde el cuello, me chupa los pechos, me hace todo aquello que nota que me gusta que me haga, y se mueve cada vez con más violencia arriba y abajo, su polla entra y casi sale de mi cuerpo, entra y sale, aún me duele un poco cuando llega hasta el fondo, entra y sale, penetra más profundamente y casi vuelve a salir, y a mi me gusta sentirlo, aunque siga doliéndome cada vez que entra y sale, es como un dolor excitante notar la salchicha moverse adelante y atrás dentro de mi vagina, especialmente cuando llega al fondo de todo, yo noto todo el peso de su cuerpo encima del mío, moviéndose arriba y abajo, moviéndome a mí al moverse él como si yo fuese una osita de peluche, se aplasta contra mí, me chafa con su peso, me asfixia apretándome el cuello con sus garras, no puedo respirar, me ahogo, grito, se mueve, me libera el cuello, respiro, me continua besando y mordiendo, me gusta, sudo, siento su saliva y su sudor en mi cara, en mi lengua su sabor a tabaco y alcohol…

Y oigo un gemido a mi lado, como una queja, era la voz de Ilenia, su mano aprieta fuertemente la mía, casi me clava las uñas, deja ir unos cortos chillidos de dolor, me doy cuenta de que el Payaso le está haciendo lo mismo que el Vampiro a mi, tal vez le hace más daño, porque Ilenia continua gimiendo, el ruso que la está follando es un hombre más grueso y bruto que mi italiano, a mi también me hace daño cuando pega un empujón fuerte hasta clavarme su pene hasta el final de forma violenta, pero ya casi no me quejo, a veces aprieto los labios cuando su pene llega hasta el fondo y me vuelve a doler, pero al mismo tiempo, me desespero al sentir que me está gustando mucho sentir aquella salchicha dentro de mi y el peso del hombre descansando sudoroso sobre mi cuerpo mientras me agita frenéticamente moviéndome hacia arriba y abajo como si yo fuese una pluma o su juguete preferido…

Vittorio continúa follándome como si fuera un animal, como aquellos perros desmadrados que yo he visto a veces haciéndolo en algún parque ante el horror de las madres que tienen a sus niños jugando por allí, y Vladimir está follando a Ilenia de la misma manera, jadeando y gritando encima de ella como una bestia….

Ilenia sigue gimiendo, pero ahora era ya una especie de sorprendente ronroneo como el de una gata, ya no parece sólo un gemido de dolor, sino una mezcla con algo que le está gustando mucho, como aquellos grititos que se te escapan cuando por las noches te tocas tu sola en la cama…

Me aprieta el brazo y me suelta. Giro de nuevo la cabeza, y veo como Ilenia abraza el cuerpo del Payaso moviéndose igual que él, pasando una mano por su espalda y apretando el culo del hombre contra su vientre con la otra, al tiempo que lo besa y sigue como gimiendo o jadeando. Parece que Ilenia se lo está pasando superguay, que aquello le está gustando mucho…

Yo hago lo mismo, también estoy disfrutando de una manera que nunca pude imaginar... Es todo lo que explicaban las amigas que ya habían follado con algún chico… Pero hasta que no lo haces no puedes entender lo bueno que es…

Me abrazo al Vampiro, que continua moviendo su pene dentro de mi vientre cada vez más salvajemente, respira como si le faltase aire, le beso, le muerdo el cuello, aprieto su culo contra mi vientre, hasta volver a hacerme daño cuando me la mete hasta lo más profundo, hasta casi reventarme por dentro, me muevo arriba y abajo, arriba y abajo, adelante y atrás, adelante y atrás, acompasando mis movimientos a los suyos. Y me asfixio, me falta el aire, le gusta apretarme el cuello y oír como grito al ahogarme…

Es formidable, sí, la salchicha no deja de moverse dentro de mí, frotándose contra las paredes de la vagina, entrando y saliendo, entrando y saliendo, el Vampiro también se ahoga de placer, me mira con los ojos desorbitados, me baña con su sudor, yo también sudo, me gusta mucho, conozco el gran placer, siento que vivo y muero…

De pronto, como el trueno que sigue al rayo, el Vampiro deja ir un gemido más alto, casi como una queja desesperada, como si algo explotase dentro de él… Se queda quieto un momento, su cuerpo se pone como rígido, como duro, y luego empieza a moverse encima de mi frenéticamente, muy acelerado, a mi me gusta mucho, parece que él ya no puede respirar, su polla entra y sale de mi sexo a una enorme velocidad imposible, él me mueve y me aplasta como si veinte caballos estuviesen galopando furiosos encima de mi, pero a mi cada vez me gusta más, me maltrata pero es fantástico, y Vittorio, el Vampiro, empieza a gritar más alto, a aullar, como si se ahogase, y yo noto entonces, sorprendida, que cada vez que ahora él pega el salto hacia adelante, clavándome la polla hasta lo más hondo, un líquido muy caliente me entra a borbotones, como si brotase de una fuente que está inundando el interior de mi vientre, me noto mojada, un líquido muy caliente llena el interior de mi cuerpo… Algunas amigas me habían dicho que no notas cuando los hombres eyaculan dentro de ti, pero yo sí que lo noto ahora, yo siento el semen que sale de su pene moverse dentro de mi cuerpo y salir hacia mis muslos mientras el se mueve en su inacabable vaivén de meterla y sacarla.

Me doy cuenta de que el Vampiro, se está "corriendo" -como dicen los chicos-, dentro de mí, que ha llegado al orgasmo, y que yo…, yo…, no puedo explicarlo, mi cuerpo revienta, clavo mis uñas en el cuerpo del Vampiro, exploto, gimo, me quejo, me pongo a jadear, le muerdo el cuello y la cara, me muevo tan rápidamente como el hombre, le beso, le pellizco, le abrazo, aprieto su culo contra mi vientre, mil caballos galopan dentro de mi, no puedo respirar, y aquello sigue, sigue, ahora yo muevo al hombre, grito, rio, ronroneo, gimo, le insulto, le muerdo, le araño… Hasta que me doy cuenta de que ya no puedo más, me muero, estoy empezando a quedarme paralizada, en reposo, poco a poco, casi ya no me muevo, Vittorio está quieto encima de mí, a los dos nos cuesta mucho respirar, que estamos bañados en sudor, le estoy acariciando la cabeza, me noto mojada por dentro y por fuera, un líquido caliente se mueve dentro de mi cuerpo y por mis muslos, él está jadeando, medio dormido, casi muerto, encima de mi, pero no me molesta, me gusta sentir el tremendo peso de su cuerpo encima del mío, todavía me ahogo, me cuesta conseguir aire para respirar, si muero ahora asfixiada no me importa…

Al lado oigo al Payaso y a Ilenia gemir, gritar, jadear, moverse, saltar en la cama como nosotros antes, sí, ahora ellos también han explotado, el Payaso se está corriendo dentro de Ilenia, a ella parece que le está gustando tanto como a mí… es imposible que más…

Todo queda poco a poco en silencio, casi no se notan ruidos, continua la luz roja iluminando tenuemente la habitación,… Oigo nuestras respiraciones, el Vampiro está casi completamente dormido, lo aparto un poco, hago que se ponga de lado para poder respirar yo mejor, su peso me aplasta, siento como su pene sale de mi cuerpo al moverse de costado, se queda pegado a mi, pone la mano en mi sexo y se dedica a chuparme y morderme suavemente el pecho que le queda más cerca de la boca, después el otro, yo me atrevo -¿por qué no, después de lo que hemos hecho? - a coger su pene con la mano, a palpar sus testículos, a él parece gustarle porque deja ir una especie de ronroneo y una risita con unas medias palabras, creo que me ha llamado "puttana", pero enseguida se queda quieto, giro mi cara para buscar la suya y veo que se ha dormido totalmente, su aliento a alcohol y tabaco se mete de nuevo en mi boca, su saliva corre por mi lengua, su sudor se ha mezclado con el mío, el calor de su cuerpo me ahoga, llevo su mano a mi sexo y la dejo allí, me toco, me toco allí y en los pechos…

Pasa algún tiempo, no sé cuanto…

Entonces noto a mi lado la vocecita de Ilenia, como para no despertar a los hombres -sí, el suyo, el Payaso también está dormido-, y me dice que vaya con ella, que nos tenemos que duchar…

Yo no la acabo de entender y le digo que estoy bien así, que me deje, que me estoy durmiendo, que estoy muy cansada y bebida…

Entonces ella me dice en la oreja que bueno, que allá yo, que si no me ducho ya se lo que me puede pasar…

La entiendo, como una revelación súbita, sí, claro, estamos las dos mojadas por dentro, tenemos dentro el semen que ha salido de la polla de los hombres, tenemos que lavarnos para no correr el riesgo de quedarnos preñadas…

Me levanto sigilosamente , y agarrada de la mano de Ilenia, desnudas las dos, salimos de la habitación roja sin hacer ruido y nos vamos hacia la ducha… Pasamos delante de la cámara de video, que parece seguir grabando.

A la luz de la lámpara de la sala grande, nos miramos las dos, estamos hechas un asco, pálidas, ojerosas, despeinadas, supongo que tenemos todo el aspecto de violadas o de folladas, porque la verdad es que no nos han violado, nosotras les hemos dejado hacer todo lo que querían, de hecho siempre hemos intuido lo que nos esperaba desde que nos ofrecimos en la piscina a los dos hombres para que nos invitasen a la fiesta de Carnaval, pero lo hemos tomado como un juego, que ahora ya es realidad… Tenemos las caras sucias de los restos del maquillaje de las caras del Vampiro y el Payaso que se han quedado en nuestro cuerpo… Vemos como en el sexo tenemos una extraña mezcla de algo de sangre y un líquido blanquinoso que se nos escapaba de la vagina y nos corre muslos abajo… Estamos cubiertas de sudor, olemos al cuerpo de los dos hombres, a alcohol y tabaco, a aquellos perfumes masculinos tan intensos que utilizan… Sí, las dos lo hemos hecho por primera vez, el Vampiro y el Payaso nos han desvirgado y nos han hecho daño, pero lo hemos pasado muy bien, ha sido tan impresionante…

Ilenia me dice que a ella también le han hecho mucho daño, igual que a mí, -cuando ha oído mi grito de dolor antes de que el Payaso se la metiese a ella ha sentido pánico, ha intentado salir de la cama, pero él no la ha dejado moverse y la ha sujetado de forma que no ha podido hacer nada para resistirse, se nota que están acostumbrados a sujetar a muchachas que sienten, como nosotras, miedo cuando notan que ellos las van a desvirgar o follar-, pero el dolor le ha durado muy poco, después ha sido muy divertido, le ha parecido formidable, igual que a mí…

Oímos un ruido. Nos volvemos y vemos a los dos hombres desnudos detrás nuestro. El Vampiro nos pregunta a dónde vamos. Le contesto que al cuarto de baño, a ducharnos. Me sonríe de forma siniestra y me dice que esperemos, que la fiesta de Carnaval aún no ha acabado, que volvamos a la habitación. El Payaso asiente, mirándonos también de una forma que da miedo. Nos dicen que volvemos a entrar ahora mismo con ellos.

Es como una película de terror, sus penes están de nuevo rectos y erguidos, nos quieren volver a follar ahora mismo… Entramos en la habitación de nuevo, y vemos como ellos cierran la puerta. De nuevo la luz roja… Y la cámara grabando…

Estamos junto a la cama otra vez… Pero veo que el Vampiro se acerca a Ilenia y la agarra por la cintura. Y yo siento que unas manos gruesas me sujetan a mi por detrás apretándome un pecho y pellizcándome el culo. Me doy cuenta de que tengo al Payaso detrás, que ahora está conmigo, pero yo no quiero, parece un oso, es mayor y muy bestia, miro hacia el Vampiro, veo su pene otra vez preparado, pero entonces le da un empujón a Ilenia, y la tira encima de la cama, y el salta encima. Pero no puedo ver más, ahora es el Payaso el que me tira hacia delante, caigo con el pecho sobre la cama pero con el vientre y las piernas fuera, quedo como arrodillada en la cama, y enseguida siento el peso enorme del Payaso encima de mi espalda, y noto su vientre en mi culo, creo que he notado su pene apretándose entre mis nalgas.

Oigo gritar a Ilenia, levanto la vista y veo al Vampiro encima de ella copulando como los perros, no sé, tal vez empiezo a comprender, he oído hablar de esto, pero no puede ser, no se atreverán a hacernos cosas tan sucias, no, no puede ser… Y oigo a Ilenia gemir más fuerte…

Estoy boca abajo, arrodillada en el borde de la cama, me doy cuenta de que el Payaso me está separando y levantando los muslos y las nalgas, mientras aplasta mi cabeza en las sábanas para mantenerla más baja que mi cuerpo, El Payaso se para unos momentos, gime, creo que se está masturbando mirándome, le oigo reír y decir unas palabras que no entiendo, me palmotea el culo, me aprieta y pellizca las nalgas, noto que ahora me está pasando la lengua por el agujero del culo, no puedo creer que esté haciendo cosas tan puercas, pero al mismo tiempo me horroriza pensar que sé para que lo está haciendo, no soy ninguna tonta, sé lo que dicen las chicas que les gusta hacer a los hombres, qué asco, me ha introducido la lengua en el agujero del culo, y ha escupido saliva, muchas saliva, y ahora me pasa uno de sus gruesos dedos por el mismo lugar, me doy cuenta de que mete el dedo dentro del agujero mojándomelo con la saliva que había escupido, me está metiendo la saliva dentro del culo, se vuelve a reír repitiendo palabras que no entiendo, ahora oigo que vuelve a escupir, creo que ha sido en su propia mano, y ahora se está dando una especie de masaje en su pene, que está sobre una de mis nalgas, noto que es muy grueso y duro, y ahora muy caliente mojado por la saliva que el Payaso le ha impregnado con la mano, siento otra vez sus manos en mi culo, creo que ahora me está separando las nalgas, y, de pronto, creo que ya no me sorprende, es lo que espero y temo, noto que con la mano ha puesto la punta de su pene en el agujero de mi culo, en mi ano, y poco a poco intenta empezar a introducirlo dentro de mi cuerpo. Ilenia sigue gimiendo, levanto la cabeza y veo que el Vampiro sigue cabalgando encima de ella moviéndose y aullando como un perro, pero ahora soy yo la que grito, me duele mucho, el Payaso ha empujado hacia delante poco a poco pero sin parar y su pene se mete en mi culo, se desliza hacia adentro resbalando en la saliva pero es como si algo gigante me abriese el cuerpo, grito, me muevo, sufro, pero él me agarra por la cintura y me coge con fuerza hasta que dejo de moverme y sigue empujando su polla con gran energía sin hacer caso de mis gritos hasta que gradualmente alcanza la meta, hasta que el pelo de su sexo llega a aplastarse contra los bordes de mi ano y ya no puede encularme más profundamente.

Y entonces el pene el Payaso prosigue su camino, hacia delante y hacia atrás, bombeando como un émbolo, yo chillo porque me duele mucho, y sigo oyendo como Ilenia grita también tan fuerte como yo, enculada por el Vampiro. Sí, nos han vuelto a desvirgar, ahora por la parte que no me podía imaginar que utilizasen para gozar con nosotras, pero tampoco podía imaginar que aquel terrible dolor está a punto de convertirse en un inesperado placer, mi follador se va a encargar de hacerme sentir la gran vergüenza de transformar el dolor de haber roto mi culo con su polla en un placer que me llega por sorpresa, que me hace pasar de gritar de dolor a gritar de placer. He conocido ya todas las espinas, pero ahora se me abre la rosa de las delicias que no pensaba, que nunca llegué a imaginar me iban a llegar de esta manera. Mientras copula frenéticamente dentro de mi culo, el Payaso tira la mano a mi sexo agarrándolo fuertemente, me coge el clítoris y empieza a masajearlo y apretarlo, provocándome unas explosiones de placer, unas titilaciones de gozo que me hacen encoger el ano apretando dentro de mi su polla que sigue su rítmico metisaca cada vez con más rapidez y energía, hasta que, de pronto, el Payaso pega un grito inhumano, un alarido de placer, y su pene empieza a disparar al fondo de mi culo un semen abundante, espeso y caliente, mientras me mueve y me estruja como si yo fuese una muñequita de goma, y yo grito, grito también de placer, me está maltratando, me hace daño, pero me gusta, exploto, me muero de placer, nunca había sentido nada parecido cuando por las noches me tocaba yo sola, jadeo, me quedo sin respiración, el Payaso también, se queda encima de mí con todo su peso, ya sin moverse, con su polla dentro de mi culo, apretándome mis pechos como si fuese a reventarlos provocándome más placer, ya no puedo más, me ahogo, pesa mucho…

El Payaso saca su pene de mi cuerpo, noto un líquido caliente, el semen, tal vez mezclado con sangre, me hace daño, me escuece, resbalar de nuevo muslos abajo, hasta más allá de las rodillas… Ahora se estira en la cama, y me coloca encima de él, abrazándome, besándome, apretando mi vientre contra su barriga, aplastando mis pechos contra el suyo, me dice de nuevo palabras que no entiendo, empiezo a recuperar la respiración, estamos bañados en sudor, siento dolor en el sexo y en el culo si me aprieta mucho contra él, oigo sollozar a mi lado a Ilenia, miro y la luz roja me permite ver que el Vampiro está tumbado encima de ella, con ella bocabajo con la cara contra las sábanas, tal vez todavía se la tiene metida en el culo… Y me doy cuenta ahora de que el Payaso se ha puesto a roncar, se ha dormido… Intento separarme y acostarme de lado, no puedo… me quedo encima de él… estoy agotada, me duermo… Al fin consigo separarme de él y quedo boca abajo en la cama al lado de Ilenia… Se me cierran los ojos… Me duermo…

Barcelona, 28 de Febrero de 2010

Fin del relato de Tanya

Mas de Tatiana19752

Anabel, la pinche novata, y el chef senegalés

La semilla del diablo: el ruso me ha desvirgado

Desvirgadas en barcelona, reedición 2004-2014

Crónicas lesbianas: mireia, mi joven amante

Alicia y Ana, sexo de verano con los jamaicanos.

Evy y yo: las delicias de las 3 sorpresas

Sandro y yo: desvirgada en Badalona - 1

Lidia desvirgada por Doc el Brujo en los pantanos

Me enamoré de una joven prostituta

Desvirgando a Alba, noche de bodas de mi bisabuelo

Don Salvador: Mireia y Evelyn, sexo en el faro

Bachata de Elisenda y el Elefante Negro

La Cámara del Diablo: Tatiana e Irina desvirgadas

Don Salvador y Ángela, sexo en la Casita Blanca

Don Salvador, el abuelo de Angela, me desvirgó

Desvirgué a Vicky en mi casa de Sitges

He desvirgado a Milena en una playa de Menorca

Tarik me desvirgó en su harén y fui su concubina

Me entregué al amante de mi madre en Cala Morisca

Fat John y sus putitas

Desvirgué a Cristina, orgía en el club de Baba

Julia, el mexicano, Madrid

Romance limeño de lucia, sexo y reggae

Marina y yo

Noemí y el chino Caballo de Hierro (Oriente-1)

Isabel, Isabel, tu suave piel me enloquece...

Sentencia de un tribunal

El joven Tiburón también devora sirenitas

Romance de mi desfloración

Me devoró el viejo tiburón

Desvirgada en el Aquelarre, contado por Annabel

A Adela le gustan las noches de lluvia en Roma

Sinfonía de Ariana, cebo para una adolescente

Susana de fuego

A Alina la devoro el negro Fat John

Alicia, seducida y desvirgada en el valle

13 de Julio de 2005

A Aina la cogen Dioses Andinos

A Aina la desvirgó... (El Secreto)

¡Mi gran sorpresa en La Casa!!

Ahmed y Martita, Sexo en El Serrallo (Ahmed-2)

DeB-7 Soy Celia y he desvirgado a Toni

Desvirgadas en Barcelona 5 y 6

Me desvirgó un Sátiro en un bello bosque

A Aina se la han llevado al Corral Negro

Consejos antiguos de la media luna

Alba de sexo adolescente en los Pirineos

A Aina la ha desvirgado Chingo

Ahmed y Abdullah desvirgan a Martita y Sara...

Telaraña para una adolescente

Desvirgadas en Barcelona 3 y 4

Desvirgadas en Barcelona 1 y 2