13 de Julio de 2005

Descripción de hechos reales ocurridos la tarde del día 13 de Julio de 2005. Es un relato posiblemente duro y desagradable, muy alejado de lo que entiendo por erotismo.

Este relato no tiene nada de invención, es completamente real y acabado de suceder en la tarde del miércoles 13 de Julio de 2005. Tan sólo he ocultado nombres y cambiado algo la localización geográfica para evitar la identificación de los protagonistas por posibles lectores o lectoras de la zona, cosa que no deseo que ocurra por nada del mundo. Todo lo que voy a relatar me lo explicó Anni ayer al atardecer. No se atrevió a explicárselo a sus padres, porque conocen a los de Jéssica.

Anni es una jovencita muy amiga mía, hija de unos vecinos. Ayer, al anochecer, después de cenar, me vino a explicar una cosa que le acababa de pasar en el autobús que sube de la ciudad y la costa a las poblaciones más hacia la montaña en la comarca del Maresme.

Anni había pasado la tarde de ayer con una amiga del Instituto, todo justa ahora ha acabado el segundo curso de Secundaria, que corresponde a los trece años. Habían estado en la playa de la ciudad con otras compañeras, habían hecho una merienda-cena en una conocida cadena de hamburgueserías, y habían subido al autobús para volver a casa. Su amiga bajó mucho antes que ella, y entonces Anni vio que en el fondo del autobús había otra compañera de clase, Jéssica, con la cabeza agachada y como si estuviera temblando.

Anni se dirigió al lugar en el que estaba Jéssica. Se sentó a su lado. Jessica estaba efectivamente llorando, y al ver a Anni hizo el gesto de irse. Anni la abrazó por los hombros y se lo impidió. Intentó tranquilizarla y le pidió que le explicase lo que había pasado. Jessica lloraba y con la cabeza se negaba a hablar ni explicar nada.

Finalmente llegaron a la parada que hay en el centro urbano de la población en la que vivimos. Bajaron, y Anni la llevó a sentarse en uno de los bancos que hay en una especie de parque. Compró unos refrescos de cola, hizo que Jéssica bebiera, y, poco a poco, con calma y tranquilidad, hablándole con dulzura mientras seguía llorando, consiguió que Jéssica le explicase lo que le había pasado.

Aquel mismo día, Jéssica les había dicho a sus padres que se iba a la playa de la ciudad con otras compañeras del Instituto, como la misma Anni.

Pero no fue así. Jéssica había quedado para ir a la playa que hay junto a unos cercanos acantilados con una amiga, Miriam, y dos chicos de cursos superiores del Instituto, Mario y Miquel. Mario es uno de los chicos más guapos del Insti, y todas quieren ligárselo. Jéssica consideraba un gran momento haber conseguido salir con él.

Hacia el mediodía, Miriam y Miquel se fueron a sus casas, y quedaron solos Jéssica y Miguel.

Miguel le propuso ir a su casa, hacer unos bocadillos y ver unas pelis chulas que tenía. Sus padres estaban trabajando y no había nadie más en casa. Bueno sí, el gato, un hermoso felino negro llamado Halloween.

Las cosas, según Jéssica, se fueron deslizando de manera inevitable, aún no sabía bien cómo habían llegado a aquello. Sin darse cuenta, estando sentados en el sofá viendo una peli, Mario se abalanzó sobre ella y empezó a besarla. A ella ya no le había hecho gracia que el chico había puesto un film bastante porno.

No supo, no atinó a apartarse del chico, y dejó que éste la continuase besando. Mientras la besaba, la iba desnudando, y Mario le estaba mordiendo los pezones de los pechitos.

Se puso de pié, y la llevó de la mano, casi la arrastró a su habitación. Jéssica reconoce que no se resistía, que le decía que no pero que le dejaba hacer.

Antes de darse cuenta, estaba acostada en la cama del chico, y este le bajó con rapidez la braguita del bikini. No se dio cuenta de que el ya se había desnudado del todo, ya se había bajado el slip.

El chico se arrojó sobre ella, besándola, mordiéndola y aplastándola con su peso.

De pronto, Jéssica notó un gran dolor en el vientre, un inesperado dolor que la hizo gritar y pegar un salto.

Se dio cuenta de que Mario la acababa de desvirgar, y, al mismo tiempo, el dolor se incrementó cuando el chico se la metió toda, hasta el fondo, haciéndole mucho más daño. Jéssica siguió gritando. Le hacía mucho daño, se lo continuaba haciendo, cada vez que el se movía adelante y atrás, metiéndola y sacándola, le dolía más y más…

Parece que Mario, al ver que Jéssica no colaboraba, que se quejaba y gritaba, que le estaba haciendo mucho daño, fue a la suya, a obtener su placer y acabar pronto.

Jéssica lloraba y gemía, y Mario pegó unos gritos y se movió más rápidamente, eyaculando dentro del vientre de la adolescente sin demorarse más y sin esperar a obtener un placer más duradero y lento.

Jéssica se notó muy mojada, un líquido caliente la inundaba… El semen del chico estaba dentro de ella, él no había utilizado preservativos…

Cuando él acabó, se levantó de la cama y se dirigió al lavabo. Jéssica quedo en la cama, llorando extenuada, y consciente de haber sido desflorada por el chico. Y el vientre le continuaba haciendo daño, mucho daño.

Mario volvió a la habitación. Estaba vestido y tenía una expresión seca, casi dura, cuando se dirigió a Jéssica y le pidió a la chica que se marchara, que se había hecho tarde y no quería que sus padres volvieran de trabajar y los encontrasen allí juntos y solos en la casa.

Jéssica se dio cuenta de que el chico, de forma dura y cínica, una vez conseguido lo que quería, una vez que ya podía presumir con los amigos de haber desvirgado también a Jéssica, la había echado de casa y no quería saber nada de ella.

Jéssica se notaba humillada y destrozada, aquel canalla se había aprovechado de ella, la había desvirgado, le había hecho mucho daño, era un gran egoísta que sólo buscaba obtener su placer y poder presumir de haberla estrenado…

Jéssica no dejaba de llorar. Temblaba y estaba mareada. Subió al autobús para volver a su casa, sin saber cómo enfrentar la mirada de sus padres si se daban cuenta de su estado…

Y fue en ese momento en que Anni la encontró en el autobús en ese lamentable estado.

Anni la llevó después a su casa, la hizo ducharse y le dio ropa limpia suya, y la acompañó a su casa en un estado más normal.

Jéssica tiene miedo de haberse quedado embarazada o contagiada de algo, el chico la penetró a pene limpio, sin preservativo ni ninguna precaución, soltando todo su semen dentro del cuerpo de ella.

Y esta es la historia que, muy impresionada por el estado de su amiga, vino enseguida ayer a explicarme Anni.

Anni, al ver a su amiga, tiene ahora un auténtico miedo al sexo y los chicos. Anni es virgen, y después de ver ayer a Jéssica, ha sido traumatizada a un gran terror a cuando le llegue la primera vez. Dice que no quiere salir nunca con chicos.

Intentaré borrarle la mala impresión que esta desagradable experiencia de su amiga Jéssica le ha causado. Intentaré explicarle que algún día conocerá un chico o un hombre que será dulce y tierno con ella.

Intentaré convencerla de vencer el miedo.

Os vuelvo a decir que esta historia es absolutamente cierta, menos en los nombres, por motivos evidentes, y que pasó en la tarde de ayer, miércoles 13 de Julio de 2005, en una población de la comarca del Maresme, en Barcelona.

Permitidme también que, por el mar sabor de boca que me ha dejado esta historia real, no añada en este caso ninguna ilustración a mi relato. Es una muestra de respeto al sufrimiento de Jéssica ayer en su primera vez.

Espero que algunos chicos y hombres consigan ser más humanos y menos bestias, y algunas chicas no se metan tan fácilmente en la boca del dragón.

Celia-Tatiana

Jueves 14 de Julio de 2005