CRONICAS DE VHAALZORD
Libro - 1
Capitulo- 1
No tenía ni idea de donde estaba, es más, no sabía siquiera que era lo que estaba pasando en esos momentos de total confusión. Sentía mi pene siendo usado, enfundado en algo cálido y húmedo... mientras sentía como un peso se alzaba y volvía a caer sobre mi cintura. Poco a poco iba recobrando mis funciones mentales, podía reconocer un amargo sabor en mi boca, al poco lo reconocí como el sabor de la raíz del esclavo, lo que me daba una pista sobre lo que podía haber pasado conmigo. Poco a poco conseguí ir abriendo los ojos, lentamente para dejar que la luz penetrase sin dañármelos... poco a poco pude ir centrando imágenes atraves de ellos, mi confusión era total y absoluta.
Lo primero que reconocí fue a una joven de unos dieciséis años cabalgando sobre mi... en sus ojos veía lagrimas, a lo lejos oía una letanía que parecía reconocer, pero no terminaba de ubicar hasta que gire mi cabeza hacia la derecha, allí paradas veía tres impresionantes Guerreras Talkinq... al girar mi cabeza hacia la izquierda vi a dos ancianas, una de ellas era claramente una hechicera Talkinq también, la segunda anciana era la que canturreaba la letanía. Después de identificar el pueblo logre sin problemas identificar lo que estaba oyendo... era sin duda el paso de una joven a la edad adulta, lo que se podía traducir en ser desvirgada por su primer amante en una ceremonia como la que estaba viviendo en ese momento, o más que viviendo sería mejor decir que sufriendo.
Me concentre en la jovencita que me estaba cabalgando, preparándome para darla su merecido en cuanto empezara a recuperarme del todo, mientras llegaba el momento preciso me concentre de hecho con sumo cuidado en purgar mi sangre de cualquier rastro de la infame raíz que me habían dado para controlarme. Entonces tuve un sobresalto, la cara de la joven, era un rostro que ya había visto antes, hacia muchísimo tiempo, en otra época, en otra vida, en otro mundo distinto del que ahora vivía, era la misma cara, el mismo rostro que el de mi esposa, solo eso, solo por esa razón me calme en el acto. Desde ese momento estuve centrándome en la joven de una forma diferente, centrándome en lograr que pudiera disfrutar de esa su primera vez, ayudándola a mitigar su dolor por la ruptura de su "velo interior". Poco a poco logre ir transformando su cabalgada, su dolorosa cabalgada en algo placentero para ella, aun así sabia que debía de actuar con cuidado, ya que ella debía de permanecer estoica en el acto, dando muestras de control y coraje, ya que se suponía que sería extremadamente doloroso y una futura guerrera debía de demostrar poder merecerlo. Logre darla placer pero de forma controlada, de forma que no perdiera su impasibilidad en ningún momento.
La raíz del esclavo, infame planta que usan los traficantes para controlar la mercancía, elimina completamente el control de la consciencia del que tiene la mala suerte de tomarla, de esa forma pueden llevar enormes caravanas de "mercancía" sin riesgos de posibles rebeliones o intentos de fuga, ya que las personas que lo han tomado en las dosis adecuadas solo son autómatas sin voluntad hasta que la dosis se suprime, y aun así se tardan días para volver a la normalidad. Si la dosis que dan es incorrecta, bueno la muerte que da la planta también es dulce. En mi caso hacia al menos tres o cuatro días que debían de haber suspendido el suministro de la raíz en mi torrente sanguíneo. Desde el mismo momento en que pude recuperar el uso de mis funciones digamos que me blinde contra cualquier posible interferencia de cualquier tipo en mi mente... ¿Por qué no lo había hecho antes evitando así esta situación?, exceso de confianza en mí mismo, supongo.
Externamente seguí mostrando los síntomas de estar todavía bajo el control de la raíz, aunque sentí al poco rato una potente sonda mental procedente de la hechicera para comprobar que no fingiera y siguiera realmente como mi apariencia indicaba. No tuve el menor problema en superarla, casi me dio hasta vergüenza ajena lo descuidada que fue en su intento de verificación. La joven paso la ceremonia con nota, por un lado logro permanecer impasible y por otro se llevo su primer orgasmo, algo más difícil de conseguir que el dominar el dolor. Después de completar la ceremonia las tres guerreras se retiraron, seguidas por ambas ancianas, cuando nos quedamos solos la jovencita se echo a llorar amargamente... entonces fui yo quien lanzo con muchísimo cuidado una sonda mental sobre ella, mientras protegía su choza, tienda o lo que fuera donde estábamos de cualquier intrusión de cualquier tipo. Así averigüe que era huérfana, todo su clan había sido exterminado por intrusos, según parecía todas pensaban que fue mala suerte, pero ella ahora era una guerrera sin clan... estaba sola, de hecho lo que acababa de pasar era lo más bajo que podía haberla pasado.
Para las Talkinq su primera vez era lo más importante que os podáis imaginar, contra mas importante fuera el macho más importancia y relevancia adquiría la nueva guerrera, aunque luego eso debiera refrendarlo en el campo de batalla, en la vida misma, pero una primera mancha como la que esta joven debería de soportar al haber sido con un esclavo, era muy difícil luego de superar y más aun de borrar. El valor del macho se media por su linaje, algún otro clan poderoso, si era un enemigo se media por su valor en la batalla, si era mago se media por su poder... etc. En ningún momento hacían distinciones entre el mal o el bien, si alguna hubiera pasado a la edad adulta de la mano de un demonio, su prestigio solo dependería del poder de dicho demonio, sin entrar en cuestiones éticas de ningún tipo. Se había dado incluso la situación de que un enemigo especialmente terrible para ellas había sido capturado, y antes de ser ejecutado había sido usado para el paso a la edad adulta de jóvenes de clanes importantes, dándolas un enorme prestigio al ser hecho por tan poderoso enemigo.
Solo un par de horas después, cuando considere que ella ya se había recuperado lo bastante y que no era entonces "inconveniente" recuperarse me levante. Pronto se me presento, su nombre era Dhialmina Ard-Lackluhd del clan Esghiberdh, pero me dijo que la llamara ama Dhi, o si estábamos solos simplemente Dhi, ciertos recuerdos llegaron de golpe a mi mente al oírla. Me pregunto mi nombre, al decirla que me llamaba Val, le resulto curioso que solo me llamara eso, Val, sin más. Tenía la pobre mala suerte, el paso a la edad adulta había sido con un esclavo, y además tullido, ya que yo era cojo y andaba apoyándome en un largo cayado. Por suerte me permitió seguir usándolo, también tuve suerte de ser ella, cualquier otra hubiera mandado nada más ver mi tara que me cortaran el cuello o algo peor. Cuando me vieron por primera vez con mi tara en la aldea descendió aun más el prestigio de mi "ama" por ser yo encima así, un tullido.
La joven Dhi se había convertido en un lastre para la aldea, para sus costumbres, para sus creencias, para su reputación, para sus aspiraciones e importancia. Única superviviente de un pequeño Clan ahora extinto salvo por ella, nueva guerrera con una mancha gigantesca por la forma de pasar a la edad adulta, sin "madrinas" entre las guerreras de la aldea, en definitiva, toda una paria para la misma. Conociendo como conocía sus costumbres no tenia duda de que tratarían de quitársela de encima como buenamente pudieran. Las Talkinq se dividían la última vez que tuve la suerte o la desgracia de mezclarme con ellas en 17 aldeas, tribus o como queráis llamarlo. Siguen un estricto orden jerárquico que creo que solo ellas son capaces de comprender plenamente, la aldea de Dhi estaba aproximadamente en el 10 u 11 puesto, contar con alguien como ella era un descredito que alguna otra aldea podría intentar aprovechar para medrar posiciones a su costa, o como mínimo hundir sus posibilidades de ascender en su situación con respecto a las demás... pero retirarla su apoyo podía ser todavía peor si las demás se enteraban de ello.
La forma más fácil de lograr evitar ese problema es que Dhi muriera, sin importar a manos de quien, en caso de ser otra aldea o clan daría igual, ya que alguien tan, tan desacreditado no supondría mejora ninguna para el asesino, pero sí en cambio era ella la que triunfara, bueno, poco a poco podría ir ganando reputación lo que en todo caso mejoraría a su vez la de la aldea, es decir, que poniéndola en el disparadero tenían nada que perder y quizá, por un milagro, si este se daba muchísimo que ganar. Toda aldea es gobernada por un triunvirato de ancianas, son aconsejadas por la principal hechicera de la aldea y las más valientes guerreras, ellas son las que dan las ordenes o conceden misiones a las demás, ya que toda Talkinq es en sí misma una Guerrera, solo las madres lactantes están exentas de esta obligación, las Talkinq forman un matriarcado perfecto, organizado atraves de sus clanes y las alianzas entre los mismos.
Dhi fue enviada a los bosques de Khal-tor-Khild, en el centro del gran continente, a casi dos semanas de distancia para explorarlos y asegurarse que no hubiera presencia de tribus Lantares en sus proximidades. Los Lanares son los principales enemigos de las Talkinq, su principal diversión consiste en violarlas, amputarlas luego los pechos, metérselos en la boca y después, si todavía resisten empalarlas por el coño, izándolas hasta que mueren agonizando. Claro que si un Lantar cae en manos de una Talkinq no es que corra una mejor suerte... si no es alguien especial, que puedan usar para mejorar la línea de sangre de la captora, para usarlo en una ceremonia de paso a adulta o algo así... entonces su muerte tiende a ser especialmente desagradable y cruel. Incluso en ocasiones han devuelto guerreros a sus aldeas sin testículos, sin pene, sin ojos, sin orejas y sin lengua... como digo los dos pueblos se odian a muerte. Pues allí es donde mandaron a Dhi acompañada de su esclavo tullido para ver que esas bestias no estuvieran rondando cerca de sus fronteras... como podéis entender por lo que os he contado, lo más seguro es que si estuvieran por allí rondando y que Dhi les fuera servida en bandeja para así deshacerse de ella.
Durante el viaje y la semana anterior al mismo estuve valorándola, decidiendo si merecería la pena entretenerme con ella o por el contrario debía limitarme simplemente a matarla y seguir mi camino. En primer lugar me permitió montar en uno de sus tres caballos, llevándome con ella aun considerándome un lastre, cualquier otra guerrera en su lugar si el esclavo no hubiera podido seguirla el ritmo a pie simplemente lo hubiera dejado en la aldea, vendido o cortado el cuello, pero nada de llevarse estorbos, y muchísimo menos permitirle montar un caballo, mas en el caso de alguien como Dhi, que claramente no tenia donde caerse muerta por definir claramente su situación. Asumí que empleo gran parte de lo que le dejo su clan para poder comprarme y de esa forma poder hacer el paso a la edad adulta, ella además consideraba que la habían timado ya que nadie la dijo que yo fuera un tullido. La verdad es que digamos que muy, muy tullido no era, pero la gente siempre tiende más a confiarse en presencia de un tullido de aspecto “débil” que con alguien “fuerte”.
La siguiente valoración positiva fue que todos y cada uno de los días, por la mañana al levantarse mientras yo preparaba el desayuno, y luego por la noche empleo todo el tiempo que pudo en intentar “entrenarse”, por llamar a eso que intentaba hacer de alguna manera, estaba claro que por lo menos no era nada cómoda y quería salir del pozo donde sabía que estaba metida. Gracias a mis sondeos mentales sobre ella pude apreciar hasta que punto era consciente de su situación, y de que esta misión era suicida dado su incompleto entrenamiento, era consciente de todo lo que yo ya suponía que pasaba con ella en la aldea, eso solo me lo confirmo. Otra cosa a su favor era a fuerza de golpes el tener una mentalidad abierta y capaz de una enorme adaptación, si no claramente ahora estaría muerta en cualquier camino, o incluso puede que vendida como esclava por alguna otra Talkinq de otra aldea, tuvo las agallas para tomar decisiones difíciles, duras y no arredrarse con nadie, creándose así su propia, aunque mínima oportunidad. Esa adaptabilidad me permitiría moldearla y alterarla, convirtiéndola en alguien distinta a lo que hubiera sido de haber seguido una trayectoria normal como guerrera Talkinq dentro de cualquiera de sus clanes, veríamos si era capaz de coger la oportunidad al vuelo o no.
En definitiva, el destino al ponerme en su camino le había dado una oportunidad de oro para ascender a cotas no soñadas siquiera por ella en esos momentos, simplemente consentiría en dejarla pasar o esto provocaría el perecer a mis manos, y no de forma muy agradable más que posiblemente. Llegado el momento oportuno le haría una proposición, según su decisión así sería su destino… para su fortuna había logrado interesarme, consiguiendo que su situación me la tomara como algo entre un juego y un desafío, casi, casi a medias entre ambos. Por una vez podía intentar construir algo y no solo destruir, cosa muy habitual en mi. Cuando llegáramos al bosque de forma definitiva me descubriría ante ella poco a poco, veríamos cómo reaccionaba a mis propuestas, por su propio bien esperaba que reaccionara de forma positiva o no saldría viva de allí, eso lo tenía muy claro, no habría término medio para ella, triunfar o perecer, solo esas dos opciones.
Llegamos a nuestro destino por la noche, algo que sin duda era una locura de no ser porque yo ya había tomado mis precauciones vista su falta de experiencia y en algunas ocasiones también de buen juicio. El único problema que había detectado en ella es que se creía la ostia con las armas, la parte buena es que era plenamente consciente de su falta de experiencia en combates reales… algo era algo, aunque sinceramente a un guerrero o guerrera experimentada no le duraría ni un instante. Su estilo era valido cuando te cubrían las espaldas el resto de alguna partida, pero ella estaba sola lo que la convertía automáticamente en presa fácil para cualquiera como ya he dicho. Después de que se durmiera convoque varios observadores para que hicieran un rastreo de toda la zona localizando donde estaban los Lantares que segurísimo que había por esa zona, después de eso dispuse de un campo seguro de espías del mismo estilo que los míos. Supongo que a estas alturas ya habréis supuesto que soy un hechicero, mago, brujo o como lo queráis llamar, aunque eso no sería correcto del todo, por lo menos en mi caso particular, lo mío es algo bastante más complicado que todo eso, aunque supongo que antes o después terminare por explicároslo, pero eso desde luego no será ahora.
Mis pequeños espías localizaron como seis o siete partidas con las que podríamos toparnos en dos o tres días, todas ellas compuestas de seis a siete miembros, alguna de ellas con un hechicero, aunque debo de decir que ninguno de ellos que fuera especialmente bueno a tenor de las informaciones recabadas por mis pequeñines. A la mañana siguiente decidí que hablaría con Dhi para que decidiera que era lo que quería… veríamos.
A la mañana siguiente cuando la vi “entrenándose” me ofrecí para ayudarla como oponente, algo que por lo visto la debió de hacer muchísima gracia, ya que se sentó en el suelo sujetándose el abdomen debido a la panzada a reír que se estaba pegando a mi costa. Como podéis suponer rechazo mi oferta, pero al menos esto sirvió para ponerla de muy buen humor todo el día a mi costa, estuvo casi todo el tiempo riéndose cada vez que recordaba mi ofrecimiento. Al final muy serio la dije que si en algún momento se lo pensaba mejor que me lo dijera, que mi precio seria mi libertad si se sentía satisfecha con mis servicios, lo que todavía la hizo más gracia.
No penséis mal de ella, su problema era la estricta educación recibida por una Talkinq hasta que pasar el rito para pasar a la edad adulta. Hasta ese momento son muy vigiladas por sus mayores por razones que todos podemos entender. Si esto mismo se lo hubiera propuesto a una Talkinq “adulta” sin duda como mínimo me hubiera cortado la lengua, pero Dhi no estaba acostumbrada a tratar con esclavos, las jóvenes solo son atendidas por los hombres del Clan hasta su momento de pasar a ser una adulta, y si para una Joven que no llegue al momento cumbre virgen es la pena de muerte automática, al hombre que la desvirgara podéis imaginar lo que le pasaría. El que algo así pasara entre las Talkinq era algo completamente excepcional, como curiosidad os diré que ello no llevaba estigma ninguno al Clan en el que ocurriera, pero los castigos eran suministrados en público delante de todas las jóvenes de esa aldea y de cualquier otra que quisiera enviar las suyas para ver el “espectáculo”, digamos que eso lo usaban como una especie de clara advertencia para todo el mundo.
La verdad es que Dhi me hacía gracia, si desde luego hubiéramos tenido que pasar desapercibidos nos hubieran detectado en poco tiempo. Se veía que tenía los conceptos del entrenamiento, algo que se veía claramente que había sido esmerado, pero le faltaban las etapas finales que se hubieran dado yendo y practicando con alguna partida de guerreras de su Clan. Al final dos días después nos encontramos con una partida de guerreros Lantares, cinco guerreros y un mago, como dije antes el mago dejaba mucho que desear como tal. Aunque para ser sinceros fueron ellos los que nos encontraron, pero disimuladamente en el último momento hice saltar la trampa al desviarme “por accidente” de la ruta que llevábamos con el enojo de Dhi, pero eso sirvió para que tuvieran que salir al descubierto para atacarnos y no pudieran emboscarnos alegremente.
Los pobres Lantares al ver a una joven Talkinq con un esclavo tullido se frotaron las manos antes de tiempo, sobre todo el mago que se veía que era el que llevaba la voz cantante. Gracias a esto salieron al descubierto de forma muy descuidada, enfrentándose a nosotros sin el menor atisbo de cuidado con nosotros. Valientemente cojeando me puse delante de Dhi, enfrentándome a los Lantares, amenazándoles con cosas terribles si no se iban dejándonos tranquilos a mi ama y a mí, el ataque de risa de los mismo fue instantáneo, uno de ellos llego hasta mi y de un guantazo terrible me mando contra un árbol donde quede aparentemente medio inconsciente, peor como digo solo aparentemente, justo lo que quería, quitarme de en medio momentáneamente para ver a Dhi en acción real y poder evaluarla en condiciones, como comprenderéis el guantazo no hizo ni que me inmutara, incluso me costó fingir la caída que tuve… desgraciadamente para ellos ninguno se molesto en volver a fijarse en el pobre tullido.
Tal y como sospechaba empezaron a jugar con ella y Dhi también como me temía empezó a cometer fallos en su precipitación por intentar desembarazarse de ellos lo antes posible, poco a poco veía como se iba cansando ante las acometidas de los Lantares, mientras el mago se divertía riéndose de sus compañeros cuando casi eran tocados por Dhi. Estuvieron un buen rato riéndose de ella, dándole golpecitos con la parte plana de las hojas de sus espadas, humillándola de forma terrible cada vez que la tocaban de esa forma, llego un momento que Dhi estaba llorando de rabia e impotencia… El mago dijo que ya valía de diversión, que terminaran con su afán de lucha para poder divertirse con ella, uno de los atacantes dio media vuelta buscando su espalda supuse que para pincharla en un costado y dejarla indefensa para luego poder disfrutar de su joven cuerpo antes de matarla, entonces me puse en marcha…
Debo de confesar que yo también los subestime y casi llego tarde para evitar la estocada, dado lo peligrosa de la situación no tuve más remedio que matar al Lantar que la atacaba por la espalda, hice un molinete con el bastón golpeándole con la punta de forma seca contra su nuca, introduciendo el borde superior del bastón en la misma, borde que de repente como por arte de “magia” había adquirido punta, como si el bastón en realidad fuera una especie de lanza camuflada. El mago lanzo un rugido, amenazándome con quemarme vivo en el acto, y efectivamente vi como el muy imbécil empezaba a recitar un conjuro ígneo, uno capaz de generar en torno al objetivo del mismo una enorme bola de fuego. Digo imbécil porque primero nunca se dice al contrario lo que vas a intentar hacer, así es fácil preparar un escudo o algo peor, después solo a un autentico imbécil se le puede ocurrir usar en temporada seca un hechizo ígneo en el interior de un bosque sin ponerle estrictas limitaciones al mismo, en fin, vamos que además de no ser un gran mago tampoco es que fuera una lumbrera.
Me lanzo el conjuro, pero en lugar de absorber simplemente su energía, cosa relativamente fácil para mí, decidí en bien de mis planes con Dhi, hacer las cosas un poco más espectaculares. Cree un doble escudo, uno para protegerme y un segundo para encerrar las llamas de la bola y que el bosque no prendiera, algo realmente difícil, pero bueno… el espectáculo de mi cuerpo envuelto en una bola de fuego debió de ser hermosísimo para los Lantares y quizá no tanto para Dhi, pero sin duda resulto sorprendente para todos cuando reaparecí saludando amigablemente al mago enemigo. Después de eso y mientras me miraba totalmente asombrado con la boca abierta, sin mediar palabra apunte hacia él con mi mano derecha, concretamente con los dedos índice y corazón estirados, de mi boca solo salió la palabra… “muere”. Solo unos instantes después su cabeza estallo, cayendo el cuerpo decapitado del mago al suelo, ante la palidez cadavérica de sus “compañeros” que veían de repente que la cosa se ponía jodida de verdad para ellos. Lo que había pasado es simplemente que había creado en el interior de su cabeza una digamos que una pequeña burbuja de energía, metiendo rápidamente muchísima más energía a presión en ella hasta hacerla explotar en el interior de su cabeza, el resultado fue el que explique antes, su cabeza exploto, quedando seccionada de su cuello por la misma, dando la impresión de haber sido decapitado. Esta técnica de la burbuja puede ser usada en cualquier parte del cuerpo, una articulación, el corazón, pulmones, hígado, etc… es una forma complicada de matar, herir o incluso torturar por la dificultad de los hechizos que hay que encadenar, pero terroríficamente espectacular para quien la presencia, sobre todo si tienen claro o suponen que serán los siguientes.
Los cuatro Lantares restantes se fueron directamente todos a la vez a por mí pensando que serian los siguientes en caer de semejante forma, entonces hice un conjuro de transformación sobre mi bastón, convirtiéndolo en una Shilkka, mi arma favorita. Digamos que es como una Guadaña, pero más ligera, con una hoja más estrecha y afilada como una cuchilla, la Shilkka es el arma preferida de cierta secta de hechiceros del frio norte del Gran Continente, secta que tuvo a bien enseñarme a usarla hace muchísimo tiempo, justo antes de que los exterminara a todos ellos. Digamos que la particularidad de esta es que en su filo sus moléculas digamos que están en constante oscilación, convirtiéndola en algo capaz de cortar el mejor acero como si fuera mantequilla caliente. Según vinieron desde cuatro direcciones distintas, supongo que con la esperanza de que no pudiera hacer magia contra todos ellos, simplemente gire sobre mi mismo bajando en el giro unos cuantos centímetros al flexionar las rodillas, lo justo para pasar el filo de la Shilkka por debajo de sus brazos con las espadas y los pequeños escudos que llevaban, cortándolos por la cintura en dos, literalmente hablando… de repente ante los atónitos ojos de Dhi, los cuatro Lantares estaban literalmente partidos por la mitad…
Lentamente me volví hacia Dhi que me miraba con los ojos abiertos como platos, evidentemente se había dado cuenta de que no solo no era tullido, sino de que además era un mago y por lo que había podido ver en este corto periodo de tiempo sin duda bastante poderoso, no había tenido el menor problema en desembarazarme yo solo con toda facilidad de la partida de Lantares, una partida que llevaba incluido otro mago con ellos. También se había dado cuenta del potencial de que yo fuera un poderoso mago o como mínimo aunque solo fuera un simple mago, estaba claro lo que era para ella, lo que evidentemente suponía de forma automática. Eso suponía que su paso a adulta no habría sido ninguna vergüenza de ningún tipo, sino al revés, puede que incluso fuera prestigioso para ella y todo si resultaba alguien poderoso. Todo esto me fue fácil de saber debido a la sonda mental que la lance para saber que pensaba de todo esto, en ningún momento pensó en mi con temor, o con ganas de matarme por ser peligroso para ella o algo similar, simplemente pensaba en mi como una tabla de salvación de su situación.
CONTINUARA