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Lilim - 9. Willem van der Decken

en Grandes Series

                       

                

9 - Willem van der Decken

 

Nada mas regresar de mis "vacaciones" y antes de reincorporarme a mi trabajo, estuve meditando sobre como joder un poco a los dos imbéciles de mis vecinos, aparte claro de follarme a sus mujeres e hijas, algo en lo que no pensaba cejar. Concretamente estaba concentrado en buscar un modo de hacerles la puñeta con las dichosas camaritas de marras que habían tenido los santos huevos de instalar, por donde habían podido, en el puñetero edificio. Especialmente problemáticas para mi eran las de los ascensores, que era mi lugar preferido para atacar a mis presas, a mis vecinitas y en un posible futuro a sus mamas. Lo bueno es que estuve un tiempo tranquilo con la Brigada gracias al trabajo que se les acumulo a mis cuatro "compañeros" por los datos que les proporcione sobre la banda que perseguían y que resulto desarticulada. Cierto también, que sobre quién podía estar tras la búsqueda del dichoso objeto o que hubiese contratado a esa banda no logre saber nada de nada, resulto ser un callejón sin salida, quien fuese había borrado sus huellas de un modo magistral.

Como al mes y poco de regresar de vacaciones, al entrar al portal me encontré en el panel de avisos de la puerta un cartelito informando de una próxima junta de vecinos el martes de la semana siguiente. Fue leerlo y sonreírme para mí, ya que al instante se me ocurrió un modo de liarles a esos dos gilipollas un buen lio. Sabia por mis queridas vecinas Doña Encarna y Doña Puri, que hasta el momento las grabaciones de las cámaras eran revisadas por los dos caravinagre los domingos, bien por la mañana, bien por la tarde, pero que para el lunes al menos uno de ellos las había visto todas. La idea era muy simple, el viernes y el sábado saldría a ligar a los locales en los que habitualmente me movía. No tenia la menor duda de que ambos días terminaría con algún chochito que llevarme a la boca. El plan era simple, ligar, llevarme al ligue a mi casa y ya en el interior del portal, pero principalmente en el ascensor, pensaba dar un buen espectáculo ante las cámaras. Sabiendo como sabia, las ganas que esos dos me tenían tras nuestro ultimo encontronazo, esperaba que esas imágenes hiciesen acto de presencia en la junta de vecinos para ser usadas en mi contra. Confiaba completamente ilusionado en que hiciesen precisamente eso, antes de que terminasen por hartarme de verdad, dejándome de hacer gracia, y tomase una decisión drástica contra ellos.

El viernes me ligue a una preciosa chica de unos veinticuatro añitos, bajita, pechugona, con un buen culo, en conjunto se la podría describir como resultona. De inicio ya entramos al portal comiéndonos los morros, por mi parte tocándole el culo, y por la suya con una mano dentro de mi bragueta, con mi polla en su mano, acariciándomela. En el ascensor pase a mayores, le saque la mano, le desabroche casi la mitad de los botones de su blusa y metí mi cabeza entre sus pechos, mientras la sujetaba conta mi por el culo, con mis manos visiblemente dentro de sus pantalones. Se paso todo el tiempo del ascensor gimiendo como una zorrita, diciéndome que nos diésemos prisa para que me la follase. Lo cierto es que dimos un gran espectáculo ante las cámaras, pero sin sobrepasar en ningún momento el estricto limite que me había impuesto. Quería darles a los dos caravinagre la suficiente munición como para que me atacasen, pero no como para que realmente pudiesen ponerme en problemas. Nada mas entrar en mi piso fuimos dejando un reguero de ropa hasta llegar a mi habitación, nada mas alcanzar la cama ella quedo debajo mío con mi polla enterrada en su coño hasta el mango. Estuve bombeando durante diez minutos hasta que alcanzo el orgasmo, después pare, comenzando a besarle los pechos, el estómago, para terminar lamiendo el interior de sus muslos.

Cuando se recupero me hizo quitarme, situándose sobre el borde de la cama a cuatro patas, moviendo el culito mientras me miraba con los ojos chispeantes. Ni me lo pensé, volví a enterrar mi polla en su chochito, empleándome esta vez con dureza, volcando una leve cantidad de vitae en mi torrente para potenciar mis músculos. Tuve que sujetarla por un hombro para impedir que saliese disparada hacia adelante con los golpes secos de mis caderas sobre los cachetes de su culito. No tardo mucho en alcanzar su orgasmo, nuevamente me detuve sin llegar a correrme tampoco esta vez, mientras que ella cayó a plomo sobre la cama gimiendo. Cuando se recuperó, la volví a colocar como antes, solo que esta vez al sentir mi polla en la entrada de su culito tuve que sujetarla con fuerza por un hombro con una mano mientras que con la otra le tapaba la boca para que no gritase. Se la clave de un solo golpe, ahogando su alarido de dolor con la mano. Tanto su culito como mi polla estaban lubricados por sus jugos, pero sin duda la forma de perforarla le tuvo que hacer bastante daño.

Tardo un par de minutos en acostumbrarse, cuando comencé a moverme al oído le dije que se masturbase mientras le follaba el culito. Se empezó a hacer un dado mientras yo me la follaba. Cuando retire mi mano de su boca la escuche perfectamente como gemía de placer y jadeaba con mis fuertes enculadas. Cuando la sentí cerca de su orgasmo, acelere mis movimientos para correrme junto a ella, a la vez "desenfunde" mis colmillos para reponer mis niveles de reserva de vitae justo cuando se corriese. En el justo momento la mordí, volcando en su torrente sanguíneo varias encimas que elevaron su orgasmo de forma exponencial de acuerdo a la cantidad de su sangre que tomé. Cuando terminé, retiré mis colmillos, cerrándose su piel tras ellos, mientras que la chica se derrumbaba sobre la cama sin sentido a la vez que su cuerpo sufría los últimos estremecimientos de placer… La dejé dormir hasta por la mañana, cuando se despertó la invité a desayunar, para después acompañarla a la calle a tomar un taxi. Ni yo le pedí su numero de teléfono, ni ella pidió el mío, entre los dos estaba claro que esto solo había sido un polvo de una noche y nada más.

Si esta chica resulto ser bastante contenida al follar en su "volumen", la que me lleve a casa el sábado era justo todo lo contrario, cuando se corría parecía la hija de puta una sirena de alarma antiaérea con el escándalo que montaba. La diferencia con la del viernes fue que tras encularla como a la otra, al morderla al ir a correrse tuve la precaución de taparle la boca con una mano para evitar que pudiese despertar a toda la mancomunidad de vecinos. Si con la otra subimos dando el espectáculo en el ascensor y bajamos tan normales, en esta ocasión subimos igual, y cuando bajamos el domingo por la mañana, lo hicimos besándonos y metiéndonos nuevamente mano. Al igual que con la otra, los dos teníamos claro lo que había pasado esa noche, sexo sin compromiso y nada más. Estuve todo el domingo relamiéndome pensando en la junta de vecinos del martes, confiado en que a los dos caravinagres les sería imposible resistir la tentación de usar las imágenes de las cámaras para cargar contra mí de nuevo.

Por otro lado, en el trabajo, mi jefa me puso a trabajar con Luna y Raquel, las dos hackers de la empresa en un nuevo programa de seguridad para el control de sus instalaciones, encargo de una importante, aunque poco conocida, empresa del ramo de la joyería. La tensión sexual con mi jefa, con Helena, tras las vacaciones había bajado considerablemente, hasta el punto de casi, casi, poder darla por finiquitada, algo que sinceramente me alegró. Este era un frente que prefería no tener incordiándome en un futuro próximo en vista de la cantidad de problemas que barruntaba. Estuve un par de semanas de lo mas tranquilo con el trabajo, justo hasta que de rebote y por una casualidad, me enteré de que la susodicha empresa para la que hacíamos el programa, pertenecía a la familia de Vargas, uno de los clanes Vampíricos más poderosos de la península y con los que ya me había tropezado cuando el caso de "la Caza". ¿Casualidad? Si, por supuesto, pero en otra vida, desde luego, en esta no, pero ni de broma. Claro, que una cosa era saber que este contrato seguramente tenía algún motivo oculto, y otra muy diferente es saber que demontres es lo que querían de mi los De Vargas.

Una noche que fueron a cenar a mi casa Coral y Tony se lo comente, ellos me pidieron que me anduviese con cuidado, porque también opinaban que era mucha casualidad. A los dos días se presentaron en mi casa Serena y Helen, las dos inspectoras, estuvieron preguntándome por lo que estaba haciendo para los De Vargas y como me había enterado que la empresa era de ellos. Se lo estuve contando, y ambas opinaron de forma idéntica a Coral, Tony y a lo que yo me imaginaba, que esto no era casual. Desde que volví, en mi tiempo libre estuve optimizando un programa de localización y con un sistema de alerta para nuestros teléfonos, si bien esto me vino de perlas para poder vendérselo como una medida de seguridad "para mí", lo cierto es que con todo lo que estaba ocurriendo quería tener a estos cuatro controlados. Mi programa se ocultaba en el interior de otro, cuando se pulsaba el "botón" de la alarma, esta enviaba cada minuto la posición del móvil a los de los otros cuatro. Aunque apagases el teléfono o le desconectases la ubicación, este se mantenía activo tan mínimamente que era inapreciable excepto en esa fracción de segundo que usaba para comunicar la posición. Por orden de ambas inspectoras, los cinco del grupo especial instalamos mi aplicación en el teléfono, obvio decir que quien hizo el programa tenía formas de desconectarlo o modificar la situación aparente del teléfono en momentos puntuales en que no quisiese ser rastreado…

Cuando por fin llego el día de la junta, estuve haciendo recuento de votos según los indicios que tenia de los presentes y confieso que me lleve una alegría. Teníamos Quorum, lo que hacia que por una parte lo que se votase fuese vinculante. De todos los presentes tenia de mi parte a dos vecinos que no tragaban a los caravinagre y a mis dos queridas vecinas, Doña Encarna y Doña Puri. Si bien el resto de vecinos presentes estaban más a favor de esos dos si presentaba mi propuesta para anular ciertas cámaras sin más. Pese a ello tenía pocas dudas de que cambiarían de idea y de bando en caso de que los caravinagre actuasen como yo esperaba. Al comenzar la junta, como siempre, el gestor paso lista de los vecinos, haciendo firmar en el acta a cada uno de los presentes a modo de confirmación del numero de vecinos con capacidad de voto y verificar que había quorum. Los primeros temas tratados fueron los típicos en cualquier comunidad, se empezó a poner interesante cuando Lorenzo, el caravinagre presidente de la comunidad, saco un reproductor portátil de video, comenzando entonces Gregorio, el otro caravinagre, y tesorero de la comunidad, se animo a cargar contra mí.

Los dos caravinagre me comenzaron a mirar con superioridad mientras el presidente ponía en marcha el video, donde se me podía ver perfectamente en el ascensor jugando con las dos chicas que me follé el fin de semana. Espere pacientemente a que las imágenes de los dos días terminasen, mi expresión no cambio ni en lo mas mínimo. Me puse serio cuando pusieron el video en marcha, continuaba serio cuando finalizo el espectáculo, y seguí con el mismo gesto exacto cuando ambos comenzaron a pedir que se tomasen medidas contra un "inmoral" como yo. Si esos dos cretinos estaban eufóricos, mis dos queridas vecinas los miraban con enfado y los demás vecinos evitaban mirarme a la cara, la chica que venia de parte de los gestores de la finca estaba visiblemente nerviosa mirándome. Cuando esos dos terminaron su perorata, intervine, dirigiéndome directamente a ambos…

- Supongo que ambos saben lo que es la Ley de Protección de Datos, ¿verdad? -les pregunté.

- Por supuesto, y estas imágenes han sido tomadas legalmente -me sonrió irónico Lorenzo-, el ascensor tiene el cartel correspondiente avisando de la presencia de las cámaras.

- Entiendo, ustedes dos, como son la inteligencia personificada, leyeron la parte de la ley que les vino bien y ahí lo dejaron. Pues señores, creo que tras esta magnifica presentación de esas imágenes públicamente tienen los dos un más que serio problema.

- No me digas… -se burló Lorenzo-.

- Este pervertido está tratando de meternos miedo -se rio Gregorio-.

- Esto no se puede hacer -se quejó Doña Puri, arrancando nuevas risas de los dos caravinagre.

- No se rían, porque por esto ustedes dos pueden terminar en la cárcel y arruinados -intervino la gestora cortando sus chuflas de raíz-.

- Déjelos mujer, que sigan hablando, que se lo están pasando muy bien y siguen dándome más munición contra ellos.

- ¿Pero que es lo que pasa? -pregunto uno de los otros vecinos.

- Pues varias cosas -le respondí-. Primero, que en esas imágenes no se aprecia delito de ningún tipo, con lo que no existe justificación ninguna para enseñárselas a nadie. Segundo, que a las personas que aparecen en él se les reconoce perfectamente, siendo fácilmente identificables. Tercero, que han sido mostradas de forma pública y notoria, y cuarto, de momento, que la ley determina muy claramente quienes son los que pueden manipular o visionar dichas imágenes de seguridad, y desde luego ninguno de estos dos "caballeros" puede hacerlo. Y aclaro que digo de momento, porque independientemente de las medidas legales que yo voy a tomar, contra ellos dos personalmente, contra la comunidad y contra la mancomunidad por esta violación de mis derechos además de por el atentado que supone contra el honor, voy a informar a mis dos amigas para que hagan lo propio. Y usted -señale a Gregorio-, mas vale que vaya buscando pruebas contundentes sobre eso que acaba de decir ante todos estos testigos de que soy un pervertido, porque le pienso meter una demanda por difamación. Caballeros, con esta tontería cada uno de ustedes dos se están jugando hasta cinco años de prisión, mas la multa, mas la indemnización que les voy a pedir… aparte de lo que mis dos amigas decidan sobre esto…

- Delira -dijo Lorenzo completamente pálido-

- Me temo que no, no ha mentido, todo es verdad. Eso -señalo hacia el video-, no se puede hacer, están violando sus derechos -dijo la gestora-. Incluso en caso de que lo que el Sr. De Urquiza ha hecho en el ascensor, en un entorno privado como es esta mancomunidad, fuese constitutivo de delito, las imágenes deben de ser entregadas a las autoridades y desde luego, siguen sin poder hacerse públicas, como acaban ustedes de hacer.

- Pero la comunidad no tiene nada que ver con esto… -argumentó uno de los vecinos, visiblemente nervioso.

- La mancomunidad, y por defecto nuestra comunidad de vecinos, es responsable de este uso como propietaria de la instalación y no haber tomado las medidas necesarias para que esas imágenes no puedan ser visionadas o manipuladas por quienes no deben -le respondí señalando con el dedo índice de la mano derecha a los dos caravinagre-.

- Pero habrá alguna forma de arreglarlo, ¿no? -indago otro vecino mientras los dos caravinagre estaban cada vez más pálidos-.

- Eso solo lo puede decidir el Sr. De Urquiza, que es quien puede presentar las denuncias y hacer que esto llegue hasta sus últimas consecuencias.

- Esto son tonterías, consultaremos con un abogado, este hombre no sabe lo que está diciendo -grito Gregorio, visiblemente nervioso.

- ¿Usted cree? -pregunté sonriendo con ironía-. ¿Ve esto? -repliqué sacando mi credencial-, pues aquí dice bien claro que pertenezco a Interpol -lo que no era del todo exacto, y que desde luego no pensaba decir o explicar-, que supongo que todos los presentes saben lo que es. ¿Pero de verdad piensa que abría abierto la boca sin saber de lo que hablo? -sonreí socarrón-.

- ¿Como podemos arreglar esto para que la comunidad no se vea afectada? -me pregunto Doña Encarna-.

- Esta bien, y solo porque ustedes dos me lo están pidiendo -señale a Doña Encarna y Doña Puri-, no voy a presentar denuncia ninguna para que no les afecte, ni a ustedes ni al resto de vecinos que no tienen culpa de lo que estos dos "caballeros" han hecho.

- Gracias… -dijo uno de los otros vecinos.

- O no, no me las de todavía, porque voy a poner varias condiciones que vamos a votar ahora mismo, puesto que hay Quorum para ello. Primero el cese de estos dos -señale a los caravinagre-, luego votaremos la retirada de todas las cámaras excepto las del portal y las del parking. No me fio de que mañana tengamos otro "inteligente" y la persona a la que moleste no acepte quedarse quietecito como yo. Y que quede claro, como alguno de estos dos vuelva a salir elegido para algo, aunque solo sea para fregar las escaleras, presentare la denuncia sin remisión, no estoy por la labor de volverles a aguantar de nuevo. No hay nada peor que un "listo" con algo de poder… ¿Estamos todos de acuerdo? -todos los presentes asintieron, menos los dos que suponéis, claro-.

Ni que decir tiene que esos dos imbéciles se marcharon de la reunión pensando que faltando ellos dos, de ese modo al quedarnos sin Quorum, podrían parar mis peticiones y conseguir algo de tiempo para poder reaccionar. No contaron con que después de la que podía haber caído sobre la comunidad de haberlo querido, eso molestaría hasta límites insospechados al resto de los vecinos presentes, que se fueron puerta por puerta del edificio explicando el problema y haciendo bajar a más vecinos a la reunión. Al final casi todos los vecinos, excepto esos dos y quienes no estaban en casa en esos instantes que fueron tres únicamente, se encontraban presentes cuando se votó el cese de los caravinagre. Luego se voto nuevo presidente y tesorero. Salieron elegidos dos vecinos con los que no tenia casi relación.

También se aceptó la retirada de las cámaras que pedí por casi unanimidad, aunque al final retiré esa exigencia, dejándola simplemente en que se votase, se decidiese luego lo que se decidiese, aunque ante todos sí que volví nuevamente a dar mis motivos para querer hacerlo, dejando claro que esta sería la única vez que daría marcha atrás como volviese a ocurrir algo semejante. Tal y como supuse, en caliente tras lo sucedido, ya que a nadie le gusto lo que hicieron esos dos, independientemente de mi aviso, o quizá incluso alentados por él, consideraron que algo similar le podría pasar de nuevo a cualquiera. Se propuso al nuevo presidente, concretamente fue la gestora quien lo hizo, que se llevase el problema ante la junta de la mancomunidad para contratar un servicio externo habilitado para la gestión de las cámaras y sus grabaciones para que no volviese a suceder otra vez.

Todo esto trajo cola dentro de la Mancomunidad y en el resto de comunidades de vecinos de los diferentes portales, porque como era de suponer, la voz de lo sucedido en nuestro bloque se corrió. A mucha gente no le hizo la menor gracia pensar que lo que me habían hecho a mí, les podía pasar también a ellos, por lo que muchas de las cámaras en los demás portales también fueron desmanteladas. Algo por lo que si abogué, fue porque todas las cámaras retiradas se usaran para mejorar la seguridad en todos los accesos, algo que se propuso en la junta de la mancomunidad y que a todo el mundo pareció bien, ya que era un modo de aprovecharlas. Tras esto mi coto privado de caza quedo nuevamente a mi libre disposición para poder jugar con mis vecinitas sin "ojos" indiscretos.

Con todo el problema del ascensor solucionado, y cuando ya estaba planificando mis próximos movimientos con mis vecinitas y sus mamas, de nuevo me vi arrastrado a tener que posponerlo otra vez por culpa de un nuevo caso de la Brigada. Bueno, en este caso, en realidad, fue por culpa de los De Vargas, mas que de la Brigada, ya que esta en cierto modo se vio arrastrada por mí. Salía de trabajar ya de noche cuando a mi lado se detuvo un coche, de el bajo alguien al que reconocí en el acto, ya que había tenido mi cuchilla en su medula, a un solo giro de muñeca de haberlo matado ante el jefe del Clan De Vargas. Me miro con evidente odio, pero con voz suave y mucha educación me pidió que por favor subiese al coche porque su "padrino" quería verme, me aseguro que luego ellos mismos me dejarían en mi casa. Tardamos poco en llegar al domicilio de estos, ya que había poco tráfico.

Me hicieron pasar a una biblioteca forrada en madera y llena de libros, en cuya chimenea se veía crepitar un agradable fuego, que desde luego no servía de nada a ninguno de los dos poderosos Vampiros que me estaban esperando. Obviamente al líder del Clan de Vargas me lo esperaba, pero, sin embargo, al otro, desde luego que no. Se trataba de Cayo Marco Vitelio, cuyo Clan y negocios se extendían por todo el sur de Europa. Mientras que los negocios de los De Vargas eran absolutamente legales hasta donde yo sabía, muchos de los de Cayo Marco no. Metí mi mano en el bolsillo activando el sistema de alarma que instalé en el teléfono, en esos momentos no sabía que ya estaban de camino invitados por Alejandro de Vargas, el líder del Clan. Ambos se levantaron a saludarme estrechándome la mano, Alejandro De Vargas me presento al otro Vampiro, para después invitarme a sentarme. Una vez lo hice, el líder del Clan De Vargas comenzó a hablar…

- Mientras esperamos a que venga el resto de su Brigada, queríamos hablar los dos con usted en privado. Vera, aquí mi amigo, ha tenido ciertos problemas que nos gustaría consultar con usted por si tuviésemos que dar cuenta al consejo europeo… -asentí, sin hacer el menor comentario sobre lo que dijo de la brigada-.

- Soy socio en varios barcos "recreativos" en los que gente con posibles se pueden divertir y cuyo limite en el lujo o la diversión, es el cielo, no se si me explico -me dijo Marco-.

- Perfectamente. Supongo que han tenido algún tipo de problema en alguno de ellos, pero sinceramente, no veo en que les puedo yo ayudar.

- Vera, el problema es que no entendemos que es lo que ha podido ocurrir. Mi amigo aquí presente, me dijo que usted y la brigada a la que pertenece podría ser una buena opción de saber si había algo raro… Tome, estas son las fotos que hizo la guardia costera italiana cuando encontró el barco… -me tendió un sobre-.

Estuve mirando lo que contenía durante aproximadamente una hora, estudiando las fotos y leyendo la documentación que había. Quince minutos antes de que terminase llegaron mis cuatro compañeros, a los que ambos "hombres" pusieron en antecedentes. Los cuatro se sentaron también a esperar a que terminase, mientras les fui pasando las fotos para que fuesen viéndolas. Por lo que observé de reojo, a Helen no pareció sorprenderle el asunto en absoluto, por lo que deduje que alguien bien en interpol, bien en el consejo, ya estaba investigando este caso. Finalmente, volví a guardar todo en el sobre, tendiéndoselo de nuevo a su dueño, que lo recogió dejándolo sobre una mesita que tenia a su derecha. Los dos Vampiros y mis compañeros se quedaron mirándome fijamente mientras trataba de reorganizar mis ideas antes de hablar.

- No creo que le descubra a alguien nada nuevo si digo que esas personas han muerto, literalmente, de miedo. Lo cual, no me extrañaría en absoluto según con lo que se encontrasen de frente, sin embargo, los tripulantes son otra cosa. Supongo que, aun en el caso de que fuesen humanos, de encontrarse con algo "fuera de lo común" no les habría sorprendido como para que ocurriese algo así…

- No, estaban acostumbrados a tratar con las razas, de echo varios de ellos pertenecían a ellas… -replicó Cayo Marco.

- Eso suponía por el informe. Por otro lado, está la desaparición de cuatro tripulantes que hacían funciones de seguridad, de los que, siguiendo la lógica, supongo que uno o al menos dos, eran hijos de la noche y los otros ghoul.

- Es correcto, uno de los cuatro pertenecía a mi Clan, tenia mas de trescientos años y era marino cuando se convirtió, el mar no tenia secretos para él. Los otros tres eran Ghoul. Ninguno de los cuatro podría haber sido sorprendidos con la guardia baja, además mi chiquillo tenia ordenes estrictas de hasta donde llegar con su función en caso de peligro, no se hubiese dejado matar por "nada".

- Supongo que la orden seria salvarse para poder informar directamente de lo acontecido. Siendo un Vampiro y conociendo el mar lo más fácil era saltar y hundirse al fondo para poder avanzar por él para que el sol no le afectase al hacerse de día o incluso en el caso de que fuese atacado de día -dije-.

- Si. Nosotros no necesitamos respirar, si hubiese visto que no había solución es lo que tenía orden de hacer, irse al fondo del mar y avanzar por el hasta poder contactar con nosotros. Pero el margen de tiempo para hacerlo ya ha cumplido en exceso, por lo que deducimos que fue destruido.

- De no ser por la tripulación, hubiese dicho que todo esto es simplemente el ataque de alguna facción contraria a sus negocios, pero eso es algo que usted ya habrá barajado de inmediato y si está aquí hablando conmigo es que no lo ve factible. Sin embargo, tampoco tengo ninguna sospecha sobre qué es lo que ha podido pasar… ¿Supongo que aquí esta reflejada toda la investigación, cada foto, cada objeto que había, etc…?

- Si, esta todo lo que se obtuvo y todo lo que tiene la policía italiana.

- Vale. Lamentablemente la información es muy escueta, por lo que aquí tiene no hay bastantes datos como para poder hacer ningún tipo de hipótesis, por muy descabellada que pudiese resultar… Siento no poder ser de más ayuda…

- Existen otros cuatro casos más que está investigando interpol con estas mismas características, dos en Francia, uno en España y otro en Portugal, todas son embarcaciones pesqueras en las que todos sus tripulantes parecían haber muerto de terror -dijo Helen-. Tratare de hacerme con las fotos tomadas y que las veas -me miró directamente.

- Con cinco casos es posible que encuentre algo, eso ya es otra cosa, son demasiados casos como para que no haya información, por mínima que sea, por algún sitio.

- Bien, si encuentra algo, quiero que me informe a mi directamente… -replicó Cayo Marco-.

- Si encuentro algo, señor Marco, primero informare a la Brigada y serán ellos quienes decidan que hacer -le repliqué-, mis conocimientos trabajan para ellos, no para usted.

- Me informara a mí…, no creo que sepa con quien se la está jugando, no se equivoque conmigo, mi paciencia es muy limitada.

- No amenace, porque sabemos más que de sobra quien es usted… -intervino Helen-, Marco Valen, nacido humano en Venecia en el 804 en el entonces Imperio carolingio. Le advierto por primera y última vez, al consejo no le hace gracia estos comportamientos…

- Haya paz, aquí nadie le va a hacer nada a nadie, yo garantice este encuentro y respondo por la seguridad de todos -corto seco el líder del Clan de Vargas-. Sr. De Urquiza, quería decirle que cada vez me resulta usted más interesante, tras nuestro primer encuentro no he logrado saber nada de nada sobre usted, es como si no existiese y nunca hubiese existido pese a los conocimientos que parece abarcar… Y créame que he acudido a todos los sitios donde podrían llegar a informarme de algo, por nimio que fuese.

- Como ha dicho mi amigo, por esta vez no tomare medidas, pero le aconsejo que no se vuelva a enfrentar a mi -dijo Cayo Marco.

- Legado -dije en Latín Romano, pasando luego nuevamente al castellano. Cayo Marco clavó sus fríos ojos en los míos al escucharme darle el cargo de la XII Legión Fulminata en su lengua materna, llevándose un leve sobresalto rápidamente reprimido-, no tengo por costumbre buscarme enemigos si puedo evitarlo, pero tampoco suelo dejarme asustar, excepto que me convenga, y ahora mismo no tengo el menor motivo para ello. Procure no volver a equivocarse usted tampoco conmigo…

No volví a decir nada más, Helen decidió que nos marchábamos en ese mismo momento. Nos despedimos saludando a ambos Vampiros. Ya en el coche me pregunto porque había llamado Legado usando el Latín antiguo a Cayo Marco, algo que no tuve el menor reparo en contestarle, explicándole quien había sido realmente. No hacía falta ser muy listo para imaginarse lo que Helen estaría pensando en esos momentos, una vez mas acababa de facilitarle información muy precisa de algo que nadie sabía, algo que esa "persona" llevaba mas de mil años escondiendo ante todos… Era consciente de que, aunque los cuatro tragaron de principio con mi explicación de ser un Krypteia Espartano, tras pensarlo detenidamente existían muchas cosas que ellos conocían y que no tenían aun así ninguna explicación, la más evidente, mi cercana relación con Azrael, el Angel de la Muerte. Los cuatro, después de hablar con Azrael delante suyo, y tras haber estado en su presencia, pese a las mas que probables preguntas que tenían, habían decidido sabiamente dar por buena mi historia y no seguir indagando o preguntando más sobre mí, lo cual no quería decir que no siguiesen intrigados.

En realidad, y aunque era muy traído por los pelos, tras la intervención de Helen, si que tenia una sospecha sobre lo que podía haber pasado. Pero para poder confirmarlo necesitaba llegar a casa y tener acceso a internet con mi ordenador. Tenia que buscar cierta circunstancia que de haberse producido en fechas próximas a esos "ataques" daría verosimilitud a mi hipótesis, y se convertiría en un nuevo dolor de cabeza. Si mis sospechas eran fundadas, el Capitán Willem van der Decken había regresado de nuevo, y eso sin duda alguna, independientemente del porqué, no era nada bueno.

Tres días más tarde Helen apareció en mi casa para dejarme copia de los expedientes de los cuatro casos de los pesqueros. Tras marcharse esta, me puse a estudiarlos con detenimiento, observando algunos detalles que si no llego a saber que buscar me hubiesen pasado desapercibidos. Luego me puse a indagar en Internet sobre la reaparición de cierta leyenda en las costas canarias, y efectivamente, allí estaba, presente de nuevo en ciertos blogs sobre lo oculto. De nuevo la misteriosa Isla de San Borondon o San Brandan, como se la conocía, había aparecido nuevamente, y sin duda, con ella el Capitán Willem van der Decken había regresado. Llame a la Brigada, citándoles para dos días después en mi casa, luego hice la misma llamada a Alejandro de Vargas, para que también acudiese junto con su amigo Cayo Marco, solo que a estos dos los cite para tres horas más tarde que a mis compañeros. Esos dos días fueron de lo más tranquilo para mí, si exceptuamos el hecho de que, o bien De Vargas, o bien Cayo Marco, me había puesto algunos Ghoul tras de mí, aparentemente como protección.

Mis cuatro compañeros de la brigada llegaron puntualmente. Tras sentarse, puse algo de beber y de picar, para explicarles después que en tres horas se reunirían con nosotros los dos poderosos Vampiros, el líder del Clan De Vargas, y Cayo Marco. Con eso deje claro que era el tiempo que teníamos para que les pusiese en antecedentes… La primera en hablar fue Serena…

- Y bien Miguel, ¿Qué es lo que sospechas para todo esto?, porque me da que no nos va a gustar para nada y va a ser uno de "esos problemas…" -los demás asintieron-.

- Bien, tras ver todo lo que había sobre los cinco casos, incluido el del Barco de Cayo Marco, creo firmemente que se quien es el responsable de todo esto. Y si, si estoy en lo cierto, tenemos uno de "esos problemas…" -suspiraron los cuatro al escucharme-.

- Después de lo de tu amigo de las alas y los de La Marca, ahora ya casi me da miedo preguntarte… -replicó Helen-.

- ¿De quién hablamos? -preguntó Tony

- Hablamos del Capitán Willem van der Decken…

- ¿Y ese quien coño es? -pregunto Coral, mirando a los demás, moviendo todos ellos la cabeza negando saber de quién hablaba.

- Bueno, creo que si digo *"El Holandés Errante" os quedara algo mas claro, ¿verdad? -les sonreí irónicamente al verlos respingar a los cuatro a la vez que palidecían.

- No nos jodas… es una broma, di que si, por favor… -replicó Helen pasándose las manos por la cabeza.

- No, no lo es. En todos los casos he visto un cierto patrón que coincide, además, según parece la Isla de San Borondón, en Canarias, ha sido de nuevo avistada, y eso sí que es significativo. El Holandés Errante ha regresado a este mundo…

- Vale, vamos a calmarnos un poco. Miguel, ¿sabes por casualidad que es lo que pasa? -preguntó Serena.

- No, lo que pasa no, pero a quien está buscando posiblemente sí. Me temo que probablemente sea a mi… -todos se quedaron mirándome con la boca abierta-.

- Venga ya, no fastidies, ¿quieres? Ahora resulta que también te busca "El Holandés Errante"… pero… ¡¡¡¡pero tu quien cojones eres!!!! -explotó Coral.

- Explícate ya mismo -replicó Helen saliendo de su estupor.

- Bueno -decidí contestar, pero ignorando deliberadamente lo dicho por Coral-, cuando os marchasteis con lo del caso de la banda, como no pude hacerme cargo de la casa que alquilé me devolvieron el dinero. Pero tras dejar el hotel que teníamos, me fue imposible lograr un alojamiento en esa zona para los dos días siguientes. Por eso decidí aprovechar el lapsus para irme a ver otra zona, al final me decidí por Isla Cristina en Huelva…

- Justo al lado, a muy pocas millas náuticas de Isla Cristina fue donde ocurrió lo del pesquero portugués… -replico pensativa Helen-.

- Si, y justo ese mismo día pase toda la mañana en la playa… Luego me volví a Málaga, a un apartahotel en Ronda. Y tambien estuve en la playa de Benalmádena en la misma fecha en que ocurrió lo del pesquero Malagueño… y si continuamos… -me interrumpió Serena.

- Si continuamos con el resto de "contactos", los dos franceses y el italiano, siguen una clara progresión de acuerdo a tus apariciones en la playa… como esperando que mantuvieses esa misma dirección al moverte…

- Si, eso creo. Básicamente estoy seguro de que se trata del Holandés Errante, y hay muchas posibilidades, aunque no puedo estar seguro del todo, de que me esté buscando.

- Vale, admitámoslo como cierto -sugirió Helen-, pero eso no explica por qué ataca esos barcos…

- Bueno, la maldición sobre el Holandés implica no poder tomar tierra, por lo que sistemáticamente su tripulación suele tratar de hacer llegar sus "cartas" a sus familiares en tierra. Y no, no son realmente conscientes de lo que ocurre -me adelante contestando a su más que probable pregunta-. El problema es que la gente tiene tendencia a asustarse y a reaccionar de forma negativa, bien tratando de hacerles frente o de escapar… Cualquiera de ambas decisiones con el Holandés, es nefasta…

- Dejemos estas explicaciones para mejor ocasión, y volvamos al hecho de que crees que te está buscando -replico Helen, tratando de centrar nuevamente el tema-.

- ¿Y para qué se supone que te busca? -preguntó Serena tras la intervención de Helen-.

- Hasta que no nos encontremos con él no lo sabré… -vi como todos ellos respingaban-.

- Has dicho, ¿nos? -gorgojeo Coral.

- Si, eso mismo he dicho, nos, los cinco. Cuando vengan Cayo Marco y Alejandro de Vargas les voy a pedir un barco para poder navegar unos días por el Golfo de Cádiz. Si el Holandés de verdad me está buscando acudirá…

- Si te lo dejan querrán venir con nosotros, lo sabes, ¿verdad? -replicó Helen.

- Desde luego que sí que lo sé, y no me importa, son sus "vidas", si hacen el tonto en presencia del Holandés tampoco se perderá mucho. Vosotros cuatro simplemente limitaos a hacer lo que yo os diga y no tendréis el menor problema, si ellos luego de que se lo explique no lo hacen, es el suyo.

- ¿Y que tendríamos que hacer exactamente? -preguntó Tony.

- Muy sencillo, una vez se presente el Holandés, y veáis lo que veáis, quedaros quietos sin moveros, no hablar nada de nada en absoluto, no hacer caso de lo que podáis escuchar venga de quien venga excepto si yo os lo digo. Pero esto último solo siempre que este frente a cada uno de vosotros, pero, sobre todo, no tratar de acercaros al Holandés…

- ¿Y si su tripulación asalta el barco? -preguntó Serena

- No lo harán, como mucho "subirán" a bordo, que además es lo más probable que ocurra. Si nadie hace el imbécil no pasara nada mas allá del susto. Pero si por alguna circunstancia, algún gilipollas hace alguna estupidez y pasa, haced lo que os he dicho, de ese modo no sufriréis el menor daño. Si no os ven como una amenaza estaréis a salvo.

- Pero con los Vampiros a bordo… quizá el estarse quieto no sirva de nada…

- Si fuesen otros y no vosotros, os diría que sí, que si asaltan el barco todos estaríais muertos, pero en este caso no. Los cuatro habéis sido marcados por Azrael, y aunque ese Barco junto con su tripulación no pertenezca ya a este mundo, nadie juega con el Angel de la Muerte si puede evitarlo, ni siquiera el Holandés. Por eso es necesario que sigáis a rajatabla lo que os digo, y estaréis completamente a salvo.

Lo que no les dije, es que, si bien la marca de Azrael les protegería si no se movían o hacían algo raro por ellos mismos, también llevaba aparejado el que la tripulación del Holandés estuviese muy pendientes de los cuatro. Estuvimos hablando hasta que llegaron los dos vampiros. Tras las presentaciones, pase a hacerles la petición de que nos prestasen un barco, y a Cayo Marco que suspendiese momentáneamente sus actividades hasta que pudiésemos solucionar el problema. Obviamente, los dos Vampiros pusieron como condición acompañarnos a lo que fuésemos a hacer, y claro, tenían pensado llevarse a algunos de sus colaboradores no humanos más confiables… lo que no era nada tranquilizador, por cierto.

- Esta bien, pero les digo a ambos lo mismo que a mis compañeros antes de que llegasen, hagan lo que yo les diga y volverán a casa. Ni aun siendo dos de los Vampiros mas poderosos que existen se salvaran si no me obedecen…

- Ni que fuésemos a encontrarnos con algún fantasma… -se rio Cayo Marco, mientras que Alejandro de Vargas miraba a mis compañeros pensativo, cuyos rostros aparecían pálidos-.

- Inspectora, ¿Con que se supone que nos vamos a encontrar? -le preguntó a Helen, consciente de que eso no era algo normal en ellos según lo que sabía sobre la brigada-.

- Si lo que sospecha Miguel es cierto, y conociéndole dudo mucho de que se equivoque… con el "Holandés Errante"… -Cayo Marco se dejo de reír en el acto, mientras que Alejandro de Vargas se volvió a mirarme como si hubiese visto una víbora, y por su gesto al escucharlo, supe que en ningún momento se lo tomaría a broma, dándolo como cierto-.

- ¿Qué quiere exactamente que hagamos si nos lo encontramos? -pregunto muy serio Alejandro de Vargas para sorpresa de todos mis compañeros.

- ¿Pero le creen? -preguntó Serena muy sorprendida.

- ¡¡Oh si!!, por mi parte desde luego que sí -contesto Alejandro de Vargas- y tengo mis motivos para hacerlo. Pero aparte de eso, llevo pendiente del Señor de Urquiza desde hace bastante tiempo y sinceramente, no sé quién o qué será realmente, pero desde luego por lo que he podido "saber", tiene algunas filiaciones un tanto… peculiares, por decirlo suavemente. Y ustedes cuatro son mas que conscientes de lo que les estoy diciendo… En cuanto a mi amigo aquí presente, ha visto la "luz" al respecto hace muy poco… digamos que le he ayudado a tomarse enserio cualquier cosa que el Sr. De Urquiza diga…

- De pasar esto tan solo hace una semana, por mi parte nunca le hubiese creído, al igual que a mi amigo Alejandro por mucho que me lo asegurase. De no darse la pequeña circunstancia de que tras nuestro último encuentro una de las brujas oscuras que trabaja para mi y que siempre me acompaña en mi sequito, me advirtió de que me alejase de ustedes cinco, porque ustedes cuatro mostraban sobre si la marca del Angel Exterminador y los cinco aun mostraban trazas de que habían estado recientemente en su presencia -dijo Cayo Marco-. Y aunque eso pueda parecer una locura, ella es alguien a quien tengo muchísimo respeto y cuidado con lo que me aconseja, aun cuando lo que me diga parezca algo descabellado. Aun esta por ser la primera vez que se haya equivocado con algo.

- Lo de la marca de Azrael vale, eso ya está casi superado, pero joder Miguel, ¿Qué coño es ahora eso de las Trazas? -explotó Helen ante la asombrada mirada de los dos Vampiros -.

- Pues que cuando se esta cerca de un ser de esas características, existen ciertas irregularidades… digamos que místicas alrededor durante un cierto tiempo, y Azrael es de los más poderosos que te puedes cruzar -la mirada de los dos Vampiros era como para enmarcar, más aún habida cuenta de quien se trataba el ente del que hablábamos tan tranquilamente-.

- Están diciendo que ustedes cinco realmente, de verdad que han… -corté al De Vargas-.

- No, sin preguntas, sobre según que cosas saber mucho es estar muerto, o en su caso, ser destruido. Ellos cuatro están a salvo a ese respecto, ustedes dos no. Si van a venir con nosotros asegúrense de seguir las instrucciones que voy a darles al pie de la letra o no regresaran…

- Díganos… -replico muy serio Cayo Marco-.

- Si van a traer con ustedes a alguien de su Clan asegúrense de dos cosas, que sea inteligente y que obedezca las órdenes a rajatabla por mucho miedo que pueda llegar a sentir. Si el Holandés aparece les digo exactamente lo mismo que les he explicado a mis compañeros de la Brigada. Vean lo que vean, quédense quietos sin moverse, no hablen nada de nada en absoluto, no hagan caso de lo que puedan escuchar venga de quien venga excepto si yo lo digo, y únicamente si en ese momento estoy frente a frente con quien me dirija. Pero, sobre todo, que nadie se trate de acercar al Holandés… Si alguno de sus "chicos" pierde los nervios y hace algo estúpido, ni se muevan, ni parpadeen, porque cualquier gesto, palabra o movimiento por leve que sea, aunque se trate de impedirle que lo haga, también supondrá la muerte de esa "persona". Asegúrense de que sus hombres entienden esto y se lo toman en serio, porque con el Holandés Errante las segundas oportunidades no existen…

Aun estuvimos hablando mas de dos horas hasta que todos se quedaron mas o menos satisfechos con mis explicaciones al respecto. Mentiría si no se noto en todos ellos, el De Vargas incluido que preferían que me hubiese equivocado y que no diésemos con ese barco fantasma. Yo conocía la leyenda del Holandés Errante, pero también la verdad que se encontraba tras ella, y que desde luego no era nada halagüeña. Cuando la Isla de San Borondón aparecía normalmente significaba solo una de dos posibles cosas, que el Holandés Errante partía o bien que nuevamente regresaba a "casa", a la única que podía llamar como tal después de su maldición. Hasta el momento, la Isla había sido vista ya en dos ocasiones, lo que quería decir que el Holandés actualmente estaba en "casa", en las profundidades del océano. Confiaba que navegando unos días por el Golfo de Cádiz nuevamente volviese a aparecer para encontrarse conmigo, y no es que esta fuese a ser la primera vez que nos veíamos o que, llegado el caso más extremo, yo navegase con el Holandés… pero eso es otra historia que no aquí no viene a cuento y que desde luego no pensaba compartir ni de broma.

Los dos Vampiros se pusieron en contacto con la Inspectora Helen para informarles de cuando estaría dispuesto el barco que habíamos solicitado en el mismo puerto de Cádiz. También informaron que cada uno de ellos iría con tres de sus chiquillos y que estos estarían perfectamente informados de lo que tenían que hacer en todo momento. Sinceramente, si del De Vargas hasta cierto punto me fiaba por otros motivos que más adelante entenderéis, del otro, de Cayo Marco ni lo más mínimo. Tenía la leve sospecha de que podía tratar de hacer, o al menos pretender hacer alguna estupidez, algo en lo que sinceramente confiaba. Por otro lado, estaba mi trabajo, en el que eso de poder disponer de días cuando quisiese era más fácil decirlo que hacerlo. Por fortuna, según parece "el cliente" tenía también unas pequeñas instalaciones en Cádiz en las que había que realizar algunos ajustes para la optimización del nuevo sistema de seguridad. Y a Cádiz que me mandaron a mi para unos quince días, tiempo mas que suficiente como para hacer mi trabajo y trabar contacto con el Holandés…

Dos días antes de partir, me reuní en la Brigada con mis compañeros, les deje muy claro a los cuatro que no me fiaba en absoluto de los Vampiros, o por lo menos, de los referentes a Cayo Marco, por lo que les aconseje que si sabían manejar una espada procurasen llevarse una, puesto que era el método mas eficaz de terminar con un Vampiro, decapitarlo. Aceptaron sin poner pega alguna, como ya suponía, Helen, Serena y Tony sabían manejar una, no así Coral, quien sin embargo sí reconoció saber manejar un cuchillo con ambas manos. El día que nos marchamos hice entrega a Coral de dos *misericordias, especialmente preparadas para detener a un Vampiro… Me asegure de que todos los demás llevasen espadas. Durante el camino…

- ¿Qué sospechas? -preguntó Helen.

- De los de Vargas nada, pero del otro… cualquier cosa, y ninguna buena.

- ¿Y porque parecías tan interesado en que viniese? -pregunto Serena.

- Pues obvio, porque creo que meterá la pata y hará alguna estupidez -repliqué con una sonrisita.

- No creo que lo digas en serio, ¿sabes cómo reaccionara su Clan si le pasa algo? -preguntó muy seria Helen.

- A la defensiva, nos ignorarán porque sus lugartenientes se despedazarán entre ellos por el poder del Clan. Cayo Marco es un paranoico, no tiene segundo al mando o heredero, mantiene el poder dentro del Clan muy repartido para que nadie pueda hacerle sombra -sonreí malicioso-.

- Entiendo, si están muy divididos y se enfrentan el Clan saldrá muy debilitado… -replico pensativa Helen-.

- Y supongo que tendrán un buen numero de enemigos que aprovecharán la oportunidad, ¿o me equivoco? -pregunto Serena.

- No, no te equivocas, con Cayo Marco vivo y al frente del Clan nadie se atrevería a atacarles, sería un suicidio, es demasiado poderoso, incluso por sí mismo. Pero si desaparece y el Clan se enfrenta entre si… -Helen se quedo unos segundos pensativa-. Se de al menos tres Clanes entre las razas que como den síntomas de debilidad les van a saltar al cuello.

- Cuatro, exactamente cuatro, contad al Clan de Vargas, cuyo líder no se va a tomar nada bien que le ataquen… o al menos, que le pongan en un peligro innecesario -replique sonriente-.

- No creo, son amigos y aliados -replicó Tony-.

- Creedme si os digo que Cayo Marco Valerio, Legado Romano de la XII Legión Fulminata no tiene amigos. Toda relación con él se base en lo que pueda sacar de ella… y dudo mucho que Alejandro de Vargas no sea plenamente consciente de ello.

- Por eso las espadas, ¿no?, esperas que traten de matarnos al poco de salir al mar -pregunto Tony-.

- No, sinceramente no. Confió en que sea el Holandés quien se encargue de ellos. Conociendo a Cayo Marco habrá hecho planes para aprovechar que todos estaréis inmóviles por mis instrucciones para intentar mataros a todos, incluido el De Vargas.

- ¿Entonces? -preguntó Helen.

- Entonces, si mueven medio musculo el Holandés les matara a todos antes de que muevan el siguiente… Las espadas son para el poco probable caso de que no traten de hacer nada hasta que el Holandés parta…

- Te veo muy seguro de esto… -Indagó Serena-.

- Lo estoy, inspectora, lo estoy… De un modo u otro, ese cretino vendrá con intenciones hostiles hacia nosotros…

Después de esto no volví a decir nada, si no me equivocaba, Cayo Marco elegiría a sus "acompañantes" por su fuerza y capacidad guerrera, no por su coeficiente intelectual, lo que tratándose del Holandés no era nada inteligente. Sabía que Alejandro de Vargas no había llegado donde estaba y vivido tanto tiempo siendo un estúpido que confía en cualquiera. Suponía que él tampoco se fiaría de su "amigo", ni de nosotros ya de paso, en lo más mínimo, pero dudaba de que hiciese nada en cuanto el Holandés estuviese delante, él sí que entendería de inmediato lo que se jugaba si no me hacía caso. Pero como dije, si conocía bien al Romano, iba a cometer un error letal en este viaje en todos los aspectos, tanto para él, como para todo su Clan. Los de Vargas eran malos enemigos y los segundos del romano en la península no eran muy inteligentes que dijéramos…

Llegamos a Cádiz sin el menor problema, donde al llegar al puerto nos llevamos la sorpresa, el Barco que nos iban a "prestar" resulto ser un Yate de unos 70 metros de eslora aproximadamente. Una vez a bordo estuve revisando todo el barco, me pude dar cuenta de que en realidad estaba específicamente diseñado para los Vampiros. Disponía incluso de una especie de habitación del pánico con su propio suministro de oxigeno y capaz de aguantar bajo el agua a bastante profundidad. El uso de dicha habitación estaba claro, era perfecta tanto para Vampiros como para Licantropos en noches de Luna Llena. La tripulación por lo que había podido observar estaba compuesta exclusivamente de Ghoul, lo que no sabría decir exactamente, es a cuál de los dos Clanes pertenecían, si al de los De Vargas, o al de Cayo Marco…

Al siguiente día por la noche llegaron ambos Vampiros con tres acompañantes de su Clan Alejandro de Vargas, y cinco Cayo Marco, cuatro miembros de su Clan y una mujer, la cual me pareció una bruja.

Me sonreí para mi tras hablar con los dos y zarpar de puerto, el Romano había hecho con sus acompañantes justo lo que sospeché. El barco pertenecía al Clan de Vargas, así como la mayor parte de la tripulación, aunque lo alquilaban o cedían a socios empresariales cuando no lo usaban. Cayo Marco por su parte, para este viaje había logrado colocar al menos ocho o nueve de los suyos en posiciones, no tan importantes, como bien situadas de ocurrir, o querer que ocurriese algo. Hice que todos mis compañeros llevasen encima sus espadas en todo momento. Con la bruja tuve mis primeras palabras la primera noche de navegación, se estaba comenzando a nublar y pretendió usar su poder para alejar las nubes. La situación termino con el filo de mi Xipho sobre su cuello y la muy seria advertencia de que si trataba nuevamente de usar su poder sin que yo se lo pidiese le cortaría la cabeza. Creo que lo que mas sorprendió, tanto a mis compañeros como a los Vampiros, de mi reacción, fue la velocidad con que el filo de mi espada se situó sobre el cuello de la Bruja, ya que a ninguno de ellos les dio tiempo a reaccionar. Ninguno de los Vampiros era tonto, por lo que fueron mas que conscientes que de haber estado entre ellos podría haber decapitado a tres o cuatro antes de que el resto hubiesen podido siquiera sacar sus propias armas, lo que no quería decir poder usarlas para defenderse con garantías y quedaba muy claro el motivo por el que portaba una espada.

Si alguno de los dos pretendía hacer algo estúpido, acababa de dejar claro que tanto el otro líder de Clan como yo teníamos que ser las primeras víctimas si quería salir "vivo" de ese barco, y en especial si quien lo intentaba era Cayo Marco. Mi actuación no había sido gratuita, acababa de dejar claro al Romano que su mejor opción estaría cuando me viese subir al Holandés y Alejandro de Vargas se quedase solo, el típico, divide y vencerás. Mientras que Alejandro de Vargas había llevado al imbécil de su ahijado, cosa que no terminaba de entender, junto con los que parecían ser sus dos guardaespaldas de confianza, mientras que Cayo Marco tenia a su lado una bruja y cuatro "guerreros". Por la reacción de estos cuatro cuando le puse la espada en el cuello a la bruja, tuve claro que eran peligrosos. Cierto que no les di tiempo a reaccionar, pero no se inmutaron tampoco, como el resto fueron a por sus armas, pero en su caso no se movieron, lo primero que hicieron fue valorar sus posibilidades, capacidad de actuación, junto con la probabilidad de más adversarios… Demostraron ser muy buenos, tardaron menos de cinco segundos en valorar la situación como "no peligrosa"… al menos en ese instante, por lo que contuvieron cualquier movimiento. Claro que mi movimiento en si mismo ya encerraba una trampa para los Vampiros, y es que no había usado Vitae para potenciarme, por lo que había sido muchísimo más lento en mis movimientos de lo que en realidad podría. Si ocurría algo y era después de la marcha del Holandés, esperaba que reaccionasen acorde a la velocidad que les había mostrado. En ese caso se llevarían una muy desagradable sorpresa, máxime cuando realmente no necesitaba mi Xipho a la hora de atacar, porque bajo mis mangas llevaba listas las cuchillas de Jean Philippe de la Rúen, el Comendador Errante, con las que podría atacar aún más rápido.

Al anochecer del tercer día, justo cuando los Vampiros volvieron a salir a cubierta, el viento cambio de dirección haciendo su aparición una leve bruma que con el paso de los minutos cada vez se iba espesando más… Me acerque a la borda, expendiendo mis sentidos con la Vitae…

- Ya está llegando… -me volví hacia los demás-, que todos los tripulantes entren bajo cubierta, cierren todos los mamparos y que nadie asomé la cabeza, si alguno de ellos perdiese los nervios… El resto, guardad silencio y sin moveos… -me gire nuevamente hacia el mar-.

A la tripulación le falto tiempo para obedecer a sus patronos, quienes dieron precisas instrucciones de no moverse a sus acompañantes. Nadie, ni mis compañeros ni los Vampiros se movieron del centro del barco hacia donde yo estaba junto a la borda. Cuando el Holandés hizo su aparición me volví levemente para poder mirar a mis compañeros y a los Vampiros, decir que estaban impresionados seria quedarse muy corto. El ver salir de la niebla un Galeón con las velas desplegadas, viendo en su amura lo que parecían ser varios "hombres" cuyas siluetas aparecían un tanto difuminadas, con ropas aparentemente de época, armados con armas blancas y lo que parecían grandes pistolones, mirando fijamente hacia nuestro barco, desde luego no era como para tranquilizar a nadie. A medida que avanzaba el Galeón parecía ir deteniéndose, para cuando llego a nuestra altura se pudo escuchar en el absoluto silencio de la noche como el ruido de un ancla caer al mar… Desde su borda pareció que tendía una tabla a modo de pasarela entre ambos barcos, los cuales, pese a estar pegados, no parecían rozarse en absoluto. Antes de subir por la tabla al Holandés, me volví para mirar a los Vampiros y a mis compañeros, si estos últimos estaban pálidos como muertos, los Vampiros tenían unas caras como para enmarcar. De hecho, si de algo me di cuenta para mi desilusión, es de que ninguno de los dos, ni el Romano, ni el de Vargas, se atrevería a desobedecer mis instrucciones en lo mas mínimo, incluida la Bruja que aun estaba peor que mis compañeros, porque incluso temblaba. Mi esperanza eran los otros Vampiros, con un poco de suerte quizá a alguno de ellos le diese por cometer una estupidez…

Creo que los veinte minutos que yo estuve a borde del Holandés hablando con el Capitán Willem van der Decken, fueron de los mas intensos para todos los que estaban en la cubierta de nuestro barco, porque tras de mí, varios de los tripulantes del Holandés pasaron a nuestro barco, dando vueltas por su cubierta. Pasaron entre los que allí estaban, y todos pudieron darse cuenta de que no estaban ante gente normal o simples espectros… Creo que lo peor vino cuando en el momento de marcharme, mientras que los marinos del Holandés regresaban a su barco, yo me despedí del capitán estrechándole la mano, algo que todos los presentes pudieron ver con toda claridad. Una vez puse el pie sobre la cubierta de nuestro barco, el Holandés se volvió a poner en marcha, hinchándose las velas en el mismo instante pese a que no hacia ni gota de viento, perdiéndose nuevamente en la niebla… luego se levanto una leve brisa que comenzaba a deshacerla.

Lo que me dijo el Holandés me preocupo. Yo ya sabía que, en lo más profundo del Océano, en lo que antaño fuese el continente perdido de la Atlántida, habitaba una de las Razas que todos creían extinguida, los Sirenidos, compuesta por las Sirenas (Hembras) y los Tritones (Machos). Eran los descendientes de uno de mis hermanastros, concretamente de Poseidón, hijo de mi madre, Lilith, y de Focalór, uno de los duques más poderosos de Lucifer, quien concediéndole parte de su poder le dio la oportunidad puntual de tener descendencia con los animales marinos y poder así crear su propia descendencia. El Holandés me había traído una "carta" de su Gran Sacerdote y custodio del profundo sueño de mi Hermanastro, en ella me hacia saber que algo estaba perturbando su sueño y que Poseidón poco a poco comenzaba a removerse en su Cripta en el centro de la poderosa Atlantis. El que uno de mis hermanastros, uno de los que Dios y Lucifer en cierto modo les forzasen dormir hace eones, estuviesen comenzando a dar señales de inquietud en su sueño no era nada bueno, pero para nadie, tanto para las razas como para los humanos. La puerta de Acceso al perdido continente de Atlantis era San Borondón, la única parte del continente perdido que de vez en cuando reaparecía nuevamente en el mundo, y único punto por su especial características en el que era capaz de tomar tierra el Holandés Errante. Si alguien me preguntase el porqué de esto o donde está realmente Atlantis, sinceramente, no seria capaz de contestar, porque no conozco la respuesta, o por lo menos, no la sé con total seguridad.

Como otras razas, Los sirénidos podían considerarse como "débiles", pues si bien tenían una vida muy longeva, por el contrario, su periodo de gestación era muy largo y como algunas otras razas, por ello su descendencia corta. Su principal hándicap es que, debido a su capacidad para respirar bajo el agua, por contra su tiempo disponible respirando sobre la tierra era escaso, por ello su capacidad de actuación fuera del agua era muy limitada. El peligro de los Sirenidos venia de su habilidad para poderles negar los océanos a sus adversarios. Donde estaban ahora vivían muy tranquilos, y desde hacía muchos siglos prácticamente no salían de su "continente" hacia la superficie, pero no por eso resultaban inofensivos, especialmente en el caso de que Poseidón finalmente despertase de verdad. Si las Sirenas, tan solo con su voz, podían arrastrar a cualquier humano a su propia muerte en el mar, los Tritones por su parte eran unos guerreros verdaderamente imponentes. A su poderosa constitución física se unía el hecho de ser prácticamente capaces de "caminar" sobre las olas, ya que poseen un completo dominio sobre estas y pueden hacerlas crecer tanto en altura como en fuerza, ello gracias a ser descendientes de Poseidón, que había heredado buena parte del poder que su padre poseía sobre los mares. Por ello en la antigüedad mi hermanastro fue conocido como el dios del mar.

Cuando llegué al barco me preocupé exclusivamente de asegurarme de que el Holandés se marchaba, cuando me di la vuelta, vi que allí únicamente se encontraban, mis compañeros de la Brigada, Alejandro de Vargas junto a sus dos guardaespaldas y la Bruja oscura de Cayo Marco. Tanto mis compañeros como la Bruja estaban pálidos como muertos, y los Vampiros, aunque jamás lo reconocerían, estaban mas que asustados. Los pequeños montoncitos de polvo gris que había sobre el suelo y que la brisa comenzaba a dispersar, me indico perfectamente lo que había ocurrido con los Vampiros que faltaban, el gilipollas de los De Vargas, y Cayo Marco con sus chiquillos. Evidentemente, pregunté qué había ocurrido…

- Pues que Cayo Marco ha tratado de hacerse con el control de mi Clan en la persona de ese imbécil -Alejandro de Vargas señalo el montón de polvo que debía de haber sido su ahijado-.

- Cuando esos marinos se empezaron a pasear por cubierta sin dar apariencia de enterarse de nada, ese idiota trato de atacar a su padrino y sus dos guardaespaldas, arrastrando a los "hombres" del italiano detrás.

- Supongo que Cayo Marco también atacaría… -pregunté reteniendo una sonrisa para mí-.

- No, no le dio tiempo, de hecho, alzó un brazo, posiblemente tratando de impedirlo. Creo que pese a toda su parrafada cuando nos lo explico usted, no se tomó en serio lo que usted dijo de con quién nos encontraríamos hasta que vio el barco y a sus tripulantes… Una vez que estos estúpidos se movieron, esos… lo que sean se encargaron de todos ellos en el acto -explicó Alejandro de Vargas-.

- ¿Qué has averiguado? -preguntó Helen, cambiando de tema.

- En concreto nada, pero esta visita si me ha dejado claro que por ahí afuera alguien esta jugando con cosas que desconoce y que son extremadamente peligrosas para todos nosotros sin excepción…

- ¿Podemos hacer algo al respecto…? -pregunto muy seria Serena-.

- No, ahora mismo no sabría ni por donde comenzar a buscar. Quien quiera que está detrás lo tiene todo muy medido y compartimentado, nos va a ser difícil llegar hasta él. Pero desde luego tened en cuenta que el regreso del Holandés Errante ya en sí mismo no indica nada bueno…

- Si me necesita para algo, no dude en decírmelo -dijo de Vargas-, tras esto, algo me dice que tiene razón cuando dice que todos sin excepción estamos en peligro.

- Descuide que así lo haré…

- Y usted cuídese, el Romano no es que tuviese unos "segundos" que destacasen precisamente por su inteligencia…

- Lo haré, de hecho, estaré esperándoles… -sonrió el De Vargas, y lo hizo de un modo que daba grima.

Si no pregunte por la Bruja, es porque supe desde el principio que en realidad trabajaba para los De Vargas, y no para Cayo Marco como él creía. De no ser así Alejandro de Vargas jamás la habría permitido viajar con él y los suyos sin tener su propia maga o bruja, como se la quiera llamar, por muy poco poderosa que esta pudiese haber sido. Otra cosa que conocía desde el principio de ver a Alejandro de Vargas cuando el caso de "La Caza" y por lo que posiblemente me creyó cuando dije que todos estábamos en peligro, es que el Clan de Vargas era uno de los tres Clanes Guardianes entre los hijos de la noche. Eran los custodios del secreto del sueño de otro de mis hermanastros, Caín, el primer Vampiro. Otra cosa es que supiesen de cierto donde podía estar su "panteón", conociendo a mi hermanastro dudaba que hubiese dejado esa información al alcance de sus "hijos" mientras dormía, demasiado vulnerable. Posiblemente Alejandro de Vargas fuese de los pocos Vampiros que eran conscientes de como de malo seria que algunos, o más quizá más correcto fuese decir que "determinados", de estos seres primigenios despertasen de su sueño. Como es natural, una cosa es saberlo, y otra muy diferente decir nada sobre ello, bastantes sospechas podía ver que ya tenían sobre mi Alejandro de Vargas y mis propios compañeros, como para echarle aún más gasolina al fuego, valga el símil.

Volvimos de Cádiz a los dos días de regresar a puerto, mientras que mis cuatro compañeros se dedicaron a los casos normales en la Brigada, por mi parte me tuve que poner las pilas para ponerme al día con mi trabajo antes de regresar a la empresa. Tal y como supuse, el Clan de Cayo Marco salto por los aires al enfrentarse varios de los lideres de segundo nivel del mismo entre sí. Por si fuese poco, algunos imbéciles, además enviaron "gente" para terminar tanto con Alejandro de Vargas como tras los miembros de la Brigada, supongo que pensaron que eso les daría "cache" ante los indecisos. Los vampiros podían llegar a ser complicados de matar, pero no los ghoul y menos aún a los humanos. Tras de mis cuatro compañeros enviaron los muy imbéciles varios ghoul que tuvieron una rápida muerte cuando trataron de eliminarles, y encima, lo hicieron justo frente a la sede de la Brigada, en una zona abarrotada de policías. Los cinco Ghoul que lo intentaron, al usar armas de asalto, cayeron acribillados a balazos. Cuando tiran contra ti con una AK, nadie responde con intención de herir únicamente, y desde luego usa su arma todo el que puede hacerlo.

A mí por el contrario me atacaron dos humanos pistola en mano o al menos tenían intención de intentarlo, pero lo hicieron tan bien que los vi llegar desde la suficiente distancia como para poder salir corriendo y ocultarme. Cuando pasaron ante mi buscándome, volqué mis reservas de vitae sobre mi torrente sanguíneo potenciando todo mi cuerpo al límite. Sorprendí a ambos por la espalda, de uno me hice cargo físicamente, rompiéndole el brazo del arma para poder controlarla y abrir fuego cuatro veces sobre su compañero, justo cuando este se volvía ante el grito de dolor del que sujetaba. Después de abatir a ese, use mis colmillos en el cuello del que sujetaba, reponiendo rápidamente mis reservas, una vez finalizado, le arrastre unos pocos metros hasta la rejilla de una alcantarilla, donde usando la pistola de su compañero le descerraje un disparo en la cabeza mas otro sobre el corazón, luego abrí una boca de riego lo suficiente como para que el agua pudiese haber arrastrado parte de la sangre del cuerpo… No era algo perfecto, pero si como presuponía esos imbéciles tenían antecedentes, con la guerra abierta dentro de ese Clan, lo considerarían como un "ajuste de cuentas" mas. Obviamente, para la policía incluidos mis compañeros, "a mí no me atacó nadie", mis datos, pese a la credencial que me dieron, seguían siendo confidenciales a muy alto nivel, dado lo que ya había demostrado de mi eficacia como asesor.

Tras atacar a los De Vargas, el Clan de Cayo Marco fue completamente erradicado de la Península, nadie se salvo de su respuesta. En Francia e Italia no es que les fuese mucho mejor, por un lado, la guerra entre las diferentes facciones y por otro el haberse hecho bastantes enemigos, les dieron la puntilla. En cuestión de un par de meses o tres, los pocos supervivientes que pudieron escapar de la destrucción se convirtieron en Vampiros sin Clan, y por tanto sin protección. Un Vampiro sin afiliación debía de tener muchísimo cuidado con lo que hacía, y donde se metía, en este caso además se daba el agravante de que sus enemigos seguirían buscándolos durante un cierto tiempo, que podía ir de unas semanas a años e incluso de por "vida" dependiendo de cual poderoso fuese el "fugado". Esto hacia que los que se salvaban de una de estas, procurasen emigrar incluso al otro extremo del globo si les era posible.

Por esa época, además, recibí la visita de un Anunaki, líder de los Fénix y uno de los siete miembros del consejo de La Marca. Por cierto que estaba bastante enfadado porque cuando habló conmigo la vez anterior no le dije quien era en realidad. Lo cierto es que me vino bien, pues pude advertirle sobre mi encuentro con el Holandés Errante y las noticias que tenia sobre mi hermanastro, Poseidón. Cuando se lo conté el cabreo se le paso muy rápido, lo primero que me pregunto es si conocía algo sobre el resto de mi "familia", si alguno estaba cerca de despertar o por lo menos, como Poseidón, con el sueño inquieto. Le dije la verdad, que no, y que tampoco sabia nada aun sobre el "objeto" del que le habló el Shimgam cuando le dio mi dirección y le dijo quien era de verdad. Anunaki me aseguro de que si ellos se enteraban de algo me lo harían saber de inmediato.

Lo que no le había dicho a nadie, y que ciertamente no tenia la menor intención de hacerlo si podía evitarlo, que conociéndola me tranquilizaba hasta cierto punto, es que mi queridísima madre, Lilith, en estos instantes estaba despierta y "paseándose" por el mundo. Yo, y era el único entre mis hermanos, podía sentir perfectamente si estaba "durmiendo" o "despierta", si bien eso no significaba que fuese capaz de encontrarla si ella no quería o saber siquiera incluso porque continente andaba. De hecho, podría estar en el autobús sentada tranquilamente a mi lado y, si ella quisiese, ni me enteraría. Otro asunto era al revés, sabía perfectamente que si ella quería nos podría localizar a todos nosotros, sus hijos e incluso los de Adán, mi padre, con mayor o menor precisión. Quizá conmigo fuese con quien más problemas tendría para encontrarme por culpa de mis "dones" del cielo e infierno. Pero de querer encontrarme en serio, podría ser capaz de discernir en qué distrito o, incluso probablemente, en que barrio exacto de la ciudad andaba normalmente. Por si alguno lo está pensando, no, mis cambios físicos para ella no eran tampoco ningún problema, eso era algo que nunca le había engañado. Cuando era pequeño, me presentase ante ella con el aspecto que fuese, siempre me había reconocido sin la menor dificultad, incluso la divertían mis continuos intentos por colársela. Obviamente, ella tenia esa misma capacidad de cambio que yo poseía y de ocultar perfectamente todo su poder, pasando como si fuese cualquier otra humana.

Hacía ya más de mil años que yo no veía a mi madre, lo que no quiere decir que ella no me hubiese "visto" a mí en todo este tiempo, algo que estaba convencido que más de una vez había sucedido en este tiempo. A mi madre le gustaba vivir a su modo, tenia muy poquita paciencia para lo que a ella le pareciesen "tonterías", y sabia que a ninguno de mis "hermanos" les haría la menor gracia atraer sobre ellos su atención por lo que pudiese pasar. Lilith quería mucho a sus hijos e incluso a los otros de Adán y Eva, porque una cosa era mi padre, al que no perdonaba y otra Eva o sus hijos. Pero todos nosotros sabíamos perfectamente que cabreada era más que capaz de matar a cualquiera con el mismo remordimiento después que si pisase una cucaracha, desde el principio de los tiempos, cuando Lilith se ponía en lo que sus hijos denominábamos como en plan "MAMA esta enfadada", con alguno de nosotros, por la cuenta que nos traía, todos nosotros agachábamos la cabeza a la par y obedecíamos en el acto.

 

 

CONTINUARA

 

 

*El Holandés Errante – Según la leyenda, el Capitan Willem van der Decken llego a un acuerdo con Lucifer para poder navegar libre de obstáculos por muchas que fuesen las inclemencias que Dios pusiese en su camino y que de ese modo nada se interpusiese en sus negocios. Cuando Dios se enteró de esto, le condeno a seguir navegando hasta el fin de los tiempos sin ser capaz de tocar nunca tierra alguna.

* Misericordia – Se trata de un estilete que era utilizado en la edad media para acabar con los caídos o los oponentes gravemente heridos que contaban con pesadas armaduras y que no se esperaba que sobrevivieran. La hoja robusta y puntiaguda, podía atravesar con facilidad la mayoría de las cotas de malla o encontrar su camino a través de las placas pectorales o las coyunturas de la armadura de un caballero. Un oponente seriamente herido, con escasas probabilidades de supervivencia, recibía entonces un misericordioso "golpe de gracia" (en francés coup de grâce), de ahí el nombre de misericordia.

*Focalor – Angel Caído, un poderoso duque infernal, con la forma de un humano alado. Controla los vientos y los mares, con su poder ahoga a los hombres y hunde a los barcos. Espera volver algún día a su antigua gloria en la Orden de los Tronos.

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