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Crónicas de Vhaalzord - Libro 1 - 2

en Fantasías Eróticas

                  CRONICAS DE VHAALZORD

                                 Libro - 1

                               Capitulo- 2

Cuando a Dhi se le hubo pasado la euforia de la victoria le recordé mi anterior propuesta, entrenarla a cambio de mi libertad, esta vez no se rio en lo más mínimo, me pidió que la explicara qué era lo que tenía en mente. La dije que era muy simple, que yo la entrenaría llevándola donde ni siquiera sospechaba que podría llegar su pericia, que también la encumbraría en su pueblo, a cambio de eso en cierto momento le pediría mi libertad, si ella estaba de acuerdo con lo que había conseguido de mi en ese momento me la concedería, sino seguiríamos con nuestro trato. Dhi no era tonta y me pregunto qué era lo que pasaría si ella pese a saber que si decidía decirme que no… simplemente le señale hacia el otro mago, dándola un mensaje alto y claro del resultado de su ruptura del acuerdo.

Me hizo gracia el tira y afloja que al final tuve con ella para especificar nuestro acuerdo… después de ver lo que vio el que todavía tuviera agallas para enfrentarse en una negociación conmigo sobre lo que pasaría en el futuro, cuando sabia de sobra que si seguía viva era porque yo quería, en ningún momento podría haber evitado ser muerta por mi si hubiera decidido eso. Evidentemente una de las condiciones es que en el poblado seriamos ama y esclavo, pero que cuando estuviéramos como ahora solos entonces seriamos maestro y discípula. Lo que más gracia me hizo fue cuando me dijo como innegociable que cuando quisiera hacer uso de mi miembro para satisfacerse no podría negarme… el ataque de risa que me dio la ofendió sobre manera. Al final llegamos al acuerdo que las primeras veces cuando ella quisiera un cierto desahogo lo haríamos a mi manera, si ella veía que eso no la gustaba, entonces seguiríamos como ella quería, haciéndolo como hasta ahora, poniendo mi pene rígido, y ella sentándose encima hasta alcanzar su “placer”. No os hacéis a la idea lo que me costó no reírme de ella, pese a todo lo que os pueda parecer todo esto os garantizo que esta negociación fue quizá la más dura de todas, más incluso que lo de su entrenamiento y mi libertad, ella estaba convencida de llevar toda la razón, y si admitió primero darme la oportunidad creo que fue como deferencia por haberla salvado antes, evidentemente eso no me lo reconocería nunca.

Durante el siguiente mes me las apañe para permanecer fuera del alcance de las demás partidas de Lantares que sin duda debían de estar buscando a la partida de presumiblemente guerreras Talkinq que habían masacrado a sus compañeros, seleccionando solo las mas débiles. En este tiempo el entrenamiento de Dhi había sido brutal, en un mes hizo el equivalente a algo así como dos años de entrenamiento intenso, pero eso también me estaba pasando factura a mí también, durante el mes como os podréis suponer por lo dio antes, había usado también varias partidas de Lantares para su entrenamiento, para que pusiera en práctica mis enseñanzas masacrándolos, pero contando con mi apoyo, aunque solo en caso de ser absolutamente necesario. Para poder hacer todo esto sin que nos sorprendieran por el ruido de nuestros entrenamientos y que ella fuera absorbiendo rápidamente mis enseñanzas, debía de usar constantemente conjuros sobre ella y nuestro entorno, sin descuidar tampoco los de protección y vigilancia para que no nos encontraran o sorprendieran por casualidad, al final entre todo esto estaba agotándome poco a poco físicamente.

Lo primero que hice fue prepararla armas adecuadas para su constitución y el estilo de lucha que iba a imprimirla. Primero los Colmillos de la Luna, unas medias lunas usadas en los Fríos paramos del Norte que tenían la característica de los boomerang con sus dos extremos afilados como navajas de afeitar, puntiagudos como dagas y envenenados, enseñe a Dhi a ser capaz de tirar sus dos colmillos a la vez en direcciones opuestas dando en la parte oculta de sendos arboles frente a ella al principio, después por detrás de sendas maderas sujetas con cuerdas y movidas de forma inesperada por mi magia. También la prepare dagas arrojadizas, finas hojas planas de acero sin mango terminadas en unas puntas espaciales, tres por cada antebrazo, las llamadas dagas Khlomn. Estas son usadas por los asesinos de la costa del continente occidental, sus puntas también pueden ir envenenadas como podéis suponer por sus usuarios, cuando termine con ella era capaz de meter una daga en una madera moviéndose a veinte metros de distancia sin errar, usando una con cada mano a la vez sobre dos maderas distintas, entreno con los colmillos y las dagas hasta que la sangraron las manos. Dos espadas como de unos 70 a 80cm de hoja, una hoja ciertamente endeble pero afilada como una cuchilla, con doble filo, capaces de rajar una dura armadura de cuero como si se tratase de fino papel por un cúter. Su armadura la modifique a algo más práctico para su velocidad, solo mantenía cuero duro en ciertas zonas, el resto era flexible cuero blando que le ofrecía cierto grado de protección sin restarla agilidad o movilidad. Digamos que la convertí en una cazadora de hombres, una asesina sigilosa, una experta en moverse y aprovechar el terreno para matar a sus contrincantes. Aprendió a moverse así porque cada vez que tenía que acercarse a mi si la descubría antes de acercarse a menos de 4 metros usaba magia con ella… en una ocasión termino en lo alto de un árbol de espino de 20 metros de altura, arboles cuyos troncos tienen finas espinas que se insertan en la piel a contra pelo, si alguien quiere saber que se siente si tocas uno, solo tiene que pensar en los higos chumbos, termino allí completamente desnuda y con todas sus terminaciones nerviosas hipersensibles al tacto por mi magia.

Justo un mes después de empezar con su entrenamiento decidí parar para recuperarme del agotamiento físico que sufría, mi poder es inmenso, digamos que terrorífico si así deseáis llamarlo y creedme que si supierais algo de mí eso lo sabríais sin la menor duda, pero como ya he dicho no es el momento para hablar de mí. En cambio mi cuerpo tiene sus limitaciones fisiológicas naturales. Debía de estar descansando como mínimo tres o cuatro días sin usar mi magia para poder recuperarme del todo, es decir, si podía usarla, pero debía de concentrarme en conjuros reparadores sobre mí, más o menos como los que había estado usando continuamente sobre Dhi mientras entrenaba. El problema es que debía de dejar de usar todos los que usaba con Dhi, dejar también de usar los de protección, los que impedían que nos descubrieran otros magos y rebajar muchísimo los de vigilancia, reducirlos al mínimo, lo único para lo que nos servirían es para darnos una aviso de la presencia de enemigos con unos minutos de adelanto nada mas, sabía que en menos de 24h después de esto Dhi podría poner a prueba su destreza porque alguna partida daría con nosotros, solo era cuestión de más o menos tiempo, solo esperaba que estuviera ya medianamente preparada para hacerlo sola por fin.

Dentro de lo malo que era encontrarse con un grupo de Lantares tan pronto, tuvimos suerte de que la partida solo fuese de cinco guerreros sin ningún mago, una partida muy débil para lo que ya sabía Dhi, lo que me dejaba sin necesidad de intervenir si Dhi había aprendido bien sus lecciones y por su primera acción vi que sí, que efectivamente las había aprendido a la perfección. En cuestión de unos instantes dos de los Lantares estaban muertos con sendos “Colmillos de la Luna” en sus espaldas, y debo de reconocer que en esto Dhi supero todas mis expectativas al dominar sus técnicas en muy poco tiempo. Nada más verlos lanzo dos colmillos, uno con cada mano a la vez, al ser como un boomerang y desconocidas en esa zona, alcanzaron a los Lantares, matándolos sin que supieran siquiera que era los que los había eliminado, igual que sus compañeros, que no sabían de donde habían salido esas cosas, empezando a pensar que habían caído en una emboscada, dándose la vuelta para mirar por donde habían llegado las armas que abatieron a sus compañeros, dando la espalda a Dhi, que salió como una exhalación de la espesura.

Aprovechando su desconcierto Dhi rápidamente saco sus dos espadas yéndose velozmente sobre sus dos rivales en pie más cercanos que al oír el ruido se dieron la vuelta precipitadamente, usando ambas espadas para desviar sus precipitados golpes, no para pararlos porque de esta forma sus armas quedarían bloqueadas también a su vez. Pero al hacerlo de esta otra forma, desviando sus golpes simplemente, entonces no tuvo necesidad de cambiar golpes con ellos, al desviar sus espadas la suya seguía en posición de poder acuchillarlos en los costados, justo lo que hizo pasando entre ambos, matándolos en un instante. Cuando el quinto Lantar se dio la vuelta para echar a correr no llego a dar más de dos pasos antes de que una daga arrojadiza le alcanzara la nuca. Dhi ahora en cada una de sus muñecas escondía también las tres dagas Khlomn planas sin mango para arrojar a sus contrarios si la daban la más mínima ocasión de hacerlo. Me sentí muy orgulloso de ella, mi primera lección la había llevado a cabo a la perfección, esta era muy simple, debía de terminar con sus enemigos rápidamente sin darles tiempo para la defensa siquiera… no debía de demostrar piedad ninguna con ellos, solo ser letal, olvidarse por completo de la noble guerrera, de ser la mejor guerrera que siempre mata dando todas las oportunidades, para ser una asesina fría, letal y concienzuda, ella en su situación no podía permitirse estupideces de ningún tipo.

Cuando me logre recuperar del agotamiento al que estaba sometido por el entrenamiento de Dhi, continuamos con él a un ritmo salvaje durante otro mes, durante el cual otras tres partidas de Lantares fueron víctimas de Dhi, dos de estas si incluían magos, pero Dhi había aprendido bien sus lecciones del mes anterior, y los colmillos siempre eran para estos los primeros, que morían sin saber siquiera que había una guerrera, aunque mejor sería decir “cazadora” Talkinq cerca de ellos, sus compañeros no corrían mejor suerte que el mago o los magos, caían sin tener la menor oportunidad contra ella. De todas formas he de indicar que también respete su anterior entrenamiento ayudándola a desarrollarlo un poco, aunque evidentemente la concentre en el mío como su principal forma de pelea. Pero como digo respete el de ellas, de forma que incluso podría ir con una partida normal como una guerrera mas cambiando a las armas habituales de las Talkinq, pero viéndola como se comportaba, de lo orgullosa que se sentía, me di cuenta en seguida que sin duda Dhi no podría ya ser como una guerrera mas en cualquier partida, digamos que si la partida que la aceptara era de guerreras inteligentes se darían cuenta enseguida que Dhi para ellas era como un seguro de vida, con ella cerca el sorprenderlas sería algo dificilísimo y no digamos el poder terminar con ellas fácilmente o simplemente terminar con ellas, además al estar ellas distrayendo enemigos al luchar Dhi tendría todavía más facilidades para poder matarlos sin problemas.

Ninguna Jefa de partida que se diera cuenta del valor y utilidad de Dhi la permitiría volver a convertirse en una más de ellas, preferiría usar sus nuevas técnicas en bien de la partida, y pocas guerreras había que siendo estúpidas estuvieran al frente de una partida durante excesivo tiempo sin morir, antes o después perderían el respeto y o bien cedían su mando o eran muertas por sus propias compañeras de partida, así funcionaban las Talkinq. Sabía que antes o después, las aldeas querrían que Dhi entrenara a otras como cazadoras, para añadirlas a sus partidas, incorporándolas como guerreras al ver la eficacia de este método, pero también sabia por cómo iba conociendo a Dhi, que sus alumnas se podrían ir preparando para un infierno como el que yo la estaba haciendo pasar a ella ahora, viendo los resultados, me copiaría el método sin magia, pero me lo copiaría seguro.

En estos dos meses una veintena de Lantares habían muerto a manos de Dhi, incluidos dos  magos, sabía que para ella esto supondría un espaldarazo en su aldea, aunque también era consciente de que era una mala idea ir como pretendía ir ella, solo sería su propia sentencia de destrucción, debía también espabilar políticamente si quería sobrevivir y revivir su Clan como quería. Antes de volver se dio una situación que supuso el espaldarazo definitivo que necesitaría Dhi en su aldea más adelante. Nos encontramos con una pequeña partida de cuatro guerreras Talkinq siendo atacadas por siete Lantares, debían de haberlas emboscado ya que dos de ellas estaban heridas de consideración, aguantaban como podían… Dhi me miro para saber qué hacer, como debía de actuar al estar las guerreras presentes, la hice señas de que simplemente siguiera su entrenamiento y fuera tal cual era ella… Los dos colmillos que llevaban se incrustaron en las espaldas de los dos Lantares que se entretenían con las heridas, atormentándolas con cortecitos, ambos murieron en el acto. Instantes después otro Lantar que se giro para ver de donde procedía el ataque recibió en la garganta una de las dagas de Dhi, esta llego corriendo donde otro de los Lantares  se empezaba a preparar para ella, llegando a su altura desviando su precipitado ataque y acuchillándolo en la tripa, literalmente destripándolo vivo al rajarle el estomago de lado a lado. En unos instantes Dhi había eliminado a cuatro Lantares sin inmutarse, entonces otro más se distrajo con Dhi, aprovechando una de las Talkinq para matarlo, entre las cuatro dieron cuenta rápidamente de los otros dos, sin que Dhi hiciera el menor gesto para intervenir en sus presas, dejándolas a ellas “el placer” de eliminarlos.

Después de esto ambas heridas se derrumbaron, siendo atendidas por sus compañeras, Dhi se giro y me hizo una seña para que me acercara, vi como al verme avanzar cojeando la cara de las dos Talkinq miraron asombradas a Dhi, indudablemente sabían que una joven inexperta con un tullido había sido enviada para “ayudarlas” ya que esto siempre se comunicaba a las aldeas de la zona por tradición, seguro que como siempre también se habrían enterado también a estas alturas de las realidades de las demás aldeas como siempre pasaba entre ellas, ya que tampoco es que ocultaran ese tipo de cosas, cualquiera sabia el significado de lo pasado con Dhi, así que conociendo lo que debía de haber pasado en la aldea con Dhi no debieron de tener problemas en sospechar también para que la mandaron, para que muriera como la guerrera inexperta que debía de ser. Ahora sin embargo se encontraban con que la jovencita de inexperta nada de nada, más bien era como un depredador solitario al acecho, ellas la habían visto luchar y desde luego sabían que su nivel era muy, muy alto, no lo que se suponía que podían haber esperado de ella, de una novata. Todo eso me lo revelaron mis sondas mentales sobre ellas, la lectura de sus pensamientos superficiales, no penséis que soy tan listo sin usar mis truquitos de magia… sus mentes eran un caos de pensamientos, lo único claro es que no entendían nada con respecto a Dhi, de lo que debería de ser a lo que habían visto con sus propios ojos que realmente era.

De lo poco que saque de estas guerreras en claro al sondearlas, es que todas las aldeas de la zona estaban tratando de averiguar de qué aldea y quienes eran las de la partida que estaba masacrando partida de Lantares, tras partida de Lantares en los últimos dos meses sin dejar el menor rastro de su paso por el bosque. Sin dejar además ningún rastro salvo el de sus víctimas, que por cierto algunos de ellos tenían extrañas heridas mortales, hechas de algún modo desconocido para ellas, por lo que averigüe debían de ser las marcas de los colmillos las que las tenían desconcertadas, y puede que incluso las de las dagas de asesina que usaba Dhi.

También descubrí que todas ellas, las cuatro a la vez, en estos momentos sospechaban que por fin habían logrado averiguar para su total asombro y total conmoción, que partida y de que aldea eran quienes eliminaban a los Lantares durante los dos últimos meses, solo habían visto sus resultados, siendo incapaces de dar con la partida que se mostraba tan eficaz ya que no dejaban el menor rastro tras ellas, pero las heridas que dejaban al matar los colmillos de la luna como ya he dicho eran demasiado particulares como para pasar desapercibidas a Guerreras expertas como esas, y esta de ahora desde luego no era la primera vez que veían esas heridas tan extrañas en un Lantar muerto. Me resulto gracioso como les costó aceptarlo, Dhi para ellas por lo que las habían informado era una inexperta enviada para morir, pero dado que habían visto con sus propios ojos cómo eran esas extrañas medias lunas las que dejaban esas marcas, y como Dhi las había recuperado junto con una también extraña daga, que dejaba otra de las marcas también extrañas en los Lantares de las partidas encontradas muertas… como se suele decir, dos cosas extrañas más dos cosas extrañas coincidiendo en la misma persona son cuatro cosas extrañas de las que estas buscando que coinciden, demasiadas para ser solo una casualidad.

Dhi delante de unas sorprendidas guerreras me pidió por favor si podía hacer algo por ellas, a mí, a su esclavo… para su sorpresa me arrodille usando unos conjuros básicos de cura logre parar sus hemorragias, calmando sus dolores, entonces volviéndome hacia Dhi la dije que todo lo que podía hacer ya estaba hecho, que ahora debían de buscar alguna de las curanderas de su pueblo para que terminara el trabajo. Podía haberlo hecho yo tranquilamente, pero digamos que tampoco pretendía o quería sobresalir mucho, sin contar con que me traían al fresco esas dos guerreras. Las guerreras miraban a Dhi muy confusas, no entendían esa deferencia con un esclavo, además el tener un mago como esclavo cuando según sus informes solo era un inútil tullido… pero tampoco se atrevían a decirla nada de nada después de ayudarlas, aunque os aseguro que la curiosidad las mataba por dentro, deseaban poder atreverse a coser a preguntas de todo pelaje a Dhi, pero para ellas eso sería de una desconsideración extrema, mas cuando esta les había salvado para más inri. Su confusión con Dhi por la situación era total.

En ese momento llego otra partida que iba en su busca porque se habían detectado muchas partidas de Lantares con un alto número de miembros y por lo visto temían que pasara algo con ellas que no sabían nada de estas últimas novedades. Así que según una partida llego a la aldea, la reforzaron con mas guerreras y una curandera, por eso su alto número y extraña composición, ya que las mandaron como posible ayuda, porque por lo que averigüe estas cuatro eran simples mensajeras que habían enviado a otra aldea e iban con retraso sobre lo previsto, temiéndose las matriarcas lo peor, en fin, casualidades de la vida el que al final fueran ellas las que terminaran encontrándose con nosotros.

Con esta partida de doce guerreras iba una hechicera y una curandera, era obvio que pensaban que encontrarían problemas por la forma en que aparecieron ante nosotros, con las armas desenvainadas, se sorprendieron al vernos con sus cuatro compañeras, al notar como la maga lanzaba de inmediato sondas sobre las cuatro guerreras para averiguar entre otras cosas que demonios había pasado allí, sabía que enseguida según averiguara lo que ellas sospechaban nos tocaría el turno a Dhi y a mí para intentar sacar algo en claro de nosotros. Por suerte había enseñado a Dhi a reconocer los gestos de los hechiceros cuando se preparaban para lanzar sondas mentales, así que ante mi aviso la estuvo vigilando, y cuando vio que esta se preparaba, lanzo contra ella una de las dagas, clavándola en el árbol que estaba a su lado, junto a su cabeza, entonces la advirtió que si volvía a intentar una sonda mental con ella o su esclavo la mataría. Después de eso el ambiente se volvió tenso, a otra indicación mía Dhi las pregunto por las aldeas más adecuadas para vender lo que había obtenido de los Lantares muertos mientras yo iba fingiendo seguir una indicación suya a por nuestras cosas y caballos donde los dejamos para ayudar a las mensajeras. Ni que decir tiene que cuando me acerque con la reata de caballos obtenidos de las partidas Lantares muertas con todos sus despojos miraron a Dhi con los ojos desorbitados del todo las cuatro mensajeras y el resto de la partida de ayuda que también habían visto las heridas de los colmillos, ya que sus compañeras y la maga de forma disimulada se lo habían hecho notar a todas. Estos caballos y despojos suponían la confirmación de que ella había sido la autora de la destrucción de las partidas de Lantares… la maga además sabia que un mago también había intervenido, por lo menos la primera vez en que una partida fue masacrada era seguro del todo, toda magia deja un rastro si no se limpia este, y yo desde luego no me tome la molestia de hacerlo, así que aunque sin dudar para nada de mi situación por lo que le habían dicho las mensajeras, se lo pregunto directamente a Dhi para confirmarlo… esta me miro y ante mi gesto la dijo que sí, que yo era mago, después me ordeno dejar de fingir. Las caras de la restantes Talkinq cuando se dieron cuenta que de tullido nada de nada fueron impresionantes.

Después de ver los resultados de mis entrenamientos no me resulto nada difícil convencerla del porque no debía de al volver al poblado ir corriendo a dar cuenta de sus “hazañas” y a descubrir mi “verdad”, al explicárselo lo entendió perfectamente, algo que me sorprendió muchísimo dada su juventud, vi que también tenía una muy buena cabeza para la política, sin duda era toda una joya en bruto para pulir. La ventaja es que ese bosque no estaba nada cerca de la aldea de Dhi, simplemente había sido la forma más eficaz que encontraron para deshacerse de ella y no era nada raro enviar partidas de apoyo a aldeas más débiles de sus mismos clanes como en este caso. Las diecisiete aldeas Talkinq eran como si dijéramos diecisiete pequeños países con pueblos (aldeas) repartidas pero dependientes o unidas a la aldea principal… y estas dependientes y unidas entre sí por el gran consejo de matriarcas, digamos que cada zona era de un clan concreto, contra mas terreno tenía ese clan más poderoso era este. En fin, digamos que como siempre digo, la sociedad Talkinq es un lio que no tiene muchas veces ni pies ni cabeza.

Digamos que en este caso esa zona era de un Clan de otra aldea, esto se hacía a menudo para fortalecer los lazos entre ellas, pero en este caso les había salido al revés su intención con Dhi ya que ahora se preguntarían que era lo que intentaban con el cuento sobre ella que habían corrido. Cuando Dhi por indicación mío fue vendiendo los despojos de los Lantares muertos a comerciantes de distintas aldeas que más adelante acudirían a ella para negociar… su reputación empezó a crecer en toda la zona, lo que antes o después llegaría a su propia aldea, sin ser ella la que la llevara, evitando fricciones con los clanes poderosos de su aldea que podían verla como amenaza si “exigía” sus logros… y además restregarlas que yo era un poderoso mago, lo que todavía sería peor dado como funcionaban entre ellas y sus clanes, eso podría ser un desastre completo al dejarlas con el culo al aire delante de las demás aldeas.

Pero al llegar de este otro modo sus logros, en boca de Talkinq de fuera como si dejáramos, ajenas a la política interna de la aldea, para su forma de ver las cosas no suponía ningún problema, eso al contrario repercutía beneficiosamente sobre todos los clanes de la misma a la vez, sobre todo si yo de verdad era un mago y no un simple esclavo tullido, aun mas prestigio, sobre todo porque las demás aldeas se preguntarían como dije antes, porque esa farsa, dando por sentado que había sido preparado por el consejo de la aldea de Dhi. El consejo no tendría problema ninguno en restaurar el honor de Dhi creando así la ilusión de que era una especie de prueba o algo así ante las demás debido a su especial situación o algo de ese calado, seguro que algo se les ocurriría. Dhi se dio cuenta al instante de que al darlas esta salida ganaba enteros en todos los clanes de su aldea sin rencores, al no haber montado el numerito, todo esto sería totalmente creíble para su mentalidad, tanto de dentro como de fuera de la aldea, sin suspicacias de ningún tipo. Si, lo sé, de locos, como ya dije la política de las Talkinq solo era capaz de entenderla ellas, y había algunas veces en que incluso eso lo dudaba sinceramente.

De momento teníamos… digamos que un pequeño problema, el grupo para agradecer a Dhi su ayuda la invitaron a la aldea para que se recuperara, pudiera vender lo que quisiera y demás, obviamente al ser yo un esclavo como que era medio invisible, pero claramente a ninguna de ellas se le olvidaba que era un mago y que por la pinta de lo que habían visto en los restos de esa primera partida no debía de ser demasiado malo tampoco, por lo que me mantenían constantemente vigilado siempre al menos dos de ellas de forma discreta para evitar que Dhi se diera cuenta de ello, algo que yo la hice notar en el acto tranquilizándola a la vez para que lo dejara pasar, por el momento. Tardamos apenas cinco días en llegar a la aldea en los que estuvimos constantemente alertas con esta partida con lo que hablábamos con ellas, sobre todo Dhi por indicación mia. Esa noche primera que dormimos en la aldea, dormimos “tranquilos” por primera vez en estos meses, pero a la mañana siguiente Dhi se empeño en entrenar conmigo como siempre… cuando salimos nos encontramos con las dos Talkinq que habíamos, o más bien según su punto de vista, que Dhi había ayudado, ambas se ofrecieron a entrenar con ella, ya que supusieron obviamente que como buena Guerrera querría entrenarse una vez llegados a la aldea, durante el viaje opte por dejarla descansar y de paso recuperarme yo también de ese segundo mes de entrenamientos.

La sorpresa de ellas vino cuando Dhi las invito en cambio a entrenar con nosotros, incluyéndome a mí, su esclavo, en el entrenamiento indicándolas para más inri que una vez empezado este era yo el que mandaba y al que se obedecía, causando un total asombro en todas las que estaban cerca, pero nadie dijo nada de nada. Digamos que esto era totalmente inusual, nada sensato y desde luego no es que creara excesivas simpatías entre las guerreras el hacer algo semejante, aunque Dhi tenía sus motivos, pretendía darlas en los morros donde más dolía, en sus costumbres y prejuicios, sin olvidarse de paso de restregarlas a las que nos acompañaron que también andaban por allí presentes, para lo que les hubiera servido mi vigilancia de haber querido hacer algo a alguien, debo de reconocer que Dhi tenía una vena de perversidad algunas veces que me encantaba. De las guerreras que estaban mirando discretamente en ese momento lo que hacían, no creo que hubiera ninguna que le hiciera gracia esto que había dicho Dhi, por lo menos hasta ver dos horas después cuando ambas guerreras se derrumbaban agotadas ante las atónitas miradas de algunas de sus compañeras, que poco a poco habían dejado la discreción para mirarnos con los ceños cada vez mas fruncidos, incluidas algunas de las matriarcas de los clanes que habían acudido suponíamos que ante la peculiaridad de las condiciones que Dhi impuso a las otras dos al ser avisadas. Ellas vieron como sus dos guerreras acaban hechas polvo, mientras también veían como Dhi y yo no habíamos aflojado el paso ni un solo momento, siendo una vez que nos quedamos solos diez veces más salvajes y duros con el otro que antes en nuestras prácticas de combate, evidentemente con cierta ayuda muy discreta por mi parte para ambos.

Esa noche Dhi estaba extraña, pero era consciente de que no debía de usar más veces con ella la sonda mental, sabía que a mí no me pillaría usándola ya que como muchos otros hechizos era capaz de usarlos sin delatarme para nada, pero en cierta forma la debía una cierta confianza sino quería estropear mi diversión si me descubría, y la verdad es que cada vez me resultaba todo más divertido. Por lo visto el problema es que una de las ancianas había estado intentando sonsacarla sobre si en la cama también yo rendía debidamente, si la hacía gozar de forma adecuada, como lo hacíamos, evidentemente Dhi no la contesto, pero no dejo de darse cuenta de que antes o después debería de hablar también de ese tema conmigo, antes o después querría disfrutar, y no olvidaba que había acordado someterse en principio a lo que yo decidiera… sino la gustaba lo que hiciera entonces sería como ella dijera, pero en esta situación se dio cuenta de que estarían esperando y observando que lo hiciéramos, así que tenía que hacer frente a este problema que se la presentaba en una situación que no la hacía ninguna gracia por su paradójica “timidez” en este caso para mi sorpresa. Aunque confieso que me resulto enormemente divertido ver los apuros que estaba pasando para decime lo que quería, pese a todo no dejaba de ser una joven que no estaba todavía acostumbrada a tratar con los “machos” para disfrutar del sexo.

Dado que me dejaría hacer, y dado que estábamos tremendamente cansados los dos, la hice tumbarse en las pieles que tenían de cama desnuda por completo, desnudándome yo a mi vez, su rostro cada vez estaba más arrebolado. Una vez tumbada del todo la hice abrir las piernas con suavidad, sin forzarla a ello, lo hizo entre mis caricias, besos y lametones en sus juveniles pechos, mientras mi lengua jugaba con sus pezones, mientas se los mordisqueaba con suavidad. Poco después por fin llegaba mi mano a su sexo, que estaba completamente húmedo por el deseo que se despertaba en su cuerpo debido a mis caricias.

Me metí entre sus piernas, poniendo suavemente mis labios sobre su sexo, besándoselo, introduciendo en el suavemente la lengua, jugueteando con ella en su interior… llevándola a su primer orgasmo con sexo oral. La verdad es que Dhi era una joven muy, muy escandalosa para estar supuestamente tan “cortada”, se debió de enterar de su orgasmo media aldea. Sin dejar de jugar con su sexo simplemente espere a su recuperación para continuar donde lo había dejado… ella por su propia iniciativa acudió moviéndose como una culebra a por mí endurecido pene, metiéndoselo en la boca, lamiéndolo y chupándolo como si no hubiera hecho otra cosa en su vida, supuse que no debía de ser la primera vez que veía hacer eso a sus mayores, ya que las jóvenes estaban en la casa o tienda comunal del Clan, donde era más fácil vigilarlas y sin duda a alguna de las adultas alguna vez la entraría la calentura delante de las jóvenes, desahogándose delante de ellas, algo que tampoco era tan extraño entre ellas realmente ya que el sexo no era ningún tabú, pero dejaban muy claras las consecuencias de él antes de tiempo para las jóvenes.

Al poco de empezar así logro que me corriera copiosamente en su boca, tragándose golosamente todo lo que pudo, eso fue algo que desde luego nunca una Talkinq “normal” hubiera hecho con un hombre, y mucho menos un esclavo, y me refiero directamente a chupar una polla. Dhi me estaba resultando una jovencita también del todo insaciable también en esto. Unos pocos momentos después se volvió a correr de forma salvaje en mi boca, casi pierde el conocimiento y todo con el orgasmo, también he de reconocer que hice un poco de trampa, ya que potencie su orgasmo con cierto hechizo que hizo de amplificador de sus sensaciones… igual que la primera vez que la vi modifique su dolor por placer, pero en esta ocasión simplemente lo intensifique con el objeto de dejarla destrozada para no seguir con eso, ya que preveía un día muy duro a la mañana siguiente, seguro que habría más Guerreras deseosas de practicar con nosotros por propia voluntad o por orden de sus mayores para probarnos, como así fue. De todos modos Dhi me dejo muy claro que todavía era su esclavo, que por esa noche transigía, pero que la siguiente noche quería mas de todo y literalmente que hiciéramos de “todo” lo que se me ocurriera, añadiendo muy seria que en esto también pensaba ser una buena alumna, y muy, muy aplicada… casi me ahogo cuando me lo dijo, ya que lo decía literalmente, sin dobles sentidos de ningún tipo, como veréis en ciertos aspectos era muy, muy ingenua todavía.

Cuando abandonamos la tienda donde nos alojaron después de desayunar no me gusto nada de nada el ambiente que vi fuera. Me di cuenta de que había subestimado gravemente lo que Dhi había conseguido en el bosque en sus enfrentamientos con los Lantares. No me di cuenta de un hecho importante, que ella pese a todo era para ellas una niña-mujer que había pasado su rito hacia menos de tres meses, lo que la colocaba como una guerrera novata, sin embargo ni con lo que se encontraron de las partidas Lantares eliminadas por ella cuando estuvieron investigando de quien había sido la cosa, ni lo que vieron cuando ayudo a sus propias guerreras, ni por supuesto lo que vieron el día anterior en el entrenamiento conmigo era el comportamiento de ninguna novata. Posiblemente además debido al maltrato que sufrió por mi parte el día anterior después de dejar a las otras dos guerreras para el arrastre dejo muchísimas interrogantes en todas las que lo presenciaron, incluidas varias matriarcas que estaban presentes, sobre muchas cosas a su alrededor envolviéndola en cierto aura de misterio.

Cuando salimos había gran cantidad de guerreras armadas esperando a Dhi, la tensión en el ambiente era más que obvia… Una de las más ancianas, posiblemente una de las matriarcas del triunvirato de la aldea se acerco a Dhi para invitarla a participar en ejercicios de entrenamiento entre partidas de las guerreras de la aldea, según ella sería un honor contar con ella. Esto era algo completamente normal entre aldeas, invitar a las mejores partidas de otras para entrenar juntas, así mejoraban todas ellas, lo extraño era invitar a una guerrera de otra aldea a integrarse en una de las partidas de otra, eso se hacía muy raramente y solo con guerreras de enorme reputación, algo que Dhi todavía no tenia en cierto sentido, si consideramos que lo de las partidas Lantares muertas por ella era para las Talkinq como si dijéramos… algo que veían pero les era imposible de creer por muchas pruebas que hubiera de ello, la culpa principal es de lo que presuntamente “sabían” de Dhi por su “aldea”. Claramente querían evaluarla como guerrera a toda costa, como fuera, incluso concediéndola tan alto y preciado honor por cualquier guerrera Talkinq. Todas estas prácticas se hacían sin intervención mágica ninguna, las hechiceras, brujas, magas o como queramos llamarlo iban por otro lado distinto, tenían sus propias jerarquías en las aldeas e incluso entre ellas… también era consciente de que más de una de ellas allí presente se moría por poder evaluarme a mí también, pero al ser un esclavo no podían hacerlo sin que saliera de mi ama, algo que ya la advertí muy seriamente que nunca jamás se lo permitiera a nadie, ya que por sus costumbres, una de esas cosas tan raras de ellas, nadie lo intentaría conseguir de ella ya que podría considerarse tanto una ofensa como un descredito el hacerlo. Para poder hacer eso de forma adecuada todo depende de la relación de quien lo pide con la dueña del esclavo, solo el gran consejo podía pedir algo semejante sin problemas, sin necesidad de ser alguien cercano según sus costumbres, algo con lo que yo ya había contado de antemano, como digo esa era otra cosa que en ellas también era peculiar.

No solo había guerreras de esa aldea, sino que habían venido de otras cercanas, también como un favor a Dhi habían comunicado a las mercaderes de los alrededores la disposición de la mercancía de las partidas Lantares muertas, lo que atrajo también a las mejores guerreras de la zona para conocer a “quienes” lo habían llevado a cabo con tal eficacia, llevándose la sorpresa de que había  sido una solo guerrera acompañada de un esclavo, guerrera que había pasado el rito de adulta solo tres meses antes. También había matriarcas de clanes de otras aldeas, incluso de alguna otra de las principales cercanas acompañadas de guerreras que suponía serian de las mejores. La gran matriarca de esa aldea le pidió a Dhi que eligiera algunas guerreras para formar su partida, por petición mía al ver al percal, ya que la indique que si pasaba eso eligiera a las cuatro guerreras a las que ayudo, incluso a las dos heridas que no estaban al final tan graves, cosa que ella hizo, las cuatro guerreras aceptaron encantadas la oferta de Dhi ya que era una forma de recuperar algo de lo perdido ante sus compañeras por la emboscada, me fue obvio que ninguna de las cuatro pensaban que estando con Dhi fueran a perder, sino todo lo contrario por sus expresiones, casi, casi lo daban ya por ganado. Y no creáis que esto paso desapercibido a las matriarcas y a algunas de las guerreras más veteranas, haciéndolas reforzar su atención sobre Dhi.

Las cinco se enfrentaron a una partida formada por nueve de las mejores guerreras de esa aldea que fueron con muchas precauciones para lo que es normal en ellas, aun así el resultado del enfrentamiento fue un autentico desastre para ellas… las cuatro compañeras de Dhi la ofrecían un punto de apoyo seguro donde poder recuperar algo de resuello, pero cada vez que ella salía de la cobertura de sus compañeras era porque veía algún punto débil y entonces alguna de las contrincantes era eliminada de forma rápida y directa, sin contemplaciones de ningún tipo. Una vez que Dhi equilibro el numero de cinco contra cinco fue coser y cantar para ellas, para protegerse de los ataques de Dhi no tenían otra que quedar vulnerable por unos instantes ante sus compañeras que aprovechaban para eliminarlas como Dhi, sin contemplaciones ni dudas, el resultado final fue de nueve bajas a cero, además con el bochorno de no haber sido capaces siquiera de herir ni por casualidad a ninguna de las cinco. Las caras de las matriarcas y las demás guerreras eran un poema… habían visto claramente como Dhi era la que había desequilibrado la balanza, paradójicamente el bando teóricamente más débil, resulto en realidad el más fuerte debido a Dhi, también debido a que las otras cuatro no dudaron para nada de ella, ya que la habían visto luchar y dos de ellas habían entrenado con nosotros, sabiendo mas o menos por ello lo que podían esperar.

Lo peor para todas ellas vino después de eso, estando todas las participantes agotadas Dhi se disculpo ante las ancianas, ya que debía de seguir sus entrenamientos conmigo después de ese “aperitivo”. Ante el asombro de todas las que anteriormente no habían presenciado este, resulto tremendamente duro en todos los aspectos, indicándolas claramente porque era así de buena. Las cuatro compañeras la pidieron por favor compartir entrenamiento con nosotros, durante las tres horas que duro las ayude por petición de Dhi a corregir determinados fallos  que cometían, además de darlas pistas de cómo podían ensamblarse mejor entre ellas cuatro para combatir como una sola… Durante este tiempo cada vez que las quería corregir lo hacía a base de práctica y dolorosísimos golpes de mi bastón… pero en esas tres horas para asombro de más de una guerrera que nos observaba se corrigieron bastante debido a no querer recibir mis cariñosas atenciones. Con ellas hice discretamente como con Dhi, las manipule mágicamente para que pudieran absorber más rápidamente mis enseñanzas, dejando sus reputaciones por encima de donde estaban antes de su derrota incluso. Más de una de las que miraban empezaban a sentir cierta envidia por ellas y la oportunidad que tenían… justo lo que Dhi pretendía en cierta forma desde el principio. Dhi había dejado claro que si era tan buena, si había sido capaz de eso ella sola con un esclavo en el bosque, desde luego no había sido por casualidad, sino debido a un durísimo trabajo diario, algo que desde luego puso a todas las presentes los pelos de punta solo de imaginárselo. Pero desde luego lo que si paso también después de todo esto, es que todas las matriarcas presentes que sabían de “la triste historia de Dhi”, ya se debían a esas alturas de estar preguntando… de que narices iba todo esto que habían “preparado” las matriarcas de su aldea… Por otro lado Dhi al arriesgarse a entrenar así conmigo también dejo claro que su paso habría sido ciertamente con un esclavo, pero a esas alturas en esa aldea no había una sola Talkinq que le pusiera la menor pega a haber pasado el rito con “ese” esclavo concreto, digamos que un esclavo es un esclavo, pero que había esclavos y esclavos para pasar los ritos también, y este no habría sido el primer caso entre ellas por lo que explique anteriormente sobre dicho rito.

Como podréis suponer nada de todo esto que yo hacía era gratuito, todo iba encaminado hacia un objetivo final concreto para Dhi, lograr sus sueños, y todo ello por algo que solo yo conocía, lo hacía por mis propios motivos… mi digamos que experimento con Dhi desde el principio era por mis propios motivos, si me salía bien la llevaría a su destino, sino lo más probable es que muriera en el intento, pero por lo que iba viendo en ella lo lograría sin lugar a dudas.

CONTINUARA

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