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Confederación Imperial Galáctica - Libro 1

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Este libro esta completo y ha sido publicado ya en mi Blog "http://shiroikagetr.blogspot.com.es/", el motivo de ponerlo en esta sección es por la ausencia de sexo en la historia, espero que os guste.

 

      Confederación Imperial Galáctica

                                   Libro 1

             U.E.P. Estrella Oscura - 1

 

Fecha estelar - 5327

6º Cuadrante Militar del Imperio

Sistema Thethis

Planeta Thethis IV

Academia Imperial para oficiales de la Flota

 

Me encontraba dando clases a mis alumnos, una divertidísima clase de “Teoría Abstracta de la presión sobre la Táctica y Estrategia en la Historia Galáctica”… Sinceramente no se a que cretino se le ocurriría semejante nombrecito para una aburrida, estúpida y sin sentido asignatura, que en realidad se ocupa de mostrar a los futuros oficiales como es la toma de decisiones bajo la presión de la batalla.

Todos mis alumnos se levantaron como un resorte, lanzándose hacia los enormes ventanales del aula, nada más ver las intenciones de aterrizar en medio del patio de una lanzadera de transporte de la flota. La particularidad de esta lanzadera, por lo que todo el mundo se levantó para verla, consistía en que aterrizaba en el patio y no en la pista de aterrizaje que la academia tenia habilitada para ello, pero sobretodo lo demás, se debía al escudo Imperial que lucía en sus costados. Sobre este escudo llevaba impreso un enorme y mas que visible numero “2”, lo cual la identificaba como lanzadera al servicio de Su Alteza Imperial el príncipe heredero. Desde mi posición vi perfectamente como dos personas salían por la rampa de acceso abierta en su panza, un hombre y una mujer, a la que por cierto, reconocí en el acto.

Ambos se dirigieron hacia la entrada principal del edificio, donde supuse que el director de la academia ya estaría esperando a sus visitantes, si es que le habían avisado. Nada más ver ese escudo en sus laterales y ver luego salir de la lanzadera a esa mujer, tuve un pésimo presentimiento al respecto. Después de que ambas personas desaparecieran por la puerta principal, acompañados según pude apreciar, tal y como me imaginé, por el director de la academia, llame al orden a mis alumnos para que regresasen a sus sitios y poder así seguir con la clase. Como supuse, mi presentimiento se hizo realidad, concretándose apenas unos pocos minutos después, cuando las dos personas que bajaron de la lanzadera, entraron por la puerta de mi clase, dirigiéndose directos hacia donde yo me encontraba. La mujer llegó ante mí, quedándose el hombre apenas dos pasos tras ella, ambos se cuadraron para sorpresa de todos, claro que en esos momentos ya sabía que mayor sorpresa se iban a llevar en solo unos segundos…, justo los que tardaran en empezar a hablar.

- Almirante, debe de acompañarnos, tiene que presentarse en el Represor* ante su Alteza Imperial, lo siento, son ordenes.

- Creo que se confunde coronel, yo ya no pertenezco a la Armada, ni siquiera su Alteza puede darme esa orden –me dio mala espina cuando vi sonreír a la mujer.

- Por eso la orden no es de su Alteza, almirante, la orden es de su Majestad Imperial –dijo con una sonrisita irónica

- Bueno, supongo entonces que no tengo escapatoria. Está bien, por favor…  -hice un gesto con la mano para que ella pasase delante de mí- les acompañare…

- Por supuesto almirante –dijo la coronel- y bienvenido de nuevo a la Flota señor

- No creo que lleguemos a tanto –dije

- Pues me temo que su Alteza está bastante convencido de ello…

Sabía de sobra que llevaba razón, primero porque era la jefa del servicio de protección personal de su Alteza y persona de su máxima confianza. El que me la mandaran a ella en persona, para que me fuese a buscar, ya era un mensaje en toda regla, y segundo la orden era del propio Emperador, aunque era más fácil que no fuese cierto, que en realidad decir eso fuese cosa de su Alteza para remarcarme la importancia de lo que quería de mí. El caso es que aun viniendo de él la petición, no me hubiese quedado otra que aceptarla también, lo sabía más que de sobra. Mi nombre es Carl Stratos, Almirante retirado de la Flota imperial, aunque me temía que eso iba a ser por muy poco tiempo. No pude evitar reírme para mi mismo cuando vi las caras de sorpresa de mis alumnos y del director de la academia ante el tratamiento de Almirante que me habían dado, sumado al hecho, que la conversación había sido ante todos ellos, que esa lanzadera había sido mandada por su Alteza imperial y mis órdenes procedían del propio Emperador… La sorpresa en todos los presentes debía de ser monumental.

En mis documentos cuando me otorgaron por mis servicios ese puesto de profesor solo aparecía como oficial de la Flota retirado, pero por algún “misterioso” motivo, no se había incluido rango alguno, así que por mi juventud, todos asumieron que debía de ser algún oficial de rango bajo o medio. En realidad mi Rango es Almirante de tres estrellas o de *Media Luna, como se prefiera, aunque el trato únicamente es de Almirante debido a la tradición, cosas ilógicas que pasan en la Flota.

Entré en la lanzadera delante de mis dos acompañantes, sentándome donde me indicaron. Nada mas abandonar el planeta, vi a lo lejos en órbita estacionaria lejana la impresionante Mole de la Nave de Guerra “Represor”, acompañada de sus escoltas, que estaban estacionadas a su alrededor, vi tres Cruceros pesados, dos ligeros y cinco Fragatas, supuse que las al menos dos corbetas de exploración que siempre le acompañaban, y que no divisaba junto a ella estarían desplegadas en el Sistema Thethis en esos instantes. El Represor era una autentica joya de la ingeniería de la Confederación, y cara de fabricar como un demonio. De hecho era tan especial que no tenía asignación de clase dentro de la Flota, era de un tamaño entre un Crucero de Batalla y un Acorazado pero con ciertas características especiales secretas en su interior… Había sido una idea personal de su Alteza. Cuando se construyó, todos lo consideraron una locura y un despilfarro, incluido yo, especialmente porque en esa época estábamos en guerra y desde luego, aparentemente no íbamos ganándola en absoluto, por lo que semejante gasto no se vio con buenos ojos. Ahora mismo con lo que se de ella, como Almirante, puedo asegurar que era una nave que no me gustaría tener como oponente, incluso aunque la superase en potencia de fuego en más de 3 a 1… No, desde luego esa nave no era ninguna broma.

La lanzadera enfilo hacia uno de los hangares laterales del Represor, entrando en el con gran suavidad y precisión, tal y como se podía esperar de cualquiera de los tripulantes de esa nave, de lo mejor de la Flota. Nada más abandonar la lanzadera seguí a mis anfitriones por el laberinto de pasillos interiores. Dado que conocía de sobra la distribución de la nave, vi que tomábamos la dirección de la cámara personal de su Alteza Imperial… No pude evitar especular con que muy gorda tenía que ser la cosa si este me estaba esperando allí directamente, pero peor se puso cuando al abrirse la puerta vi que su alteza estaba inclinado sobre la gran pantalla táctica que formaba la superficie de su mesa… Levanto la cabeza, me hizo una seña con la mano de que pasase, despidió del mismo modo a mis acompañantes, me indico que me sentase e ignorándome siguió con lo que estaba haciendo.

A los pocos minutos cerro la pantalla, alzando la vista hasta mí, mientras se reclinaba sobre el respaldo de su silla, yo entre tanto, permanecía atento a que empezase a hablar.

- Carl quiero que te hagas cargo de nuevo del “Estrella Oscura”, acabo de terminar hace un momento de enviar las órdenes necesarias para que todo esté preparado a tu llegada para tomar el mando…

- Alteza, sabe de sobra que estoy retirado, cualquier otro…

- No, tienes que ser tú, nadie más conoce esa nave tan bien, además -me miro fijamente a los ojos- para esta misión solo confió en ti y en tu criterio, así que ahorrémonos la discusión sobre si te harás cargo de esto o no

- Bien, si lo pone de ese modo… ¿De qué se trata alteza?

- Es muy simple… -vi que sonreía con malicia-. Vas a ser el encargado de indicarme si vamos a iniciar una guerra o no

- Vaya, pensé que sería algo peor- dije en tono irónico al escucharle tomándomelo a broma.

- En realidad así es, porque quiero que me avises de ello si decides iniciar las hostilidades, porque serias tú quien las inicie –me dijo con cara muy seria

- ¿Es una broma, no? –dije totalmente perplejo

- Ni lo más mínimo… -se puso muy serio. Aunque aún no se ha filtrado, aparentemente naves de guerra de los Shilrrurs llevan unas semanas atacando nuestras rutas comerciales del 10º Cuadrante…

- ¿Eso se ha confirmado?

- No, nunca hay supervivientes, lo sospechamos por los rastros de los motores de Impulso que dejan tras de sí, también tenemos indicios facilitados por inteligencia, por eso quiero que tu lo confirmes, te asegures de que es cierto y tomes una decisión al respecto…

- ¿Mis órdenes concretas Alteza?

- Eliminar cualquier nave que haya atacado nuestras rutas allá donde se encuentre

- ¿Dónde sea?

- Donde sea, sin restricciones, por eso mismo quiero que te hagas cargo de nuevo de la “Estrella Oscura”… Estará lista para partir nada más que tú llegues a ella. Ira…, equipada con plena potencia de fuego

- ¿A plena potencia?

- A plena potencia, y tienes autoridad suficiente como para usarla toda si lo consideras oportuno…, a tú total discreción –palidecí al entender con esas palabras la gravedad real del asunto.

- Necesitare al menos dos o tres semanas para ponerla realmente apunto, sabe de sobra como… -me interrumpió.

- Tendrás diez días, he asignado a todos los que pude de tu antigua tripulación, ellos ya están trabajando a la espera de tu llegada. Esta vez no tendrás Marines de la Flota, dispondrás de un *Regimiento completo de Infantería de Asalto

- Vaya, un regimiento entero… Veo que si que va a estar complicada la misión, si… -dije en broma recuperándome un poco.

- Descansa todo lo que puedas. He ordenado que te asignen un camarote en lo que llega tu transporte, te avisaran nada mas informe de su entrada al sistema. Venga retírate anda, que falta te va a hacer el descanso…

- Si señor –me cuadre-. A sus ordenes

Nada más salir, uno de los guardias me informo de que alojamiento me habían asignado. Mientras me dirigía hacia allí, no pude por menos que silbar, todo un regimiento, unos quinientos soldados de Asalto de la Flota, en la nave teóricamente solo había sitio para cien tripulantes y cien soldados, debían que haberlos metido con calzador en ella. Además, estos eran las tropas de elite de la misma y estaban más que solicitados en todos sitios, tener un simple escuadrón ya era un éxito. A los Marines los trasladaban en lanzaderas de asalto cuando se trataba de tomar otras naves, estas tropas no, estos las asaltaban usando directamente trajes de vacio como comandos autónomos con mochilas propulsoras, eran auténticamente letales, solían ser los encargados de abrir paso seguro para la entrada de lanzaderas de asalto en el caso de que se intentase algo semejante… y me acababan de asignar como soldados únicamente tropas de Asalto, cinco veces más de lo que seria normal. Creo que podréis haceros una idea de lo mal que lo estaba viendo.

Pocas horas después una velocísima nave correo entro en el sistema para recogerme y llevarme a una estación deposito donde por lo que descubrí había estado la “Estrella Oscura” todo este tiempo, justo desde que entregue el mando. Tras ser trasladado a la veloz corbeta de correo que fue a buscarme, esta, salto de inmediato al espacio intermedio a toda velocidad, me encontraba en el puente cuando partimos, causándole todo tipo de inquietud e incomodidad al Capitán. Supongo que el tener a un Almirante de Media Luna observándote, sigue poniendo tan nervioso a un joven Capitán como siempre.

El Espacio Intermedio, también conocido vulgarmente como Hiperespacio o Interespacio, siempre ha sido algo que me ha fascinado y me ha dejado aturullado por completo su contemplación, sin embargo en esta ocasión ni siquiera era consciente del salto que acabamos de realizar, no podía apartar mi mente de las instrucciones que había recibido de su Alteza justo antes de partir hacia esta nave. Cuando volví al mundo real, salude al Capitán, le felicite por su buen hacer y me retire al camarote que me habían asignado… por como era de grande supuse que el del propio Capitán.

Cuando llegamos a nuestro destino regrese al puente en el acto, parado de pie frente al gran ventanal del mismo, mirando fijamente como se iba ampliando poco a poco el puntito que era el planeta al que nos dirigíamos. Según nos acercábamos a las Dársenas espaciales del depósito de la Flota de Mar-Shagan me iba impacientando lentamente. Por fin casi una hora después de entrar en el sistema tuve al fin a la vista mi flamante nave, la Unidad de Espacio Profundo Estrella Oscura, o U.E.P. Estrella Oscura como se prefiera. De refilón escuche al Capitán comentarle a su segundo sobre mi nave, aunque ignore el despectivo cometario por completo.

Me sonreí para mi mismo entre dientes cuando le escuche referirse a ella como Fragata Pesada de Clase Pifia, como irónicamente se las conocía a la Estrella Oscura y sus siete hermanas. Las siete restantes fueron destruidas en la misma batalla por tres cruceros, uno pesado y dos ligeros, durante la guerra. La Estrella Oscura era la única superviviente de esa serie de Ocho que se construyó, y según decían, se salvó porque estaba en esos momentos en los astilleros, en reparaciones, por un fallo en sus motores que reventó casi 1/5 parte de su casco. Digamos que era lo que se podía denominar una nave gafada para los miembros de la flota. Me despedí del Capitán abandonando la Corbeta, que de nuevo se puso en movimiento a toda velocidad hacia otro destino.

Tras saludar adecuadamente al Comandante de la Instalación, concretamente un Vicealmirante, al que por cierto, tampoco es que le hiciese mucho tilín el tener un Almirante por allí rodando. Lo siguiente fue irme directamente a mi nave, a la Estrella Oscura, uno de los secretos mejor guardados de la Confederación Imperial. En realidad lo de Unidad de Espacio Profundo era simplemente una ironía, ya que su concepción no tenía nada que ver con la exploración y si con el operar en territorio enemigo, siendo más que capaz de causar una autentica devastación tras sus líneas, como ya se demostró en más de una ocasión durante la guerra. Nada más entrar por el túnel de acceso me encontré de frente con mi segundo al mando, que se encontraba esperándome con una gran sonrisa en la cara.

- Bienvenido a bordo señor, le hago entrega del mando en este mismo instante…

- Muchas gracias… eh… -hice esfuerzos por ver su rango que quedaba medio oculto.

- Coronel señor, ya soy coronel…

- Muchas gracias Coronel Lamar, Sandra Lamar… Y por cierto, felicidades por los ascensos –le dije sonriendo

- Gracias a usted Almirante, todo esto –dijo tocándose el distintivo de rango-, en realidad se lo debo a usted y a todo lo que me enseñó, y no soy la única persona aquí.

Le hice una seña para que lo dejara y nos pusiésemos en marcha en dirección al cuarto de reuniones para los oficiales. Me sentía algo incomodo con tanto agradecimiento, por mucho que supiese que efectivamente, gran parte de los ascensos conseguidos por todos los tripulantes se debieron a las misiones que yo comandé. Pero si había algo cierto, es que si se pudieron completar fue por su profesionalidad y lo buenos que todos ellos resultaron en sus trabajos, no solo por mí como Capitán de la nave.

Nada más entrar en mi cuarto Sandra me dejo solo para que me arreglase y me preparase para ir recibiendo a los principales oficiales para que se presentasen. Cuando llegué y vi la nave desde fuera, había notado que una de las compuertas del hangar había desaparecido, por lo que deduje que de allí debían de haber sacado el sitio para meter a los soldados de asalto. Lo cierto es que todo fue bien hasta llegar a la coronel Samantha Mathison, tras presentarse ante mí en la sala de reuniones adyacente al puente de mando, de inmediato empezó con problemas.

- Almirante, deseo trasladarle mi intención de pedir nuevo destino para mi regimiento de inmediato, en cuanto usted pueda quisiera solicitarlo por vía reglamentaria… -estaba en posición de firmes, mirando fijamente por encima de mi

- ¿Por qué? –dije calmado, observándola fijamente.

- Porque mi regimiento es sin discusión el mejor de la flota, y esta nave… -se cayó poniéndose firme al ver como apreté la mandíbula

- ¿Y esta nave? –repuse mascando las palabras

- ¿Puedo ser franca Almirante? –dijo con los dientes apretados

- Desde luego Coronel, es mi oficial táctico, eso es lo que espero de usted precisamente

- Gracias señor. Esta nave es una mierda que no está a la altura del nivel de mi Regimiento, nuestro traslado debe de ser un error sin la menor duda –quedo rígida esperando

- ¿Y según usted que problema tiene esta nave coronel?

- ¿Esta de broma señor? ¿Una fragata de la clase “pifia”?... Es en serio Almirante, solicito formalmente que curse usted una petición de traslado en nombre de mi regimiento lo antes posible. –Se puso aun más firme.

- No –dije en tono pausado

- ¿No? –me miró perpleja- ¿Cómo que no?... Digo…  Perdón señor, ¿me puede por favor decir el motivo de rechazar mi solicitud?

- Es “no”, porque nadie de los que estamos dentro de esta nave en estos momentos será destinado a ningún otro puesto por muchas solicitudes que se envíen.

- Perdón Almirante, pero legalmente… -se detuvo en su diatriba a un gesto cortante de mi mano

- Se termino, el “no”, es un “no” definitivo, aunque no le guste a usted –sonreí ante la colección de “noes” que le solté apropósito solo por molestarla por el comentario sobre la Estrella-. Retírese y regrese aquí a la hora que aparecerá en su plantilla para una reunión operacional.

- Si señor, -apretando las mandíbulas- Como usted ordene Almirante.

Vi como daba media vuelta saliendo por la puerta muy enfadada por cómo le había salido la entrevista y mi negativa a aceptar su traslado. Solo cinco minutos después entro de nuevo Sandra en mi oficina.

- La Coronel Samatha ha venido a mí para que le gestione una petición de traslado, ¿la clase pifia? –preguntó Sandra ironica.

- En gran parte, además su regimiento es sin duda el mejor de la flota y debían de estar destinados en algún Superacorazado cuando los mandaron aquí. Normal que no estén a gusto.

- Ya se les pasara cuando vean donde les han metido.

- ¿Algún problema? –le indiqué que tomase asiento

- Ninguno serio, estamos reconfigurando de nuevo todos los sistemas de la nave para dejarla a plena capacidad. Los volvieron a dejar estándar de nuevo… Menos mal que guardamos registros protegidos en las bases de datos, sino nos hubiese llevado semanas volver a ponerla al 100%. Como ya habrá observado, desapareció una de las dos compuertas de hangar, por lo que solo tenemos una lanzadera de asalto. Esa zona se acondiciono para alojar el regimiento de soldados que nos asignaron –asentí a su explicación, dándola por buena.

- ¿Los tres sistemas de energía también están plenamente operativos?

- Por completo el A y el B, el C de momento solo al 80%, no han terminado de reconfigurarlo, y Peter esta que se sube por las paredes –Soltó una carcajada.

- Que raro en él –sonreí a mi vez al recordar a mi jefe de mantenimiento.

Estuvimos comentando el estado de la nave durante más de dos horas, justo hasta el momento de partir del depósito con rumbo a nuestra primera parada en un sistema deshabitado del 10º cuadrante Militar. Sandra, mi primer oficial me sugirió que me acostase un rato hasta el momento de la reunión, que ella se encargaría de organizarla, algo que hice de inmediato ya que estaba hecho polvo.

Cuando tres horas después de partir empezó la reunión en la sala, nos encontrábamos sentados alrededor de la mesa, yo como comandante de la nave, La Coronel Sandra Lamar como primer oficial, La Coronel Samantha Mathison como oficial Táctico, el Teniente Coronel Peter Ston como Oficial de mantenimiento e ingeniería y el Teniente Coronel Samuel Rodríguez como oficial de comunicaciones e inteligencia. Durante media hora todos estuvieron poniéndome personalmente al día de la situación de la nave, aunque se podía apreciar también perfectamente que la Coronel Samantha no es que estuviese nada agusto allí, supuse que no tardaría en cambiar de opinión dentro de poco. Empecé la ronda de los principales problemas que solucionar en estos diez días.

- Peter ¿Qué pasa con el sistema C de energía?

- Estamos en ello, pero se resiste. No se preocupe, estará listo para cuando nos movamos definitivamente a nuestro destino… Pero señor, por favor, no lo fuerce tanto esta vez, la ultima casi volamos por los aires, prácticamente se llevo por delante media cubierta…

- Lo tendré en cuenta, pero casi mejor intenta que aguante en lugar de cinco minutos, siete, sería lo mejor Peter… -le dije sonriendo medio en broma

- Si señor, como usted ordene… -suspiró

- Samuel, ¿cuántas naves podemos usar?

- Buffff, muy pocas, pero estamos reconfigurando y añadiendo mas todo lo rápido posible. Ahora mismo un acorazado, un crucero pesado y dos naves de carga distintas…

- Si el acorazado es el Argos deshaceos de él –dije serio.

- Pero señor, es de lo mejor que tenemos.

- Lo sé, pero después de nuestro numerito como Argos cuando llevamos a nuestras gemelas a su destrucción, es una de las naves más conocidas y reconocibles de la flota, no sería difícil para nadie saber donde esta de verdad, eliminadla. –Vi de reojo como la coronel Samantha pegaba un respingo al escucharme.

- Necesitamos esta lista de naves preparada para simular, tenéis diez días para hacerlo… Pero preparar antes las dos primeras para que el regimiento de la Coronel pueda practicar… 24h es lo máximo que puedo concederte para ello una vez lleguemos a nuestra primera parada.

- ¿No podían habernos asignado de nuevo a Teig y sus chicos?, no podrán ajustarse en tampoco tiempo señor…

- La Coronel y su regimiento son los mejores de la flota, por ese motivo el emperador y su alteza nos los han asignado… -esta vez vi como la coronel Samantha se ponía pálida como una muerta al escuchar la procedencia de su traslado

- Si señor, con su permiso me iré ahora mismo a ello –hizo un gesto de hastió.

Durante las dos horas que duró todo, ni una sola vez pregunte nada a la coronel Samantha, cuando di por terminada la reunión, le rogué que se quedase para hablar con ella. Una vez salieron todos menos Sandra, me puse frente a la Coronel mirándola fijamente. Dejé que fuese Sandra la primera en intervenir.

- Coronel esta nave es el secreto mejor guardado de la Confederación, cualquier mención a ella y sus características se paga muy caro, el único castigo que hay para ello es la pena de muerte. Esto no es una fragata, en realidad es una nave de operaciones especiales que depende directamente del emperador –dijo Sandra.

 - En los próximos días usted tendrá que entrenarse con sus hombres en sus trajes de vacio sobre la cubierta de la nave en durísimas condiciones, y con unas muy severas limitaciones, tendrá diez días únicamente para aclimatarse a ello.

Durante aproximadamente otra hora estuvimos poniéndole al tanto de la nave a la coronel que parecía tener dificultades en creerse la mitad de las cosas que estábamos contándole. Al final, y tras el curso acelerado sobre la nave, llegamos al meollo de la cuestión, y motivo porque el que solo estábamos allí los tres mandos de rango más elevado de la nave.

- ¿Señor la misión cual es? –repuso Sandra dando por zanjado el tema de la Coronel Samantha

- Debemos de decidir si la Confederación debe de iniciar una guerra o no…, e iniciarla si llega el caso -dije mirándolas fijamente.

Vi como ambas se quedaban con la boca abierta y se ponían lívidas, al ver mi cara, ni por un solo instante, ninguna de las dos se lo tomo a broma, especialmente Sandra, que me conocía más que de sobra.

CONTINUARA

* Represor: Nave Insignia de su Alteza Imperial el príncipe heredero Jhored Thalant

* Almirante de media Luna: Los rangos de la Flota para los Almirantes, van de una estrella a seis, por cada tres estrellas, estas se sustituyen por una media Luna.

* Graduación en la Flota: Son los habituales de cualquier ejército de tierra hasta llegar a Coronel, desde ahí van, Comodoro, Contraalmirante, Vicealmirante, Almirante, hasta seis Estrellas y Comando General de la Flota de hasta tres Estrellas.

*Regimiento de soldados de Asalto o Marines de Asalto: Se componen de 500 soldados y oficiales, divididos en 5 compañías de 100 miembros. Cada una de estas se divide a su vez en 4 Escuadrones de 25 miembros, que a su vez se dividen en 5 Grupos de asalto de 5 miembros. Aunque esta sea la organización estándar, debido a que son fuerzas especiales, su composición suele varias de acuerdo a las misiones que se les encomiendan, aunque su preferencia sea usar siempre en lo posible el grupo de asalto como composición mínima.

 

      Confederación Imperial Galáctica

                                   Libro 1

             U .E.P. Estrella Oscura - 2

 

 

 

10º Cuadrante Militar del Imperio

 

Sistema Deshabitado CIG-6534

Campo de Asteroides

 

Desde los enormes ventanales del puente de mando, podía ver como se movían sobre la cubierta los hombres de la Coronel Samantha en sus trajes blindados de vacío. Cuando descubrieron las características de la Estrella Oscura y lo que realmente se esperaba de ellos, su incomodidad por haber sido transferidos cesó como por arte de magia, más aun cuando tuvieron que ver a modo de demostración, grabaciones de datos de sus antecesores, que solo eran Marines de la Flota y no Infantería de Asalto. Solo llevaban cuatro de los diez días de que disponían, y ciertamente estaban logrando controlar perfectamente las limitaciones impuestas por la nave.

La principal característica de la Estrella Oscura es que, paradójicamente, sus mayores puntos fuertes son a su vez su mayor debilidad. Su armamento es realmente espectacular y terroríficamente poderoso, pero eso a su vez, le confiere muy serias limitaciones. La Estrella Oscura solo dispone de Tres Baterías Laser, pero de tres baterías principales, concretamente de tres enormes y poderosas Baterías de Acorazado, lo que impedía la situación de cualquier otro arma de energía directa en ella. Estas gigantescas Baterías requerían de toda la energía disponible para ellas, dejándola casi indefensa contra: bombarderos, cazas o misiles.

Únicamente contaba para su defensa, con algunos escasos sistemas puntuales de cañones repulsores de muy corto alcance, aunque a cambio eran de un calibre bastante respetable, y algunos cohetes para defensa por saturación. También portaba un pequeño contingente de 12 minas multipropiedad, estas podían configurarse para detonar a distancia, temporizadas, por proximidad o por contacto, junto con torpedos estándar y cuánticos, armas también de enorme potencia, pero solo útiles contra grandes blancos. Por último, en sus entrañas, se encontraba la más devastadora de todas las armas de la Confederación Imperial, seis Misiles de Antimateria, guardados dentro de sus contenedores blindados.

Defensivamente, también tiene escudos poderosos, usa los escudos defensivos de un Acorazado. Pero sus principales bazas son dos sistemas hipersecretos que la convierten en una nave única, el sistema de encubrimiento y el sistema de cobertura. El primero consiste en la creación, atraves de los centenares de dispositivos de emisión y proyección existentes sobre su casco, de una perfecta imagen holográfica que le permite simular cualquier nave espacial. El único requisito, es que ésta tenga una masa y un tamaño igual o superior al suyo, obviamente, el sistema funciona dándole también al holograma una forma solida ante cualquier sensor de rastreo que lo investigue.

El segundo usa esos mismos proyectores, junto con algunos dispositivos satélites que la Estrella Oscura despliega, para evitar que la luz o la radiación del tipo que sea, puedan alcanzarla. Visualmente o por medio de los espacio-radar, la nave es invisible por completo, el sistema recoge la radiación o la luz, en un lado y la transfiere al contrario, enviándolo todo dentro de su curso original. El principal problema con estos sistemas, es que el casco no puede soportar prácticamente daños, ya que ninguno de los dos se puede permitir la pérdida de un elevado número de emisores o proyectores. Evidentemente, otro punto débil es la imposibilidad de usar ambos a la vez, y en menor medida, el tiempo necesario que se emplearía en pasar de uno a otro. Aunque ese tiempo, también hace inviable el poder hacerlo de estar expuestos en zona peligrosa, por lo que lo que el que se utilice, debe de ser cuidadosamente elegido.

Otra particularidad, es que la Estrella Oscura dispone de tres sistemas energéticos independientes de idéntica potencia, denominados, “A”, “B” y “C”. Cuando la cobertura o el encubrimiento están funcionando, usan de forma exclusiva uno de ellos al 100%, entonces, se pone en marcha un segundo sistema para cubrir las necesidades restantes de la nave. El único modo de usar juntos la cobertura o el encubrimiento, los motores al máximo junto con los sistemas habituales de la nave, los poderosos escudos también al máximo y a su vez disparar las armas de energía, es conectando toda la energía que la Estrella Oscura es capaz de generar a la vez.

En teoría esto se podría hacer sin problema durante un tiempo más que considerable, el blindaje dispuesto en todo lo referente a los tres sistemas es como de diez veces el de cualquier otra nave de guerra, lo que lo permitiría su uso durante diez o doce horas aproximadamente, sin que se originasen problemas de daños en los sistemas o conductos de los mismos al estar operando al 100%, lo que convertía a la nave en algo temible de verdad.

Desgraciadamente, en la práctica, esto no era así, más allá de cinco minutos con los tres sistemas de potencia conectados a la vez, suponía un riesgo extremo de que el enorme poder generado desintegrase la nave por completo. Los sistemas computerizados, los poderosos blindajes, junto con las unidades reguladoras de seguridad, podían mantener esa energía bajo control, y usarla sin peligro de que causasen los habituales problemas de sobrecargas, funcionaban tal y como fueron proyectados originalmente. Pero sin embargo, existía un gravísimo problema que solo fue posible detectar en las pruebas que se hicieron cuando la nave se construyo, y que provoco que por suerte, solo volaran cinco cubiertas, muriendo más de ochenta personas en ella. Este problema inesperado, consistió en el descubrimiento de que los materiales no eran capaces de resistirlo.

Los materiales con que estaban construidas las unidades de seguridad de control energético se fundían, destrozándolas una tras otra sin remisión. El blindaje de los contenedores de la antimateria, de los reactores y de los sistemas también se deshacía a nivel molecular. Durante las pruebas, descubrieron que esto era debido a algo que denominaron resonancia armónica, y que se producía entre las tres fuentes cuando todas estaban operando a la vez, algo que no pudo ser subsanado de ninguna manera hasta el momento. Se creía que la resonancia solo resultaba letal si las tres fuentes de energía operaban al máximo a la vez, pero esto nunca fue comprobado, la guerra lo impidió, y el posterior envió de la nave al depósito, hizo que no se llevasen a cabo las pruebas.

Si debido a esa resonancia armónica que se producía a nivel molecular, uno de estos contenedores en algún momento llegase a quebrarse…, adiós a la nave y lo que hubiese en miles de kilómetros a su alrededor, dada la potencia que generarían los tres contenedores al explotar. Un contenedor de antimateria podría resistir la destrucción de cualquier nave, de hecho incluso al producirse esta en la peor forma posible, los sistemas computerizados de cualquier contenedor dejaría irse la antimateria de forma controlada con prácticamente nulo riesgo, en los más de mil años de este sistema, solo habían existido unos pocos accidentes, y además ninguno fue como consecuencia de ningún ataque en ninguna guerra, todos ellos se produjeron en naves civiles. En La Estrella Oscura esto sería totalmente diferente de producirse, precisamente como consecuencia de la resonancia. Según estimaciones teóricas cuando el problema fue descubierto, si debido a esa resonancia, cualquiera de los tres se quebrase por completo estallando, los dos restantes se desestabilizarían de tal modo que resultaría inevitable también su explosión con segundos de diferencia, autoalimentándose cada explosión con la energía provocada por la anterior, pudiendo llegar a acumularse la necesaria incluso, como para crear un pequeño agujero negro con su explosión.  Como digo, más de cinco minutos con los tres a la vez, y más valía ponerse a rezar, lo que limitaba considerablemente las opciones de la nave.

En esos momentos los soldados de Asalto se estaban moviendo por el casco a toda velocidad, cumpliendo una serie de tareas, pero siempre dentro de la imagen holográfica que en ese momento proyectaba la Estrella Oscura, y que le hacía parecer una nave minera tanto para los elementos de detección como para los ojos de quien estuviese viéndola en esos instantes. Sus cascos poseían una conexión con el sistema de la nave, lo que les permitía ver las millones de líneas que formaban el holograma, y que sin embargo no les obstaculizaba para nada la visión del espacio más allá de ellas. Parecía algo simple de hacer, porque como digo se veía donde estaban los limites holográficos, pero una cosa es lo que parecía y otra la realidad. Un solo soldado saliendo fuera del holograma sin que fuese programado en los ordenadores, y en ese mismo instante, quedaríamos al descubierto para cualquier sistema de rastreo en funcionamiento sobre nosotros. ¿Por qué?, no lo sé, porque no soy técnico, pero creo que tiene que ver con algo que se llama ruptura de campo de imagen o algo así, el caso es que eso es lo que sucedía.

Estaba mirando la evolución sobre la nave de los Soldados de Asalto delante del gran ventanal, cuando mi primer oficial se acerco a mí por detrás y carraspeo para llamar mi atención…

- Dime Sandra –dije

- La Coronel Samantha me ha transmitido la incomodidad de sus hombres por tener que usar sus suelas magnéticas, en lugar de las mochilas propulsadas que tienen que llevar a la espalda. Le dije que hablaría con usted del asunto…, ¿Qué le respondo?

- ¿Pero todos están usando las suelas ahora mismo, no? –pregunté.

- Si señor, le deje muy claras las consecuencias de desobedecer esa orden suya…

- Entonces le transmitiré mi respuesta enseguida…, personalmente –sonreí irónico ante la sorpresa que les esperaba a esos impacientes.

Me volví hacia mi asiento en el puente para sentarme, mientras le indicaba a Sandra que volviese a lo que estuviese haciendo si quería, que de ese asunto ya me ocupaba yo. Estaba sentado en el asiento haciendo ciertos cálculos,  cuando escuche la puerta del puente abriéndose para que Sandra saliese, después use el intercomunicador interno tecleando el código específico de mi Jefe de Ingeniería y Mantenimiento.

- ¡¡¡Peter!!!

- Dígame señor…

- Quiero los motores a máxima potencia durante exactamente 2.348sg, dentro de… -espere a que uno de los soldados pasase una de las bocas principales de artillería- …exactamente 1 minuto desde ahora mismo.

- Hecho señor…, pero los soldados están fuera, se llevaran una buena sacudida.

- Eso pretendo exactamente, cualquier queja que te llegue ordenas de mi parte, no pidas Peter, ¡¡ordenas!!, que me vean a mí de inmediato y sin excepciones. Sea quien sea el que se queje, soldado o “Coronel”, ¿queda claro? –dije muy serio.

- Si señor, como el agua, solo espero que no los asuste mucho –dijo Peter partiéndose de risa.

Después del brevísimo impulso de la nave, escuché por mi comunicador como la Coronel enojadísima daba órdenes a todos sus hombres para que se retirasen de inmediato, mientras ella hablaba con el imbécil que había puesto los motores en marcha. De inmediato me retire a la sala de juntas para esperarla. No tuve que hacerlo mucho, escasamente cinco minutos después de que entrase el último de sus hombres, se presento ante mí con cara de un más que evidentísimo cabreo, y por lo que pude observar de los gordos, gordísimos.

- Usted dirá Coronel

- ¿Ordenó usted poner los motores en marcha señor? –Preguntó mascando las palabras

- Evidentemente si, dado que sus hombres, por lo que me comento la Coronel Sandra que usted le indicó, ya son muy capaces de andar con las suelas, decidí pasar al siguiente nivel, Coronel… -dije muy tranquilo

- ¿Y era necesario para ello poner en marcha de esa forma los motores? ¡¡Señor!! –estaba que explotaba de la furia

- Coronel, creo que no entendió para nada el objetivo de todos esos ejercicios…

- Lo entendí perfectamente señor, es para que mi hombres se acostumbren a moverse dentro de cualquier holograma por ajustado que sea sin romper la imagen… No somos idiotas. –cada vez se mostraba más enfadada

- Se equivoca, todos aquí sabemos que sus hombres podrían hacer eso en solo un par de horas y con los ojos cerrados. La finalidad es que se puedan mover de ese modo, pero que lo hagan mientras la nave están en movimiento e incluso en caso de que esta se encuentre combatiendo… ¿Mas claro ahora el porqué de estos ejercicios? –dije con voz suave.

- Pero eso es un suicidio señor –dijo pálida por completo

- Llevan ustedes cuatro días únicamente moviéndose sobre la nave, le garantizo que para dentro de diez días, cuando nos pongamos en marcha, usted y sus hombres serán capaces de eso, o morirán en el intento, eso lo dejo a su discreción. Créame si le digo que antes de que terminemos esta misión, serán ustedes capaces aún de muchísimo más coronel. Y por cierto, ese entrenamiento en esas condiciones, no son ustedes los primeros que lo hacen, sus antecesores en la nave también lo hacían, y además muy bien por cierto –vi como apretaba las mandíbulas al recordarle a los Marines que hubo antes que ellos-. Me da la impresión de que no se ha dado cuenta aun del tipo de trabajo del que se encarga esta nave -le espeté con los ojos entornados.

- ¿Puedo retirarme señor? –Dijo con los dientes apretados.

- Desde luego Coronel, si necesita algo más no dude en verme. Por cierto Coronel, nosotros nos encargamos de que destruyesen el resto de nuestras gemelas de la clase “¡¡pifia!!” , y fue solo porque no alcanzaban el 100% de la eficacia de la Estrella Oscura –dije irónico, clase pifia fue el mote que se ganaron al ser todas destruidas en la misma batalla, lo que paradójicamente se convirtió en el mejor camuflaje para una nave tan especial como la nuestra, ya que nadie la quería cerca por ser “inservible”.

- ¿Señor? –se sorprendió.

- Quiero que tenga esto en mente antes de volver a decirme que no se puede hacer algo, nosotros hacemos cualquier cosa, solo es cuestión de encontrar como, si no se ven capaces, dígamelo para poder traer de vuelta con nosotros a sus antecesores –dije con voz dura-. Y ahora, –suavice el tono- ya puede retirarse –señale la puerta.

Cuando salió del cuarto me recline sobre la silla echando la cabeza contra el respaldo mientras me sonreía, el que Taig y sus chicos hubiesen sido capaces de hacerlo siendo solo “Marines”,  me estaba viniendo muy bien. Conociendo el ego de los Soldados de Asalto, sabía que jamás dejarían de hacer algo que habían conseguido hacer simples Marines de la Flota. Aunque era cierto también, que a estos les llevo más de dos meses de durísimo entrenamiento, lo que la Coronel Samantha y sus hombres tendrían que conseguir en solo diez días. La verdad es que viéndolos moverse, y como actuaban, estaba completamente seguro que lo conseguirían aunque no sin mucho esfuerzo. Me reincorpore para usar el intercomunicador…

- ¡¡¡Sandra!!!

- Señor

- Póngase de acuerdo con la Coronel Samantha, Samuel y Peter para pasar a la siguiente fase de su entrenamiento, que empiecen ya con la nave moviéndose… Dígale también a la Coronel que cuando estime que están listos en ese aspecto, tendrán que empezar a hacerlo también con las baterías disparando mientras nos movemos, después que añadan también los escudos al mínimo.

- Si señor, la malas noticias todas juntas, ¿no señor? –me contesto irónica y medio riéndose.

- Preferiblemente Sandra, preferiblemente, pero recuérdale a Peter que no quiero bajo ningún concepto los tres sistemas funcionando a la vez, que mire como poder hacerlo, tiene carta blanca –dije sonriéndome por el cabreo que se iba a pillar Peter.

Por mi parte no hacía otra cosa que mirar mapas estelares y más mapas estelares, intentando verificar todas las rutas comerciales del 10º Cuadrante para establecer puntos débiles en las patrullas de nuestras naves, intentando delimitar un área donde nos fuese factible poder identificar las naves agresoras.

La confederación Imperial, tras la guerra, estableció una serie de rutas por las que las naves civiles estaban obligadas a moverse hasta un punto de salto cercano a su destino final, esto por una parte, aumentó ligeramente los costes del comercio dentro de nuestras fronteras, pero por otra, permitió que la Flota pudiese establecer patrullas a lo largo de todas y cada una de ellas con enorme éxito, al punto que la piratería prácticamente paso a ser casi un mero recuerdo. Lo malo es que debido al propio sistema, para cualquiera era muy fácil encontrar presas ya que todas las naves privadas e incluso los transportes militares iban por rutas preestablecidas y marcadas. Los piratas al necesitar hacerse con las naves, eran presa fácil para la flota, sin embargo en esta ocasión el problema consistía en que se limitaban a destruirlas y desaparecer, posiblemente dentro de territorio extranjero, con lo que el tiempo de reacción para las patrullas era mínimo.

En estos momentos, ahí afuera, en algún lugar del 10º cuadrante y siempre según los informes de inteligencia, tres Cruceros Pesados hostiles estaban destruyendo naves comerciales de forma indiscriminada. También estaban eliminando de forma sistemática cualquier prueba, incluyendo con eso a los propios tripulantes. Habían sido encontrados restos de capsulas de escape que de forma más que evidente habían sido destruidas mientras escapaban de su nave, lo que confería a este caso una dimensión bastante singular. Las órdenes generales habían sido muy claras y especificas a ese respecto, debíamos en primer lugar identificar esos Cruceros, para después destruirlos donde fuese, y solo entonces, podríamos pasar a la segunda parte de la misión, decidir qué hacer.

El octavo día logre identificar tres posibles zonas de ataque en los próximos siete días, de acuerdo al plan de patrullas establecido por la Flota en el 10 cuadrante. Toda nave dejaba una firma al usar sus motores de impulso y por ese rastro se podían identificar sus movimientos e incluso algunas veces, su procedencia, desgraciadamente, al entrar en funcionamiento los de antimateria para pasar al espacio intermedio, este desaparecía de forma abrupta. No obstante, esos rastros siempre indicaban una entrada y una salida en los sistemas estelares, en este caso, en todos y cada uno de los ataques de esos cruceros, los rastros de sus motores hasta el momento de su marcha indicaban que el salto se realizaba siempre en dirección al territorio de los Shilrrurs, una raza humanoide bastante agresiva cuya frontera limita en exclusiva con el 10º Cuadrante, lo que les señalaba como principales sospechosos.

De los tres posibles sitios que aislé como probables para un nuevo ataque, en dos de los casos no tendríamos que preocuparnos para nada, por lo tanto decidí que el tercer lugar seria nuestro destino. De los otros dos, a dos sistemas de uno de ellos se llevaban a cabo maniobras de la flota, más de ochenta naves de guerra en un ejercicio que era del dominio público, con lo que era muy dudoso que atacasen tan cerca de ellos. En el segundo lugar, de acuerdo a los planes que me habían facilitado estaría pasando un convoy de carga de la Flota que transportaba Kripmium* refinado hacia los principales astilleros militares del cuadrante, las escoltas de estos convoyes eran particularmente poderosas, incluían Acorazados y Cruceros de Batalla, en caso de que los tres cruceros se encontrasen con ellos, no iban a durar mucho que dijéramos. Este lugar tenía otros tres posibles sitios a parte de ese y por los que tenía que pasar tambien el convoy, sin embargo mi intuición me decía que si lo hacían, el ataque se realizaría en algún lugar del tercer lugar que identifique.

Dos días después nos pusimos en marcha hacia ese punto débil. De todos modos no era tan simple como pudiese parecer. La falla que identifique en el sistema de patrullas en esa ruta, constaba de un total de cinco sistemas estelares posibles para el ataque. Elegí el sistema Dhaka, de los cinco era en el que más probable resultase que alguna nave saliese del espacio intermedio, con el fin de cambiar el rumbo hacia alguno de los sistemas vecinos, casi todos los cuales estaban habitados en mayor o menor medida.

Nada más entrar en el sistema ordene que se activase de inmediato el sistema de cobertura de la nave, que se verificase el buen funcionamiento de armas y escudos, no quería sorpresas de última hora si había acertado con mi intuición. Todos los poderosos sistemas de rastreo de la Estrella Oscura estaban activados a su máxima capacidad, controlando todo el sector. Nuestras pantallas iban poco a poco identificando todo objeto que hubiese en el sistema, por pequeño que este fuese. Llevábamos ya tres días allí estacionados con los nervios tensos, habían entrado y salido del Inter espacio media docena de naves en este lapsus, simples cambios de rumbo.

Al llegar el cuarto día empecé a plantearme la posibilidad de que el ataque realmente no se produjese en esa zona y mi intuición me hubiese fallado cuando sonaron las alarmas de alerta de combate. Cuando entre en el puente Sandra me cedió el sitio de mando mientras me informaba de la entrada en el sistema de tres cruceros pesados Shilrrurs que estaban iniciando un despliegue por el sistema y que en cuarenta minutos habrían alcanzado sus posiciones, listos para emboscar a cualquier nave que saliese del Inter espacio en esos momentos. Ordené que los sensores pasasen a modo pasivo, que los escudos se situasen al 70% de su potencia, la carga de todos los cañones, preparación de todos los tubos de torpedos y que todos los sistemas de registro de la nave estuviesen grabando lo que sucediese en todo momento. El sistema “A” y “C” estaban operando, también casi al 100% en el caso de “C”, era consciente de que cualquier otra orden de actuación supondría poner en marcha el “B”, por lo que si teníamos que actuar contra ellos, debía ser de forma instantánea y brutal.

Di orden a mi oficial de inteligencia para que identificase esos cruceros e intentase averiguar cuál era su base de operaciones dentro del territorio Shilrrurs, aunque prácticamente estaba seguro desde donde debían de operar. Tenía un problema serio, si los cruceros se desplegaban más no podría atacarlos sin exponerme a un desastre, estando como estaban según nuestros sensores, con los escudos entorno al 5% y sin escoltas, nuestros poderosísimos cañones podrían reducirlas a escombros sin que pudiesen hacer mucho contra nosotros, pero lamentablemente, aún no habían hecho nada que justificase un ataque por nuestra parte.

- Señor, tenemos la caracterización de un par de acorazados, podríamos ocultarnos tras un planeta, ¿usamos uno de ellos y les damos un susto? –repuso Samuel, mi oficial de inteligencia

- No, si son ellos y los espantamos simplemente saltaran a otro punto para atacar o cambiaran de táctica. Debemos de esperar y ver qué es lo que hacen… ¿Estas recogiendo datos?

- Si señor, como ordenó, tanto imágenes como todo los datos de nuestros sistemas se estar registrando para su posterior envío al mando de la Flota.

Media hora después dos naves salieron del Interespacio, una de ellas justo entre los tres cruceros, que abrieron fuego por sorpresa destruyéndola sin que sus tripulantes hubiesen tenido tiempo siquiera para saber qué era lo que sucedía. La otra salió algo alejada de dos de ellos, al ver lo sucedido envió una petición de ayuda que los cruceros bloquearon casi en su totalidad. Intento ganar velocidad pero un disparo del crucero más cercano cerceno todas sus escasas esperanzas al alcanzar de lleno los motores. Solo minutos después varias decenas de capsulas de escape salía de la estructura del carguero mientras este recibía los disparos que los cruceros hicieron sobre él, destruyéndolo poco después de que la última de las capsulas lo hubiese abandonado.

Una tercera nave hizo su aparición en ese instante, una gran nave de pasajeros que de inmediato también recibió varios impactos procedentes del crucero más cercano. Uno de los cruceros usando sus baterías láser de defensa se encargo de las capsulas del carguero mientras los otros dos se centraban en la nueva presa. Tras recibir seis impactos, la gran nave de pasajeros empezó a expulsar capsulas de escape… Nuestros sistemas identificaron un total de 83 capsulas que lograron separarse lo suficiente como para no ser destruidas por la explosión de la nave cuando recibió dos andanadas completas, una por cada crucero.

Los tres cruceros entonces centraron todas sus baterías laser de defensa en las capsulas de escape, usándolas como si estuviesen practicando el tiro, destruyéndolas una por una. Por desgracia el despliegue y situación de los tres cruceros cambió cuando se movieron, ahora eran mucho peor de lo que en un principio pensé que sería, si de verdad fuésemos un acorazado estarían los tres muertos en cuestión de minutos, pero con su actual distribución nos sería imposible del todo enfrentarnos a ellos, no teníamos ni la mas mínima oportunidad de ganarles, aunque alcanzáramos a dos de ellos a la vez solo los dañaríamos, y junto con el tercero que seguiría intacto, nos destruiría sin la menor duda.

Use el sistema de megafonía de la nave para ordenar a todos los tripulantes no imprescindibles que acudiesen a los ventanales del lado de babor, o a cualquier monitor de la nave, para que viesen lo que estaba sucediendo. Quería que todo el que pudiese viese como masacraban las capsulas de emergencia de la nave de pasajeros, más de siete mil personas habían muerto en esos pocos minutos en esas tres naves, y no habíamos podido hacer absolutamente nada por ellos. Cuando la última de las capsulas fue destruida, los tres cruceros pusieron sus proas en dirección al territorio Shilrrurs, saltando al Interespacio solo un par de minutos después. Nada mas desaparecer, di orden de que todos los datos se enviasen directamente al Represor, directamente a su alteza imperial, y que no se emitiese informe alguno al alto mando de la Flota.

Samuel me indico el nombre de los tres cruceros que habían masacrado a esas tres naves, el T’aalgs, el T’nilar y el T’srlirg, después de eso me indico que según los datos de inteligencia en nuestro poder, los tres cruceros procedían de la base que la armada Shilrrurs tenía en el sistema T’rtraa. Eso era justamente lo que yo me había estado temiendo. Aparte de sus impresionantes defensas, esa era la principal base de la flota Shilrrurs en ese sector de su imperio, sector que hacia frontera con nuestro 10º Cuadrante y según los informes de inteligencia, más de un centenar de naves de guerra tenían su base en ella, estando siempre más de la mitad de estas en sus cercanías. En la frontera tenían otras tres bases menores no aptas para albergar grandes naves de guerra, había tenido la leve esperanza que esos tres Cruceros Pesados, pese a rozar los límites de capacidad en esas bases por su tamaño, hubiesen sido destacados en alguna de ellas, pero no, estaban en la principal. Todo un problema para poder destruirlas.

Por otra parte nuestras órdenes eran claras al respecto, esos tres cruceros debían de ser destruidos donde quiera que fuese. Inmediatamente, en persona, envié un comunicado a su Alteza Imperial solicitando el acceso total a ciertos informes secretos. Su respuesta consistió en el envió de un código especial que me abría las puertas completas de todo el sistema de inteligencia de la Confederación Imperial, lo que por otro lado me dejo muy claro que tenía autorización por su parte para lo que decidiese hacer.

Durante tres días permanecimos allí estacionados con el sistema de cobertura en funcionamiento, viendo como aumentaba el tráfico de patrullas de la flota en todo el sector. Cuando por fin encontré lo que deseaba, di orden de poner rumbo directo al planeta exterior del sistema T’rtraa, o I.S. 596, y la inmediata puesta en marcha del sistema de cobertura nada más salir del Interespacio.

CONTINUARA

*Kripmium: Elemento mineral pesado del máximo valor estratégico debido a su extrema rareza y escasez. Es parte fundamental para la construcción o instalación de cualquier modulo de Antimateria, que son la fuente principal de energía de cualquier nave con capacidad hiperespacial.

      Confederación Imperial Galáctica

                                   Libro 1

              U.E.P. Estrella Oscura - 3

 

 

 

 

Orbita exterior del Planeta T’rtraa XVI

Sistema T’rtrra (I.S. 596)

Imperio Shilrrurs

Hacía ya cuatro días que estábamos situados en órbita sobre el decimosexto planeta del sistema T’rtrra, nuestros sistemas de rastreo estaban trabajando a toda potencia en modo pasivo, registrando todo el trafico del sistema, con especial interés en toda nave que entraba o salía de la base estelar de la flota Shilrrurs. Estaba pensando detenidamente en como deberíamos de proceder cuando el Teniente Coronel Samuel me entregó un comunicado cifrado procedente de la inteligencia de la Confederación, en el acto me retire a la sala de reuniones para decodificarlo personalmente y verlo.

Después de leer la información que me habían mandado a petición propia, estuve casi una hora pensando detenidamente en la viabilidad del plan que pretendía ejecutar. Ciertamente iba a ser extremadamente peligroso y arriesgado, aunque si teníamos éxito, la amenaza Shilrrurs cesaría casi por completo en todo el 10º Cuadrante durante algunos años, si fallábamos... Pensé que más nos valía no fallar con el plan, especialmente por nosotros mismos, decidiendo continuar adelante con él. Llame a mis oficiales principales a una reunión para dos horas después, quería echarme un rato para estar despejado cuando planteara mis intenciones, llevaba más de quince horas planificando concienzudamente nuestros movimientos únicamente a falta de la información que me acababa de llegar.

Dos horas después, los principales oficiales de la nave estábamos reunidos en la sala a tal efecto, sentados en torno a la mesa, todos ellos pendientes de que el tripulante que nos estaba sirviendo la bebida que habíamos solicitado se retirase. Una vez que lo hizo, entre en materia…

- Bien, como ya saben los tres cruceros pesados que atacaron el 10º cuadrante tienen su base en este sistema. Las ordenes son encargarnos de ellos allá donde se encuentren, y en estos momentos los tenemos al alcance de la mano –dije sonriendo.

- Perdón Señor, pero esos cruceros están ahora mismo amarrados a la base estelar más poderosa de los Shilrrurs en este sector y posiblemente incluso la más poderosa defensivamente hablando de todas las de su imperio, yo no los veo tan a mano como usted dice –repuso el Teniente Coronel Samuel.

- Almirante, quizá no sea la más indicada para hacérselo notar, pero en esa base hemos detectado amarradas más de cuarenta naves de distintas categorías, incluyendo dos Acorazados y seis Cruceros de Batalla. Me parece un poco optimista su apreciación de que los tenemos al alcance de la mano –dijo la Coronel Samantha.

- Señor, no aguantaríamos prácticamente nada, y aun si pudiésemos conectar a la vez el encubrimiento con la cobertura, o pasar de uno a otro al instante, jamás podríamos salir luego de allí, después del primer disparo las propias baterías defensivas de la base nos despedazarían, se lo garantizo –dijo el Teniente Coronel Peter.

- ¿Tú no dices nada Sandra? –pregunte a mi primer oficial a ver que permanecía callada.

- Opino como ellos señor, pero si nos ha reunido aquí es porque tiene algo en mente, prefiero escucharle antes de opinar. Aún recuerdo perfectamente algunas de sus jugarretas imposibles durante la guerra, de modo que seré paciente, y esperare a que usted exponga su plan –repuso sonriéndome.

- Jajajajajaja, vale, entiendo. Bueno pues como la Coronel Sandra ha dicho, tengo una idea de cómo arreglar cuentas con los Shilrrurs, solo que no será nada sencillo de hacer. Coronel Samantha –dije volviéndome hacia ella.

- Señor –contesto de inmediato.

- Necesitare sus dos mejores escuadrones para lo que tengo en mente, y que el resto de su Regimiento este preparado para servirles de apoyo.

- Todos mis hombres son igual de… -le interrumpí.

- Coronel, no me interesa todo lo buenos que son sus hombres, quiero que escoja a los dos mejores escuadrones para la misión, si es necesario ármelos desde cero con los mejores hombres del Regimiento. Pero esos hombres tienen que ser los mejores de todos, ¿queda claro? –dije con tono duro.

- Si señor, tendrá a los mejores –corroboro la Coronel apretando los dientes.

- Peter –me volví hacia mi ingeniero jefe.

- Si señor, ¿qué quiere que haga?.

- Necesitaremos que amplíe y refuerce el sistema de cobertura en todo este sector de la nave, ¿cuánto crees que se tardaría en hacerlo? –dije.

Pulsando varios botones en mi mesa hice que un proyector holográfico se pusiese en marcha, mostrando la imagen tridimensional de un sector de la parte superior de la nave. El ingeniero se levanto y empezó a pedir instrucciones concretas sobre cuando se debía de reforzar el sistema. Después de escuchar mis indicaciones sobre lo que quería exactamente ante las caras de sorpresa de todos los demás al escucharme, se sentó de nuevo, permaneciendo en silencio durante un par de minutos, pensativo, dándome después la estimación que le había solicitado.

- Necesitaremos reprogramar al menos tres o cuatro de los seis satélites de repuesto que llevamos para el sistema de cobertura, e integrarlos después en esa parte para que aumenten la eficacia en ese sector, pero solo funcionara allí señor, no lo garantizo fuera de los limites de esa zona –me aclaró.

- No te preocupes, solo será necesario en esa zona –le conteste.

- Si señor, si me disculpa me pondré en el acto con ello –se estaba levantado cuando se lo impedí.

- No Peter, eso que lo hagan tus hombres, para ti junto con tus tres mejores ingenieros tengo otra tarea diferente, y considerablemente más complicada que esa.

- ¿Qué mas va a necesitar señor? –preguntó.

- Quiero que desarmes la cabeza de uno de los misiles de Antimateria y la prepares para detonarla mediante un temporizador –dije tranquilamente mientras todos se ponían palidos.

- Pero Almirante, no puede pedirle eso al señor Peter, hacer eso aquí es casi un suicidio –saltó la Coronel Samantha.

- Coronel, más le vale preocuparse de su parte, porque son usted y esos dos escuadrones que le dije los encargados de colocar esa cabeza donde yo les diga –repuse viendo como su palidez se tornaba en lividez-, deberán de moverse exclusivamente por el sector que les prepararan los hombres del señor Peter y no salirse de el por ningún motivo. La colocación solo será posible desde ese sector, un solo fallo y quedaremos al descubierto.

- Que ha pensado exactamente señor –me preguntó mi segundo muy seria.

- Dentro de exactamente ocho días llegara a esa base el Tren de Carga* que reciben cada cuatro meses. Se compondrá de una gran cabeza tractora con más de medio millar de cabinas contenedores de carga, sobre unas setecientas exactamente, e ira fuertemente escoltada. Su manifiesto de carga es secreto, aunque sabemos que se trata de suministros para los servicios de mantenimiento de la base.  Según inteligencia en el irán varios contenedores de Antimateria para el astillero junto con Kripmium refinado y diversos repuestos para los diversos sistemas de armas de su flota o base.

- ¿Qué se espera de mis hombres y de mi? –pregunto la Coronel Samantha.

- Se espera que coloquen esa cabeza en ese tren de carga Coronel, justo donde transportan sus contenedores de antimateria para sus naves. Tendrán aproximadamente tres minutos para realizar la operación atraves de ese sector de nuestra nave –señale al holograma que aún permanecía sobre la mesa- y uno de margen para que sus hombres se sitúen a salvo después de eso, también debiendo regresar por el mismo sector.

- ¿Cómo lo haremos?, eso que nos pide es casi imposible –repuso.

- Tenemos su ruta exacta de aproximación. Debido a sus características y tamaño no se desviara ni medio metro de ella. Estaremos encubiertos en este punto de su ruta –señale en un mapa holográfico que sustituyo al sector de nuestra nave-. Quedaremos por debajo del tren a una distancia de menos de un kilometro, sus hombres seguirán en todo momento protegidos por la cobertura de la nave reforzada en ese sector, tendrán tres minutos para colocar la cabeza de antimateria… ¡¡exactamente aquí!! –señale un punto entre dos cabinas contenedores-. Cuando lo hayan hecho, el resto de su regimiento debería de tirar de ellos con todas sus fuerzas y ayudar a sus mochilas a sacarlos de allí, si en cuatro minutos desde que se inicie la operación, no han conseguido estar sobre el casco de la nave, los motores de empuje traseros del tren los incinerarán.

- No será posible en ese tiempo señor, seria mandar a mis hombres a la muerte –dijo la Coronel.

- La cabeza ira sujeta a la nave por tres cables de seguridad dado que mantendremos menor velocidad que el tren, aunque por muy poco, durante ese tiempo ya que no queremos perderla si hay que cancelar. Una vez colocada soltaran los cables y se aferraran a ellos. Que el resto de sus hombres tiren con todas sus fuerzas y que sus comandos que coloquen la cabeza usen sus mochilas a toda potencia para regresar, aunque se queden sin combustible en ellas, nuestra propia retirada ayudara a sacarlos de allí. Con ayuda del cable se les podrá recuperar sin problemas pese a los cambios de dirección de la nave, pero deben de salir de la estela de esos motores como sea, el resto de su regimiento deberá de usar sus propias mochilas para frenarlos y que no mueran al estrellarse contra el casco de nuestra nave. Hable con Peter para ver cómo hacer eso en el menor tiempo posible y con el menor riesgo para sus hombres –dije.

- No se preocupe coronel, no será muy complicado, añadiré unos pernos de sujeción en la cubierta y pondremos tres pequeños motores de remolque que muevan los tornos de alta velocidad a los que les sujetaremos. Con ellos deberíamos de ser capaces de recuperarlos a todos una vez que se hayan agarrado a los cables que llevaran con los portantes de la cabeza en veinte segundos, treinta como mucho, aunque luego tendrán que frenarlos  antes de que choquen con la nave o morirán –dijo el ingeniero jefe volviéndose hacia la coronel Samantha, que asintió, continuando yo entonces.

- Una vez que nos separemos, tendremos que dirigirnos con mucho cuidado de nuevo a esta misma posición que ahora ocupamos, solo que pasaremos a orbitar la cara opuesta. Dejaremos una sonda sensora en la parte alta de su atmosfera y nos cubriremos de la explosión tras el planeta.

- ¿Y las escoltas del Tren de Carga señor? –preguntó Sandra.

- Un centenar de kilómetros antes de donde empezaremos a colocar la cabeza se habrán separado, se dirigirán a la base para reabastecerse para el camino de regreso hasta sus bases. Desde que el Tren entre en el sistema serán las patrullas de la base las que se ocupen de su protección, sus escoltas se marcharan cuando sean reemplazadas. Pero si no sospechan nada, seguirán su procedimiento habitual para estos casos, se limitaran a formar un arco externo al tren a varios miles de kilómetros de distancia de él -expliqué.

- Y la velocidad del tren señor, aún estando en deceleración será elevada, seguro que podremos hacer eso, me parece muy alta para un Tren de Carga, la verdad –preguntó el Teniente Coronel Samuel.

- Y tienes razón Samuel es excesivamente alta, esos trenes necesitan decelerar con mucha antelación, de hecho para no correr riesgos debería de empezara a hacerlo casi nada más entrar en el sistema y no donde lo hace. Por eso las escoltas le dejaran solo durante ese tramo final quedándose a varios miles de kilómetros, y por eso mismo nosotros vamos a poder hacer esto. Les sucede pocas veces, pero en alguna ocasión alguno de estos trenes se ha desmontado por completo al decelerar tan bruscamente en la fase final de aproximación, saliendo sus cabinas contenedoras cada una en una dirección diferente, igual si fuesen misiles. Pero ese es un riesgo que tenemos que correr, y como digo, les sucede muy pocas veces –expliqué tranquilo, aunque por lo que vi debía de ser el único tras la explicación.

Después de aclarar unos cuantos puntos más, todo el mundo se fue a preparar su parte del cometido en el plan. Nadie menciono el efecto que la cabeza de antimateria tendría en la base y sus consecuencias. En una base de la importancia y tamaño de esa, sería fácil que cuando detonara hubiese a bordo de unas setenta mil, a más de trescientas cincuenta mil almas, contando entre tripulantes de la base y tripulaciones de las naves. Aunque lo normal es que no hubiese tantos como debería de haber, ya que habitualmente gran parte de las tripulaciones estarían sobre el planeta de descanso mientras sus naves son puestas a punto, o llamadas para el servicio. Dependiendo de donde detonara, los daños serian más o menos serios, pero por poco que hiciese, al menos entre un 15 y un 30% aproximadamente  de esa cantidad moriría. Los tres cruceros pesados que eran nuestro objetivo estaban amarrados muy cerca del muelle de descarga que usaban los transportes, con lo que, pasase lo que pasase, esas tres naves estaban condenadas si teníamos éxito y explotaba.

Todo el mundo estaba trabajando a marchas forzadas preparando la nave para mis planes, la infantería de asalto estaban entrenándose para recuperar a sus compañeros, tanto usando los tornos que ingeniería les había instalado, como por ordenes mías expresas, bajarlos a toda velocidad a fuerza de músculos con los portantes de la cabeza. Tras eso debían de realizar un repliegue a toda velocidad al interior de la nave tras dejar perfectamente anclados al casco los tres cables portantes que habrían servido para mantener en su sitio las cabezas. Únicamente se vieron obligados a interrumpir su entrenamiento el quinto día, ya que una patrulla de dos corbetas estuvo rastreando nuestra zona de forma rutinaria, por lo que todos los sistemas fueron dispuestos al mínimo. La cobertura funciono perfectamente y no fuimos detectados.

El séptimo día nos pusimos en marcha, teníamos un total de veintiocho horas para colocarnos en posición, una vez que el tren se acercara, únicamente podríamos hacer pequeños movimientos inerciales para situarnos adecuadamente sin ser detectados. Una vez en posición, cuando el tren pasase sobre nosotros, tomaríamos 2.3sg de impulso máximo, era la parte más arriesgada, pero confiaba en que la propia masa e interferencia del tren nos camuflase de los sensores de la base. Eso nos daría los tres minutos que teníamos para colocar la cabeza en un reducido espacio entre dos cabinas contenedoras concretas, justo las dos que llevaban módulos de antimateria, de ese modo aun en caso de ser detectada la antimateria antes de que este llegase, se tomaría como que alguno de los módulos de las cabinas tenía problemas de estanqueidad y los sistemas de seguridad del modulo estaban controlándolo, ese tipo de fugas era algo fácil de solucionar con Kripmium. Cuando la cabeza detonara, esos mismos módulos podrían ocultar la realidad, si no del todo en caso de una investigación extremadamente concienzuda, si al menos desviar las investigaciones  el tiempo suficiente como para que reaccionasen de inicio y darnos tiempo a salir de allí antes de que nos empezasen a buscar.

Apenas a tres horas de que el tren pasase y con nosotros centrados por completo en ajustar nuestra situación a la ruta que nuestros sistemas nos indicaban que llevaba, vimos para nuestra consternación, que el Crucero Pesado T’nilar salía de la base estelar adquiriendo rápidamente su velocidad de crucero, entrando solo media hora después en el Interespacio, escapando así de nuestras manos.

Registramos su posible ruta, y mientras los demás se ocupaban de situarnos correctamente, me encerré en la sala de reuniones a intentar discernir donde podían haber ido en solitario, ya que según los informes de inteligencia desde hacía seis meses esas tres naves siempre habían salido juntas bajo el mando del Almirante Shrroer’ls, cuya nave insignia era el T’aalgs. El único consuelo es que al menos él no se escaparía, excepto que hubiese cambiado de nave, algo que rarísimamente se hacía entre los Shilrrurs, excepto que una nave más poderosa se adhiriera a la flota asignada a su mando.

Media hora antes de que el tren nos alcanzase el regimiento completo de infantes de asalto con la coronel Samantha a la cabeza tomo posiciones, situando la peligrosísima cabeza de Antimateria anclada sobre el casco y sujeta con los larguísimos cables portantes de ferrocreto de acero Kliss. Todo el mundo en el puente miraba de reojo con gran nerviosismo el bulto que hacia esa cabeza, todos sabían lo que pasaría si en lugar de ser adherida con suavidad al tren, esta chocaba contra él. Cuando el Tren de carga entro sobre nosotros a poco más de setecientos metros de distancia todo el mundo palideció, una simple variación por su parte de una centésima de grado en cualquier dirección y la columna de cabinas contenedores se terminaría estrellando con nosotros al estar tan cerca.

Cuando el punto exacto entro en el radio establecido para iniciarse la operación vimos por los polarizados ventanales, como la infantería se ponía en movimiento con la cabeza de antimateria entre ellos, subiendo rumbo al tren de carga mientras controlaban que no diese bandazos. La cabeza fue colocada sin el menor contratiempo, en exactamente 2:39sg, luego todos los soldados se aferraron a sus cables, usando sus ligeras mochilas de impulsos para propulsarse a máxima velocidad en dirección a nuestra nave y acelerar de ese modo su salida de allí.

Estuvimos a punto de perder a cuatro hombres de los cincuenta al no poder engancharse a tiempo antes de que se iniciase la recogida de los portantes a toda velocidad, pero el resto de sus compañeros se las apañaron para mantenerlos con ellos hasta llegar al casco. El motivo para que todo el regimiento estuviese sobre la cubierta, no era realmente para traerlos hacia la nave, sus mochilas podrían hacerlo sin dificultad junto con los cables, el problema era que un mal cálculo de un grado les haría pasar de largo, y que aún en caso de ir todo correcto, sus mochilas no tendrían capacidad para que evitasen un violento choque contra el casco. Para evitar ese choque es para lo que estaban sus compañeros, cuando les faltasen diez o veinte metros, deberían de usar sus propias mochilas para irles al encuentro en grupos mínimos de tres o cuatro hombres por cada uno, y frenarlos.

La recuperación de los dos escuadrones que colocaron la cabeza supuso una veintena de heridos por contusiones, ya que a la propia inercia de sus compañeros, había que sumar el que la nave se puso en movimiento complicándoles mucho el poder retenerlos de forma eficaz a la primera. Los heridos habían sido principalmente debido a golpes de los cables portantes, el impulso inicial de los comandos cuando se recogían los habían convertido en algunos puntos en látigos que golpearon al alcanzar la nave. Por suerte, el que estuviesen en el espacio en gravedad cero, y los trajes blindados de los soldados les protegieron, evitando que los partiese por la mitad.

Media hora después de que todos los soldados estuviesen dentro, y los heridos en la enfermería, la Coronel Samantha entro en el puente de mando mirando fijamente la pantalla mientras se dirigía hacia mí.

- Misión cumplida señor, hemos tenido veintiocho heridos, que ya están en la enfermería bajo atención, ninguno en peligro –asentí a su informe-. Perdone la pregunta, ¿pero se sabe algo del T’nilar?

- Nada Coronel, todavía no sabemos nada. Supongo que de esta se escapará, pero creo que tengo una posible idea de donde se ha podido marchar…

- ¿Señor? –pregunto ansiosa.

- No se preocupe que no se nos va a escapar, pero primero –señale la pantalla que nos mostraba la gigantesca base estelar- acabemos de ocuparnos de eso y ver cuánto daño hemos causado. Si se encuentra en condiciones, por favor, ocupe su puesto.

- Si señor –ocupó en el acto su puesto de oficial táctico.

Doce tensas horas después, alcanzamos la cara oculta del planeta, previamente en la órbita contraria habíamos dejado un pequeño satélite rastreador dotado con cámaras de gran potencia. Cuarenta y cinco minutos después de estar en la órbita se produjo la detonación de la cabeza de antimateria. Fue el infierno, su potencia destructiva dependía por completo del numero de cabinas contenedoras que hubiesen sido transferidas del tren a la base, contra más cerca estuviese de esta la que contenía la cabeza, más cerca de sus escudos y por tanto más daño haría. Pero por otro lado, si llegaba a la base antes de que detonara, la cabeza seria descubierta en el acto, y si bien no podrían neutralizarla, quizá si tuviesen tiempo para meterla en alguna lanzadera y mandarla en dirección al sol, lejos de donde pudiese hacer daño. Sin contar que con esta opción, toda nave de guerra en el sector se pondría a buscarnos en el acto.

Por el sitio que vimos luego, en la repetición de las grabaciones, que se inicio la detonación, la cabina contenedor debía de estar la cuarta o quinta para su transferencia, casi pegada al límite de los escudos de contención de la base. La explosión desintegro prácticamente una quinta parte de la estación, y dos quintas partes más resultaron devastadas, como en todas estas estaciones, estaban protegidas por poderosos escudos de contención con el fin de aguantar sin desarmarse, los “leves” choques de las naves al amarrar. Además, los módulos de descarga siempre solían estar en unos de sus extremos y con blindajes especiales, en previsión de una deflagración fortuita de material de guerra, pero esas precauciones era pensando en detonaciones de misiles, torpedos, etc, no en antimateria, que era casi imposible que un modulo de ella explotara. Solo en un caso entre un trillón mas o menos, era el cálculo sobre un accidente de ese tipo con ellos. Esos módulos en caso de tener fugas solían explotar al intentar pasar sus naves al Interespacio, pero no mientras te limitases a moverte en el espacio normal, y menos estando como en ese caso inertes al no estar acoplados a ningún sitio, en que la probabilidades de un accidente aún eran infinitamente menores.

Otra consecuencia adicional de la magnitud de la explosión y los daños, es que sacaron de orbita la estación, iniciando un lento pero progresivo descenso hacia el planeta. Los dos cruceros pesados desaparecieron junto con un gran número de naves amarradas en aquella zona. De las ocho principales naves amarradas, uno de los acorazados y cuatro de los cruceros de batalla también habían sido destruidos por completo, de uno de los cruceros solo se veía un negro armazón retorcido, flotando aún unido a los restos de su amarre. Por las imágenes, el acorazado y los dos cruceros de Batalla restantes no podrían ir a ningún sitio, si lograban soltarlos del amasijo de escombros donde estaban, tendrían que remolcarlos a un astillero, y les llevaría meses volver a ponerlos de nuevo en operación.

Según nuestros cálculos aproximadamente treinta naves de guerra habían sido completa y totalmente destruidas, ocho más estaban tan dañadas que si podían sacarlas de los restos de la base antes de que esta cayese, necesitarían meses de astillero para volver a ser operativas, puede que incluso alguna de ellas no mereciese la pena el esfuerzo, dinero y trabajo a invertir debido a los gigantescos daños que se apreciaban.

Solo veinticuatro horas después, la base de desplomó sobre el planeta, provocando una autentica catástrofe. T’rtrra IV donde había estado situada la base, era uno de los planetas con mayor numero de habitantes de todo ese sector, varios miles de millones de seres inteligentes. La base fue a impactar en una zona de alta densidad de población, según las estimaciones que luego se informarían, el desastre provoco cerca de cuarenta millones de muertos y varias decenas de millones más de heridos al caer sobre la cuarta ciudad más poblada del planeta. Una ciudad que tenía aproximadamente antes del impacto unos ciento cincuenta millones de almas.

Tras comprobar la eficacia de la cabeza sobre la base y el fin de esta, di orden de recuperar el satélite e interponiendo el decimosexto planeta entre nosotros y sus sistemas de rastreo, saltar al Interespacio con rumbo al sistema *IS-398 según nuestras cartas, primer punto que establecimos como posible destino del Crucero Pesado T’nilar, que se nos acababa de escapar de entre las manos.

CONTINUARA

*IS (Imperio Shilrrurs). Desde hacía más de trescientos años las cartas de la flota de la Confederación Imperial reflejaban todos los sistemas por nomenclatura numérica. Primero iban las iniciales del estado al que pertenecían, y luego su número de asignación de sistema en ellas, de ese modo se evitaban confusiones de nombres, ya que las distintas razas los llamaban de diferente forma, pero en algunas ocasiones, nombraban del mismo modo sistemas diferentes, siendo poco menos que un caos. Durante todos estos años el sistema ciertamente se había demostrado muy eficaz.

* Tren de Carga. Estos trenes llevan una poderosa nave capaz de arrastrar enormes masa y pesos tras de sí por el Interespacio, controlarlos y manejar su inercia debido a las diferentes tracciones gravitatorias de la estrella, planetas, esteroides, cometas, etc, algo que requería de extraordinaria potencia para ello. Son terroríficamente lentas, pero su capacidad para transporte sería el equivalente a más de cien cargueros hiperpesados. Económicamente solo son rentables si van completamente cargados y no llevan mercancía cuya importancia resida en la velocidad de llegada a sus mercados, restringiendo en mucho su valía. Su principal utilidad es en explotaciones mineras, donde un sistema continuo de Trenes de Carga hacia los principales almacenes de las compañías, anulan por completo esas desventajas de velocidad, al mantenerlos suministrados constantemente realizando viajes de manera periódica. 

      Confederación Imperial Galáctica

                                   Libro 1

              U.E.P. Estrella Oscura - 4

 

 

 

Imperio Shilrrurs

Sistema Estelar IS-435

Zona exterior del sistema

Este era ya el séptimo sistema que visitábamos tras la nave que se nos había escapado. Como en los anteriores, entramos en él por su borde externo, ya que las fuertes distorsiones en los bordes gravitatorios de los sistemas, las fuerzas de repulsión entre estrellas, dificultaban el que nos pudiesen localizar, concediéndonos el tiempo necesario para usar el sistema de encubrimiento o el de cobertura. En este caso volvimos a usar el de cobertura, con nuestros poderosos sistemas de rastreo en modo pasivo, nos pusimos en marcha hacia el interior del sistema en busca de nuestra presa, el Crucero Pesado Shilrrurs, T’nilar.

Llevábamos tras de él una semana entera, el motivo de haber saltado a este sistema estelar concreto era porque hacía dos días que se había unido a la *interdicción que ahora mismo pesaba sobre el sistema T’rtrra. Según las noticias públicas Shilrrurs, un gran cataclismo se había producido en el sistema T’rtrra, lo achacaban a una nave cuyo contenedor de antimateria había estallado al intentar pasar al Interespacio cerca de su gran base espacial. La excusa no estaba mal pensada, en caso de fuga de antimateria los sistemas de seguridad podrían controlarla disipándola de forma inofensiva, excepto en el momento de entrar al Interespacio, por ese motivo toda nave tenia terminantemente prohibido entrar en el cerca de lugares poblados, solo por si acaso se produjese un accidente. Las naves que se moviesen como una flota, ya fuese militar o civil, como precaución, cuando entraban en él, sincronizaban sus movimientos para hacerlo todas ellas a la vez, de este modo un accidente no afectaría a ninguna otra nave. Aún así, un accidente de ese tipo también era algo extrañísimo de que sucediese, nadie jugaba con un modulo o un motor de antimateria, con la mínima advertencia de que algo fuese, o aún solo, “quizá” pudiese ir mal, se paraba todo en el acto, así de en broma se tomaba cualquiera los módulos de antimateria.

Según inteligencia los Shilrrurs estaban investigando que era lo que había podido pasar. Por los informes sus sospechas iban dirigidas hacia los contenedores de antimateria que transportaba el Tren de Carga. Creedme que me desconcertó, porque no lo entendía, esa antimateria estaba inerte, no estaría en “movimiento” dentro de ellos hasta que fuesen instalados en las tripas de alguna nave y sus sistemas fuesen activados para dar energía a una estación espacial. Estuve durante varias horas en la sala de reuniones pensando, releyendo los informes que nos habían transmitido, y nada tenía sentido. La primera sospecha debería de haber ido sobre cualquier nave recién entrada en la base, incluida la tractora del Tren de Carga, y no esos contenedores inertes. Eran como si quisiesen establecer a toda velocidad una tapadera para un accidente en el que fueran culpables, y en este caso parecían no haberlo meditado durante mucho tiempo antes de darla a conocer.

Por fin localizamos el Crucero Pesado T’nilar, permanecía parado entre el cuarto y el tercer planeta del sistema. Durante dos días nos fuimos acercando a él a una velocidad extremadamente reducida, no por temor a ser detectados, sino como precaución adicional, dado su extraño comportamiento. Solo tenía activos sus escudos de navegación. Toda nave, por pequeña que fuese, los llevaba conectados desde el instante en que salía al espacio, este pequeño escudo servía para desviar y proteger las naves de micrometeoros y demás anomalías de poco tamaño que pudiesen impactarlas. Pero sus escudos defensivos permanecían completamente inertes, ni tan siquiera tenía sus sensores a toda potencia ya fuese en modo activo o pasivo, como hubiese sido lo normal.

En esa situación en que el T’nilar estaba, en nuestra actual posición, y con nuestras baterías pesadas de acorazado, hubiésemos podido destruirlo en un instante, solo hubiese sido una andanada, sin darles tiempo para que supiesen que les había pasado antes de morir. El problema es que yo quería saber que estaban tramando, que hacia ese Crucero allí parado de ese modo, junto con el motivo por el que ese sistema había sido puesto bajo una interdicción, en lugar de que el T’nilar hubiese vuelto a toda velocidad a su base en cuanto se conoció la noticia del desastre.

Aún estuvimos parados tras de él durante casi dos días antes de que diese señales de vida. De repente activo sus escudos junto con sus sensores a máxima potencia en modo activo, y se puso en movimiento, de su hangar ventral escupió tres veloces lanzaderas de asalto que empezaron a situar balizas en esa zona del sistema. Mientras el crucero pesado por sus costados empezó a lanzar *satélites de rastreo que encendían sus pequeños motores formando un amplísimo arco, dirigiendo la totalidad de sus instrumentos en dirección al interior del mismo, y no en un radio de 360º como seria lo normal. Enseguida di orden de que nuestros sensores rastreasen manteniendo el modo pasivo todo lo que se dirigiese en aquella dirección desde el lado contrario del sistema. Solo media hora más tarde localizamos la presencia de un asteroide de importantes dimensiones dirigiéndose hacia ese punto concreto.

Para mi sorpresa vi como el T’nilar se situó en una posición un tanto extraña para investigar el asteroide, me dio la impresión que mas que disponerse a investigarlo, se estaba situando en una posición desde la que poder realizar un cómodo ataque contra él y no desde la que interceptarlo para investigar, como parecía dar a entender tanto despliegue de sensores. Mi orden fue clara, todos nuestros sistemas debían de recoger la mayor cantidad posible de datos de lo que allí sucediese, y todos ellos debían de ser concentrados sobre el T’nilar y sobre el asteroide.

Diez horas después el Asteroide entro dentro del amplísimo arco formado por los satélites desplegados por el T’nilar. Justo cuando estaba a escasos segundos de alcanzar el centro exacto de la zona del T’nilar partió un torpedo que fue a impactar sobre el Asteroide. La explosión que se produjo cuando el torpedo lo alcanzó fue brutal, redujo el asteroide a escombros. No me hizo falta ninguna lectura para saber lo que acababa de presenciar, los Shilrrurs acababan de probar en nuestros mismísimos morros un Torpedo con una cabeza de antimateria, por primera vez empezaba a entender la razón de que las investigaciones que hacían sobre lo sucedido con su base espacial me había parecido mas una tapadera que otra cosa. Sin duda sospechaban que alguno de esos torpedos podría haber sido el culpable de la explosión. Hasta la fecha nuestros misiles de Antimateria eran secretos, nadie sabía que teníamos semejante arma, pero parecía que pronto no íbamos a ser los únicos, lo que no era nada bueno para nosotros.

En esos momento tenía un nuevo problema entre manos, podía destruir el T’nilar sin problemas, excepto por el hecho de que había como medio centenar de satélites de rastreo entre nosotros y si lo destruía ellos serian más que capaces de descubrir el Estrella Oscura. Tras la destrucción del asteroide, los sistemas de rastreo de los satélites habían pasado automáticamente a modo 360º al desaparecer su objetivo, con lo que suponían un problema, sobretodo por su concentración tan cerca nuestro. A la distancia que estábamos, eran los suficientes, y lo suficientemente juntos, como para que si nos movíamos solo un metro pudiesen localizarnos, o al menos conseguir algunos datos muy extraños en nuestra ubicación, haciendo que el Crucero Pesado no dudase ni un instante en investigarlo. Estábamos metidos en una trampa.

- ¿Peter? –Llamé

- ¿Señor?

- ¿Qué opinas, podríamos movernos?

- Esos satélites nos detectarían casi en el acto.

- ¿Las baterías de defensa y los cañones principales?

- Podemos cargar los acumuladores de las baterías principales y tenerlos todos listos, pero recomiendo hacerlo lentamente, muy lentamente, y solo dispondríamos de esos disparos sin ser descubiertos, si mantuviésemos la segunda fuente de energía a máxima potencia correríamos un serio riesgo de que detectasen algún tipo de alteración. Los cañones repulsores de defensa están ya operativos y listos para usarse, sus bobinas magnéticas con las reservas de energía están completamente operativas, disponemos de unos 100 o 120 disparos por cada uno, antes de tener que volver a suministrarles.

- ¿Recomendación para la batería principal?

- Ahora mismo la fuente “A” esta al 100%, la “B” está funcionando al 24%, si la subimos al 28% no creo que tuviésemos nada de qué preocuparnos. Tardaríamos en cargar por completo las baterías principales unas tres horas para que no nos detectasen.

- ¿Tanto tiempo?

- Si señor, el problema principal, es que deberemos de ser muy cuidadosos con ello, para evitar hacer picos energéticos ante sus sensores. Si no tomamos precauciones y nos la jugamos solo serán unos diez minutos máximos.

- Adelante con todas las precauciones, pero estar listos por si tuviésemos que cargarlos a máxima potencia rápidamente en caso de ser descubiertos.

- Eso no sería problema señor, seria subir el “B” al 100%, conectar el “C” también a máxima potencia, activar los escudos y cargar los cañones en menos de dos segundos, el Estrella Oscura operando a plena potencia energética es capaz de eso y de más sin problemas, además el pico de subida de energía al estar las tres fuentes al máximo de repente de ese modo, quizá los confundiese lo bastante como para que no tuviesen claro que habían detectado, pero es muy arriesgado poner el “B” y el “C” al máximo de esa forma. El riesgo de que volemos por los aires junto con la mitad de este sistema al hacer eso es muy alto, la resonancia Armónica entre las fuentes seria brutal.

- Bien, adelante Peter, ocúpate de ello, poco a poco, pero ten la última opción a mano por si acaso.

- Si señor.

Lo peor de todo esto, es que el dichoso Crucero Pesado seguía inmóvil otra vez, y justo en todo el medio del arco de satélites, sobre los restos del Asteroide. Suponía que estaba tomando muestras del mismo, pero hasta que no se moviese de allí y se largase del sistema, nosotros seguiríamos atrapados. Estaba empezando a ponerme nervioso con tanta tardanza. Mi siguiente orden fue ver cómo podríamos intentar derivar usando la leve atracción gravitatoria del planeta más cercano para alejarnos de allí arrastrados por su inercia. Sabía que si eso no funcionaba nuestra siguiente opción sería aún más complicada, deberíamos de destruir en un solo golpe el suficiente número de satélites como para que sus sensores no fuesen capaces de atravesar nuestro sistema de cobertura, pero esa última opción dependía de que ese Crucero Pesado se marchase.

La deriva no funcionó, la idea consistía en evitar que los sistemas de la nave hiciesen las compensaciones magnéticas para mantener la posición, y usar la escasa atracción que el planeta ejercía sobre nosotros, para deslizarnos hasta alguna de las dos *corriente de partículas no perpetuas que habíamos detectado, para nos arrastrase fuera de esa zona. Desgraciadamente ninguna de las dos nos resulto útil, o lo suficientemente fuerte como para poder hacerlo. Tras el fracaso, di órdenes de empezar a considerar ideas sobre cómo destruir esos satélites de un solo golpe con nuestros recursos disponibles. Tenía una idea que me había estado rondando, de modo que consulté.

- Coronel Samantha.

- ¿Señor?

- ¿Podrían sus hombres encargarse de colocar cargas en esos satélites?

- Están muy lejos, nuestras mochilas no tendrían autonomía para llevarnos y traernos.

- Si, eso lo sé, pero si hiciesen un puente con ellas, un grupo de Asalto por cada satélite. Eso serian cinco mochilas propulsoras, incorporando cada hombre del puente su propio peso en tanques auxiliares de oxigeno para que puedan aguantar hasta que los recogiésemos, tanto ellos como sus compañeros. ¿Sería factible?

- Es muy arriesgado, pero si, podríamos hacerlo, si no con todos, al menos quizá con dos terceras partes de ellos, los más cercanos a nosotros, pero duplicaría el número de efectivos por satélite, con diez hombres disminuiríamos riesgos.

- Señor, creo que eso no será necesario –dijo mi primer oficial.

- ¿Sandra? –volví de inmediato mi cabeza hacia ella.

- El T’nilar acaba de desplegar sus tres lanzaderas, y están recogiendo los satélites de rastreo. Concretamente dos de ellas se están encargando de los satélites mientras que la tercera recupera las balizas de situación que colocaron como referencias para sus sensores.

- Señor, el T’nilar está preparándose para saltar al Interespacio en cuanto recupere esas lanzaderas, esta maniobrando y poniendo sus motores de antimateria en línea –me dijo la coronel Samantha.

- Bien, ¿han trasmitido algún mensaje o señal? –pregunté.

- No señor, no hemos detectado comunicación alguna desde el Crucero.

- Bien, Samantha, quiero que en cuanto esas tres lanzaderas estén dentro del T’nilar, abras fuego sobre él con las tres baterías principales, fija una sobre su sistema de comunicaciones. Intenta un golpe directo con las otras dos, pero bajo ningún concepto quiero que dejes de abrir fuego sobre él si no lo destruimos a la primera, usa también los cañones de defensa e incluso los cohetes si están dentro de rango, dales con todo lo que puedas. Tampoco aceptamos rendición ninguna por su parte, ¿está claro?.

- Si señor, muy claro, pero si le parece bien, preparare también cuatro torpedos cuánticos por si son necesarios –asintió la Coronel Samantha.

- Me parece perfecto Samantha, pero usa los torpedos solo como último extremo, preferiría que no dejasemos atrás firma identificable alguna.

Estuvimos viendo como las tres lanzaderas necesitaron realizar dos viajes para terminar de recoger todos los satélites y balizas de posicionamiento. Nada más empezar a cerrarse las compuertas del hangar ventral del Crucero Pesado, éste se puso en marcha. Empezó a tomar velocidad poco a poco, entonces resulto alcanzado por tres impactos devastadores sobre él: uno destrozo por completo todo el sistema de transmisiones de la nave, dejándola incomunicada, otro penetro en diagonal entre las aún abiertas compuertas del hangar ventral, penetrando profundamente en su interior, creando un autentico caos y dañando de muerte la nave.

Pero el definitivo, el tercer impacto, fue sobre los motores de antimateria en el momento en que estos empezaban a crear el campo necesario para pasar al Interespacio, solo diez segundos después de ese último, la nave se desintegro en una gigantesca bola de fuego, creada por el campo de antimateria al implosionar de manera descontrolada, y alimentado por los sistemas de seguridad de modulo energético al soltar también la antimateria de este para evitar un autentico cataclismo en el sistema. Tras apagarse la pequeña estrella solo segundos después, no quedaban rastros de la existencia de un Crucero Pesado de nombre T’nilar.

Di orden inmediata de saltar al Interespacio en dirección a la Confederación Imperial, concretamente de nuevo al sistema estelar C.I.G. 6534. Necesitaba un sistema deshabitado dentro de nuestras fronteras para enviar la información obtenida del T’nilar y esperar nuevas órdenes. Nuestra misión estaba más que cumplida, los tres Cruceros Pesados que atacaron nuestras rutas del 10º cuadrante habían sido destruidos sin que imaginasen siquiera lo que había pasado realmente, y el Imperio Shilrrurs, tras la destrucción de su principal base en nuestras fronteras, estaba lejos de ser una amenaza en esos momentos. Estaba satisfecho porque desde luego no haría falta entrar en una guerra preventiva con ellos, pero las pruebas de esos torpedos eran otro asunto muy diferente, y estaba convencido de que aún nos quedaba trabajo por hacer al respecto.

Llegamos a nuestro destino tres días después, establecimos de nuevo el sistema de cobertura y transmitimos todos los datos de nuestra misión directamente al Represor, tras ello di ordenes al Teniente Coronel Samuel Rodríguez, mi oficial de inteligencia, que preparase todos los datos necesarios para implantar una nueva nave en el sistema de encubrimiento, quedándose con la boca abierta de par en par al escuchar su nombre. Solo un minuto después de decírselo, y sin darle tiempo a preguntar nada, recibimos una comunicación prioritaria en la que nos pidieron nuestra posición, a los diez segundos escasos de haberla enviado, recibimos la orden de permanecer quietos hasta que se volviesen a poner en contacto con nosotros. Dos horas más tarde, el Represor se comunico con nosotros para indicarnos que venía a nuestro encuentro. Su alteza imperial quería que usase la lanzadera y estuviese “solo con ella” para presentarme ante él cuando llegara, transmitiéndonos la hora estimada.

Cuando el Represor entro en el sistema con sus escoltas, solo encontraron en el sistema el rastro de una pequeña lanzadera de asalto que parecía estar esperándoles. Desde mí puesto de copiloto vi como la inmensa mole de la nave se acercaba hacia nosotros a toda velocidad seguida por sus escoltas, que solo unos tres mil kilómetros antes de alcanzarnos empezaron a desplegarse. Recibimos órdenes de entrar al represor por uno de los hangares laterales de la nave, dándonos una ruta exacta para que lo hiciésemos. Mi piloto maniobro con sumo cuidado, mientras yo por la ventana observaba como las baterías de defensa puntual de la nave seguían todos y cada uno de nuestros movimientos, sabía que un solo metro fuera del curso trazado para nosotros y estaríamos muertos.

Nada más aterrizar fui conducido por miembros de la guardia imperial a los aposentos privados de su Alteza Imperial. Cuando entre me lo encontré sentado en su mesa y mirando atentamente su pantalla. Levanto la cabeza, haciéndome una seña para que entrase y tomara asiento. Solo un par de minutos después de haberme sentado se dirigió a mí.

- Una misión espléndidamente ejecutada Carl, aunque sinceramente hubiese preferido que la última parte de la misma no se hubiese desarrollado de este modo. Así que están probando un Torpedo de Antimateria… -dijo mientras se recostaba en el asiento.

- Si señor, su potencia es muchísimo menor que la de nuestros misiles, pero lo que vimos explotar contra el asteroide fue sin duda una cabeza de Antimateria.

- Estoy de acuerdo contigo, totalmente. Sin embargo hay algunos expertos que dicen que es imposible crear una cabeza de ese tamaño sin que sea inestable y tremendamente peligrosa. ¿Qué opinas?.

- Que puede que tangan razón, pero eso no significa que no lo estén intentando.

- Ya veo, opinas igual que yo, creo que es un riesgo que de ser cierto han decidido asumir, o bien, lo que sería peor, han encontrado el modo de sortearlo. En cualquier caso es un autentico problema en toda regla.

- ¿Señor?.

- Vamos Carl, aquí no hace falta que te muevas con pies de plomo y lo sabes. No me pongas esas caras –terminó.

- Lo siento señor, supongo que aún me intimida un poco –vi como se echo a reír de nuevo al escucharme-. Pero tiene razón, es un serio problema, no podemos permitirnos que tengan semejante arma en sus manos.

- Exactamente, es excesivamente peligroso para nosotros. Inteligencia está buscando su procedencia, aunque dentro de un margen muy estrecho, ya que solo hay tres posibles ubicaciones en su Imperio. Ese tipo de arma solo se pude crear en el espacio y necesitan un tipo muy especifico de instalaciones, lo que acota en mucho la búsqueda.

Se inclino sobre su mesa, tecleo unos segundos y apareció un mapa tridimensional del imperio Shilrrurs con tres puntitos rojos parpadeantes. Me levante junto con su alteza, poniéndonos delante del mapa, mirando atentamente la situación de cada uno de ellos.

- Alteza, es imposible, no puede pretender que destruyamos los tres. Uno tal vez, incluso dos seguidos sería muy comprometido, pero los tres... –deje la frase colgada meneando la cabeza.

- Lo sé, no te preocupes que no quiero eso. Uno de esos tres puntos es la fábrica de esos torpedos, o los laboratorios en que los están investigando, que tanto me da. Quiero que establezcas un curso de acción para cada uno de ellos, y en cuanto inteligencia nos proporcione el punto preciso, deberás destruirlo.

- Entiendo, no creo que sea muy difícil de realizar con ninguno de los tres, sin embargo una vez destruido no creo que los Shilrrurs vayan a permanecer ociosos. Muchas coincidencias sobre lo mismo en un cortísimo espacio de tiempo, sospecharan que no es algo natural.

- Ya, también lo sé, demasiados accidentes juntos. La base espacial, el Crucero y el Laboratorio, cualquiera sospecharía en el acto. Sobre todo alguien perteneciente al ejército, eso de ver enemigos cometiendo sabotajes en cuanto algo es extraño es automático en cualquiera de cualquier ejército, sea de la raza que sea –admitió su Alteza.

- Entonces quizá debamos de crearles antes un estado de sicosis con todo esto –dije tanteando.

- ¿En qué has pensado?, y no te andes por las ramas que te veo venir con alguna idea rara –me dijo sonriendo.

- En resucitar un viejo fantasma Shilrrurs, el K’torga –dije con una sonrisa siniestra.

- Si esa nave reaparece se van a volver locos, es muy peligroso –su alteza de su asiento al escuchar mi propuesta.

- Lo sé, conozco la historia del K’torga, también que desapareció un buen día sin que se supiese nada mas de él -dije sonriendo irónico, lo que provocó una carcajada en su Alteza.

- Cierto, cierto, y desde luego eres un cacho cabròn Carl, pero no sé, esa resurrección podría ser muy peligrosa. Hace más de 100 años que desapareció, su reaparición tras los últimos incidentes…  podríamos provocar una guerra civil… y no creo que eso nos convenga -dijo dubitativo.

- Alteza, si el K’torga aparece se centraran en nosotros y distraeremos sus fuerzas, atacaremos a lo largo de todo su imperio, no nos centraremos en ningún sitio concreto.

- Carl, es un riesgo muy elevado, en cuanto se corra la noticia toda la flota Shilrrurs se pondrá de inmediato de caza. Cierto que eso te favorecerá a la hora de tener que destruir tu objetivo, sea el que sea de esos tres, pero no deja de ser un riesgo muy importante de crear una guerra civil, y más aún contra mayor tiempo tardemos en darte la información que necesitas para destruir tu objetivo.

- Aún así Alteza, me gustaría intentarlo, con su permiso. Creo que sería posible evitar esa guerra si nos ciñésemos a zonas “normales” para el K’torga en su imperio –dije seguro de mí.

- De acuerdo, hazlo a tu manera, puedes acceder a toda la información, pero sobre todo no corráis riesgos innecesarios, sabes que la Estrella Oscura es útil mientras no se conozcan sus capacidades. Ten mucho cuidado con lo que haces –recomendó.

- No se preocupe Alteza, lo tendremos –dije poniéndome firme.

- Bien, te transmitiré tus órdenes con mi autorización, puedes regresar a tu nave, en cuanto la lanzadera abandone el Represor partiremos. Buena suerte –dijo levantándose y estrechándome la mano.

Treinta minutos después veía desde mi asiento en la lanzadera, como el Represor y sus escoltas partían del sistema a toda velocidad. De inmediato nos pusimos en rumbo hacia el Estrella Oscura, que se encontraba muy cerca, usando su Cobertura para que el Represor y sus escoltas no lo localizasen, tal y como insinuó su alteza al enviarme las instrucciones para la cita. Nada mas embarcar en la nave, di ordenes de ponernos en marcha al instante con rumbo al imperio Shilrrurs, directos al sistema estelar T’rtrra. Lo primero que quería comprobar, es que estaba pasando exactamente allí con la interdicción que habían declarado, era un riesgo pero lo consideré necesario.

CONTINUARA

*Interdicción: Una Interdicción sobre un sistema estelar por parte de cualquier gobierno, supone la prohibición total y estricta de entrada en él por parte de cualquier nave no autorizada bajo pena máxima. Cualquier nave que la infringe es destruida y sus tripulantes ejecutados, sean de donde sean estos.

*satélites de rastreo: En realidad se trata de sondas autopropulsadas, aunque a diferencia de estas que solo pueden mantenerse en movimiento, las incorrectamente denominadas satélites, son capaces de permanecer estáticas incluso en medio del espacio, o manteniendo un modelo orbital, en torno a cualquier cuerpo celeste por sí mismas.

*Corriente de partículas: Son grupos de partículas en un movimiento continuo, creado y alimentado por las fuerzas gravitatorias de las estrellas, y que solo paran cuando se interpone en su camino algún cuerpo celeste. Esos caminos son capaces de arrastrar tras de sí una nave que no disponga de ningún impulso, exactamente igual que en un planeta lo haría una corriente marina con un barco. Hasta el momento no se sabe cómo se crean estas corrientes, pero todas las denominadas “corrientes perpetuas” están perfectamente cartografiadas en los mapas estelares. Sin embargo las espontáneas, llamadas “no perpetuas”, son imprevisibles, peligrosas, apareciendo y desapareciendo constantemente.

 

 

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              U.E.P. Estrella Oscura - 5

 

Orbita exterior del Planeta T’rtrra XVI

Sistema T’rtrra (I.S. 596)

Zona bajo Interdicción Total

Imperio Shilrrurs

Entramos directos a ocupar nuestra anterior posición en la cara oculta del planeta T’rtrra XVI, conectando de inmediato el sistema de cobertura para protegernos. Nuestros sensores empezaron a trabajar a máxima potencia en forma pasiva, también desplegamos un satélite sensor en la cara visible del planeta. Detectamos aproximadamente cerca de dos centenares de naves de combate de todo tipo en el sistema, incluyendo diez poderosos acorazados y más de una veintena de Cruceros de Batalla, así como una docena de corbetas de exploración con sus poderosísimos sensores, vimos como estaban haciendo un rastreo sistemático de todo el sistema con ellos.

Solo una hora después de haber conseguido todos estos datos di orden de recuperar el satélite y volver a saltar al Interespacio para salir de allí cuanto antes, esas corbetas de exploración eran un riesgo muy elevado para nosotros, especialmente cuando parecían dirigirse poco a poco hacia nuestra posición con su rastreo. Tras ello saltamos a un sistema estelar deshabitado para preparar nuestra nueva misión, una vez que llegamos y conectamos el sistema de cobertura requerí a mis oficiales superiores para una reunión.

- Bien, nuestra misión actual ha sido modificada, deberemos de destruir el lugar donde fabrican los torpedos de antimateria en cuanto inteligencia nos facilite su localización, hasta entonces, vamos a crear el caos en el imperio Shilrrurs... El K'torga reaparecerá de nuevo... -dije con malicia.

- ¡¡¡Ostias!!! -exclamó dando un largo silbido el teniente Coronel Samuel-, menudo jaleo que se va a liar.

- ¿Nos mandaran los datos técnicos de esa nave señor?, lo cierto es que no se mucho de ella -dijo el Teniente Coronel Peter.

- En un par de horas tendrás todos los datos que poseemos de ella a tu disposición, afortunadamente tenemos tanto los datos públicos como muchos datos secretos.

- Perdón señor, pero, ¿qué nave es esa?, no la conozco -preguntó la Coronel Samantha.

- El K'torga era un Crucero de Línea Shilrrurs, era la joya de la corona de su flota hace unos ciento treinta años, hacía de nave insignia y de transporte para su familia gobernante. Cuando estalló la guerra civil, esa nave fue la que más daños causó a los rebeldes, de hecho, su desaparición repentina con el núcleo duro de la familia real a bordo, fue lo que provocó que los rebeldes triunfasen haciéndose con el poder -expliqué.

- ¿Y tan malo sería su reaparición? -preguntó Samantha.

- Pese a todos estos años, aún no está muy consolidado el cambio de gobierno, les cuesta. Los Shilrrurs tienen un sistema de gobierno un tanto peculiar, está basado en castas, honor y familias. La reaparición del K'torga podría alterar muchísimo la situación política, que es justo lo que pretendo con ello, ya que aún existen miembros vivos de la antigua familia real, aunque caídos en desgracia, junto con muchos simpatizantes con ellos.

- ¿Cual es el plan señor? -preguntó mi segunda.

- Vamos a atacar las rutas comerciales de los antiguos planetas rebeldes en la zona leal al K’torga, haremos que reaparezca y se comporte como si la guerra civil aún siguiese. Preparen algunas simulaciones sobre las rutas de su Imperio, quiero presas.

- Entiendo -dijo mi segunda.

- Bueno, todos a su trabajo, quiero que todo esté listo para empezar a movernos en un máximo de cinco días.

Estábamos en el sistema I.S. 898, orbitando el segundo planeta. La tripulación llevaba un ritmo de trabajo frenético. Lo que ninguno de los miembros de mi equipo sabia, es que fui yo mismo quien encontró los restos del K’torga hacia unos años, ordenando su alteza que permaneciese en secreto, gracias a ello teníamos tanta información de él como los propios Shilrrurs. No se había hecho público el hallazgo, es más, todo rastro de él había sido concienzudamente eliminado de los archivos, y la zona debidamente protegida, en su momento se considero que podría ser algo útil en algún momento para poder usar contra los Shilrrurs, y parecía, que ese momento había llegado, aunque no creo que nadie pensase en este modo de usar el descubrimiento.

Estaba muy tranquilo en la sala de reuniones, trazando las zonas donde pensaba que atacáramos primero cuando entro a verme la coronel Samantha.

- Señor, ¿podemos hablar un momento?

- Claro Coronel, dígame –le hice señas de que se sentase.

- Gracias señor, creo que tengo una idea para mejorar la aparición del K’torga, creo que podríamos hacer una entrada mucho más espectacular.

- Adelante, explíquese, por favor –le alenté.

- Si señor, -se levantó inclinándose sobre mi consola para desplegar un mapa tridimensional del Imperio Shilrrurs-, aquí está el sitio perfecto, estuve estudiando diversos informes de inteligencia sobre movimientos de naves Shilrrurs, y un ataque en este sistema sería perfecto señor –dijo sonriendo.

- Es una buena opción, pero tiene ciertos problemas Coronel, ya lo pensé yo también -señale un punto dentro del sistema que me mostraba-, ese es el problema, justo ese punto. Esa estación de control es el problema, mientras este en esa posición controlando todos los sensores del sistema nos será imposible intentar nada. Los sensores que controla nos descubrirían antes de poder hacer nada, y además, el blanco más apetecible es precisamente la estación.

- De eso se trata señor, si saliésemos justo aquí –señalo otro punto cercano a un asteroide de hielo que orbitaba alrededor de su estrella- no nos detectarían. Si nos mantenemos junto a él, protegidos en su estela, nos acercaríamos a esa base de control lo suficiente para mí y mis hombres –dejo la idea colgando, mirándome mientras yo la analizaba.

- ¿Tiempo estimado? –pregunté.

- Tres minutos para llegar y uno más para tomarla, en total cuatro minutos, hasta un margen viable de cinco máximo. Señor, estoy segura de que funcionaria –intentó convencerme.

- Si, si que podría funcionar, es factible, muy ajustado, pero factible. Pero deberá de asegurarse de lograrlo Coronel, si falla no podremos recuperarlos, es un viaje donde solo el éxito sirve, no habrá retirada, si fallan estarán todos muertos y nosotros con serios problemas.

- Lo sé señor, la ventaja que tenemos es que somos un regimiento completo, pienso usar tres de las compañías para poder atacar por todas las escotillas a la vez, eso impedirá que puedan defenderse.

- Lo sé, es la opción más obvia, asegurarse una superioridad numérica aplastante, pero sabe cuál es el principal problema de hacerlo de ese modo, ¿verdad?

- Si señor, que nos disparemos entre nosotros, pero también lo he pensado, -sonriéndome ladinamente- hablé con el señor Peter, nos está adaptando unos cuantos sensores para prácticas, intentaremos que sean al menos uno por cada dos hombres.

Acepté su plan, y me sorprendió favorablemente, el uso de esos sensores era una idea brillante de verdad. Se solían usar para indicar cuándo se hacía blanco en el contrario durante los entrenamientos de combate, pero debidamente modificados, podían servir para indicarte si a quien estabas apuntando tenía un receptor en su frecuencia o no, lo que lo convertía en un aliado que al menos obligaría a mirar antes de disparar. La idea era obvia, tomar la base de control de los sensores del sistema y usarla en contra de los Shilrrurs.

Todo ese sector Shilrrurs estaba junto a una gigantesca nebulosa que producía serias interferencias con los elementos de navegación de las naves, por lo que en ese sistema establecieron un punto de control y reorientación por balizas. Toda nave que tenía que atravesar la nébula, salía en ese sistema que junto a algunos otros adyacentes a ella contaba con una red de balizas de posición que permitían navegar con seguridad. Existían tres de estas bases rodeando la nébula, la perdida de una de ellas no sería grave, mientras las otras dos siguiesen operativas no habría problema, pero sin duda sí que daría un importante toque de atención sobre los dirigentes Shilrrurs.

Aparte de esto, tenía también mis propias ideas al respecto una vez que tomáramos la instalación. El K’torga fue construido en una época donde las principales armas de las naves únicamente podían disparar hacia adelante, exactamente igual que las que llevaba la Estrella Oscura, aunque en nuestro caso aún con esa limitación, nos permitían un numero de grados de puntería. En el caso del K’torga esto fue así por las tácticas de la época, en el de nuestra nave, por meras cuestiones de diseño y eficacia para sus sistemas especiales. Cuando encontramos el verdadero K’torga, pudimos extraer casi todo lo que guardaba en sus núcleos de memoria, lo reclame y su alteza fue tan amable de enviármelo todo. Hacía tres días que estaba estudiándolo detenidamente, encontrando cosas realmente interesantes.

Cuando por fin nos pusimos en marcha, el plan había variado sustancialmente, pensábamos entrar con el sistema de encubrimiento, haciéndonos pasar por el K’torga, ahora sin embargo, lo haríamos con el sistema de Cobertura. Entraríamos en una posición tras el asteroide que nos ocultaría de sus sensores, pero en lugar de camuflarnos en la cola, nos situaríamos delante suyo, con el fin de que su propia masa nos protegiese de los sensores del centro de control. Seria todo un desafío para los ordenadores de la nave, ya que tendrían que usarse casi al 100% para que el sistema de cobertura funcionase a la perfección para lo que pretendía que hiciésemos.

Cuando entramos en el sistema, logramos alcanzar nuestra posición sin el menor contratiempo. El sistema estaba funcionando a pleno rendimiento, con los ordenadores tuvimos problemas, debimos de redirigir varios de ellos para que también operasen con el sistema a fin de evitar ser detectados, lo que creo incomodidades, como por ejemplo la climatización de la nave o la misma gravedad, que debió de ser reducida a ¾ partes de lo habitual, sin contar con la desconexión también de los sistemas de defensa puntuales para que sus ordenadores hiciesen de apoyo…, estábamos corriendo un riesgo superior al que habíamos previsto, pero una vez en posición, no nos quedaba otra opción que seguir adelante.

El asalto fue todo un éxito, logramos apoderarnos de la pequeña base sin que pudiesen dar la alerta sobre nuestra presencia, lamentablemente no podíamos permitirnos prisioneros, de modo que no hubo cuartel, todos terminaron muertos. Nuestros técnicos abordaron la base en la lanzadera de asalto, ocupándose de extraer toda la información que contenían sus ordenadores. Se lanzo un garfio de sujeción entre nuestra nave y la estación, mediante el cual y gracias a sus mochilas propulsoras, los soldados de asalto pudieron regresar de un modo rápido y bastante seguro.

Cuando por fin logramos toda la información posible, nos retiramos a una distancia prudencial, modificando nuestra apariencia. Lentamente el sistema de encubrimiento fue entrando en acción, cuando por fin apareció envolviéndonos la imagen tridimensional del K’torga, conectamos con los ordenadores de la estación, transmitimos una señal de alarma, pero sin especificar lo que sucedía. Tras esto di órdenes de disparar una salva de torpedos estándar que no dejaban firma significativa, usando para ello nuestros cuatro tubos, segundos después, hacían impacto en la base, provocando su deflagración.

Usando nuestros propios ordenadores, rastreamos el sistema con los propios sensores Shilrrurs en busca de las naves que sin duda acudirían ante tan extraño aviso. Sabíamos por los ordenadores de la base, que en el sistema como guarnición había dos destructores, de vez en cuando, durante unos días incluso se les unía también un crucero ligero, aunque según los datos hacia dos días que partió hacia su base. Usando lo propios sensores de los Shilrrurs localizamos las naves que venían a comprobar que sucedía, para nuestra más que desagradable sorpresa, con los dos Destructores venia también un Crucero de Batalla, lo que nos planteaba una buen dilema, atacar y correr un gran riesgo, o retirarnos aprovechando que aún estábamos a tiempo de poder saltar al Interespacio sin ser detectados.

Me decidí por atacarles, después de todo teníamos una importante ventaja sobre ellos, y era que gracias a los códigos de acceso a sus sensores, nosotros podíamos usarlos para detectarles, pero ellos no si se servían de ellos, habíamos hecho que todos los sensores del sistema nos ignorasen. A toda velocidad trazamos un curso que como la vez anterior, nos metiese directamente tras el asteroide, justo en su estela, ya que su camino le llevaría directo a un rumbo de interceptación sobre las tres naves de guerra Shilrrurs. El mayor peligro es que alguien en esas naves notara que los sensores desplegados en el sistema no funcionaban correctamente, decidiendo usar los de sus propias naves a plena potencia, y no como hasta el momento, en modo pasivo. Si seguían confiando en los datos de los sensores esparcidos por todo el sistema, por nuestro rumbo actual siguiendo la estela del asteroide, no deberíamos de tener problemas con esas naves, nos verían cuando ya fuese demasiado tarde.

Solo un minuto antes de entrar en rango de disparo di orden de zafarrancho de combate, todo el mundo ocupó sus puestos. Una vez que entráramos en rango abandonaríamos la protección del asteroide, entonces tendríamos que ser muy rápidos, nuestras tres baterías deberían de abrir fuego, concentrándolo por completo sobre el Crucero de Batalla, los cuatro tubos debían de disparar sus torpedos sobre los dos destructores, repartiéndoselos, y a la vez, nuestros escudos debían de desplegarse a máxima potencia. Todo esto requería de una gran precisión y rapidez de ejecución, ya que suponía tener las tres fuentes de energía trabajando a la vez al 100%, lo que únicamente podíamos hacer durante cinco minutos sin estar prácticamente muertos.

Realmente la Estrella Oscura no tenía nada que hacer contra un Crucero de Batalla, salvo que atacásemos primero y por sorpresa, pillándoles completamente desprevenidos. En este caso, a pesar de que iban camino de una base que emitió una alerta, el comandante de esa flotilla se había visto envuelto en una paradoja que se estudiaba en todas las academias militares de la galaxia. Toda nave espacial tiene un punto débil, el mismo en todos los casos, sea cual sea la raza que construyo la nave, y es la energía que la planta de potencia puede suministrar. Una nave de guerra a velocidad de crucero es capaz de usar sus sensores en modo activo, de cargar sus armas y emplear sus escudos al máximo de intensidad, sin embargo, a máxima velocidad, no, la planta no da para ello.

A máxima velocidad no se tiene energía para todo, y lo que más energía requiere aparte de los motores, son precisamente los escudos. Era posible llevar los escudos sobre un 40% si descargabas las armas por completo, pero eso te dejaba indefenso al llegar al destino, lo usual era pasar a velocidad de crucero cuando se estuviese cerca, con el fin de entrar en el área de riesgo con todo a pleno rendimiento. Otra ventaja, era que el Crucero de Batalla era una nave de ultimísima generación, mientras que los destructores eran de un modelo prácticamente obsoleto, lo que significaba que en este caso sus velocidades máximas eran muy similares, las tres naves irían con los escudos al mínimo, sin ellos o al menos muy bajos, en todo caso serian insuficientes para enfrentarse a nuestras armas. Lo normal hubiese sido que los destructores al ser mucho más veloces y tener que ir más lentos por el Crucero, gastasen menos energía yendo casi a velocidad de crucero, lo que haría que llevasen sus escudos casi al máximo y sus armas cargadas, pero afortunadamente en este caso no era asi.

Todo se iba a decidir en un minuto escaso. Nada más salir de detrás del Asteroide, el oficial táctico, la Coronel Samantha, abrió fuego contra el Crucero de Batalla Shilrrurs con nuestras tres baterías, concentrando el fuego sobre el lugar donde se encontraba su sección de mando y control de la nave, a la vez, solo dos segundos después, cuatro torpedos partían al encuentro de los dos destructores, repartió dos para cada uno. El Crucero de Batalla jamás se entero de lo que estaba pasando, nuestras tres baterías de acorazado literalmente lo partieron por la mitad, por los daños que pudimos apreciar al impactar contra él, directamente no debía de llevar los escudos conectados, esperaba destruirlo con la segunda andanada y no así de fácil, enseguida di ordenes de que nuestra artillería se fijase en los destructores, de uno en uno.

Uno de los Destructores, cuando recibió el impacto de los dos torpedos, empezó a sufrir lo que parecían un elevado número de explosiones internas, mientras que el otro tuvo tiempo de elevar sus escudos lo suficiente como para no recibir daños críticos como su compañero. En este último fue en el que se fijaron los tres gigantescos cañones que portábamos, la andanada lo reventó literalmente, los torpedos habían causado los suficientes daños como para que el escudo no estuviese al 100% de operatividad, lo que le resulto fatal. El segundo Destructor recibió cuatro nuevos torpedos en salva, la andanada lo hizo saltar también por los aires, desintegrándolo practicamente. Solo un minuto después de haber empezado, de las tres naves Shilrrurs solo quedaban los restos.

Mientras todo esto sucedía, el Teniente Coronel Samuel, hizo que uno de las sondas de sensores de los Shilrrurs más cercanas a nosotros enviase en modo abierto un mensaje codificado en dirección a lo más profundo de su imperio, el mensaje informaba del regreso del K’torga, acompañándole de una bonita reclamación del poder para los herederos del legitimo monarca de imperio Shilrrurs, tras ello salimos a toda velocidad de ese sistema, al que mucho me temía que acudirían todas las naves de guerra de la zona. La codificación procedía de los bancos de datos que encontramos en los ordenadores del verdadero K’torga. Una particularidad del sistema de encubrimiento, es que era capaz de imitar cualquier firma, tanto para los motores, como para las armas de energía, y si bien, no admitiría una investigación a fondo esa falsificación, por el contrario, sí que hacía imposible encontrar nuestra propia firma en cualquiera de ambos rastros, en este caso solo esperaba que no fueran muy rigurosos, ya que cualquier rastro de los torpedos, si que llevaría la firma de procedencia de la confederación Imperial, pese a ser del tipo estándar, de mas difícil identificación.

Una semana después estábamos esperando tras una luna, nuestro sistema de encubrimiento estaba en funcionamiento, de nuevo éramos el K’torga y nuestro objetivo era un pequeño transporte Shilrrurs, concretamente el crucero pesado que llevaban de escolta. Conocíamos su ruta, con una precisión de un centenar de kilómetros, nos encontrábamos en una de las zonas más transitadas y seguras del imperio Shilrrurs, por lo que contaba con que el Crucero no llevase sus escudos, o por lo menos, no conectados al máximo al estar en zona “segura”.  Efectivamente, cuando se coloco a nuestro alcance abandonamos por sorpresa la protección de la luna, haciéndonos visibles, nuestra primera andanada causo daños gravísimos en el Crucero, veinte segundos después, la segunda andanada lo redujo a escombros.

Los diez cargueros que escoltaban se dispersaron para intentar escapar, durante cuatro minutos exactos estuvimos abriendo fuego contra ellos, mandando continuamente consignas, acusándoles de ser traidores a los verdaderos señores del Imperio. Cuatro de los cargueros fueron destrozados, dos más seriamente dañados y los otros cuatro, sufrieron algunos daños, pero nada que les impidiese escapar al Interespacio. Tras eso, saltamos también al Interespacio, dejando allí a los dos cargueros intentando sobrevivir hasta que recibiesen ayuda. Por lo que más tarde informo inteligencia, los cuatro cargueros que escaparon emitieron llamadas de socorro para sus compañeros por banda abierta, la reaparición del K’torga se extendió por todo el Imperio Shilrrurs a la velocidad de la luz, que era justo lo que habíamos pretendido con ese último ataque.

Durante las tres semanas siguientes, estuvimos por la zona central del Imperio Shilrrurs, habíamos vuelto a atacar en tres nuevas ocasiones. Dos fragatas, una corbeta y ocho cargueros pesados habían sido destruidos por el K’torga, una gran nave de pasajeros también había recibido nuestra visita, había sido obligada a lanzar todas sus capsulas de escape, y luego volada por los cañones del K’torga ante los atónitos ojos de más de 14000 pasajeros y tripulantes.

En este último ataque tuve un mal presentimiento, y únicamente realizamos un microsalto al interior del sistema, quedando al otro lado de su estrella, tras la cara opuesta al mismo del segundo planeta. Retiramos en encubrimiento y usamos al instante la cobertura. Tan solo segundos después de haber terminado el cambio de sistema, llegaron patrullas Shilrrurs desde todas direcciones, arrastrando tras de ellos traían a remolque unidades generadoras de campos gravitatorios, de haber intentado la huida en cualquier dirección, habríamos sido sacados del Interespacio por esos generadores. Por sus huellas y las características de esas unidades, debían de proceder de los sistemas adyacentes, debían de haber hecho un micro salto de borde de sistema a borde de sistema.

Para pasar de un sistema estelar a otro, puede parecer que se puede saltar por cualquier sitio, pero en realidad no es así, el Interespacio te arrastra, se cree que debido a los campos gravitatorios de las estrellas de los sistemas, por unos caminos determinados por los que se cruza estos de un extremo a otro, en este caso de el sistema en el que estábamos, por narices, todos los caminos de salida, seis en total, nos llevaban a los sistemas colindantes debido a la cercanía entre ellos, y no a los grandes vacios de gravedad que en realidad era por donde se navegaba cuando usábamos el espacio intermedio. Observe como cada uno de los seis grupos que entraron, se componía al menos de dos Acorazados, o en su defecto de cinco Cruceros de Batalla, como centro de cada flotilla, todas las naves que podíamos detectar, eran de última generación. La conclusión ante esta clarísima trampa fue obvia, de algún modo y pese a nuestro intento de hacer ataques aleatorios, habíamos creado algún tipo de patrón que habían podido seguir.

Cuando todo termino, y las naves terminaron de hacer un rastreo del sistema, di orden de partir hacia un sistema deshabitado cercano a nuestra propia frontera. Di instrucciones a Sandra y a Samantha de que revisaran nuestros últimos movimientos en busca de algún patrón en nuestro comportamiento, por leve o improbable que pudiese parecer. Para mi sorpresa, tuve que esperar dos días antes de que las dos quisiesen hablar conmigo, aprovechamos ese tiempo para hacer una pequeña revisión de los sistemas de la nave. Cuando por fin me pidieron una reunión para que escuchase sus conclusiones:

- Señor lo tenemos, lamentamos haber tardado tanto, pero nos ha costado verlo porque lo teníamos delante de las narices todo el tiempo -dijo Sandra nada más sentarnos en la sala de reuniones.

- Si, lo cierto es que hemos sido un poco estúpidos, nuestro fallo era de lo más obvio -apostilló la Coronel Samantha.

- Bien, soy todo oídos, adelante -vi que iba a ser Samantha quien lo explicase.

- Es muy simple señor, vera -dijo poniéndose en pie disponiendo de un mapa tridimensional del Imperio Shilrrurs-. Fíjese en la zona que marco -vi como una amplia zona del centro del Imperio cambiaba de color-, todos esos sectores, son los que aún eran leales a la familia real cuando el K’torga desapareció. En nuestro afán por dar verosimilitud a su reaparición, nos hemos circunscrito a ella para todos nuestros saltos y ataques, en parte también para evitar una posible guerra civil entre ellos.

- Ya veo, cuando le pedimos al ordenador que encontrase lugares probables dentro de los datos facilitados por inteligencia, e introducimos en el los parámetros de búsqueda que queríamos, solo nos facilitó blancos en la zona leal al K’torga y con unas características demasiado especificas. Muy bien, es indudable que eso crea una pauta y que muy listos no hemos demostrado ser -admití.

- Señor, hay otra cosa -dijo Sandra-, creo que mientras buscábamos nuestro patrón, hemos encontrado nuestro blanco primario por accidente. Creemos saber donde están investigando esos torpedos de antimateria -di un respingo al escucharla.

- Adelante -respondí ansioso.

- Vera señor, en realidad fue Samantha quien lo descubrió. Estuvimos testeando todos los posibles blancos que entraban dentro de nuestras prioridades, intentando encontrar alguna pauta en la forma en que el ordenador nos había facilitado su prioridad según los parámetros que le marcamos. Samantha se dio cuenta mientras lo hacíamos de determinados envíos destinados a una de las tres posibles opciones que nos marco inteligencia, este es el listado de suministros según inteligencia -me paso a mi monitor una bonita colección de datos.

No dije nada, me puse a estudiarlo ante la atenta mirada de las dos mujeres. Ciertamente había un buen numero de suministros que no tenían sentido de acuerdo con lo que inteligencia suponía que se hacía en esa base de investigación. Si en cambio suponíamos que allí era donde se investigaban y construían los prototipos de esos torpedos, entonces, todos y cada uno de esos envíos cobraban sentido. Viendo esos datos, sabía que mis dos oficiales habían encontrado lo que inteligencia estaba buscando desesperadamente, pero como ya lo hablamos su alteza y yo, no podíamos errar con el lugar, el ataque solo funcionaria en el lugar correcto, si fallábamos podía ser un completo desastre.

- Bien -levante la cabeza, mirándolas fijamente a las dos-, personalmente creo que tenéis toda la razón, y por mí, daría orden de inmediato de ponernos en marcha. El problema es que no podemos fallar, nuestro primer y único ataque debe de realizarse sobre el sitio preciso. El fallar nos traería mas perjuicios, que beneficios el destruir su instalación. Mandare todos vuestros datos y consultaré, podéis retiraros, descansad un poco las dos, venga -dije haciéndoles una seña para que se fuesen s sus cámaras a descansar.

Envié un comunicado ultra comprimido de alta prioridad para su alteza, después de eso, solo quedo esperar a que nos contestase por el mismo medio. El problema de ese sistema es que se enviaba directamente sobre un determinado enlace militar de comunicaciones dentro de la Confederación Imperial, en el se incluía nuestra posición exacta a fin de que pudiesen enviarnos una respuesta. Si algún sistema detector enemigo estaba por medio, podía capturar el mensaje en gran parte, decodificarlo era otro cantar, pero si lo lograban y los poderosos ordenadores podrían llegar a hacerlo de contar con suficientes interceptaciones, suponía que cualquier nave que mandase uno les daba su posición exacta, convirtiéndose en presas fáciles, por ese motivo era algo que solo se usaba en caso de extrema gravedad, eso dentro de la Confederación, fuera de nuestras fronteras, solo se hacía como último recurso. Todo esto sin contar, con que el propio mensaje ya de por sí, señalaba en una dirección de llegada que podía usarse para extrapolar una posible zona de ubicación, más o menos amplia.

Recibí la contestación por la misma vía, cuando la leí llame a mis dos oficiales a la sala de reuniones:

- Bien, ya recibimos contestación. Según inteligencia en uno de los otros dos laboratorios también reciben este tipo de suministros, aunque de lo que si están completamente seguros, es que por una parte, esa investigación solo se lleva a cabo en un lugar, y por otra de que piensan que hay algún fallo de diseño en esos torpedos, directamente les señalan como responsables de los dos "accidentes".

- Lo que quiere decir que inteligencia espera que un aumento considerable en los envíos de determinados elementos le marque cual de las dos bases de investigación es -concluyó la Coronel Samantha.

- El problema es que no sabemos lo que pueden tardar en ello, primero tendrían que apuntar hacia determinado sitio para pedir un alto número de recambios -dije.

- Si sospechasen por ejemplo de los sistemas de guía de los torpedos, entonces pedirían sistemas nuevos para todos los que tengan seria simple, ese suministro repentino para todos sus torpedos de defensa nos daría el laboratorio, pero podrían decidir que es algo que no fuese tan fácil de detectar, por ejemplo un determinado chip, un circuito o algo por el estilo -repuso Sandra, en ese instante un segundo mensaje de Inteligencia fue enviado a mi consola.

- Si, me parece una tontería, además, no sabemos lo que podrían tardar en culpar a algo, podrían incluso intentar rehacer todo el trabajo con lo que tienen a su disposición, o en el caso por ejemplo del sistema de guía, simplemente desmontarlo y probarlos a la antigua usanza, apuntando y disparando de forma directa -añadió la Coronel Samantha.

- Exactamente, es tal y como decís, pero sin embargo en algo si tiene razón inteligencia, los propios suministros nos darán la solución, en este caso, vosotras tenéis razón, acertasteis en vuestras conclusiones, ese es el laboratorio, me lo acaba de confirmar inteligencia ahora mismo-dije sonriéndolas.

- ¿De verdad? -no pudo evitar preguntar al Coronel Samantha-, perdón señor.

- No se preocupe. Si, acaban de hacerlo, en los datos que me pasasteis había algo extraño, y pedí a su alteza que se ocupase de que inteligencia lo comprobase con nuestros propios científicos. Debido al diseño de sus torpedos, solo existe un modelo en el que podrían introducir una cabeza de antimateria.

- Pero señor, eso solo seria especulación, quizá ellos lo hacen de otro modo, o emplean cabezas más pequeñas que nosotros -dijo Sandra.

- No, el quid de la cuestión es la prueba que vimos, en esos datos estaba la respuesta. La cantidad de Antimateria requerida para esa deflagración hace que sea físicamente imposible meterla en la cabeza de un torpedo estándar Shilrrurs, solo existe un modelo capaz de albergarlo, y eso sufriendo serias modificaciones, un torpedo de instrucción, y esa base, ha recibido bastantes de ellos desde los arsenales en los últimos años -dije sonriendo.

- Jajajajajajajajajaja -se empezó a reír Sandra tras mirar rápidamente en los listados que me dieron las dos sobre envíos sospechosos al laboratorio-, ni me di cuenta de ello señor. Ciertamente, ¿para qué demonios va a querer una base de investigación, torpedos de instrucción, cuando estos solo los usan en las academias, los Shilrrurs para los entrenamientos en sus bases, o naves de guerra, siempre usan los de verdad, no como nosotros que si los empleamos -la Coronel Samantha se dio una palmada en la frente al escuchar a Sandra, maldiciendo por lo bajo.

- Exacto, era tan obvio que nadie lo vio, todo el mundo tenía en mente nuestro modo de hacer las cosas.

- Salvo usted señor -repuso Sandra.

- No, para nada, fuisteis vosotras quienes me llevasteis a pensar en ello. Conozco el tamaño de nuestras cabezas de Antimateria, y también el tamaño de sus torpedos estándar, de modo que sospeche enseguida de ese envió de material de entrenamiento, mas cuando me di cuenta que ellos no lo usan del mismo modo que nosotros. Y ahora, tenemos vía libre para proceder con esa base.

Tras terminar la reunión di orden de saltar de inmediato al borde exterior del sistema estelar donde se encontraba la base de investigación. Nada más entrar dispusimos el sistema de cobertura de inmediato, de seguido ordene el rastreo pasivo de todo el sistema, algo que nos llevaría como mínimo un par de días, y desde luego, no me arrepentí de haberlo hecho. El barrido nos dio la situación exacta de todo lo que flotaba en el sistema estelar, evidentemente son excepciones obvias, como ciertas zonas tras las caras ocultas de los planetas y lunas del mismo.

Por suerte y como es habitual en este tipo de instalaciones para mejorar su seguridad, evitando además curiosos, el sistema estaba deshabitado. Junto con la base de investigación detectamos la presencia en sus inmediaciones de dos Corbetas, tres Fragatas y dos Cruceros Pesados, más que suficiente como para conseguir tiempo de que llegasen refuerzos para la base en caso de ataque. Me sonreí para mi mismo, debido a los ataques del K’torga y al estar este sistema dentro de la zona "leal", habían decidido concentrar las naves de protección junto a la base, lo que consideraba un error que me venía muy bien, sobre todo en el caso de las dos corbetas de exploración con sus poderosos sensores. Nuestros sistemas detectaron que en todas ellas, incluida la propia base, mantenían sus escudos entre el 30% y el 50% de operatividad. Junto a la base se encontraba algo que me preocupo, sendas plataformas defensivas erizadas de cañones de energía y dueñas de potentísimos escudos situados al 100% de operatividad.

El gasto de energía en todo esto era ingente, y el castigo para los sistemas de energía por su uso constante debía de ser terrible. Nosotros por ejemplo, mientras estábamos como ahora, operando con los sistemas a toda potencia, para evitar sobrecargas, alternábamos las fuentes de energía cada cierto tiempo. En el caso de las plataformas, un comandante sensato, de querer mantener los escudos a ese nivel, mantendría las armas descargadas, habida cuenta de que desde que una nave entrase al sistema, hasta que se pudiese poner a tiro de la base, daría tiempo de sobra para que pudiesen recargar las armas por completo. Las naves por lo que observamos, variaban la intensidad de los escudos cada cierto tiempo sin pasar nunca del 50%, lo que indicaba que sus armas si debían de mantenerse completamente cargadas en todo momento.

Tenía una opción clara de ataque contra la base científica, su gran y poderoso sistema defensivo tenía un punto débil que nosotros podíamos ser capaces de aprovechar, bajo ciertas circunstancias. Decidí esperar una semana para conocer si las escoltas se guiaban por algún tipo de pauta determinada, algo que me sería muy necesario conocer. En ese tiempo para mi disgusto por un lado, y alegría por otro, las dos corbetas partieron del sistema, siendo reemplazadas por tres destructores de última hornada. Eso hacía que su escolta ganase en capacidad de operación, pero a cambio, perdían en capacidad de detección al perder esas dos corbetas de exploración con sus poderosos sensores de búsqueda activa, de lo que me alegre profundamente, ya que de desplegarlas nos habría puesto en un serio aprieto.

Di la orden de movernos despacio, con ruta de intercepción hacia el gigante gaseoso donde orbitaba la base de investigación. Quería acercarme por la cara opuesta y después dejar que la propia velocidad orbital nos situase en posición de disparo contra la base. Íbamos a ir muy, muy, muy justos, y por varios motivos. El plan era un autentico encaje de bolillos.

Cuando llegamos a nuestra posición hice retirar la cobertura para recuperar el encubrimiento como el K’torga, después di una orden que hizo que todos los presentes en el puente de mando palidecieran al comprender el riesgo que íbamos a correr. La Estrella Oscura disponía de cuatro tubos de torpedos, ordene cargar un Misil de Antimateria en cada uno de ellos. Los torpedos llevaban propulsión inercial y eran lanzados mediante raíles repulsores, los misiles no. Solo uno de los cuatro tubos estaba preparado para el uso de ambos de forma consecutiva, en los otros tres, tendrían que ser retirados los raíles. Después de disparar los misiles por ellos estos alcanzarían temperaturas cercanas al punto de fusión de sus materiales, por lo que habría que dejar enfriar los tubos antes de volver a montar los raíles y tenerlos nuevamente operativos, solo el tubo especial era capaz de soportar algo semejante, al ser de diferente material, y continuar luego operativo.

Tan solo unos treinta segundos antes de quedar al descubierto di orden de poner todos los sistemas al máximo y conectar las tres fuentes de energía a máxima potencia. Nada más aparecer por el horizonte del planeta di la orden de atacar, disparamos los cuatro misiles contra la base de investigación, y las baterías principales contra uno de los dos Cruceros Pesados, concretamente contra el que tenia los escudos a mayor potencia, y aun así, solo al 45%. Tras el impacto de nuestros cañones, empezó a escorarse y a caer lentamente hacía el planeta, solo segundos después empezó a soltar capsulas de escape en dirección al espacio, ya que el planeta no era habitable.

El segundo Crucero Pesado, los Destructores y las Fragatas, dispararon contra nosotros, pero únicamente el Crucero estaba en condiciones de poder alcanzarnos, el resto de los disparos se perdieron en la atmosfera gaseosa del planeta, desviados por la gravedad. Volvimos a disparar una nueva andanada de las baterías principales, esta vez contra el Segundo Crucero, después de eso hice que realizásemos un micro salto que había mandado programar. Logramos hacerlo justo unos pocos segundos antes de que tres de los cuatro misiles impactaran contra la base, el cuarto fue derribado por el fuego de cobertura realizado por una de las fragatas.

Cuando emergimos de nuevo en la parte exterior del sistema, di orden de poner nuestros escanees en modo activo y recoger todos los datos posibles sobre el resultado de nuestro ataque. Por lo que descubrimos con nuestros sensores, ninguna de las naves había sobrevivido a la explosión de los misiles, de la base no quedaba ni rastro, pero lo peor era el planeta, parecía haber erupciones a lo largo de toda su superficie y su atmosfera parecía estar en llamas, sin duda encendida por la explosión de Antimateria al encontrarse tan cerca de ella. Antes de volver a saltar al Interespacio, envié de nuevo un mensaje ultra comprimido para su alteza con todos los registros de los sensores y un pequeño informe del hecho en sí.

Cuando una semana después regresamos a la Confederación Imperial tras realizar varios saltos aleatorios por sistemas deshabitados Shilrrurs para asegurarnos que no habíamos sido detectados, recibimos órdenes de regresar a la base-deposito de Mar-Sajan para reabastecernos de todo lo que necesitásemos, incluidos nuevos misiles de Antimateria y retirar el cuerpo del que usamos su cabeza al principio. Según instrucciones de su Alteza, el Estrella Oscura volvía a estar de servicio permanente con la tripulación actual, manteniendo la asignación de todos los presentes a la nave.

El Imperio Shilrrurs sufrió varias revueltas importantes debido a la reaparición del K’torga. Inteligencia calculó que la frontera quedó asegurada durante al menos una década, tanto los actuales problemas internos del Imperio, como la ausencia de bases importantes cerca de nuestra frontera, mantendría alejadas las aspiraciones Shilrrurs sobre territorios de nuestra pertenencia durante un periodo más que respetable de tiempo.

Aunque ofrecí la posibilidad de que cualquier miembro de la tripulación pudiese pedir destino tras nuestra misión, nadie la acepto, incluyendo los Marines de Asalto, que según comentario de la Coronel Samantha, por encima del Estrella Oscura como destino más apetecible solo se encontraba el “Represor”, y de la seguridad en este se ocupaban agentes de “La Guadaña”, puesto que eran la escolta y protección de su Alteza Imperial, lo que ya no lo hacía tan apetecible.

FIN

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El Salvaje - 14

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El Salvaje - 10

El Salvaje - 9

El Salvaje - 8

El Salvaje - 7

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Eloy y Marisa - 12

Eloy y Marisa - 11

Eloy y Marisa - 10

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Rubén - 12

Rubén - 11

Rubén - 10

Rubén - 9

Rubén - 8

Rubén - 7

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Decisiones - 11

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Decisiones - 9

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Un clavo saca a otro clavo - 11 (Final)

Un clavo saca a otro clavo - 10

Un clavo saca a otro clavo - 9

Un clavo saca a otro clavo - 8

Un clavo saca a otro clavo - 7

Un clavo saca a otro clavo - 6

Un clavo saca a otro clavo - 5

Un clavo saca a otro clavo - 4

Un clavo saca a otro clavo - 3

Un clavo saca a otro clavo - 2

Un clavo saca a otro clavo - 1

Crónicas de Vhaalzord - Libro 20 - 5 (Final)

Crónicas de Vhaalzord - Libro 20 - 4

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Alex - 12 (Final)

Alex - 11

Alex - 10

Alex - 9

Alex - 8

Alex - 7

Alex - 6

Alex - 5

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Alex - 3

Alex - 2

Alex - 1

Crónicas de Vhaalzord - Libro 19 - 5 (final)

Crónicas de Vhaalzord - Libro 19 - 4

Crónicas de Vhaalzord - Libro 19 - 3

Crónicas de Vhaalzord - Libro 19 - 2

Crónicas de Vhaalzord - Libro 19 - 1

La Teniente - 11 (final)

La Teniente - 10

La Teniente - 9

La Teniente - 8

La Teniente - 7

La Teniente - 6

La Teniente - 5

La Teniente - 4

La Teniente - 3

La Teniente - 2

La Teniente - 1

Crónicas de Vhaalzord - Libro 18 - 5 (final)

Crónicas de Vhaalzord - Libro 18 - 4

Crónicas de Vhaalzord - Libro 18 - 3

Crónicas de Vhaalzord - Libro 18 - 2

Crónicas de Vhaalzord - Libro 18 - 1

Enmendando un error - 8 (final)

Confederación Imperial Galáctica - Libro 2

Enmendando un error - 7

Enmendando un error - 6

Enmendando un error - 5

Enmendando un error - 4

Enmendando un error - 3

Enmendando un error - 2

Enmendando un error - 1

Crónicas de Vhaalzord - Libro 17 - 5 (final)

Crónicas de Vhaalzord - Libro 17 - 4

Crónicas de Vhaalzord - Libro 17 - 3

Crónicas de Vhaalzord - Libro 17 - 2

Crónicas de Vhaalzord - Libro 17 - 1

El adivino - 7 (final)

El adivino - 6

El adivino - 5

El adivino - 4

El adivino - 3

El adivino - 2

El adivino - 1

Crónicas de Vhaalzord - Libro 16 - 5 (final)

Crónicas de Vhaalzord - Libro 16 - 4

Crónicas de Vhaalzord - Libro 16 - 3

Crónicas de Vhaalzord - Libro 16 - 2

Crónicas de Vhaalzord - Libro 16 - 1

El tamaño importa - 11 (Final)

El tamaño importa - 10

El tamaño importa - 9

El tamaño importa - 8

El tamaño importa - 7

El tamaño importa - 6

El tamaño importa - 5

El tamaño importa - 4

El tamaño importa - 3

El tamaño importa - 2

El tamaño importa - 1

Crónicas de Vhaalzord - Libro 15 - 5 (Final)

Crónicas de Vhaalzord - Libro 15 - 4

Crónicas de Vhaalzord - Libro 15 - 3

Crónicas de Vhaalzord - Libro 15 - 2

Crónicas de Vhaalzord - Libro 15 - 1

Atracción Mutua - 7 (Final)

Atracción Mutua - 6

Atracción Mutua - 5

Atracción Mutua - 4

Atracción Mutua - 3

Atracción Mutua - 2

Atracción Mutua - 1

Crónicas de Vhaalzord - Libro 14 - 5 (Final)

Crónicas de Vhaalzord - Libro 14 - 4

Crónicas de Vhaalzord - Libro 14 - 3

Crónicas de Vhaalzord - Libro 14 - 2

Crónicas de Vhaalzord - Libro 14 - 1

Diomedeidae - 9 (final)

Diomedeidae - 8

Diomedeidae - 7

Diomedeidae - 6

Diomedeidae - 5

Diomedeidae - 4

Diomedeidae - 3

Diomedeidae - 2

Diomedeidae - 1

Crónicas de Vhaalzord - Libro 13 - 5 (Final)

Con los ojos del alma - 5 (Final)

Con los ojos del alma - 4

Crónicas de Vhaalzord - Libro 13 - 4

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Crónicas de Vhaalzord - Libro 13 - 2

Con los ojos del alma - 2

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Crónicas de Vhaalzord - Libro 13 - 1

Crónicas de Vhaalzord - Libro 12 - 5 (Final)

Crónicas de Vhaalzord - Libro 12 - 4

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Mi historia con mi novia - 8 (Final)

Mi historia con mi novia - 7

Mi historia con mi novia - 6

Mi historia con mi novia - 5

Mi historia con mi novia - 4

Mi historia con mi novia - 3

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Crónicas de Vhaalzord - Libro 11 - 5 (Final)

Crónicas de Vhaalzord - Libro 11 - 4

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Crónicas de Vhaalzord - Libro 11 - 2

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El Veneciano - 7 (Fin)

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Tiempo de libertad 10

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Tiempo de libertad 8

Tiempo de libertad 7

Tiempo de libertad 6

Tiempo de libertad 5

Tiempo de libertad 4

Tiempo de libertad 3

Tiempo de libertad 2

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Crónicas de Vhaalzord - Libro 9 - 5 - (Fin)

Crónicas de Vhaalzord - Libro 9 - 4

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Crónicas de Vhaalzord - Libro 8 - 3

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Nuestro destino 6 - (Fin)

Nuestro destino 5

Nuestro destino 4

Nuestro destino 3

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Mi chica quince 10 - (Fin)

Nuestro destino 1

Mi chica quince 9

Mi chica quince 8

Mi chica quince 7

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Hasta el día de hoy 66 - Epilogo

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Crónicas de Vhaalzord - Libro 7 - 5 (final)

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Crónicas de Vhaalzord - Libro 7 - 3

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Crónicas de Vhaalzord - Libro 6 - 4

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Crónicas de Vhaalzord - Libro 5 - 5 (Final)

Crónicas de Vhaalzord - Libro 5 – 4

Crónicas de Vhaalzord - Libro 5 - 3

Crónicas de Vhaalzord - Libro 5 - 2

Crónicas de Vhaalzord - Libro 5 - 1

Laura - 9 - (Fin)

Laura - 8

Laura - 7

Laura - 6

Laura - 5

Laura - 4

Laura - 3

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Timidez - 5 - (final)

Timidez - 4

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Timidez - 2

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Crónicas de Vhaalzord - Libro 4 - 1

Crónicas de Vhaalzord - Libro 3 - 5 (final)

Crónicas de Vhaalzord - Libro 3 - 4

Crónicas de Vhaalzord - Libro 3 - 3

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Crónicas de Vhaalzord - Libro 1 - 3

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¿Por qué a mí? – 5 – Final

¿Por qué a mí? - 4

¿Por qué a mí? – 3

¿Por qué a mí? - 1

¿Por qué a mí? – 2

Hasta el día de hoy 65 - Fin

Hasta el día de hoy 64

Hasta el día de hoy 63

Hasta el día de hoy 62

Hasta el día de hoy 61

Hasta el día de hoy 60

Hasta el día de hoy 59

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Hasta el día de hoy 52

Hasta el día de hoy 51

Hasta el día de hoy 50

Hasta el día de hoy 49

Hasta el día de hoy 48

Hasta el día de hoy 47

Sombras del Pasado 13 – Final

Hasta el día de hoy 46

Sombras del Pasado 12

Hasta el día de hoy 45

Sombras del Pasado 11

Sombras del Pasado 10

Hasta el día de hoy 44

Hasta el día de hoy 43

Sombras del Pasado 9

Sombras del Pasado 8

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Hasta el día de hoy 40

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Sombras del Pasado 3

Hasta el día de hoy 36

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Hasta el día de hoy 30

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Hasta el día de hoy 28

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Hasta el día de hoy 23

Hasta el dia de hoy 22

Hasta el día de hoy 20

Hasta el día de hoy 21

Hasta el día de hoy 18

Hasta el día de hoy 19

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Veinte días - 3

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Veinte días - 2

Hasta el dia de hoy 16

Veinte días - 1

Hasta el dia de hoy 15

Rehaciendo mi vida 7 - Mirando hacia el futuro

Rehaciendo mi vida 6 - Los motivos de Ainoa

Rehaciendo mi vida 5 - Sombras del pasado

Hasta el dia de hoy 14

Rehaciendo mi vida 4 - Recibiendo señales...

Rehaciendo mi vida 3 - Mi jefa, el iceberg

Rehaciendo mi vida 1 – La puta de mi novia

Rehaciendo mi vida 2 - La Dama de las Nieves

Hasta el dia de hoy 13

Hasta el dia de hoy 12

Hasta el dia de hoy 11

Hasta el día de hoy 10

Hasta el dia de hoy 9

Un balonazo en los testiculos

Hasta el día de hoy 8

Hasta el dia de hoy 7

Hasta el dia de hoy 6

Hasta el dia de hoy 5

Hasta el dia de hoy 4

Hasta el dia de hoy 3

La falta de comunicación 3

Hasta el dia de hoy 2

La falta de comunicación 2

La falta de comunicación 1

Hasta el dia de hoy 1

Cuando los deseos se hacen realidad

Mi lado oscuro 6

Mi lado oscuro 5

Mi lado oscuro 4

Mi lado oscuro 3

Mi lado oscuro 2

Mi lado oscuro 1

Mala suerte 4

Mala suerte 3

Mala suerte 2

Mala suerte