CRONICAS DE VHAALZORD
Libro - 7
Capitulo- 4
Estuvimos en la ciudad tres días mas descansando, parece que el pequeño inconveniente que tuvimos el primer día cuando entramos a beber en aquel local sirvió para que nos dejasen en paz. Por muy inocentes que pareciéramos los cuatro habíamos demostrado que con nosotros juegos, los justitos, y si puede ser ninguno, mejor todavía.
Una circunstancia chocante es que las tres eran Guerreras Talkinq, y las tres estaban orgullosas de vestirse como tal, el haberse tenido que "disfrazar" con otras ropas para ellas era... casi como un insulto o poco menos. Eso sí, sin embargo hicieron abundante compra de ropa, joyas y objetos varios en los días que estuvimos allí, si no hicieron una mayor inversión fue porque las llame rápidamente a capitulo al ver el ritmo que empezaban a coger en las tiendas recordándolas que estábamos de viaje, que si continuaban comprando así tendrían que usar los caballos solo para cargar y nos retrasaríamos mucho. Prefiero no comentar nada acerca del modo de mirarme las tres tras mi diatriba... preferí pasarlo por alto para tenerla en paz.
A ver, no digo que compraran mucho, lo que compraron prácticamente no hizo excesivo bulto o supuso mucho más peso para los caballos, pero para estar de viaje y teniendo que ir lo más ligeros posible... pues que queréis que os diga, se les fue la mano un pelín en mi modesta opinión. Sinceramente, durante el periodo que estuvimos en la ciudad, las tres me parecieron las tres mucho más mujeres y mucho menos guerreras de lo que ninguna sería capaz de admitir ante nadie, y yo no iba a ser el que dijera ni media palabra al respecto, que conste.
Cuando nos volvimos a poner en marcha se notaba el descanso que habíamos tomado, digamos que llevábamos mucho más brío. Teníamos dos opciones para llegar a la ciudad portuaria a la que íbamos, una siguiendo el camino principal y otra tomando uno de los caminos que atravesaba las mismas, decidí ir empezando a consultar que hacer con Dhi y las chicas para que se fueran empezando a acostumbrar las tres a ir tomando decisiones. El problema era que si bien el camino principal era con mucho el más seguro en todos los aspectos, daba un rodeo impresionante ya que cruzaba las montañas por un valle bastante alejado de allí, lo que suponía mucho tiempo, casi de cuatro a seis días para llegar al valle dependiendo de cómo se nos diera, y claro, después se podría decir que había que retroceder casi otros tantos días por el otro lado de las montañas para tomar el camino que llevaba a nuestro destino.
El otro camino que iba atraves de las montañas era muchísimo mas rápido en distancia y tiempo, pero al atravesar las montañas era mucho más lento en el paso de deberíamos llevar, sin contar con que era fácil que en ellas hubiera amigos de lo ajeno o gente desagradable que se las conocerían como la palma de la mano mientras que nosotros no. Desde donde estábamos hasta llegar al otro lado de las montañas en el camino principal había varias guarniciones de soldados para proteger el comercio del reino, mientras que en las montañas no había nadie... No hacía falta ser muy listo para saber que en uno iríamos tranquilos aunque tardaríamos mas, y por el otro era fácil que tuviéramos problemas aunque a la larga tardáramos menos... la decisión de las tres fue la que esperaba, a cruzar las montañas que era más rápido y si alguien se ponía en medio las tres opinaban que peor para quien lo hiciera...
Efectivamente, tuvimos problemas en las montañas... prácticamente nada más entrar en ellas nos quisieron robar. Llevábamos apenas un día en el camino cuando aparecieron los primeros problemas en forma de ladrones, querían que les diéramos todo lo que llevábamos... sinceramente los seis individuos que nos interceptaron me dieron más pena que otra cosa. Ni Dhi ni yo llegamos a movernos, Dhilmia y Vhalara se encargaron de los seis en un instante. Cada una se encargo de dos usando dagas Khlomn y de otro más usando sus respectivas espadas... los seis quedaron tendidos en el camino en cuestión de segundos, no creo ni que supieran quien era el que les estaba matando. Dhilmia y Vhalara se bajaron de sus caballos, recuperaron sus dagas Khlomn y continuamos viaje dejando allí tirados a los seis fallidos atracadores.
Me gustaría poder decir que solo fue ese pequeño contratiempo el que sufrimos en las montañas, pero no, todavía tuvimos un encuentro serio antes de salir de ellas con rumbo a nuestro destino. Por un lado no me hizo la menor gracia tomar este camino porque sabía que habría problemas, y cualquiera podría salir herido o algo peor en un descuido, o por accidente. Lo cierto es que hubiese preferido tomar el camino más largo e ir con tranquilidad, pero por otro lado, me alegre del camino tomado y de los problemas que tuvimos, ya que Dhilmia y Vhalara pudieron demostrarme la eficacia de sus respectivos entrenamientos... Lo cierto es que los cuatro formábamos un grupo de cuidado, podríamos decir que éramos como para echarnos de comer aparte.
Estábamos apunto ya de salir de las montañas cuando tuvimos nuestro último problema, y además serio. Nos ataco una banda de forajidos compuesta por más de una treintena de hombres y mujeres... Nos salieron al paso una decena de bandidos dándonos el alto... evidentemente nos vimos obligados a parar. Pensé que ninguna de las tres se había dado cuenta del verdadero problema en el que nos hallábamos, pero para mi sorpresa las tres me demostraron que no era así ni mucho menos. Vhalara extendió un escudo de protección a nuestro alrededor en cuestión de un segundo mientras convocaba después cuatro lobos de las montañas a los que ordeno atacar a los jinetes que teníamos enfrente... eso evito que nos atacaran, bastante tenían con controlar sus caballos debido a los lobos.
Cayeron varias flechas que el escudo repelió, en segundos otra decena mas de hombres y mujeres llegaron corriendo para caer sobre nosotros, Dhi y Dhilmia se hicieron cargo de ellos, con movimientos rápidos y precisos se metieron entre ellos acuchillándolos con sus espadas sin la menor piedad... todos quedaron tendidos en el suelo en menos de veinte segundos. Yo me limite a tomar el control del escudo de Vhalara anclándolo también a mi poder, asegurándome de esa forma de que no la drenara y usase mi fuente interior, liberándola de ese modo para que empleara conjuros ofensivos contra los bandidos, empleo dardos mágicos para derribar los arqueros que nos habían disparado...
Después de "liberar" a Vhalara de mantener el escudo por sí sola, fui bastante menos sutil que ella con mi magia... emplee poderosos haces de fuego para ir calcinando a los bandidos... Algunos intentaron emprender la huida viendo cómo iba la cosa, entonces Vhalara por propia iniciativa convoco diez lobos mas enviándolos tras los fugitivos con la orden de acabar con ellos. Por mi parte convoque también media docena de Lobos Espectrales uniéndolos a los lobos de Vhalara en su persecución... después continúe con la sana idea de encargarme de los escasos bandidos que no podían huir, vana intención, solo me dio tiempo a extraer mi Shilkka del bastón... Entre las tres se encargaron de todos ellos sin darme tiempo de intervenir.
Lo cierto es que me alegre mucho de ver como se comportaron, especialmente de Vhalara, lo primero que había hecho es protegernos a todos con un escudo que evito que nos alcanzaran las flechas de los bandidos, después convoco a los lobos mandándolos atacar a los enemigos más cercanos, dándonos con ello el suficiente tiempo para poder reaccionar... cierto es que fue innecesario porque tanto Dhi como su hermana ya estaban en movimiento en esos momentos, mientras que yo al ver lo que hacia Vhalara me limite a supervisarlas por si las moscas ocurría algo extraño... quedando muy satisfecho de lo que vi en todas ellas, ninguna cometió el mas mínimo error.
Después de este encontronazo continuamos hasta nuestro destino sin más contratiempos, logramos llegar hasta la ciudad portuaria en completa paz y tranquilidad. Una vez en ella intente conseguir pasaje para los cuatro en algún barco que se dirigiera a la isla donde nos esperaba Thala, el principal problema es que desafortunadamente no había ningún barco de ellas en ese momento en puerto y dadas las especiales características de ese pueblo no solía tampoco haber muchos barcos cuyo destino fuera esa isla..., como podréis suponer pese a su destierro ellas seguían con sus costumbres Talkinq y como tal se consideraban, haciendo su isla un punto de destino un tanto... peculiar para que fueran allí barcos de hombres. Parecía que estuviéramos gafados, no nos quedaba otra que esperar que algún barco de ellas llegara a puerto para que nos llevaran.
Durante la espera una de las cosas más graciosas que sucedieron fue cuando empezamos a hablar sobre como lo haríamos una vez llegáramos a la isla... realmente ese era el meollo del asunto, y eso tendría que resolverlo Dhi ella solita, aunque todavía no lo sabia... considere que dado que en ese momento estábamos a solas, sin Dhilmia y Vhalara escuchándonos, era el momento adecuado para darle más malas noticias. Le recordé tranquilamente que yo era un hombre, lo que eso significaba entre las Talkinq y que por tanto desde el momento en que subiéramos al barco ella seria quien mandara en nuestro viaje... Evidentemente le dije que podría consultarme tanto como quisiera, pero que las decisiones deberían de partir de ella, también le deje muy claro que fuera de ellas y de Thala no quería que nadie más supiera quién era yo en realidad... eso hizo saltar a Dhi como el arco de una ballesta...
- Dhi: ¿Pues explícame entonces quien narices se supone que eres cuando me pregunten por tu situación...?
- Val: No des explicaciones... limítate a dar ordenes... si lo haces bien cuando te dirijas a mí, nadie preguntara nada de nada...
- Dhi: La única forma de hacer eso que dices seria tratarte como un hombre de mi Clan... y eso traería otros problemas distintos... las preguntas... (la interrumpí)
- Val: Dhi... quieres tranquilizarte y pensar un poco por favor... si soy un hombre de tu Clan nadie preguntara nada por educación, la única Talkinq que podría ponerte en problemas con preguntas seria Thala que también pertenece al Clan Esghiberdh... y te recuerdo que ella sabe de sobra quien soy y lo que soy de verdad, incluyendo que Vhalara y Dhilmia son mis hijas... no pondrá pegas Dhi, tranquila... además ten en cuenta que no estarías mintiendo, técnicamente como padre de las dos se podría argüir que realmente soy un hombre de tu Clan… salvo por algún que otro detalle sin importancia.
- Dhi: Vale... por cierto, ¿cómo demuestro que soy quien digo ser...?, me dijiste que me lo dirías cuando fuéramos a llegar, pero todavía no me has dicho nada.
- Val: Tu anillo... cuando el medallón de Thala y tu anillo se tocan generan un efecto la mar de curioso, pero solo lo hacen así si ambos están en manos de un descendiente directo del Clan Esghiberdh... esa será tu prueba... por mucho que otras Talkinq prueben y eso es algo que por su bien no le aconsejaría a nadie. Esos dos objetos solo reaccionaran bien contigo y con Thala… Además, ahora sabes cómo usar su poder... de uno u otro modo no deberías de tener problemas en demostrar tu identidad ante nadie.
- Dhi: Pero podrían decir que lo he robado...
- Val: Jajajajaja, querida Dhi... todavía no te has dado cuenta que solo tú puedes quitarte el anillo... nadie más podría retirarlo de tu dedo, excepto a tu muerte, y siempre tendría que ser alguien del Clan Esghiberdh... por lo general eso lo hará tu heredera en su momento, lo mismo sucede con el medallón que tiene Thala.
- Dhi: No lo sabía...
- Val: Escúchame Dhi... se lo que te pasa por la cabeza en estos momentos... ¿recuerdas lo que te conteste cuando me dijiste que nunca podrías ser como Nardhu?
- Dhi: Si... me dijiste que jamás lograría ser como Nardhu, pero que tampoco nadie nunca podría ser como Dhi...
- Val: Exactamente, y lo sigo manteniendo Dhi... (Suspire…) Mira Dhi, al lado de lo que fue mi partida, dejándote herida, embarazada de gemelas, sabiendo las grandes matriarcas quien era el padre de las mismas, sabiendo todas las presentes en ese momento con quien habías estado conviviendo todo ese tiempo, convertida en un mito para tus propias compañeras... esto Dhi, esto no es nada, aquello tuvo que ser para ti infinitamente peor... en ese entonces además eras muy, muy, muy joven Dhi... ahora tienes una experiencia que entonces carecías y mira todo lo que has logrado con tu pueblo... usa esos conocimientos Dhi, esas mujeres siguen siendo tan Talkinq como las que estas acostumbrada a tratar... Piensa en ellas como en tú Clan o las de tu aldea y no tendrás problemas.
Lo cierto es que la cosa era más peliaguda de lo que yo se lo había pintado, pero tendría la colaboración de Thala que le ayudaría mucho en los pasos que tendría que dar. Todo seria muchísimo más fácil para ella si yo descubriera quien soy realmente, de hecho eso eliminaría cualquier problema que hubiese, pero eso automáticamente cimentaría su situación sobre mi poder y mi presencia... algo que debía de evitar a toda costa por el bien de la futura estabilidad de su pueblo. Por otro lado en esos momentos lo que menos me interesaba es que se descubriera mi identidad...
Después de definir más o menos como actuaríamos llego el momento de decírselo a ambas hermanas... lo de que me consideraran hombre del Clan en contra de lo que esperaba les hizo gracia a las dos, no pusieron la menor pega. Incluso Vhalara aprovecho la coyuntura, en una de las ocasiones que paso por mi lado me paro y acercando sus labios a mi oreja susurro que me anduviera con cuidado, no fuera que alguna guerrera del Clan quisiera hacer uso de mis "servicios" como "macho" del mismo, después me dio un leve mordisquito en el lóbulo de la oreja retirándose de allí mientras se reía de mi cara de mosqueo... Supuse que se estaba vengando por la trastada que la hice durante el viaje, al arrojarla al agua en aquel remanso del rio…
Durante los escasos momentos en que había podido estar a solas había seguido mandando Halcones intentando dar con la fortaleza de Thalmunt en las montañas centrales del Continente Occidental sin el menor éxito hasta el momento... por otro lado lo intentaba hacer con toda la sutileza posible, al menor síntoma de peligro para mi rapaz la retiraba, tampoco la dejaba excesivo tiempo en la zona, procuraba que se comportara como una rapaz normal... seria muchísimo más lento y laborioso, pero sin duda era vital que no se enteraran que había algún mago intentando localizarlos. Empezaba aprensar que si no lograba nada de nada, al terminar de ayudar a Dhi tendría que regresar al Templo para ver de averiguar algo más sobre mis sospechas... Pero por otro lado tampoco me podría tomar mucho tiempo allí, me convenía proteger mejor el libro de rezos del Dios Loco... en la biblioteca Imperial estaba relativamente a salvo ya que nadie conocía de su existencia allí, pero no acababa de estar tranquilo, lo ideal sería poder encontrar como destruirlo de forma definitiva... era la pescadilla que se muerde la cola. Pero bueno, todo esto es otro asunto distinto del que aquí os narro.
Por lo menos suponía que en este puerto no tendríamos problemas ya que estaban acostumbrados a las Talkinq y sabían que tenían poco sentido de humor, también esperaba que conocieran lo divertidas que eran si alguien se intenta reír de ellas, así que ni Dhi, Dhilmia o Vhalara deberían de tener problemas... Lo cierto es que ellas no fueron, al final el que tuvo problemas fui yo. El problema resulto que cuando barcos Talkinq arribaban solo había mujeres en ellos y corrían todo tipo de rumores sobre sus hombres... había rumores sobre ellos para todos los gustos, desde que eran blanditos, a que eran esclavos sexuales, a que eran obligados a tener relaciones entre ellos para diversión de las mujeres, etc... Sinceramente era algo que podía llegar a ser la mar de desagradable si se ponían pesados con eso.
Hasta el momento había ido yo solo al puerto para intentar encontrar pasaje con alguien que se dirigiera a la Isla de Talkq... pero no había tenido el menor éxito, hasta ese momento todo iba normal. Los problemas empezaron el primer día que las tres decidieron acompañarme para según ellas conocer el puerto porque se aburrían de mala manera. La fiesta empezó en el primer tugurio en el que nos metimos para intentar encontrar barco, los parroquianos supieron enseguida que las tres eran Talkinq, de modo que con los antecedentes que tenían sobre ellas, supuse que según su punto de vista yo debía de ser uno de sus "hombres"... estuvieron todo el tiempo dándome puyazos sin que hiciera la menor intención de hacer caso de nada de ello. Por Dhilmia y Thala no me preocupaba, ellas eran Talkinq y estaban acostumbradas a ignorar a los hombres de modo que lo que me dijeran les resbalaba, pero Dhi era otra cuestión... al ser contra mí, antes o después terminaría saltando sobre el cuello del que me insultara, previendo algo así decidí que cambiáramos de local, se lo indique sutilmente.
Nuevo local, nuevos cachondeos conmigo al verme acompañando a tres guerreras Talkinq. Debo de indicar que las Talkinq de los Archipiélagos visten con la "normalidad" de esta zona, de modo que no tuvieron el más mínimo problema en reconocer a las tres como tales en cuanto les pusieron un ojo encima. Por la forma de meterse conmigo pero evitando en todo momento ofenderlas a ellas, deduje que ya debían de conocer cómo se las gastan cuando se meten con ellas y lo buenas que tienden a ser con las armas. Pero yo como hombre de ellas tenía una fama bien distinta.... el problema es que se estaba empezando a colmar mi paciencia con las tonterías que tenía que aguantar...
Lo cierto es que cambiamos de local como cinco veces, y cada vez la cosa iba a peor con mi humor, la parte negativa es que no me convenía destrozar nada ni a nadie por mucho que me enfadara, si hacia algo de ese estilo sin que Dhi públicamente me lo dijera podría ser algo negativo para ella, de enterarse las Talkinq que antes o después aparecerían para comerciar en la ciudad podría provocar que perdiera prestigio por no saber controlar a un hombre de su Clan. Digamos que en cierto modo estaba atado de pies y manos por sus costumbres, sabía que debía de proteger la reputación de Dhi a toda costa... de modo que atracar se ha dicho... pero un exceso de paciencia también podría ser problemático por lo mismo que lo anterior... la situación se podía volver peliaguda si Dhi o alguna de las dos chicas no se daban cuenta por sí mismas.
La suerte fue que uno de los parroquianos se paso de la raya, no se le ocurrió otra que apoyarse en mi hombro y entre risas preguntarme si alguna de esas tres "zorras" hacia uso habitualmente de mi culito... a mí eso me sentó como una patada en salva sea la parte, pero a Dhilmia y Vhalara el que llamaran zorra a su madre... Antes de que el tipo supiera lo que pasaba se encontró con una daga en su cuello y otra entre sus pelotas por encima del pantalón, mientras dos preciosas Talkinq con voz suave y siendo la amabilidad personificada le pedían por favor que repitiera lo que les había llamado... Ni que decir tiene que el tipo se calló como si le acabaran de matar, no dijo ni media... Vhalara le dijo que más le valía salir en ese mismo instante del local, antes de que decidiera cortarle los testículos, no se hizo de rogar, salido de allí a la carrera. Eso sirvió para cortar de raíz las bromas dirigidas a mí.
Después del incidente nos dirigimos a nuestras habitaciones, las tres mujeres iban tremendamente risueñas por lo que había pasado, digamos que se lo habían pasado de lo lindo. Yo por el contrario llevaba cara de piedra, no dejaba traslucir nada con ella, ni bueno, ni malo, ni peor... aunque lo cierto es que llevaba un cabreo de órdago por lo que había pasado y tenido que soportar por culpa de que ninguna de las tres me dijera ni una sola palabra para darme libertad de acción, dejándome a merced de todas las burlas, además si no es por el idiota puede incluso que mi paciencia no hubiera servido para nada, la realidad es que estaba que mordía… andaba apoyándome en mi bastón, y en cada paso su extremo golpeaba secamente el suelo con fuerza… digamos que lo hacia como una forma de desahogarme y no usar mi poder para golpear otras cosas.
Dhi no era nada estúpida y me conocía bien, por mi forma de comportarme supo en el acto que estaba muy, muy, pero que muy enfadado por algún motivo, estaba segura de que habían hecho algo durante nuestro paseo que me había enojado con fuerza... Se dio cuenta de que debía estar que mordía por algo y empezó a atar cabos hasta que logro localizar donde había estado el problema, había sido un fallo tremendo por su parte, se dio cuenta de que de haber seguido por esa permisividad hacia mi hubiera terminado también por perder prestigio al no defender su "Clan", una cosa eran unas pequeñas bromas a un hombre y otra muy distinta humillar al Clan atraves de un hombre del mismo, y lo último que habían vivido se acercaba peligrosamente a poder considerar esa situación por parte de cualquier otra Talkinq... mas sutilezas de sus particulares costumbres. Se dio cuenta de que si quería que todo saliera bien, debía de empezar a pensar en mí como un hombre de su Clan para evitar fallos estúpidos como el de ese local.
Dhi se disculpo conmigo por haber permitido eso, lo hizo delante de Dhilmia y Vhalara, pese a saber quién era yo las dos hermanas montaron un numerito a su madre por las disculpas que no veáis... Vi como la cara de Dhi parecía transformarse poco a poco, cada vez perdía mas expresión para convertirse en una cara de "palo" en la que era imposible definir qué haría a continuación, pero la conocía bien y sabia que a las dos chicas les esperaba tormenta por hablar a destiempo… y suerte iban a tener las dos de que fuese Dhi quien se encargara y no yo. Dhi esperó pacientemente a que terminaran de hablar...
- Dhi: ¿Ya habéis terminado las dos?
- Vhalara: Si, ya hemos acabado...
- Dhi: ¿Dhilmia?
- Dhilmia: Si madre, ya hemos terminado de dar nuestra opinión al respecto...
- Dhi: Bien, tenéis razón las dos, no es apropiado que como matriarca pida disculpas a ningún hombre, aunque pertenezca a nuestro Clan, así que, como matriarca del Clan Esghiberdh os informo de que la próxima vez que alguna de las dos permita que un hombre de nuestro Clan sea humillado como hace un rato lo ha sido Val, ninguneándonos a la vez a todas de ese modo, recibiría 50 latigazos como castigo... además será la otra la que se lo aplique... ¡¡y que rece porque yo quede satisfecha con los latigazos que de... o se arrepentirá de tomarme por imbécil!!. Bien, supongo que con esto ya estaréis contentas, desde ahora no volveré a pedir perdón si vuelve a pasar... Dado que como matriarca esa no es mi función, os corresponde a vosotras impedir esas situaciones, si no lo hacéis de forma satisfactoria lo pagareis vosotras dos como Guerreras miembros del Clan que sois.
Decir que ambas hermanas se habían quedado blancas es poco, parecía que se hubiesen dado Cal en la cara de como la tenían de blanca al oír a su madre. Ambas tragaron saliva de forma ostensible mientras su madre hablaba, además Dhi lo había hecho como si estuviera hablando de coser a latigazos al menos querido de sus perros. Después de esto me acerque despacio quedando entre ambas hermanas con la sana intención de seguir dándolas malas noticias... sin mirar a ninguna en particular les dije...
- Val: Procurad ir las dos con cuidado desde ya, os estáis columpiando de mala manera conmigo, una cosa es lo que le permita hacer o decirme a vuestra madre, y otra muy distinta a vosotras dos... procurad no confundiros al respecto de forma tan habitual... mi paciencia tiene un límite, y no creo que queráis ver lo que os ocurrirá cuando os paséis de la raya...
Dhi no dijo ni media mientras yo hablaba, se limito a mirarlas a las dos con los brazos cruzados y más seria que la leche... no creo que ninguna de ambas chicas se quedara muy tranquila viendo la cara que tenía su madre mientras yo las daba mis buenas nuevas. Entonces...
- Dhi: Esta habitación es para mí y para Val, la vuestra es esta de aquí al lado, así que ya os estáis largado a ella... no os quiero ver por aquí hasta mañana por la mañana...
- Dhilmia: Pero madre, tu y él en...
- Vhalara: Madre, aunque él sea… (Dhi las corto en seco)
- Dhi: El es Val, un hombre del Clan, punto, así que como Matriarca del mismo he decidido que se va a quedar aquí conmigo para follar... y vosotras dos estáis estorbándonos... así que las dos, largo de aquí ahora mismo, ¡¡pero ya!!.
Las dos jóvenes salieron como perros apaleados de la habitación, se podría decir que con el rabo entre las piernas. Según salieron y cerraron la puerta Dhi se volvió hacia mí para volver a pedir perdón, pero se lo impedí con un beso en los labios...
- Val: Shhhhhhh... ya esta Dhi, no paso nada, además es mejor que esto haya sucedido aquí que no en la Isla... y ahora cielo...
Dirigí mis manos a sus hombros, bajándola la túnica por su cuerpo mientras la besaba sin cesar en los labios... poco a poco Dhi se fue animando siguiéndome en mis maniobras, desnudándome mientras que yo la desnudaba a ella. Una vez desnudos fuimos abrazados hacia el lecho, cayendo sobre él, Dhi quedo encima mío, metió su mano por entre ambos para cogerme el pene, entonces arqueando su cintura lo dirigió hacia la entrada de su coño... poco a poco se lo fue introduciendo en su interior.
Una vez que estuvo dentro del todo empezó a moverse con suavidad, rotando sus caderas mientras sus boca devoraba la mia, mientras su lengua jugaba con la mia. Nuestros gemidos quedaban ahogados en nuestras bocas... Dhi estuvo moviéndose de ese modo casi por cinco minutos, corriéndonos los dos prácticamente a la vez, una vez que sentí que se corría acelere un poco, un par de embestidas y me derrame en su interior en medio de su orgasmo, llevándoselo a una cota un poco más alta de placer al sentir mi semen golpeando su interior.
Después de esto permanecimos un buen rato abrazados, después situé a Dhi debajo mío, me situé entre sus piernas arqueándome para poder dirigir mi miembro nuevamente a la entrada de su coñito. Una vez la punta estuvo colocada en su sitio empecé a empujar lentamente volviendo a introducirme en su interior nuevamente. Una vez dentro empecé a moverme rápidamente, aumentando la fuerza de mis embestidas por expresa petición de Dhi... no aguantamos mucho tampoco, nos corrimos ambos en cuestión de poco menos de siete minutos... tiempo suficiente como para tener un orgasmo arrollador, y un cansancio demoledor...
Al día siguiente llego a puerto un navío procedente de la isla de Talkq, al enterarnos acudimos rápidamente al puerto con la esperanza de poder entrevistarnos rápidamente con la capitana y adquirir pasajes para poder llegar a la isla. Desde que salimos todos nos adaptamos a nuestro papel... yo empecé a ir dos pasos por detrás de las guerreras, tal y como haría un hombre Talkinq. Cuando Dhi se presento ante la capitana solicitando pasaje esta la dijo que era imposible, ya que el pasaje que podían llevar ya estaba vendido... Entonces vi aparecer por la borda a Thala que se asomo para ver quienes hablaban en el muelle con la capitana... al verme su cara se ilumino...
- Thala: Capitana, estas son las personas que estaba esperando... por favor, indíquelas donde alojarse para el viaje..
- Capitana: Como digas Thala...
Pudimos ver como las Talkinq de la tripulación se apresuraron a la borda para ver a las recién llegadas... entonces sucedió algo que dejo a todas estupefactas, el medallón de Thala y el anillo de Dhi comenzaron a brillar con un suave fulgor verdoso como reconociéndose tras tanto tiempo separados... ambas mujeres me miraron disimuladamente y a una seña mia se dirigieron una hacia la otra juntando ambos objetos, apoyando cada una de las piedras de los objetos sobre la otra... Hubo como una sucesión de destellos, pareció como si una brillante cuerda de un color verde esmeralda muy intenso envolviera a ambas mujeres estrechándolas una contra otra para luego desaparecer y volver a quedar todo como estaba, parecía que ambos objetos las hubieran examinado y aprobado como sus dueñas... todas las Talkinq presentes, incluidas sus protagonistas miraban con la boca abierta por la sorpresa.
Pero había algo que ellas todavía desconocían al respecto y que yo sabía, y es que si eso lo hubieran hecho portando alguna de las dos el objeto sin ser su autentica dueña... esa brillante cuerda verde que tan bonita había sido, se habría enrollado en el cuello de la impostora estrangulándola. Ambos objetos tienen un conjuro arcano que realmente no sé cómo demonios funciona, solo sé que funciona, que les permite saber quien tiene que ser su dueño, aun en el caso de muerte del anterior sin haberlo dejado claro, el objeto debido al conjuro sabría a quien hubiera querido legárselo su propietario, y solo al tocarlo este le seria revelado el conjuro de propiedad con el que se asume el control del anillo o del medallón, teniendo claro que hablamos siempre de un nuevo propietario dentro de la sangre del Clan Esghiberdh, por eso decía antes que no es muy aconsejable intentar hacer nada con ninguno de ambos objetos sin ser su dueño.
Logre hacer un aparte con Thala para preguntarla por la capitana del barco, me interesaba saber como de enterada estaba de los asuntos marítimos en los Archipiélagos. Según me comento Thala era una de las más avezadas de todas las que ellas disponían, que por esa razón había querido que viajáramos en su barco. Le hice a Thala una descripción de unos barcos y de unos pabellones que llevaban los mismos, quería que preguntara a la capitana si era capaz de identificarlos y de decirme cual era su puerto de origen de ser posible. Supuse que ella tendría sus contactos en el puerto, y que de no saberlo por si misma siempre podría recurrir a ellos para enterarse de lo que quería.
Al día siguiente zarpamos rumbo a la isla de Talkq, estábamos los cuatro en las dependencias asignadas a Dhi cuando entro Thala para saludar a Dhi y ponerla al día de la situación que se iba a encontrar, estuvieron hablando durante tres o cuatro horas... tras lo cual Thala hizo algo que ninguno esperábamos.
- Thala: Así que eres un hombre del Clan Esghiberdh
- Dhi: Así lo hemos decidido, es lo mejor para explicar su presencia y no tener que dar explicaciones...
- Thala: Bueno, al fin y al cabo es el padre de Dhilmia y Vhalara...
Se hubiera liado por eso si no llega a ser porque tras esto Thala se sentó sobre mí a horcajadas pegándome un beso de campeonato, diciendo a continuación que como hombre de su Clan...deseaba que la diera un nuevo repasito, que iba a aprovechar la ocasión para tenerme entre sus piernas todo el tiempo que pudiera... Mejor no os digo las caras de Dhi, Dhilmia y Vhalara cuando la oyeron decir eso, y mucho menos cuando vieron que iba enserio con lo que decía. De hecho esto lo supieron porque su mano empezó a buscar mi polla por entre mi ropa mientras frotaba sus pechos contra el mío...
Aunque os pueda parecer un tanto descortés por su parte el hacer esto delante de las otras tres, lo cierto es que en la sociedad Talkinq dentro de un mismo Clan tampoco es tan extraño, aunque normalmente la pareja en cuestión acaban yéndose a un sitio más discreto para sofocar el calentón, algo que quiso hacer Thala al levantarse y tirar de mi para que me levantara, diciendo a las otras tres que las dejábamos solas, que íbamos a su camarote a divertirnos... al oído me dijo que la siguiera, que teníamos que hablar de lo que le pedí que averiguara. Las otras tres estaban literalmente con la boca abierta ante el morro y desparpajo que le había echado Thala...
CONTINUARA