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Follando como conejos

en Parodias

Fantasías animadas de ayer y hoy presentan…

…a Bugs Bunny en… ''Follando como conejos''…

Starring: Bugs Bunny and Lola Bunny

Tras el éxito de aquella película con ese famoso jugador de baloncesto al que todos conocemos, Lola y Bugs decidieron contraer matrimonio. Al principio la vida era maravillosa, vivían su propio Sueño Americano: trabajaban juntos haciendo cortos, películas y series, y por la noche hacían el amor como locos tres, cuatro, cinco veces…o las que hiciese falta…

A pesar de ser una vieja gloria y sacarle unos cuantos años a Lola, Bugs era como el buen vino: mejoraba con los años. Además, ella estaba encantada porque siempre le gustaron maduritos, y mientras el ardor sexual que sentía su marido siguiese estando en su apogeo no tenía por qué temer.

Sin embargo, no supieron mantener la chispa. Puede que fuese la rutina, la monotonía del trabajo o las cosas de la vida. El caso fue que tras ser cancelada la secuela de aquella película de cuyo nombre no quiero acordarme por problemas matrimoniales con el actor, Bugs entró a trabajar en las oficinas, buscando un nivel de vida más estable de cara a poder formar una familia.

Lola, que seguía haciendo sus pinitos en el mundo del espectáculo, pero notando el declive de su marido que se transmitía en la cama, se echó un nuevo amigo, su querido friend at court, aquella zanahoria de juguete, dura y rígida, con la que compartió tantas tardes estirada en la cama mientras se estremecía entre la calor y el sudor.

Finalmente, decidida a dedicarse a su vida personal, se retiró indefinidamente de las pantallas para intentar salvar su matrimonio. El dinero que cobraba por los derechos de imagen le permitían perfectamente pagarse sus caprichos, cuidarse y dedicarse a sus placeres; pero era Bugs quien seguía atrapado en aquel empleo sin futuro. Sabía que el dinero no era problema para ella, incluso se permitió el lujo de rechazar el ser portada de la revista Playboy, aunque sabía que eso la podía convertir en un icono del erotismo y ser deseada por miles, sino millones, de personas; cosa que no le disgustaba en absoluto.

Ahora solo tenía dos opciones: o intentaba salvar su matrimonio con Bugs, ya que no tenía en mente compartir el resto de su vida con una zanahoria, o bien empezaba a hacer caso de los piropos cada vez más descarados que le propinaba Roger Rabbit. Hacía mucho que este se había fijado ya en la ropa interior de por sí sexy que solía vestir Lola y que no se cortaba a la hora de decirle que se la iba a quitar con los dientes.

Pero aunque morbosa, pícara y juguetona, era fiel, y estaba decidida a salvar su matrimonio. Ya había aguantado bastante teniendo que oír a aquella anciana contar sus batallitas sobre el ‘lindo gatito’, y ya había soportado bastante enfurruñada por la noches mientras Bugs dormía a su lado atribuyendo la falta de deseo sexual a un dolor de cabeza.

Tenía que convertir aquella noche de viernes en un punto de inflexión, así que estuvo aquella tarde terminando de ‘empolvarse la nariz’.

Reventado de estar todo el día en reuniones y enterrado en papeleo, Bugs llegó a casa algo decaído, pensando en si Lola habría cocinado alguno de sus deliciosos platos. Al oír como se abría la puerta principal, Lola asomó la cabeza por la puerta del dormitorio.

-Buenas noches Honey Bunny.

-¿Qué hay de nuevo, ‘vieja’?

-Esperándote…-decía Lola mientras acariciaba el marco de la puerta con su dedito pero sin dejar ver su cuerpo.

Bugs dejó el sombrero y el maletín que llevaba en su correspondiente lugar, mientras Lola le seguía hablando.

-¿Has traído zanahorias?

-Em… no me dijiste que comprara nada, muñeca.

Ante las cámaras todos habían visto como su personaje detestaba que le llamasen ‘muñeca’, pero lo cierto es que ‘entre bastidores’ le ponía tonta que la llamaran así.

Por su parte Bugs, pensando que aquella noche habría bronca, intentó mirar hacia otro lado quitándose la corbata. Su plan B sería sacar un bote de pintura de la manga y pintar un hueco en la pared para poder meterse en él.

-Me vale con esta…

Bugs notó como una mano le agarraba por detrás su zona más íntima, mientras el calor del cuerpo femenino se iba pegando a él; sentía el aroma a fresa que recorría todo el cuerpo de Lola.

-… y has traído una buena zanahoria Bugs.

Lola giró a su antojo a su marido para poder besarlo y agarrar con delicadeza su cara, pasando sus suaves manos por su cabeza y acariciando sus largas orejas que se derretían al contacto, poniéndole dos corazoncitos haciendo las veces de ojos.

Cuando Bugs abrió los ojos pudo ver a una Lola majestuosa y señorial. Vestida con un picardías rosa y transparente, marcaba su figura ajustadamente y dejaba ver a la perfección aquellas braguitas ligeramente moradas. Hacía mucho tiempo que no se fijaba bien en aquellas piernas largas y ligeramente morenas. Esos ojos grandes y verdes lo observaban con una mirada llena de morbosidad.

-Hace mucho que no… siempre estás con el trabajo…de aquí para allá….

De la mano, se lo llevó al dormitorio, donde se estiró sensualmente en la cama y fue abriendo las piernas sugerentemente, insinuando que la cena de hoy estaba entre sus patitas. Como loco, ahora sí, Bugs se acercó a su zona más íntima, despojándola del picardías y bajándole la ropa interior para enterrar su cara entre las hermosas piernas. Por lo visto ella tenía su conejo particular, uno que Bugs había descuidado, un plato que hacía demasiado que no probaba. Al fin y al cabo, sí que había preparado la cena.

Mientras movía la lengua, Lola se agarraba a las finas sábanas que cubrían la cama, estremeciéndose por la intensidad con que le estaban comiendo el coño. No tardó en mover también sus pies, picándolos contra el colchón por lo exaltada que estaba. Era un maestro desatado.

Se dio la vuelta, con la cara rojiza, para que pudiese continuar con la lengua metida hasta el fondo y de paso pedir un poco más de parte de Bugs. Respondía a esa estimulación y se tensaba por momentos. Empezaba a gemir lentamente, cosa que hacia aumentar el estímulo a un valeroso Bugs Bunny.

Estando así, vio a Bugs dispuesto a comerse el mundo en lo que ella ya sabía. Recordaba como fue la primera vez que lo hicieron. Él, dando rienda suelta a sus deseos, se corrió más rápido que el Correcaminos huyendo del Coyote, dejándola con muchas ganas; ansias que fueron recompensadas repitiendo más de doce veces aquellos rápidos movimientos.

La agarró, posando sus manos en sus pechos, acomodo su miembro listo para meterlo, y le aplicó a Lola unas descargas rápidas y placenteras. Escasamente recordaba ella lo rápido que se movía Bugs en la cama, había olvidado casi por completo lo que significaba ‘follar como conejos’. Sentía como le entraba y le salía aquella polla de Bugs de su cuerpo a una rapidez pasmosa.

Envolviéndola por la cintura, sin que le diera tiempo a Lola para poder cerrar la boca abierta por los gritos que estaba emitiendo, la puso de lado y en lo que creía que era la posición de las cucharas le volvió a introducir el organismo entero.

-¡¡Ah…ah…ah…ah…!! Dime lo que me gusta Bugs…

Bugs Bunny seguía con su cuerpo pegado al de aquella dama que quitaba el hipo. Se notaba como salía a correr cada mañana porque eso le había puesto el culo en su lugar y le había torneado perfectamente los muslos. No por nada se la querían tirar la mitad de los Looney Tunes, pensó, sobretodo Elmer Gruñón, que ya empezaba a convertirse en un viejo verde.

Por un momento pensó que iban a formar un incendio allí abajo de tanto meter y sacar a prisa. Con lo que le estaba ardiendo el miembro y el horno que tenía montado Lola eso podía inflamar en cualquier momento.

-Dímelo Bugs, dímelo…

-Sí, muñeca, sé que te gusta… conejita…

-Sigue, sigue…

-Sé que te gusta muñeca… sé como te gusta la zanahoria rellena…

Se oyeron los gritos de Lola con la boca más abierta que nunca, mientras Bugs se estremecía agarrando su preciado tesoro. Ella no había acabado de disfrutar una carga que ya tenía otra en camino y otra y…

-Dame zanahoria Bugs…

-Sí…sí…claro muñeca…mira  como me tienes…

Aquella era la pareja de artistas. Cambiando de nuevo, se estiró totalmente, poniendo a Lola encima de él. Cogiéndola por las caderas, la embistió una y mil veces, mientras ella botaba y botaba suavemente, rompiendo en un orgasmo. Bugs seguía con el mismo ritmo cuando ella se mojó por completo, y eso hizo que Lola diese un grito al sentir ese cosquilleo por todo el cuerpo, un cosquilleo que le pasaba por la espalda, originado en la punta de sus mismas orejas y que llegaba hasta los límites más íntimos. Pocos segundos después se corría y estallaba Bugs Bunny.

Cubriéndose tímidamente con el picardías que tenía al alcance, Lola dedicó un tiempo a dar un par de suspiros y pasarse las delicadas manos por el pelo rubio. Posteriormente miró a Bugs.

-¿Qué hay de nuevo viejo?-dijo cariñosamente ella.

-¿Estás lista para repetir muñeca?

- Más que lista sweetie- dijo ella mientras se pasaba la lengua por los dientes.

Poniéndole la mano en el coño húmedo, Bugs le dio un último aviso.

-Prepárate, porque después de esta noche vas a probar tanta zanahoria que no vas a querer repetir…

No acabó la frase que ya volvía a ponerla cachonda y a cuatro patas.

-¿Te gusta que te ponga mirando a Albuquerque, muñeca?

-Mm…-gimió levemente- ponme mirando a Albuquerque, Bugs-dijo con ese hilo de voz que tenía.

Y así fue como el dibujo animado más importante de todos los tiempos, Bugs Bunny, puso a Lola Bunny a cuatro patas para emplearse en romper ese culo que ella se había dedicado a cuidar y tonificar…

Eso es to, eso es to, eso es todo amigos…

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