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Lo que las hembras quieren y los machos hacen

en Textos educativos

Soy Martín Crosas, tengo 20 años y soy estudiante de un CFGS en Barcelona. Durante los siete años que estuve haciendo la ESO y el Bachillerato aprendí dos cosas sobre las mujeres: la primera, que no todas son iguales. La segunda, que con sólo levantar el dedo índice pueden hacer revolucionar tus hormonas, especialmente en esa etapa de adolescencia.

Muchos se preguntan siempre, ¿Qué hace falta para llevarse a una mujer a la cama?

He aquí diez consejos que, aunque siguiendo al pie de la letra no se garantiza que mantengas relaciones esta noche, quizá te ayude a estar un poco más cerca.

1. Hazla reír. Como dijo Lydia Bosch, ‘‘a las mujeres nos gusta mucho que nos hagan reír’’. Posiblemente este sea uno de los puntos importantes, sino el que más. Una de las cosas más efectivas es hacer que una mujer se ría contigo, que no de ti. Esto puede marcar la diferencia entre ser su amigo que siempre la escucha y que nunca va a hacer nada con ella y aquel chico divertido y sensible que puede llegar a gustarle. Tras una clase de Filosofía en la que me estuve riendo toda la hora con una amiga, me encontré hablando de sexo con ella y dos amigas más. ¿Tuvo algo que ver? Bien, eso no se consigue en un abrir y cerrar de ojos, pero es imprescindible el poder de la risa para acercarse más a aquella persona.

2. Fíjate en los detalles. Cosas como la limpieza personal (sí, aun hoy hay que recalcarlo a algunas personas), el tono adecuado para hablar, el pensar antes de actuar, el que algo pueda molestar a alguien… Puede que haya cosas que a ti no te molesten, pero que ella pueda detestar. Sobretodo, es importantísimo tener buen aliento. No eres consciente de las puertas que te cierra hasta que pruebas por ti mismo lo mal que le puede oler a alguien. Por otra parte, todos podemos mostrar interés en una tontería o cuidar muchos detalles mínimos.

3. Saber escuchar. Este punto está dedicado a una amiga que tuve en Segundo de Bachillerato. Me dejó una tarde a medias hablando sobre un amigo y al día siguiente vino a continuar la historia, me interesase o no, y sin yo decirle nada. También me habló de los problemas que tenía con su madre en aquel entonces. Muchas chicas en el instituto vienen a hablar con un chico y a explicarles sin casi decirles nada los problemas que tienen. El querer acabar en la cama con esa chica o no pasa por la inteligencia que tenga uno en el momento en que esa amiga empiece a hablar de sexo (porque lo hará) y explique los problemas que tenga. Hay que ir con cuidado, pues el hablar con libertad (aunque respeto) de tu opinión no garantiza que ella deje de verte como un AMIGO de confianza ni quiere decir que ya esté pensando en acostarse contigo. Y, ¡Ojo! Este punto no significa que tengas que escuchar a alguien con el único objetivo de tener sexo.

4. Elocuencia y seguridad. Muchas veces he escuchado a hombres, jóvenes y maduros, decir que no saben cómo ligar. Parece que haga falta una frase ingeniosa o algo original y divertido muy diferente del típico ‘‘¿estudias o trabajas?’’. Si a esta repetida frase se le suma un ‘‘nena’’ subliminal estás perdido. Muchas veces, cuando era niño, me fijé en la cara de las dependientas o camareras veinteañeras cuando mi padre les decía ‘‘nena’’,  y puedo asegurar que ese perfil de viejo verde no gusta. Así pues, ¿cómo ligar? ¿Cuál es la forma más efectiva? Bien, no existe una fórmula mágica, pero si existen unas pinceladas que marcan la diferencia. ¿Por qué pretender ligar de repente? Primero hay que crear seguridad en uno mismo. Empieza por hablar a chicas que conozcas y a sentirte a gusto con ellas, porque de lo contrario no vas a estar bien con alguien que apenas conoces. Reflejas las sensaciones que tienes, no puedes cambiar eso. Lo único que puedes hacer es cambiar lo que sientes. Así pues, siéntete seguro de ti mismo y, sobretodo, haz que se note.

5. Morbo. Esto está dedicado a todas las chicas latinas que he conocido en mi vida. ¿Están ellas más predispuestas? Puede que sean de mente más abierta, pero hay dos cosas a tener en cuenta: ni todo el mundo es igual ni el que una mujer sea más abierta da derecho a tratarla como una buscona. No por el hecho de ser latina tiene que ser una mujer demasiado morbosa, y al contrario. El crear morbo no significa que tengas que mirarla cada dos por tres al escote, porque de tal manera ya puedes ir olvidándote. El morbo no nace implantado, se crea poco a poco. No por mirarle las tetas vas a pensar que ya le gustas, ni porque te ponga la mano en la espalda tienes que pensar que quiere acostarse contigo. Un comentario dicho en el momento oportuno acercará más el objetivo que persigas.

6. Forma de ser. A menudo se dice que las mujeres los prefieren pasotas y algo rebeldes. Bien, ¿y por qué no? Cuando iba a 3ro de ESO hubo una chica, guapa y lista como la que más, que se enamoró de un repetidor que sabía sumar, restar y poco más. Eso fue debido a que él sabía como tratarlas. No sería muy listo en los estudios, pero sabía lo que podía decirles y lo que no. No intentó cambiar su forma de ser, ni estaba dispuesto a hacerlo; simplemente se guardaba lo suyo en los pantalones y lo comentaba con los demás tíos en privado. ¡Ojo! ¡Eso no significa que se tenga que hablar de alguien diciendo ‘‘lo que le iba a hacer’’, ‘‘esta va cachondísima’’ o ‘‘esta quiere polla’’ cada vez que te quedas a solas con tus amigos! Todos sabemos que es inevitable comentar algo, pero ser algo duro no significa ser un capullo insensible. Simplemente significa que hay que saber estar en cada situación.

7. Marca la diferencia. ¿Eres del montón y piensas que no tienes nada especial? No hace falta que pises la Luna para demostrar que eres diferente a los demás, pero si tener tu trayectoria definida en el momento de actuar. Un ejemplo muy claro: podrás copiar comentarios graciosos que escuches en series o películas, pero que se conviertan en tu eslogan cada vez que hablas y recurrir a ellas demasiado a menudo no te va a ayudar. La confianza que tengas en ti mismo hará nacer comentarios ingeniosos y, sí, algo enfocados a ese tema en el que todo el mundo se vuelve tonto. Camelar, dicho vulgarmente, a una mujer es posible, pero no intentes hacerlo copiando todas las frases de Austin Powers.

8. Manejar la situación. Hay que saber cuando sí y cuando no, cuando es el momento de decir algo y cuando no; ‘‘tiempo de callar y tiempo de hablar’’. Si recibes comentarios como ‘‘he soñado contigo’’, ‘‘te quiero’’ o ‘‘si quieres puedes venir a dormir a casa’’, no esperes al mes siguiente para responder algo. Hablo desde la experiencia cuando digo que esperar demasiado puede ser el error crucial. Puedes hacerte el duro o poner alguna barrera si es que lo prefieres, pero elige bien la respuesta y al tiempo adecuado. No puedes irle al cabo de un tiempo con un ‘‘¿entonces quedamos?’’ porque te encontraras que otro se la está tirando por ti. Aprende cuando atacar y, sobretodo, cómo atacar. Así mismo, un ‘‘con lo que te voy a hacer esta noche no vas a poder sentarte mañana’’ no sea quizá lo más adecuado. Encuentra un punto intermedio en el que se vean las intenciones, pero sin decirlas.

9. Interés. No hace falta que le pidas que te cuente su vida, pero, como paradoja, si muestras interés te encontrarás con que vas a ser tú quien le cuente tu vida a ella. Es verdad, también, que hay que saber como mostrarlo. No puedes utilizar frases como ‘‘¿y qué, al final qué?’’ cuando sería mejor decir ‘‘¿cómo te fue al final con aquello que me contaste?’’. No des por sentado que se ha ido de su mente, quizá quiera hablarlo pero por alguna razón no quiera ser ella quien saque el tema. Muestra interés en diferentes ámbitos; no le preguntes siempre si al final ha estado con alguien o si al final se ha echado novio porque eso la acabará aburriendo y se llevará una imagen equivocada de ti.

10. Respeto. No por ser el último punto es el menos importante. Es común entre algunos hombres maduros ofrecer dinero a jovencitas, sin importar protocolo, condición de la joven (prostituta o no) o estado civil. Quien es una prostituta con todas las letras lo muestra, pero se duda mucho que una chica decente vaya a aceptar (¡Ojo! No todas las chicas son iguales, y puede que alguien haya experimentado una respuesta positiva al haber llevado a cabo este plan.). Mi prima, joven, guapa y simpática, me habló de un caso así cuando salía del metro. La moraleja es que su novio se la tira casi cada día y aquel tipo que le ofreció el dinero debe seguir teniendo relaciones con putas propiamente dichas.

Y siguiendo con esto último, llego a mi conclusión. Espero que nadie se haya ofendido, sin lugar a dudas no era esa mi intención. Los diez consejos no son infalibles, así que si fallan siempre habrá mujeres que se acuesten por dinero. Aunque me han dicho que aquí son muy frías; no lo he probado nunca…

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