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Forzada a ser esclava (4)

en Sadomaso

 

 Forzada a ser esclava (4)

 

Continúa la preparación para mi esclavitud sexual con la visita de una mujer sádica, que debe tener un alto reconocimiento en la Organización para la que trabajaba mi esposo, continuando recibiendo yo todo tipo de vejaciones.

 

(Se aconseja leer capítulos anteriores dejados de escribir hace años)

 

Capitulo IV: La visita del Ama suprema, Gina.

 

 

Me encontraba en el vestíbulo junto con mi Ama en la posición humillante que me había ordenado que adoptara: las piernas bien abiertas, los brazos extendidos y la cabeza al frente mirando hacia la puerta... Cuando ésta se abriese tendría que sacar el pecho exageradamente hacia delante, hundir el vientre y adelantar el coño. Eso era lo que se me había dicho que tenía que hacer y debía cumplir.

 

Transcurridos unos minutos de espera, sonó el timbre... Mi cuerpo se convulsionó debido al pánico que me produjo aún a sabiendas que esto llegaría… Mi Ama, totalmente desnuda, abrió la puerta y yo inmediatamente cumplí con la orden recibida.

 

Lo bien iluminado del vestíbulo me permitió ver entrar a una mujer cuya edad rondaría los sesenta años... Vestía una túnica amplia que se sostenía sólo con un lazo tras el cuello

 

- Hola Gina, cuanto me alegro de tu visita... Espero que tu estancia entre nosotras sea, como siempre, muy agradable... Por mi parte pondré todo mi empeño en que así sea.

 

- Con esa intención vengo a pasar un par de días contigo, Olga,… le respondió sonriente… Escuchar estas palabras me produjo un miedo atroz sobre lo que sin duda iban hacer conmigo ambas mujeres.

 

Tras cerrar la puerta y escuchar rodar la llave, observé perpleja como mi Ama se fundía con la recién llegada en un frenético beso en los labios, mientras sus manos se ocupaban de desatar el lazo del vestido… Poco a poco el vestido cayo al suelo y la mujer apareció totalmente desnuda… Y mientras continuaba besándola, comenzó a abrazarla refregando su cuerpo contra el suyo sin importarles lo más mínimo mi presencia.

 

Un par de minutos después, ambas mujeres desnudas, abrazadas por la cintura y sonrientes, se aproximaron a donde me encontraba... Entonces pude fijarme en esta mujer: pechos con grandes pezones, caderas poco pronunciadas, abdomen algo abultado y pelo en el pubis.

 

- ¿Ésta debe ser la nueva esclava que estás preparando para la Organización, no?,… dijo.

 

- Si, Gina.

 

- Es guapa… Tiene pechos llenos, amplias caderas y buenas nalgas, como me gustan a mi las esclavas… Por lo que veo ya has comenzado a taladrarla… Por cierto, muy buenos sus pezones y bien colocados esos aros grandes... Me gustan de ese tamaño… También veo le has marcado a fuego su nombre “Zorra” y ahora le estas dilatando el clítoris al máximo para poder perforárselo sin problemas… Me gusta tu técnica… ¿Hace mucho que no se lo has estirado más?

 

- Hace ya algunas horas... Iba precisamente a estirárselo cuando recibí tu llamada… Lo he dejado para que lo hagas tu, Gina… Ésta, como agradecida, le rodeó con un brazo su cuello y le dio un frenético beso ante mis horrorizados ojos.

 

- Gracias, Olga… Conoces perfectamente mis gustos… Luego, sonriéndome, me dijo… “Esclava, mira hacia abajo para ver como tu Ama estira un poco más tu clítoris…

 

Bajé la cabeza como me había ordenado mientras mi cuerpo temblaba previniendo el daño que sin duda me iba hacer… Vi como cogió el embolo de la jeringa que colgaba enganchada a mi clítoris y tiró de él provocando la dolorosa succión que elongaba aún más mi clítoris… De mi garganta salió un ahogado lamento mientras todos mis músculos se contraían convulsionada por el dolor que me causaba y del que tardaría mucho en recuperarme… Mi llanto silencioso les indicaba claramente lo que me estaba haciendo sufrir mucho sin importarle nada.

 

Mientras iba asumiendo el dolor que me producía el nuevo estiramiento de mi clítoris, sus manos palparon sin pudor alguno todo mi cuerpo sin dejar rincón alguno por tocar y hurgando mis agujeros... Finalmente me miro lascivamente a los ojos, abriendo la boca y sacando provocativamente la lengua… Entendí perfectamente lo que me insinuaba y de inmediato acerqué mi boca abierta a la suya fundiéndonos en un prolongadísimo beso mientras se refregada sin importarle tampoco el dolor que causaba en mi cuerpo.

 

- Cada hora, esclava, estiraré tu clítoris hasta que me supliques que te lo taladre,… me dijo.

 

Sus palabras me dejaron totalmente helada… Estaba claro que iba a continuar torturándome, sin prisa alguna, hasta que yo le pidiera esa atrocidad… Petición que debía formularla de la forma más degradante posible, es decir, suplicándoselo… Y sin pensármelo dos veces, porque al final este hecho se realizaría, le dije:

 

- Ama, tu esclava le suplica que me taladre el clítoris.

 

De inmediato, dos fuertes bofetadas se estrellaron en mi cara…

 

- Aun no, estúpida… Todavía estas saboreando el estiramiento que te acabo de hacer… Tu petición debes hacerlo sintiéndote totalmente convencida de ello ya que es un honor realizar en tu coño este magnifico trabajo… Lo has entendido?.

 

- Si, mi Ama… Gracias, mi Ama… Perdón por mi error,… le respondí.

 

- Gina, subamos arriba, tengo a Perra sometida a uno de mis juegos favoritos y ya es momento de cambiar a otro… Se alegrará de verte,… le dijo mi Ama.

 

- Y yo también, -respondió-, hace algunas semanas que no la veo y en la última ocasión disfrute muchísimo con el látigo… Fue una sesión fantástica, aunque debo de reconocer que te la dejé bastante maltrecha, pero una esclava es una esclava y su cuerpo está para disfrutarlo de la forma en que nos apetezca hacerlo, que caray.

 

- Claro, y espero que en esta ocasión disfrutes más porque tenemos dos esclavas,… le dijo sonriéndole y a continuación le volvió a dar un largo beso al tiempo que le metió su mano entre las piernas acariciándole el coño... Ama Gina se dejaba hacer con los brazos caídos a lo largo del su cuerpo, complacida sin duda por el trato que estaba recibiendo.

 

Luego ambas mujeres se dirigieron escaleras arriba y yo, de nuevo, totalmente resignada, las seguí tal y como lo hice siempre: de puntillas, con las piernas abiertas, mano en la nuca y cabeza erguida… Mi obediencia era ya absoluta… No tenía otro camino que resignarme a estar cada vez más y más degradada y además, servir ahora a dos Amas... Tenia claro que mi tortura iba a ir en aumento y mi aceptación a ella, también.

 

Una vez llegaron ante mi pobre compañera de infortunio, el Ama Gina le saludo acariciándole su abultado abdomen… “Hola Perra, ya estoy aquí de nuevo para disfrutar con tu cuerpo, como la última vez… ¡Qué bien lo pasé entonces y voy a repetirlo!”… A continuación vi como le quitó la pesa que estiraba sus amoratados pechos, soltó las cuerdas que los aprisionaban y las pinzas que mordían sus pezones… Y mirando a mi Ama le dijo:

 

- Olga, te felicito… Han quedado como me gustan de torturados… Mientras hablaba, los masajeó para que volviese a circular la sangre… Por como Perra se contraía debía estar sufriendo mucho… Luego le quitó las pinzas que llevaba colocadas en los labios vaginales y se podía a preciar también las marcas dolorosas que había dejado.

 

- Zorra, ponte frente a Perra y con las manos abre tu culo al máximo.

 

Su orden me vino de sorpresa, pero de inmediato me situé como me había ordenado… Estaba tremendamente asustada por lo que podría hacerme… No tardaría en conocer lo que me deparaba.

 

Miré como soltaba el artilugio que tenía introducido en la boca Perra y me lo puso en mis labios… De inmediato me dí cuenta de lo que pretendía... Con tremendo asco abrí mi boca y poco a poco me lo introdujo hasta el fondo… Luego me lo ató por detrás de la cabeza… Ahora soy yo quien tragará todos los restos que expulsaría Perra… De inmediato comencé a recibirlos y a pesar de las arcadas que ello me producía fui tragándomelos conforme llegaban… Su sabor era de lo más repugnante… Cuanta degradación estábamos sufriendo ambas.

 

- Olga, cariño, métele a Zorra el contenido de esa botella por el culo y luego ponle un tapón para que no se le escape ni una gota.

 

- Que buena idea has tenido Gina... Es excitante este juego… Me gusta.

 

- Lo he pensado para que no olvide lo que me contaste de su negativa… ¿Cómo dudo en limpiarte el culo?... ¿No sabe que su cuerpo no le pertenece?... Ahora que estoy yo aquí, ya verás lo rápido que abre la boca cuando abramos nuestros culos y hagamos fuerza... Y para que no olvide la ofensa que te ha hecho, y que seguro no repetirá, le voy a traspasar sus pechos con agujas.

 

Asustadísima por lo que acababa de escuchar, apenas sentí como entraba por el culo el contenido de la botella que hasta la última gota me introdujo mi Ama… A continuación, me puso un gran tapón que impedía que pudiese expulsar el líquido que me había metido.

 

- ¿Te apetece una copa mientras disfrutamos del espectáculo y conversamos sobre lo que podemos hacer?,… le dijo.

 

- De acuerdo, Olga,… le respondió.

 

Y mientras estas dos malvadas mujeres conversaban, nosotras, mirándonos frente a frente, soportábamos la tortura impuesta... Perra procurando, en lo posible, retener sus líquidos para evitar que yo los recibiera… Y yo tragándomelos una vez estaban en mi boca… Mientras sufría esta humillación, pensaba en las palabras que había escuchado y que me aterrorizaba… El asco y las nauseas que me producía recibir estos jugos quedaban en segundo término… Si estas vejaciones se me estaban imponiendo en el corto espacio que llevo como esclava, ¿Qué tendré que soportar en el futuro?,… me preguntaba.

 

Al cabo de un buen rato, Ama Gina se acerco y de un golpe seco le arrancó la sonda a Perra provocándole un grito de dolor… Sin inmutarse por lo que había hecho nos dijo:

 

- Vamos al baño a vaciar vuestros cuerpos… Quiero ver como os limpiáis mutuamente con la lengua… Espero Zorra, que no me falles esta vez.

 

Sin más, comenzamos a caminar, de la forma consabida, detrás de ella, seguidas de Ama Olga… Ambas sabíamos que nos dirigíamos a concluir una denigrante tarea con obediencia absoluta para poco después tener que soportar otro suplicio… Ese era nuestro destino y en mi caso forzada a ello sin tener culpa alguna… Jamás paso por mi imaginación donde me había metido.

 

Una vez dentro del aseo recibimos las instrucciones sobre lo que debíamos hacer:

 

- Zorra, tanto tú como Perra estáis en cierto modo limpias por dentro…  Con esto queremos hacerte ver como debes seguir incrementando tu proceso de sumisión, degradación y obediencia… Por tanto, métete en la bañera para aprender a expulsar tu orina y vaciar tus intestino como debe ser y que a mi, personalmente, me gusta mucho... Observa a Perra y cuando haya terminado contigo, ocupa su lugar y haz lo mismo.

 

De inmediato, Perra, sabedora de lo que tenía que hacer, entró en la bañera y se tumbó en ella esperando mi llegada… Desconcentrada y asustada entré en la bañera... Ella me colocó una pierna en cada lado de su cuerpo a la altura de sus pechos… Me hizo flexionar las rodillas de forma que mi culo quedó a dos palmos de su cara y noté como dos dedos se metían en mi coño excitándomelo de tal forma que expulse la orina contenida en mi vejiga en su cara y boca… Luego, sin prisa, me quitó el tapón que tenía insertado en el ano… ¡Qué horror lo que nos estaban obligando hacer!… Noté cómo con sus manos me separó las nalgas y esperó mi respuesta.

 

Observé a Ama Gina y Ama Olga, abrazadas, como se postraban en el borde de la bañera para no perder detalle de esta humillación… Apoyé mis manos a ambos lados de la misma y sin apenas hacer fuerza, por la postura en la que estaba, comencé a vaciar mis intestinos hasta la última gota… Al cabo de un cierto tiempo sentí como la lengua de Perra comenzaba a lamerme y meterla dentro de mi orificio anal hasta dejar la zona totalmente limpia… Este hecho se me hizo interminable… Luego, para sorpresa mía, se deslizó por debajo de mí y situándose de frente, me cogió con sus manos la cara y me dio un frenético beso metiéndome su sucia lengua en mi boca… El sabor que me dejo fue nauseabundo.

 

Y ahora, me tocaba a mi repetir la misma acción… Como espectadoras las dos Amas mirándome sin querer perder detalle de mi actitud… Con total sumisión me tumbé en la bañera y vi como Perra se situaba en la misma posición que estuve yo… Al poco de estar en esa posición, recibi los chorros de orina y luego, sin demora, retiré su tapón anal, abrí sus nalgas y esperé… A pesar de la asquerosidad que ello me iba a producir mantuve la cara al frente durante todo el tiempo que tardó en expulsar el contenido que tenía en sus intestinos… Luego, acerqué mi boca a su ano –igual que ella hizo conmigo- y mi lengua se puso a limpiarlo y a penetrar dentro de forma frenética hasta dejarle también la zona totalmente limpia a pesar de las arcadas de asco que ello me producía… Finalmente me deslice por debajo de ella y repetí la acción de darle otro frenético beso, similar al que me había dado antes.

 

- Esclavas –dijo Ama Gina- tenéis cinco minutos para ducharos… Os esperamos en la sala de torturas para proseguir… Estamos deseando continuar disfrutando de vuestros cuerpos.

 

Transcurrido el tiempo marcado, Perra y yo estábamos de nuevo frente a nuestras Amas en la posición que siempre adoptábamos en espera de recibir alguna orden, mientras nos contemplaban con lujuria.

 

No queriendo demorar por más tiempo el dolor que me producía el estiramiento de mi clítoris, me postré a los pies de aquellas mujeres y les dije:

 

- Amas, vuestra esclava agradece la forma como están doblegando mi voluntad y educándome en la difícil tarea de conseguir que entregue mi cuerpo para complacerles al máximo en todo aquello que deseen hacerme a pesar del daño que me causan y que tengo la obligación de aceptar... Veo el ejemplo de Perra y he de seguir sus pasos… Les suplico que me estiren más el clítoris y me provoquen todo el dolor que consideren necesario aplicarme por la osadía de dirigirme a Vds si consideran que todavía no estoy lo suficientemente preparada para que me taladren mi clítoris y mi coño, y así poder tener los aros que deben colocarme y poderlos lucir con el mismo orgullo que los llevó ya en mis pezones.. He aceptado ser una esclava y como tal mi cuerpo les pertenece.

 

Sentí como Ama Gina me cogía del pelo y me levantaba la cabeza al tiempo que abría sus piernas y me ofrecía su coño… Sin esperar orden alguna acerqué mi boca y mi lengua comenzó a lamérselo mientras la miraba a sus ojos y mis manos se aferraban a sus grandes nalgas… Escuché la voz de Ama Olga que decía:

 

- ¡Perra… rápido.. atrás!…

 

Intuyendo lo que significaba, le abrí las nalgas mientras chupaba y al instante noté como mi compañera de tortura metía su cabeza entre ellas y comenzaba a darle placer en su entrada posterior… Al mismo tiempo Ama Olga, pegada a ella, le acariciaba los pechos, le estiraba sus grandes pezones y la besaba apasionadamente… y así permanecimos durante un cierto tiempo hasta que empecé a notar la llegada de un violento orgasmo por la tremenda convulsión que le produjo, al que siguieron lo menos tres más… Un nuevo tirón de pelo me indicó que quedaba complacida y de inmediato deje de lamerlo pero sin atreverme a separar mis labios de su coño esperando nuevas instrucciones.

 

Una vez recuperó fuerzas, Ama Gina me dijo:

 

- Zorra, estas aceptando muy bien tu nueva condición y eso que apenas has comenzado el aprendizaje de tu esclavitud… Te esperan sesiones muy duras pero necesarias para denigrarte al máximo y así poder alcanzar el nivel que se te va a imponer… Ten en cuenta tu elevada deuda a la Organización que has de pagar con intereses… Esto que hacemos ahora es prepararte para tu venta a un Ama y créeme que esto es sólo un pequeño aperitivo de lo que te espera sufrir y bueno es que lo aceptes sumisamente.

 

- “Ya que ha pedido complacerte al máximo, le dijo Ama Olga, ¿porqué no utilizas el látigo que tanto te gusta?...  No lo ha probado nunca y me gustaría ver como se comporta... Toma éste de siete rabos y disfruta con ella… Hazlo sin atarla… así suelta… Y que ella te vaya mostrando, sin prisas, la zona del cuerpo donde debes golpear… Así comprobaremos si es cierto lo que dice… ¿Qué te parece, Gina?”

 

- Me gusta tu idea, Olga, me gusta…, le respondió.

 

De nuevo quedé aterrorizada por las palabras que había escuchado... Estaba claro que iba a ser azotada por esta mujer sin escrúpulos con el agravante de ser yo quien, voluntariamente, adoptara posiciones diferentes para recibir los golpes que me daría… Otra vez, una forma más de pretender demostrarles mi sumisión y degradación… Una forma más de denigrarme… Mi mente aconsejaba que tenía que complacerla plenamente y me propuse cumplirlo angustiada y temerosa del dolor que me iba a producir simplemente por capricho… ¿A qué otro tipo de salvajadas más podrían someterme si no quedase satisfecha?

 

- Zorra, ya has oído lo que vas hacer… Como es la primera vez tan sólo te aplicaré 200 latigazos… que con estos rabos, tu cuerpo recibirá nada más, ni nada menos que 2.100 golpes… No serán lo fuertes que a mi me gustaría que fuesen, porque en breve serás presentada a la Organización y debes viajar sin marcas de este tipo, pero al final ya te verás como queda tu cuerpo totalmente marcado…

 

De rodillas, postrada a sus pies, recibí por primera vez un latigazo en mi cuerpo… Fue en mi nalga derecha y me causó un dolor que pude soportar aunque seguro me enrojeció la zona…

 

- Perra, lleva tú la cuenta,… le escuche decir al tiempo que descargó otro latigazo, esta vez en mi nalga izquierda… Luego vinieron una serie larga de latigazos desde los hombros hasta las rodillas que se repitieron una y otra vez… Mis ojos estaban cada vez más empañados de lágrimas y me retorcía con cada golpe que recibía en mi cuerpo… Por el dolor que me infligía me resultaba difícil colaborar y congraciarme con ella pero lo estaba haciendo lo mejor que podía… Ama Gina esperaba sin prisas a que adoptase una postura y al instante me golpeaba sin compasión… Durante todo el tiempo que me estuvo azotando, me coloqué de todas las formas inimaginables… de perfil, de espaldas, de frente, con los brazos abiertos, con las piernas abiertas, mostrando el culo en alto, ofreciéndole mis pechos, mis piernas, mis manos y lo más doloroso de cumplir fue al escuchar que de cuando en cuando debía abrir las nalgas porque el látigo debía golpear allí también…

 

Tras dos largas horas de azotarme por todo el cuerpo, escuche la voz de Perra anunciando los 200 latigazos… Mi cuerpo aunque sin marcas estaba todo él enrojecido por los golpes que me había propinado.

 

- Tienes un cuerpo precioso, Zorra, y ahora que está todo él enrojecido todavía me gusta más… Ahora, esclava, muéstrale sin recato a Ama Olga lo precioso que ha quedado tu cuerpo azotado…

 

De inmediato me dirigí hacia donde estaba sentada mi Ama Olga y mirándole con sonrisa forzada y sin muestra alguna de vergüenza, le mostré una y otra vez todo mi cuerpo para que viese “lo orgullosa” que estaba por como me había dejado todo mi cuerpo… A pesar de lo repugnante que me resultaba hacerlo me veía obligada una vez más a mostrar “lo satisfecha” que estaba de ello.

 

- Me gusta como la has dejado, le dijo Ama Olga, es un trabajo excelente… No te has olvidado de azotar ningún rincón de su cuerpo…  Hay que ver como va degradándose ella misma... A aceptado muy bien su papel de esclava, aunque –como bien has dicho, Gina- esto no ha hecho más que empezar… Creo que ya ha asumido que es un objeto de placer y debe de entregarse totalmente a todo lo que se nos antoje hacerle… Cuando comience su verdadera educación, su mente no se revelará... Es un tipazo de hembra, que gustará mucho disfrutar con ella… Dentro de unos meses de trabajo incansable, utilizarla será excitante… Será muy solicitada.

 

- Tiempo habrá de doblegarla totalmente una vez esté en su destino, le respondió Gina… Por la deuda contraída Ama Julia y sus guardianas se encargarán de aplicarle la formación de nivel más alto y las películas que grabarán se venderán muy bien en el mercado… Ya las veremos juntas cuando nos las envíen…

 

Escuchar la conversación de estas dos depravadas mujeres me dejaba totalmente descolocada… En poco tiempo ya me habían transformado, doblegando mi voluntad, en una esclava con pérdida total de cualquier signo de pudor y entregada, en contra de mi naturaleza, al lesbianismo... Con sólo pensar lo que me deparaba el destino, era para desesperarse… Con sólo pensar que podrían hacer conmigo, me producía escalofríos… Con sólo pensar que algún día serviría a un Ama como lo hace Perra, me producía pánico… Y sin embargo, estaba segura que ese es el camino que voy a tener que recorrer… La realidad, en estos momentos, evidencia a una chica joven entregada plenamente a dos mujeres que doblan su edad y hacen con ella todo lo que les place… Y todo por miedo a lo que pudiesen hacerles también al resto de mi familia… Estaba sumida en estos pensamientos cuando escuché a Ama Gina que decía:

 

- Olga, creo que vamos a complacer a Zorra y la anillamos, ya ¿de acuerdo?

 

- Lo que tú quieras, cariño… Ya sabes que no me gusta negarte nada… Déjame unos momentos para que la preparé y enseguida nos vamos al sótano para que la trabajes bien sobre la mesa.

 

Ama Olga cogió un grueso gancho curvo, bastante grueso en uno de cuyos extremos terminaba en una bola del tamaño de una pelota de golf y el otro extremo llevaba una anilla.

 

- Ven acá, esclava, me dijo… - Ábrete al máximo las nalgas… Gina, cariño, acércate a ayudarme porque costará meterle este gancho en el culo, a pesar de haberlo untado bien para que entre.

 

Obedecí su orden, abriéndome de piernas e inclinándome para favorecer la penetración... Mientras una me sostenía para que no cayese, la otra presionaba cada vez con más fuerza hasta lograr introducirme la bola dentro del culo y luego sentí como avanzaba dentro de mi dilatado recto hasta quedar totalmente insertado… La mueca de dolor y lo desencajado de mi cara les demostraba el sufrimiento que estaba padeciendo, cosa que a ellas les importaba bien poco o mejor dicho, nada.

 

A continuación me ató las muñecas por detrás de mi cabeza y con una cuerda tensa unió la anilla que tenía el extremo del gancho a las argollas de las muñecas.

 

- Abre las piernas, Zorra… Tomó de nuevo el embolo de la jeringa que tenía insertado en el clítoris y procedió, sin piedad alguna, a un nuevo estiramiento produciéndome un angustioso dolor que me hizo sentir la sensación como si me lo arrancasen... Mis ojos empañados de lagrimas y las convulsiones de mi cuerpo dejaban patentes el sufrimiento que me estaba causando…

 

- Gema, cielo, por mí, ya está lista… Cuando quieras bajamos.

 

Continuará.....

 

 

 

 

 

 

 

 

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