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La infame vida de una recien casada (Cap 3)

en Dominación

CAPITULO 3.- El emputecimiento de la recién casada

El lujoso coche de Pierre se deslizaba rápido por la carretera en dirección a Nicey, en la campiña francesa… Mientras conducía observaba de reojo a su joven esposa que recostada en el asiento del copiloto permanecía con los ojos semicerrados como si estuviera dormida… Pero Anna no dormía, su mente pasaba revista a la cantidad de acontecimientos de las ultimas cuarenta y ocho horas.

Apenas cincuenta horas antes, era una jovencita soltera… Ahora estaba casada y con el hombre que quería… Pero lo que había sucedido después de su boda, le parecía una pesadilla… La cantidad de orgasmos concadenados que había tenido y de qué forma, la habían dejado extenuada, sin apenas fuerzas para levantar los brazos… Permanecía con los ojos somnolientos, por el gran agotamiento que arrastraba.

A pesar de su juventud, sabía que desde que se había unido en matrimonio con Pierre, su marido la había convertido en una esclava y como tal debía obedecer sus ordenes, a pesar del miedo que su obediencia le iba a causas, sin ningún genero de dudas.

Y con estos pensamientos llegaron al cabo de unas tres horas a Nicey, donde se encontraba la casa de su amigo Noel… En realidad no era una casa sino una mansión y en ella vivía junto con su hermana Margot… Tanto Noel como Margot tenían una fuerte personalidad, que lejos de enfrentarlos, los mantenía muy unidos… Así que cuando llegó el momento de hablar sobre sus apetencias sexuales, Margot no tuvo ningún inconveniente en confesar a su hermano Noel que lo que realmente le gustaba era poseer a su pareja y hacer con ella lo que quisiera, más que entregarse a ella… Y lo mismo le dijo, Noel.

Desde hacia tiempo Noel y Margot pertenecían también al Club y ellos también decidieron que Anna los visitara durante su viaje de novios… Así que una vez el matrimonio llegó a la mansión en el vestíbulo les esperaba Margot, la cual al ver a Pierre se tiro a su cuello y le beso descaradamente en los labios con un beso largo y profundo, sin reparar en Anna que asombrada miraba las muestras de afecto hacia su esposo.

Después de un largo minuto en que la lengua de Margot estuvo metida dentro de la boca de Pierre, pareció como si al final se diera cuenta de la presencia de Anna y dirigiéndose a ella, le dijo:

- ¿Tu eres Anna, no?

La joven desposada asintió con la cabeza mientras Pierre la cogía de la mano y la acercaba a Margot.

- ¿Qué te parece mi esposa?,… le dijo Pierre.

- Preciosa,… contesto ella… - A Noel le gustará muchísimo… Es el tipo de mujer que le atrae… Alta, delgada y con un buen culo.

Pierre estalló en una carcajada y le dijo:

- Así es como nos gustan a la mayoría de los hombres.

- Y a las mujeres,… respondió Margot mientras cogía a Anna por la cintura y la llevaba hacia el interior de la casa… - Noel ha ido en busca de nuestro maestro Manjari, “el budista”… Mientras ellos llegan, me dejarás que conozca a tu esposa y así cuando regrese podré presentarla conociéndola un poco más íntimamente.

Anna se encontraba un tanto deslumbrada por las cosas que veía en la casa y no capto la frase de Margot, pero cuando sintió las manos de su anfitriona acariciar sus nalgas, se apartó rápidamente buscando la protección de su marido, el cual pudo ver perfectamente como Margot estaba intentando palparle el culo a su mujer.

Los tres entraron ahora al salón donde sobre una mesa había bebidas y copas para tomar lo que deseasen… Margot insistió de nuevo con Anna y colocándose frente a ella la atrajo hacia sí, poniendo sus manos en su cintura, le dijo:

- Tienes una cara preciosa y seguramente una figura muy bien proporcionada… Me gustaría verte desnuda.

Anna enrojeció y bajo la mirada… Margot entonces le levanto la barbilla y mirándole a los ojos, le preguntó:

- ¿Qué te gusta más, follar o que te den por el culo?

Anna sintió como el calor le invadía sus mejillas, pero no contestó a la humillante pregunta.

- ¿Es orgullo o vergüenza lo tuyo?... Ya verás como esta noche se te pasa toda la estupidez que tienes y gritas como una condenada que te follen y te den por el culo… Ya verás como Noel sabrá disfrutas de tu cuerpo y dará buena cuenta de tus agujeros.

Pierre se había ocupado de las bebidas y se acercaba a ellas con tres copas en sus manos… Su mujer cogió la copa que le ofreció y se sentó en unos de los sillones sin apenas atreverse a levantar la mirada por lo confusa y vergüenza que sentía después de lo que Margot le había dicho.

La joven anfitriona, que no aparentaba tener más de cuarenta años, se sentó en el borde de la mesa situada frente al sillón de Anna y subiéndose las faldas, abriéndose de piernas y apoyando una de ellas en el brazo del sillón donde estaba Anna, le dijo:

- ¿Cuando te enseño mi coño, qué piensas?

- Nada,… respondió Anna roja como un tomate.

- ¿De verdad?... ¿Acaso te avergüenza mirar un coño?... Mira el mio… Margot colocó ahora la otra pierna sobre el otro brazo del sillón donde estaba sentada Anna mostrándole la hendidura peluda de su coño.

Anna, con el rostro enrojecido, tras haber escuchado las palabras de Margot, no apartaba los ojos del coño de su anfitriona.

- Me gusta enseñar el coño a mis invitadas y hacer que me lo toquen… ¿A que esperas?... ¡Vamos, tócamelo!

Como Anna no reaccionaba, grito impaciente:

- ¡Vamos!... Te he dicho que, ¿a qué esperas?!... Tócame el coño!!

Anna se inclino hacia delante al mismo tiempo que dirigía una mirada hacia su marido, que divertido observaba la escena mientras sorbía pequeños tragos de whisky… Le dijo:

- Anna, tócale el coño a Margot… Vamos!!

Y Anna, resignada, alargó la mano y con la punta de sus dedos acaricio el coño… Margot separó más las piernas y su sexo se abrió obscenamente, desvelando las mucosas plisadas de la vulva y el orificio vaginal muy abierto desprendiendo una buena cantidad de espeso mucus.

Anna hundió su dedo índice en la abertura vaginal y los músculos de Margot se cerraron a su alrededor… Anna entonces comenzó a meterlo y sacarlo provocando un temblor en Margot que grito:

- El clítoris!... Tócame el clítoris!... Rápido!

Anna escarbo excitada las mucosidades y con los dedos índice y pulgar comenzó a frotar rápida la carne endurecida de su clítoris… De pronto, Margot se arqueó, levantando las nalgas… Anna vio aparecer el agujero del culo…

- El culo!... Ahora, el culo,… grito Margot… - Méteme el dedo en el culo… ¿A qué esperas?... ¿Es necesario decírtelo todo?!!

Y ahora Anna le metió rápidamente el dedo índice en el ano y comenzó a moverlo en su interior.

- Húndelo profundamente en el culo!... - Mételo y sácalo con rapidez!… Acaríciame el clítoris al mismo tiempo!… Así!… Muy bien!... Sigue!... No pares!

De forma salvaje Anna utilizaba ambas manos para darle todo el placer que le estaba exigiendo Margot… De repente observo cómo tembló violentamente al tiempo que dejaba caer la cabeza hacia atrás y cerraba los muslos aprisionando las manos de Anna… Tras unos segundos largos, los músculos de Margot se relajaron y Anna pudo sacar sus manos completamente inundadas de flujos vaginales.

Poco tiempo después, Margot se limpiaba su rostro de las gruesas gotas de sudor que caían de la frente, al tiempo que se bajaba la falda, viendo como una temblorosa Anna se acercaba a una caja de klenex, sacaba unos pañuelos y se secaba las manos con las que la había masturbado.

- Necesitaba correrme,… le dijo Margot… Y tú, con lo jovencita que eres, sabes hacerlo bastante bien aunque será preciso “sacudirte” un poco porque noto que no eres muy activa y eso hay que solucionarlo cuanto antes.

Anna bajó los ojos y dirigió su mirada al suelo… Margot la atrajo hacia ella colocando un brazo alrededor de sus hombros en un abrazo protector al tiempo que le decía:

- No te preocupes, cariño… Entre mi hermano y yo, te educaremos… Ahora vamos al baño.

Anna dirigió una mirada a su marido, como buscando una confirmación a la invitación de Margot… Pierre, que seguía con su vaso de whisky en la mano, sonrió dando a entender la conformidad con un movimiento afirmativo de su cabeza.

Embrutecida Anna se dejo conducir…Después de salir del salón donde tan brutalmente había entrado en contacto con su anfitriona, fue acompañada por ésta, subiendo unas escaleras al piso de arriba… Margot abrió una puerta y entraron en un suntuoso cuarto de baño.

- ¡Desnúdate!,… le dijo Margot sin más preámbulos.

Anna se sobresaltó al notar el cambio de tono en la voz de Margot… La dureza de su rostro no admitía ninguna objeción… Se quitó el vestido y lo dejó en una percha situada en una de las paredes… Margot le ayudo a quitarse toda la ropa interior de forma rápida… Le acarició los pezones endureciéndolos entre sus dedos y le mostró una mancha húmeda en las bragas cuando se las quitó, comentándole “lo caliente que era”… Y se estremeció cuando las manos de Margot le pellizcaron sus labios vaginales, temblando sus piernas y con la respiración jadeante… Anna cerró los ojos cuando se le escapó un jadeo acompañado de abundante jugo por la vagina que no paso desapercibido, ni mucho menos, a la amiga de su esposo, que sonrió al verlo salir.

Margot puso entonces su mano derecha sobre el coño de Anna al tiempo que con su brazo izquierdo rodeaba la cintura de Anna, lo cual impedía que se pudiera apartar e inició una profunda caricia… Con su dedo índice se abrió paso entre los labios vaginales frotando despiadadamente el clítoris cada vez más excitado de la joven desposada… De repente, cuando Margot notó que la excitación abría y cerraba la hinchada abertura vaginal, colocó los dos dedos centrales de su mano derecha en forma de cono y se los metió hasta el fondo del coño de Anna.

No le hizo falta agitar excesivamente la mano en la profundidad de la vagina de Anna, para que esta, que se encontraba muy excitada estallara en un violento orgasmo… Una tras otra, las sacudidas de placer de Anna fueron recogidas por la experta mano de Margot, mientras miraba el rostro de la joven y se deleitaba con las expresiones de placer que la joven desposada manifestaba de modo continuado… Le había provocado numerosos orgasmos seguidos.

Mientras, la bañera se había llenado de agua caliente… Margot bajo la intensidad de la luz hasta quedar casi en penumbra y haciendo una indicación a la temblorosa Anna se metió dentro de la bañera, relajándose con los ojos cerrados hasta escuchar cómo la puerta del baño se había abierto y cerrado, seguido del característico sonido de la llave de la cerradura… La habían dejado encerrada y lo peor de todo es que se había llevado toda su ropa.

Pasaron como unos veinte minutos y la puerta se abrió… De inmediato le dijo:

- Margot, devuélveme mi ropa… Por favor.

- Por el momento no tienes ninguna necesidad de ella… Toma esta toalla y sécate,… le respondió Margot.

Anna obedeció y se secó con ella… Luego cuando intentó cubrir su cuerpo con la toalla, Margot se la quito violentamente.

- Desde ahora y hasta que te vayas, permanecerás totalmente desnuda, le dijo Margot… - Y ahora, sígueme.

Confundida Anna siguió a su anfitriona, descendiendo por las escaleras y entró en el salón donde estaba Pierre, sentado en un confortable sillón y con un álbum de fotografías en las manos.

- Tu álbum de fotos es muy interesante,… le dijo Pierre al mismo tiempo que observaba a su esposa completamente desnuda cerca de la puerta con la cabeza baja.

- No las conoces, le dijo Margot mientras se sentaba en el brazo del sillón… - Esta es Alizee y su amante… Y esta otra es Mirelle con su esclavo… Las hice el verano pasado durante una corta estancia de tres días que estuvieron con nosotros… Me gustaría también sacarle unas fotos a Anna como recuerdo de vuestra visita… ¿Querrás?

- Si, claro… ¿Verdad que te gustaría, cariño?,… preguntó Pierre a su esposa.

La joven permanecía como ausente, avergonzada por la humillación de verse desnuda… La pregunta de su esposo la dejo confusa y no le contestó.

- ¿No me has oído?,… preguntó de nuevo Pierre… - ¡Acércate y verás que buena fotógrafo es Margot… Sus fotos son preciosas.

Anna avanzo hasta situarse frente a la pareja que la esperaba… Fue entonces cuando Pierre se lo enseñó.

Los ojos de la joven esposa pudieron ver el tipo de fotografía de las que estaban hablando… En una de ellas, una preciosa joven se encontraba inclinada, con las faldas recogidas hasta la cintura, mostrando su culo a la cámara, mientras a su lado había un joven elegantemente vestido de jockey, con sus botas de montar y el látigo en la mano derecha y su mano izquierda apoyada en los riñones de la joven…

- Esta foto fue hecha antes que su amante le diera a Alizie, una serie de varazos… Por eso su culo todavía se ve en perfecto estado… Esta otra foto es la de Mirelle cuando le ha metido un tremendo consolador en el culo de su esclavo y la obliga a estar sentado en el taburete sin tocar los pies en el suelo… Todo el peso del cuerpo lo soporta el tremendo pollón que tiene metido dentro… Y fíjate la cara de dolor que pone y la cara de satisfacción de ella que lo está masturbando como premio a su sumisión.

En aquel momento hizo su entrada en el salón, el mayordomo anunciando que la comida estaba lista, sin dirigir siquiera la vista a Anna, que intentó desviar la mirada hacia el empleado.

- Perfecto… Tenemos hambre, respondió Margot.

Los tres se dirigieron hacia el comedor… Anna, completamente roja, sentía el calor de la humillación al saber que se estaba exhibiendo ante extraños a pesar de intuir que estaban acostumbrados a contemplar a otras personas desnudas… A pesar de ello se sentía confusa e impotente.

La comida fue agradable y el vino corrió en abundancia por lo que Anna, al final consiguió que su vergüenza hubiera desaparecido y se comportaba como si estuviera vestida.

- Creo que ha llegado el momento de hacer una pequeña siesta pues esta noche nos iremos a la cama bastante tarde, comentó Margot mientras cogía entre sus manos las de Anna… Y sin más la arrastró de nuevo hacia las escaleras, mientras Pierre se sentaba de nuevo en el salón para seguir con otro whisky y continuar viendo las interesantes fotografías del álbum.

Anna, con los ojos semicerrados, los brazos a lo largo del cuerpo y las piernas un tanto abiertas permanecía a la espera de lo que su anfitriona seguro le iba hacer u ordenar que ella le hiciera.

Margot se inclinó sobre su cuerpo y le dio un apasionado beso en su boca y su lengua penetró dentro de su boca… Lánguidamente se dejó hacer mientras su piel se erizaba y su coño comenzaba a segregar flujo… “Cómo había cambiado su vida”, pensó… Apenas unos días antes jamás hubiese pensado todo este tipo de lujurias que estaba viviendo… Ahora se encontraba tumbada en una cama abrazada a una mujer que no conocía y a la que se estaba entregando a sus caricias… Y con estos pensamientos se durmió agotada.

Dos horas más tarde despertó Margot y tras contemplar la belleza de Anna se excito pensando en la noche de placer que le iban a dar y ver como su cuerpo temblaría al entregarse a los más depravados y obscenos placeres carnales… Le dejó dormir mientras fue a ducharse y vestirse… Luego, entro de nuevo en el dormitorio y abrió un cajos de su mueble tocador y extrajo una carta, volviendo a la cama.

- Despierta Anna… Ya es tarde… Toma lee esta carta… Nos la escribió Pierre poco antes de casaros y creo que debes leerla para que conozcas cuales son los deseos y gustos de tu marido, que tú, de momento no le estás ofreciendo y eso debes corregirlo de inmediato… la carta decía:

Queridos amigos Noel y Margot… Dentro de unos días me caso… Y lo hago con una preciosa criatura que me adora… Se llama Anna y cuando la conocí me di cuenta que esta era la compañera perfecta para todo lo que me gusta hacer….

Anna siguió leyendo y a medida que avanzaba en la lectura su rostro se enrojecía… Pierre les contaba con pelos y señales los más íntimos detalles de cómo se la estaba follando y le mamaba su polla… Se alegraba mucho de su docilidad y sumisión pero se quejaba de que no le dejaba darle por el culo debido a que ella decía asustada que tenía el ano muy estrecho… Cuando Anna levantó la vista, Margot le cogió la cara y la beso tiernamente, diciéndole:

- Es necesario que conozcas a nuestro maestro Manjari “el budista”… Te gustará… Es un especialista en sexo y nos hará disfrutar a todos.

 - Quiero que sepas que lo que dice la carta fue anterior a mi noche de bodas, en donde me rompieron el culo con un tremendo consolador y, al día siguiente, le entregué a Pierre mi ano cuando me lo pidió… Me clavó su polla hasta el fondo… Y no quedando satisfecho, me dio por el culo su amigo Adrien… Y para finalizar, su sobrina Fleur con un tremendo pollón de goma me terminó de destrozar el orificio anal… Así pues Margot, estoy totalmente penetrada por todos los orificios ante los ojos de mi Pierre, que le gusta ver como me degradan y humillan.

- Bueno, querida… Todo eso que me dices está muy bien, pero aún te queda mucha sumisión y humillación que sufrir porque te noto un poco tensa y reticente en el momento de entregarte… Y creo que Pierre lo que pretende es pulir estos detalles… Basta observar cómo te rebelas a estar desnuda ante nosotros.

- Yo no sé si Pierre,… quiso seguir hablando pero fue interrumpida.

- Tu misma verás como tu marido será quien te entregue al maestro Manjari “el budista” para que te reviente de placer, dijo Margot con aire burlón… - Ahora vamos a bajar que seguro ya estarán esperándonos y querrán conocerte.

- ¿Y he de bajar desnuda?

- ¿Lo ves?... Todavía reticente… Pues claro, querida… Ya te he dicho que hasta el mismo momento en que os vayáis permanecerás siempre desnuda delante de todos, incluso de los criados… Y sin más comentarios salieron del dormitorio, bajaron las escaleras y se dirigieron al salón… Desde la puerta Anna vio a tres hombres de pie tomando una copa.

Margot la cogió de la mano y la acercó al grupo e hizo las presentaciones.

- Este es Noel, mi hermano.

El joven acercó sus labios a los de Anna y deposito un beso sobre los de la joven desposada.

A continuación, Margot le cogió la mano a Anna y se la entregó al maestro Manjari “el budista”… Era una persona enorme, alto, fuerte con el rostro inquisidor, ojos fríos y crueles pero con una boca sensual… Hablo con Anna manifestando lo feliz que se sentía de conocerla pues tanto su esposo como los anfitriones le habían hablado de ella.

Anna sintió como el calor le subía de nuevo a sus mejillas y miró a su esposo, que sonreía por ello… Mostraba ante todos un cuerpo delgado, casi de niña, con un coño peludo de finos rizos dorados, un culo redondo y unos pechos pequeños pero firmes y con unos pezones de un tono más oscuro.

- Sírvenos algo, cariño,.. escuchó decirle Margot.

Y ella, obedientemente sirvió a cada uno de ellos una copa que presentó sobre una bandeja de plata… Después, Margot la hizo sentar en una pequeña banqueta situada frente al diván donde se hallaban sentados los cuatro.

Al sentarse Anna se dio cuenta que la banqueta al ser tan bajita que dejaba las rodillas a la altura de su cara y para que la vieran, debía imperiosamente separar las piernas, con lo cual dejaba su coño perfectamente visible a los ojos de todos ellos.

Después de consumir las bebidas y de mirar con descaro a Anna, Margot se levantó y fue a buscar un cofre recubierto de cuero azul oscuro, con una cerradura de plata.

- Mira, querida, lo que el maestro Manjari ha tenido la gentileza de traerte para ti como regalo de bodas.

Anna, abrió la cerradura y levantó la tapadera del cofre al mismo tiempo que lanzaba un pequeño grito… En su interior, sobre una plataforma tapizada en azul más claro había una ancha y larga correa enrollada, un delgado látigo de aspecto cruel y tres cilindros de diferentes medidas con cabezas ovoides de diferentes grosores.

Un impactante recuerdo trastorno momentáneamente a la joven desposada al recordar el regalo recibido de Camile, Adrien y Fleur, que se encontraba entre el equipaje que traían… Y Anna enrojeció de vergüenza, comenzó a temblar de terror y las piernas le flaquearon.

Margot la cogió de la mano, la hizo levantarse y la empujo hacia los tres hombres, que empezaron de inmediato a palparla por todo el cuerpo… Unas manos estrujaban sus pechos… Otras le obligaban abrir sus piernas y flexionarlas para tocar bien su mojado coño… Y otras la obligaban a inclinarse hacia delante para abrirle sus nalgas y ver el orificio anal y meterle sus dedos por el ano… Y mientras todo eso sucedía Margot le daba frenéticos besos en la boca por lo que Anna de nuevo comenzó a temblar, pero esta vez de placer.

Y estando en estas palpaciones, escuchó a Margot susurrarle al oído:

- Separa mucho los muslos para que puedan verte bien.

Pero la joven desposada sacudida por una oleada de pudor a causa de los desconocidos, sacudió la cabeza, negándose a ello.

- Separa tus muslos o conocerás el dolor de los latigazos,… repitió

Pero la joven desposada o no escuchaba o no quería, por lo que Margot la arrastró hasta la banqueta, la inclinó con fuerza sobre ella y la sujetó… El maestro Manjari cogiendo la correa de la caja, comenzó a descargar correazo tras correazo hasta dejarle las nalgas totalmente enrojecidas… Y Anna, por el dolor, separó las piernas como pedían y dejó que todos pudiesen contemplar su coño... Pero su actitud había hecho enfadar a su esposo, que quiso corregir esa falta de indisciplina y descortesía ante sus anfitriones.

Por eso, ante una señal de Pierre al maestro Manjari, este comenzó a fustigarla con golpes más duros… Con la experiencia que tenía en el manejo de la correa consiguió que los golpes alcanzasen los labios vaginales de Anna, que mostraba el coño y los gritos de dolor y el llanto inundaron el salón… Entonces, Anna, volvió a cerrar las piernas para evitar ser golpeada en el coño, por lo que Pierre, ya cansado de la oposición de su esposa, se levanto, detuvo al maestro y cogiéndola fuertemente del brazo, la arrastró fuera del salón en dirección a una pequeña habitación en cuya puerta esperaba sonriendo, Margot.

En el centro de la habitación, Anna vio una especie de caballete recubierto de cuero negro y en cada una de sus patas unas correas de piel que entendió claramente para que servirían.

Pierre, la situó sobre el aparato… Y ella, sin mostrar ningún signo de rebelión, dócilmente se dejó atar por Margot, que le colocó los pechos y el vientre aplastados sobre el frio cuero, los brazos y los pies sujetos a cada pata por las correas y el culo muy bien expuesto y abierto.

Todos estaban ya desnudos… Y aunque la polla de Pierre era grande, cuando éste miraba al maestro Manjari se asombraba de su tamaño pues le recordaba el pollón de un asno, con un glande del tamaño de un huevo de pato… Este pollón perfectamente debía tener entre unos veintiséis a veintinueve centímetros y era tan grueso como uno de los tobillos de Anna… Era algo realmente increíble… Y debajo de esta monstruosidad habían dos cojones del tamaño de un puño… No era pues de extrañar lo cómodo que el maestro Manjari debía encontrarse llevando siempre las ropas de un monje budista porque si fuese con pantalones, no podría ponérselos.

- Maestro Marjani,… le dijo Margot,… - como invitado le ruego que proceda a aplicar su excelente método disciplinario a nuestra díscola casada… Usted tiene una gran experiencia en la materia y nuestro querido amigo Pierre, le da el permiso para que castiguéis la desobediencia y la falta de respeto cometido por su esposa, nuestra querida Anna… Actuad con la mayor dureza posible para que nunca olvide esta fea actitud que tuvo con todos nosotros.

- Puedo ser muy severo con ella porque creo que se encuentra en situación de recibir un duro castigo pero necesito que su marido lo autorice por la dureza del método,… dijo el maestro Marjani.

- Puede hacerlo sin ninguna piedad, le contesto Pierre… Estamos hoy aquí para enseñar a mi esposa que comprenda cual es su camino de entrega y sumisión que quiero de ella… Así que tiene carta blanca para castigarla como se merece para que esto no se repita.

Escuchada la autorización y sin esperar más, el maestro Manjari inclino la cabeza en señal de agradecimiento y empuñando ahora, firmemente el látigo se colocó detrás del caballete y con todas sus fuerzas descargo un latigazo sobre el culo ya de por sí bastante enrojecido.

Un bramido de dolor salió de la boca de Anna, al tiempo que su cuerpo se retorcía y encabritaba sobre la montura en la que estaba atada… El maestro Marjani no se amilanó y siguió descargando latigazos con todas sus fuerzas mientras Anna iba poco a poco perdiendo la voz y sintiéndose afónica… Mientras bramaba suplicaba que no la golpearan más… Y su culo se marcaba con numerosos trazos rojos que el resto de presentes observaba atentos y excitados viendo como se desarrollaba el terrible castigo.

Algunas veces, el látigo golpeaba los labios vaginales debido a que Anna se encontraba atada muy espatarrada, provocando que su cuerpo temblase por el dolor causado… Anna ya apenas tenía fuerzas para gritar y su boca babeaba suplicando continuamente que parase el castigo… Y se revolvió tremendamente asustada al escuchar que Pierre le pedía al maestro Manjani que con el látigo, le golpease sin piedad, el coño.

Y así lo hizo el maestro Manjani… El primer golpe que recibió alcanzó de pleno el expuesto orificio anal y los entreabiertos labios vaginales… Un nuevo grito se escuchó para finalizar en suplicas de clemencia… Y a cada golpe que recibía Anna contraía el cuerpo y todo el caballete se movía… Los lugares donde era golpeada se hinchaban al momento y Anna emitía ya gritos muy roncos rugiendo, jadeando, sollozando y llorando, todo ello, convulsivamente… Estaba totalmente destrozada y seguía recibiendo latigazos en su ya tumefacto ano, que el maestro Manjani no paraba de golpear sin hacer el menor caso a los gritos de desesperación de Anna.

En un momento inesperado, el maestro Manjoni, tiro el látigo y cogiéndose la polla la acercó al cuerpo de Anna y, tras lanzar un grito, empezó a escupir grandes chorros de leche sobre el torturado ano y culo… Se había corrido sólo por el placer de golpearla y ver como la muchacha se convulsionaba y bramaba de dolor.

Gracias a la corrida, Anna dejó de ser golpeada… Luego, sintió como Margot, le restregó por todo el cuerpo el semen del maestro como si fuese un ungüento capaz de calmar los terribles dolores del castigo recibido.

Y sin más, la soltaron y la llevaron en brazos hasta el sofá, en donde la dejaron que se recuperase dándole a beber un brebaje que le había preparado previamente el maestro Manjini y la taparon con una manta, recomendándole que procurase relajarse y durmiera un poco antes de seguir disfrutando de ella… Anna, no respondió de lo agotada que estaba y cerró los ojos… Menudo viaje de bodas estaba teniendo.

 

Continuará….

 

 

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