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Los terribles y sádicos piratas de Barbería (Cap 3

en Grandes Relatos

Capitulo 3 Los vendedores-espías y las capturas

Personajes.- Ellen Baker, viuda y novia del Coronel Alan Risz.

                 - Julia, hija de Ellen Baker.

                 - Nicole Talbot, criada de Ellen Baker.

                  - Capitán Roy Curry, convertido en Aslak Brek,

                  - Ángelo, joven eunuco italiano y espía.

                  - Miguel, joven eunuco español.

                  - Endogan Fensse, capitán barco pirata y Amo eunucos.

                  - Abdu kunk, mayor tratante de esclavas de Túnez.

                  - Shaka, eunuco negro del tratante esclavas de Túnez.

 

El bergantín “Nercuse”, procedente de Inglaterra, y que iba a realizar de nuevo el trafico mercante con Sicilia, hacía escala en el puerto de Gibraltar… Estaba presto a levar anclas en cuanto repostase comida y completase el cargamento que se encontraba en el muelle.

De pie, apoyadas en la barandilla del bergantín, tres pasajeras miraban como embarcaban una carga de mosquetes, bayonetas, cartuchos y pólvora para el ejercito destacado en Sicilia… Gibraltar era una importante base militar de la Marina Real Inglesa y también el nexo con un pequeño destacamento británico presentes en Sicilia.

Las tres pasajeras había llegado recientemente a Gibraltar desde Inglaterra… Eran, la Sra. Ellen Baker, una viuda de treinta y cinco años; su hija Julia, de dieciséis años, y la doncella escocesa, Nicole Talbot, de veinte años y de ellos, cinco al servicio de la viuda… Las tres iban camino a reunirse con el prometido de Ellen, el Coronel Alan Risz del 23 Regimiento de Su Majestad.

Ellen era una mujer sorprendentemente atractiva, alta y rolliza con una cintura delgada y unos bonitos ojos azules. Su cabello rubio se asomaba por debajo del gran sombrero que llevaba… Vestía un traje de moda que le sentaba muy bien para su edad… Era un vestido suelto cuya larga falda comenzaba por debajo del busto… Todos los que la conocían coincidían al decir que el coronel Alan Risz era un hombre afortunado.

Y también que su hermosa y vivaz hija Julia era una jovencita adorable y que pronto encontraría quien la volvería a cortejar de nuevo una vez llegase a su nuevo destino pues siempre tenía gran éxito entre jóvenes oficiales... El parecido entre madre e hija era muy grande aunque, claro está, el cuerpo de Julia no estaba todavía desarrollado.

Sus enormes ojos azules y su largo pelo color miel, derretiría los corazones de muchos jóvenes suboficiales británicos en Sicilia y entre bastantes aristócratas sicilianos… Ella tendría pues, donde elegir.

Su sirvienta, Nicole, era una bonita pelirroja escocesa que vivía con sus padres en la finca familiar que Ellen tenía en Escocia y que de muy joven se la llevó para que trabajase en su casa... Esta joven era bastante lista y no le gustaban los hombres mediterráneos de ojos oscuros… Los miraba con cierto desprecio e indiferencia.

En cierto momento, Ellen fijó su vista hacia el norte de África y sintió un pequeño escalofrío de miedo… Era un miedo a lo desconocido... Viniendo de Inglaterra había visto las costas desoladas de Marruecos y se dio cuenta de que eso sería el borde mismo de la civilización… Pensó en aquel momento: “Por un lado, Europa y por el otro, el misterioso Marruecos, rara vez visitado… Y, mucho más allá, deben estar los llamados Estados de Barbería, casi inexplorados”.

Y ahora, Ellen, mientras miraba a lo lejos volvió a pensar: “¡Los Estados de Berbería!... Qué extraño y aterrador nombre… ¿No era allí adonde enviaron al Capitán Roy Curry como castigo al ser descubierto por la propia Reina, teniendo relaciones sexuales con una de las doncellas de su corteTodo Londres se rió del asunto”.

Ellen tenía razones para pensar en Roy Curry pues cuando ella enviudó, tuvo una breve aventura amorosa con él pero al no contar éste con suficientes medios económicos para mantenerla a ella y a su hija, su padre, un fiero escocés, puso fin a todo esto a pesar de que ella si amó profundamente a Roy Curry y quizá todavía lo amase… Sin embargo, debía apartar estos pensamientos ya que iba camino a casarse con el Coronel Risz… Sus pensamientos fueron interrumpidos por su doncella, al escuchar:

- Oh, mire, señora,… dijo Nicole a su Ama señalando a un joven vendedor ambulante que estaba en el embarcadero con un rollo de sedas orientales y satenes cargado sobre su hombro.

- ¡Qué cosas más bonitas lleva!... Mamá, vamos a invitarlo a bordo,… propuso Julia.

El vendedor ambulante alzó la vista hacia el barco y vio el interés que despertaba su mercancía entre las mujeres inglesas y sonrió... Pero, extrañamente, no mostró ninguna prisa en subir a bordo para enseñársela… Sin embargo, si parecía muy interesado en mirar el cañón de campo y las cajas de balas de cañón que en esos instantes estaban siendo cargados en el bergantín.

Hablando en una mezcla de italiano, español y árabe, comenzó a preguntar discretamente a uno de los marineros en el embarcadero... Asentía mientras el marinero señalaba con el brazo todo lo que faltaba aún para ser cargado… Sería una valiosa carga si caía en manos de piratas.

El marinero le contó a Ángelo, que así se llamaba el vendedor ambulante, que el barco aún permanecería dos días anclado en el puerto antes salir… Y que navegaría pegado a la costa norteafricana para eludir a los posibles corsarios franceses y luego viraría hacia el norte para evitar encontrarse con corsarios de Berbería... Ángelo obtuvo muy buena información… Tardar el bergantín en salir a alta mar dos días, le daría tiempo suficiente para hacer su trabajo.

Ahora, cómo respuesta a una pregunta del vendedor ambulante, señalando a las mujeres que le esperaban, obtuvo el permiso del marinero y subió al bergantín para enseñar sus telas de seda a las tres damas que lo esperaban ansiosas por verlas.

Tanto Ellen como su hija sabían un poco de italiano porque lo habían estado estudiando en Londres antes de partir hacia Sicilia… Ambas descubrieron que entendían lo que el vendedor ambulante les estaba diciendo mientras negociaban la venta de sus productos.

Ahora, el vendedor ambulante parecía interesado en las mujeres y, flirteando con ellas por su belleza, les hizo estas preguntas:

“¿De dónde vienen ustedes?... ¿Está casada usted?... ¿Su madre es viuda?... ¿Por qué van a Palermo?... ¿Eran realmente madre, hija y criada?... ¿La hija y la criada también iban a casarse?... “¿Cómo con lo guapas que son las dos nunca han tenido pretendientes?”...

Mientras él estaba regateando y reía con las mujeres, sus ojos también estaban fijándose en la pequeña cantidad de cañones defensivos y en el aparejo del barco… Muy cargado como iba, sería fácil de atrapar y al llevar poca tripulación, fácil de abordar.

Una hora más tarde, Julia se sorprendió al ver al vendedor ambulante saliendo al mar en una pequeña faluca provista de su típica vela triangular… Ella pensó que la utilizaría para llevar sus mercancías a través de la bahía en Algeciras... Pero la faluca, una vez pasada el Peñón de Gibraltar, y sin que pudiese ser vista desde el puerto, giró hacia las montañas de África, cruzando el estrecho.

Ángelo sonrió al pensar la alegría que tendría su Amo, Erdogan Fensse, el capitán del veloz barco corsario, que estaba escondido detrás de un promontorio en la costa africana, cuando le diese toda la información que poseía… Su Amo estaría encantado con su informe y se lo recompensaría a su manera como siempre hacía cuando estaba contento… El barco corsario no debería tener dificultades para interceptar al bergantín pues estaba diseñado para la velocidad y la captación de viento por las enormes velas árabes tradicionales en los mástiles de proa y mesana… Y como los corsarios confiaban siempre capturar un barco por abordaje -con el fin de conseguir su carga y sus pasajeros intactos- el armamento de sus naves era escaso… No querían bombardeos inútiles que destrozasen lo que un barco llevase.

Ángelo era uno de los eunucos blancos, bien educados, que Endogan Fense poseía y que usaba para su placer y para enviar a espiar potenciales capturas en los puertos cristianos… Procedía de una orgullosa familia terrateniente de Córcega y había sido capturado en una redada de corsarios cuando tenía apenas 10 años… Cuando quedó claro que su familia no podía pagar el alto precio exigido, fue castrado y vendido en el mercado de esclavos.

Ahora que los corsarios de Berbería usaban veloces veleros, en lugar de grandes galeras remadas por muchos esclavos cristianos capturados, con hasta cuatro de ellos encadenados a un remo, la demanda de esclavos blancos habían casi desaparecido... Era mejor matarlos o tirarlos por la borda, porque constantemente trataban de escapar o bien -para atender a una demanda limitada- castrarlos si sabían desempeñar funciones artesanales.

Pero también había mucha demanda de otro tipo de esclavos blancos: la de chicos muy jóvenes y bien educados, como Ángelo… Los cautivos, una vez que los castraban eran muy dóciles e ideales para satisfacer los apetitos sexuales u otros menesteres, de gobernantes y de ricos mercaderes de los Estados de Berbería… Los castrados ya no estaban interesados en escapar pues si regresaban a casa serían una figura de diversión y burla, mientras que aquí su Amo podría permitirles elevarlos a una posición de gran autoridad e incluso riqueza, llegando incluso a servir como confidente de su Amo o como administrador de alguna de sus propiedades.

Los árabes y turcos ricos disfrutaban exhibiendo a su apuesto niño o joven blanco cristiano, con sus voces aflautadas, barbillas imberbes y nalgas apretadas, mientras humildemente servía café a su Amo e invitados… Además, al estar castrado, podían acompañar a sus Amos incluso cuando éste visitaba su harén e incluso permanecer presente, abanicando, y viendo como su Amo, desnudo, era complacido por sus mujeres también desnudas y entregadas al disfrute carnal a pesar de que ellas sintieran enorme vergüenza ante su presencia.

La mutilación de los genitales en los musulmanes estaba prohibida por el Corán… Pero la castración de paganos negros o de jóvenes cristianos blancos era otra cosa, y en los Estados de Barbería era un hecho habitual… Para realizarla, al niño, una vez desnudo, se le ataba de pies y manos… El barbero envolvía la base de los testículos con una cuerda que apretaba fuertemente y después los retorcía hacia un lado… Luego cogía un cuchillo curvo bien afilado y realizaba un corte fuerte y veloz, cortando totalmente los genitales y quedando sólo visible el conducto urinario, que lo cortaba al ras del pubis para que pudiese orinar… El conducto espermático se lo metía dentro de la carne... El esclavo ya estaba castrado.

Los gritos de dolor eran indescriptibles además de la hemorragia que se producía al instante… El barbero, haciendo caso omiso a los berridos de la victima, aplicaba baños de sales y aceites para intentar cortar la hemorragia… Al mismo tiempo le metía una pequeña cuña de metal, frecuentemente de estaño o plomo, en el orificio de la uretra… Pero lo peor no había pasado… El nuevo eunuco debía caminar y no estarse quieto y, además, no consumir nada durante cuatro días… Si pasado ese tiempo podía orinar tras retirarse la cuña, la castración habría sido un éxito y muy pronto podría empezar a trabajar… Si no conseguía orinar, el castrado moría tras una atroz agonía… Y eso era frecuente que sucediera.

Ángelo, había pasado por esto y, por sus buenos modales, Endogan Fensse lo había comprado y lo usaba también para su placer, porque él prefería más a niños que a mujeres… El eunuco sabía que la única forma de poder disfrutar sexualmente era ser utilizado por su Amo recibiendo su polla por el culo… Y contra más fuerte le penetrase por el culo, mayor placer obtenía… Por eso, orgullosamente, llevaba metido en él, un falo plateado de dimensiones un poco más pequeñas que las del pene de su Amo, para que al quitárselo, éste encontrase el camino algo abierto y la penetración fuera totalmente a su gusto.

Efectivamente su Amo, estaba muy contento con su informe… El cargamento de armas y municiones valdría una fortuna en los puertos de los Estados de Barbería… Pero también estaba encantado al saber que tres hermosas mujeres cristianas formaban parte del pasaje… Y el hecho de que dos de ellas fueran madre e hijas, con cabellos rubios y ojos azules, y la tercera mujer una pelirroja y de ojos verdes, lo entusiasmaba… Mujeres así eran muy difíciles de encontrar en las subastas de esclavas… Y además, dos de ellas eran vírgenes… Obtendría un gran beneficio con su venta.

Pero su Amo debería ser muy precavido con esto último porque los Estados de Barbería tenían firmados tratados con Gran Bretaña en los que se acordaba no atacar barcos británicos y no esclavizar a sus súbditos o pedir rescates, en especial de sus mujeres.

Así que, en este caso, cuando las tres mujeres fuesen cogidas y subidas a bordo del barco del corsario, al llegar al puerto de Túnez dirían que habían sido capturadas durante una incursión a un pueblo costero y que estas mujeres eran bávaras y estaban allí visitando a unos amigos italianos… Como Baviera era un país sin litoral, no tenía comercio marítimo que proteger y, por lo tanto, no existía tratado con los Estados de Berbería prohibiendo la esclavización de sus mujeres… Y ante cualquier reclamación de las autoridades británicas, la respuesta sería sorpresa de ello y desconocimiento del asunto.

Mercadería tan valiosa como serían estas tres mujeres, no se debía de perder, sino que de forma discreta y privada las llevarían ante el mayor traficante de esclavos en Túnez, Abbu Kunk, para mantenerlas escondidas en un lugar apartado por al menos tres meses, al tiempo que las pudiera someter a duros entrenamientos vejatorios en su digamos “escuela” de esclavitud… Esto aumentaría su valor y para entonces cualquier acto de insolencia habría desaparecido por los castigos de vara o látigo que les infringirían, seguro… Además, también daría tiempo para someterlas a ciertas pequeñas operaciones que aún aumentarían más su valor en el mercado.

Además, Abbu kunk, tenía muchos clientes ricos, con harenes celosamente guardados, en el que estas mujeres desaparecerían para siempre… ¿Y quién querría decir la verdad?... ¡Nadie!

En este barco corsario también estaba el principal rival de Ángelo… Era Miguel, un eunuco español de dieciocho años que había sido enviado anteriormente para espiar la costa norte de Málaga.

Miguel había regresado con noticias de una escuela conventual para niñas que habían alquilado una granja remota cerca de la costa para pasar el verano. El capitán Endogan Fensse organizó rápidamente una incursión nocturna en el convento… El resultado fue que media docena de niñas y un par de monjas novicias muy jóvenes, todas vírgenes, yacían ahora desnudas y enjauladas en la bodega del barco corsario.

De vuelta a Túnez todas las cautivas se venderían bien y el Amo de Miguel ya se lo agradeció, y mucho, como él solía hacerlo: dándole por el culo con violencia y disfrutando mucho, encima… Pero ahora las noticias de Ángelo sobre el bergantín que navega desde Gibraltar hasta Sicilia con su valiosa carga y las tres mujeres pasajeras, eclipsarían incluso a las cautivas de Miguel… Y eso que fue una buena caza.

Por supuesto, Ángelo no estaría a cargo de las mujeres capturadas… Ese era el trabajo de Shaka, un eunuco negro cedido al barco por el mayor traficante de Túnez, Abbu Kunk, con mucha experiencia para el control y disciplina de esclavas blancas para ser utilizadas en harenes… Los eunucos negros tenían una reputación de no permitir ninguna tonterías de mujeres blancas a su cargo.

Por otra parte, Ángelo pensó tristemente, que en su informe sobre la valiosa carga y el de las mujeres que viajaban como pasaje, también habló sobre dos jóvenes apuestos… Uno, era miembro de la tripulación y el otro un guardiamarina… Tenía claro que una vez fuesen capturados serían castrados con toda seguridad.

La alegría de su Amo por su buen trabajo se lo compensaría… Sin duda –como en otras ocasiones- se lo llevaría al camarote, le ordenaría que se desnudase y le ofreciese su culo para penetrárselo  salvajemente y luego, cuando se calmase, tendría que lamerlo por todas partes hasta su agotamiento… Y Ángelo, muy contento de ello y por haberlo elegido a él antes que a su rival Miguel.

Al amanecer del nuevo día, una señal de humo desde la cima de un promontorio indicaba que el bergantín iba lentamente surcando el mar… Sin pérdida de tiempo el capitán dio la orden de levantar anclas y desplegar velas… Pronto el barco comenzó a deslizarse llevando engañosamente la bandera española y todos los piratas vestidos para parecer marineros españoles… Los temibles jenízaros estaban ocultos a la vista del bergantín y de forma rápida el barco corsario se aproximó lo suficiente para permitir el abordaje y en menos de un minuto todo acabó.

Mientras tanto, Shaka, el eunuco negro, había preparado tres jaulas, una encima de otra y también las cadenas para amarrar a las tres mujeres en cuanto bajasen a la bodega… Esta pila de jaulas estaba al lado de las que tenía encerradas desnudas a las seis niñas y las dos jóvenes monjas novicias… También había preparado dos jaulas para los dos chicos destinados a ser castrados… Todo estaba listo.

Mientras se confirmaba que la carga consistía efectivamente eran armas y municiones, el eunuco negro Shaka, y su asistente, se dirigieron a los camarotes de las mujeres, que todavía estaban durmiendo… Las tres mujeres despeinadas, asustadas y en batín fueron sacadas a cubierta para ser trasladadas a la nave pirata… Junta a ellas estaban también los dos chicos jóvenes: el grumete y el marinero, aterrorizados de miedo.

Shaka miró a los cautivos asustados y al ver a la joven Julia en brazos de su madre, dio un fuerte latigazo al aire y dijo:

- Atención!!... Silencio!!... Y volvió a sacudir el látigo en el aire...- He dicho que SILENCIO!!, gritó con tremenda fuerza... - Desnudaos!!

- Esta bien!... ¡Pero no me toques!, gritó ahora Ellen… Y sus manos fueron a los botones de su bata mientras seguía mirando la negra piel azabache del eunuco Shaka… Era la primera vez que veía a un hombre negro de cerca y encima estaba medio desnudo.

A continuación y con gran sonrojo por parte de su hija Julia y de su criada Nicole, estas comenzaron a desabrochar sus respectivas batas… Hubo una serie de murmullos cuando las mujeres dejaron caer las batas al suelo.

- He dicho desnudas!!, repitió Shaka enojado.

Unos segundos más tarde, sus camisones estaban alrededor de sus tobillos y quedaron desnudas ante todo el mundo… El eunuco Shaka miró de arriba abajo a las mujeres desnudas con su ojo experimentado y presagió que se venderían muy bien.

Mientras, Ellen estaba tratando de esconder su cuerpo con las manos… Enojado, Shaka las rechazó con su látigo… Ella tenía una buena constitución, firmeza en sus senos y un deliciosa estrechez de cintura… Este contraste entusiasmaría mucho a un Amo árabe, y ella sería un excelente material para ser entrenada por un experimentado eunuco negro… “Qué lástima –pensó- que mi Amo me emplee en el barco para esto y no en su escuela de entrenamiento, o mejor aún, en su granja de cría de esclavas… Lo que disfrutaría adiestrando a estas tres mujeres hasta doblegarlas totalmente”.

Y también pensó la lastima que era que la inglesa adulta no estuviese preñada… Un vientre hinchado habría aumentado aún más su valor cuando la enseñaran moviéndose provocativamente desnuda y sujeta del cuello a una cuerda, en la subasta que su Amo quisiera o se la enseñara en privado a un cliente especial, o se escuchara a su principal eunuco negro gritar a la gente: “¡Dos por el precio de una!”… Un ya conocido grito de subastador.

El eunuco Shaka vio que Julia era una versión joven de su madre… Sus pechos ya eran prominentes… Una hermosa madre e hija blancas y británicas… Esto llevaría a muchos ricos árabes a enloquecer de deseo… Sin duda entrenarlas para realizar juntas todo tipo de aberraciones sexuales que se quisiera llevar a cabo con ellas sería una tarea fascinante para el eunuco negro jefe que las tuviera que entrenar… Un autentico sueño que él desearía hacer.

Y la pelirroja Nicole también tenía un cuerpo joven exuberante y voluptuoso que contrastaba deliciosamente con los cuerpos de las otras dos.

También observo el eunuco Shaka que los bonitos labios vaginales de las tres mujeres estaban en estos momentos ocultos por los rizos dorados o rojizos, de sus respectivos pubis… Pero eso no era ningún problema… Serían totalmente afeitadas tan pronto llegasen a la “escuela” de aprendizaje… Quizás allí les dejasen una delgada línea de vello púbico “el bigote de la esclava”, como así lo llamaban, para mostrar a los compradores que dos de las mujeres eran rubias y la otra pelirroja… El eunuco de su nuevo Amo podría –si así lo decidía este- quitarles este bigote rápidamente una vez que fueran encerradas en su nuevo harén.

Al quedar el coño totalmente depilado, se lo podrían palmar bien y comprobar la suavidad que tiene y, además, poderlo mirar con todo detalle cada vez que se le pidiera a la esclava que se tumbase en el suelo, abriera sus piernas todo lo posible y separase los labios vaginales… Una forma muy humillante de demostrar el dominio sobre ella y que por temor a una paliza, realizaría incluso sonriendo.

Una por una, las tres mujeres fueron puestas a la larga en las tres jaulas apiladas... Quedaron así las tres acostadas desnudas apoyando sus espaldas en los barrotes de su jaula… Sus manos fueron encadenadas a los extremos de los barrotes por arriba la cabeza y los tobillos de igual forma en el parte inferior de la jaula… De esta forma estaban bien expuestas a los ojos de los eunucos.

Al estar las jaulas apiladas, por debajo de las nalgas desnudas de cada mujer y niña había una pieza de metal que recogía los orines y excrementos que expulsaban y se recogían en un barril grande para luego poder limpiar todo con facilidad y evitar en lo posible los malos olores e infecciones de un material tan valioso.

El eunuco Shaka y su ayudante se despidieron de los miembros de la tripulación que le habían estado ayudando y cerraron por dentro la tapa a la escalera que conduce hasta esta bodega… A partir de ahora la seguridad de todos los prisioneros era de su responsabilidad… Su Amo se irritaría con él si el valor de cualquiera de ellos se redujese por haber sido violado por miembros lujuriosos de la tripulación.

 

Continuará….

 

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