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Jugando a ser mi bebé

en Lésbicos

Jugando a ser mi bebé

Concha Perez estaba ocupada preparando todo para la llegada de Marta.

- "Veamos", dijo en voz alta… - "Pañales, biberón, polvos de talco, mustela, toallitas húmedas, crema hidratante, juguetes para bebés… Está completo"… Y continuó colocando todo en el dormitorio de invitados, que estaba montado como si fuera una guardería.

Concha estaba muy ansiosa por la sesión de hoy ya que habían pasado tres semanas desde la última visita de Marta y ella era un manojo de nervio… Así que cuando el timbre de la puerta sonó, Concha prácticamente corrió hacia la puerta, emocionada de que el juego fuera a comenzar.

- "Pasa, Marta", dijo Concha abriéndo la puerta de casa.

- "Gracias, Concha", respondió Marta… - "¿Estás lista para jugar?"

- "Oh, sí, sí", exclamó Concha… - "He estado contando los días."

- "Bien", dijo Marta… - "¡Vamos a comenzar enseguida!"

Ambas mujeres subieron a la bien preparada guardería, ansiosas por entrar en juego.

Cuando llegaron, ambas mujeres comenzaron a interpretar sus roles bien definidos: el de la madre y el de bebé… Concha, la solterona de cuarenta y ocho años, interpreta a la madre, y Marta, la rubia de veintidós años, interpreta al bebé.

Concha tenía el aspecto de una matrona de mediana edad, cabello castaño recogido en un moño, ligeramente regordeta, con un enorme pecho imposible de ocultar, incluso debajo del vestido y el delantal de casa que lucía ahora como si fuera una ajetreada ama de casa.

Marta, por otro lado, era bajita y delgada… Medía cerca de 1,40 m. de estatura y pesaba sobre unos 40 kilos, con pelo corto y rubio, y casi ni una pizca de pechos… Tenía la apariencia facial de una niña de trece años, haciéndola parecer mucho más joven que sus años reales.

Concha sentó a Marta en la mesa para cambiar pañales extra grandes y ​​luego comenzó a desvestirla, haciéndole cosquillas y arrullos como si fuera una bebé de verdad.

Cuando le quitó la camiseta a Marta, dejándola desnuda de cintura para arriba, Concha le masajeó el pecho, prestando especial atención a sus pezones… Estos se pusieron tiesos y duros cuando Concha los giraba y estiraba entre sus dedos índice y pulgar.

Después de varios minutos de estar palpandole sus incipientes pechos, Concha comenzó a quitarle a Marta los pantalones vaqueros y las bragas, quedando a la vista la vagina suavemente afeitada, que realzaba el efecto de hacerla parecer como la de un bebé.

Concha examinó cuidadosamente la vagina de Marta con los dedos y dijo:

- "¡El bebé parece un poco seco… Mamá lo mejorará con un poco de aceite de mustela!"

Concha se echó un poco de aceite en la mano y luego lo frotó en la vagina de Marta, prestando especial atención al pequeño clítoris de Laura… En poco tiempo el coño de Marta goteaba como un colador y gemía de placer.

Antes de que Marta pudiera tener un orgasmo, Concha dejó de frotarle el coño y sacudió un poco de polvos de talco en su coño y en su culo.

Marta siempre disfrutaba muchisimo en esta parte del juego, porque Concha le estaba prestando mucha atención a su coño pero se quedaba un poco decepcionada cuando Concha le levantaba su culo y le ponía un pañal extra grande y desechable… No era que le disgustara el pañal sino que le encantaba que la masturbara.

Cuando Marta estaba con el pañal puesto, Concha la puso en una cuna y le dio un biberón.

- "Se buen bebé y tómatelo todo", le dijo Concha… - "Volveré dentro de un rato"… Marta se recostó en la cuna y bebió su biberón, mientras esperaba que Concha volviera y continuara el juego.

Diez minutos más tarde, Concha volvió al dormitorio y llevó a Marta a una gran mecedora, donde se sentó e hizo que ella se acurrucara en su regazo.

Moviendo la mecedora suavemente hacia adelante y hacia atrás, Concha tarareaba una melodía suave, como si tratara de hacer que "su bebé Marta" durmiera… Sin embargo, lo que estaba haciendo con su mano libre era continuar retorciendo y estirando los pezones a Marta como antes ya lo hiciera… Era muy excitante para ambas estar sentadas juntas mientras Concha jugaba con las tetas de Marta…

Después de un tiempo, Concha le dijo a Marta con una suave voz:

- "¿Le gustaría a mi pequeña un poco de leche?… Mamá tiene leche fresca aquí para ella"

Mientras hablaba, Concha abrió la parte superior de su vestido para sacar sus grandes pechos… Y como no llevaba sostén, fue fácil guiar su gran pezón hacia la boca hambrienta de Marta.

Marta arrullada como un bebé mamaba ansiosamente el pezón duro de Concha… Los sonidos de succión y el constante mordisqueo, hacían que la vagina de Concha se humedeciera al instante.

Esta era una de sus partes favoritas del juego, dar de mamar al bebé, y mientras Marta mamaba y mamaba, apoyaba su cara en el enorme pecho de Concha, al tiempo que su vejiga llena dejaba soltar un chorro de pis en su pañal, empapándolos completamente.

Cuando Concha sintió el calor húmedo en su pierna, comentó:

- "Mmmm… Tengo que cambiar a mi bebé".

Quitándo el pezón de la boca del bebé Marta, la colocó sobre la mesa para cambiar pañales y le quitó el pañal mojado… Utilizando unas toallitas húmedas, Concha limpió el área genital de Marta, mientras prestaba atención a su hendidura húmeda.

Concha aplicó más aceite de mustela a los labios vaginales de Marta, mientras decía:

- "Esto evitará que los labios de mi bebé se irriten… Pronto te sentiras mejor, mi bebé.

Marta comenzó a gemir suavemente cuando notó que le separaban los labios vaginales externos y dos dedos de Concha le penetraron totalmente en su orificio vaginal… Como Concha tenía los pechos fuera, colgando, Marta puso un pezón a la boca caliente y volvió de nuevo a mamar.

La combinación de los dedos de Concha en su vagina y su pezón en su boca hicieron que Marta tuviera un orgasmo fuerte, largo y muy bueno, porque a ella le gustaba esta mezcla de sensacionnes...Y Concha sostuvo a su bebé en su pecho, arrullándola y abrazándola después de su orgasmo hasta que se recuperó… Luego le dijo:

- "¿Quiere mi bebé probar otra bebida?", le preguntó, mientras Marta continuaba amamantándose en su gran pezón y asentía con la cabeza... - "Pues volvamos a la silla y te lo daré… Verás que rico está", le dijo Concha.

Cuando estuvo sentada en la gran silla, Concha dejó que Marta le levantara el vestido y le separara las piernas... Naturalmente, Concha, como siempre, no llevaba bragas, por lo que su peludo coño quedó expuesto a la boca hambrienta de Marta, lo que le permitió a ésta sacar su lengua y comenzar a alimentarse con el órgano sexual húmedo de Concha.

-  "Mmmm… Mi bebé mama también por abajo muy bien a su mamá", arrulló Concha… - "¡Estas haciendo que tu mamá se moje tanto que se va a correr muy pronto en la boca de mi bebé!"

El solo hecho de escuchar a Concha usando la charla del bebé hizo que Marta se excitara mucho y chupara el coño regordete aún más fuerte… El clítoris de Concha estaba erecto y duro entre los labios de Marta y lo mordisqueó y chupó como el anillo de dentición de un bebé!

"Dios mío", pensó Concha, "Esta pequeña golfa es la mejor lamecoños que he tenido nunca… Cada vez lo hace mejor."

Retorciéndose y estirándose sus propios pezones, Concha sintió que sus músculos vaginales comenzaban a tensarse como anuncio de un gran orgasmo que inundó su entrepierna y llenó la boca de Marta de jugos vaginales y orina, cubriendo también la cara, mientras lanzaba gritos de placer y su cuerpo se convulsionaba y temblaba.

Luego, mientras Marta se vestía para irse, Concha le dijo:

- "¡Eres la mejor bebé que una madre podría pedir!"

Marta se rió entre dientes mientras contaba el dinero y le preguntó:

- "¿La misma hora para la próxima semana, mamá?"

 

F I N

 

 

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