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Culto a la polla negra (4/4)

en Interracial

Culto a la polla negra (4/4)

 

-       Anna….. La protagonista del relato.

-       Vilma…. Abogada y amiga de Anna que la lleva a engolfarse… Es una golfa.

-       Layla y Debra…. Amigas de Vilma y engolfadas a la polla de Jason.

-       Lisa….. Secretaria lesbiana de Vilma.

-       Jhon…. Marido de Anna… Guardia de prisión y cornudo.

-       Kyle…. Marido de Vilma….Guardia de prisión y cornudo.

-       Jason… Preso convicto que se folla a todas las mujeres de guardias.

Capitulo 4.- Reventada a orgasmos por una polla negra

Esa noche en casa, Jhon me dijo:

- "Ya lo tengo todo preparado."

- "Será el viernes a las 16 h.", le dije.

- "¿Cómo lo sabes?", me preguntó sorprendido.

- "Vilma me lo dijo."

- "Oh."

- "¿Vas a verlo?", le pregunté.

- "Jason no permite que los maridos lo vean la primera vez", dijo.

- "¿Por qué no?", le volví a preguntar.

- "Creo que es porque él quiere tener el control completo."

- "Pero si tú estarías allí sólo para ver”, le dije.

- "No te preocupes, habrá un hombre de guardia allí", dijo.

- "Pues eso si me preocupa pues alguien más lo sabrá”, le dije sin gustarme eso nada en absoluto.

- "Me aseguré de que sea Kyle", me comentó.

- "Eso estaría un poco mejor", dije un tanto preocupada porque todavía no tenía la seguridad de que así sería.

Esa noche, Vilma envió un mensaje de texto:

‘No vengas hasta el viernes que iré yo a tu casa para ayudarte, ¿está claro?’

Estuve de acuerdo, aunque después de los últimos días ahora estaba constantemente caliente.

El día y medio siguiente, trabajé tratando de ignorar el ardor en mi vagina.

Vilma no me llamó y Jhon trabajó mucho.

El jueves por la mañana, justo antes del almuerzo, Vilma me llamó y me ordenó que fuera de inmediato a su oficina... Cuando llegué, me ordenó:

- "Debajo de la mesa, lamedora de coños."

- "También yo me alegro de verte", bromeé mientras caminaba hacia su escritorio, hambrienta de su coño.

- "Estoy muy ocupada... Tengo un caso importante esta tarde y necesito concentrarme, relajada al máximo", dijo ella, girando su silla hacia atrás para permitirme arrastrarme debajo de ella.

- "Me encanta tu flujo y espero darte todo el placer posible”, le dije cuando ella tiro un poco la silla hacia atrás, abrió las piernas y me metí entre ellas.

Así estuve durante casi una hora... Me dolían las rodillas, mi mandíbula, mi lengua y un montón más de partes de mi cuerpo.

- "Acuéstate en mi escritorio", me dijo.

Obedecí, feliz de salir de esa posición confinada.

- Quítate la blusa… Lisa te habló sobre el sujetador y las bragas… Supongo que no llevas nada, ¿verdad?", exigió.

- "Sí… No llevo ropa interior... ¿Está cerrada la puerta?", pregunté.

- "Solo haz lo que te han dicho, puta," me dijo molesta por mi interrogación.

Obedecí y me recosté en su escritorio solo con mi falda.

Ella se sentó a horcajadas en mi cara y volví a lamer su coño mientras me pellizcaba los pezones… Aprendí que a ella no sólo le encantaba jugar con mis tetas, sino también abusar de ellas porque eran mucho más grandes que las suyas... Le gustaba pellizcarlas, abofetearlas, e incluso llamarlas ubres.

Eso sucedió, más o menos, una semana después, cuando me jodió con un grueso dildo con cinturón…También se hizo evidente que criticaba a las mujeres que tenían tetas más grandes que las suyas.

Mientras montaba mi cara en su escritorio y abofeteaba mis tetas, me llamó 'vagina lamedora coño', 'cabeza de tetas grandes' y 'bimbo de tetas grandes'… Curiosamente, los insultos me encendieron... Me gustaba ser una puta para ella... Sólo un vaso sin sentido para su placer.

Ella se corrió después de un par de minutos de usar mi cara… Se bajó de mí y me dijo: "Hasta mañana."

Me levanté débilmente del escritorio, con mi cara empapada con su flujo-semen, y le dije:

- "Espero que lo hayas pasado bien."

- "Muy bien… Gracias", sonrió, mientras se acercaba y me besaba posesivamente... Cuando ella rompió el beso, me recordó:

- "Mañana nos convertimos en escandalosas hermanas del pecado."

- "Te gusta la complicidad"… Me reí.

- "Supongo que sí"… Se encogió de hombros, pellizcando mis pezones con fuerza antes de volver a su escritorio.

Me vestí, volví a casa y me preocupé por el mañana.

 


El viernes fue un día de angustia para mí.

Jhon me prometió que estaría bien y que no me preocupase.

Vilma me llamó, prediciendo que sería el mejor día de mi vida… Sin embargo, yo era un desastre… Yo era una esposa, no una puta barata que follaba con convictos.

Sin embargo, todo el día, mientras me preocupaba por esto, mi coño estaba mojado... Vilma llegó y me ayudó a vestirme… Sin sujetador…

Sin bragas… Sólo un vestido rojo, medias beige y zapatos rojos con tacones de 10 centímetros de altura.

Vilma me llevó a la puerta de la prisión y me registré como la Sra. Mwangi, lo cual fue extraño... Pensé que si revisaban las firmas de esta esposa, todas serían diferentes.

Entré en el cuarto de visitas conyugales y fui a tientas con un guardia de seguridad que estaba sonriendo todo el tiempo y comentaba mi falta de "ropa interior"... ‘¿Sabría quién era yo realmente?... Lo que estaba claro es que sabía por qué estaba aquí’, pensé avergonzada.

Estaba muerta de vergüenza, pero aún así caminé aturdida a través del detector de metales… A pesar de que mi vestido rojo no era de puta, la falta de un sostén mostró mis tetas y me sentí como una prostituta que se encuentra con un cliente… Sólo que él no pagaba.

Llegue hasta la puerta del cuarto de visitas conyugales y vi a Kyle.

Él sólo asintió educadamente y me abrió la puerta para que entrase.

La habitación era más bonita de lo que imaginaba… No era lujosa, pero estaba limpia aunque olía a sexo... Me pregunté si tendría una luz y si la habitación se iluminaria.

Jason entró un momento después y dijo: - "Hola, querida", antes de acercarse a mí y comenzó a besarme como si hubiésemos estado casados ​​durante años.

De alguna manera no había esperado esto… El sexo es el sexo… Chupar una polla es sexo… Follar es sexo… Besar, sin embargo, es íntimo.

Me quedé paralizada en sus brazos, sorprendida y horrorizada por esta gran muestra de cariño, preguntándome cómo mi curiosidad me había metido en esto que estaba a punto de hacer.

Me susurró, sustancialmente con más ternura que en el video que había visto:

- "Es normal que estés nerviosa, pero espero de ti una obediencia total... ¿Está claro?"

Él sabía por qué estaba yo aquí, incluso si todavía no lo entendía completamente… Me miró a los ojos y ordenó:

- "Quítate el vestido… Quiero ver esas grandes tetas blancas."

Obedecí, levantando mi vestido sobre mi cabeza... De repente, estaba completamente desnuda delante de él, excepto por las medias hasta los muslos y los tacones de diez centímetros.

Retrocedió y me miró, pareciendo aprobarlo, lo que extrañamente me hizo sentir bien… Yo era atractiva para un hombre mucho más joven.

Se movió de nuevo hacia mí y me sorprendió abofeteando cada una de mis tetas.

Yo grité y cubrí mis tetas con mis manos… Él frunció el ceño y me ordenó:

- "Enséñame bien esas tetas blancas que tienes."

Un millón de emociones corrieron a través de mí, pero obedecí, empujando hacia delante mis tetas para mostrarlas, orgullosa de lo firmes que aún las tenía.

Él tiró de mis pezones y las abofeteó un poco más.

Me quedé quieta, caliente y mortificada por los golpes a mis pechos... Sentimientos completamente diferentes se arremolinan dentro de mí.

- "Me encantan estas tetas grandes y bonitas", me dijo mientras me las cogía.

- "Gracias", le dije, gimiendo a continuación mientras veía como se inclinaba hacia adelante y chupaba mi pezón izquierdo con su boca.

Chupó y me mordió los dos pezones antes de decirme:

- "Tu esposo es un patético pelele, dispuesto a ofrecerte a un hombre negro… Después de hoy sólo querrás más polla de negro", se rio.

Chasqueó los dedos y señaló el suelo... Me arrodillé frente a él.

- "Adelante, saca con lo qué te mueres por jugar", dijo con aire de suficiencia.

Obedecí, deseando ver esta enorme polla de cerca y en persona… Después de todo, era por eso que estaba aquí… Por su gran polla negra.

Mis manos temblaron cuando bajé sus pantalones naranjas y descubrí que él tampoco estaba usando ropa interior.

Jadeé… En el video su polla se veía enorme... De cerca, en la vida real, era aún más majestuosa... Y eso que ahora estaba completamente flácida.

- "Tócala", me dijo... No pude resistir… Envolví mi mano alrededor de él... o eso fue lo que intenté… Era más gruesa que cualquier polla que jamás había visto… Me maravillé de su peso, pensando que sería una pesada carga caminar con ella colgando como podrían ser mis tetas.

Lo acaricié lentamente durante un minuto, completamente cautivada por el poder majestuoso que tenía... Era una polla gigantesca.

Ni siquiera lo pensé cuando abrí la boca y la tomé entre mis labios…

Me sorprendió lo gruesa que era... Realmente estaba estirando mi mandíbula al máximo.

Aspiré lentamente, apenas absorbiendo mucho mientras sentía endurecerse su gran polla, lentamente.

Cuando se endureció, comencé a balancearme un poco más, babeando por toda su polla... Babeando como una perra sucia en la lujuria.

Finalmente, tuve más de la mitad de su polla dentro de mi boca y me atraganté, sabiendo que no había manera de poder tragar los más de 25 centímetros de este monstruo.

- "Es hora de entrenar tu tobogán", me dijo sonriendo, mientras agarraba mi cabeza y comenzaba a empujarla por mi garganta.

Las lágrimas rodaron por mis ojos… Me atragantaba… Me ahogaba…

No me resistí, pues seguí tratando de hacer frente a este pollón que violaba mi boca… Quería poder tragarlo todo.

Pronto estuve haciendo horribles ruidos antinaturales con cada empuje en mi garganta… Sólo me di cuenta de que lo había tomado toda cuando sentí sus huevos apoyados en mi barbilla… Su polla la tenía metida profundamente en mi garganta.

Estaba empezando a sentir pánico cuando él se retiró y me dijo que me pusiera a cuatro patas en la cama… Y en ese momento estaba más caliente de lo que nunca había estado… Vilma tenía razón… Este estado en el que mi orgullo, mi autoestima y mi fuerza de voluntad estaban rotos era la parte más caliente.

Me subí, olvidando que estaba felizmente casada, olvidándome de mi hijo mayor, olvidándome de mi orgullo o dignidad, mientras me ponía a cuatro patas y arqueaba la espalda, ofreciéndome como una perra en celo.

Se puso detrás de mí y esperaba algunas caricias o tal vez un poco de lengua, pero no… Metió su polla entera en mi coño sin calentamiento alguno.

Joder, me duele!’, pensé… Su polla estaba abriendo mi coño de tal manera que ni el enorme consolador de Vilma lo había hecho antes.

Su polla alcanzó profundidades que no sabía que existían dentro de mí… Su polla era jodidamente gorda… Su polla era jodidamente larga.

Apreté las sábanas de la cama cuando intenté tomar su enorme polla… A él, por supuesto, no le importaba... Acababa de empezar a follarme… Él no estaba haciendo el amor... Él estaba golpeando mi coño con cada empuje violento que me tiraba hacia adelante.

Primero le supliqué que me lo sacara… Luego, en vista de que no me lo sacaba, le pedí misericordia y que fuese más lento… Y conforme pasaba el tiempo comencé a sentir que el placer comenzaba a consumirme y le pedí todo lo contrario:

- "¡Más fuerte… Folla a tu puta blanca más fuerte!"

- "Te gusta mi polla, puta?", preguntó, agarrando mis caderas y deteniendo todo movimiento.

- "Sí… sí… Me encanta tu gran polla negra", le dije desesperada por que él reanudara su trabajo.

- "¿Qué dirías si el maricón de tu marido estuviera aquí mirándote?", preguntó.

Me sorprendió el término 'maricón', pero respondí con la verdad:

- "Le diría que soy una puta esclava blanca para la polla negra."

- "¿Alguna polla negra en concreto?", preguntó.

- "Todas las que sean como la tuya", le respondí.

- "Cabalga, puta", me ordenó y yo obedecí, rebotando en su polla como si fuera un caballo mecedor.

En un minuto me correría... Mi primer orgasmo con una polla negra estaba llegando... Lo dije gritando:

- "¡Me corrrooooo!"

Mientras seguía rebotando en su polla, agregué:

- "¡Nunca antes me he corrido así", le dije.

- "Eso es porque nunca has tenido metida en tu coño una polla como esta", señaló.

- "Sí… sí… Eres mucho más hombre que mi marido", balbuceé, sin pensar en absoluto... Sólo en el placer que su polla me estaba dando.

Luego empujó mis caderas sobre la cama, se sentó a horcajadas sobre mi cuerpo y tomó el control de mi cuerpo mientras me preguntaba:

- "¿Vas a ser mi puta cuando quiera que vengas?"

- "Sí, sí, en cualquier momento que desee, señor", estuve de acuerdo con ello, ya que un segundo orgasmo parecía estar viniendo rápidamente, y eso que el primero apenas estaba terminando.

- "¿Vas a querer polla negra?", preguntó, golpeándome tan fuerte que la cama golpeó fuertemente contra la pared con cada empuje hacia adelante.

- "Oh, Dios… Fantasearé con tu polla negra las veinticuatro horas del día", declaré, sabiendo que iba a ser una zorra para negros por el resto de mi vida... Amaba a mi esposo, pero él no podía acercarse a darme el placer que estaba recibiendo en este momento.

- "Entonces, ¿quieres polla negra?”, enfatizó, deteniéndose esta vez e incluso sacando su polla de mí… Yo, necesitando su polla dentro de mí coño, le aclaré de inmediato:

- "¡Haré lo que sea por esta polla negra para tenerla en mi coño de puta blanca!"

Se estrelló contra mí y me preguntó:

- "¿Tu marido, que no tiene una polla como esta ni mucho menos, nunca habrá podido darte un orgasmo como los que te estoy dando?"

- "Mi marido nunca me ha dado un orgasmo con su polla metida en mi coño", admití.

Él se rio y me preguntó:

- "¿Soy el primer hombre que te folla dándote orgasmos?"

- "Sí, sí", grité, mientras me llegaba un segundo orgasmo... Y nunca había tenido orgasmos múltiples durante una sesión de sexo.

Me puso de espaldas, un chorro de mi flujo salpicaba por todas partes mientras lo hacía… Abrió mis piernas, agarró mis tobillos y me la clavo hasta el fondo provocándome un inmenso placer.

- "Joder, mi esposo ya estaría dormido", gemí.

- "Los hombres negros tienen mucha resistencia", dijo.

- "No me cabe la menor duda", le dije mientras continuaba follando conmigo y mis tetas rebotaban como pelotas de baloncesto errantes con la fuerza de estos empujes.

- "Estoy tan jodidamente llena", declaré.

- "Tu coño es uno de los más apretados que he probado", dijo.

- "Nunca me han follado como hoy", declaré, sintiendo que esa era la verdad.

Un tercer orgasmo ahora en camino… Comencé a moverme de un lado a otro para recibir de la mejor forma sus estocadas, cuando él preguntó:

- "¿Quién es el dueño de este coño?"

- "Tú"… Se lo ofrecí sin dudarlo.

- "¿Que eres?", me preguntó.

- "Una puta blanca para la polla de un gran negro", admití, queriendo darle una sacudida eléctrica, sonar como la puta blanca más sucia que jamás había tenido.

- "Dime que eres mi perra", ordenó.

Una vez más, no dudé… Su polla y mi placer en el control total de mi mente… Alcancé mi tercer orgasmo cuando declaré en voz alta:

- "Sí, sí, soy tu puta perra, señor."

Me puso de costado y me hizo follar en esa posición hasta que me llegó un cuarto orgasmo, dándome cuenta de que lo que necesitaba era un hombre negro dominante y poderoso que me tratara no como a una persona sino como un objeto... Un objeto sexual para ser utilizado como le plazca.

Le rogué:

- "¡Más fuerte… Folla a tu puta blanca más fuerte!"

Me empujó sobre mi espalda y metió su polla de nuevo en mi boca… Lo hizo con brusquedad, haciéndome vomitar un poco… Y así siguió hasta que la sacó y lanzó en mi cara la mayor carga de semen que jamás había encontrado.

Seis descargas salieron de su cañón negro y me pintaron la cara como si fuera su lienzo.

Cuando terminó de disparar, me incliné y volví a tomar su polla en mi boca, limpiándola de cualquier semen que pudiera tener allí.

Cuando se retiró, le pregunté:

- "¿Puedo coger su semen de mi cara y comerlo, señor?"

- "No, hasta que te haga una foto", dijo.

- "Oh, yo..." comencé.

- "¿Hay algún problema?", preguntó.

Su tono dejó en claro que mi respuesta necesitaba ser No, y respondí apresuradamente:

- "Toma tantas fotos de tu puta como desees, Amo"… A propósito lo llamé Amo por primera vez.

- "Eres un guardián", reflexionó, cuando la puerta se abrió y entró Vilma y también me hizo unas fotos con los chorros de semen blancos que adornaban mi cara.

- "Vilma, has cumplido muy bien el trabajo que te encargué… El martes te espero para un tratamiento especial", dijo.

- "Gracias, Amo", dijo Vilma emocionada, mientras se unía a mí en la cama... Ambas estábamos jodidamente calientes.

- "Creo que estoy a punto de desmayarme del placer que me ha dado", le dije, cayendo a su lado.

- "Lo he estado viendo ahí fuera por los monitores… Y está todo grabado", se rió, mientras tomaba una porción de semen de mi cara y me la ponía en la boca.

Succioné ansiosamente su dedo hasta limpiarlo y ella continuó alimentándome por un minuto.

- "Puta Anna, puedes volver el próximo viernes", me dijo Jason.

- "Gracias, Amo", le contesté, emocionada de que me ofreciera estar una segunda vez con él.

- "Y tu esposo obtendrá su recompensa más tarde esta noche", dijo.

- "¿Cual?", le pregunté.

- "Mi polla… ¿No sabes que él es un buen chupador de pollas?"

- "¿Cómo?... ¡No!... No sabía nada", jadeé asombrada.

- "Todos los guardias lo son", agregó Vilma.

- "No entiendo", le dije.

- "Él convierte a cada guardia en un chupador de pollas y luego les niega el acceso hasta que folla a su esposa", le explicó Vilma.

- "¿John,... John ha chupado tu polla?", pregunté, mientras Jason se vestía.

- "Es un gran chupador de pollas… Mejor que cualquiera de vosotras dos", dijo.

- "Pero su boca no se compara con nuestros coños blancos, ¿verdad?", preguntó Vilma.

- "Dios, no… Las bocas de los guardias son sólo receptáculos de leche para cuando estoy solo en mi celda", se rió.

- "Será mejor que lo sean", respondió Vilma juguetonamente.

- "Hasta la próxima", dijo Jason, y salió con su pantalón naranja sobre un hombro dejando a dos de sus zorras de semen admirando su apretado culo negro.

- "John es gay?”… Esto me pareció de lo más impactante de todo lo que había visto y escuchado… Le pregunté:

- "No es gay… Sólo que él ha aceptando la jerarquía sexual", me corrigió Vilma.

- "¿Cual es esa jerarquía?", le volví a preguntar.

- “Las mujeres blancas y los hombres blancos sirven a los negros", dijo, como si eso fuera tan simple.

- "No sé qué pensar", dije, mientras me levantaba de la cama y cogía mi vestido.

- "Date un tiempo para procesarlo todo y lo comprenderás mejor… Kyle es un ansioso chupador de pollas para los negros... En realidad, hace mucho que lo hace y ambos lo asumimos", me dijo Vilma.

- "Estoy agotada y desconcertada… Creo que definitivamente necesito algo de tiempo para aceptar todo esto", le dije.

- "Volvamos a mi casa y cenemos temprano", dijo.

Anhelando su coño, sonreí y le dije:

"Espero que sea sushi."

- "Seguro que será sushi… Verte convertirte en una insaciable zorra de pollas negras me esta poniendo jodidamente caliente", me dijo.

- "¿Hiciste un video de esto?", le pregunté.

- "Sí… Le dije a Kyle que me trajese una copia", me respondió Vilma.

Diciéndole esto, me volví hacia una cámara y dije:

- "Kyle, sigue filmando."

Y a continuación, empujé a Vilma sobre su espalda, separé sus piernas y devoré su coño... Si Jhon era un maricón, entonces a mí nadie podía prohibirme ser una lesbiana.

 

F I N

 

Desde ese día, John y yo hemos hecho pocas cosas juntos, excepto ver los dos videos de Jason conmigo, donde me folla hasta arrancarme cuatro orgasmos… Y también, el sexo que tuve con mi amiga Vilma, porque debo reservarme para ellos, cuando me llamen.

Ahora estamos a la espera de que me avise para que vaya de nuevo a destrozarme el coño a pollazos, mientras mi marido volverá a observarme… Él, aunque reconoce que es humillante ver como otro hombre me folla, le resulta doblemente humillante ver como disfruto de una manera que nunca he disfrutado con él… Pero me dice quese siente extrañamente feliz de ver cómo berreo, grito, me convulsiono y tengo orgasmos encadenados y tan intensos como nunca había visto en todos los años que llevamos de casados… Desde entonces se ha convertido en un cornudo, mi cornudo.

Ahora, rebobinándolo todo, recuerdo el día en que todos disimularon muy bien cuando conocí a Vilma, Layla y Debra… Mi marido ya las había visto en muchas ocasiones, siendo folladas por Jason… Vaya como me la pegaron todos con el fín de que yo también sucumbiera al culto de la gran polla negra… Y lo consiguieron… Vaya si lo consiguieron.

 

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