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Soledad, una historia de perversión (4)

en Grandes Series

Autor: Salvador

demadariaga@hotmail.com

Soledad, una historia de perversión

 

IV

La madre y el tío

"Buenas noches, cariño"

Soledad bebió su leche y se retiró a su dormitorio, dejándome en la cocina lavando platos. Se había bebido toda la leche, y con ella la pastilla para dormir.

Hice tiempo en la cocina, con un café que me ayudó a calmar los nervios de la espera. Al cabo de un rato fui a mi dormitorio y me desvestí. En todo estos trámites pasó media hora, tiempo que consideré prudente para ir a visitar a mi muchachita.

"Cariño, ¿estás despierta?"

Un acompasado subir y bajar de su pecho me indicó que mi niña dormía plácidamente, ajena a todo lo que sucedía ahí. Me acerqué y la moví de los hombros, pero no reaccionó. La pastilla había hecho efecto.

Abrí la sabana y ahí estaba su hermoso cuerpo, cubierto por una bata de seda transparente que insinuaba sus hermosas formas, en que destacaba sus lindos senos que empezaban a tener forma de senos de mujer madura. Y sus piernas, sus exquisitas piernas que eran una invitación.

Se las abrí lentamente y dejé expuesto su sexo, con sus rosados labios semi abiertos, invitándome a besarlos.

Acerqué mi rostro y empecé a besar su vulva, tierna, blanca, llena de carne juvenil. Mis labios rozaban sus labios vaginales y mi lengua se paseaba por su túnel de amor. Encogí sus piernas y mi hija parecía en actitud de entrega, con sus hermosas piernas abiertas y encogidas, esperando ser penetrada. Y mi lengua la penetró, suavemente, delicadamente, sorbiendo el néctar que su hermosa cavidad desprendía.

La desprendí completamente de su blusón y quedó desnuda frente a mi, sobre la cama, con sus senos expuestos para que los besara. Y los besé apasionadamente, con deleite, degustando su rico aroma a muchacha virgen. En una reacción inconciente, sus pezones se endurecieron por una excitación de la que mi niña no estaba conciente.

Me desnudé y me puse sobre ella, poniendo mi vulva sobre la de ella, frotándola en un remedo de cópula que no logró darme satisfacción pues la muchacha no participaba activamente en ello debido a su estado inconciente.

Volví a besar su vulva, metí mi lengua en su túnel y llegué a su clítoris, lo que motivó el fluir de jugo vaginal desde el interior de su vagina, señal que a pesar su estado su cuerpo reaccionaba adecuadamente a los estímulos de su madre.

La vestí nuevamente, la tapé y volví a mi pieza, satisfecha de lo logrado.

Al día siguiente llamé a mi hermano.

"¿Quieres venir a cuidarme nuevamente?"

"Encantado hermanita. Tengo unas ganas locas de cuidarte"

"Y yo de que me cuides tan bien como la vez pasada"

"Te voy a cuidar de una manera que te vas a volver loca"

"Eso quiero. Que me cuides hasta quedar loca"

"Te lo prometo. Nos vemos esta noche"

Estaba desatada. Había probado a mi hija y ahora quería volver a probar a mi hermano. Mi lujuria parecía no tener límite, pues la idea de estar con mi hija y con mi hermano me parecía excitante.

Esa noche mi hija estaba particularmente feliz con la presencia de su tío querido en casa, por lo que les dejé conversar mientras preparaba la cena, sin pensar lo que entre ellos se tramaba a mis espaldas. Junto con su vaso de leche, le di a mi niña una pastilla y la envié a dormir temprano, pues estaba particularmente deseosa de tener a mi hermano haciéndome el amor y lo que quería pronto.

Una vez solos, me subí a la mesa de la cocina y abriendo mis piernas lo invité a hacerme una mamada. No se hizo de rogar y se metió entre mis piernas, con su boca besando y mordiendo mi vagina y con su lengua hundiéndose en mi tunel. Abrí más aún mis piernas y le solté mis jugos, en medio de gritos apagados. El se detuvo y me pidió que me callara para no despertar a Soledad.

"No te preocupes de ella, que no despertará con nada esta noche"

"¿Por qué?"

"Porque le dí una pastilla para dormir"

"¿Será efectiva?"

"Si quieres, vamos a comprobarlo"

Y ambos nos dirigimos al dormitorio de mi niña, que dormía plácidamente, a medio destapar, con la sábana corrida y un seno al aire.

"Ya es toda una mujer, ¿no crees?"

"Si. Pronto va a conocer lo que es el sexo"

"Qué lastima"

"¿Por qué dices eso?"

"No, por nada"

Dijo y se acercó a la cama, subiendo la sábana y tapándola.

Nos retiramos a mi dormitorio y nos desnudamos. Me apoderé de su herramienta y le di una mamada como solo una experta como yo puede dar, pero no me dejó terminar y me hizo ponerme en cuatro piernas, penetrándome desde atrás mientras se apoderaba de mis senos. Yo me movía como una perra caliente y el metía y sacaba su verga cada vez con más fuerza. Acabé en medio de gritos.

"Aghhhhhhh, mijitoooooo, riiiiiiiiicooooooo"

Medio repuesta, me acosté a su lado y empecé a masajear su instrumento, el que respondió de inmediato y pronto lo tuve erecto cual un asta de bandera. Me subí sobre el y poniéndome en cuclillas, con su verga a la entrada de mi cueva, me dejé caer metiéndomela completamente.

Mi hermanito se apoderó de mis senos, que apretaba con fuerza mientras mi cuerpo subía y bajaba, metiendo y sacando su pedazo de carne desde mi interior. Yo estaba enloquecida de deseo y lujuria.

"Rico, rico, mijito"

"Qué rico culeas, hermanita"

"¿Te gusta, mijito?"

"Si, eres rica, mijita"

"Soy una perra caliente, ¿no?"

"Si, perra caliente, puta caliente"

"Si, mijito, soy una puta caliente"

"Puta pero rica, puta buena para el pico"

"Si, tu pico, mijito"

"Ayyyyyy, qué rica eres mijita linda, mi putita"

"Cómo culeas de lindo, mi amor. Me encanta tu pico"

"Es todo tuyo, mi putita rica"

"Ayyyyy, siiiiiii, ricooooooooo"

Y acabaron al mismo tiempo, quedando completamente exhaustos.

Al cabo de unos minutos, ella le consultó:

"¿Por qué dijiste que era una lástima que soledad llegara a conocer el sexo?"

"Porque es tan hermosa, tan linda"

"¿Te gusta?"

"Si"

"¿De qué manera te gusta?"

"No entiendo"

"Si, entiendes perfectamente"

"Me gusta toda ella"

"¿Te excita?"

". . . . . . . . . . mmmmmmm, . . . . . si"

"¿Por eso dijiste lo que dijiste?"

"Si"

"¿Por qué te gustaría ser tu con quien conozca el sexo?"

"Por favor"

"Responde sinceramente. Ten confianza"

"Si"

"¿Te gustaría poseerla?"

"La deseo mucho"

"¿Quieres verla desnuda?"

"¿Cómo?"

"Lo que oyes. ¿Quieres"

"Si"

"Ven"

Se levantó y me siguió a la pieza de Soledad, donde procedí a levantar la sábana, dejando su cuerpo expuesto a la curiosidad de mi hermano. Se me había metido en la cabeza una idea malsana: quería ver a mi hermano haciéndole el amor a mi hija.

"Desnúdala"

Se acercó a la cama y subió su blusón, hasta dejarla completamente desnuda, quedándose parado frente a la muchacha deleitándose con su juvenil cuerpo completamente indefenso.

Abrí sus piernas y empecé a besar su vulva con pausa y deleite, mientras mi hermano veía aumentar el grosor y la erección de su verga ante tan insólito espectáculo. Al cabo de unos instantes mi hermanito estaba completamente empalmado.

"Ponla en su boca"

Y mi hermano puso su verga en la boca de mi niña, que estaba entreabierta. Como una reacción inconciente, Soledad empezó a besar la herramienta de su tío, como si se tratara de un chupete. No era una mamada en forma, pero se parecía y mi hermano sintió muy pronto que iba a acabar, pero no podía sacar su herramienta de la hermosa boca de su sobrina, que cada vez chupaba con más fuerza. En un momento la niña levantó una mano y se apoderó del trozo de carne que entraba y salía de su boca, en lo que parecía una mamada en forma. Ricardo no pudo aguantar y un chorro de semen en la boca de niña casi la ahoga, pero alcanzó a tragar parte de sus fluidos antes de que cayeran por su garganta hasta su pecho.

Mi hermanito sacó su trozo de carne de la boca de mi niña y se fue tras mío que seguía besando y chupando el sexo de mi niña, clavándome desde atrás. Con la herramienta de mi hermano metida en mí sentí que la lujuria aumentaba en mí y agilicé mis mamadas, mientras uno de mis dedos intentaba meterse en el culito virginal de Soledad, hasta que mi niña acabó regalándome sus jugos, que me tragué completamente.

La niña dormida era mamada por su madre, la que a su vez tenía metida en su interior la verga de su hermano. Era tan grande el erotismo de la escena que no pude aguantar y tuve un orgasmo como pocos, mientras mi hermano me regalaba toda su leche.

La vestimos, la tapamos y volvimos a mi pieza, a continuar con lo nuestro, pues teníamos aún mucho de que disfrutar esa noche.

 

Del Diario de Vida de Soledad:

Anoche sentí tus labios sobre mi boca, sentía realmente tu lengua separar mis labios, rozar tu lengua con la mía, mientras eso sucedía sentí tus manos recorrer mi cuerpo, deteniéndote en mis pechos y masajearlos, me los apretabas y jugabas con ellos, luego sentí como me las chupabas, sentía que mis botoncitos se ponían duros y tu me los mordisqueabas, me los chupabas, tratando de meter en tu boca lo más que podías mis pechos, y así fuiste bajando hasta llegar a mi sexo, delicadamente abrías mis piernas, pasando tu mano dentro de mi sexo, y muy despacio frotar tus dedos en mi clítoris, primero sentí algo muy suave y lento, pero luego fue mas rápido, yo me sentí morir, apreté discretamente las piernas sin saber que haciendo eso, apretaba con ello tus dedos dentro de mi, y por si fuera poco, sentí tu deliciosa lengua recorrer de principio a fin mi ya excitada cuquita, sentía que de ella salían mis fluidos y eso hacia mas apetecible tus mamadas, pues te deleitabas mamándome, chupabas mi sexo, jugabas con mis rizados pelos vaginales, en unos instantes sentí algo baboso en mis labios, algo que se quería introducir en mi boca, abrí mis labios y ese grueso trozo de carne se introdujo en mi boca, yo por inercia empecé primero a lamer, sentía que de ese palo salía un liquido salado, me gusto su sabor y empecé a chupar, empecé a mamar como loca, tratando de tragarme toda esa verga que tenia dentro de mi boca, de repente algo me sobresaltó, si mi tio era quien me metía la verga por la boca, entonces quien estaba mamando mi sexo???.

La idea de que estuviéramos 3 personas haciendo el amor al mismo tiempo me puso mas caliente que nada en el mundo, así que sin averiguar, me puse a gozar el momento, esa persona me daba la mamada mas rica que te puedas imaginar, se deleitaba metiendo su lengua dentro de mi vulva, como si fuera una verga, y con sus dedos jugaba con mi trasero, metía y sacaba su dedo de mi agujero, eso me enloquecía, y mas me aferraba yo a la verga, fue cuando sentí que algo caliente me llenaba la boca, era tu rica leche tio, era tu leche la que me trague como si fuera un rico néctar, eso terminó por enloquecerme y fue cuando ya no aguante mas y tuve otro orgasmo, cosa que aquella persona que estaba frente a mi, se encargo de chupar, y de limpiar con su lengua, después sentí que caía en un rico relax, muy a lo lejos escuche dos voces, la primera sin duda era la tuya tio, pero la otra….. la otra era la voz de mi madre!!!!!

Esa mañana desperté, y quise recordar lo sucedido la noche anterior, algunas cosas no estaban muy claras, pero ya luego cuando bajé a desayunar mi madre me recibió con el mejor de los abrazos, y fue cuando tu entrabas igualmente a la cocina, fue cuando comprendí todo, lo de aquella noche, no fue un sueño, fue algo mas que real. Lo que me sorprendió fue que ninguno de los tres dijo nada, solo nos limitamos a desayunar como la gran familia que somos.

Gracias tío por hacerme tan feliz.

Mi hermano me hizo sentar en la cama y se paró delante para que le diera una mamada, lo que hice con gusto, apoderándome de su cintura mientras me tragaba su enorme pedazo de carne. Mientras se lo chupaba uno de mis dedos se fue acercando a su culo, disimuladamente, pero con evidentes intenciones.

Mi hermano comprendió lo que pretendía pero no hizo nada por impedirlo y al cabo de unos momentos me encontraba con su herramienta en mi boca y con un dedo clavado en su culo, mientras él se movía con evidente gusto, no sé si por la verga que le chupaba o por su culo que era violado.

No hizo nada por sacarme la verga de la boca y acabó regalándome una acabada de proporciones increíbles, con mi dedo clavado en su culo.

Me hizo ponerme a un costado de la cama, con las rodillas en el suelo, y procedió a clavarme el culo, metiéndome su verga con violencia, sin preocuparse si me dolía. Era como si estuviera vengándose de lo que le había hecho. Fue tan rica la manera en que me enculó que tuve un orgasmo increíble.

Recién como a las 5 de la mañana logramos calmarnos y dormir.

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