Madres cariñosas 2
Ruth
Ana y Sonia habían acordado seducir a sus respectivas madres e incorporarlas al grupo que tenían con Salvador. Y en cumplimiento de ese plan es que Ana había ido a visitar a sus padres, acompañada del hijo de Sonia.
Sonia había recibido a su madre y ese fin de semana pondrían en claro los problemas que las habían separado cuando nació su hijo. Por ello es que Ana lo había llevado con ella para dejar a las dos mujeres solas. Y, si las cosas se daban como ella creía, no sería extraño que Sonia empezara ese mismo fin de semana su trabajo de seducción. Era demasiado caliente como para esperar una mejor ocasión.
El sexo se había adueñado de sus vidas y Salvador era el catalizador, con sus ideas pervertidas que tan buen terreno habían encontrado en ellas dos. Lo que empezó como una relación lésbica normal, con su aparición se había transformado en un juego extremo, donde ellas deseaban experimentar hasta el extremo, sin importarles las consecuencias morales. Incluso antes de la aparición de Salvador ellas habían experimentado con el perro de la casa de los padres de Ana y con un potro en la parcela de su abuelo, por lo que el terreno estaba apto cuando él apareció. Era la excusa que necesitaban para dar rienda suelta a sus perversiones, las que habían estado siempre en sus mentes, esperando liberarse.
Y en ese afán de llegar a lo más hondo de sus perversiones habían acordado incorporar a sus madres al grupo. Pretendían que ellas cayeran tan bajo como ellas y experimentarían las mismas aberraciones. Partían del supuesto de que si ellas eran unas putas degeneradas era porque habían heredado los genes de sus respectivas madres, por lo que no sería difícil convencerlas de que se unieran a ellas en este camino de degeneración que habían elegido.
Para Ana su madre era un buen proyecto, ya que tenía la sospecha de que no le era completamente fiel a su padre y muy probablemente ya habría experimentado el sexo lésbico con alguna de sus amigas, pues en más de una oportunidad había creído ver intercambio de miradas sugerentes y una efusividad en sus saludos que no eran normales.
Para Ana su madre era un objeto de deseo y más de alguna vez había fantaseado con ella, a una edad en que las niñas fantasean con sus padres. Se diría que su madre fue su primera relación lésbica, aunque de manera platónica. Ya era hora de pasar esa relación a la realidad.
Cuando su padre decidió llevar al niño al cine, Ana creyó llegado su momento y como disponían de varias horas, invitó a su madre a conversar, para lo cual preparó unas copas de licor que facilitaran su trabajo.
Sentadas frente a frente, conversaron de diferentes temas, hasta que Ana logró llevar a la conversación por donde deseaba.
Mami, no he tenido la oportunidad de agradecerte por tu aceptación de mi relación con Sonia.
Mijita, eres libre con tu vida y si esa es tu opción, yo la respeto
Gracias, mami. No sabes lo que significa tu aceptación para mí
¿Eres feliz?
Sí. Inmensamente.
¿No hay ningún hombre en tu futuro?
Hay uno, que compartimos Sonia y yo. Se llama Salvador.
No logro entender
Es solamente sexo, mami. Mis sentimientos están con Sonia.
Entonces tienes sexo con una mujer y con un hombre a la vez. Extraño.
¿Seguro?
¿Por qué dices eso?
Me da la impresión que sabes lo que quiero decir
Ana, yo. . .
No te preocupes, mami. Comprendo perfectamente.
¿Cómo te diste cuenta?
Ana abrió sus piernas de manera de regalarle el espectáculo de sus muslos, con un calzoncito negro al fondo. Ruth miró entre las piernas de su hija pero nada dijo ni exteriorizó nada que le dijera que estaba atraída por sus muslos.
Bueno, como lesbiana tengo cierta sensibilidad para captar la atracción entre mujeres. Y eso vi entre tu y algunas amigas que vienen a casa.
Hija, perdona….
Mami, no olvides que yo hago lo mismo. Tal vez saqué tus genes, ¿no crees?
Ruth sonrió.
Además, eres tan linda y tienes un cuerpo tan exquisito que debes tener mucho éxito entre las mujeres.
Esto último lo dijo con toda intención, esperando que sus palabras rompieran el hielo. Y Ruth captó perfectamente sus palabras. Su mirada a las piernas de su hija se hicieron evidentes y en sus ojos había un brillo de deseo que antes no tenían.
Bueno, tú también debes tener mucho éxito, me imagino. Tienes un hermoso cuerpo, con unos senos y un trasero de ensueño. Y qué decir de tus piernas.
¿Te gustan?
Son preciosas y . . .
¿Deseables?
Si, deseables
Mami
Si?
Te deseo
Ana se levantó y se acercó a su madre, poniendo una mano en la rodilla de esta y la fue subiendo por sus muslos, mientras acercaba su rostro y abriendo la boca se la ofreció. Ruth abrió la suya y sacando la lengua la metió en la de su hija, en tanto una de sus manos se metía dentro de la falda de Ana y empezaba a subir en busca de su sexo.
Mami
Si?
Vamos al dormitorio?
Vamos
Partieron abrazadas y una vez en el dormitorio, Ana se abalanzó sobre su madre, besándola con pasión y metiendo una de sus manos por debajo de la faldita de esta, que estaba feliz viendo la energía que su hija desplegaba.
Ana, déjame desvestirte
Bueno, desnúdame mami
Ana, parada delante de su madre, veía cómo ésta iba quitándole todas sus prendas, hasta dejarla completamente desnuda. Ruth se arrodilló y metió su cabeza entre las piernas de su hija, intentando introducir su lengua. Fue tal la calentura que esto produjo en Ana, que no pudo evitar caer sobre la cama, con los pies en el suelo.
Cómeme, mami
Y Ruth empezó a saborear el sexo de su hija, metiendo lengua y chupando los labios vaginales de Ana, que se debatía como enloquecida por el gusto que su madre le proporcionaba, hasta que terminó por entregarle sus jugos en medio de grititos de gozo.
Mamiiiiiiiiii, ricoooooooooooo. Asíiiiiiiiiiiiiiiiii
Ruth, sin dejar de chupar la vulva de su hija, se acomodó de manera de quedar puesta al revés, ofreciéndole su propio sexo, en un 69 que esperaba que Ana aceptara, lo que esta hizo de inmediato, metiendo su cabeza entre los muslos maternos y sacando su lengua para explorar el túnel húmedo que se le ofrecía.
Ricooooo, mijitaaaaaaa, ricooooooooooo
Mmmmm, mami, mmmmmmmmm
Sigue, sigue, Ana, sigueeeeeeee
Mamita, ricaaaaaaa, siiiiiii
Madre e hija se chuparon las vulvas con desesperación, hasta que la lujuria las venció y soltaron sus jugos en la boca de la que chupaba.
Aghhhhhhhhh, asiiiiiiiiiiiii
Mamiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
Quedaron extenuadas después de que acabaran y se tomaron un tiempo antes de reponerse. Cuando se hubieron calmado, se miraron sonriendo y se dieron un beso.
Fue exquisito, Ana
Tenía tantas ganas de estar contigo, mami
¿No te atrevías?
Pensaba que me rechazarías
Como ves, soy más degenerada de lo que creías
Bueno, las dos somos degeneradas, ¿no crees?
Siendo así, te voy a decir algo.
Dime con confianza
Le tengo ganas a Sonia
Bueno, si es así, te diré que yo le tengo ganas a Vanesa
¿Mi amiga ginecóloga?
Si. Ardo en deseos de comerle el chocho
Entonces yo te facilito el trabajo con ella y tu me lo facilitas con Sonia
Me parece justo, mami. Pero hay algo que hacer antes
¿Qué cosa?
Lograr que Sonia se acueste con su madre
Ah, entiendo. Las madres con las hijas, ¿verdad?
Esa es la idea. ¿Qué te parece?
Me parece estupenda, ya que Lorena es bien atractiva. Será la primera abogada que me coma.
Que nos comamos, querrás decir
Ja, ja, ja. Tienes razón.
Además, está Salvador
No entiendo
Entre Sonia y yo hemos formado un trío con Salvador, un tipo mayor que conocimos por internet y que nos ha ayudado en este camino. A decir verdad, la idea de que tu y yo ahora estemos juntas fue de él.
¿Y?
Bueno, la idea es que él esté presente en nuestras reuniones.
Pero Ana, eso significaría ponerle el gorro a tu padre
Ay, mami. No será la primera vez
No, si solo quería saber lo que piensas. Por mí no hay problema
Una pregunta, mami: cuántas veces has gorreado al papi?
Sinceramente, ya perdí la cuenta
¿Por qué?
Porque yo soy una puta de corazón, cariño. Sencillamente por eso
Por lo visto salí a ti.
De tal madre tal hija
A Salvador le vas a encantar pues eres del tipo de mujer que le gustan: calientes.
Eso sí, en lo caliente no me gana nadie. Y no hago distingos cuando hay que tener sexo
¿Por eso tienes sexo con mujeres también?
Y no solo mujeres, cariño
No entiendo, mami
¿No te molestarás si te confieso algo?
Mami, somos cómplices y no debe haber secretos entre nosotras.
He tenido sexo con un perro
¿Y eso te preocupaba? Yo lo he hecho varias veces. Incluso Sonia.
Parece que vamos a hacer cosas bien interesantes tu y yo.
Sí, mami. Ahora yo debo confesarte algo
Dime, picarona
He estado entusiasmando a Nicole
¿Tu prima?
Si. Y a pesar de sus 13 años se ha mostrado bien entusiasmada.
¿Y tu crees que podrías hacerla participar?
Mira, ella lo único que desea es estar con su tía linda.
¿En serio? Mira que ya me estoy humedeciendo
Cierto, mami. Está lista para ti. De hecho la primera vez que lo hicimos fue cuando le hablé de ti.
¿Cómo fue eso?
Fue hace unos dos meses, cuando estábamos solas las dos en mi departamento. Ella había ido de visita.
¿Y?
La invité al dormitorio y ahí empezamos a conversar. Yo tenía la idea de comerme ese chochito desde hacía tiempo, pero no sabía cómo trabajarla. Y esa tarde las cosas se dieron perfectas para convencerla. La invité a sentarse en la cama y yo hice lo mismo, teniendo cuidado de cruzar mis piernas y dejar expuestos mis muslos delante de ella, que estaba sentada de la misma manera……..