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Lluisín (La oshcuda pdofecía)

en Textos de risa

En fin, la vida sigue y yo no iba a quedarme quieto tras salvar a la humanidad de aquellos aliens.

Para los que no tengan ni zorra idea de lo que les estoy hablando, que se lean el capítulo anterior de mi saga:

Lluisn (Algunos hombres verdes): http://www.todorelatos.com/relato/47358/ 

Y ya que nos ponemos, leeros los anteriores, del primero al ltimo, que tambin estn muy bien, coo:

El Cabrn de la Facul: http://www.todorelatos.com/relato/39045/

Y como dijo el Pocholo: http://www.todorelatos.com/relato/39562/

ソNo lo tienes en deuved?: http://www.todorelatos.com/relato/41057/

Ftbol es ftbol: http://www.todorelatos.com/relato/41923/

Sujeto sexualmente activo: http://www.todorelatos.com/relato/46821/

Bueno, y dicho esto, paso a narraros la última del menda, es decir, Lluisín. Por cierto, esta primera parte que pongo a continuación quedaría de puta madre hablada por el narrador de la serie esta de "Más allá del límite", pero como estaba muy ocupado y quería cobrar pues os jodéis y os la leéis vosotros:

Año 2030. Todo ha cambiado. Las cosas son muy distintas de las de hace 25 años. La selección española domina el panorama futbolístico. Las pateras son un vestigio del pasado y ahora lo que mola es emigrar a España montado en burro por el cauce seco del Mediterráneo. Todo ha cambiado: George W. Bush se retiró de la política y ahora vive en una comuna "Hippie" en un rancho de Texas, Paris Hilton se convirtió en Manolo Tordesillas en el 2012... Todo ha cambiado. Bueno, todo no, casi todo ha cambiado. Dos cosas siguen imperturbables al paso de estos cinco lustros: Todavía no se han encontrado las armas de Sadam y Lluisín sigue en el primer curso de Historia.

En este ubérrimo mundo malherido, sólo ese viejo carroza que aguanta en una clase junto a una cuarentena de post-adolescentes entre los que se encuentra su propio hijo, ha conseguido resistir el envite del tiempo y mantenerse firme durante un cuarto de siglo.

- Oye, papá.- Le dice en plena clase su hijo, Lluisín junior, a lo que su padre, en cuya cabeza empieza a escasear el pelo, contesta con todo el cariño que le inspira su vástago.

- ¿Qué coño quieres, capullo de mierda?

- ¿Cómo se escribe esto?

Lluisín padre, muy seguro de sí mismo responde:

- ¡Y yo qué cojones sé! ¡Pregúntaselo al profesor que lo tienes ahí delante!

- Pero… ¿Y si es una tontería y todo el mundo se ríe de mí?

- ¡Qué va a ser una tontería! Anda, tira y pregunta.

Lluisín junior levanta la mano y pregunta si "Historia" lleva hache… intercalada. Como es normal, toda la clase se parte el ojal.

- ¡Ves como era una tontería!- le replica el joven a su padre, cuando se repone de su vergüenza.

- ¡Si ya lo sabía, hijo! Sólo que quería que la gente se riera de ti.- le dice su padre, el muy cabrón.- ¡Ay, hijo mío! ¿Cuándo aprenderás? "Más sabe el Diablo por viejo que por Diablo…"

- ¿Qué "Más sabe el Diablo por viejo…"? ¡A ver, viejo! ¿Quienes fueron los Reyes Católicos?

A causa del enorme esfuerzo mental, Lluisín padre fue internado en la clínica del Soponcio Perpetuo para tratarle de un derrame cerebral.

 

- ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!!!- desperté asustado, sudando de puro terror. ¿Qué había sido eso? ¿Una visión? ¿Una pesadilla? ¿Un bocata de chorizo? No era la típica pesadilla en la que la Pantoja de Puerto Rico me violaba, eso estaba claro. ¿Pero entonces? Para aclararme, estuve a punto de dejarme caer de nuevo en la cama, pero noté que había algo en ella. Algo que, al tacto, parecía un saco de cuero lleno a rebosar de manteca de cerdo. ¡Oh, no! ¡ERA ELLA!

- Dame un besito, cariño… ¡Y eeesssoooooooooooo!

 

- ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!!!- Vale. Sí que había sido una pesadilla. Y de las gordas. Sí. "Gordas" con todo el doble sentido que queráis.

Pero… ¿Era ése mi futuro? ¿Era una de esas visiones que no se pueden cambiar? ¿O la he visto precisamente para cambiarlo y no llegar a ese entonces? ¿O acaso era una de esas visiones que intentas cambiar por todos los medios, haces lo posible por que no suceda, pero al final, luchando para que no ocurra, ocurre tal y como se vio? ¿Por qué he de quedarme calvo?

Hostiaaaaaa… iba a ser mejor que me tome un cafecito por que de buena mañana y ná más levantarme no estaba yo para estas preguntitas.

En fin, que me levanté y me dispuse a prepararme un café. Sin embargo, mientras trasteaba con la cafetera, no pude evitar que mis ojos pasaran, aunque fuese levemente, sobre el calendario que presidía la pared. ¡Mierda! ¡Quedaban sólo un par de días para que empezaran los exámenes!

El vasito de café se me cayó de las manos, se rompió en el suelo e hizo que el negro líquido me mojara los pies descalzos. Dada la evidente alta temperatura a la que estaba el café, me vi obligado a soltar una blasfemia a tal volumen que mi vecino del quinto tuvo que volver a colocar los cuadros en su sitio.

¡No veáis cómo dolía aquello! Empecé a saltar agarrándome el pie y maldiciendo a todos los santos del cielo, con lo que, botando a la pata coja, parecía una grulla endemoniada. Sólo había una persona en el mundo capaz de aliviar mi dolor, así que cogí mi móvil y llamé:

- Moni, cariño... me he hecho pupita en el pie... ¿Vienes y follamos un ratito?- Con el vicio que tenía la Mónica, estaba seguro de que iba a aceptar.

- No.

- Bien, entonces te esper... ¡Un momento! ¿Has dicho "NO"?

- Sí.

- ¿Ese "Sí" significa que has dicho que "No" o que has cambiado de opinión y vienes para follar un rato?

- No voy a ir, Lluisín. Tienes que estudiar por que en una semana te empiezan los exámenes. Y hasta que no acaben no voy a follar contigo, es la única forma de que estudies. No quiero tener un novio que no sepa pasar de curso.

- ¿¡QUÉEEEEEE!? ¡No me puedes hacer esto! ¡Bartolín está muy triste sin ti!... snifff... ¡Un momento! ¡Ahhhh! ¡Ya lo entiendo! ¡Ya comprendo lo que ha pasado! ¿Cómo puedes ser así de rastrera, Moni? ¡Yo confiaba en ti y vas y me traicionas!... ¿Cuánto te ha pagado mi madre?

- Setenta euros.

- Hija puta... le pedí yo diez euros para porros y me dijo que no tenía dinero.

- Lluisín...

- Dime, cariño.

- Las clases empiezan en diez minutos. Más te vale que aceleres o no aprobarás. Y sin aprobados no hay tiki-taka...

¡Mierda! ¡Tenía razón! Colgué el teléfono, me pasé dos minutos buscando la mochila (no la cogía desde que la usé para llevar las bebidas al botellón de hace dos meses) y salí corriendo hacia la Universidad. "Sin aprobado no hay tiki-taka". No dejaba de repetirme. Entonces... ¿Quién era la madre de Lluisín Junior? La imagen que se me cruzó por la cabeza, la de la Pantoja de Puerto Rico en pelotas y llamándome a la cama, hizo que ir a la Universidad se pusiera en el primer lugar de mi lista de "cosas por hacer", por encima de robarle los tangas a Elsa Pataky e incluso por encima de convertirme en fotógrafo de Playboy. Así que empecé a correr como alma que lleva el Diablo.

Corría y corría por las calles todo lo más que me dejaban mis piernas. Las abuelitas me saludaban desde los balcones. Mis pies volaban sobre el asfalto. La gente del autobús se asomaba a mirarme. "¡Corre, Forest, corre!" me gritaba un crío hijo-de-su-puta-madre. Y yo seguía corriendo y corriendo. Y tanto corrí que acabé en un edificio que me sonaba extrañamente.

- Esto no es la universidad. ¿A que me he pasado de relato?- dije, y abrí la primera puerta que encontré.

Lo que allí vi me hizo cerrar automáticamente la puerta, pero casi al momento la abrí.

- ¿Doctor House?- pregunté.

- ¿Qué quiere? ¿No ve que estoy ocupado?

- ¿Tiene a Caja, el autor de TR, desnudo, sedado, atado a un sillón con el culo en pompa y está a punto de meterle el bastón por el ano?

- ¿Eso parece?- me respondió el televisivo médico.- Vaya, me asombra su capacidad de observación. Entonces, si usted ve a un hombre con un cuchillo, la mirada perdida, empapado de sangre, y al lado de un cadáver... ¿Pensaría que es el asesino? ¡Oh! ¡Qué malpensado es usted!- dijo, dejando de apuntar con el bastón al desprotegido ojete del dormido Caja.

- Mire. Eso es tan jodidamente gracioso que hasta se me olvidó reirme.

- Lo entiendo. Normalmente a los seres de inteligencia limitada como usted se les olvidan ciertas acciones básicas... los médicos lo llamamos "Estupidez".- contestó House, con su peculiar sarcasmo.- Y ahora, si me permite, he de proseguir con mi experimento... ¡Oh, tranquilo! Puede quedarse a mirarlo si esto le excita.

- No, he de irme CORRIENDO... ups... perdone, no sé si se acordará de lo que es eso, doctor cojo.

- ¿Ya se va? ¡Oh! Me parte el corazón... Ah, por cierto, no se olvide de pasar por recepción... Allí puede recoger el premio al comentario más estúpido del día.- me respondió, haciendo gala de nuevo de sus habilidades irónicas.

Nos miramos a los ojos. Sus pupilas azules se clavaban en las mías negras y viceversa. De fondo, se empezó a escuchar una vieja música del Lejano Oeste. "Tiroriiiiii-ti-to-ti... tiroriiiiiii-ti-to..."

- ¡Oh! Perdona. Es mi móvil.- contestó House, antes de descolgar su celular.- "Sí. Hola, cariño. ¿Dices que estás caliente? ¡Oh! Tranquila, en cuanto acabe de hacer lo que estoy haciendo aquí iré a tu casa y nos lo pasaremos muy bien...".- dijo por el móvil. Tras colgar, se dirigió hacia mí- Era tu chica... No veas lo cachonda que es.

- Vaya... te crees gracioso. ¿Qué es lo que pretendes conseguir con eso?- Nota mental: "hablar con la Moni sobre si conoce al doctor House".

- La pregunta es... ¿Qué pretendes conseguir tú?

- ¿Yo? Nada... lo que quería conseguir ya lo he conseguido.- sonreí de oreja a oreja, señalando al narcotizado Caja, que comenzaba a despertar. Al verse atado y en tal posición, no le costó atar cabos, y casi al instante...

- ¡¡¡HOOOOOOOOUUUUUUUUUUSSSEEEEEEEEE!!!- berreó el autor de TR.

- ¡Mierda!- exclamó el doctor, viendo cómo Caja rompía las cuerdas y se encaraba a él.- Hola, Caja. Esto... puedo explicarlo. No se trataba más que de un examen rutinario y...

Mientras yo salía por la puerta, House hizo lo mismo, pero atravesando el cristal de la pared merced al golpe de su autor de TR.

- ¡Por favor!- dije para mí mismo.- ¿Pues no se creía el doctorcillo que iba a ser más cabrón que yo? ¡Aficionado!

- ¡House!- venía gritando Cuddy, su jefa.- ¡Quiero que me expliques lo que me acabas de decir por el móvil y... ups!- calló, al ver la paliza que se estaba llevando el médico a manos de Caja.

En fin, que dejé a House y Caja "divirtiéndose" y fui a mi universidad. Ya no tenía tiempo de llegar a la primera clase, pero sí a una de esas aulas de ayuda al estudio que se montaban los listos para ayudar a los tontos en época de exámenes. Y en ese momento, yo era uno de los tontos y estaba en época de exámenes.

Me planté ante la puerta. ¿Me atrevería a dar el último paso? ¿Podría avanzar hasta la dimensión desconocida? ¿Tendría valor de cruzar la última frontera? ¿Encontraría a Xenxo para canearle por meterme en la cabeza estas frases tan frikis? Decidido, agarré el pomo. Lo giré lentamente. Abrí la puerta y...

- Eshtábamosh en la conquishta de Gdanada... Ishabed y Fednando fuedon losh deyesh que...

- ¡AAAAAAAAAHHHHHHHHAAAAHHHHH!- Escampé a correr. Aquello no era humano. Era una broma alienígena o algo por el estilo. ¡No caben tantos granos en el rostro de una persona! ¡Y esa voz! ¡Y esas gafas! ¡Y ése disfraz de Frodo! Intenté calmarme tras correr dos o tres quilómetros gritando algo así como "¡Que vienen los marcianos, que vienen los marcianos!".

"- No, no, no, no... vamos Lluisín, tienes que tranquilizarte. Has de aprobar, por que si no apruebas, la Moni te deja sin tiki-taka... ¡Y no quiero acabar follándome a la Pantoja de Puerto Rico!

- Tienes razón, Bartolín, eres todo un filósofo.

- eso es por que tengo la cabeza proporcionalmente enorme comparada con la tuya."

Volví a la puerta. Volví a coger el pomo. Volví a girarlo. Volví a entrar. El tipo ése volvía a estar hablando... Y volví a salir corriendo. No lo pude evitar. El tío ése me dio un yuyu del copón. Pero, sin embargo, nada más salir de la clase cagando hostias, algo me golpeó en la cabeza y quedé inconsciente, tirado en el suelo, con la baba colgando de la boca y contracciones rítmicas en la pierna.

Cuando abrí los ojos, lo primero que vi fue al tipo ese raro mirándome como si me fuera a comer.

- ¡AAAAAAAAHHHHHHH! ¡Lo sabía! ¡No eres humano! ¡Eres un alien y me quieres devorar!- Intenté escapar, pero estaba atado de pies y mano a la silla.- ¡No, no me quieres devorar! ¡Lo que quieres es que salve a tu raza fecundando a todas las hembras de tu especie que, curiosamente, se parecen físicamente a las modelos de Playboy! ¿Verdad?

Joder, si lo convencía, éso iba a ser la puta hostia. Sin embargo, unas risas (un descojone auténtico, la verdad) a mi espalda, me llevaron a pensar que mis teorías no eran correctas. Como pude (es decir, a saltitos con la silla), me giré y los vi.

- ¡Hijos de puta!- Apoyados en la pared, aún reponiéndose del ataque de risa, me miraban Xenxo, mi mejor amigo, Mónica, mi chica, y Ximo, mi compañero de equipo.- ¿Queréis decirme qué coño hago yo aquí?

- Estamos aquí para que apruebes. Como todos nosotros somos buenos estudiantes y no vamos a tener demasiados problemas en pasar a segundo, vamos a hacer que tú pases de curso.- Dijo Moni.

- ¿Buenos estudiantes? Perdona, querida... Tú te aprovechas de que los profesores miran más tus tetas que tus deberes, Xenxo es un frikie perdido y ahora dime si tendrías valor de suspender a alguien como Ximo, que parece el hijo bruto de Bud Spencer... ¡Buenos estudiantes! ¡Y una mierda!

- No te pongas así, pequeñín...- me dijo Bud... digo Ximo.

- ¡Como me vuelvas a decir pequeñín te hundo la cabeza en el ano, gilipollas! ¡Y ahora desatadme si no queréis que me enfade!- dije, para después añadir, con voz oscura- No os gustaría verme enfadado...

Entonces mi piel comenzó a ponerse verde, cada músculo de mi cuerpo comenzó a hincharse hasta límites insospechados, desgarrando la ropa y... Vamos, que no... que es mentira, que no soy Hulk, pero... ¿A que hubiera molado un rato?

- Está bien, vale, desatadme. Me quedaré por propia voluntad.

- ¿Seguro?- preguntó Xenxo.

- Sí, si me desatais os contaré el sueño que he tenido.

- Vale. Desatadlo.- Ordenó la Moni que parecía haberse erigido en líder. No me extrañaba absolutamente nada. Los hombres carecemos de voluntad para decirle que no a ese par de melones. Pienso, humildemente, que la Moni es la solución al conflicto palestino-israelí. Coge a los de Hamás por un lado y a los del gobierno judío por el otro, les hace un par de minutos de Top-Less, pregunta con esa voz "despierta-Bartolines" que tiene: "¿Vais a seguir pegando tiros?", y creo que no habría hombre con sangre suficiente en la cabeza para decir que sí. En ese estado se les facilita un tratado de paz, que lo firmen, y todos para su casa... ¿Veis? ¡Es muy fácil, si lo intentas! ¡Lluisín Presidente de la O.N.U, YA!

En fin, que cuando me desataron, les conté mi pesadilla (obviando el tema de la Pantoja de Puerto Rico, es mentarla y me entran escalofríos... uuuuy...). Cuando acabé de contarla, tal y como pensaba, todos se echaron al suelo, riéndose de mí. Todos, excepto el tipejín del disfraz de Frodo (Que no, que no va de coña, que llevaba un disfraz de Frodo).

- Te entiendo, compañedo...- me dijo.

- ¿Mande?

- ¿Vesh eshta fotogdafía?- sacó una foto de la cartera y me la enseñó. En ella, aparecía un chaval adolescente, alto, musculoso, de melena rubia, que le estaba zurrando a un compañero de gafas.

- ¡Hostia! Este rubio parece simpático... ¿Quién es?

- Yo.

- ¿Jo? ¿Qué JO? ¿Jo de Joan? ¿Jo de Josep?

- No. Que shoy yo. Yo shoy eshe tío dubio.

- ¡Venga! ¡No bromees! ¿Tú? ¿El tipo ese? ¡Venga! ¡Cachondo! ¡Qué vas a ser tú el tipo ese!- Bien mirados, tenían sus semejanzas. La forma del rostro, el color de los ojos, los labios... La cicatriz en la frente, el tatuaje de letras chinas en el cuello, la curva de las cejas... ¡DIOS! ¡Era verdad!

- P-pero...- balbucí.- ¿Quién te ha hecho esto? ¡Pobrecito!- le dije, acariciándole lastimosamente la cara.- ¿Te tiraron a un tanque de ácido sulfúrico o algo por el estilo? ¡Míralo, Moni!- le dije a mi chica pasándole la foto.- ¡Pobrecito, en lo que ha quedado!

- ¡Ay, tiene razón! ¡Mirad, chicos! ¡Pobrecito!- se lamentó Mónica mientras le pasaba la foto a los otros dos.

- ¡Bueno, vale ya! Mushash pershonash que llefaban una mala vida pada los eshtudiosh han tenido dishtintosh shueñosh en losh que she lesh mostdraba el futudo que lesh eshpedaba shi no cambiaban. Pod esho me refodmé y me convedtí en un buen eshtudiante. Losh que hemosh pashado pod ello lo llamamosh...- segundos de suspense.- "La oshcuda pdofecía".- Justo cuando lo dijo, un trueno hizo temblar las ventanas.

- Joder, Ximo, nano, córtate... ¡Menudo cuesco!- exclamó Xenxo.

- Lo siento... es que he desayunado alubias...

- ¡Y luego no quieres estar como estás, con esa alimentación, mameluco!

- ¡Eh, tampoco te pases, Xenxo!

- ¡Me paso si quiero!

- ¡Tranquilizaros los dos o tendré que poner paz!- terció la Moni.

- ¡YEEEEEEEE!¡GENTE!- tuve que poner orden.- ¡Aquí estamos hablando de otra cosa, eh! ¡Aquí hablamos de mi "oshcuda pdofecía"! ¡Y a quien no le guste que se vaya a estudiar su carrera! ¡Joder!

En fin... que desde ese momento, quedó iniciado mi entrenamiento para aprobar.

CONTINUARÁ

***

Hale, os dejo con el suspense. Si no me ponéis comentarios no voy a seguir el relato, hala... hombre, hombre... que yo os cuento aquí desinteresadamente mi vida y vosotros no me escribís comentarios suficientes, estirpe de vagos desagradecidos...

- Oye, Lluisín, ¿No crees que te estás...?

- ¡Tú te callas, Caronte! ¡Que como te pongas tonto te dejo y me hago personaje de Caja! Que he hablado con House y dice que tiene mejor sueldo que yo... ¡Hombre ya! ¡Y vosotros! ¡Los que me estáis leyendo! ¡Comentad o me cago en tó lo que se mueve! ¡Hostia!

Mas de Caronte

Sola

La casera

El casero

Sabina (09: Juana la Loca)

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El Cóndor negro

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Desesperación (Encuentro)

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Sabina (08: Pacto entre caballeros)

Sabina (07: Corre, dijo la tortuga)

Desesperación (Mascletà de latidos)

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Lluisín (El último examen)

La chica del autobús

Lluisín (El primer examen)

Un ángel entre la niebla

Desesperación (Al sur)

Sabina (06: Eva tomando el sol)

Sabina (05: Kung-Fú)

Lluisín (El Equipo U)

Involución

Ángelo da Morte

Seven years

Campos de Cádiz

Silencio

El cisne

Sabina (04: Lolita)

Lluisín (Algunos hombres verdes)

Sabina (03: ¿Quién me ha robado el mes de abril?)

Sabina (02: A la sombra de un león)

Sabina (01: Vístete de putita)

Lluisín (SSA: Sujeto Sexualmente Activo)

Desesperación (Canela y cartón)

Cómo escribir en todas las categorías de TR

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Las entrevistas de Lluisín: Thecrow

En la barca de Caronte: Sasha

En la barca de Caronte: Trazada

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Las entrevistas de Lluisín: Snebiqaus

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Dos ramos de rosas (Sábado por la mañana)

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Cuentos no eróticos: El maestro

Ante el espejo (2)

Ante el espejo (1)

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Desesperación (Diosa noche)

Deseperación (Me olvidé)

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La tienda (5: El final)

La tienda (4: el libro)

Desesperación (Y tú no vuelves)

Muñeca

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Por siempre mía

La tienda (3 :la boina)

Y yo os declaro...

En la noche

Preciosa y el aire

Tan puta como yo

Experimentos Pavlovianos

La hora sin sombras

Desesperación (soneto)

Desde el infierno

Te marchaste

La esposa del rey

Desesperación (por tus labios)

Desesperación (ódiame)

Las leyes de Murphy

Quieres volver con él

¡Qué triste es la Luna de Valencia!

La tienda (2: la poción)

La tienda (1: la poción)

Para Wendy

La hija de Wendy

Amor gitano (2)

Historias de Las Arenas (2: lésbico)

Historias de Las Arenas (1: amor filial)

Historias de Las Arenas (3: infidelidad)

La leyenda del jaguar

Cuando lo pierdes todo

Un mal día en verso

Al oído de una amante

Amor gitano

Anda, túmbate a mi lado

Abre la puerta y olvida

Julia (2)

Adela (3)

Adela (1)

Adela (2)

Julia (1)

Julia

La niña de la calle

Teníamos catorce años