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Lluisín (El Castigo de Lluisín)

en Textos de risa

Bueno, ya me tenéis aquí otra vez y... Hostia... ¿Qué ha pasado aquí? ¿Dónde estoy? ¿Por qué está todo tan oscuro? ¿Por qué estoy flotando? ¿Estoy atrapado en la nada cósmica? ¡Pero si llevo una semana sin fumarme nada! ¡Mira que es vago el capullín de Caronte! ¡Ya no se molesta ni en escribirme decorados! ¡Así no hay quién trabaje, copón! ¡Joder, que esto está más negro que el álbum de familia de Kunta Kinte, coño! ¿Qué pasa? ¡Exijo explicaciones!

- Hola Lluisín...

- ¡Caronte! ¡Mangarrián de mierda! ¿Dónde estás? ¿Qué hago yo aquí? ¡Aparécete que te voy a partir la cara!

- Lo siento. Ahora estás bajo mi total y absoluto control. Controlo lo vertical y lo horizontal...

- Hay que ver... ¿Eh? Pa' cuatro que somos y me toca el tonto...

- ¡Silencio!

- No, yo me llamo Lluisín... Silencio me suena a nombre romano...

- Grrrrrr... ¿Sabes por qué estás aquí?

- Si lo supiera ya te habría dicho que es mentira.

- Esto es una pequeña venganza...

- ¿Venganza? ¿De qué? ¿De qué te vas a vengar tú? ¿Con lo que me debes a mí te vas a vengar de mí?

- Te permití que me llamaras monstruo. Te permití que me llamaras vago. Te permití incluso que me llamaras “prototipo experimental de ser humano” y no me molesté. Te lo permití magnánima y piadosamente. Te permití incluso que me llamaras lameculos, mediocre escritorzuelo de insufrible vanidad literaria, gilipollas, hijoputa, gañán, gurrupas, aguafiestas, tonto l'haba, hijo del mal, puto cabrón acomplejado, mariconazo, desgraciado, capullo, pendejo bastardo...- cinco minutos de tediosa enumeración, en los que no tuve más remedio que entretenerme leyendo unos “Mortadelos”, después....- ¡Dios sabe hasta que te hubiera permitido llamarme mangarrián!... Pero lo que no te voy a permitir EN LA VIDA... es que me llames ¡FACHA!

- Joer, con la de autores que hay en Todorelatos y me tenía que tocar el más tarado, como si tuviera poco con que me prostituyera con el degenerado de Caja... Si es que... Dios los cría y ellos se juntan. Pareja de frikies. Seguro que fueron juntos a clases de “Introducción a psicopatías varias y complejo de Dios” ¿Has dormido mal, nene? Mira que te noto tenso. ¿Todo por una palabreja que te dije en “mi último examen”? (A los que no sepan de qué milindris les estoy hablando… ¡Tirad a leer mis relatos, cojones, vagos de mierda!)

El Cabrón de la Facul: http://www.todorelatos.com/relato/39045/

Y como dijo el Pocholo: http://www.todorelatos.com/relato/39562/

¿No lo tienes en deuvedé?: http://www.todorelatos.com/relato/41057/

Fútbol es fútbol: http://www.todorelatos.com/relato/41923/

Sujeto Sexualmente Activo: http://www.todorelatos.com/relato/46821/

Algunos hombres verdes: http://www.todorelatos.com/relato/47358/

La oshcuda pdofecía: http://www.todorelatos.com/relato/47662/

El Equipo U: http://www.todorelatos.com/relato/48184/

El primer examen: http://www.todorelatos.com/relato/48964/

El último examen: http://www.todorelatos.com/relato/49726/

Y “Tetrix” (By Caja): http://www.todorelatos.com/relato/50296/

 

Bueno, volvamos al brote psicótico-esquizofrénico del desequilibrado de Caronte...

- Tú no sabes lo tenso que puedo estar... todavía. Esto es sólo la tercera parte de mi castigo. Le primera fue darte prestado a Caja. Es bueno. Demasiado bueno. No te castigó lo suficiente. Por eso tuve que entregarle las fotos a la Moni...

- ¿QUÉ TÚ QUÉEEEEEEE?- Creo yo que lo del Increíble Hulk era sólo una rabieta de niña pija comparado con la que armé en ese instante.- ¡VEN AQUÍ! ¡VEN AQUÍ QUE TE VOY A DAR UNA QUE TE VA A FALTAR CIELO PARA DAR VUELTAS!

Y como aún me quedaban en la cabeza los conocimientos de artes marciales que me metieron los tipos raros de Caja (por cierto, intercambio conocimientos en artes marciales por conocimientos de chuletas y de canciones de los Mojinos, que después de tanto tiempo me había encariñado con ellas), pegué un supersalto estilo Dragonball hacia Caronte y, en mitad del vuelo, enganché una patada giratoria y... ¡Hostia! ¿Dónde está Caronte? ¡Soy el fucking crack, lo he pulverizado de una patada! ¡Le he hecho un fatality!

- ¿Fatality? Creo que eso es flipar mucho. Hasta para ti. Me parece que voy a tenerte que cortarte el suministro de hachís.

- ¿Ein? ¡Caronte! ¿Pero no te acabo de pulverizar de una patada?... Eh... no me... vale... vale ya, cabrón... deja de reírte de una vez, cabrón de mierda... que no te rías... pero... hijoputa... ¡Facha!

- ¿Eh? ¿Qué me has dicho?

- Ya sabía yo que te callarías.

- Mierda. ¡Joder, no hay quien te aguante! Anda, tira por esa puerta de ahí y verás lo que te tengo reservado...

- No me sale de los huevos.

- ¿Que qué?

- que no me da la puta gana...

- Creo que no has entendido la gravedad de la situación...

Entonces, Caronte hizo aparecer ante mí una especie de jaula cubierta con unas cortinas.

- No me digas más... has llamado al zoo y por fin vas a presentarme a tus padres... ¡Ay, qué ilusión!- dije.

Sin embargo, a Caronte no le pareció graciosa mi intervención y, con gesto serio, descorrió las cortinas para que allí dentro asomara el monstruo más horrible del mundo. Cien veces más terrible que Drácula. Mil veces más horripilante que el Hombre Lobo. Diez mil veces más terrorífico que el monstruo de Frankenstein. Un millón de veces más feo que cualquier zombi. Sí. Era ELLA.

- ¡Y eeeeeeeesoooooo!- gritó la Pantoja de Puerto Rico desde el interior de la jaula, abalanzándose hacia los barrotes con ánimo de atraparme. No creo que haga falta decir que la sugerencia de Caronte de marcharme por aquella puerta, se convirtió en la mejor idea de la que jamás me hayan hecho partícipe.

Crucé la puerta y la cerré tras de mí. Por si acaso, di dos vueltas de llave a la cerradura, eché el pestillo, le puse un tablón atravesado estilo castillo medieval, le calcé tres cuñas y, además, mastiqué un chicle y lo pegué entre la puerta y el marco para que no se pudiese abrir. ¡Coño qué susto!

Por cierto... ¿Por qué Caronte pondría tantos medios de seguridad en esta puta puerta?

- Porque no quiere que vuelvas atrás.- dijo, a mi espalda, una rara voz femenina.

Mierda. Esa voz me suena. Pero no logro recordar si de algo bueno o de algo malo. ¿Moni? No. ¿Elsa Pataky? No, va a ser que no. ¿Las gemelas del avión? No, tampoco lo creo... ¡Oh, no! ¡NO! ¡Mierda! ¡NOOOOOOO!

- Señor Luis Rafael Eduardo García Garcés, he de hablar con usted sobre su nota en su último examen...

- ¡NO! ¡Lo he aprobado! ¡No me toques los cojones! ¡No puedes suspenderme! ¡Lo he aprobado! ¡LO HE APROBADOOOOOO!- Aunque, ahora que lo pensaba, ya me daba lo mismo. Me había quedado sin tiki-taka por culpa de las fotos. Puto Caronte. De esta se acordará.

- Por supuesto que lo ha aprobado... y con buena nota...

- ¿Ein?... Entonces... ¿Cuál es el problema?

- ¿Problema? No hay problema ninguno... al contrario... un examen tan bien hecho... me pone cachonda.- la voz de mi profesora fue tomando un extraño tono de actriz porno que me empezaba a animar... ¿Caronte quería castigarme a base de polvos con la profe? Joer, yo tenía que haberme enterado de que estos castigos existían mucho antes. Caronte es bueno… tendré que avisarle de la carta-bomba que le he enviado.

- ¿Anda sí? ¡Cosa más curiosa!- miré detenidamente a la profesora. Madurita, cuarenta y pocos, y ese cuerpo de jaca jerezana cargadito con un par de berzas de estas que no encuentran ningún problema en llenar un sujetador... Bartolín, tal que si fuera el pulgar del César, se elevó al cielo dando su visto nuevo a la coyunda que íbamos a realizar... amén.

- Mmmm... Lluisín... me pones muy caliente...- murmuraba la jaca, que para mí que acababa de verse la peli de “Supermán”, porque se cogió la blusa y la desgarró (mandando a toma' po' culo los botones) como si allí fuera a salir una S... pero no salió una “ese”... salieron dos “esas”. “Esas” tetas. Esas tetas capaces cada una de abastecer de alimento a toda la planta de neonatos del Hospital Central durante medio año.

- Dios... ¡A FORNICAR!...- comencé a desvestirme a la velocidad del rayo, mientras mi profesora hacía lo mismo. Al final acabamos los dos en ropa interior y... un momento... ¿Esas braguitas no están sospechosísimamente abultadas?- ¡Oh, mierda! ¡Oh, no! ¡Oh, mierda grande y seca! ¡No! ¡NOO! ¡No te quites las bragas! ¡No hace falta! ¡NO! ¡DIOOOSSS!... Hostia qué cacho cimbel, si le llega hasta la rodilla… digo… ¡DIOS MÍO, NO! ¡Lo sabía, eres un tío!

- Tranquilo, cariño... ya verás como al final te gusta...- dijo la muy guarra, sacándome la lengua en plan provocativo.

- ¡Nooooooooo!

1936: Jesse Owen manda un “joróbate, Hitler” desde la línea de meta en los juegos de Berlín.

1988: Ben Johnson, hinchao de dopantes como una piñata de caramelos, corre los 100 metros en 9'79 segundos (ahí es nada)

1991: Carl Lewis sólo consigue bajar el crono de 9'90 hasta 9'86. Marica.

1999: Mo Green se apunta también a los 9'79 de Ben Johnson y más limpio que una patena, oye. O eso dicen.

2006: Por cinco días, Justin Gatlin es acreditado con un 9'76 que luego cambian a 9'77 y más tarde lo cambian a “Ay, tramposillo, que con la testosterona no se juega, ayyyy”.

2007: Lluisín deja a toda esa panda de dopados como unas tortugas reumáticas haciendo los mil metros obstáculos (las paredes que se interponían en su camino) en menos de dos segundos y medio. De ahora en adelante, las siglas EPO significarán “El Proteger Orto”… cuya eficacia Lluisín acaba  de demostrar frente a la Eritropoyetina (que pasaría a llamarse EBO: EritroBartolinEtina, que para el caso, es lo mismo).

- ¡Caronte! ¡Cerdo sádico, bastardo y traidor! ¡Como te pille te voy a hacer tragarte los dientes!- gritaba yo, corriendo como un puto Forrest Gump perseguido por una manada de gambas mutantes.

- Siguiente estación.- oí decirme a Caronte, y de pronto me encontré en mi calle, delante de la finca donde yo vivo. Pero la finca parecía mucho más nueva.

- ¿Dónde coño estoy? ¿Esta es mi casa? ¿Han limpiado la fachada con KH-7?

Mi mirada fue hacia uno de los periódicos que vendían en el quiosco de la esquina. “Mañana se juega la gran final del Mundobásquet entre E.E.U.U. y la U.R.S.S.”. ¡Dios mío! ¡Estaba en el 20 de junio de 1986! ¡Era la fecha de mi concepción! Caronte me había traído hasta aquí, pero… ¿Por qué? ¡Ah, claro! ¡Ya lo entiendo! Seguro que mis padres se habían peleado ese día  y yo tenía que arreglarlo o si no… ¡Jamás nacería!

- Cuánto daño le ha hecho “Regreso al Futuro” a las generaciones posteriores…- Se lamentaba Caronte dentro de mi cabeza (¿Dentro de mi cabeza? ¡Hijoputa! ¡Sal de ahí y ni se te ocurra coger mi colección de porno ni mis recuerdos del tiki-taka con la Moni! ¡Cabrón! ¡Salido! ¡Degenerado!).- Lo que tú digas, Lluisín. Sé feliz… mientras puedas.

- Sólo intentas confundirme. Pero yo sé lo que tengo que hacer. ¡Tengo que ser concebido! ¡A la carga!- Corriendo como un desesperado, subí hasta mi casa y abrí el portal. Tenía que convencer a mis padres de que me concibieran. Decidido, entré a su cuarto.

Anda. Pues… pues no tenía que convencerlos, fíjate tú. Ya se habían convencido ellos mismos. ¡Por dios! ¡Mis padres estaban fornicando! ¡Delante de mis narices! ¡Pervertidos! ¡NOOOOOOOOOOOOOOOO!

- ¡Aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhh!- exclamé, antes de esconderme rápidamente en el baño para que no me vieran.

- ¿Has oído algo?- dijo mi viejo que le estaba… por favor… ¿Cómo puede ser tan asqueroso? ¡Joder! ¡Que esa era mi madre!

- Nada… sigue, cariño…- contestó la muy puta de mi madre que estaba… dios… creo que voy a vomitar. Aunque… mi madre de jovencita estaba buenorra, ahora que la miro… ¡Yyyyyaaaaaaargghhh! ¿Pero que estoy diciendo! ¡Caronte, puto pervertido! ¡Sácame de aquí!

Tan rápido como había venido, me fui, gritando como una loca, tapándome los ojos e intentando olvidar la grotesca imagen que había presenciado. Esto me iba a crear un trauma infantil. Seguro.

Corriendo por las calles, gritando y tapándome los ojos, recorrí la friolera de tres metros hasta que me acabé por estampar en una farola cercana, quedando sin conocimiento. Sin embargo, Caronte aún me seguía dando la tabarra.

- ¿Ves como no ha sido tan difícil? Ahora ya puedes hacer lo que quieras. Aunque yo te aconsejaría que te dieras prisa. Aún queda la mitad del relato.

Cuando abrí los ojos, me encontré en medio de la facultad. Puesto que no conocía más sitio allí que la cafetería, fui corriendo hasta allí, temiendo que, de un momento a otro, apareciera Godzilla o la Pantoja de Puerto Rico decididos a destruir el único sitio donde encontraba las litronas a un euro.

Cuando llegué allí, no me podía creer lo que veía. Moni. La Moni, mi Moni. Estaba charlando con Xenxo. Y estaba llorando. Joer, yo es que no soporto verla llorar… que enseguida me entra la vena romanticona…

- Jefe…- intentaba consolarme Bartolín.- No llores, jefe, que los hombres no lloran.

- Snif… si… no estoy… snif… llorando… es que se me habrá metido algo en los ojos… snif…

- Sí, claro… se te ha metido en el ojo todo el puto Sahara, por cómo estás llorando.

- ¡Vete a la mierda! ¡Gilipollas! Buaaaaaa… ¡Mi Moniiii!- me derrumbé sobre un pilar (Bueno, vale, sobre UNA Pilar… la Pilar Rodríguez, campeona universitaria de lanzamiento de martillo, una tía tan inmensa que tienes que mirarla a plazos. Pero como está coladita por mí, me dejó desahogarme en sus amplísimas espaldas).

Encima, una pandilla de tunos gilipollas se acababan de encadenar a la puerta de la cafetería, pidiendo más respeto para los tunos (pedazos de gilipollas, si quieren respeto, que no se metan a tunos. ¿Acaso alguien respeta a los pinches boy-scouts?), impidiéndome entrar, y sólo podía ver y oír a mi amigo y a mi chica a través del cristal.

- ¿Cómo ha podido hacerme esto?- se lamentaba la Moni.

- No se lo tengas en cuenta… Lluisín te quiere.- ¡Ése es mi Xenxo! Si salgo con vida de esta le tengo que invitar a unas cañas.

- ¡Pues aquí no lo parecía!- Dijo la Moni, tirando encima de la mesa las fotos. ¡Pero esta tía es masoca! Si tanto le joden esas fotos… ¿Por qué coño las lleva siempre encima?

- Tranqui Moni…- ¡Xenxo, Cuidadito con esa mano, que empieza encima del hombro y acaba donde yo te digo! ¡A la Moni ni tocarla! ¡Olvídate de las cañas como la toques!

Empecé a aporrear el cristal, pero no me oían.

- Gracias, Xenxo… eres un buen amigo.- la Moni se abrazó al Xenxo.

- ¡JEFE!- se desesperaba Bartolín.- ¡Que se ha abrazado a la Moni!

- Ya lo sé, Bartolín, Ya lo sé…- respondí, lleno de rabia.

Y más me llené de rabia cuando los dos putos tortolitos-aspirantes a cadáver se separaron, sonrojados como dos adolescentes en uno de esos infumables bodrios hollywoodienses. Entonces, se miraron, y a la Moni le brilló el ojo izquierdo.

- ¡NOOOO!- grité yo.

Desesperado, cogí la silla que más cerca me quedaba (la silla de ruedas de un compañero minusválido), que quedó tendido en el suelo mientras yo intentaba cargarme el cristal de la cafetería sin acordarme de la física más simple. Por supuesto. El costillar de un tuno es mucho más frágil que un vidrio reforzado. Así pues, varié de rumbo y, abriéndome paso entre bandurrias, capas y clavelitos a base de sillazos, logré entrar a la cafetería.

Demasiado tarde. La puta de mi novia y el hijoputa de mi mejor amigo ya se estaban dando el lote (si sabré yo lo que pasa cuando a la Moni le brilla el ojo izquierdo).

- ¡YYYYAAAAAAAAAAAAAAAA!- avancé hacia ellos, armado con la silla, dispuesto a partir huesos, pero alguien me lo impidió.

- ¿Señor Luis Rafael Eduardo García Garcés?- dijo el tipo, antes de recobrar aire desesperadamente.

- Sí, pero ahora no puedo entretenerme.- dije, antes de girarme. Cuando lo hice, comprobé que quien me agarraba era un agente de la autoridad (familiarmente conocidos como “pitufos” por su uniforme azul)

- Está detenido.- me dijo el cabrón del poli. Puta represión policial. ¿Por qué no me podía dejar expresar mi creatividad pintando un “happening” en la pared de la cafetería con la sangre de Xenxo.

- ¿Pirdún? ¿Por quien pereguntaron?- dije, poniendo acento árabe.- Mi ser Murito Mohamé… mi no intindir más español.

- Luis Rafael Eduardo García Garcés,- dijo el poli sin creerse mi arabismo.- queda usted detenido por acosa telefónico a la señorita Elsa Pataky.

- ¡Mentira! ¡Ella me quería! Me lo puso en el autógrafo. ¡Me lo puso “Con cariño”! ¡Y me guiñó un ojo! ¡Me ama!- estallé yo, mientras los policías se me llevaban.

Así pues, he acabado aquí, compartiendo celda con un tío de dos metros que apesta a tintorro y a chanel nº 5 y que me está mirando con una cara que no me gusta un pelo.

- Señor García.- oí la voz de uno de los policías.- Tiene una visita.

- Hola Lluisín…

- ¡Tú!

- Yo.

- ¿Ya estás contento, Caronte? ¡Ya me has arruinado la vida! ¡He perdido a mi chica, a mi mejor amigo, jamás volveré a mirar a mis padres con la misma cara y mi profesor travelo de Literatura Medieval me ha echado los tejos! ¿Te queda algo más?

- Sólo una cosa…

- ¿Qué? No… ¿Qué es esto?… ¿Qué es esta capa que llevo puesta?… ¿Y el birrete éste?... ¿Y ésta bandurria? No… ¡No! ¡NOOOOO!

- Sí. Eres tuno.

- ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

- Y además te he hecho del Barça.

 - ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

Fin.

Bien. ¿Estás contentos? ¿Os ha gustado este relato? ¡Pues es una mierda! ¡Así que cerradlo, ponedle un terrible para que jamás aparezca por ningún TOP y no lo volváis a abrir en vuestra puta vida!

¡Cabrones!

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