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El Dragon Negro (Capitulo: 1)Sofia es Raptada

en No Consentido

Capitulo 1: Sofía es Raptada

Gracias a mis años de experiencia, aunque no quedara muy profesional la solución que iba a ordenar, para haberla pensado en tan pocos segundos, era al menos eficaz.

Gabriel: Javier, sal corriendo, coge el libro que se le ha caído y yo te espero en la esquina, no tardes que me voy.

El esta vez actuó más rápido, porque cuando lo llamaba Javier es que era importante, yo mientras por el espejo retrovisor veía como corría, cogía el libro y perseguía la furgoneta, yo me dirigí conduciendo a la esquina, para evitar que pudieran tomar nota de mí matricula. Al minuto Javi se monto en la furgoneta, jadeando, sudando y posiblemente reventado. Cerró las puertas y nos dirigimos al garaje de trucaje.

Gabriel: píntamela de negro

Mecánico: Hecho, seran 100 Euros.

Le di los 100 Euros y la furgoneta había cambiado de color en menos de cinco minutos, nos montamos en la furgoneta, salimos del garaje y pusimos rumbo a casa de Javi, tras cuatro minutos más, pasaron tres coches de policía, en dirección contraria, supuse buscándonos a nosotros.

Gabriel: Justo a tiempo (suspire), Javi, ponte tu ropa normal.

Javi: si, varón negro.

Acto seguido empezó a desvestirse, al lao mía y a ponerse su ropa normal, le dije:

Gabriel: mete todo el traje en esa bolsa plateada, ciérrala, pero al pasar por ese contenedor de basura azul, tíralo.

Javi: si, varón negro.

El aun semi desnudo fue obediente, metió la ropa en la bolsa, la cerro y la tiro en el contenedor de basura, luego siguió la orden anterior. Al poco llegamos a su casa

Javi: señor varón

Gabriel: varón negro (interrumpí)

Javi: eso, varón negro, si quiere no me deje aun aquí y le ayudo.

Me gusto el ofrecimiento, pero sabía perfectamente que no debía, su mente podía reaccionar de tres maneras y ninguna de las tres formas de reaccionar, sería buena para mí.

1ºForma:

Javier entraría en shock o bien petrificado o bien gritando como un loco, hasta llamar la atención de todos, conclusión: me pillarían con las manos en la masa o poco después y yo no podía permitirme eso o al menos no quería permitirlo.

2ºForma:

Se volvería un sádico, disfrutaría haciendo esto, pero él no tendría miramientos ningunos, con ningún tipo de chicas, además cometería errores y por ultimo y aun peor cada vez llegaría más lejos, una de dos o tendría que matarlo porque se metería en mis trabajos bien hechos o bien dejarlo solo para que la policía lo pillara y pensaran que sus crímenes eran los míos, pero no me gustaba pagar la fidelidad, con traición y además cuesta encontrar sicarios buenos. (Sicario bueno: no piensa, obedece).

3ºForma:

Su consciencia no le dejaría vivir, por lo tanto se pondría nervioso, llamaría la atención y a menos que su miedo por mi fuera mayor, que el miedo que tenga por quien lo esté interrogando, el lo contaría todo. Contra menos sepa, mejor me dije a mi mismo:

Gabriel: lo siento Javi, esto ya es secreto entre ella y yo, anda bájate.

Javi: ¿Cuándo me llamara de nuevo, varón negro?

Gabriel: puede que mañana para que me hagas unos encargos.

Javi: pues entonces que disfrute varón negro.

Me dijo con una sonrisa que incluso a mí, me dio algo de miedo. Se bajo y mientras que el llamaba a su casa, yo me fui, no podía permitir que mi furgoneta fuera negra cuando su madre me viera, ya que mañana tenía que ser blanca. Conduje hasta mi casa del bosque, era una casa que tenía un sótano, bastante oculto, un primer piso, con cocina, comedor, cuarto de baño y el 2º piso con un cuarto de matrimonio y un cuarto individual. Yo me puse una máscara negra completa, con boquetes en los ojos, boca y nariz. A ella la cogí en brazos, la empecé a desnudar, pasó a paso, poniéndole el aire acondicionado, no se fuera a resfriar la pobre.

Primero me tome el Cristalyn, tras gritar del dolor al tomarme eso, mi voz cambio y ya hiciera lo que hiciera tenía 8 horas justas a partir de las 3 de la mañana en las que no dejaría huella.

 Le quite esos vaqueros, mientras se lo empecé a bajar, dejo ver que debajo tenía unas bragas de abuela y unos leotardos color piel, no fuera a ser que se le vieran, supongo que para paliar el frio, aunque las bragas de abuela eran ya incorregibles.

Gabriel: no temas pequeña, te voy a cambiar la vida.

Luego le quite los leotardos y acto seguido las bragas de abuela, tenia muchísimos pelos en el chocho, me dio un poquito de asco, pues me gustaba que esas cosas estuvieran bien pulcras. Bueno, luego le puse las cadenas en las piernas. Suficientemente apretadas para que no pudiera soltarse, pero no como para hacerle daño, pues yo no quería hacerle ningún daño.

Ahora le quite el mp3, el jersey de cuello alto, debajo una camiseta de cuello alto y debajo como no, un sujetador de los años 40, le ate las manos también en dos esposas, yo sonreí, porque esto era todo un reto, poder cambiarla y pervertirla. Metí esa ropa en la caldera y la queme, sacando sus llaves, su móvil, su cartera y cogiendo el mp3 me lo lleve para arriba, para evitar posibles errores, apague su móvil, solo me faltaba que estuvieran molestando o que la pudieran rastrear. Luego fui al baño y prepare Cera caliente, si ella no se depilaba, se lo iba a depilar yo, me desnude entero, quería que viera mi espalda y mi sexo. Tan solo me deje, la máscara negra completa.

Una vez estaba la cera caliente preparada, baje al sótano, la ate a los hierros del colchón con esposas sexuales y luego empecé a juntársela en todos los pelos del monte de Venus y su rajita, lo que pasa que ni siquiera conseguía vérsele,con tanto pelo.  Ella entonces abrió los ojos de repente, empezando a gritar por lo que le dolía, intentando quitársela, pero como estaba atada, no podía moverse, ella empezó a llorar, aunque no se que estaría pensando, ella me miraba no entendiendo nada, con gesto de dolor y siguió gritando un poco mas y llorando.

Luego tras un par de minutos, suavemente con la yema de los dedos empecé a quitarle, los pelos suavemente, ella aun seguía llorando pero había dejado de gritar. Y cuando vio lo que le estaba haciendo, quitándole pelos de ahí abajo empezó con las preguntas normales. Ya que se había tranquilizado, me había escrutado con su mirada y ya había dejado de dolerle, empezó a pensar con claridad.

Sofía: (con voz ronca) ¿Quién eres?, ¿Dónde estoy? (tras decir eso, luego garraspeo, apuesto a que le dolía la garganta)

Gabriel: Soy el Dragón Negro, (me di la vuelta para que pudiera ver el Dragón negro de mi espalda) a partir de ahora eres mi posesión y por eso estas en mi nido. Mañana te soltare, pero con unas condiciones, si no las obedeces, te volveré a coger.

Sofía puso cara rara, como si no entendiera nada o como si no pudiera comprender lo que yo le decía.

Sofía: ¿vas a matarme?, ¿Qué me estás haciendo?

Gabriel: te he dicho que voy a soltarte, evidentemente viva, tu solo colabora y no te pasara nada, demasiado malo, solo te estoy depilando el coño que lo tenias lleno pelo, ¿no te da vergüenza?, tenerlo así es de descuidadas y de guarras.

Ella se puso colorada de pura vergüenza, evidentemente, luego contesto:

Sofía: por favor, hare lo que tú quieras, no me hagas daño, yo quiero vivir. Es que nadie tendría que verme eso. . .

Gabriel: eso me da igual, a partir de ahora, todos los sábados tienes que depilártelo, ¿¡Entendido!? Si no quieres que te vuelva a raptar, claro.

Sofía: vale, hare lo que tú quieras, pero no me hagas daño. . .

Me fije en que era muy dócil, inocente y que estaba temblando de miedo, estaba seguro que haría todo lo que le pidiera y que además no me iba a mentir.

Gabriel: a partir de ahora los sábados vas a salir de fiesta y siempre con el modelito que yo te he comprado, ¿vale, de acuerdo?

Sofía: si, si, no te preocupes, saldré. . .

Gabriel: y tan solo los sábados, fumaras y beberás, ¿de acuerdo?

Sofía: no, por favor que no me gusta. . . que sabe muy mal y puedo ponerme malita.

Gabriel: entonces el domingo que viene nos veremos aquí

Sofía: no, no, vale lo hare, pero no me vuelvas a raptar por favor.

Yo sonreí y le dije:

Gabriel: así me gusta, si te portas bien, te recompensare.

Ella hecha un mar de dudas no, contesto.

Gabriel: eres muy quejica, no veas cómo te has puesto, por una simple depilación.

Ya apenas le quedaban pelos en el chocho, eso sí lo tenía todo rojo y yo pensé: anda pobrecita, le juntare una crema hidratante de higiene femenina.

Sofía: Es que soy muy sensible, ahí. . .

Gabriel: ¿ah sí?, pues no te preocupes, ya te acostumbraras.

Sofía: si, supongo. . .

Gabriel: no te preocupes, ahora te traigo algo para la garganta y una crema para el chocho. ¿Quieres algo más?

Ella me miro intentando adivinar, cuáles eran mis intenciones, porque ella no entendía nada y luego pudo llegar a decir:

Sofía: me gustaría que me trajeras mi ropa

Gabriel: no puedo, tu ropa fue quemada y además acostúmbrate a estar así, hasta que no nos vayamos a ir, no te vestirás y te vestirás con lo que yo quiera.

Sofía: vale, dragón negro. . .era mi ropa favorita. . . (Aumento su carita de pena y por lo tanto sus ganas de llorar)

Gabriel: a partir de ahora lo será el modelito que te he comprado, ahora vuelvo.

Mientras subí a buscar la medicina para la garganta y la crema de higiene femenina, escuche como lloraba. Yo sonreí, no porque disfrutara con su llanto, si no porque todo, no había hecho, nada más que comenzar. Al subir arriba, primero busque la medicina en el botiquín y luego la crema, le prepare un vaso de agua para la medicina, también prepare la cera azul, para quitarle los pelillos cortos, junto a los pelillos interiores y luego baje con todo eso en la mano, la vi tan dócil, que no pude evitar relamerme, era toda una delicia, tenerla así desnuda, con el chocho depilado.

Ella dócilmente y con miedo, me miro y espero a que yo hablara para contestar:

Gabriel: antes de curarte, el chochito, te va a doler un poco más.

Sofía: ¿Por qué, que me vas a hacer?

Pregunto con las lágrimas saltadas, yo sonreí, mientras soltaba las cosas, no pensaba responderle,  pero finalmente le explique:

Gabriel: esto te lo voy a explicar, pero no esperes que te lo vaya a explicar todo, porque tú también vas a tener que repetirlo, todos los sábados.

Sofía: no, por favor te daré lo que sea, pero más no, que aun me duele mucho.

Le pegue una bofetada, que le dolió bastante pues se cayó, mirándome, le empezaron a caer las lagrimas, seguro que nadie le había pegado nunca.

Gabriel: basta ya, ¿qué puedes darme tu?, si todo lo que tu tengas es mío, ya. Además ya tengo lo que quiero, a ti.

Ella pareció haberlo ahora comprendido todo, pues porque en su mirada se vio la luz de haber llegado a una conclusión, seguramente adivino, que no saldría virgen, ni santa de aquí. Empecé a juntarle la cera azul por los pelillos y por dentro, ella iba a empezar a gritar del dolor, porque le volvía a quemar y encima lo tenía escoció, así que yo le metí un palo de madera y le dije algo piadoso:

Gabriel: no grites, que vas a perder tu preciosa voz, muerde el palo

Ella mordió el palo durante los 2 minutos que se lo deje puesto, mientras los lagrimones le caían por la cara y entonces volví a quitarle todos los pelos, esta vez no quedo ni uno, lo que pasa que el chocho lo tenía rojo, rojo, lo más gracioso se había mojado un poco. Ella respiraba agitada aun, había soltado el palo hace poco, yo con algo de sentido del humor le dije:

Gabriel: pues si que eres sensible, si.

A ella se le escapo una mirada de reproche, como si quisiera decirme con su mirada, todos los insultos que cara a cara no se atrevía. Entonces yo, para suavizar la cosa le dije:

Gabriel: esto te va a escocer, pero, te curara.

Ella me miro con una cara de seguir sin comprender nada, primero la maltrataba y luego la cuidaba, no tenía ningún sentido para ella. Yo mientras abría la crema, le dije:

Gabriel: anda, que no te puedes quejar, si vas a estrenar crema y todo.

Sofía: Dragón negro. . . ¿podrías decirme  la marca de esa crema, para cuando me duela como hoy, al depilarme los sábados juntármela?

Gabriel: si, claro. Se llama: nature essential, además tiene aloe vera.

Sofía: gracias. . .

Yo no pude evitar reírme, pensaba obedecer a la primera y no podía evitar ser educada conmigo. Empezaba a dudar que pudiera cumplir mis condiciones, aunque si no quería volver. . . tendría que cumplirlas, pueda o no pueda. Ella miro sin entender porque me reía, sin decir nada, solo esperando lo siguiente que tocara. Pero, aun quedaba un poco para empezar el verdadero juego que a mí, me gustaba. Eche frente a ella la medicina en el vaso, la desate de las manos, sin quitarle las cadenas, eso le permitía levantarse, coger el vaso y todo eso. Yo se lo di, añadiéndole luego:

Gabriel: toma, para tu garganta

Sofía: gracias. . .

Yo volví a sonreír, mientras ella se lo bebía entero lentamente, yo le empecé a juntar la crema, ella a ratos paraba de beber para quejarse como si le escociera mucho. Tras terminar todo eso, la volví a tumbar y a atar.

Gabriel: en un rato te sentirás mejor de la garganta y el chocho, ¿necesitas algo más, o estás bien?

Sofía: estoy bien. . . solo necesito irme a casa.

Yo sonreí, cogí unas pinzas para la boca, un pincho, una gasa, unas curas para la boca y yo los deje en una mesita al lado, ella al ver como cogía esos materiales limpios, me miro acojonada y me dijo:

Sofía: ¿Qué me vas a hacer?

Yo sonreí, pero no quería explicarle nada, porque esto lo haría más excitante, así que le hice la señal de silencio y le dije:

Gabriel: shhhhh

Yo saque de mis bolsillos: la anestesia en spray interior, el filtro estomacal y el globo del estomago.

Ella se asusto más, del mismo pánico intento moverse, yo sonreí, ella al ver que no podía moverse:

Sofía: ¡no!, ¡no, por favor, que me quieres hacer!

Gabriel: si vuelves a gritar, tendré que amordazarte, tú misma, si te tengo que proteger de ti misma, también lo hare.

Sofía: no, por favor, seré buena. . .

La verdad esto lo hice, más bien cachondeándome un poco de ella, estilo niño chico.

Gabriel: ¿lo prometes?

Sofía: lo prometo. . .

Yo sonreí, llegaba a un punto de buena, que daba pena hacerle esto. . . Bueno la hora de la verdad había llegado, originalmente tan solo iba a hacerle un piercieng en la lengua y un Split tongue, pero al haber visto que era tan sensible en el chocho, un piercieng en el clítoris, la mantendría todo el día cachonda y daría más gustito en el sexo oral, además tenía el chocho bonito en verdad, a parte de la lengua larga, me gustaba, así que eso le voy a hacer. Le enseñe una lista de piercieng de la lengua y le dije:

Gabriel: elige

Sofía: es que no me gusta ninguno. . .

Gabriel: o eliges tu o lo elijo yo.

Sofía: no, no, ya lo elijo yo.

Ella eligió un piercieng que el final acababa en forma de dado, supongo que rezando por su suerte, luego le pase la lista de piercieng del clítoris.

Gabriel: elige

Ella esta vez no protesto, sabía que iba a ser inútil, tampoco pregunto, sería igualmente inútil. Al poco eligió, un piercieng que acababa en forma de flor: rosa.

Gabriel: me gusta, tienes más gusto, que pena, deberías de habértelo hecho, voluntariamente.

Ella miro para arriba y luego agacho la cabeza, seguramente estaba recordando cuando yo mismo le ofrecí el piercieng. No hay nada que me divirtiera mas, aun no había empezado y ya lo estaba pasando bien, la verdad estaba empalmado, después de todo lo que había pasado y ahora ella miraba eso asustada, no por mi tamaño, la tengo solo de 15 Cm, pero la tengo gordísima, ella seguramente estaría pensando que eso iba a ir para dentro suyo por alguna parte, realmente, no se equivocaba, para algo me había desnudado. Ahora que ya estaba todo preparado, yo sonreí ansioso por lo que iba a pasar

Gabriel: saca la lengua

Sofía la saco muy poquito, por el miedo, yo sin quitar aun mi sonrisa, insistí.

Gabriel: creí que prometiste haberte, portado bien. . . ¡Sácala entera!

Sofía: perdón

Acto seguido la saco todo lo que podía, yo le puse un artefacto para que no pudiera del dolor, cerrar la boca y cortarse la lengua, luego le agarre la lengua con las pinzas de la boca, la deje sujeta, para que no pudiera tampoco meterla para fuera. Cogí una pluma quirúrgica del cajón, para delimitar el lugar de la incisión, Luego con una mano sujete la pinza:

Gabriel: no te muevas.

Luego con el boli laser, hice la incisión, ella grito de nuevo, esta vez a pesar de que tenia la garganta mala, su grito fue fino y me llego hasta el tímpano, mientras yo terminaba de abrirle la lengua en dos, eso comenzó a sangrarle y yo comencé a suturarle y le eche cicatrizante especial, (creado para mi, por mi padre), tras gritar, comenzó a llorar, hasta que pasaron unos cinco minutos, estuve cuidándola y ella llorando, dejo de sangrarle gracias a mi producto, le solté la lengua con la pinza, también quite la maquina que impedía que cerrara la boca y ella torpemente me dijo:

Sofía: anestesia, por favor. (Aun no controlaba demasiado bien, su nueva lengua)

Gabriel: no, que entonces se te hincha más.

Sofía: me da igual, pónmela. Por favor. . .

Gabriel: lo siento, abajo te la pondré, aquí no puedo, va contra mis planes.

Sofía: ¿¡Abajo?!, ¿Qué me vas a hacer abajo?

Gabriel: Shhhhh

Dije algo molesto ya, ella lo noto, porque cerro el pico.  Yo divertido le eche anestesia en el clítoris y aunque se asusto, se cayó la boca. Yo con la pinza inversa, le abrí los labios vaginales, la deje en el suelo, cogí la pinza le sujete el clítoris, el cual a los pocos segundos se puso enorme, también vi como ella se mojaba. Era verdad que era muy sensible allí abajo, aun lo tenía algo colorado. Cogí el pincho quirúrgico y le atravesé el clítoris, ella dio un bote, pero gracias a la anestesia, solo hiso el gesto y gimió un poco de dolor, le cure la poca sangre que salía con las gasas y le puse el piercieng de la flor abierta.

Gabriel: ya esta

Sofía: ¿ya esta, ya me vas a soltar, ya acabo todo?

Ella sonrió bastante al decir, eso, yo diría que estaba algo esperanzada.

Gabriel: no, preciosa, no. Aun no.

Yo rompí con este comentario, toda su ilusión, tras media hora, hay parado haciéndole caricias, por todo su cuerpo, calcule que la anestesia ya se le habría pasado. Así que yo, empecé a tocarle el clítoris, que al tener el piercieng recién hecho le dolía, ella se quejo, pero a su vez, cerró los ojos como si en el fondo estuviera disfrutando y no quisiera decirlo.

Sofía: por favor, no toques hay. . . (Ella empezó a mojar bastante más)

Gabriel: cállate y pórtate bien, ya, coño.

Ya no protesto más, se centro en quejarse y en cerrar los ojos. Yo seguí así, hasta que ella dijo:

Sofía: por favor para, que me voy a mear encima, para ya que me duele. (Dijo con lágrimas en los ojos)

Yo empecé a descojonarme, a sabiendas que no se estaba meando, le estaba viniendo un orgasmo y no lo sabía identificar. Yo aumente mas la marcha, lo que sus quejidos empezaron a aumentar a lo que se le sumaron jadeos disimulados. Ya no había duda le estaba doliendo, pero también le estaba gustando.

Sofía: ¡noooooo!, me meoooooooo

Justo al terminar de decir eso, empezó a arquear su espalda, a mojar mucho más y se le escaparon un par de gemidos, estuvo así durante tres minutos en los que yo seguí tocándole su clítoris, cuando acabo. Ella abrió sus ojos no entendiendo nada, no sabía que le había pasado, no sabía que le había hecho y la verdad no creo que ahora mismo entendiera nada, ni siquiera sabía cómo sentirse.

Sofía: perdón

Gabriel: no te preocupes Sofía, disfrutar se te permite.

Ella puso cara rara, para luego empezar a sentirse mal por haber disfrutado con mis caricias, durante la media hora anterior y durante mis tocamientos de su clítoris. Yo mire su lengua, gracias al líquido de mi padre, ya no sangraba, tenía una postilla y aun no se le había hinchado.

Gabriel: saca tu lengua de nuevo

Sofía: ¿el piercieng no?

Gabriel: si. . .

Yo estaba ya un poco molesto por ser tan sabionda, ella la saco entera, yo le metí la máquina para que no se mordiera la lengua de nuevo, luego le agarre la lengua con la pinza y cogí el pincho con la otra mano, ella cerró los ojos y al instante zash, la lengua atravesada por el centro.

Sofía: ¡ay!

Gabriel: ah que no ha sido tanto

Sofía: no. . .

Gabriel: tomate estas dos cosas, el balón primero.

Le di el filtro estomacal y el globo del estomago, eran especiales creados por mí, ella se los trago en el orden correcto y se le hincho un poco el estomago, sin saber muy bien, que se había tomado, me miro asustada.

Yo le puse el piercieng, le quite la pinza y le puse otra máquina para que no cerrara la boca, cogí dos gomas del pelo y le hice dos coletas altas estilo niña o colegiala. Yo sonreí y le susurre

Gabriel: esto te va a doler un poco, pero no te preocupes, luego te curare.

Ella asintió con la cabeza, sabiendo que no podía evitarlo, supongo que acepto y ya está. Yo apunte mi poya empalmada a su boca y ella sin poder cerrar la boca, dado las dos maquinas que puse antes, no tuvo más remedio que dejarla entrar, se la fui metiendo poquito a poco más adentro, ella me miraba a los ojos asqueada y suplicante dado que le dolía por el piercieng de la lengua nueva y el Split tongue aun no curado del todo, yo no pare asta metérsela hasta los huevos, yo agarre sus coletas, para controlar el ritmo. Le entraron arcadas, pero gracias al globo del estomago que evitaba que nada saliera del estomago y al filtro que permitía la entrada pero no la salida, no vomito. Yo empecé suavemente el vaivén, disfrutando mucho más de lo normal dado, el Split tongue y el piercieng de la lengua, además de mi propio piercieng en el capullo. Como era novata, no controlaba bien la respiración, así que la ayude para que no se me muriera en el proceso, porque se estaba poniendo azul.

Gabriel: Sofía guapa, escúchame con atención, respira cuando la saque y échalo cuando la tenga dentro.

Ella entre las arcadas continuas y eso, siguió mi consejo, así seguí hasta que me corrí, al correrme en su garganta se lo trago todo y luego se la saque, le dije lamela para limpiármela. Mientras ella lo hacía, con ganas a pesar de tener gesto asqueado, yo le decía:

Gabriel: muy bien, muy bien, buena chica, no te preocupes que en 8 horas, lo que te has tragado, se deshará.

Ella tomo aire, como si se hubiera sentido fatal, en el proceso de todo esto también le Salió algo de sangre, así que la cure de nuevo con las gasas y le eche cicatrizante de nuevo. Le quite las maquinas de la boca y ella me dijo:

Sofía: ha sido horrible, creí que me ibas a matar.

Gabriel: te prometí que si eras buena, no te haría daño, ¿cierto?

Sofía: cierto. . .

Gabriel: no te preocupes, ya queda menos.

Ella hiso una leve sonrisa, al pensar que ya le quedaba menos, yo le acaricie la cara, gesto que a ella la dejo totalmente confundida de nuevo. Baje hasta su chocho y empecé a comérselo, ella volvió a quejarse al sentir eso, la mire a los ojos, ella estaba colorada con los ojos cerrados y la cabeza echada hacia detrás, vamos disfrutando, mi poya volvió a subir al empezar a comerle el coño yo le toque los pezones para aumentar su placer,  a lo que ella acto seguido empezó a mojar mas, se le pusieron duros y empezó a mojar bastante.

Al poco ella empezó a jadear, yo seguí, metiéndole la lengua todo lo que podía en el chocho, ahora empecé a acariciarle el clítoris con mi Split tongue y mis 3 piercieng en la lengua, a lo que ella empezó a gemir a lo basto, no pudiendo controlarse, mas. Pareció que notar eso la volvió loca, porque hasta movía sus caderas, pidiéndome más, cuando volví a insertarle la lengua en el chocho, ella se corrió, pegando un gritito de gusto, arqueándose más aun y cerrando sus ojos, yo me trague los chorritos de su flujo espeso transparente que salió que estaba aun mas bueno que su flujo. A ella se la notaba avergonzada después de esto, pero bueno, no podía resistirse al gusto que yo le estaba dando.

Gabriel: mmm. . . que rico estaba, nena.

Sofía: por favor, ¿queda mucho para poder irme?

Gabriel: tan solo un poco, ¿no querrás irte siendo virgen por ningún lado no?

Sofía: esperaba, que si era muy buena, me concedieras al menos eso. . .

Yo me enternecí y siendo de bueno tonto le dije:

Gabriel: Bueno, dime que me das a cambio y que quieres que no toque.

Sofía: ¿el culo?, al menos déjame el culo tranquilo, por favor.

Gabriel: bueno, vale y ¿qué me das a cambio?

Sofía: que podría yo darte, si todo lo que tengo es ya tuyo. . .

Eso me gusto, yo sonreí y incluso me reí, por lo claro que le había quedado todo, aun así le dije:

Gabriel: quiero que me folles tú, como si fuera tu novio.

Sofía: no, yo no puedo hacer eso. . . (Dijo poniéndose muy colorada)

Gabriel: entonces la virginidad de tu culito será mía. . .

Sofía: lo hare...Cómo quieres que lo haga?

Gabriel: con pasión, cariño y dulzura.

Sofía: lo intentare. . .

Gabriel: si no me gusta no servirá, te lo aviso ya.

Sofía: me esforzare

Yo sonreí, pero le dije:

Gabriel: el primero te lo echare yo, ¿vale?

Sofía: vale (aceptando su destino con sumisión)

Pues me puse sobre ella, le apunte la poya a su entrada, estaba empapada, estaba claro que todo esto la había puesto y ella me dijo:

Sofía: ¿me va a doler?

Gabriel: la primera vez nunca se sabe, es una posibilidad, pero con lo mojada que estas no lo creo.

Ella con vergüenza me pregunto:

Sofía: ¿estar mojada es bueno?

Gabriel: si, claro. No es nada malo

Sofía: ¿aunque sea en contra de mi voluntad?

Gabriel: aunque sea en contra de tu voluntad

Le di un pico, que ella no rechazo, luego unas caricias en la cara, en su pelo, luego le toquetee las tetas, luego los pezones y empecé a introducírsela poco a poco, cuando llegue al himen, parecía de hierro estaba súper cerrado, ella volvió a llorar, incluso grito un poco, cuando se partió el himen, para colmo, se la metí de una vez, al estar apretando tanto, no me dio tiempo a parar y se la había metido de una estocada hasta el fondo, ella volvió a gritar y le susurre algo en el oído, que la calmo.

Gabriel: no llores, ni grites, que no me gusta verte sufrir.

Supongo que no se cayó por lo que le dije, si no porque le puse un tono de enamorado y dudo que ella comprendiera que significaba todo esto, ahora mismo. Me tumbe sobre ella, con la poya metida hasta los huevos, la agarre por los hombros y empecé un suave vaivén desde fuera del todo hasta dentro del todo, al principio, aunque se mojaba, solo se quejaba, pero sin protestar ni una vez, luego empezó con los jadeos, luego con los gemidos y luego movía incluso su cintura, para disfrutar más. Hasta que me corrí dentro, yo la verdad no era ningún campeón en la cama, aguantaba algo normal, pero bueno ya que follaba, follaba bien, así que no pare, a pesar de haberme corrido, quería que ella disfrutara también.

Al poco sus gemidos se hicieron más continuos y tuvo un orgasmo, mientras ella gemía, se arqueaba, se mojaba, yo me puse recto, moviéndole la poya de fuera para dentro y de dentro para fuera, mientras le tocaba el clítoris, el orgasmo le volvió a durar, un par de minutos, ahora le puse una venda, me quite la máscara, le solté las manos y le dije:

Gabriel: solo hay una regla, no te quites la venda

Me puse bajo ella y ella me dijo:

Sofía: no te preocupes dragón negro.

Ella toco mi poya dulce y suavemente, como con miedo de hacerme daño hasta que se puso dura, cuando se puso dura, ella se la fue metiendo suavemente por lo que gimió del tirón, luego una vez la tuvo dentro totalmente, se tumbo sobre mí, se puso a horcajadas y me empezó a besar dulce, cariñosa y tímidamente, primero piquitos suaves, mientras suavemente se movía con mi poya dentro, yo le toque las tetas, cariñosamente esta vez y ella empezó a jadear entre beso y beso, gemía mientras me besaba, yo le toque el culo por primera vez, ella siguió y me susurro en el oído:

Sofía: te quiero, cariño

Yo empecé a pensar que había perdido la cabeza, no pude comprender yo ahora esto, pero como era verdad que yo si sentía por ella le dije:

Gabriel: yo también, cielo

Ella aumento la marcha y las ganas en sus besos hasta que me corri, sabiendo que ella si pararía le dije rápido:

Gabriel: no pares

Ella no paro y siguió, siguió, mientras sus gemidos se hicieron más y más intensos, le jale de los pezones, le jale del clítoris con suavidad y después de horas follando en esa postura: nos corrimos ambos ella manchándome el cuerpo de sus chorritos de flujo. La verdad me había pasado un poco, tan solo me quedaban: dos horas y media de efecto de cristalyn y quedaban por hacer algunas cosas, ella me dio un muerdo inexperto pero con pasión y me dijo:

Sofía: no te puedes quejar, yo me he metido hasta en el papel, ahora cumple tu parte.

Gabriel: no te preocupes, lo cumpliré.

Yo me puse la máscara, le quite la venda y ella se asusto, pero cuando comprobó que yo tenía mi mascara puesta, no le preocupo, tanto. Le saque la poya y ella aun preocupada me dijo:

Sofía: ¿tienes pastilla del día después?

Gabriel: no y no se te ocurra abortar ni tomarte ninguna pastilla ni nada, si lo haces volverás aquí.

Ella volvió a llorar, sabiendo que su vida, nunca sería como antes, porque una cosa seria que los sábados tuviera que hacer cosas que no le gustara, pero otra muy distinta era tener un niño, encima de una violación. Yo me traje mi equipo de tatuajes de campo, que estaba arriba, cuando volví con ese equipo me dijo:

Sofía: ¿Qué más me vas a hacer?

Parecía avergonzada, dolorida, hinchada de lo que tenia aun en el estomago y incomoda, por mantener esa postura tanto tiempo.

Gabriel: es simple, mi marca.

Sofía: ¿un dragón negro?

Gabriel: si, siempre que tengas algún problema, muéstralo y tu problema acabara mas tarde o más temprano.

Ella parecía incrédula sobre lo que yo estaba diciendo, pero aun así, no dijo nada. Esta vez le puse una mascarilla de gas que la durmió y cuando se despertó, ella estaba acostada, ya no estaba atada aunque le dolía el cuello, al mirar hacia adelante estaba yo, con otro traje negro completo, ella se intento levantar, pero a causa de lo que le dolía todo, dio un pequeño traspiés y cayó de rodillas delante mía, yo le ofrecí mi mano con el guante negro y ella se levanto, con mi ayuda.

Sofía: gracias. . .

Le enseñe un espejo y ella se vio vestida con una  mini falda de vuelo negro, una camiseta de tiranta cruzada negra con escote, una minifalda negra con rejilla, unos tacones de aguja negros, un bolso negro, una liga negra y el maquillaje clarito, para hacer un poco juego de colores, haciendo así, que su belleza resaltara. Debió gustarle, porque no sé si sonreía porque veía que yo había cumplido mis palabras: su culito seguía siendo virgen y se iba ya. O porque le gusto, para romper el silencio yo hable:

Gabriel: ¿te ha quedado todo, claro?

Sofía: si, todo. No le diré a nadie, nada.

Yo sonreí por el gesto pero le dije:

Gabriel: tú cuéntalo todo

Ella se sorprendió, incluso dijo:

Sofía: no te guardo rencor alguno. . . tú has disfrutado, yo también. . . (Esto lo dijo no muy segura de si misma) has mejorado mi aspecto, supongo que también mi vida, tocándose el tatuaje. No tienes porque hacer que te cojan.

Gabriel: veo que me infravaloras, aunque acepto que me hayas cogido cariño, en el fondo, no soy tan malo.

Sofía me miro intentando comprenderme de una vez, su gesto solo significaba duda, pero hasta que yo no se lo explicara no lo entendería.

Sofía: ¿a qué te refieres?

Gabriel: no cogerán de ti, una sola prueba.

Sofía: ¿seguro?, ¿para qué quieres que lo cuente?

Gabriel: si, seguro, no tienes porque preocuparte, tú solo calla y obedece, tú cuéntalo.

Sofía puso gesto de que no me entendía pero aun así, dijo:

Sofía: así lo hare, Dragón negro.

Yo sonreí, le di un bolso negro con botones dorados y ella miro dentro, estaban sus cosas, junto a 2 piercieng de intercambio iguales a los suyos, suero, cicatrizante y un bote de crema.

Sofia: muchas gracias, no tenias porque.

Gabriel: yo creo que si

Ella se me acerco y me dio un pico, al dármelo, ni ella misma se lo creyó, pues se toco sus labios como diciendo que he hecho.

Sofía: perdón

Gabriel: no pasa nada, todo está bien.

Ella se miro frente al espejo y se subió la falda descubriendo un tanga de encaje en forma de T, tamaño brasileño

Sofía: ya decía yo, que estaba incomoda.

Gabriel: pues acostúmbrate, porque todos los sábados lo llevaras a partir de ahora

Sofía: y que son estas tetas, que no son las mías

Gabriel: un sujetador negro push up, que te aumenta el máximo tres tallas

Sofía: ¿también tendré que llevarlo?, es que no me gusta engañar. . .

Gabriel: también, bueno, toma este vaso de agua, que te voy a devolver a casa.

Al bebérselo, tuve que cogerla a ella y al vaso, pues se desmayo, al haber una formula de cloroformo líquido en el agua. Yo la observe mientras le hice un par de fotos:

Ella medía un metro con cincuenta y cinco centímetros, Morena con el pelo hasta los hombros con el pelo liso, la piel también era morenita, los ojos azules aunque ahora, tenia los ojitos cerrados, los labios pequeñitos, tenía una noventa y cinco, aunque ahora aparentara una ciento diez, tenía un culo pequeñito, aunque no por ello, había que olvidarlo, deje de mirarle el culo, porque me dolía dejarlo sin probar, pero tu palabra es tu palabra, eso es sagrado. Era delgadita, tenia los brazos, piernas, las manos, los pies y la cintura pequeñita, aunque de cadera no le faltaba y eso le hacia una cintura de avispa.

La cogí en brazos, le metí en el bolso, un cheque al portador a una cuenta en un paraíso fiscal a nombre del dragón negro, que cualquiera podía meterle dinero sin identificarse siquiera, que daba el precio de 4.000 Euros a quien entregara el cheque y una carta por ordenador, que ya leeremos mañana en mi portátil mientras la borro, por si acaso. Tire todas las cosas de mi furgoneta, en mi sótano, la lleve a un hostal de carretera que no pedía documentación ni nada y le di 200 Euros, a cambio de una habitación para ella y no preguntar, el me llevo hasta la habitación, le dije:

Gabriel: espero no enterarme que haya problemas, dele hasta el desayuno.

Tipo rudo: ningún problema.

Luego yo la deje en su cama, cerré bien la puerta porque no me fiaba, me fui en mi furgoneta, pase por mi amigo el que trucaba los vehículos y le pedí que le cambiara el color de nuevo al original: por esto me pidió 200 Euros, devolví la furgoneta, volví a mi casa, queme mi traje en mi incinerador personal y me acosté a las 10 de la mañana, como todos los domingos me lleve todo el domingo durmiendo. Cuando me desperté, estaba mi padre en el salón viendo la tele y me tiro un periódico a la cara.

Padre: yo no sé cómo no te han pillado, pero mira lee eso.

Continuara. . .

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