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Encontrando Al Amor

en Trios

Encontrando al Amor

                En toda mi vida había tenido tres parejas, cuatros rollos que se podían considerar largos y tantos rollos que no podían contarse con los dedos del cuerpo, no era lo que se dice gran cosa, ni siquiera ligaba mucho, solo era mono, tenía unos bonitos valores en la vida y hasta ahora me había conformado con cualquier cosa que se me antojara bonita a la vista.

Sin embargo, si me preguntarais ahora mismo con cuantas chicas estuve de las que estuviera siquiera enamorado, respondería ahora mismo sin dudar que ninguna. Y esto que voy a decir ahora es tan solo una conclusión personal, que no tiene ni porque pasarte a ti, ni ser cierta… Yo pienso que igual que tiene que estar el amor de tu vida, tiene que estar el error de tu vida, sin una cosa, no puede aparecer otra y lo más curioso del tema es que dicen que tras el error acto seguido aparece lo otro, seguidamente.

Yo soy el típico chico que cree en el karma, ¿vosotros creéis en él?, entonces si creéis en el, os hago una pregunta, ¿Cuánto más gordo el error, mas bueno debería ser el amor, no? En realidad, eso es lo que yo esperaba, porque dudo que alguien haya cometido error más gordo en su vida. Quizás estaba en mi destino, si también creo en él, quizás hiciera lo que hiciera, estaba condenado a caer en ese error, pero entonces, ¿sería recompensado por ello? Buena pregunta, yo esperaba que sí, porque para seguir viviendo, después de un error así, necesitaba pensar que si.

También soy el tipo de chico que va aprendiendo, va evolucionando, va mejorando, adquiriendo conocimientos como lo quieras llamar, primero me bastaba con ver un escaparate bonito, hasta que me di cuenta, que a la corta quizá si era satisfactorio, pero a la larga, eso no me aportaba nada. Luego empecé a buscar a chicas que me quisieran a mí, estaba bien, pero a la larga, solo agobiaban, porque ellas se ponían cariñosas, pero como tú no la quieres, no te gustaba eso, no lo disfrutabas, solo te agobiabas.

Entonces después de este paso fue cuando aprendí la mayor lección de mi vida, cuando cometí el mayor error, Conocí a Rosa, una chica un poco nerviosa y que estaba muy triste, porque estaba totalmente sola. Si te pones a verlo desde un punto de vista objetivo, si yo salí con ella por pena, por ayudarla es porque alguien me hizo así y a mí no me cuentes milongas de que todo viene en los genes, porque gran parte de nuestra forma de ser, está en el alma, si también creo en esto.

Pero aprendí una gran lección, nunca, jamás, salir con alguien por pena y mucho menos por ayudarla, tengo que admitir que los primeros cuatro meses junto a Rosa no estuvieron nada mal, pero a partir de ese tiempo, la relación se fue convirtiendo en un infierno, día a día, fue empeorando, hasta que mi paciencia se acabo, a pesar de tener mucha y tras haberlo intentado todo para cambiar la situación, se transformo en la primera chica que deje yo, en toda mi vida. Al principio yo intentaba ayudarla a tener amigos, ya que yo siempre había sido muy sociable y en toda la provincia tenía hasta ocho grupos de amigos distintos para salir, yo no tenía problemas nunca de quedarme en casa por no tener con quien salir, de al revés tenía problemas de tener que elegir con que grupo salir y eso a veces agobiaba.

Poco a poco por culpa de ella, me fui quedando solo a una velocidad pasmosa, grupo que le presentaba, grupo que perdía y si por lo menos fuera porque era una patosa, que lo hacía todo sin querer, pero no, se le notaba la maldad en el cuerpo, los celos posesivos y por más que hacía para mostrarle que lo que ella hacia estaba mal, nunca lo entendió, quizás nunca quiso entender. Como era bueno, pero no tonto, me guarde algunos grupos en el tintero, cuando la deje, pero nada bastaba para parar a la pesadilla despertada, nada.

El problema que tuvo nuestra relación fue el siguiente: Ella quería estar todo el tiempo juntos y yo también quería hacer cosas solo, como echar una partidita a la consola de vez en cuando, ver mis series manga, leer mis novelas, cosas que me gustaba a fin de cuentas hacer en soledad, yo lo hable con ella por activa y por pasiva, pero nada, no hubo nada que hacer… Si me ponía a jugar con ella delante, no me dejaba jugar tranquilo, si le pedía que viniera mas tarde a mi casa, me montaba la escenita, si le decía que me dejara un día a la semana para mí, me montaba la escenita, era muy absorbente y no me dejaba respirar tranquilo en absoluto, incluso una vez le rompió la consola a mi hermana, por jalar de ella mientras yo intentaba jugar tranquilo.

Quería estar conmigo treinta horas al día, diez días a la semana, cuarenta días al mes y así sigue todo y claro, eso no era posible, no si no eres capaz de darme tiempo para mí mismo,  y a fin de cuentas no, uno necesita tiempo para sí mismo. Si todo fuera eso, juro que no la habría dejado, pero es que cada vez era más celosa, insultando a cada chica que se acercaba a mí, le dijo puta a mi mejor amiga en mi cara y en la cara de su novio y para rematar cuando fuimos a celebrar el mesversario comiendo en un bar, llegamos al bar tras una discusión y cuando yo había pedido, me dijo que no quería nada, le dije al del bar, que no nos pusiera nada y me largue enfadado, ya llegue a lo que podía soportar, aun así estuve un mes pensándomelo.

Pero nada el destino estaba echado un mes después lo nuestro se acabo, a pesar de todo me había encariñado con ella, pero no hubo forma de acabar bien con ella, ya que se negaba a aceptar que la dejaba, me llamaba ochenta veces al día, por el día, por la noche, por la mañana, por la madrugada, convencía a la gente para que me llamara diciendo que eran familia suya, no sabía qué hacer ya para quitármela de encima, incluso para dejarla la eche de mi casa no se iba, intente despistarla por la calle, pero nada corría mas que yo y por ultimo cuando conseguir dejarla, me hizo una encerrona. Yo en ese entonces no veía muy bien de lejos, así que un mes después, una chica me agrego al Messenger, con la escusa de haberme visto en hotmail, empezó a tontear conmigo y me dijo que se pondría un vestido rojo, para que la viera desde lejos, quedamos en un sitio público (fue idea mía) pero inocente de mi, caí en su trampa.

Al llegar allí, comprobé que había convencido a una chica que había conocido hace poco para que se vistiera así y ella estaba a su lado, empecé a dirigirme a casa, pero ella me empujaba, me cogía por el cuello, me jalaba de las bolsas de alcohol que llevaba, se colgaba de mi cuello, camino a mi casa, se que fue culpa mía, por ser débil, por no haber sido más tajante con ella, pero yo no había sido tajante con nadie hasta ahora y no me sentía cómodo siéndolo sin un buen motivo. Me hizo un esguince en la pierna, me lastimo el cuello, me rompió la mariconera y las bolsas de plástico, intente llamar a la policía y me casi me arranca el móvil de las manos, intente cerrar la puerta de mi portal, pero se metía en medio, tuve que tocarla por vez primera, la empuje lo suficiente como para poder cerrar y al fin acabo la pesadilla o eso creía yo.

Para colmo luego la policía me llamo y me exigió que le pasara a la chica que llamaba, la indignación que sentí al oír eso no fue nada comparada con la que sentí momentos después, pero eso no quitaba que fuera mucha, tuve que decirle cuatro veces que el que llamaba era yo, hasta que la mujer se dio por vencida y me dijo vale, sin dignarse a decirme necesitas ayuda, siquiera, volví a casa y en menos de una hora después me llamo la policía que mi ex me había denunciado por maltrato, esto era el colmo, ¿maltrato yo? ¡Acoso ella! Mi vida iba de mal a peor, desde que la había dejado, pero en algún momento tenía que mejorar, ¿o no?

Levante a mi madre de la cama gesto que me dolió mucho hacer y mas que me costó contarle, que Rosa me había denunciado por maltrato y que tenía que llevarme a declarar, cosa que inocentemente, yo me creí. Cuando llegamos a la comisaria en moto quisimos denunciarla, pero no me dejaron, tenía que pasar la noche en el calabozo por ser un hombre y haber sido su pareja, aunque el mismo policía me dijo no te preocupes no tiene nada, mañana estas en la calle, pero yo si que me preocupaba, aunque sin ser culpable, iba a pasar la noche allí, mi madre se puso a llorar y eso fue el detalle que mas me preocupo todavía, sin embargo, me hice el duro me despedí de mi madre y me bajaron al calabozo detenido.

Yo estaba deshecho por dentro, me hicieron darles todas mis pertenencias, cortar el cordón de mis zapatos y dárselos, cortar la goma elástica que mantenía firme mi pantalón, desnudarme en una gran celda que olía a orines, para ver que no escondía nada, ese trato era inhumano, pero claro, ahora lo entendía, me estaban tratando como a un criminal cualquiera. Luego para rematar la faena, me hicieron elegir un colchón cualquiera de allí adentro, busque el más limpio, aunque eso de limpio allí, era relativo, busque uno que no oliera a meado, aunque era difícil, ya que la sala olía y todos o casi todos, habían cogido el olor de la propia sala o eso me gustaría pensar.

Al fondo había un tío haciendo ruidos muy raros, que parecía que estaba loco y la verdad no era muy agradable oírle, los policías lo mandaban a callar constantemente, pero no servía de nada al rato volvía a hablar o lo que quiera que fueran esos ruidos.

Lo cargue siendo guiado por los dos policías que me vigilaban como si yo fuera a escaparme, a golpearles para huir o algo y me llevaron a la celda más limpia, la celda para mujeres y menos mal que se apiadaron de mi, pero dentro había alguien, por un momento pensé que eso sería como las cárceles y que me iba a pasar toda la noche siendo violado por alguien.

.- eh, te traemos compañía, amigo (Mientras, comenzaban a abrir la celda)

-. Ya era hora (Dijo sin levantarse de la colchoneta)

.- Trátalo bien (Dijo el otro guardia y me empujo a mí, para cerrar la celda tras de mí)

Yo me sentía como una oveja en el matadero, parecía incluso que todo eso había sido una conversación en clave, entre el guardia y el preso, para que me “diera la bienvenida”, no me pensaba mover de la primera altura, ya que él estaba acostado justo en el borde de la segunda.

.- Ponte cómodo (Señalándome todo el sitio que había detrás de el, en la segunda altura)

-. Vale… paso eh… (Dije lleno de dudas, puse el pie en el borde de la segunda altura intentando no pisarle ni pisar la colchoneta, para no provocar un altercado innecesario y me puse justo al fondo, intentando poner toda la distancia posible entre él y yo)

Puse el sitio más limpio boca arriba, sin dejar de vigilar al chaval, ya que no me fiaba un pelo del chico, el espero, mirando hacia arriba, sin decir nada, cuando dentro de lo que cabe, me puse cómodo, tumbándome en la colchoneta, me miro.

.- ¿Por qué estás aquí? (Según en las películas, preguntar eso era de mala educación, ¿así que intentaba provocarme? O quizás el calabozo, no era igual que la cárcel, no lo sabía, pues era la primera vez en toda mi vida, que estaba aquí.)

-. Por nada, mi ex me ha denunciado por maltrato, pero yo no la he tocado (Dije yo sinceramente, esperando que a pesar de eso, no se lo creyera)

.- Entonces como yo (Dijo él con una sonrisa en la cara, dejando entonces de mirarme y mirando otra vez al techo)

-. ¿Cómo tu? (Pregunte, yo)

.- Si yo ya tengo novia y todo, pero mi ex que vive detrás mía me ha denunciado, aunque yo no la he visto ni nada (Dijo él y yo lo escuche, en este momento no tenía nada mejor que hacer, que dada mi situación, no me extrañaría que fuera verdad)

-. Yo si la vi, pero no porque yo quisiera hacerlo (Conté bastante apenado)

.- ¿Y eso que paso? (Me pregunto el)

-. Es largo de contar (Respondí, sin mucho ánimo de recordarlo)

.- Bueno, tenemos tiempo (Dijo señalando las paredes en las que estábamos)

.- Supongo que tienes razón… (Respondí yo)

Y empecé a contarle toda la historia que ya os he contado en el fondo me vino bien para desahogarme, pobre chico, el escucho una historia aburrida, aunque quizá a él, le convino para pasar el tiempo.

.- Entonces no te preocupes que lo tienes ganado (Dijo el bastante seguro de lo que decía)

-. ¿Tú Crees? (Pregunte yo, no teniéndolo tan claro)

.- si le cuentas al juez todo eso, ella lo tiene claro (Dijo sin dudas, otra vez)

-. Bueno, si me deja hablar y no es una jueza hembrista de esas (Dije temiendo que con mi mala suerte, todo saldría mal mañana)

.- Bueno, crucemos los dedos los dos, que quien te juzgue a ti, me juzgara a mi (Dijo preocupado por mi conclusión)

-.Si, crucémoslos (Dije un poco esperanzado)

.- Bueno, vamos a dormir, que no se qué horas serán, pero tengo sueño ya (Dijo el un poco cansado de conversación)

-. Buenas noches (Dije yo)

-. Buenas noches, tío (él respondió, mientras que dentro de las posibilidades se ponía cómodo)

La verdad era difícil dormir, además, me dolía el estomago de los nervios, no había cenado tampoco, aunque no es que tuviera hambre, ahora que me fijaba el guardia no estaba en su puesto así que si tenias que ir al baño, solo podías hacértelo en la celda o aguantarte hasta que alguno decidiera bajar, que en mi caso teniendo el estomago malo era muy improbable, ya que cuando me venía, tenía que ser ya, eso solo me puso más nervioso de la cuenta. Me puse a mirar el techo, intentando relajarme, mientras que pensaba en lo que había pasado, ¿me merecía esto, no me lo merecía? No lo sabía, empezaba a pensar que si, porque si estaba aquí, por algo seria, ¿No?

Tras dar alguna cabezada, ya que entre el moro que gritaba a cada rato, nuestro estado de ánimo, la incomodidad y lo tétrico del lugar hacían de este lugar, un lugar inhóspito para dormir. El se levanto y me pregunto:

.- ¿has visto al guardia? (Pregunto con pinta de estar apurado)

-. No, ¿porque? (Pregunte sospechando que tenía que ir al baño)

.- Porque si no aparece en un rato, tendré que sacarme la churra para mear aquí en medio (Dijo respondiendo lo que yo me imaginaba, señalando la esquina más alejada)

Me imagine la escena y no me pareció para nada agradable así que sin ánimo de ofenderle, le hice una petición personal

-. Creo que sería muy desagradable, evítalo si puedes… (Pedí con cara de situación)

.- Lo intentare (Dijo no muy seguro de sí mismo, ya bailando para no hacérselo encima)

.- llama al guardia, si los llamas, deberían de venir (Se me ocurrió esa idea y la solté, para evitar lo que si no pasaría después)

El comenzó a llamar al guardia, estuvo un rato así, diciendo cosas como: Nada que al final voy a tener que mear aquí veras y protestas similares, hasta que al fin, uno de los policías se digno a bajar, para ver que quería, tras unas quejas de el al policía y el policía a él, lo llevaron al baño, tras eso lo trajo hasta la celda otra vez y pudimos seguir intentando dormir. Por la mañana trajeron a otros dos, que habían estado enfrentándose a los policías, que venían de estar de fiesta, trajeron café y magdalenas, pero yo no pude coger nada porque tenía el estomago malo, lo más gracioso o jodido fue lo siguiente…

Primero se llevaron a mi compañero cosa que me fastidio bastante, ya que con eso me habían quitado el tener con quien hablar, luego se llevaron al moro, que por cierto apestaba bastante cuando pasaron con él junto a mi celda, pero eso solo hizo que todo se quedara en silencio, haciendo en parte la estancia mucho más agradable y en parte más desagradable porque al estar todo en silencio, todo se hacía mucho más aburrido y monótono y por último se llevaron a los dos que habían traído esta mañana, parecían haberse olvidado de mi o que lo mío fuera mucho más serio, de lo que pensaba. Todo esto fue pasando en muchísimas horas, llego un momento en que la ansiedad no me dejaba vivir, la ansiedad de estar encerrado, de estar solo, en la oscuridad y en el más puro silencio, tenía hambre, para no estallar tuve que comenzar a hacer figuras geométricas paseando en la jaula de un lado a otro, parecía estar volviéndome loco, pero no paraba de pensar, en todo esto.

Lo malo de todo esto es que saque una conclusión y lo peor no era eso, lo peor era que era acertada, yo estaba en el calabozo porque a una tía loca le había dado la gana, porque no importaba si yo no la había tocado, no importaba nada, ella había chasqueado los dedos y yo estaba aquí, cuando ella había querido, no era inocente, era culpable hasta que demostrara lo contrario y demostrarlo dependería mas del juez que me tocara, que de otra cosa. Pero lo peor no era eso, lo peor era, que igual que ella lo había hecho, me lo podía hacer cualquiera tan solo por ser mi pareja,  la conclusión más lógica era: no volver a tener pareja y punto, muerto el perro, se acabo la rabia.

Al menos hasta que la ley cambiara, que eso podía ser toda mi vida e incluso podía ser que no la cambiaran nunca, pero eso me daba igual, yo no podía volver a estar aquí o al menos no quería, lo estaba pasando peor que en mi vida y eso que mi vida nunca había sido muy feliz, pero tampoco había llegado a estos extremos, nunca, hasta ahora. Cada vez se hacía más necesario el caminar de una pared a otra, con cada paso iba sintiendo como me faltaba aire, pero no, no era el aire, era la ansiedad, que me provocaba estar encerrado, estarlo siendo inocente, sentirme como un perro enjaulado, sin poder ser libre, como siempre había sido, ya que desde los quince años nadie podía decirme que no saliera o no hiciera lo que yo quisiera, ya que aun viviendo con mis padres, tenía mi pequeña independencia.

Tenía 19 años cuando me paso esto, llevaba ocho meses con Rosa y tres meses intentando tan solo ser su amigo, pero la cosa parecía que iba para largo, pues no se vislumbraba el final de esta situación. Cuando estaba en mis pensamientos, el policía se acordó de mí…

.- Vamos a empezar ¿tienes que ir al baño o algo? (Pregunto amablemente el policía)

-. Si… ¿Qué hora es? (Pregunte yo, para saber cuántas horas llevaba, allí encerrado)

.- las dos de la tarde (El policía dijo tras mirar su reloj)

Mientras me acompañaba hasta el baño, dejándome poca intimidad por cierto, porque yo estaba meando y el estaba detrás vigilándome, aunque yo estuviera de espaldas eso no me hacía sentir mejor, además la puerta era de celda también, por lo tanto eran rejas que no cubrían nada, el váter era el boquete de una ducha, que por cierto estaba lleno hasta arriba de mierda y papeles, que si mi estomago desde que había entrado aquí, no estaba muy bueno, esto lo termino de arreglar.

Puse una pierna a cada lado para conseguir estabilidad para poder sacármela y mear, con mucho miedo a caerme allí adentro o a mancharme de meado, ya que aquí, no tendría la posibilidad ni de lavarme ni de cambiarme, tras mear con cuidado resignado a lo que había, salí para afuera y el tío me acompaño hasta una puerta, aun aquí abajo donde yo no sabía que iban a hacerme y llamo.

.- Aquí traigo al prisionero (Dijo el policía pegando la cabeza a la puerta, para escuchar la respuesta)

.- Adelante (Dijo una voz femenina, que más parecía una maquina, que otra cosa)

El policía no se pensó mucho guiándome me introdujo en la habitación de paredes blancas, el cerro la puerta tras entrar y a mí me hizo sentarme en una silla algo mas cómoda, que lo que había estado en cualquier sitio aquí, hasta ahora. El policía se había quedado dentro vigilándome y la tía me miraba como si yo fuera un criminal, me agarro el dedo, para poner todas mis huellas en el papel, luego me hizo fotos y entre ellos hablaban de mí, como si yo no estuviera.

.- ¿Qué a echo este? (Tratándome como una cosa, más que como una persona, la mujer)

.- Maltrato de género, ¿Qué juez le ha tocado? (Dijo el policía, provocando que ella me mirara aun peor)

.- La jueza Herminia Alcázar Varón, esa tiene fama de hembrista, seguro que saca la verdad a relucir, además se metió a jueza tras el maltrato de su marido (Al oír eso que provenía de la mujer que miraba los papeles, termine de hundirme por dentro, no iba a ver la luz nunca mas)

.- Pero, ¿esa no tenia vacaciones ahora? (Yo Cruce los dedos manchados de tinta, ante las palabras del policía, solo quería salir de aquí y no volver a salir a la calle nunca mas)

.- La verdad es que no lo sé, esperemos que le toque un juez que haga justicia, los casos de maltrato no pueden quedar impunes (Hasta ahora como ella, yo era anti maltrato a la mujer y bueno, aun lo seguía siendo, pero desconocía que había un maltrato psicológico tan fuerte al hombre, estas cosas son las que te cambian por completo y nunca vuelves a ser el mismo)

Siempre mi padre y yo habíamos dicho que había que cortarle los huevos al hombre que le pega a una mujer, pero ahora yo empezaba a pensar que a veces, había que mirar porque le pega, aunque yo debo admitir, que mejor acabar como yo, que haberle pegado de verdad, no, en realidad nada, en absoluto nada, debía hacerte pegar a una mujer. Estar aquí dentro, que me trataran como un criminal, me estaba volviendo loco, me estaba volviendo un criminal o quizás solo eran imaginaciones mías, producto del mal estar provocado por todo esto.

.- ¿Has terminado ya? (Pregunto el policía)

.- Si, llévatelo (Dijo la mujer con desprecio)

El policía me agarro del brazo y empezó a subirme por las escaleras, me subió a la oficina del comisario, me sentó allí y esta vez, si me dejaron a solas con él, quizás el hecho de que este hombre era un varón y que era policía, cambiaba la cosa.

.- Bueno, cuéntame lo que ha pasado (Me dijo siendo amable)

Mire para los lados, extrañado de que no tuviera un abogado, cuando iba a dar mi testimonio, como había visto en tantas películas, pero parece ser que los deberes en este país, había que cumplirlos a rajatabla, pero sin embargo los derechos no.

-. Yo hace un mes que deje a Rosa (Empecé contando, hasta que con la mano me hizo el gesto de que parara)

.- Espera que lo voy escribiendo (El tío comenzó a escribir)

-. Pero ella no ha aceptado ese hecho (me volvió a parar)

.- Continua (Me dijo el policía)

-. Me llama ochenta veces cada día, convence a la gente de la calle para que me llame diciendo que son su familia y por lo visto también, se hace pasar por otra gente en el Messenger (Me hizo la señal de que parara)

.- Sigue (Me volvió a decir)

-. Me agrego una tal Carmen, que era de fuera que había visto mi Messenger en la página de hotmail, que quería quedar conmigo para beber y bailar por la noche (Me paro y al poco me dio paso para seguir hablando) yo como no veo bien de lejos y como no me fiaba del todo, le dije que se pusiera un vestido rojo y que quedábamos en el Mc Donald un sitio público.

.- Adelante (Me volvió a decir)

-. Cuando aparecí en el Mc Donald lo primero que vi fue un vestido rojo, me aproxime a él y al lado estaba sentada Rosa, había conseguido convencer a una amiga de que se pusiera un vestido rojo. (Me hizo parar, cosa que me venía bien para rememorar los hechos y me volvió a dar paso) Al ver la escena, me di la vuelta y empecé a caminar hacia mi casa, mientras Rosa me empujaba e intentaba pararme intentando convencerme de ello (me paro y luego continúe) Conforme iba avanzando hacia mi casa se ponía más violenta, se colgaba de mi cuello, se me pegaba con brazos y piernas, me jalaba de las bolsas y de la mariconera, hasta el punto de hacerme daño

.- ¿Y tú que hacías? (Pregunto intrigado el policía)

-. Yo me limitaba a pedirle por favor que me dejara pasar y a quitármela de encima con la mayor delicadeza posible (El apunto y me dijo que continuara) Ella se negaba a dejarme pasar y cuando más me acercaba a mi casa más me costaba andar, estuve un rato intentando pasar a mi casa, como no lo conseguía, le dije: “Como no me dejes pasar, voy a llamar a la policía” y saque el móvil para que viera que iba en serio.

.- ¿y qué paso? (Pregunto el policía súper interesado en mi historia)

-. Como no funcionaba, empecé a llamar al “112” de verdad y ella al darse cuenta intento arrancarme el móvil de las manos, que casi lo consigue (me paro y me hizo continuar) tuve que colgar y entonces intente avanzar, me jalo de las bolsas de plástico hasta que me las partió, al fin conseguí meter las llaves en la casa puerta, mientras ella jalaba de mi mariconera, que también me la partió. (Tras una parada, aunque parecía más impaciente por escuchar la historia, que yo por contarla y salir de aquí, ya.) Tras eso conseguí introducir con dificultad la mariconera, luego bolsa a bolsa, aunque fue difícil ya que ella jalo de cada una de ellas y ya estaba rota, cuando parecía que al final todo se había acabado, metió su hombro en medio de la puerta y no me dejaba cerrar.

.- sigue, cuéntame el final (Me dijo el policía)

-.al final tuve que empujarla lo suficiente como para poder cerrar la puerta sin pillarle el hombro en medio, luego subí para mi casa, conteste a una llamada, que era del “112” en la que la mujer me dijo: “ponme a la chica” y yo le dije: “Señora el móvil es mío y la llame yo”, ella repitió: “que me pongas a la chica que me llamo” y entonces le repetí: “le llame yo, el móvil es mío y la chica es la que me estaba acosando a mí, que ya he conseguido que me deje en paz”, no muy convencida la mujer me dijo: “bueno, vale…” y luego me pregunto: “¿Cómo estas, estas bien?” mas por quedar bien que otra cosa y yo le dije que “si”, luego de eso se despidió y colgó.

.- ¿no hay nada más? (Pregunto decepcionado el policía)

-. Si, llegue a mi casa, me llamasteis para venir a declarar y me metisteis en el calabozo, esa es toda la historia (Dije un poco agobiado)

.- Lo siento, así están las leyes puestas en España (Dijo el policía que tampoco parecía sentirlo tanto)

Mientras comprobaba todo lo que había escrito, saque un poco de conversación ya que necesitaba saber algo, para comprobarlo.

-. Oye una pregunta ¿y esto puede hacérmelo cualquier mujer? (Pregunte, para poder tomar una decisión)

.- ¿a qué te refieres? (Pregunto el policía que tampoco me hacía mucho caso)

-. Lo de meterme en un calabozo, aunque yo no le haya hecho nada, yo puedo ir por la calle, una tía jalarse del sujetador y ¿meterme aquí? (Puse un ejemplo, para que me entendiera mejor)

.- No hombre no, para eso tiene que ser pareja tuya (Si me llega a decir lo contrario, me hubiera encerrado en mi casa y no hubiera salido mas)

-. ¿Si estoy de rollo, no cuenta, no? (Pregunte para saber si podía tener algún contacto con una mujer o tenía que ser nulo el contacto)

.- No, tiene que ser pareja estable, todo lo demás, no cuenta (Gracias a su información, podría tener contacto con mujeres, pero nunca una relación, algo era algo)

Sin darse cuenta ya me había dicho las palabras mágicas, jamás iba a tener novia de nuevo, del rollo no pasaría nunca, ya que lo otro era peligroso para mi salud, no quería volver a estar aquí metido nunca más y la única forma de no estarlo, era no volver a tener novia, eso poniendo que saliera de aquí indemne.

-. ¿Y mi abogado no tiene que estar presente en la declaración? (Pregunte mas por curiosidad que por saberlo)

.- no, a menos que tu lo pidas así (Vamos que me habían engañado, porque le había dado la gana)

.- Bueno tienes que firmarme tu declaración (Mientras que sonaba sonido de impresión, el me dio un bolígrafo y me fue poniendo papeles por delante, que tras leer o comprobar que eran copias, ya que ya no me fiaba, firmaba)

Llamaron a la puerta…

.- Adelante (Dijo el policía que me estaba atendiendo)

.- Su abogado ya esta (Dijo otro policía asomando su cabeza)

.- Que salga al pasillo a hablar con él (Ordeno el policía que me atendía)

El otro me escolto hasta el pasillo que había entre el calabozo, el segundo piso y la entrada llena de policías, no fuera a ser que fuera a huir.

.- Buenas, soy tu abogado, ¿quieres beber algo? (Pregunto siendo amable)

-. Muy buenas no son… no gracias estoy malo del estomago por los nervios (Conteste intentando ser amable, aunque pensaba llegas tarde, no quise decírselo)

.-Cuéntame, ¿Que ha pasado? (Me pregunto directamente)

-. ¿Te lo resumo o te lo cuento todo? (Le pregunte, ya que era la primera vez que hacia esto)

.- Ni una ni otra, ve directo al grano, simplemente (Me pidió el abogado)

-.Deje a esta chica hace un mes, pero ella nunca lo acepto, me tendió una trampa por internet y apareció ella en vez de otra chica, luego me siguió hasta mi casa intentando evitar por cualquier medio que entrara en ella, al no conseguir que no entrara, me ha denunciado y aquí estoy… (Dije yendo al grano todo lo que podía, un poco agobiado)

.- está bien, tranquilo, veremos cómo sale (Dijo no denotando demasiada, confianza en sí mismo)

Mi gesto de preocupación se acrecentó al oír sus palabras, pero a él prácticamente no le dio tiempo a darse cuenta, en seguida apareció un policía.

.- ¿habéis terminado? (Pregunto el policía incomodo como si interrumpiera algo)

.- Si, ya hemos terminado, nos vemos en el juicio (Me dio una palmada en la espalda intentando animarme)

.- Vamos (Me dijo el policía, que antes de movernos, me puso las esposas con las manos por delante)

De camino se nos unió un compañero uno iba delante mío y otro detrás, me escoltaron obligatoriamente hasta el coche de policía nacional, me hicieron entrar, al entrar me quitaron las esposas. Fue un trauma verme esposado y escoltado por la policía, además de ser obligado a ir detrás y debo admitir, que a pesar de todo, fue un poco divertido, ir montado detrás, siempre había imaginado como seria y ahora podía saberlo, aunque no tenía ninguna gracia, cuando ibas a un juicio del que posiblemente nunca saldrías a la calle o que saldrías dentro de muchos años y encima sin haber hecho nada para estar allí adentro.

A pesar de eso, me fije bien en el coche de policía, por detrás era de plástico, sin cinturones y acolchado, supongo que para que los presos no se hicieran daño adrede o por los golpes, ya que el asiento realmente resbalaba y si ibas esposado, no podrías poner las manos para evitar golpearte. Los policías pusieron las luces y la sirena para saltarse un paso de peatones donde una viejecita esperaba para cruzar y tras pasar por el, lo apagaron, eso era ilegal, pero que iba a decir yo, estando en mi situación.

Poco después mientras ellos charlaban tranquilamente como si no pasara nada, llegamos a los juzgados, aparcaron en doble fila,  pues no necesitaban mucho tiempo para dejarme allí e irse, al bajarse, uno me abrió la puerta, yo me baje sin necesidad de que me forzaran y entonces fue la primera vez que hablaron conmigo.

.- ¿Qué hiciste? (mientras se quitaba las esposas del cinturón por detrás)

-. Nada, esto es una denuncia falsa (Conteste con cara de circunstancias, pensando en parte que eso había sido mal educado por su parte y que no me creerían dijera lo que dijera y es que por todo esto, me sentía un criminal)

.- Bueno te voy a esposar por delante para que si te caes puedas poner las manos, pero si haces algo, te esposare por detrás (El policía predominante, me daba una oportunidad, aunque eso no me aliviaba nada, ya que luego me había amenazado y odiaba que me amenazaran, puse gesto serio, aunque que podía hacer)

.- Pero que va a hacer, no ves la cara de bueno que tiene (Hablo el otro policía, pareciendo más agradable, suavizando mi gesto)

-. Vale, gracias… (Dije yo, como si tuviera algo que agradecer, hubiera sido un alivio ir sin esposas, pero supongo que tampoco podían hacer eso, pues hasta que se demostrara lo contrario era un criminal)

Una vez puestas las esposas, el policía que hacía de malo en la conversación iba delante y el que hacía de bueno, me pregunto, bastante amable:

.- Entonces, que te ha pasado, ¿cuéntame? (Pregunto intentando obviamente sacar información)

-. Estaba en mi casa y una chica me agrego, pero resulta que era mi ex, haciéndose pasar por otra, era una trampa (Dije apenado, aunque teniendo cuidado con cada palabra que decía)

.- Tiene cojones la cosa, están todas locas, tranquilo es típico (Dijo amablemente)

“¿Típico?” Eso podría habérmelo dicho alguien antes, así no hubiera caído en esa burda trampa, otra cosa no sé, pero Rosa me estaba enseñando a no ser tan confiado, aparte de que la justicia en España es una mierda. Entramos en el juzgado, tras subir unas pequeñas escaleras, había una pequeña sala de espera con asientos de mala calidad de plástico y fue el peor de mi vida, allí estaban mis padres.

Lo peor del mundo fue cuando mi madre rompió a llorar, pronunciando mi nombre: “Damián” y preguntándome como estaba, mientras se acercaba a mí, al verme esposado, se me callo el mundo encima, no me había importado demasiado pasearme esposado por mi ciudad donde cualquiera podría haberme visto, hasta que me vio mi madre. Los policías la trataron con respeto, la dejaron abrazarme brevemente, luego le pidieron con respeto que me soltara, mi padre miraba la escena desde el asiento preocupado y me siguieron escoltando, la siguiente habitación eran unas oficinas.

Había una puerta al fondo, pero a mí me llevaron por un pasillo a la derecha, en la entrada había un policía sentado con una mesa delante, detrás de él, había unas rejas abiertas y luego había tres celdas a la izquierda y el baño a la derecha.

.- ¿Tienes que entrar al baño, antes de que nos vayamos? (Pregunto el policía amable)

-. No, no, gracias (Dije agradeciendo el gesto)

.- Entonces, entra, que nos vamos (Dijo el policía malo)

Abriendo la celda del medio, adonde me metió tras quitarme las esposas, luego cerró la verja de la celda con llave y luego cerro la otra verja, pero esa sin llave. En la celda solo había un banquito, todo lo demás era suelo, esto no estaba preparado para dormir aquí, como la anterior, al principio me dedique a observar mi alrededor.

Las paredes eran blancas, las rejas estaban pintadas de blanco, el banco estaba formado de azulejos blancos y el suelo, era un mural pintado, sobre un suelo liso. No veía ni una celda ni otra desde la mía, ni siquiera veía al policía de fuera desde aquí, dentro había un reloj que me comunico que eran las tres de la tarde y en frente, había un banquito a todo lo largo, supuse que era por si tenían que meter a mucha gente junta.

No tarde demasiado en desesperarme, llevaba muchas horas encerrado por culpa de Rosa, empecé a dar vueltas impaciente por la celda, hacia formar geométricas para distraer la mente, sin mucho éxito, pero con el suficiente para evitar un ataque de ansiedad, ya que estaba a un paso de él. Fue sentarme y mi abogado apareció con dos policías, en la estancia.

.- ¿Llevas mucho aquí? (Pregunto mi abogado)

-. No, relativamente acabo de llegar (Le dije lo mas sinceramente que podía hablar, ya que ahora, si podía ver la hora)

No había pasado aun ni media hora, siquiera, desde que estaba aquí, aunque el tiempo aquí, era relativo.

.- ¿Tienes que ir al baño o algo? (Pregunto mirando su reloj, como si tuviera prisa)

-. No, no, gracias (En mi mente grite: ¡¡Lo que necesito es salir de aquí, joder!!)

Estaba perdiendo el juicio por dentro, solo que era demasiado inteligente, como para mostrarlo por fuera, cada hora que pasaba encerrado, me frustraba un poco más, cada minuto, me agobiaba un poco más, cada segundo, me destrozaba un poco más, pero todo este tiempo que estaba pasando aquí dentro, estaba logrando solamente lo siguiente: destrozarme como persona, reducir mi personalidad, mi forma de ser a cero.

.- Voy para dentro, que va a testificar ella (Dijo él, marchándose con los agentes)

Volví a quedarme solo, la ansiedad volvió progresivamente nada mas quedarme solo, yo intentaba relajarme, intentaba controlarlo, pero la ansiedad era demasiado fuerte, era más fuerte que mi voluntad, incluso más fuerte que yo. Me senté en el banco, apoye los codos sobre las piernas y apoye mi frente en mis manos, no sé cuánto tiempo paso, pero se me hizo una eternidad, lo que sí puedo decir es que, me puse de pie de un tirón para disimular que estaba bien, como si a alguien le importara como estaba.

Me decepcione al ver que solo venían esta vez dos policías, ya que esperaba que viniera mi abogado, me diera noticias del resultado y pudiera marcharme ya a casa o ir a la cárcel directamente, pero este sin saber me estaba matando y quería que acabara ya, aunque a ciencia cierta, si hubiera acabado ya, hubiera ido a la cárcel, además, por suerte o por desgracia, la cosa no funcionaba así.

.- Saca las manos por la misma reja (Ordeno el policía más cercano)

Al hacerlo me esposo sin más, abrió la puerta de la celda y me empezaron a escoltar, pero esta vez me iban a llevar por la puerta que estaba al fondo, al girar hacia la puerta, la vi sentada mirando hacia la nada, como si no le importara en absoluto, nada de lo que me había echo, ni haber estado intentando estar conmigo hace unas horas, esto era para volverse loco, se me ocurrió preguntarle que porque me hacia esto, pero pensé que quizás sería peor, así que ni la mire directamente, cuando los policías me llevaron hasta la sala del juicio.

Al entrar pude ver lo que siempre había tenido curiosidad por ver, como era un juicio en España, al fondo a la izquierda había una mujer, que hacía las veces de secretaria y lo iba apuntando todo, en su ordenador, con su propia mesa, a mi me sentaban al fondo a la derecha, frente al juez, todavía esposado, detrás mía se sentaba mi abogado, los policías se quedaron de pie donde no molestaban vigilándome, entre el juez y la secretaria, estaba el fiscal, que según pude ir viendo era como otra acusación del estado.

.- Se abre el caso número 01235,  en Cádiz, en la fecha: 18-01-2007 lo preside el honorable: Juez Alfonso del Castillo Domínguez, número de identificación cero dos tres (Dijo el juez)

Paro para que la chica le diera tiempo de apuntar, al ver a un hombre estaba un poco más tranquilo.

.-  Se presenta el acusado Damián, González de la Torre frente a la acusación de Rosa Penada Leal por delito de violencia de género (Dijo el juez)

Tras unos momentos para que la mujer lo escribiera, aunque el juez me miraba con cara de que yo hubiera matado a alguien.

 .- Bueno, ve contando lo que paso. (Me permitió el juez)

-. Esta chica… (Está loca iba a decir, pero no me dejaron, como si me leyeran la mente me cortaron)

.- Cíñete a los hechos, solamente a ellos (Corto el juez)

-. Pero tiene que ver con esto… (Me agobie un poco al ver que no me dejaban explicar el porqué había pasado todo esto)

.- Da igual, cíñete a lo que paso, solo a eso. (Al decirme eso, pensé: ya esta, he perdido)

-. Una chica me agrego por internet, empezó a ligar conmigo y a querer quedar (Dije con un tono monótono y de perdedor)

.- Espera (Me ordeno el juez)

.- ya (Comunico la chica)

.- Sigue (Me volvió a ordenar y añadió) ¿y quién era esa chica?

-. La verdad es que no se si era su amiga o ella misma que se hizo pasar por una tal, Carmen.

.- ¿lo has apuntado? (pregunto el juez a la chica)

.- si, todo (Contesto la mujer)

.- sigue, ¿qué paso después? (Pregunto el juez)

-.Pues quedamos en el Mc donald ya que era un sitio público y todo esto me sonaba un poco raro, con que se pondría un vestido rojo, para que la reconociera de lejos (El Juez me hizo un gesto para que parara)

.- sigue, paso a paso (Ordeno el Juez)

-. Cogí las botellas de alcohol y tire para el Mc donald, a lo lejos, vi el vestido rojo entre mucha gente, pero al llegar, vi a mi ex allí (Me detuvo el juez)

.- ¿y al veros que paso? (Me pregunto el juez)

-. Le dije ¿qué haces aquí? y a la amiga, ¿sabes porque estás aquí? Ella intento por todos los medios que me quedara y la amiga, no me contesto así que yo le dije que me iba a mi casa. (Dije apenado al tener que recordarlo todo y contarlo todo de nuevo, además que no sabía aun que rumbo estaba tomando esto)

.- ¿y ella que hizo, cuando empezaste a marcharte? (Interrumpió el juez)

-. Empezó a gritarme, empujarme, intentar pararme jalándome de las bolsas y yo solo le pedía por favor, que me dejara irme, que me dejara en paz (Conteste yo aun mas apenado)

.- Continua (Ordeno el juez)

-. Seguí avanzando hasta mi casa en la laguna, siendo perseguido por ella, que cuanto más solos estábamos más agresiva se ponía, se colgaba de mi cuello con brazos y piernas, me empujaba más fuerte, me jalaba tanto de las bolsas como de la riñonera… me hizo daño en el cuello y la pierna… (Explique teniendo que parar, para respirar por la ansiedad)

.- ¿y su testigo, Luna, no iba con vosotros? (Interrumpió la fiscal por primera vez)

-. No, ella se quedo en el Mac Donald con las cosas de Rosa (Conteste con un asco creciente)

.- Pero la señorita Penada, dijo que Luna lo vio todo, ¿no fue así? (Pregunto el juez)

-. Si luna ve a través de todos los edificios que ahí por medio entre la laguna y el Mac Donald, fue así (Dije siendo lo mas irónico que podía ser, lleno de furia y frustración)

En un primer momento, el juez se quedo impactado con mi respuesta, miro a la secretaria para confirmar que acabara, no sé qué cara ponía mi abogado y tampoco tenía ganas de mirar, solo puedo decir, que la fiscal, puso un gesto extraño. Poco después de eso, la secretaria termino de apuntar y aunque yo no tenía más ganas de recordar, de sentir todo esto y de continuar, no me quedaba más remedio que hacerlo, si no iría a la cárcel, sin más.

.- sigue contando (Ordeno el juez)

-. Llego a ponerse tan violenta que no me dejaba avanzar, empezaba a sentirme desesperado… (Conté a punto de llorar por un momento, con las lágrimas en los ojos)

.- ¿Allí fue cuando le dijiste, al final te voy a pegar? (Pregunto en una clara provocación)

-. No dije eso, yo dije al final te voy a denunciar (Respondí a pesar del sentimiento de furia y de pena contenida, que estaba a punto de estallar en mi pecho, sabía que si lo hacía, se había acabado)

Estaba claro que allí todos pensaban que era culpable o al menos así lo sentía, mi abogado no había hablado ni una sola vez, no sabía si eso era bueno o malo, pero a mí no me daba buena espina, la verdad es que no me daba buena espina nada, desde anoche a la una de la mañana.

.- continua (Me ordeno el juez)

-. Entonces al ver que el aviso de que la iba a denunciar no era suficiente para quitármela de encima, saque el móvil y casi me arranca el móvil de las manos, llame a emergencias, pero se colgó con el forcejeo, entonces al final, conseguir ir introduciendo mis bolsas rotas, mi riñonera rota, pero ahora, no me dejo cerrar la puerta, metía su pierna y su hombro, entonces la empuje para poder cerrar y una vez en casa me llamo la de emergencias creyendo que había llamado ella y tuve que explicarle, que fui yo repetidas veces para que me creyera. (Dije suspirando por haber acabado al fin de contarlo todo)

.- ¿eso fue todo? (Pregunto el juez)

-. Eso fue todo (Tenía ganas de preguntarle, si le parecía poco, pero, me contuve antes de hacer ninguna tontería)

.- Imprímelo todo, lo tiene que firmar (Hablo el juez, con la secretaria)

Estuvo todo en silencio, solo se escuchaba el ruido de la impresora, que aunque normalmente me ponía nervioso, ahora era hasta tranquilizador, después de horas en silencio, después de hora contando y recordando lo que me había pasado ayer, el silencio con algún ruido, era hasta agradable. Cuando terminaron de imprimirlo todo, me lo pusieron por delante y sin dejarme leer, el juez me ordeno.

.- Firma aquí, todas las copias (Me tiro el bolígrafo en la mesa, como si temiera por la integridad de sus manos, como si fuera a clavárselo en una de ellas)

Con gran dificultad por las esposas agarre el bolígrafo con la mano izquierda, intente firmar pero tenía las manos entumecidas de tenerlas apretadas con las esposas, lo volví a agarrar, tuve que enderezarme un poco para poder firmar y entonces, solo entonces mi abogado, hablo.

.- ¿Por qué tu eres zurdo, no? (Pregunto, observando mi mano fijamente)

Esa pregunta me dejo un poco anonadado

-. Si, ¿Por qué?  (Pregunte no muy animado)

.- no, por nada, como veo que agarras el bolígrafo con la mano izquierda (Argumento mi abogado, aun así, no entendía nada, pero tampoco estaba de humor para hablar de tonterías)

-. Ah… (Conteste más por educación que otra cosa)

Termine de firmar, poco después.

.- llevadlo a la celda (Ordeno el juez)

Los policías me escoltaron hasta la celda, pase por al lado, pensando: “Si me quieres, como has podido hacerme esto” pero ella no reaccionaba, solo miraba hacia delante, parecía estar tan tranquila, no tenía consciencia, eso seguro. Volví a la cárcel, aunque no lo era, así lo sentía, lleno de miedos, de inseguridades, de ansiedades, de frustraciones, necesitaba espacio, necesitaba respirar, anhelaba la libertad y eso que aun no hacia ni un día que estaba entre rejas.

Me habían quitado las esposas, necesitaba dar vueltas a las manos, haciendo crujir ambas muñecas, me las acaricie dolorido, pero eso no era lo peor. Tuve que empezar a caminar, pero ahora ni eso hacía que me calmara, iba de un lado a otro, haciendo estúpidas figuras geométricas para distraerme, pero ni eso lo hacía, solo pensaba que estaba loco, que era un loco encerrado y que, jamás saldría de allí, tenía ganas de gritar, pero solo sabía que si lo hacía todo sería peor, quería irme para las rejas e intentar partirlas, pero sabía que no podía y que aunque lo hiciera, que en mi imaginación lo hice, tendría que matar al policía de fuera para salir y eso no lo podía ni imaginar.

No sé cuánto tiempo llevaba allí, pero podría haber jurado, que fueron horas, días, semanas, meses, aunque estaba siendo solamente un exagerado, pero es que el tiempo no pasaba, cada segundo, tardaba en pasar casi un minuto, cada minuto, era una hora y cada hora, eran días, poco después apareció mi abogado con los dos policías de antes. Venía con una sonrisa en la cara, aunque a mí no me parecía que fuera momento alguno para sonreír, yo es que no era tampoco de mucho sonreír, para sonreír tenía que tener un motivo y pocos motivos, había tenido en mi vida, que me hicieran sonreír de verdad, reírme de un chiste si porque no, pero hacerme sonreír, no era tan fácil.

.- Vamos otra vez a la vista, a oír el resultado (Dijo el abogado un poco nervioso, a pesar de su sonrisa, señales un poco contradictorias que me hicieron pensar que yo tenía razón, todo se había acabado para mi, a partir de ahora, iría a la cárcel de verdad)

Los policías sin decir nada, se acercaban a mí, se habían confiado por alguna razón y abrieron la verja sin haberme puesto las esposas, al contrario de lo que habían echo antes, por un solo segundo, durante un simple momento, en un pequeño impulso, sentí el deseo irrefrenable, la necesidad desmedida, la urgencia de escaparme, de huir, de luchar por mi libertad a cualquier precio. Pero no lo hice, porque era un cobarde después de todo, no tenía el valor para enfrentarme a las adversidades que me había puesto por delante a la vida, por eso quizás merecía lo que me estaba pasando y como cordero al matadero fui escoltado hasta la sala de la vista, por el camino, allí estaba ella, me pareció verla reírse al verme derrotado,  vislumbre claramente, que no solo no se arrepentía de lo que me había echo, sino que lo estaba disfrutando.

Por un segundo, no, realmente, por una milésima de segundo, se me paso la idea por la cabeza de cogerla por el cuello con ambas manos y apretujarla hasta matarla, ahora mismo sentía que podría matarla nada más tocarla, de un solo crujido o de enrollar la cadena de las esposas por su cuello para asfixiarla hasta la muerte, a pesar del odio repentino que sentía por ella de repente, no hice nada y ni siquiera se me noto en el gesto de la cara, porque el abogado, me hablo pensando que quería hablar con ella.

.- no le hables, no la mires y no te acerques a ella (me dijo bajito)

-. No, no tranquilo, que no me acerco a ella (Conteste pensando, ni aunque sea la última mujer de la tierra)

Entramos de nuevo en esa condenada sala, donde había conocido el infierno por vez primera y aunque mi vida había sido un camino de rosas, porque a pesar de lo bonitas que podían haber sido algunas cosas, siempre me había pinchado sin llegar a poder agarrar rosa alguna, por primera vez notaba el calor sofocante y el hedor asfixiante, de la muerte en vida. Para mi sorpresa, esta vez mi abogado se sentó a mi derecha, luego entro su abogado y ella, sentándose el a su izquierda y ella lo más alejada posible de mí, me parecía una falta de respeto, esa desconfianza hacia mí, un ultraje, al sentirme culpable, siendo inocente, tras de nosotros estaban de pie, los dos policías.

Me parecía insoportable solamente la idea de tener que compartir no solo el mismo techo sobre nuestras cabezas, el espacio de una sola habitación para los dos, se hacía demasiado pequeña, fuera cual fuera, pero ya me parecía un abuso el tener que compartir el mismo aire, que nos mantenía a ambos con vida, como si ella no mereciera estar a dos metros de mi, mereciera estar a kilómetros y no saber nunca más, de mi. Pero como siempre y eso no era excepción alguna, en mi vida, no importaba lo que yo pensara, lo que yo sintiera o lo que yo necesitara, solo pasaba lo que tenía que pasar, como si fuera una vida prestada, que estaba viviendo, pero que no podía controlar de manera alguna.

.- Procedo a dictar sentencia, si los presentes no tienen nada más que añadir al caso. (Dijo el juez seriamente, sin mirarme a mi o a ella, solo mirando a nuestros abogados)

Volví a sentir ese deseo incontrolable, de gritar, de pedir que la encarcelaran a ella, de exigir que le hicieran pasar por lo que yo había estado pasando desde el primer segundo a suplicar,  que me compensaran por el daño recibido, pero como siempre, solo era un pensamiento, un sentimiento, una necesidad, que no saldría de mi cabeza.

.- Declaro al acusado, inocente del cargo de violencia de género (Dijo el juez observándome a mí, mientras la secretaria lo apuntaba)

Por un momento me sentí aliviado, pero puedo decir que el momento fue agridulce, estaba esperando un momento en el que me dijeran si quería pedir una orden de alejamiento, denunciarla por daños y perjuicios, pero ese momento, no llego.

.- No obstante quiero añadir que este pobre chaval el único delito que ha cometido es haber salido con una gilipollas (Dijo mirando la el juez a ella, bastante enfadado, lo extraño del caso fue, que el abogado de ella, no dijera nada)

Me quede asombrado, a pesar de todo, yo aun llevaba las esposas, me daba miedo hablar, si no hubiera pedido una compensación por el daño moral recibido, pero supongo, que no estaba en condiciones de pedir, nada.

.- Y es más, no la vas a denunciar tú, la voy a denunciar yo, por injurias y denuncia falsa (Me dijo a mí el juez)

Pero eso no era lo que yo quería, quería denunciarla yo, aunque suponía que la denuncia de un juez seria más importante que la mía, cuando reuní el valor, para preguntarle a mi abogado.

-. Quiero pedir una orden de alejamiento (Le susurre a mi abogado)

.- Ya, es tarde para eso, deberías de haberlo dicho antes (Me contesto mi abogado)

¿Antes, cuando, si apenas habíamos hablado, si no me habían dado la opción para hablar a mí, si yo no entendía de estas cosas? No podía decir que fuera una mierda de abogado, porque al fin y al cabo, no me había costado un duro, yo era libre y aunque lo tenía fácil, porque yo era inocente, con el poco tiempo que habíamos hablado, lo había hecho más complicado y sin embargo era libre, pero, para la próxima vez si la había, estaría preparado. Tras hacerme firmar aun esposado, que casi no podía creerme aun mi libertad, me sentía falsamente libre, manchado por la horripilante vivencia en el calabozo, sucio por haber tenido que dormir en un colchón meado en una celda meada, sin honor, por haber tenido que desnudarme delante de dos policías, traumatizado por haber sido tratado como un criminal.

.- Y por el amor de dios, soltad a este pobre hombre (Ordeno el juez a los policías apiadándose de mí y de mi cara, que aun no me creía libre, se lo agradecí con un gesto no quería hablar, no fuera ser que se arrepintiera.)

Mi abogado me acompaño hasta fuera, donde mis padres corrieron a abrazarme, de la efusividad, las fuertes sensaciones vividas recientemente y la debilidad por llevar muchísimas horas sin comer, casi me tiran al suelo.

.- ¿Cómo estás? ¿Cómo fue todo? ¿Estás libre, ya ha terminado todo? ¿Has comido? (Las preguntas de mi madre iban sucediéndose una detrás de otra sin haberme dejado contestarle una siquiera)

.- Déjalo hablar, cariño (Mi padre sujeto a mi madre, que entre el abrazo y los besos, apenas me dejaba respirar)

-. Estoy malo de los nervios y esto ha sido durísimo, yo creía que todo iba mal, pero me han liberado y no ni he comido ni he desayunado (Proteste contándole a mi madre como me sentía)

.- Esto no debería de hacerlo, pero bueno (Enseño el testimonio de ella)

Tenía subrayadas un par de frases, una de ella era que la había amenazado con la mano derecha, mentira que se destapo cuando se confirmo que era zurdo y que Luna lo había visto todo, mentira que se destapo cuando se confirmo que ella se había quedado en el Mac Donald, el tío era bueno y lo quería en mi juicio, porque no quería que esto quedara así.

-.Yo quiero denunciarla, ¿podría ser usted, mi abogado? (Sorprendiendo tanto a mis padres por mi iniciativa, como al abogado, aunque mi madre me apoyo al escucharme)

.- que va, lo siento, yo solo soy abogado de oficio y me encargo de las defensas, para eso tenéis que contratar a uno que se encargue de eso (Creo que directamente el caso no le interesaba, porque no tenía nada que ganar)

Yo mire hacia abajo desilusionado.

.- hasta luego (Dijo el abogado, queriendo marcharse)

-. Gracias (a fin de cuentas un agradecimiento, nunca está de más)

.- muchas gracias de verdad (Mi madre seguía con problemas para controlarse)

.- hasta luego (Mi padre tan solo se despidió del abogado)

.- Por cierto, lo más importante ha sido que Luna, ha dicho la verdad, si ella hubiera mentido, quizás no hubiéramos estado manteniendo esta conversación (Y tras eso, se marcho)

Al salir, vi a dos chicas mi ex y otra, una de ellas lloraba desconsoladamente, mi ex, seguía con la misma cara, definitivamente, estaba loca y no le importaba nada más que yo, pero no quería mi bien, ni que fuera feliz, solo quería hundirme la vida si no estaba con ella. De camino a la salida…

.- ¿Cómo fue tu experiencia? (Me pregunto mi padre)

-. Horrible… (Conté todo lo que me había pasado, con todo lujo de detalles) ¿Adónde vamos?

.- Pues la chica del chico sí que lloraba, yo no creo que fuera tan inocente, vamos a casa de la abuela (Me conto mi padre)

.- si la chica lloraba a mares (Conto mi madre)

-. Posiblemente no (Aunque en aquel momento me hizo bien creer que si, ahora no estaba tan seguro, como mi ex, me había dejado solo, me hubiera venido bien tener un amigo)

Llegamos a casa de mi abuela, la que al enterarse que no había comido nada desde anoche inmediatamente me hizo de comer, gesto que yo agradecí, pues estaba muerto de hambre, luego volvimos a casa e intente llamar a los únicos amigos, que no le había presentado a mi novia, pero resulto ser tarde y por protegerlos de que la conocieran, ya no querían nada conmigo, porque llevaba mucho sin llamarles, así que estaba solo.

Durante un mes y medio, después de esto, me lleve encerrado en mi casa, no salía ni para bajar el perro, ni para la basura, ni para comprar el pan, cuando mis padres me lo pedían, yo solo decía, no. Me levantaba para jugar al ordenador, comía en el ordenador, dormía y vuelta a empezar.

Tuve un par de visitas al psicólogo de la policía por obligación, pero no sirvió de nada a pesar de que le conté todo lo que sentía y una al psicólogo normal que me escucho porque era un sustituto, pero no me ayudo en nada, fui porque me obligaron mis padres, pero nada, no sirvió para nada, tampoco.

Tras todo esto, me volvieron a llamar para que fuera a otra vista porque el abogado de Rosa había pedido un recurso de la sentencia, entonces Luna y la gente que odiaba a Rosa, me acompañaron, mi madre también, pero yo estaba en pánico, pues esperaba que todo iba a volver a empezar.

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