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Volviendo a Casa [Capitulo 2] La monotonía

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Volviendo a Casa

Capitulo 2:La monotonía

                Parecía que tendría que acostumbrarme a levantarme a las siete de la mañana, ya que de nuevo me despertaron mi madre y mi hermana, con una nueva pelea, así era normal que al llegar la noche estuviera agotado, ya que no podía dormir las ocho horas mínimas, que necesitaba para estar fresco.

Esta vez discutían porque no encontraba su bolso negro, que si lo había dejado en el sofá, en realidad no me lo decía directamente, pero me acusaba a mí de haberlo movido de sitio y mi madre le decía que yo no cogía nada que no fuera mío, me mordí la lengua con rabia para no decir nada al respecto y me gire en la cama dándoles la espalda, para no meterme en nada. Una vez se fueron ambas, mi padre salió de la habitación, yo me levante, desayunamos, yo anoche decidí ponerme a dieta para perder la barriguita, preparamos la maleta del gimnasio y nos fuimos al mismo.

Aumentamos un poco el ritmo respecto a la vez anterior, dado que ambos éramos muy impacientes y queríamos resultados pronto, yo tenía al menos diez kilos que perder, mi padre al menos veinte, pero si a la vez que adelgazábamos, nos poníamos cachas sería mejor aun. Tras el gimnasio me puse a buscar autoescuelas, me camine toda la parte exterior de Cádiz comúnmente llamada: “Puerta Tierra”, buscando la mejor oferta, pues había que amortizar el dinero que aun quedaban cuatro meses para trabajar de nuevo.

Comí en casa, donde antes nos sentábamos a comer en familia, ahora cada uno se hacia lo suyo, me venía bien para mi dieta mirándolo desde un punto positivo, lo que no me gustaba es que mi madre comía en su cuarto, mi padre en el suyo, mi hermana en la mesa del salón y yo tras hacerme los dos filetes de pollo y la ensalada aliñada con una bandeja en el sofá, ya que, la mesa del salón estaba llena de tiestos.

Tras eso pensaba irme a mirar autoescuelas por casco antiguo, pero mi madre me pidió un par de favores, que le tendiera la ropa y que le fuera a por mandados, rápidamente me puse en marcha. Tendí la ropa en media hora e hice los mandados en un cuarto de hora, para irme a hacer lo que tenía que hacer.

Me lleve todo el resto del día paseando por Cádiz, vi a gente conocida pero a nadie en especial,  vi ofertas interesantes de autoescuelas y esta noche tendría que decidir. Por un lado, estaba la auto escuela avenida, que te daba las clases prácticas muy baratas, por otro, la autoescuela Gades que te pagaba todos los exámenes, en otro la autoescuela victoria, que era la más barata, mientras cenaba un poco de jamón york, con un poco de pan, sin poder decidirme, decidí que tendría que pensarlo con la almohada.

Al día siguiente lo mismo otra pelea, esta vez porque mi hermana al ducharse iba a llegar tarde a clase, tras eso repetimos la operación del día anterior, aumentando un poco más en el gimnasio, luego mis padres se fijaron en mi dilema.

.- No te apuntes en la autoescuela avenida que el tío, solo le hace caso a las mujeres guapas

-. Vale, tomo nota, descartada (respondí agradeciendo el gesto de mi padre y partiendo la hoja de la autoescuela avenida, al ir a tirarla a la basura, cuando volvía encontré a mi madre ojeando los papeles)

.- esta es muy barata, pero esta viene con todo incluido, yo creo que a la larga, te sale más económica la autoescuela Gades. (Dijo mi madre aclarando su opinión)

-. ¿Qué te hace llegar a esa conclusión? (pregunte intentando entender su postura)

.- sencillo, si apruebas todo a la primera la autoescuela Victoria te sale más barata, pero si suspendes solo una vez, ya te sale más barata la autoescuela Gades. (Explicándome amablemente sus conclusiones)

-. Entonces decidido, como algo y me voy a la autoescuela Gades.

Mi madre me acaricio la cara, me hice de nuevo los dos filetes de pollo, la ensalada y comimos todos como ayer, tras eso me puse ropa cómoda y me dirigí a la autoescuela que estaba a quince minutos de mi casa, nada mejor que eso. Al llegar había una mujer mayor en la recepción que me atendió y se sorprendió mucho que yo pagara los 299 Euros con 99 céntimos en el acto, porque todo el mundo se lo pagaba a plazos.

Ese dinero me daba derecho a: la matricula, gestión de documentación, manual / libro, teórica presencial, curso intensivo de dos semanas, test para hacer en casa, examen teórico, ele de conductor novel, cuatro clases prácticas, la tasa de la jefatura provincial de tráfico, el examen práctico, una segunda oportunidad en uno de los exámenes y una renovación. El curso intensivo seria la semana que viene por la tarde, así que ahora me podía poner a estudiar por mi cuenta y eso hice.

Pase el resto de la semana del gimnasio a casa, de casa a la autoescuela, me iba bien en ambas cosas al gimnasio ya le dedicaba dos horas y en la autoescuela, había pasado de dieciséis fallos de media a doce más o menos. Las peleas de mi madre con mi hermana eran constantes, mi padre se pasaba el día entero encerrado, llegado el viernes, decidí intentar arreglar algo, pero empezaría por lo más fácil de arreglar, le dije a mi padre que nos íbamos de cena y cine, que se arreglara y que quedábamos a las nueve de la noche en casa.

Llegue a las nueve menos cuarto me di una ducha rapidita, me arregle y a las diez menos cuarto, nos fuimos andando hacia el Corte Ingles, de camino estuve conversando con él.

-. ¿Qué tal la semana papa?

.- Ya lo ves, encerrado…

Tras unos segundos caminando

.- ¿y a ti, qué tal te va en la autoescuela?

-. Está bien, el tío que esta por la tarde es muy amable y me resuelve todas las dudas que tengo

Tras otro momento de silencio

.- ya tienes más suerte que yo, lo que me falto probar es ponerme un par de cocos, una peluca y una falda, así a lo mejor hubiera aprobado a la primera.

Ambos reímos por su broma, para luego añadir el

.- si quieres los domingos quedamos para ir a algún sitio y practicar con el coche

Yo le sonreí por su ofrecimiento y sin dudarlo conteste

-. Gracias, eso me permitirá ahorrar en clases, que no soy rico tampoco

.- lo sé, el dinero cuesta mucho ganarlo y luego se va rápido (contesto siguiendo mi seriedad)

-. Pero costar, sudor, sangre y lágrimas (quise resumir un poco lo que me había costado)

.- exagerado (rio mi padre quitándole importancia)

-. De eso nada, que su trabajo me costó (aclare yo, para no permitir que se le quitara importancia a lo que la tiene)

.- Bueno, pues ahora no pienses en eso, a disfrutarlo, pero con cabeza (dijo mi padre señalándose su cerebro en la última parte de la frase)

-. Claro, la idea es ir reuniendo, quiero hacer algo diferente con el tiempo. (Conteste pensando en el futuro)

.- ¿Cómo qué? (pregunto mi padre)

-. Aun no lo tengo claro, pero algo hare. (Dije con una sonrisa en la cara, que duro el tiempo de la frase)

Así charlando, llegamos al poco, casi sin darnos cuenta al Corte Ingles, como aun no estaba cerrado, entramos por la puerta principal, subimos las dos escaleras mecánicas y llegamos a los cien montaditos. Pedimos un par de montaditos cada uno, él una cerveza y yo una coca cola zero, comimos charlando de Barcelona, le estuve contando cómo funcionaban las cosas allí.

Que llegando en Marzo mínimo tenias un contrato de seis meses asegurado, ya fuera con el mismo tío con el que yo trabajaba o con otro y que el resto ya dependía del jefe y de cómo luchara él, por el trabajo. El se mostraba reacio a aceptar tal cosa, pero por mucho que me dijera, a mi me había salido bien hasta ahora, porque no, ahora los dos juntos.

Luego le dije que tenía que empezar a salir más, pero él me estuvo contando que es que no tenía con quien, mi madre estaba descartada, sus antiguos amigos estaban destrozados por las drogas y sus actuales amigos estaban lejos e iban a su rollo, entonces claro, estaba falto de amistades, para salir. Esa era la clave de mi padre, encontrar a un nuevo amigo, si pero la pregunta es, cual, cual podría ser su nuevo amigo, quien congeniaría con mi padre, esa era una buena pregunta.

Tras la agradable cena en la que intercambiamos opiniones, no salió mucho el tema de mi madre y mi hermana, era un tema que ambos queríamos evitar, ya que, queríamos por un día, pasarlo bien.

Tras eso vimos una película, pedimos una y la tía se equivoco dándonos otra, pero vamos, no protestamos porque ambos pensamos que esta película de la guerra fría, estaba más interesante que una que habíamos elegido de espías. Tras la película charlando sobre ella, llegamos hasta las puertas del casco antiguo caminando y luego nos fuimos para casa, estaban las demás dormidas ya, el llego se fue a su cuarto y yo a mi cama, eran las dos de la mañana, tan solo esperaba que me dejaran descansar, porque, tenía un cansancio acumulado por culpa de mi hermana y mi madre, increíble.

Al día siguiente sonreí, al despertarme, mirar el reloj y ver que eran las once de la mañana, no había colegio, supongo que entonces tampoco había motivo para discutir, me levante, desayune, mi hermana y mi madre no estaban, mi padre tampoco, eso sí que era raro. Hice algunos test hasta la hora de comer, comí algo y decidí para romper un poco la rutina, ir a visitar a uno de mis amigos, este cuando me fui tenía un futuro brillante, sacaba buenas notas, no tenía muchos amigos, pero eso le llegaría con el tiempo.

Me puse cualquier cosa y me dirigí al Mc Donald ya que en la misma plaza en el edificio de enfrente vivía mi amigo, en el primero izquierda, también con su madre y su abuela. En estos nueve meses no habíamos hablado nada, pero esta era una amistad que sabía desde que lo conocí que nunca perdería.

En veinte minutos andando llegue a su casa y llame al telefonillo para dar la sorpresa

.- ¿Quién es? (pregunto la abuela)

-. Buenas, soy Dani, ¿esta José?

.- Si sube (abrió la puerta)

Empecé a subir por las escaleras, aun recordaba cuando lo conocí, subía por el ascensor porque yo pesaba noventa y ocho kilos a causa de una ex obsesiva que tuve y que desde que me fui a Barcelona parecía haberse apaciguado, no sabía cuánto duraría, pero toda paz tras la tormenta por breve que fuera, era buena. Actualmente pesaba setenta y siete kilos, me hacía falta perder algo, pero al menos no estaba como una bolla del mar y podía subir por las escaleras.

Al llegar arriba, la puerta estaba abierta, en realidad nunca me habían gustado estas situaciones, ya que si teníamos confianza para eso, pero a mí siempre me gustaba llamar y que me dieran paso en casas ajenas, dada mi bien arraigada educación. Llame a la puerta y entre, en el salón estaba su abuela, una señora muy amable, que siempre me insistía en que me sentara en el sofá, por un lado era un gesto de agradecer porque quizá otro se hubiera sentado, pero yo si no me lo decían, no lo haría.

.- Hola, ¿Cómo te va? (me pregunto muy sinceramente)

-. Bien ¿y a usted? (pregunte aun viéndola bien)

.- Bien, yo estoy muy bien ochenta años y como si nada, ya me ves.

-. Si, la veo muy bien, oiga, ¿donde está José? (ya que no quería olvidar el motivo por el que venía)

.- cuando llamaste, se metió en la ducha

Me hice a la idea de que tendría que esperar un buen rato, así que me dedique a charlar con esa agradable ancianita y ver un poco la tele, mientras lo esperaba. Tras un rato apareció con una toalla en la cabeza y nos dimos un abrazo, que casi hace que ambos caigamos al suelo, mas por mi parte que por la suya, porque yo era más efusivo, pero él, lo acepto de buen grado.

.- Dani, cuidado que nos matamos (dijo con una sonrisa)

-. Anda ya quejica (conteste devolviéndole la sonrisa)

La abuela se rio de nosotros, por casi caernos, aunque por el gesto que puso en un principio se asusto y nos dijo: tened cuidado, que os vais a dar con la mesa y me la vais a romper

.- Ah eso es lo que te importa, ¿eh abuela? (protesto José)

-.Venga hombre, no protestes, que tiene razón (reí divertido)

.- Ahora todos queréis matarme (gruño José)

Tras una sonrisa de complicidad entre nosotros, mientras la abuela le daba un abrazo y un beso

.- ¿Cómo es que estas aquí y no has dicho nada a nadie? (dijo realmente sorprendido)

-. ¡Sorpresa! (reí divertido)

.- Tu como siempre, para no perder la costumbre (sentencio)

-. Genio y figura… (Empecé a decir)

.- Hasta la sepultura y que lo digas (termino la frase José)

Ambos sonreímos de estar juntos en Cádiz de nuevo

.- Tenemos que comer con mi madre, si no te mata a ti de aperitivo y luego me mata a mí de postre

-. ¿Mañana por la tarde?

.- Si porque ya esta noche será muy tarde y vendrá cansada de trabajar

Asentí conforme con su comentario

.- Bueno, ¿qué tienes pensado hacer?

-. Pensaba ir a tomar un cafelito contigo y charlar, ¿te parece el plan?

.- Dame un segundo

-. Vale, sin problema

Me senté en el sofá, mientras el desaparecía por el pasillo, Supongo que para vestirse y esas cosas, su abuela fue detrás de él, para recriminarle haber dejado sobre la mesa del salón la toalla mojada. La abuela volvió al poco de haberse marchado, puso las noticias y tras al menos quince minutos apareció de nuevo en el salón, buscando algo como un loco, bajo la atenta mirada de su abuela.

.- ¿Qué buscas? (pregunto ella)

.- Mis cosas, abuela (cuando la abuela se estaba levantando) ah no, que están aquí

Tras meterse su cartera, su móvil y sus llaves en los bolsillos, se giro hacia mí y me dijo:

.- ¿Nos vamos? (cuando sonó el timbre) espera es mi madre y si has estado aquí y no te ve, me mata también.

Me estaba levantando del sofá cuando sonó el timbre, parecía que el destino no quería que me fuera de aquí nunca, me senté de nuevo en el sofá con una sonrisa, decidido a no levantarme más hasta que nos fuéramos de verdad, aunque siendo sincero, me levantaría nada más entrar la madre de José por las puertas, sino seria descortés. Nada más entrar la madre, José provoco que su madre tuviera curiosidad por dirigirse al salón.

.- Buenas mama, mira quien ha venido

.- ¿Quién? (al entrar en el salón) ¡¿Dany?! (Al verme cambio su cara de cansada por una sonrisa)

-. ¿Qué tal Carmen? (dije con una sonrisa)

Nos dimos un abrazo, empezó a preguntarme, que hacia aquí y todas esas cosas que anunciaban que no sería tan fácil marcharnos, cuando José interrumpió.

.- Mama, ¿Qué tal te viene mañana, para comer juntos?

.- Bien, pues comemos mañana y me lo cuentas, que tendréis que marcharos, ¿no? (captando lo que quería decir José a la perfección)

-. Mañana estoy aquí, a la hora de comer (conteste yo)

.- Comemos pizza, ¿no? (pregunto Carmen)

-. En realidad, estoy a dieta, no debería de comer pizza

.- Anda ya, que además estas muy delgado

Reí al no poder negarme, era normal que me viera así, porque cuando me conoció estaba gordísimo, entonces para ella quizás estaba en los huesos ahora, nada más lejos de la verdad, ya que aun me hacía falta perder unos kilillos, José y yo nos fuimos, mientras José le decía indirectas a su madre de que era muy pesada y ella le decía, que era normal que llevaba mucho sin verme y que igual que él, quería saber de mí, yo tan solo sonreía, porque había echado de menos estas cosas, ahora si casi me sentía como en casa, solo faltaba algo, algo que aun no había podido encontrar de nuevo o que quizá no lo había buscado por temor de que encontraría en este momento, después de tanto tiempo, sin saber en qué estado estaría.

Bajamos las escaleras y mientras paseábamos…

.- Bueno, cuéntame, ¿Cómo te ha ido todo este tiempo? (dijo caminando un paso por delante de mi)

-. La verdad bien, trabajando mucho y poco mas ¿y a ti, que tal tus estudios? (mientras seguía su ritmo de “pasear” que era de todo menos un paseo)

.- Los he dejado y lo de ser actor también (con un poco de temor a mi reacción confeso directamente)

-. ¡¿Queee?! (Me esperaba cualquier cosa menos eso, como habían cambiado las cosas en nueve meses)

.- tengo una mala racha, Dani (con gran pesar me conto)

-. Pero que me estas contando José, que te iba muy bien. (No podía dejar de alucinar con lo que me contaba)

Entonces mientras paseábamos me conto que no había un motivo, simplemente, miedo a la muerte, un miedo ilógico, porque todos vamos a morir algún día, todos sin excepción, lo que por un lado era una condena y por otro, una salvación, no me gustaría vivir eternamente, al menos no en este mundo, rodeado de esta sociedad. También a su vez estuve preguntándole hasta llegar a un bar para tomar un café, a que se dedicaba.

.- Me dedico a jugar a los videojuegos (dijo apesadumbrado)

-. Mmm… ahora en el bar hablamos seriamente tú y yo (como si en la calle no fuera un buen lugar donde intentar ayudarle)

.- ¿y tú qué haces aquí? (pregunto ansioso por saber, obviando mi comentario, como si se me olvidara, por eso)

-. Te seré breve hoy, ya me explayo mañana, que se acabo el trabajo, ahora ese pueblo es un pueblo fantasma (le informe con bastante tranquilidad)

.- Ya veo, ¿y ahora que vas a hacer aquí? (pregunto José con real curiosidad)

-. Por lo pronto gimnasio y autoescuela, ya he empezado (le resumí, lo poco que había pasado en esta semana)

.- Yo también debería hacerlo (comento como si pensara en voz alta, más que como si hablara conmigo)

-. Aun puedes venir conmigo (quise informar yo, de lo obvio)

.- Ya, tienes razón (me daba la razón, pero no parecía tener mucho interés)

-. Venga, vamos (corte yo, para entrar en el bar, que estábamos fuera los dos de pie como dos pasmarotes)

Entramos en una pastelería cafetería, no era el lugar más indicado para ir cuando estás haciendo dieta, pero eso no importaba, siempre y cuando no te pidas un dulce, cogimos una mesa al azar, ya que éramos los únicos dentro a parte de los empleados, claro. Nos sentamos, pedimos dos café con leche con doble de azúcar, lo cual me hizo torcer el gesto al identificar lo que me faltaba, porque un nudo se hizo en mi garganta al recordar que la que siempre pedía doble de azúcar era Eva, mi ex.

.- ¿Qué te pasa? (pregunto José al notar mi bajón)

-. Nada, que estoy pensando cómo empezar la conversación, contigo (mentí, yo)

.- Me va a caer una buena, ¿verdad? (dijo con una sonrisa en la cara)

-. No te preocupes, no soy tu madre (dije devolviéndole la sonrisa)

.- Eso es lo que me preocupa (sentencio José)

Tras reírnos los dos, me puse serio y comencé el sermón: Déjame decírtelo todo y ahora me contestas, José eso de que todos nos vamos a morir es una tontería, tío, que tienes solo veintiún años, que tienes toda la vida por delante, claro que todos vamos a morir, pero lo importante es como hayas vivido, porque si cuando mueras todo lo que hayas hecho desaparecerá, pero, tú te llevaras tus recuerdos contigo y lo mismo es, solo recordar estar jugando toda tu vida, hasta que te falte tu madre y te mueras de hambre a hacer algo de provecho, tener tu casa, tu familia, tus hijos… lo mismo es.

.- Nunca lo había mirado así (dijo bastante sorprendido por mi reflexión)

-. Tu porque te crees que me voy a Barcelona a trabajar, ¿Por qué me quiero quedar allí? ¿Por qué me gusta trabajar? Que me gusta, pero ¡Claro, que no!

.- ¿entonces?

-. Conseguir experiencia, para poder trabajar aquí y no tenerme que ir nunca más, poder tener mi casa, mi perro, mi loro, si quiero adoptar un hijo chino y si no tampoco, mi coche y mi moto.

.- Con lo tradicional que eres, me extraña que no quieras casarte, tener hijos, tu familia.

-. Para mí eso es cosa del pasado y pienso que solo me traería problemas (dije mirando hacia un lado)

Llego la camarera con nuestras cosas, que aunque no estábamos gritando, estábamos hablando fuerte y los empleados se estaban enterando de todo, pero nosotros seguíamos sin darnos cuenta o directamente, no nos importaba:

.- ¿Es por lo de Eva? (mi amigo era muy perspicaz, me conocía bien y había dado en el blanco)

Yo baje la mirada cuando José me pregunto eso, no esperaba que saltara con ese tema que tanto me dolía aun, no podía pensar en cómo algo que iba tan bien, algo tan bonito, como había acabado tan mal, no podía haber acabado peor, siendo sincero, no tenía ganas de hablar del tema, así que intente fingir que todo andaba bien, cambiando el gesto de mi cara de dolor por una sonrisa y:

-. No, solo ya no quiero tener hijos ni tener una mujer, estoy mejor sin ellas, solo traen problemas.

.- ¿tú crees? (dijo mi amigo asombrado por mi reflexión) entonces porque me mandas a mí, algo que no quieres para ti. (Protesto con una sonrisa)

-. Si, llevo catorce meses estando solo y lo llevo bien. (Dije asintiendo para contestar a su pregunta) ¿Por qué? que yo no lo quiera, no significa que a ti no te haga falta (termine la frase contestando a su protesta también)

.- Bueno, pero eso no es nada con una vida de total soledad… (Sentencio mi amigo, diciendo lo que pensaba) ¿Si y  quien te dice que yo lo necesite? (volvió a protestar)

-. Tampoco de total soledad, las mujeres no son toda nuestra compañía, están los amigos y las mascotas (conteste, manteniendo una luz en la mirada de vana esperanza) La falta de cariño que tienes (dije tajantemente, intentando parar el tema que tanto me dolía hablar, sin evitar ayudarle, eso sí)

.- ¿y qué harás, cuando tus amigos tengan mujeres, hijos, familia…? (pregunto dando en el clavo como siempre)

-. Seguir con mi vida… y verlos… cuando se pueda (dije atropelladamente, viendo como la esperanza se esfumaba en un breve suspiro)

MI amigo sonrió al ver que aunque tenía todo pensado, me estaba llevando contra las cuerdas

-. Pero yo no soy el tema, a mi me va bien (mentí) ¿Por qué no hablamos de que vas a hacer a partir de ahora? (llevando el tema, adonde quería yo)

Su sonrisa se perdió nada mas oír eso y se puso serio, por más que hablamos no conseguí que me dijera que haría nada, todo era lo intentare, quiero hacer algo, pero hasta que no estuviera decidido el mismo de hacer algo, no lo haría.

.- ¿Qué paso con el baile, Dani? (dijo cambiando el tema aliviado y preguntándome seriamente)

-. Lo deje (confesé siguiendo su gesto serio en mi cara)

.- ¡¿Pero, porque?! Si se te daba muy bien (estaba realmente sorprendido, por esta noticia)

-. Trabajando, no tengo tiempo para bailar (mentí para engañarme más a mí mismo, que a mi amigo)

.- Mentira, siempre se saca tiempo cuando uno quiere, además lo dejaste dos meses antes de irte.

Volvió a conseguir que desviara la mirada, sabia mis flaquezas y estaba sacándolas todas a la luz.

-. Fracase como profesor, si fue así, no me sirve de nada, bailar (dije mirando hacia abajo, derrotado)

.- ¿y por eso lo dejaste? ¡No fracasaste! Tienes veintiséis años y conseguiste tener alumnos (intentando animarme)

-. Mientras yo tenía dos o tres alumnos, otro con veinte años monto una academia de veinte personas. (Confesé, una de las cosas que demostraban que había fracasado)

.- Vale el tiene solo mas suerte, pero a ti se te da tan bien, que algún día serás grande en eso (hablando de un futuro que nadie podía asegurar)

-. No lo creo… a mí lo que se me da bien es servir mesas (Repitiendo lo que utilizaba para trabajar en vez de vivir)

.- No, eres totalmente intuitivo en el baile, tienes memoria fotográfica para él y un don. (Diciéndome todo lo que pensaba)

-. No soy tan bueno (también dije lo que pensaba)

.- ¿por eso lo dejaste? No creas que no me dado cuenta que has evitado la pregunta (volviendo a sonreír)

-. Ya no me daba nada. (Dije lo que pensaba de verdad)

.- ¿fue por Eva? (siendo de nuevo muy perspicaz)

No pude resistir más las lágrimas y por primera vez desde que deje de ver a Eva, once meses después, volví a llorar, mientras mi amigo me decía: lo sabía, es por Eva. Tras un rato dándome ánimos y pidiéndome disculpas por hacerme llorar, nos despedimos quedando para mañana ya que yo tenía más cosas que hacer hoy, insistió en pagar la cuenta él y antes de irme.

.- Prométeme que volverás a bailar (José realmente preocupado por mi)

-. No se… (No me gustaba prometer, algo que no sabría si podría cumplir)

.- Sabes que mañana te haremos bailar mi madre y yo, así que no tienes más opción (volviendo la sonrisa a su cara)

-. Siempre se tiene otra opción. (Devolviendo una sonrisa tímida, al no tener muchas ganas de sonreír)

Tras eso me fui a cumplir el resto de los planes que tenia para hoy, me arregle en mi casa mientras por el grupo pregunte a mis amigos de Chiclana, que harían hoy.

.- Nos vamos al Soho a una zambomba ¿y tú por Barcelona? (contesto Macarena)

-. Yo al Sikim (mentí para que no se esperaran que yo fuera a aparecer)

.- Que te lo pases bien, ya nos contaras (contesto Margarita)

-. Claro, ya os contare, pasadlo bien y que no os encontréis a mucha gente conocida allí (dije con algo de sorna, ya que pensaba aparecer por allí, por sorpresa)

.-eso estará llenísimo, seguro que nos encontramos a todo dios, por allí (Contesto Macarena sin pillar nada por supuesto)

.- Bueno, nos vamos a arreglar, que siempre vamos tarde (Protesto Margarita)

.- Eso, que aun tenéis que recogerme (aviso Irene)

.- Ya nos vemos allí, chicas (Anuncio, Héctor)

-. Venga arreglaros, hasta luego (Termine yo, anunciándoles claramente que las iba a ver luego)

.- Hasta pronto espero, Dani (Macarena)

.- Chau (Irene)

.- Que alegría saber de ti, hasta luego (Margarita)

.- Ya nos veremos picha (Héctor)

Yo sonreí en mi casa, aunque desde la conversación con José que me había vuelto a recordar a mi ex, mucho más de lo que ya la recordaba, porque nunca había intentado olvidarla, pues sabría que no sería capaz, estaba un poco tocado por el tema, quería volverlo a superar todo, como logre en Barcelona, ya lo pase bastante mal cuando me dejo ella. Busque en el teléfono a Abel y lo llame directamente.

.- Dime Catalán (me dijo tras dos o tres timbres de llamada)

-. Abel, estoy en casa (dije yendo directo al grano)

.- (se descojono vivo) ¡que cabron eres! ¿Y no avisaste a nadie?

-. (Yo sonreí ante sus palabras) No, ¿te parece darle el encuentro a esta gente en una Zambomba?

.- Si me pagas la gasolina, ya sabes que si (informo mi amigo, colega o lo que fuera)

El dicho de por dinero baila el perro sin duda estaba hecho para mi colega Abel, a mi tampoco es que me importara mucho también lo comprendía estaba en paro y no tenía un duro, eso también era bastante duro, ya que yo siempre había tenido dinero porque mis padres me daban una paga y el no, todo lo que tenia era por propio esfuerzo y por sangrar a los demás.

-. Vale, ¿me recoges en una hora bajo mi casa? (ya que pagaba por lo menos que me hiciera de chofer, en condiciones)

.- Claro (contesto Abel)

-. Y Abel

.- ¿Dime?

-. Se puntual (escuche sus risas como siempre, tras terminar la frase)

.- yo siempre soy puntual (dijo mintiendo descaradamente)

-. Mentira, siempre llegas dos horas tarde

.- (rio) exagerado, bueno, me doy prisa, que si no dices luego que llego tarde

-. Ahora nos vemos

Tras eso no pude evitar buscar en el teléfono a Eva, tanto en el wassap como el facebook, cosas que tenía bastante abandonadas en Barcelona y desde que había llegado, haciéndome más fácil, superar el no estar con ella, para mí, el amor de mi vida, pero parece, que yo para ella, no lo era. Me quede un rato grande mirando su perfil en el wassap, embobado y pensando que estaba muy guapa, su estado era muy antiguo y decía: “no me pasa nada, solo necesito tiempo para estar bien”, en su foto estaba sonriendo, pero me pareció que mientras ella sonreía, sus ojos lloraban, aunque pensé que todo era cosa mía, solamente.

Luego perdí un rato mirando su facebook intentando saber algo sobre su vida actual, pero claro, no podía saber nada, maldita costumbre que ella tenía de no poner nada de su vida en internet, quizá eso le daba más valor a estar en su vida, pero para el que no lo estaba, era más duro no poder saber nada de ella, en las fotos con sus amigas estaba genial, aunque en todas sonreía, seguía pareciéndome triste, pero no creía que lo estuviera realmente, porque ni siquiera me había escrito, ni tenía un me gusta suyo en facebook, era como un fantasma, desde hace once meses no sabía absolutamente nada de ella, eso me había ayudado mientras estuve ocupado en Barcelona, pero ahora que tenía tiempo para pensar, me mataba.

Tras eso, unos golpes en la puerta del baño, me despertaron de mi trance, era mi hermana protestando diciéndome que si me había mudado al baño, que me saliera ya, que tenía que usarlo. Termine de arreglarme con las protestas de mi hermana y los golpes en la puerta, mientras pensaba como por solo una frase había vuelto a caer en lo que sentía por ella, pero claro, en todo este tiempo no es que hubiera tenido mucho tiempo para pensar en ella y tenía que hacer lo mismo, porque seria muy duro volver a llevarme un no, de sus labios y si ella no había vuelto a mi después de lo que hablamos la respuesta seguiría siendo no.

Salí del baño, con el pelo de punta y vestido totalmente vaquero, con pantalón vaquero, camisa vaquera y chaqueta vaquera, al abrir la puerta mi hermana me arrollo para entrar, pero la detuve para decirle: ¿Qué tal estoy? Ella mientras protestaba por no dejarla pasar argumentando que se meaba encima me respondió: muy vaquero. Mientras yo la soltaba y pensaba que era una gran ayuda, me empujo prácticamente para echarme del baño para poder cerrar la puerta y se encerró en el.

Mi madre no estaba en casa, cene algo ligerito y luego tras cepillarme los dientes, entre en el cuarto de mi padre tras llamar, viéndolo sentado en el sillón, con su mini tele jugando a la PlayStation 3 y le dije:

-. Me voy gordo

.- ¿adónde vas?

-. A darle un susto de muerte a mis amigas de Chiclana

.- (mi padre rio por mi ocurrencia) ten cuidadito, ¿vale?

-. Si, sabes que siempre lo tengo, hasta luego, papa

.- Pásalo bien, adiós

Me gustaba en parte la sensación de que alguien se preocupara por mí, era algo que en Barcelona no me pasaba muy a menudo, aunque a ser sincero no me hacía mucha gracia dejar a mi padre en esta situación, tan solo jugando a la consola todo el día y todos los días, tenía que buscar una solución para eso, no era bastante sacarlo de casa una o dos veces por semana. Baje media hora después de la hora indicada y aun tuve que esperar un cuarto de hora más, de todas formas era algo que ya sabía, al llegar me monte en su coche de copiloto y le dije: llegas tarde

.- Bueno, antes tardaba tres horas (dijo riéndose)

-. Eso sí, has mejorado, pero tarde, sigue siendo tarde (dije sin seguirle la broma, aunque sabía que el solo se reiría)

.- ¿adónde vamos?

-. Al Soho

.- ¿Estarás deseando ver a las gemelas, no?

Yo asentí por toda respuesta, siempre me habían gustado Macarena y Margarita, más Macarena físicamente y Margarita de forma de ser, siempre pensé que si las convirtiéramos en una, serian el amor de mi vida. Hasta que conocí a Eva, Eva les daba diez mil vueltas en todo, yo con las gemelas estaba a gusto pero es que con ella me sentía en la gloria.

Pero eso era algo que pasaba de contarle a Abel,  para empezar a Eva tenía que superarla de nuevo, quizás las gemelas eran las únicas que me podían hacer pensar un poco en otra cosa que no fuera el verdadero amor de mi vida, ya que trabajar aquí era misión imposible. Tenía ganas de llegar a Chiclana de ver a Héctor, que aunque no habíamos tenido nunca una gran amistad, siempre lo habíamos pasado bien bromeando juntos, Irene que siempre hubo una tensión sexual no resulta muy interesante, aunque ambos sabíamos que nunca pasaría nada entre los dos y mis adorables gemelas, la segunda y tercera persona más importante de mi vida.

Durante un tiempo Abel fue mi mejor amigo, hasta que me di cuenta que solo me sangraba como a los demás, por el camino hasta la gasolinera me estuvo contando que se había metido en una escuela taller que le pagaban cada mes, unos cuatrocientos euros y me pregunto si yo estaba forrado, ¿Qué cuanto había ganado en estos seis meses? Justo cuando paro en la gasolinera.

-. Poco, no tanto como creía (mentí, para que no me sangrara)

.-  Bueno, seguro que más que yo tienes, yo voy a poner diez euros de gasolina, ¿pones tú los otros diez?

-. Está bien, aquí van mis diez, quizá algo más.

.- Y aquí los míos, ahora vuelvo

El se fue a pagar la gasolina para poder echarla luego, mientras él hacia eso, veía como los del grupo de wassap seguían intentando encontrarse dentro de la zambomba, seguro que estaría lleno de gente, pero eso no me preocupaba, hasta que una idea paso por mi mente como si un rayo pasara entre las nubes, ¿estaría Eva en el Soho?, no, seguramente no, ella era muy vivaracha, pero, siempre le daba coraje tener que conducir después de tanto trabajar, hasta tan lejos, sin duda no, no estaría, eso en parte me apesadumbro y en parte me dejo más tranquilo.

Al darme cuenta que estaba volviendo a pensar en ella, sacudí mi cabeza, justo cuando entraba Abel en el coche y el mismo que empezó a mirarme raro.

-. ¿Qué pasa? (le dije sintiendo vergüenza, por su mirada)

.- no me preguntaba, ¿Qué te pasa? (contesto riéndose como siempre)

-. Nada, un pensamiento recurrente (dije, para no tener que dar más explicaciones)

.- eso son los peores, ¿no has pensado que quizás si esta en tu mente, será por algo? (lo dijo con su típica sonrisa)

Mientras empezaba a dar marcha atrás, para enderezar el coche, cambiar de marcha para ir hacia delante y volver a la carretera, me había dejado callado, pensando: eso ¿si está en mi mente, será por algo? O solo no la había olvidado y ahora que tenía tiempo y estaba en un sitio donde todo me la recordaba,  me moría por volver a verla, con eso me bastaría, aunque también tengo que admitir que sentía esto mismo, cuando me dejo, entonces su teoría no tenía sentido.

-. ¿Cuánto tardaremos? (pregunte para desviar el tema)

.- unos cuarenta minutos más o menos, a menos que me ponga a correr que entonces veinte minutos mal contados (poniendo la opción de correr, lo que él estaba deseando por delante)

-. Déjate, prefiero llegar tarde y sano, que matarme por la carretera.

.- Tu siempre igual (dijo riendo)

De camino estuvimos hablando de los únicos temas que le interesaban a Abel, coche y mujeres, yo intentaba llevar el tema sobre coches, aunque no es que ese tema me interesara mucho, yo quería comprarme un Peugeot 208, el un coche más potente, yo si tuviera dinero un Audi a4 cabrio y el sobre mujeres,  menos mal que me hablaba de las gemelas y no de Eva, aunque por un lado las gemelas me recordaba a Eva, ya que ella también tenía una gemela.

Cuando me di cuenta ya habíamos llegado al Soho, estuve mirando el contador todo el camino y me hizo caso, se contuvo a la hora de la velocidad, entre que aparcamos y todo, eran la una, de la mañana, estaba cansado, pero al menos había podido dormir bien, hoy. Nos pusimos en camino a la entrada del Soho, había una pequeña cola, esperamos media hora más para entrar y al llegar, nos pidió cinco euros con una consumición, normalmente Abel me daba la entrada y a cambio la pagaba yo, pero para mi sorpresa, esta vez fue distinto, cada uno pagamos lo nuestro y entramos.

El Soho estaba construido completamente en madera, era como una cabaña de madera, decorado como un pub, más que una discoteca, tenía una pista de baile en el centro, con una mesa para apoyar el vaso en cada esquina, una barra gigante con muchos taburetes, una zona de sofás a la izquierda y una terraza cubierta afuera, en la parte de la barra detrás los servicios y menos mal que había ido muchas veces en el verano de hace dos años ya, porque era imposible ver nada de eso, ahora estaba tan lleno, que alguna gente llegaba con la espalda hasta el portero, normalmente no me metería en un local tan lleno, pero ahora mismo necesitaba desconectar un poco, así que mire a Abel y con un gesto de cabeza, los dos nos abrimos camino pidiendo paso entre la gente.

Fuimos caminando hacia donde sabíamos que estarían nuestros amigos directamente, la barra, podían haber cambiado muchas cosas, pero ese detalle seguro que no sería una de ellas. Efectivamente poco después de empezar a buscar allí estaban de espaldas pidiendo en la barra, me situé a un lado en el que no pudieran verme y llame al camarero, que entre tanta gente tardo un poco en hacerme caso, tras la espera, cuando conseguí que el camarero me hiciera caso.

.- Hombre, ¿Cómo tu por aquí? (me dijo el camarero, dejándome sin saber que decir, pues yo no lo recordaba a el de nada)

Guarde silencio intentando inútilmente recordar quién era

.- ¿tu venias hace un par de veranos aquí, ¿no? (sonrió al ver que no me acordaba)

-. Mmm…si ¿y de que te conozco? (pregunte yo, aun más interesado en saber quién era)

.- Pues yo era el que te atendía, lo que pasa que bailabas tan bien, que se me quedo tu cara (nada mas decirlo mi cara se alivio, pensando y como querías que me acordara, hombre)

-. Dios pues mira que vine veces y me sonabas de algo, pero no terminaba de caer (mentí para no parecer desagradable)

.- Mira que calladito se lo tenía ¿y cómo llegabas aquí? (pregunto Abel)

-. Me traía Lázaro mi profesor de baile

.- Claro, venias siempre con él, los martes, bueno estoy un poco hasta arriba, hoy ¿Qué querías? (aun habiendo contratado un par de muchachas no daban a basto)

Los martes de verano, venia buscando a Eva, fue cuando empecé a fijarme en ella, que pensaba que me la podría encontrar un día para bailar con ella por algún sitio donde fuera Lázaro y para charlar, ya que en clase apenas nos daba tiempo de nada, uf, me estaba empezando a agobiar, tenía que pensar en otra cosa, ya pero ya. Abel me dio un golpe haciéndome volver en mí mismo y me repitió…

.- Qué dice el camarero, que si querías algo más a parte de saludarlo.

Claro que quería algo mas, no quería saludarlo, ni si quiera lo recordaba.

-. Perdona, estaba distraído, ¿ves esas dos chicas gemelas, esa chica del pelo rizado y ese chico moreno alto?

El camarero miro dos o tres personas más allá y reconoció al grupo del que yo le hablaba, Ya que asintió. Le puse sobre la mesa veinticinco Euros y a continuación le dije:

-. Ponles lo que quieran de beber y diles que es de parte de un chico, que está en la barra tomándose una cerveza y por cierto ponme una cerveza

.- a mi ponme ron con coca cola (dijo Abel con su sonrisa y la entrada en la mano)

.- ¡Marchando! (contesto el camarero)

Cuando se fue a servirnos a nosotros

.- ¿en qué pensabas antes?, pusiste mala cara (pregunto Abel)

-. El pensamiento recurrente, no deberías de beber

.- Venga ya, cuando nos vayamos ya se me abra pasado… ¿pero ese pensamiento es sobre ese verano verdad?

No recordaba ya cuan cotilla podía ser Abel, conociéndole no pararía hasta que me lo sacara, pero no se lo pensaba poner fácil, el camarero nos puso lo nuestro y fue a servir a las chicas, iba a contestarle a Abel cuando…

.- ¡¿Dani?! (Una voz que me sonaba de algo, me hablo por el lado contrario por el que estaban las chicas)

Me gire para ver quién era y al ver quien era no se qué cara puse, solo sé que mis pensamientos empezaron a correr por mi cerebro, mi corazón a latir aceleradamente y mis ojos buscaban entre la gente.

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