Capitulo 10: “Soledad”

                Me desperté por el sonido de mi móvil que me estaban llamando, estaba de lado tal y como me había acostado,  pero ahí faltaba la cosa más hermosa que esperaba ver al despertar, Paola.

Cogí el móvil un poco adormilado y confundido por la falta de presencia en la cama de Paola,  mire con la vista aun borrosa quien me llamaba, mientras caía en la cama otra vez,  conseguí ver con mucha dificultad el nombre Isa.

Axel: dime, Isa.

Isa: hola Axel, me tienes abandonada.

Axel: si perdona, he estado muy ocupado.

Isa: ¿Cuándo libras?

Axel: esta noche.

Isa: ¿salimos juntos?

Axel: no se, que hare, tu ve al Diávolo esta noche con tus amigos y amigas, si salgo nos encontramos allí.

Isa: bueno, vale, ¿repetiremos lo del otro día?

Axel: si voy, quien sabe.

Isa: te noto cansado, ¿estás bien?

Axel: si, es que anoche salí ¿Qué hora es?

Isa: las 10

Axel: gracias por hacerme de despertador, nos vemos esta noche.

Isa: ¿adónde vas tan temprano?

Axel: al gimnasio

Isa: ¿puedo ir?

Axel: claro, nos vemos allí dentro de 30 minutos.

Isa: ¿a cuál vas?

Axel: al Gimnasio que está en la calle Goya

Isa: allí nos vemos.

Axel: hasta ahora.

Me asee en el baño, me puse la ropa de gimnasio, me lleve una pequeña maletita con agua, un par de toallas, champú, gel y bebida isotónica, por el camino llame a Paola, pero nada no me lo cogía, le mande un mensaje de texto: Paola, ¿Dónde estás? Te veo en el gimnasio.

Al llegar a la puerta del gimnasio, estaba Isa vestida con un mini short blanco y un top ajustado blanco, nada mas verme me dio un medio pico y mientras se ataba los cordones de los tenis, a la vez que yo me fijaba en que debajo se le marcaba un tanga negro, pero ningún tipo de sujetador, me dijo.

Isa: ¿Cuántas horas has dormido?, que se te ve con muchas ojeras...

Axel: creo que unas 4.

Isa: (sorprendida) ¿aguantaras el gimnasio, trabajar y salir por la noche?

Axel: si, soy más duro de lo que aparento.

En ese momento se me abrazo alguien por detrás, rodeándome el cuello con sus brazos y me beso el cuello, al mirar hacia detrás era Simona, que venía con trenza y mallas colombianas,  que con eso marcaba todo su cuerpo el cual era espectacular la verdad y en ese momento comenzó las tensiones típicas.

Isa: ¿Quién es esa?

Simona: huy, cada día te veo con una nueva ¿y Paola?

Axel: venga tranquilas chicas, Ella es Simona, una amiga, ella es Isa un rollete y Paola...

Mire triste hacia abajo, cabizbajo, poniendo un pucherito en los labios y con ganas de llorar con los ojos brillantes como el cristal.

Axel: ella...creo que no vendrá hoy.

Isa: oh pobrecito, no te pongas triste por ella (mientras lo abrazaba, todo hay que decirlo, para aprovechar la ocasión)

Simona: bueno solo amigos... porque tu quieres.

Paola: ¿quien dice, que no vengo?

Yo parecía antes de la llegada de Paola una llama a punto de apagarse, al llegar ella, siguió dándole la espalda mientras se secaba las pocas lágrimas que habían brotado con disimulo, mientras sonreía, volvía a su actitud “dura” se dio la vuelta y le dijo:

Axel: creía que ya no venias

Paola: recibí tu mensaje, Axel, ¿no estarías llorando verdad?

Axel: no... Nada de eso, ¿Dónde estabas?

Paola: con un amigo por ahí.

Axel: ya veo, ¿entramos?

Paola venia con un minivestido azul cortito y apretado, maquillada, perfumada, vamos, como si viniera de paseo, yo sabía que ese amigo era más que un amigo, pero bueno, me calle y seguí la corriente sabiendo que para ella, yo solamente, era uno más.

Isa: venga, vamos.

Simona: ¿a que esperamos?

Paola: para eso he venido.

Las deje pasar primero como caballero que soy, según el espejo aun tenía los ojos algo rojizos,  primero paso Paola, intercambiamos una sonrisa yo con pocas ganas la verdad, luego Simona, que al pasar me acaricio la cintura y yo a ella le di una torta en el pompis, que apretado y blandito lo tenía, por último paso Isa que me hizo una caricia en la cara y me susurro al oído: no te preocupes, guardare tu secreto.

Estuvimos en el Gimnasio repitiendo el proceso de ayer, pero esta vez siendo mas, hoy las 3 me pedían más ayuda que de costumbre, no sé si es que competían entre ellas, si estaban revoltosas o cachondas, pero lo que estaba claro es que buscaban rozarse conmigo, que las mirara, estaba tan acompañado y tan solo a la vez.

La única conversación importante fue hablando de esta noche, por el resto, cada una hablaba de su oficio, Simona dándole vueltas al tema y nunca dejando claro que es, Paola, contando su trabajo de estilismo con muchas complicaciones y Isa, que trabajaba de dependienta,  de moda, de bikinis para ir a la playa y de si el monitor estaba bueno, que si un culturista estaba bueno, que si un gordo era gracioso...

Simona: bueno Axel, hoy quedaras conmigo, ¿no?

Axel: eh... si, imagino que sí.

Simona: bueno, si no tienes ganas o tienes planes mejores yo lo comprendo.

Axel: no, mujer no es eso, contigo está bien.

Isa: ¿puedo apuntarme?

Axel: no se, pregúntale a ella, es que a ella se lo prometí antes que a ti.

Isa: ¿puedo?

Simona: claro, cuantos más, mejor. Pero un dia me lo debes a solas Axel.

Axel: vale, tranquilas que ahí Axel para todas.

Era una broma, todas se lo tomaron así, excepto Paola.

Paola: pues yo he quedado con mi amigo, ya te daré el día de la apuesta, el domingo, ¿vale?

Axel: vale...

Esto era “fantástico” hoy no la veía, ni siquiera sé si coincidiríamos en la cama.

Axel: ¿vendrás a dormir?

Paola: aun no sé.

Era obvio que yo le daba igual, que era menos que uno más, solo un plato segundario, que no se comía solamente cuando no tenía nada más que llevarse a la boca, tras esto, habíamos acabado el entrenamiento, como estaba rallado sin despedirme de nadie, dije algo borde.

Axel: me voy a la ducha

Las 3 se quedaron mirándome, lo vi por el espejo, mientras que me iba a la ducha, me lleve 15 minutos desnudo disfrutando del agua calentita con los ojos cerrados y pensando, en si la había cagado yo, si la había cagado ella, pensando en si simplemente estaba perdiendo interés porque ya me tenia, hasta que llegue a una conclusión, que si ella aparecía esta noche en la discoteca, me tenía que ver pasándomelo bien sin ella y rodeado de mujeres.

Abrí los ojos de par en par al notar un beso en la boca, en ese momento vi a Isa metida bajo el agua, con su vestido blanco viejo mojado, se le transparentaba el sujetador color carne y el tanga color carne también, cuando dejo de besarme fui a hablar, pero.

Axel: ¿por...

Me volvió a besar callándome, yo empecé a seguirle el beso, le cogí el culo y en ese momento se separo de mí.

Isa: si quieres más, ven esta noche.

Mientras se iba, ante la mirada sorprendida de un par de chavales desnudos en el vestuario, uno de ellos me hizo la señal del okey y el otro miro para abajo haciendo un movimiento de extrañeza de hombros, ella al pasar por su lado ni los miro, a pesar de estar más en forma que yo.

Me enjabone bien enjabonado, salí desnudo al vestuario, me seque con la toalla, me cambie, me puse guapo porque ahora iba a ver a Didiana, que ayer habíamos quedado, al salir, las 3 se habían ido, Isa imagino que para secarse y cambiarse, Simona porque tarde mucho y Paola porque habría quedado.

Mire mi móvil y vi 2 mensajes solamente, el primero era de Isa: “me voy a secarme, guapetón, no llores mas, por una chica que no te quiere”; Simona: “nos vemos esta noche, tengo que trabajar cielo”. Paola ni siquiera un mensaje, pocas veces he tenido esta sensación rodeado de gente, de sentirme súper solo, estando tan acompañado, la verdad me entraban ganas de apagar mi móvil y ocultarme del mundo un día entero, pero tenía responsabilidades, no podía hacer eso.

Bueno algo triste, me puse camino de casa mi ex, llegue, pulse la tecla de su telefonillo y sin hablar, me abrieron, eso me hizo gracia pensé que me estaría esperando desnuda o algo así, con alguna locura preparada.

Subí en el ascensor, la puerta al tocar, estaba abierta, cerré tras de mí,  avance hasta el cuarto de Didi y al verla, llevaba la ropa de la primera vez que salimos de fiesta juntos una falda de vuelo negra y una camisa blanca.

Axel: huy, ¿qué es esto?

Didi: bueno, si vamos a hacer algo, que nos quedo pendiente siendo novios, mejor ser novios mientras lo hacemos, ¿no?

Axel: si, supongo que sí.

Vine con ganas de estar un rato con ella, de charlar, pero ella había conseguido animarme, bueno a mi no, a mi amigo del piso de abajo, pero si quería poder estar con ella bien, debía olvidarme de todo y recordar el pasado.

Didi: hola cari.

Axel: hola nena.

Nos metimos un muerdo de los que nos metíamos cuando éramos pareja,  sus manos fueron a mi cuello y las mías a su cintura, no sé cuánto tiempo estuvimos ahí, pero me dieron los mareos que me daban al tener mucho tiempo la cabeza inclinada

Didi: ya echaba de menos estas cosas.

Axel: y yo.

Nos metimos un muerdo con más ganas, ahora comenzamos con las caricias sin prisa, pero sin pausa.  Comencé a besarle el cuello, el escote, abriendo botón a botón, mientras que ella me acariciaba la nuca mi punto erógeno más fuerte, hasta escalofríos me entraban, a cambio yo le mordí una teta de la pasión.

Didi: aish

Al levantar yo mi cara, me agarro la nuca y me metió un muerdo que nuestros dientes sonaron al chocar y aun así, no nos separamos, la cogí en peso por el culo pegándola a mí, ella se agarro con brazos y piernas a mí, me deje caer sobre ella en la cama, ella agarro el botón de mis vaqueros a tientas, yo metí la mano a tientas bajo su falda y le quite las braguitas que ya estaban mojadas.

Separo su boca para decirme

Didi: métemela ya

Pero yo quería hacerla sufrir un poco más.

Axel: aun no

Comencé a refregarle con mis bóxers por su coño, mientras que le volbia a comer el escote, mientras que a tientas intentaba quitarle el sujetador,  ella me quito la camisa, me bajo los vaqueros a tientas y me quito enojada los bóxers diciéndome:

Didi: al menos refriega sin ellos...

Yo le sonreí, ella me sonrió y mientras la besaba se la metí de una, ahogando su grito con mi boca, me dio una cachetada suave de broma diciéndome:

Didi: con cuidado so bruto

Axel: ¿en qué quedamos, quieres pasión o mimos?

Didi: calla, bésame y házmelo.

Comencé a follarmela suavemente mientras que le comía la boca, cambiando cada vez que me parecía el estilo, al principio ella suspiraba, luego comenzó a jadear, comencé a notar como sudaba y gimió por primera vez cuando comencé a comerle los pezones, arqueo su espalda,  anunciando que tenia su primer orgasmo, comencé a aumentar la marcha progresivamente, mientras ahora me centraba en acariciarle el pelo, comerle el cuello y tocarle los pezones.

Ella gimió varias veces y se llevo arqueando la espalda un par de minutos, comenzando por mucho y cada vez más leve, antes de poder preguntarme algo, le tape la boca con mis húmedos y sabrosos besos, evitando que hablara, ambos sonreímos y seguimos follando, al poco me corri yo dentro de ella, tengo que admitir que era buena, no tanto como Paola, en la que consegui solo dejar de pensar mientras follabamos.

Didi: eres bueno, Axel

Axel: tu también eres buena.

Didi: ¿nos duchamos?

Axel: me duchare yo en la otra, que tu madre tiene que estar al llegar y eso le extrañaría menos que vernos en la ducha juntos.

Didi: mmm, ¿repetiremos?

Axel: seguro, preciosa.

Didi: ¿si yo te pidiera y dejara a mi novio, serias solo mío?

Axel: no lo sé, lo pensaría.

Didi: pues ve pensándolo y dame una respuesta antes de dejarlo.

Cuando ella se marchaba a recoger su ropa, la agarre por el brazo y cuando me miro.

Axel: perdona hoy no he estado muy puesto, es que he tenido un mal día, te mereces que otro día te heche uno en condiciones.

Didi: ¿enserio? Pues ha sido el mejor polvo que he echado hasta ahora.

Axel: enserio, te debo uno en el colegio abandonado, ¿no?

Didi: hecho.

Recogí mi ropa, me duche, llore en silencio y tras acabar limpito de nuevo, me vestí, me acicale y salí.

Al salir, ya estaba todo preparado, 3 platos, 3 vasos, cubiertos para 3, 3 tapetes, Concha y Didi.

Concha: ¿Qué ya has ido a ver a tus amigos?

Axel: me quedan un par por saludar

Concha: porque no te vas un día con Didi un día y los reunís a todos.

Axel: bueno no todos eran mis amigos.

Didi: además ellos ya no son amigos entre ellos ni míos.

Axel: eso es una pena la verdad, con lo bueno que es tener una panda desde críos.

Concha: ¿a que si?

Didi: bueno, pero que le hago... los grupos se separan.

Axel: si es cierto, en Cádiz eso también pasa.

Didi: bueno ¿te iba mejor ya en Cádiz?

Axel: no... Por eso estoy aquí.

Concha: y haces bien, aquí te ira mejor.

Axel: bueno, por ahora me va a mejor, espero que no sea algo pasajero.

Didi: tu se positivo y te ira mejor.

Axel: eso espero.

Concha: ¿Qué tal ayer en el trabajo?

Axel: horrible, se han puesto mal las dos camareras y yo ocupo todo el turno

Didi: siento oír eso, ¿y no han contratado a nadie?

Axel: no, se creerán que yo sea “súper Man” o algo así.

Didi: ¿y porque no te quejas?, te vas a deslomar

Axel: bueno, porque espero un ascenso y entonces no me puedo quejar, no te preocupes soy más duro de lo que parezco.

Concha: ¿si quieres hablo con ella y te ayudo?

Axel: no gracias por tu oferta, pero quiero conseguirlo yo solo si puede ser.

Concha: comprendo, eso te honra, pero si me necesitas aquí estoy.

Didi: si nos necesitas aquí estamos.

Axel: gracias, las abrace.

Concha miro a su hija con satisfacción al ver que había conseguido lo que quería con ella,  reavivar su amor por mí, quizás fuimos unas marionetas en su dulce juego, nunca debí entrar en él, pero bueno, la tentación era mucha.

Concha: Didi, lleva las cosas a la cocina, por favor.

Axel: yo la ayudo.

Concha: no, contigo quiero hablar.

Me senté, cuando Didi nos dejo solos, porque estaba fregando, Concha se encendió un cigarro y me dijo.

Concha: te veo tristón, hoy.

Axel: bueno algo que no salió bien, hoy.

Se tomo unos segundos para hablar, hizo un par de caladas y solo entonces hablo.

Concha: si te sale mal ese algo, ya sabes que tu destino está aquí, esperándote.

Axel: si... ¿sabes que tu hija puede salir dañada, de esto, no?

Concha: el que no arriesga no gana y hace años me di cuenta de una cosa, tu algún día serás grande.

Axel: ¿eso crees?

Concha: si, tienes fuego en tu mirada, veo la mirada de un tigre dormido, cuando se despierte del todo, lo que quiera que sea para ti, será tuyo.

Axel: ¿y cómo hacer despertar algo dormido, dentro de uno?

Concha: ha eso tienes que averiguarlo tu mismo.

Tras eso era ya hora de irme.

Axel: bueno, Concha gracias por todo ya nos veremos

Concha: ¿quieres que te acompañe Didi?

Axel: no, hoy prefiero ir solo, Didi hoy pasare por aquí para darte lo que te debo.

Didi: va... vale.

Realmente me apetecía estar solo un rato pero le dije que no sobre todo porque no salió de Didi, si no de Concha, me despedí de ambas con 2 buenos besos y un abrazo, tras eso me fui.

Para empeorar la situación, me encontré al girar la esquina de cara con Paola y su “amigo”, era el puto camarero, estaban cogidos de la manita, Paola al verme, lo soltó y me abrazo.

Paola: hola, Axel.

Axel: hola, Pao...

Paola: tienes mala cara, ¿estás bien?

Axel: estoy bien, ¿no me presentas a tu amigo?

Paola se lo pensó un segundo

Paola: no, mejor no.

Axel: ¿Por qué no?

Paola: prefiero que no os conozcáis.

Axel: como quieras.

Paola: ¿nos vemos esta noche?

Axel: ya veremos, bueno tengo que ir a trabajar.

Cuando intente soltarme de su abrazo, Pao me miro suplicante agarrándome fuerte, yo me quite un poco de malas maneras, a lo que ella respondió con lagrimas en los ojos, pero si no, no había forma humana de quitarme me di la vuelta para largarme, cuando escuche que el tipo le decía.

Camarero: ¿Quién es ese capullo, que te trata así?

Me di la vuelta, fuera de mi mismo, Paola se metió en medio.

Paola: no se lo tomes en cuenta, por fa, hazlo por mí.

Axel: agradécele a ella, que no te parta la cara, porque poder, puedo.

Me di la vuelta, pero el tipo quería hacerse el gallito delante de ella o lo que sea y no paro.

Camarero: venga, pártemela gallito.

Lo mire de reojo con una de mis miradas que dan miedo, apreté los puños, ante los insultos que me dedico mientras me marchaba, ante la atónita Paola.

Aunque me fui andando más chulo que un ocho, quedando fatal ante la gente que me miraba y que escuchaban gallina, mucho hablar y poco hacer, etc., en realidad estaba llorando.

5 minutos nada más de irme, Paola me llamo, pero le colgué, luego me volvió a llamar justo antes de entrar a trabajar los dos, le volví a colgar y me mando un mensaje: “te espero luego a la hora de comer, en el parque que hay detrás del mesón”.

Yo no le conteste, entre a trabajar, que hoy también estaba yo solo, hable con Antonio, para que me hiciera un favor.

Axel: Antonio ven a relevarme en la hora de comer, por favor.

Antonio: venga, te echare el cable.

Axel: gracias es que tengo cosas que hacer a esa hora

Antonio: cuídate, tienes mala cara.

Axel: bueno, todo irá bien cuando vuelvan mis compañeras.

Esta vez se quedo Antonio todo el tiempo conmigo, facilitándome 1/3 del trabajo, algo era algo, la cosa mejoraba al menos por un ámbito, atendí muchísima más gente que ayer, a todos los jóvenes los envié al Diávolo esta noche, iba a comenzar a levantar la única discoteca del pueblo, aunque todavía no estuviese trabajando allí.

Antonio: ¿te pagan algo por hacer promoción?

Axel: la semana que viene voy a empezar a trabajar allí

Antonio: ¿de qué?

Axel: de organizador sobre todo.

Antonio: ¿no será mucho?

Axel: será como tener una discoteca para mí, así que realmente es lo mismo que salir de fiesta.

Antonio: bueno si lo miras así... mira un cliente te llama.

Estuve de aquí para allá, hasta las 4 y media de la tarde, que tenía mi hora libre, aun me lo pensé, si ir o no ir, lo que me había hecho hoy, me había destrozado el corazón, aunque pensando lo de ayer, en ningún momento dijo que éramos novios ni nada de eso.

La verdad está mal que hiciera esto, pero, lo tire a suertes en una moneda, para dejarme llevar por el destino, no se me ocurrió ninguna manera mejor de decidirlo y mi destino hablo por mí, cara iba, cruz no iba y salió cara.

Lo hice así porque estaba hecho un lio, así que me puse en camino, yo no sabía si ir o no ir, mire a la moneda de camino y le dije:

Axel: si todo sale bien seras mi moneda de la suerte, si no te tirare o te gastare como las demás.

Al llegar, vi a Paola llorando encogida en un banco, bajo la sombrita de las palmeras, aunque no daban mucha que se diga.

Axel: ¿Qué te pasa, Paola?

CONTINUARA...