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Mundo Paralelo 11 Parte: 1

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Mundo Paralelo 11      Parte: 1

 

            Notaba el calor del fuego calentando mi cuerpo, olía el olor a carne en su punto y desde una distancia considerable, escuchaba una encarnizada batalla no muy lejos de donde estaba. Aun no podía ver, ni moverme, ni hablar, pero si puedo decir que me parecía a pesar de que era algo intermitente, que tenía la sensación de tener hambre. Tras un tiempo que me era imposible determinar con exactitud, el sonido de batalla ceso, la carne paso a oler ligeramente a carne chamuscada y escuche pasos acercarse a mi posición.

-          Vaya estas de nuevo por aquí, esta vez te estabas tardando, ya pensaba que no volverías y te echaba de menos (Dijo la voz que siempre escuchaba en este extraño sueño)

-          … (Intente hablar pero fue inútil)

-          Oh, si eres capaz de sonreír y todo, que mono, estas tan grande y crecidito ya (Dijo pareciendo emocionado)

-          … (Lo volví a intentar, para ver si conseguía abrir la boca y emitir algún sonido, pero nada)

-          Me gustaría saber que mas puedes hacer, pero imagino que aun no puedes contestarme, no te fuerces, eres como un bebe, así que ahora eres blandito (note que me tocaba un poco, haciéndome sentir extraño, aunque note que no me tocaba a mi directamente, había algo por medio)

-          … (Nada, por más que lo intentaba no salía nada por mi boca)

-          Entonces tu tranquilo, hablare por los dos hablar eso se me da bien… ¿sabes? Estaba luchando con unas aves que querían comeros, si comeros, ya no estamos solos, creo que se está formando aquí al lado una amiguita, para ti. (Me dio unos segundos para asimilar sus palabras o quizás ver el gesto que ponía)

-          Si, no te sorprendas, ha aparecido otra planta: “huevo de carne” esta mañana aquí a tu lado, desde la misma planta, felicidades, vais a ser mellizos,  no sé qué estás haciendo en la prueba pero sigue, para solucionar todo lo que pasa en este mundo, necesitaras aliados de confianza y solo podrás fiarte de los que vengan contigo. (Volvió a darme unos instantes, para pensar en sus palabras)

-          Vaya la carne, se nos ha quemado, eres un mal ayudante de cocina, se lo daré a la recién nacida, Shhh no seas chivato y no se lo digas, para nosotros tengo una idea mejor, ¿Qué te parece el pájaro a la brasa? Espero que te guste (Se puso a hacerlo)

Escuche como trabajaba en ello y mientras me iba relatando como iba desplumándolos con su sonido característico. Luego me empezó a narrar como eran y lo que pesaban así a ojo más o menos, me dijo que no me preocupara que sabían a pollo y luego mientras los cocinaba…Me conto su propia receta y como había luchado contra ellos sin recibir más que unos ligeros rasguños. Más tarde cuando termino de cocinar, deje de sentir hambre de repente y él me dijo como una orden, que nos fuéramos a dormir y eso hicimos.

Desconocía el por qué pero sus órdenes eran imposible de resistir para mi, aunque pensándolo bien, era normal que me durmiera ya que el único sonido que escuchaba de fondo era su fuerte respiración mientras se dormía. Y el fuego crepitante en descenso que tenía una melodía casi hipnótica, llevándote a eso, finalmente a dormirte y como no veía nada, pues era fácil aburrirse acabando por eso, por entrar en el sueño. Pero como siempre el sueño aquí no era sueño, era como caer infinitamente hacia otro lugar,  fue como si mi corazón enlazara con otro lugar y de repente…Abrí los ojos, estaba sentado en una silla en una sala que no conocía, muy cómoda por cierto, con el sénior delante.

-          Buenos días, Carlos (Dijo el sénior de manera amable)

-          ¿Buenos días? … ¡Señor! (Me puse firme, hice el amago de llevar mi mano a la frente; pero no pude moverme estaba atado)

-          Ah, ya as despertado, ¿Qué dónde estabas? (Pregunto con sincera curiosidad)

-          En otro mundo, parece ¿Dónde estoy, que ocurre? (Pregunte aun confundido)

-          Estas en mi cuarto, ¿te gusta? (dijo mirando a nuestro alrededor solo con los ojos, sin girar la cabeza)

-          Es bonito, pero, ¿qué hago aquí? (Dije sin mirar más que lo que tenía delante)

-          Bueno, Fernando insistió en atarte, según él eres peligroso, te encontramos ayer en el sótano (Se excuso, demostrando que sentía algo de culpabilidad por tenerme atado como un animal)

-          Veras cuando llegue Sindy, se pondrá como loca (dije mirando la situación)

-          Es de inteligentes evitar problemas, suéltalo, Pérez (ordeno el sénior)

-          Sí, señor, con gusto (Este obedeció de inmediato, mirando aterrado hacia la puerta; esperando que Sindy apareciera y le machacara la cabeza)

-          Gracias, Pérez (Agradecí, mientras me masajeaba las muñecas)

-          De nada, es un placer obedecer las órdenes del hombre que más admiro (Dijo mirando al sénior con casi un fanatismo total y absoluto)

-          No te agradecía esto, te agradezco el haberme salvado en el campanario (explique, mientras que me ponía cómodo en la silla)

-          Bueno, no me lo agradezcas fui obligado, no hubiera ido si por mi fuera, gracias a ti por salvarnos a todos (Se explico y me agradeció)

-          De nada, cualquiera lo hubiera hecho (sonreí mientras lo decía)

-          ¿cualquiera? No. Cualquiera no hubiera podido, amigo (sonrió devolviéndome la sonrisa)

-          Pase muchas penurias (Me quite protagonismo)

-          Sí, pero lo lograste y tu solo, sin entrenamiento, estando herido y sin buenas armas (Dijo otorgándome mas)

-          No fue nada (Estaba colorado de que pensara que era una hazaña)

-          Eres muy humilde (comento, sonriendo por mi cara de avergonzado)

-          ¡¿Qué está pasando aquí?! ¿Qué hace “demolition man” suelto? (Protesto Fernando, nada más entrar dando un portazo desagradable tras él)

-          Oso de peluche (reí mirándolo con cierta mirada de rival)

-          Muy gracioso (Dijo sin sonreír lo mas mínimo)

-          Se lo ordene a Pérez, aquí no quiero problemas con Sindy (Dijo el sénior)

-          ¿usted también? (Dijo molesto de que nadie le apoyara contra ella)

-          Si, esa jovencita me tiene embaucado (Se atuso la barba)

-          Vale, ya solo falta ella, Pérez, ocuparas el puesto de González en el consejo, hasta que este se reponga (Ordeno, con cierta malicia pues algo estaba planeando)

-          ¿y eso por qué? (Protesto Pérez)

-          Porque tú fuiste y viste lo que paso (Explico molesto por tener que hacerlo)

-          ¿”demolition man”? Viste muchas películas Fernando (Protesto riendo el sénior)

-          No, fue tal que así, lo vi. (Dijo molesto, de que no le creyera)

-          Más bien soy el de jungla de cristal, yipicaeye (bromee haciendo como que tenía una pistola en la mano y le disparaba a Fernando, ganándome una mirada de reproche de Fernando y haciendo reír a los otros dos, sobre todo al sénior)

Al poco llego Sindy que me dio dos besos al llegar y me susurro: “¿Qué paso?” a lo que conteste: “una larga historia”

-          Bueno, para empezar tenemos que hacer tres juicios contigo, los haremos en este orden: primero: Juicio de bienvenida, Juicio de sueldo y juicio de castigo, ¿entiendes? (Me comunico Fernando)

-          Si, para ver si me quedo, si me quedo cuanto pagarme y por colarme en el sótano, ¿no? (Conteste a su pregunta, de la forma más inteligente posible)

-          Exacto, pues procedemos con el primero, cuéntanos toda tu historia (Exigió Fernando)

-          Tomen asiento es un relato largo (Comente a Sindy y al Sénior, más que nada)

Los tres me hicieron caso, aunque Fernando muy a disgusto y conté toda la larga travesía que trace desde el día del libro en la casa de los espejos hasta aquí, con mis idas y venidas de mundo y el tercer mundo, que aun no llegaba a entender que significaba todo esto.

-          Mmm…interesante, ¿ese Pedro no será el que destruyo nuestro refugio hace cinco años, no? (Comento Fernando, mas a los demás que a mí)

-          ¿Cómo es? (Pregunto interesada, Sindy)

-          Conozco a su versión infantil, no sé cómo será aquí (me rasque la cabeza)

-          Descríbelo (ordeno Fernando)

-          Moreno, blanco de piel, delgado, rasgos asiáticos, obsesión con todo lo asiático y lo gótico, reservado y siempre lo mira todo, pero no dice nada. (Describí, todo lo que recordaba de él, de momento.)

-          ¡Ese es! (Grito Fernando, contento por el primer éxito)

-          Sí, creo que es (dijo Sindy jugando con su pelo; nerviosa.)

-          Y algo me dice que es el chico de la gabardina… ¿Pero por qué ayudarte? (Pregunto el sénior)

-          ¿Quizá se siente culpable por lo que me hizo? (me señale a mí mismo, mas como pregunta lanzada al aire que a ellos.)

-          No creo que se sienta culpable por eso, aquí mato a cien personas en un solo día (Protesto Fernando)

-          No lo veo tan peligroso… (No lo defendía, pero no le veía tan poderoso)

-          ¿peligroso? No, solo atrajo a los monstruos a nuestro refugio (Dijo como si le pareciera que tenía la culpa, en lugar de él)

-          Entiendo. (Dije de forma seria)

-          Que sea su amigo es un punto en contra (Dijo Fernando victorioso)

-          ¿En contra, amigos?  Si lo traiciono, no creo que siga siendo su amigo (Protesto argumentando Sindy para defenderme, gesto que agradecí con la mirada)

-          Créeme, en cuanto me recupere en la vida real lo buscare y le sonsacare que significa todo esto (Hice el gesto de machacarle, desacreditando totalmente su conclusión)

-          Lo veo como un punto positivo (Dijo el sénior)

-          Yo también (Sindy le apoyo)

-          ¿es que nada de lo que cuenta lo veis como algo malo? Puede ser mentira (Se quejo Fernando)

-          No lo es (Dije mirándolo mal)

-          Claro y el ladrón va a decirte, perdona, te voy a robar (Se quejo aun mas, Fernando)

-          Conozco a Carlos, es buen tío (Defendió Sindy)

-          Claro, lo metiste en tu cama (Todos cogimos aire, al ver el gesto de ira de Sindy y la cara de metí la pata de Fernando)

-          Los problemas de pareja, los quiero fuera del consejo, ¿y tu Pérez, como lo ves? (Dijo el sénior en una maniobra de distracción hábilmente ejecutada, preguntándole a Pérez su opinión, ya que este había guardado silencio hasta ahora)

-          Eso, Pérez como lo ves (Dijo sonriendo Fernando, pensando que se iba a llevar a Pérez a su terreno, desconociendo nuestra conversación anterior)

-          Me fio de él (Dijo, haciendo que Sindy que hasta ahora lo miraba con desconfianza le sonriera, que el sénior que ya lo miraba sonriente asintiera, que Fernando abriera la boca sorprendido y dio la respuesta que esperaba, así que solamente suspire más tranquilo.)

-          Vale tres a uno, para declararlo inocente de cómplice de Pedro (Dijo el sénior dando un martillazo, como si fuera un juicio de verdad)

-          Siguiente punto, destruir el campanario (Dijo Fernando, bastante molesto)

-          ¿en serio lo destruyo? (Dijo el sénior riéndose, sorprendido)

-          Hasta los cimientos (Confirmo Pérez, asintiendo)

-          Bueno, pero lo hizo para salvarnos y técnicamente, lo hicieron los monstruos, el solo lo uso como parapeto (Defendió Sindy)

-          No le defiendas (Protesto Fernando)

-          Fernando, aquí todos tienen derecho a hablar, no solo tu (Reprendió el sénior)

-          ¿Qué tienes que decir en tu defensa? (Pregunto Fernando, con la cabeza gacha)

-          No pensé que pudieran cargarse el campanario (Dije en mi defensa)

-          ¿Votos? (Pregunto el sénior)

-          Inocente (Dijo Sindy)

-          Inocente (Apoyo Pérez)

-          Inocente (Dijo el mismo)

-          “Demolition man” (Dijo en tono irónico Fernando, indignado de que pudieran decirme inocente de eso)

-          Deja las películas (Proteste)

-          Culpable (se encogió de hombros y arrugo la nariz, molesto)

-          Vale tres a uno, queda libre. (Dio otro martillazo el sénior)

-          Siguiente punto, colarse en el sótano (Añadió Fernando)

-          Culpable, ¡me robo las llaves! (Me guiño el ojo Sindy de manera cómplice)

-          Lo hizo para resucitar a su amiga, inocente (Defendió el sénior, viendo el guiño de Sindy)

-          Robo unas llaves, culpable (Acuso Pérez)

-          Culpable (Rio Fernando)

-          ¿tu sin motivo ni nada, no? (Pregunte molesto)

-          Para que dar un motivo, eres culpable (me dijo seriamente)

-          Vale, quedas condenado a limpiar los baños una semana (Dio un martillazo el sénior)

-          ¿Qué, esa mierda de asco por ese crimen? (Protesto Fernando)

-          ¿crimen? (Pregunto Pérez)

-          Podemos estar ante un Wecker que ha traído una Tajata ante nosotros, a la vida, ¿y quieres acusarlo de crimen? Lo considero falta leve, no consta para impedir su entrada (Argumento el sénior)

-          Sois demasiado benévolos con él, tendremos problemas luego, por esto (Protesto enfadado Fernando)

-          Cállate Fernando (Ordeno Sindy)

-          … (Callo Fernando, no sin antes poner una mirada iracunda a esta)

-          ¿espera, habéis dicho que lo conseguí? (Pregunte sorprendido)

-          Si, lo conseguiste, luego podrás verla (Me comunico Sindy)

-          ¿alguna objeción para que entre? (pregunto a los asistentes el sénior)

-          No, ninguna (Dijo Sindy)

-          No, ninguna (Dijo Pérez)

-          Si, dos, primero me cae mal y segundo, trajo a dos desconocidos sin permiso (Argumento Fernando)

-          Eso no es motivo, además nos vienen bien los refuerzos, bienvenido (Dio otro de sus martillazos el sénior)

-          ¿Cómo te sientes? (Pregunto Sindy)

-          Tengo una sensación agridulce (Comente con resignación)

-          Está bien…bienvenido (Dijo Fernando obligado por las miradas de reproche de los demás del consejo)

-          Gracias, eso me hace sentirme mejor (asentí un poco aliviado)

-          Siguiente punto, su sueldo (Añadió Sindy)

-          No estaba trabajando para nosotros cuando lo hizo, así que no merece sueldo (Argumento Fernando)

-          Estoy de acuerdo en eso (Dijo el sénior, sorprendiendo a todos, incluso a mí, pero provocando que Fernando sonriera de nuevo)

-          Pero ¿sénior?, ¡nos ha salvado a todos! (Protesto Sindy)

-          Sí, eso sin duda y trajo una caja muy valiosa, que nos servirá de mucho y de hecho, ya nos ha servido para salvar a González. (Contesto el sénior)

-          Pero a costa de un campanario (Se quejo Fernando)

-          Que no usábamos (Añadió Pérez)

-          Pero era nuestro plan C (Protesto de nuevo Fernando)

-          Mientras no falle él A y el B, no tendremos problemas (Comento Sindy)

-          ¿Qué os parece, si le regalamos estos dos cachivaches que miro ayer y lo dejamos así? (Añadió Fernando, sabiendo que no aceptarían menos viendo lo benevolentes que eran conmigo, mostrando las gafas y la pistola, de ayer.)

-          ¿Lo estuviste espiando? (Dijo sorprendida Sindy)

-          Personalmente no (Dijo sonriendo Fernando con orgullo)

-          Ya hablaremos de eso (Amenazo Sindy crujiéndose los nudillos)

-          Uh… (protesto Fernando, sabiendo lo que le esperaba, mientras los demás mirábamos sorprendidos)

-          Bueno, la caja hay que pagársela como si fuera un recolector, el kevlar también, trajo tres supervivientes… (Enumero el sénior mas para sí mismo, que para los demás)

-          Sigo pensando que por lo supervivientes habría que cobrar, no pagar (Protesto como siempre Fernando)

-          La mano humana es muy valiosa en estos tiempos, es lo que más vale (Dijo el sénior)

-          Ah traído un Tajata a la vida, eso también hay que pagarlo (Comento Sindy)

-          No estoy de acuerdo, es una boca más que alimentar (Protesto de nuevo Fernando, para no cambiar)

-          Pero una boca especial (Dijo Pérez, rompiendo su silencio.)

-          Si pero sin comida morirá igual, da igual lo especial que sea (Argumento Fernando)

-          Y nos salvo a todos en el campanario (Añadió Sindy)

-          Pero lo destruyo (Protesto Fernando)

-          Técnicamente fueron los monstruos (Contesto Pérez)

-          Así que, que os parece por la caja, ¿diez puntos? (Pregunto al consejo el Sénior)

-          ¿Qué tal ocho? Falta una ración de comida y una de agua (Comento Fernando, demostrando que lo había mirado todo)

-          Nueve (Dijo Pérez, dando su opinión)

-          Sí, estoy de acuerdo, nueve (Asintió Sindy)

-          Vale…nueve (Apunto el sénior)

-          El kevlar está casi perfecto, ¿qué os parece ocho puntos? (pregunto el sénior)

-          Seis (protesto Fernando)

-          Siete (dijo Sindy, más para llevarle la contraria; que por ayudarme)

-          Ocho (apoyo Pérez)

-          Ocho, por mayoría…tres supervivientes, ¿Qué os parece treinta puntos, se queden o no? (Comento el sénior)

-          Le cobraría treinta, más bien (Dijo Fernando fuera de sí mismo)

-          Vale, me parece bien, la vida humana es importante (Dijo Sindy, mirando a Fernando)

-          Estoy de acuerdo (Admitió Pérez)

-          Pelota (Insulto Fernando a Pérez)

-          No se admiten insultos en este consejo, Fernando, quedas avisado (el sénior empezaba a estar molesto con este y se le notaba)

-          Gracias Sénior (agradeció Pérez, ganándose una mirada de reproche de Fernando, una de aprobación de Sindy y una de respeto por mi parte, aunque sabía que esto tendría consecuencias, para este pobre chaval)

-          Bueno, por traer a una Tajata a la vida, ¿Qué os parece veinte puntos? (Comento el sénior)

-          Quince (Dijo Fernando sin protestar)

-          Dieciocho (Dijo Sindy, mas de acuerdo con el sénior que con Fernando)

-          Veinte (Apoyo Pérez al anciano)

-          Veinte, decidido y por ultimo por salvarnos a todos, cien puntos, máxima recompensa (Comento el sénior sorprendiendo a todos, incluido a mí, pero aun mas a Fernando)

-          Cincuenta, destrozo el campanario (protesto de nuevo, viendo que me daban muchos puntos)

-          Cien puntos (Apoyo Sindy al sénior, hubiera dicho mas si hubiera podido, pero cien era el máximo según había dicho el líder.)

-          Ochenta puntos, necesito rescate (Dijo Pérez demostrando que me apreciaba más que Fernando, pero que no me admiraba)

-          Cien puntos, ¿algo más que añadir o ya está todo? (Dijo el sénior, sonriente por haber logrado recompensarme como pretendía a pesar de la negativa constante de Fernando)

-          Entonces otorgadle ciento cuarenta y siete puntos. (Como nadie dijo nada, el hablo por todos

-          ¿y las armas que perdió? (Fernando que había estado pensando en silencio, al fin lo rompió para decir algo malo como siempre )

-          Como no cobra sueldo de recolector ni cazador, no se le puede tratar como tal, las armas que quedaron inservibles o perdidas, fueron recuperadas por el valor del silenciador militar que recuperamos, para un fusil, ¿queda claro? (Juzgo esta vez sin apoyo el sénior)

-          Si… (Dijo Fernando poco satisfecho)

-          Si, clarísimo (Dijo Sindy satisfecha)

-          Me parece bien (Juzgo Pérez)

-          Ultimo juicio, castigo, ¿por qué lo vamos a castigar? (Pregunto el sénior)

-          Destruir el campanario (Dijo Fernando)

-          Perder equipo (Comento Pérez)

-          Salir sin permiso del refugio (Añadió Sindy)

-          Más bien lo castigaría por, colarse en el sótano, ¿Qué castigos, pedís cada uno? (Comento el sénior)

-          Pagar una multa (Pidió Fernando)

-          Vale, durante una semana, el sueldo del oficio que elija, será la mitad, ¿estáis de acuerdo? (Organizo el sénior)

-          Si (Dijo Pérez)

-          No con la condena, si con el castigo (Opino Sindy)

-          Si con la condena, no con el castigo (Comento Fernando)

-          Por mayoría, se acepta. Siguiente por perder equipo, en las tres primeras misiones, no podrá coger nada para él, ¿estáis de acuerdo? (Comento el sénior)

-          Si (Dijo Sindy, apenada por el castigo)

-          Si (Anuncio Fernando, contento del castigo impuesto)

-          Si (Admitió Pérez, satisfecho del castigo por su pedido)

-          Por  salir sin permiso del refugio, será castigado un día a que el agua o cualquier líquido, le cueste el doble, ¿estáis de acuerdo? (Fue severo el anciano)

-          Si (Aunque por su cara le pareció duro, lo admitió Pérez)

-          Si (Asintió Sindy, mirando hacia abajo)

-          Sí, pero me parece poco castigo (Protesto Fernando)

-          Y por último, por colarse en el sótano, ¿Qué os parece si lo hacemos limpiarlo, para darles un merecido descanso al equipo de limpieza? (Rio divertido el sénior)

-          Sí, me parece un castigo original (Opino Pérez)

-          Preferiría que confesara quien le dio las llaves (Dijo Fernando con maldad mirando a Sindy)

-          Sí, pero necesitara ayuda, ¿no? (Me defendió Sindy)

-          No lo interrogaremos, puesto que fue para algo bueno y no le daremos ayuda para que aprenda la lección tendrá que terminarlo él solo, terminado ya los tres juicios, ahora vamos a hablar del premio por salvarnos a todos. (Comento el sénior sorprendiendo a todos de nuevo)

-          ¿Qué, vas a premiarlo después de todo lo que hizo, maldita sea? (Dijo Fuera de sí, Fernando)

-          Si es castigado por lo malo, debe ser premiado por lo bueno (Opino Sindy)

-          Estoy de acuerdo (Apoyo Pérez)

-          Grr… (Rugió Fernando)

-          Pues para empezar, aceptamos regalarle esos dos cachivaches que compraste de tu parte, por las penurias, espiarle y maltratos que recibió de tu parte, como forma de paz entre vosotros (Añadió el sénior)

-          Diablos… (Miro con odio Fernando a mi persona y a todos los del consejo)

-          Para continuar, le daremos el cuarto libre junto al de Sindy y las comidas de hoy, serán completas, exceptuando el liquido para cumplir el castigo y gratis, quitando eso esta noche abra una pequeña fiesta en la cafetería, para festejar, que haya un wecker entre nosotros, que tengamos posiblemente tres humanos nuevos después de tanto tiempo y que encontraras tantas cosas…Fernando, le enseñaras todo esto y le harás elegir un oficio, pero hoy, que hable con los carpinteros, para que adorne su cuarto al menos con las cosas básicas, Sindy lleva los cachivaches a su cuarto nuevo, aquí tienes las llaves y Pérez, acompaña a Carlos a que se dé una puesta a punto y luego al registro, tras eso lo llevas al despacho de Fernando, ¿alguna duda? (Ordeno el sénior)

-          ¿Puedo estar en los juicios, restantes? (pedí)

-          Denegado, aun no eres del consejo, Pérez, llévalo, eres libre de tus obligaciones del consejo, avisa al de la puerta que entre, ahora seguiremos con el (ordeno el sénior)

-          Si, sénior (le hizo un saludo poniéndose firme al instante)

-          Ah, perdona; ¿Carlos? (Pregunto el sénior, mirándome fijamente, interrumpiendo a la mirada de Sindy y la mía, mientras se despedían)

-          ¿Si, Sénior? (pregunte intrigado para saber que quería)

-          Ven luego a la tarde después de comer, tenemos que hablar (Me pidió de forma amable)

-          Vale, señor (Quería saber que quería, pero no me atreví a preguntar; los ánimos estaban ya suficientemente caldeados y con cada palabra que decía Fernando me miraba con rencor.)

Después de todo Sindy parecía estar contenta, Fernando parecía estar muy mosqueado, Pérez satisfecho y el sénior había contentado a todos, pero dándole la vuelta para que saliera bien recompensado a la vez; agradecí interiormente que no se olvidara de mi. Pérez me fue guiando hacia abajo en primer lugar…

-          ¿adónde vamos? (Pregunte intrigado)

-          Gracias por salvarnos, quería agradecértelo personalmente, no sé como sobreviviste a una batalla así…Vamos a la lavandería (Dijo Pérez hablando ahora más tranquilo)

-          Poniéndole muchas ganas  y teniendo suerte, si no fuera por el Kevlar abollado y por las armas que me prestaron los militares, estaría muerto (sonreí ya que a pesar de todo, estaba vivo)

-          ¿y eso de triplicar tu alma y seguir tres caminos distintos?, ¿Qué llevaba el agua? (rio bromeando)

-          Eso me gustaría saber a mi (reí con él)

-          Lo que contaste de la iglesia es una pasada también, en las iglesias hay una energía en la puerta que no permite pasar o eso cuentan los recolectores y tú has pasado y absorbiste la energía, para usarla luego en una Tajata y traerla a la vida. (Dijo contándome su teoría)

-          ¿eso crees, que paso? (pregunte interesado)

-          Bueno, ¿ambas energías eran eléctricas, no? (Dijo preguntando perspicazmente)

-          Si…o eso creo (dije rascándome el pelo, mientras intentaba recordar mejor sin éxito, algunas partes estaban nubladas en mi cabeza)

-          Entonces sería lógico pensarlo (dijo observándome)

-          Eres inteligente, no lo había pensado (asentí, asombrado aunque no lo dije, por su capacidad de ver los detalles y recordarlos, aun en historias de otros.)

-          Gracias y tu valiente, yo no hubiera llegado hasta allí y menos hubiera sobrevivido a esa batalla (dijo devolviéndome el piropo)

-          Bueno, cada uno tiene sus virtudes, pero todos somos necesarios (le sonreí, ganándome una sonrisa, en estos tiempos donde nos cruzábamos con muchas personas cabizbajas, el valor de una sonrisa era multiplicado al menos por diez.)

-          Vaya…eso me hace sentir mejor, llegamos, vamos a la lavandería a por tu segunda muda y tercera, no puedes ir siempre con lo mismo, un día que tardan en lavar y secar cada ropa y así siempre tendrás que ponerte, elige las de tu gusto. (Comento algo más animado)

Mientras elegía entre la poca ropa que había en el armario…

-          ¿sabes? Hace años que Sindy no se fijaba en nadie (dijo como no quiere la cosa)

-          ¿Años, cuantos? (Pregunte por curiosidad)

-          Creo que cinco (hizo memoria Pérez)

-          ¿Quién fue su último ex? (pregunte imaginando que era Fernando)

-          ¿no lo adivinas? Fue Fernando (soltó una risa, al recordar algo)

-          Ahora lo entiendo todo (Dije, comprendiendo muchas cosas)

-          Quizás he hablado demasiado (Comento en voz alta, preocupado)

-          No importa, no diré nada, ¿Cómo te llamas Pérez? (Pregunte, harto de los apellidos no me gusto nunca en el colegio que nos llamaran así, porque iba a hacerlo ahora.)

-          Pérez, es broma, me llamo Pablo, encantado ¿y tu apellido, es? (Bromeo Pablo)

-          Mi apellido es…Dávila, Carlos Dávila o Koke para los amigos (me presente)

-          Entonces con tu permiso, a pesar de lo chulo de tu apellido y tu nombre, te llamare Koke (anuncio, admitiendo que éramos amigos)

-          Tienes todo el permiso del mundo, ya elegí (dije tras haberme probado las cosas que me interesaban)

-          Pues te acompaño a la ducha, tienes diez minutos de agua caliente, ¿entendido? (aviso con antelación, gesto que agradecí)

Pusimos rumbo a los baños mixtos de la segunda planta, hoy iba a ser otra paliza de subir y bajar escaleras…

-          Entendido, oghhh agua caliente, que alivio, ya me esperaba, agua helada (admití aliviado)

-          Tienes suerte de que haya agua, porque un técnico americano acabo aquí y de que te haya avisado, la novatada mas típica es no avisarte y que pases de agua caliente a helada sin previo aviso. (me confesó)

-          La suerte me acompaña, si llega a acompañarme Fernando, seguro (reímos ambos)

-          Sí, eso parece, te has ligado a Sindy, la chica más cotizada y más temida de todo el refugio (me conto sin cortarse lo mas mínimo, empezaba a haber confianza entre nosotros y se notaba.)

-          Si, la he visto, da miedo a la par que encanta (me mordí los labios pensando en ella)

-          No quisiera estar en tu pellejo si alguna vez la dejas (rio él, dejándome con cara de asustado al ponerme en el papel)

-          No estoy con ella (luego recordé que no estaba con ella y me alivie)

-          Ya…pero si se ha fijado en ti, no importa lo que hagas, donde te escondas o lo que la ignores, Sindy donde pone el ojo, pone la bala. (Hizo como si tuviera una pistola en su mano y disparo en mi corazón)

-          Si ya he visto su cuarto, le gustan las armas de fuego (recordé lo que vi anoche)

-          Sí, pero no hablaba de eso, de veras tienes doce años (volvió a reír)

-          De veras, ¿tan diferente soy de un adulto? (pregunte inocentemente)

-          No tanto, solo en tu inocencia respecto a dobles sentidos y mujeres (admitió con una leve risita nerviosa)

-          Entiendo, ¿me enseñaras? (Pedí interesado quería ser un adulto, para ella)

-          Hagamos algo, tú me enseñas a sobrevivir como tú y yo te enseño la malicia, de un adulto, ¿te parece un buen trato? (me pareció un buen trato)

-          Magnifico, pero empezamos mañana, hoy no tenemos tiempo, entre la fiesta y todos los tramites que nos quedan por delante, tenemos poco tiempo (acepte el trato, aunque estaba algo agobiado con todo lo que había por hacer)

-          Vale, ¿algún consejo mas con la ducha? (Pregunte preocupado por llevarme alguna sorpresa mas)

-          La del centro es la que calienta mas y la que más agua sale (confeso)

-          Gracias, ¿Cuándo acabe que hago? (tras la primera preocupación salió la segunda, aun no sabía que tenía que hacer, me sentía perdido en sus normas y protocolos)

-          Tranquilo, estaré aquí esperándote y date prisa, si no quieres que se te hiele el culo, eso sí es un consejo (me guiño el ojo, bromeando mientras se reía, pero lo peor es que hablaba en serio)

Al meterme en la ducha, me refregué con jabón que me dio Pérez para un uso y champú para un uso, en plan hotel, que eso no te llegaba para nada, pero claro, todo estaba racionado y a pesar de todo eso, se agradecía, tener una ducha de agua caliente, era maravilloso, sobre todo después de tres o cuatro días sin hacerlo, olía a gloria. Al salir de la ducha con la ropa sucia y la limpia de mañana, me encontré a Pérez en la puerta, sentado en la esquina. Cuando nos encontramos con dos hombres que paseaban por los pasillos…

-          Disculpad, podéis llevar uno de los dos esta ropa a la lavandería y la otra a Sindy, os lo pido con la autorización del sénior. (Pidió Pablo con algo de timidez)

-          Vale, Pérez, lo haremos, yo subo (Hablo el más alto)

-          Vale, lo hare, me coge de camino bajar (asintió el regordete, que seguro que le gustaba más bajar que subir

-          Gracias (Agradecí)

-          De nada (ambos contestaron a la vez, con cierta animosidad)

-          Adiós, buena suerte en el registro (hablo el regordete, siendo el más agradable de los dos)

-          ¿Qué pasa en el registro? (pregunte asustado a Pablo)

-          Nada, mero trámite (me tranquilizo, con sus palabras y un gesto relajado de su mano)

Fuimos caminando hacia el piso del registro…

-          ¿Bueno y que has pensado, que puedes hacer? (Pregunto interesado)

-          Quiero ser recolector, ya sabes, no me va la vida aquí dentro (Dije haciendo gestos nerviosos)

-          ¿y por qué no, cazador? (rio divertido con mis gestos)

-          No me veo cazando (me encogí de hombros)

-          ¿Y por qué no las dos cosas? Es mejor si ves una presa la cazas, vuelves y sigues con tu misión, eso es lo que es Julio (Dijo intentando animarme)

-          ¿Quién? (Dije intentando recordar quién era sin éxito)

-          Ya sabes, González (Me recordó, sonriendo por desconocer su nombre)

-          Ah, ¿hay muchos animales, sueltos? (pregunte con curiosidad)

-          No, pero los que hay intentan sobrevivir, como nosotros (comento sin interés)

-          Creo que un animal me daría mucha pena matarlo (Confesé avergonzado)

-          Si, supongo que es mejor ser recolector, nada mas (Dijo para sí mismo)

-          ¿Qué tipos de monstruos has visto? (Pregunte para que la próxima vez que fuera a salir, saliera más preparado, además quería saber que era lo que vi en la entrada y que no entro)

-          Ah, bueno…los típicos, los escuchadores, los observadores, los esqueletos, los caminantes, no muchos más han venido por aquí y yo no suelo salir, ¿recuerdas? Soy solo un defensor (comento sin poderme ayudar demasiado y sintiéndose deprimido de ser solo eso)

-          Recuerdo, pero no creo que debas decirlo como si fuera poco ¿esqueletos, escuchadores, observadores, caminantes? (intente animarle y preguntarle que eran esos)

-          Los escuchadores son los normales que has visto, los observadores son los ojos con patas que hacen tantos daños, como viste en la calle, los caminantes es cualquiera al que los bichos muerdan y se convierte, tardan décadas en mutar, antes tardaban cien años, pero el proceso se acelera y por último los esqueletos, que son eso, esqueletos. (Dijo intentando ayudarme)

-          ¿Cómo se matan cada uno? (Pregunte con extrema curiosidad)

-          Los escuchadores a tiros en la cabeza, aunque en el cuerpo los detiene momentáneamente, los caminantes solo tiros en la cabeza, los observadores, solo tienen dos puntos débiles, cuando va a disparar volarles la pupila o cuando va a disparar, meterle una espada hasta el sentido por la pupila…y el esqueleto, volándolo por los aires. (rio con simpatía)

-          Entiendo, gracias, ¿hay más tipos? (pregunte interesado)

-          Si, seguro, pero en eso no te puedo ayudar, solo los propios recolectores, cazadores, Sindy, Fernando o Julio (enumero la gente que me podía ayudar)

-          Entiendo, gracias, ya preguntare, cuando haya tiempo (hice un gesto de que no importaba, aunque si me importaba)

-          Aquí está el registro, te espero sentado en las escaleras (y tal como dijo, lo hizo)

-          Vale, gracias (agradecí sin mirarlo y me dirigí al registro)

-          Hola, ¿tú eres el de ayer, no? (pregunto el del registro)

-          Si, buena memoria (felicite, a mi con tantas caras nuevas me había costado reconocerlo)

-          Infalible, ¿Qué tal fue el juicio? (el tipo parecía un manojo de nervios, no le pegaba mucho un trabajo tan relajado como este)

-          Bien, creo (me encogí de hombros, ya que no estaba contento ni descontento)

-          Si estás aquí, seguro que bien, bueno necesito que me rellenes, estos datos... (dijo de forma nerviosa, poniéndome varios papeles por delante)

-          Vale, pues…vamos a ver (dije un poco sorprendido)

-          Los que tienen asteriscos son los obligatorios (comento él, mordiéndose las uñas)

Formulario del registro

Nombre*: Carlos

Primer Apellido*: Dávila

Pseudónimo: Koke

Lugar de residencia antes del refugio*: Casa de los espejos

Oficio*: Recolector

Edad*: Doce años

Fecha de nacimiento: 26/12/2004

Lugar de residencia actual*: Última planta, cuarto de matrimonio junto al de Sindy

-          Muy bien todo, ¿pero doce años?, ¿cuarto de matrimonio junto al de Sindy? ¿quieres que ponga eso? (pregunto el extrañado, mientras leía el primer folio que rellene)

-          Bueno, eso tiene el chaval, seguramente le van a dar el d, el que esta vacio, así que ponle el d (comento Pablo, para sacarme del apuro, no sabía que malo, podía tener eso)

-          ¿doce años, tienes? (pregunto extrañado, mirándome bien)

-          Si… (dije un poco intimidado con su mirada)

-          Vaya…Pues que grandote estas (rio divertido de forma nerviosa)

-          Ya sabes, es del otro mundo (añadió Pablo, viendo que me tomaba a broma)

-          Ya imaginaba, pásate por aquí, mas tarde y tendré tu carnet, felicidades, eres nuestro ciudadano…numero setenta y uno, sonríe a la cámara. (Me dio un golpe en la espalda, que casi me tira de boca sobre la mesa, mientras grapaba las tres hojas y sacaba la cámara.)

Un flash me dejo totalmente ciego, además fui cogido por sorpresa, saliendo poco favorecido, según pude ver

-          Gracias, creo, que pocos somos (Mientras me refregaba los puños en los ojos, que aun tenía la luz en los ojos)

-          Si bueno, es lo que hay (Dijo el del registro)

-          Supongo...(Conteste apenado)

-          Vamos a ver a tu amigo Fernando (Dijo Pablo, que se había levantado y vino por detrás)

-          No es mi amigo (Me queje, molesto por su broma)

-          Bueno hoy si, va a pagarte e inscribirte en tu oficio (Me guiño el ojo de manera amistosa)

-          …vamos… (Aunque capte su tono, seguía sin hacerme gracia)

-          Vamos (dijo de forma agradable)

Fuimos de camino

-          Tranquilo, le dieron este trabajo porque es el único con capacidad para tomárselo con humor, todas las fotos las hace iguales, mira la mía (Me enseño su carnet)

-          Vaya, sales incluso peor (me reí divertido, aunque a él pareció no hacerle gracia)

-          Gracias, estuve en su cuadro de honor un año entero, no hace falta que te diga que en ese cuadro de honor pone a los que salen peor, hasta que alguien me supero, pero por esa desgracia, estoy soltero, bueno por eso…y porque de setenta y un hombres que somos, solo hay diez o quince mujeres. (Suspiro apenado)

-          Entiendo, que desgracia (Intente ser empático con él)

-          Vas tu, llegas y te ligas a la mejor (Se quejo riéndose, tomándoselo a broma)

-          No he hecho nada (Declare, para que entendiera que no me la había ligado, ella se había enamorado sola)

-          Por eso mismo, es injusto (Se quejo para variar, riéndose.)

-          La vida no es justa (Dije mirándole con seriedad)

-          Tienes razón (Se paró un momento para mirar por un boquete afuera)

-          ¿se puede? (llamo a la puerta que había junto al boquete)

-          Pasa (Dijo la voz de Fernando, en ese instante me percate de donde estábamos)

-          Bueno, nos veremos por aquí Koke (me dio un abrazo Pablo)

-          Nos vemos Pablo (le correspondí el abrazo)

Al pasar vi a Fernando, con unos papeles por delante

-          Buenas (Dije al entrar con un tono normal, para evitar que se notara el rencor que le tenía)

-          Adelante, siéntate (Dijo sin mirarme inmerso en sus papeles)

-          Ya han sido los tres juicios que se han podido realizar (Me comunico mientras me sentaba, para mi sorpresa)

-          ¿y cómo han salido? (Pregunte con curiosidad)

-          Todos se quedan, cuando termines con lo que tienes que hacer, deberías hablar con tu amiga Sonia, está asustada (Dijo mirándome por primera vez, llevaba unas gafas con las que su pinta de malote, se había vuelto inexistente)

-          Entiendo, lo hare, ¿Qué me queda por hacer? (Pregunte mientras pensaba, normal, si la atendiste tu; como para no estarlo.)

-          Decirle al carpintero que muebles quieres, sin pasarte…decirme que oficio quieres, elígelo con cuidado, no será fácil cambiarlo luego y por último, firmarme los papeles, que te voy a poner por delante, mero trámite, léelos si no te fías. (Me dijo de manera levemente amistosa)

Efectivamente, los leí, me fiaba de cualquiera en el refugio menos de él, además sabiendo que todo le había salido malamente en el juicio mío y los posteriores, seguro que me quería hacer alguna jugarreta. El primero hablaba que les cedía el derecho de todo lo que había encontrado en mi misión de salvamento a cambio del sueldo que iba a cobrar, en su lugar.

-          ¿y el brazalete, que? (Pregunte molesto, aquí venia la primera trampa)

-          Ah bueno, pondré la excepción a bolígrafo si no te importa (rio fingiendo inocencia)

-          Si, pero quiero una copia (exigí)

-          De acuerdo (siguió riendo sin poder parar)

Lo hizo y lo firme, me dio una copia. Luego era otro formulario que aceptaba vivir en el refugio con su sistema, sus normas, su jerarquía y su ley.

-          Quiero unos papeles que me expliquen el sistema por completo del refugio (Pedí antes de firmar)

-          En la biblioteca están, pero como sabia que me los pedirías, me permitido la molestia de traerte unos, léetelos por las noches, pero primero firma. (comento y exigió)

-          Entiendo (dije a disgusto)

Firme no me quedaba otra, ya leería donde me estaba metiendo, era un libro editado por ellos con al menos cien páginas, demasiado para leerlo en este momento. Luego saco otro papel donde ponía que se me descontaría un diez por ciento de mi sueldo en decoración hasta haber pagado los muebles, con los que el refugio me va a obsequiar en este momento, lo firme sin dudar y el último de los papeles…era para elegir mi oficio.

-          ¿recolector, estás seguro de querer ser eso? Nos faltan, pero es la profesión más peligrosa de todas (Parecía incrédulo)

-          Estoy seguro (Dije sin dudar)

-          Entonces todo esto esta, listo. (Dijo guardando los papeles a buen recaudo)

-          Hoy tienes el día libre una vez hables con el carpintero en el taller, a partir de mañana, tendrás que estar desde que salga el sol, hasta la hora de almorzar en el campo de entrenamiento y cobraras la mitad de lo que deberías cobrar, ya que te estamos entrenando fuera a parte de la sentencia, también saldrás después de comer hasta la noche, con los recolectores, que te enseñaran los tipos de misiones que hay, ¿alguna duda? (Dijo enlazando sus manos y moviendo los dedos maquiavélicamente)

-          Si, ¿Cuánto tiempo estaré así? (pregunte de brazos cruzados)

-          Al menos una semana, un mes si eres muy torpe, cosa que no lo creo (Dijo piropeándome por primera vez, cosa que me extraño)

-          ¿vaya eso es un piropo? (no pude contenerme y tuve que preguntarle)

-          No, es la realidad…bueno, ¿alguna duda? (Dijo desviando su mirada como si todo esto le hubiera costado horrores)

-          ¿Si, Donde esta mi dinero? (Pregunte, poniendo la mano)

-          Ah, que cabeza la mía, se me olvidaba, aquí tienes, ¿ya sabes cómo va, no? Porque te lo ha explicado tu amiguita (dijo con retintín)

-          Sindy no es mi amiguita (Dije molesto)

-          ¿ah, no? (Pregunto con su tono de falsa inocencia)

-          No, ella vale mucho más que eso (dije apretando los puños)

-          Bueno, vete de mi despacho, estoy ocupado (Me hizo el cheque a lo ligero)

-          El sénior dijo que me acompañaras al taller, pero déjalo gracias, ya iré solo (Dije mientras que comprobaba que no faltara un solo punto)

-          Que conste, las dicho tu (dijo levantando las manos, como si fuera culpa mía)

-          …adiós Fernando (Me levante sin mirar atrás)

-          Adiós Koko (Dijo mi pseudónimo en forma de burla)

-          Koke (Me pare en seco un poco molesto)

-          Que mas da (Dejo de mirarme y se puso con sus papeles de nuevo)

Me largue con el cheque en el bolsillo, pase por las tiendas ya que estaba al lado, pero estaban cerradas, así que me dirigí al taller…

-          Buenas, vengo de parte del Sénior (Dije un poco tímidamente)

-          Si, lo sé, ¿Qué muebles quieres? (Me hablo el mas mayor de ellos)

-          Una cama de matrimonio, un par de mesillas de noche, una caja fuerte, una estantería, un escritorio y un armario. (Enumere lo que quería)

-          ¿Sabes que todo eso va a salir de tu sueldo, no? (Me aviso, sabiendo que todo eso iba a ser caro)

-          Si, ¿a cuánto asciende mi deuda? (Pregunte ligeramente preocupado)

-          Cien por la cama, veinte por cada mesilla, mil por la caja fuerte, cincuenta por la estantería, treinta por el armario y cuarenta por el escritorio; unos…mil trescientos, puntos. (Dijo el abriendo los ojos de par en par, tal y como hice al oírlo)

-          Vale, apuntalo en mi cuenta (No podía estar con menos que eso)

-          Vale, la cama la tendrás para mañana, hoy tendrás que dormir en el suelo o con alguien que te haga un hueco, luego te hare la (Dijo el decidiendo el orden por su criterio de importancia)

-          La caja fuerte (Interrumpí)

-          Vale, la caja fuerte que tardare tres días en hacértela (Comento el)

-          Luego las mesillas, en el cuarto día estarán hechas (Añadió para sí mismo)

-          Luego la estantería en el sexto día, el armario en el noveno y por último el escritorio en el doceavo día, ¿alguna duda? (Termino de decirme)

-          ¿Podre pedir más cosas más adelante? (Pregunte, con interés)

-          Solo cuando termines de pagar tu deuda o cuando pagues al contado (comento)

-          Entiendo, gracias (agradecí la información)

-          ¿vamos a arriba y me dices como y donde las quieres? (Me pregunto de forma amigable)

-          Sí, claro (Y empecé a ascender, mientras era seguido por el)

Tras darle las medidas exactas y los lugares exactos de la habitación grande aunque polvorienta que me habían dado…

-          Si quieres puedo ocultar tu caja fuerte detrás de un cuadro que pinto mi sobrino (Comento de forma amistosa)

-          Vale, sin problema… ¿podrías mandar al equipo de limpieza, para que limpien esta pocilga? (Pregunte al carpintero)

-          Si claro, lo harán esta misma noche, aunque a partir de ahora, tendrás que hacerlo tu (Me comento para que lo supiera)

-          No importa, lo hare con gusto (Sonreí, al ver lo que iba a ser mío.)

-          ¿de qué quieres el cuadro? (Pregunto mientras apuntaba las cosas)

-          No sé, ¿que suele pintar él? (Pregunte con leve curiosidad)

-          Tiene un cuadro del refugio, uno de un monstruo de esos y varios de mujeres guapas (Me dijo con cara de pervertido)

-          El del refugio estará bien (Comente con sinceridad)

-          Vale, pues, nos vemos chico (Dijo sorprendido)

-          Gracias y espero que esto quede entre nosotros (Era más una súplica, que una orden)

-          Claro, hombre, ¿por quién me tomas? (Parecía un poco molesto por mi pregunta)

-          Sobre todo, que no lo sepa Fernando (El solo asintió ante mi comentario)

Tras todo esto, tenía hambre, así que fui directo al comedor, tras despedirnos… Donde me percate que había llegado tarde al desayuno, porque no había nadie, solo el de la barra.

-          Buenas, ¿eres Carlos, no? (Dijo de forma perspicaz el de la barra)

-          Si, el sénior me dijo que hoy llegarías tarde, toma, aquí tienes el desayuno (Dijo sonriente, de forma agradable)

-          ¿no me das nada de beber? (Pregunte sorprendido)

-          Bueno…si quieres leche, zumo de naranja, café o cola cao…tendré que cobrarte el doble o incluso agua, ya sabes, tu castigo…(Dijo levemente apenado)

-          Me parece bien, cóbrame, pero dame un café con leche y zumo de naranja, por dios. (Era más una súplica que una orden)

-          Vale, tu lo has pedido, aquí tienes serán diez puntos. (Dijo un poco apurado)

-          Uf, que caro, si bueno normalmente serian dos y tres, pero al ser el doble…(Se excuso al ver mi cara)

-          Entiendo, cóbrate (Dije con seriedad)

-          Tienes dos pares, aquí tienes el resto. (Dijo con una pequeña sonrisa de admiración)

Mire con lastima el cheque, todo liquido que inquiriera hoy, me costaría por el doble, pero al menos la comida estaba bien…una tostada, media parte con manquilla y  la otra media con mermelada  y una con tomate, jamón serrano y aceite. Empecé a desayunar solo y al fin escuche una voz conocida…

-          ¿Carlos, eres tú? (Dijo una voz que me sonaba, un poco temblona)

-          ¿Sonia? (Pregunte sonriendo un poco, sin levantarme, solo buscándola con la mirada)

-          ¡Carlos! (Grito ella)

Nos abrazamos y dimos varios besos, luego ella se sentó junto a mí, para hablar conmigo, mientras desayunaba, le ofrecí algo, pero por lo visto ella ya había desayunado.

-          ¿Qué es todo esto? (Pregunto angustiada)

Y entonces le conté todo lo que sabía, tanto de este mundo, como de los otros dos…

-          ¿Crees que ese huevo de carne que se está formando en ese otro mundo, soy yo? (Pregunto con curiosidad)

-          Eso creo, empezó a formarse cuando te despertaste (Comente con parsimonia)

-          ¿crees que ya no estaré en coma, en nuestro mundo? (Pregunto aun preocupada)

-          Eso espero (acaricie su mano, provocando una sonrisa por su parte, la quite tras eso.)

-          ¿y crees que tú eres un Wecker, de esos? (Pregunto mi amiga, interesada)

-          No, no lo creo, la iglesia me hizo algo raro, eso creo (Dije pensando bien mis palabras)

-          Entiendo…gracias (Me volvió a abrazar)

-          ¿por qué? (Pregunte, sin entender lo que me agradecía)

-          Por no tratarme como un trozo de hielo, por salvarme en ambos mundos y por ir a verme (Me dio un beso en el cachete, que hizo que me ruborizara)

-          Bueno…y por eso estoy castigado, así que espero que me lo agradezcas mucho (Dije sin perder la sonrisa ni el color de mis mejillas)

-          Idiota… (Y me acaricio el pelo, riéndose)

-          No es en serio…me cobran el doble los líquidos durante un día, ya he perdido diez puntos, por tu culpa (Dije sin perder la risa)

-          ¿ah sí y que quieres que le haga? (Pregunto sonriéndome)

-          Un masaje no estaría mal (La mire con media sonrisa)

-          ¿un masaje? Eso quisieras… ¿Dónde están los demás? (Pregunto, mirándome a los ojos)

-          No lo sé, aun no los encontré (Baje la mirada avergonzado)

-          ¿vas a salir de nuevo? (Pregunto preocupada por mi)

-          Si, cuando me dejen (Dije molesto por sentirme encerrado)

-          Así que aquí estas (Interrumpió Ryoko)

-          Ryoko, Marcos, ¿Qué tal os han tratado? (Pregunte, bajo la atenta mirada de Sonia)

-          Peor que a ti seguro (Añadió Marcos, mirando a Sonia y recibiendo un codazo de Ryoko)

-          No te quejes, al menos ya no te vigilan (Le dije con sinceridad)

-          No, pero me lo han quitado todo (Se quejo este)

-          ¿Dónde dormís? (Pregunte con curiosidad, para saber dónde buscarlos)

-          En los cuartos familiares esos (Comento con desgana)

-          Por mi parte duermo en los otros, en los cuartos con diez literas, me hice enfermera, para ayudar (Salto Sonia, sumándose a la conversación)

-          Me alegro, así no te pones en peligro y Sindy podrá descansar (Añadí sin maldad)

-          ¿Sindy, quien es Sindy? (Pregunto sorprendida)

-          La única enfermera que hay aquí, la conocerás muy pronto, ¿y vosotros? (Le conteste y pregunte a ambos)

-          Recolectores (Contesto Ryoko)

-          Os gusta el peligro (Añadí, con media sonrisa)

-          ¿tú también vas a volver a salir? (Pregunto Marcos)

-          También (Asentí con la cabeza)

-          No me gustaría que estuvieras en peligro de nuevo (Dijo Sonia, preocupada)

-          Aquí, nada es seguro, Sonia, nada… (Le acaricie la cara, provocando que se ruborizara)

-          Qué alivio me das (Se quejo preocupada, obviando mi caricia)

-          Bueno, chicos, voy a ver al cura y a Julio, ¿alguno viene? (Pregunte a los tres)

-          No, nos vemos en la sala de ocio en un par de horas (Comento Marcos, que quería estar solo, se le notaba)

-          Te acompaño, me da miedo este lugar (Dijo Sonia, sorprendiéndome)

-          También quiero verles, nos vemos Marcos (Se despidió Ryoko de Marcos)

-          Adiós (Hizo un gesto chulo)

Nos dirigimos los tres hacia la enfermería…al llegar vimos como operaban a González de nuevo, por tercera vez en dos días…

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