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El Dragon Negro (Capitulo: 9) La cita con Sofía

en No Consentido

Capitulo: 9 La cita con Sofía

               

Cuando me empecé a despertar, un periódico me dio en la cara, me reí un poco molesto, con los ojos aun pegados.

Gabriel: papa, no tiene gracia

Sofía: ¿papa?

Sonreí al escuchar la voz de Sofía, intente abrir los ojos sin mucho éxito, la vi en la oscuridad de la habitación, sentada en el sillón de mi cuarto, aunque me había fijado que estaba con cara de pocos amigos.

Gabriel: espera, déjame leer

Sofía: lee, Gabriel, lee

Por su tono se notaba que estaba enojada.

Me puse a leer el periódico:

La hija del alcalde de Parla, ha sido raptada por el dragón negro, el cual fiel a su palabra, la ha devuelto con vida, aunque ella por el buen trato del raptor y del violador, se niega a dar información al respecto, su cuerpo habla por sí solo, además de su repentina desaparición, todo un día. (unas fotos del tatuaje del dragón negro, el conejo play boy, la liga y los piercieng de las orejas) si no fuera, porque dos chicas repiten el patrón del tatuaje del dragón negro, solo que en diferentes lugares y que tenia algunos hematomas en la cara y el trasero, además de contener semen desconocido en varias partes de su cuerpo, según el médico ha dicho, la policía barajaría la hipótesis de que el dragón negro, es solo un mito que usan las chicas, para profanar su cuerpo y dejarlo ya profanado, frente a unos padres estrictos.

El alcalde ha dicho ya que encontrará a ese tipejo y le devolverá lo mismo que la hecho a su hija, su hija se ha negado a presentar cargos, así que el alcalde tiene las manos atadas, pero ella ha afirmado que piensa desobedecer al dragón negro y piensa tomarse la pastilla del día después, para no quedar embarazada de él.

La mire atónito, Sofía tenía hasta las lagrimas saltadas y había estado llorando, mientras leía el periódico, no la había oído más que de fondo al abstraerme disfrutando de la lectura.

Sofía: ¿Qué tiene esa idiota, que no tenga yo?

Gabriel: rebeldía

Sofía: eres un imbécil (se empezó a levantar para irse)

Pero la agarre del brazo y la tire contra mí para besarla, pero se movió para evitarlo y nos chocamos

Sofía: déjame, idiota

Gabriel: eres una imbécil

Nos besamos al final

La tire sobre la cama

Me puse sobre ella

Gabriel: no es eso

Sofía: ¿entonces qué es?

Gabriel: yo…y-yo estoy…enfermo y necesito hacerlo de vez en cuando (mire hacia abajo y ella me levanto la cara con su mano con una caricia)

Sofía: ¿entonces no es que necesites a otra?

Gabriel: no ¿estabas celosa? (Pregunte sorprendido)

Sofía: no es eso…

Gabriel: ¿entonces qué es? (la mire ladeando la cabeza, sin entender nada)

Sofía: es que llevo toda mi vida sintiéndome inferior a todo el mundo y no quiero volver a sentirme inferior a nadie.

Gabriel: tú eres mi primera, mi Sofía y eso no cambiara nunca, nunca serás inferior a nadie, para mí.

Sofía: te quiero mi Gabri

Gabriel: y yo, mi sofí

Nos dimos un beso tierno de los que yo no solía dar y cuando le volví a mirar a los ojos, le pregunte: “¿y Jenny?”

Sofía: está ayudando en la tienda, por cierto tu padre esta fuera, os dejo solos…

Ella me quito de encima, bajo mi atónita mirada, se levanto de la cama e iba a irse, pero yo le agarre con suavidad su mano y se la apreté, para que no se fuera, ella se giro hacia mí, sonrió.

Sofía: estas cogiendo una mala costumbre, ¿eh?

Gabriel: ¿mala? Para mí, que es buena

Sofía: ¿Qué quieres Gabri? (mientras aun sonreía por mis palabras, negando con la cabeza)

Gabriel: no quiero que te vayas, quiero que os arregléis, que os llevéis bien.

Sofía: ¿por qué?

Gabriel: las dos personas más importantes para mí, no pueden estar enfrentadas.

Sofía suspiro, como si le pidiera algo difícil de hacer.

Sofía: vale, lo intentare, pero me debes una. (Levantando un dedo, de aviso)

Gabriel: te la debo (dije asintiendo como un loco)

Salimos a recibir a mi padre ambos nos dimos un abrazo con muchas ganas, ya que hacía mucho, que no nos veíamos, para lo que estábamos acostumbrados, Sofía al separarnos le dio dos besos sorprendiendo a mi padre, que me miro con una sonrisa, sabiendo que yo tenía todo que ver en esto.

Sofía: bienvenido, señor

Padre: ¿señor?  Llámame, “Kiko”

Sofía: ¿Kiko? Bonito nombre

Kiko: gracias, me alegro de veros

Gabriel: y nosotros a ti

Kiko: ¿hacemos esa comida hoy?

Sofía: por mi bien

Gabriel: y por mí, llama a Jenny, dile que hay almuerzo familiar, si lo hacemos sin ella, se enfadara y con razón.

Sofía sonrió y asintió a la vez, enternecida porque cada vez pensaba mas en las dos y no en ella sola y cuando ella se marchaba por las escaleras mi padre hablo con rapidez y yendo al grano de lo que le preocupaba.

Kiko: ¿Qué significa todo esto?

Gabriel: nada, quiero que hagáis las paces y que empecéis de cero, por favor.

Kiko: vale, por mi bien, me alegro que te vaya bien hijo, nunca pensé que tendrías una familia algún dia…

Abrace a mi padre que se quito las gafas emocionado, pero la emoción duro poco, ya que teníamos poco tiempo para hablar de lo importante.

Kiko: ten cuidado con Yolanda, te están tendiendo una trampa, es la hija del alcalde, ¿Cómo te has arriesgado tanto?

Gabriel: tranquilo, lo tengo todo bajo control padre, todo fue muy bien, aunque a DRC se le olvido ese pequeño detalle

Kiko: ese desagradecido desgraciado, ¿te la está jugando?

Gabriel: creo que fue un error

Kiko: ¿quieres que hable con él?

Gabriel: no, lo hare yo.

Kiko: ¿la volverás a raptar?

Gabriel: si quiero labrarme una reputación y que no me tomen por el pito del sereno, tengo que hacerlo

Kiko: toma precauciones extra

Gabriel: lo hare

Kiko: ¿quieres medios extras? (fue bajando la voz porque se escucho como subían las escaleras las chicas, hablando entre ellas)

Gabriel: si

Y finalmente subieron las chicas a casa, tuvimos una velada familiar interesante, en la que lo más destacable es que Jenny quería emparejar a mi padre con alguien, mi padre lo rechazaba con educación, Sofía le ofreció algunas ideas interesantes a mi padre, mi padre se ofreció a mirarlas con cortesía, hasta que Jenny pregunto por el congreso de piercieng y tatuajes, dejándome en blanco.

Gabriel: ah, bien, tranquila, fue bien

Jenny: ¿Quién lo diría? Llegaste como un muerto y dormiste doce horas

Mi padre sonrió de oreja a oreja, sabiendo que si llegue tan cansado es porque lo había disfrutado y que la chica, me habría dado guerra.

Kiko: ¿tan duro fue el congreso?

Gabriel: durísimo

Kiko: ¿aprendiste mucho?

Gabriel: aprendí

Kiko: ¿disfrutaste?

Gabriel: si

Kiko: entonces mereció la pena

Jenny no entendía nada, solo lo que hablábamos, pero Sofía que entendía el doble sentido de la frase compartió nuestra mutua sonrisa y claro, el tema de lo que les paso antes de anoche tenía que salir.

Gabriel: ¿Qué tal os fue a vosotras en mi ausencia?

Sofía: lo normal, yo limpie la casa

Jenny: y yo atendí a los clientes, ya he conocido a dos de tus tres empleados

Gabriel: ¿a quiénes?

Jenny: a…

Mi padre rompió a llorar otra vez

Gabriel: ¿Qué te pasa hoy?

Kiko: nada, es que me ha recordado, a cuando estaba con tu madre, disculpadme, parecéis una familia feliz

Sofía lo consoló, así que Jenny se sumo a eso.

Gabriel: me voy a empezar a poner celoso (cruce los brazos)

Kiko: gracias, chicas, darle mimos a mi hijo, yo ya no necesito de eso

Sofía: todos necesitamos un abrazo (y lo abrazo)

Jenny que no hacía falta animarla mucho, se sentó sobre mí y me beso, y al abrazarme, mi padre y yo nos miramos, sabiendo que justo en ese momento Sofía, se lo había ganado, había visto lo que yo había visto en Sofía, su bondad infinita.

Al poco seguimos con la conversación normal, hasta que…

Jenny: por cierto, Gabri,  el otro día pasamos mucho miedo

Sofía negó con la cabeza y le piso el pie, a lo que Jenny se quejo.

Gabriel: ¿Qué paso?

Jenny: no, nada.

Gabriel: no, ahora lo cuentas, ¿por qué pasasteis miedo?

Jenny: …

Kiko: contadlo, tenéis que confiar en vuestro hombre, además si lo cuentas, se puede solucionar, si no lo cuentas, no se le puede poner solución.

Miro a Sofía, pidiéndole permiso, Sofía nos miro a nosotros, que las mirábamos con seriedad, sabía que de algún modo era una cagada contarlo en un almuerzo familiar, pero ya estaba hecho y era inevitable, así que le asintió a su amiga.

Jenny: nos persiguió un loco y tuvimos que darle con el aerosol de defensa, que le dio el dragón negro a Sofía.

Kiko: mmm…hoy en dia, el mundo esta lleno de locos, será mejor que tengáis uno para cada una.

Mi padre saco dos como le di a Sofía y le dio uno a cada una, Jenny lo miro extrañada, se lo guardo y Sofía se lo guardo también.

Kiko: tomad mi numero, si mi hijo esta ocupado y quereis salir, llamadme y os pongo un guarda espaldas o algo.

Jenny: estaría bien

Sofía: no te preocupes, tengo esto (y enseño el tatuaje del dragón negro, ante mi padre que no se inmuto, frente a la sorpresa de Jenny)

Gabriel: si, ponles guarda espaldas, porque eso no sirvió, ¿no? (Apreté los puños y mire hacia debajo con furia, frustrado por saber lo que habían pasado mis mujeres)

Jenny: con el no, pero con otro grupo si

Gabriel: ¿otro grupo?

Jenny: si, es que fue un día, muy peligroso

Sofía: tranquilo, que el tatuaje sirve.

Gabriel: y aun servirá más… (Mire a mi padre, confirmando que ahora más que nunca tenía que raptar a esa chica)

Kiko: tranquilo, les pondré seguridad

Sofía: no, deja la seguridad, para tu casa, así cuando volvamos a casa, estaremos a salvo.

Kiko: ¿seguras?

Jenny: seguras

Gabriel: ¿sabéis donde puedo encontrar a ese loco?

Sofía le tapo la boca a su amiga y negó con la cabeza, yo puse una sonrisa maliciosa, sabiendo ya, como haría, que Sofía, me lo dijera. El resto de la comida, fue una comida normal, hasta que mi padre se fue, luego abrazado con las dos en el sofá.

Gabriel: ¿bueno, hoy si no me equivoco, le toca a Sofía, no?

Jenny: si…

Sofía: podemos cambiar a la cita juntos, los tres, si queréis…

Gabriel: no, hoy te toca a ti, hoy eres mía…

Esas palabras lejos de agradarle a Sofía, le pusieron los pelos de punta a Sofía, mientras que Jenny contemplaba la escena con una triste sonrisa, pero en ese momento… Alguien subió rápidamente las escaleras, era Lorena, mi empleada de la tarde.

Lorena: hola chicas, hola jefe, hola don Gabriel (mi padre no le había dicho el nombre a nadie)

Jenny: hola Lore

Sofía: hola

Kiko: hola Lorena

Gabriel: hola, ¿Qué quieres Lorena?

Lorena: bueno, no se olvide de mi aumento, pero, no era eso, un señor insiste en que trate usted a su hija

Kiko: ¿un señor?

Lorena: si, por lo visto una chica que ha sido raptada por no sé quien negro, que quiere comprobar, que todo esté en su sitio.

Kiko: ese no se qué negro va ser alguien al que arruinaste al montar tu tienda veras

Jenny: seguro

Mi padre y  Sofía intercambiaron una mirada cómplice que me encanto

 

Lorena: ¿Qué le digo, jefe?

Sofía: a por ella, tigre

Jenny la miro con extrañeza, cuando vio que Sofía y yo también compartíamos esa mirada cómplice

Jenny: demuestra que eres el mejor

Gabriel: espera, me lavo la cara, me visto y voy.

Lorena: vale, se lo digo

Mientras mi padre se quedaba acompañado de mis chicas, los gritos del alcalde contra mi empleada se escuchaban desde arriba, llenos de indignación, porque según él, al estar lleno de tatuajes y de piercieng, no era una persona respetable, que yo hacía esperar a la gente, que era muy informal, una respuesta de Lorena, me encanto.

Lorena: mire señor, yo no la he atendido porque no le ha dado la gana a usted, estoy igualmente capacitada para atenderla que mi jefe, llevo aquí prácticamente desde que el abrió la tienda, soy su empleada más antigua y si no tiene un mayor inconveniente, siéntese en ese asiento junto a su hija y espere a que baje mi jefe, que para algo, lo ha pedido usted.

El alcalde enrojeció lleno de furia, apretó los puños e iba a contestar, pero al verme bajar, parece que mi aspecto poco común, lo impresiono a pesar de llevar dos guardaespaldas, que no parecían gran cosa y se sentó, al llegar, dije con cara de pocos amigos.

Gabriel: a ver, ¿Qué pasa aquí?

Iba a levantarse el alcalde con cara de pocos amigos, cuando la hija le sujeto, Yolanda venia con un top blanco que solo le tapaba y sujetaba las tetas, dejando el dragón negro al descubierto y el conejito play boy, el pelo recogido en una coleta alta, para dejar sus orejas al descubierto, una mini falda blanca que apenas cubría por debajo de sus nalgas y por encima de su cadera, dejando la liga perfectamente a la vista.

Yolanda: hola buenas, señor, el dragón negro (señalo a su dragón tatuado) me ha hecho esto y varias cosas más,  mi padre quiere saber que todo está en su sitio, bien curado…yo quiero hacerle unas preguntas.

 

Fingí estar asustado al ver su tatuaje, el padre sonrió con suficiencia, pero ella me miro sin inmutarse.

Gabriel: yo no quiero tocar eso, no quiero problemas con ese tipo

Alcalde: tranquilo, no necesitamos que haga nada, solo que compruebe si está bien hecho

Gabriel: ¿seguro?

Yolanda: segura

Contesto Yolanda devolviendo la atención a ella, mi corazón latía rápido, todas las que raptaba volvían a mí de algún modo, eso me hacia sonreír por dentro, como un niño feliz, pero sabía que era arriesgado y mas con su padre aquí.

Gabriel: está bien, pasa para dentro

Lorena: ¿Qué hago jefe?

Gabriel: vigila que no me interrumpan y cóbrale

Lorena: si, jefe

Alcalde: espere, quiero entrar de acompañante

Gabriel: usted, no, usted me pone nervioso

Alcalde: entonces entra tu Adrian (Señalo al más alto y fuerte de sus guardaespaldas)

Gabriel: ¿acaso crees que le voy a hacer algo a su hija, con usted en la sala de al lado?

El alcalde dudo unos instantes

Yolanda: Padre, déjeme sola

Alcalde: pero…

Yolanda: quiero que me mire, estando tranquilo, no incomodo

Alcalde: bueno, pero no se dé que le molestaría él, un mero observador…

Sin terminar de discutir viendo que no cedía, le mostré el camino a Yolanda y detrás de ella, mirándole el culo que ella movía sensualmente delante de mí, entramos en la sala de trabajo, mientras terminábamos de escuchar a mi empleada y a su padre.

Lorena: ¿Cuántos tatuajes y piercieng decía que tenía su hija?

Alcalde: no me ha permitido verlos todos…pero según dice ella, 4 piercieng en cada oreja, un tatuaje que está a la vista sobre su pecho, uno en su pierna, dos más privados y el dragón negro ese.

Lorena: 8 € por mirar los piercieng y 10 € por mirar los tatuajes, serian 18 €

Alcalde: tome 20 € y quédese el cambio.

Sé que siguieron hablando, pero no me importo, me centre en, la chica, que sin preguntar nada, se había sentado sobre la camilla con las piernas abiertas, mostrándome todas sus bragas negras a lo que yo tan solo me puse a mirar sus bragas.

Yolanda: si te parece, pasamos de observar lo que me hizo el dragón negro, para observar otras cosas…

La oferta sin lugar a dudas era tentadora, aunque temía que me descubriera como Sofía, uno no es tonto y aprende de sus errores, además aunque por un lado me gustaba, ya que estaba cumpliendo lo que le dije, por otro quería mandar yo, así que…

Gabriel: no, no, tú has pagado por que haga algo y lo voy a hacer, luego ya hacemos lo que tú quieras.

Yolanda: ¿en serio? (con cara de perpleja)

Gabriel: en serio (mientras que asentía, ante su cara)

Ella abrió los ojos de par en par y su olor, me pareció que cambiaba ligeramente, mi leve rechazo, parecía que la había puesto cachonda.

Yolanda: ¿Qué quieres que haga?

Gabriel: por ahora, mantente así

Yolanda: ¿así, como, esto estorba, no?

Empezó a bajarse las bragas y me las dio, siguió con sus piernas abiertas, mostrándome todo el chochito que empezaba a mojarse, yo olí sus bragas y me las guarde en el bolsillo, mi erección era modesta, pero me concentre a lo que íbamos. Mire sus oídos, no se notaba, que hubiera usado el cicatrizante, estuve a punto de decirle, no usaste el cicatrizante, pero me contuve.

Gabriel: ¿no te lo has estado curando?

Yolanda: no

Gabriel: ¿el dragón negro, no te dio algo para que te lo curaras?

Yolanda: si, pero soy una chica mala y desobediente

Gabriel: ¿tú quieres que él te rapte, otra vez o qué?

Yolanda: ¿por qué, te vas a chivar tú?

Gabriel: según dicen todos los medios, el, lo ve todo

Yolanda: tranquilo, cúrame tú y así, no me raptara más, tu consciencia se quedara tranquila.

Gabriel: bueno…

Yolanda: ¿Cómo me vas a curar? (me susurro en el oído) ¿con la lengua o la polla? (y me toco la erección sobre el pantalón)

Gabriel: con un aerosol (y le enseñe el medio tarro que me dio Sofía, con media sonrisa)

Ella lo miro con frialdad y me puse a curarla, mientras estaba entre sus piernas, casi rozando su chocho con mi erección, ella me miraba a los ojos y yo mantenía esa mirada de ella, mientras que gemía de morbo, por la escena. Ella no sabía que esta sala estaba totalmente insonorizada, por eso bajaba el tono, para algunas cosas.

Gabriel: sácate el pecho, para curártelo con más facilidad. (le seguí un poco el juego)

Yolanda: mejor, me saco los dos.

Se quito el top, dejando sus grandes tetas en el aire y lo dejo en la camilla, junto a ella.

Yolanda: que sexi me hace este tatuaje, ¿no crees?

Gabriel: si, mucho, te queda bien hasta con tu personalidad.

Ella me miro con su típico gesto frio, le junte la crema, al ver que tampoco se lo había curado.

 

Gabriel: ¿tampoco te lo curaste, no?

Yolanda: mmm…no, azótame, soy una niña mala

Gabriel: luego, te voy a dar unos buenos azotes

Yolanda: lo estoy deseando

Gabriel: ¿Dónde tienes los siguientes?

Yolanda: mejor me quito la falda y los ves tú mismo

Se desabrocho la falda y la fue bajando hasta el suelo conmigo por en medio.

Gabriel: no te has cuidado ninguno

Yolanda: no, cuídamelos tú…

Empecé a juntarle crema en el del ombligo, el de la pelvis, la pierna, con un erótico masaje, en el que algunos gemidos se escaparon bajitos, aunque sabía, que ya había terminado con todos los de delante, me hice el tonto.

Gabriel: ya esta, ¿no?

Yolanda: queda uno

Se dio la vuelta y me puso el culo en pompa, dejándome ver que aun lo tenía colorado y que el tatuaje tampoco se lo había curado.

Gabriel: mmm…vamos a hacer esto más íntimo

Yolanda: ¿Qué vas a hacer? (miro con su cabeza desde detrás)

Gabriel: voy a apagar la luz

Yolanda: no, no lo hagas (no era una petición, era una orden)

Gabriel: lo siento, es mi local y aquí, mando yo.

Al oír eso y ver como la apagaba, escuche como gemía del placer, me acerque a ella, le junte la crema con una mano, mientras con la otra me empezaba a sacar el paquete y desde detrás, a la vez, comencé a buscar su chocho, con la punta de mi paquete, no tarde mucho en encontrar la zona húmeda y en empezar a metérsela, mientras que sus gemidos se escapaban de su boca. Agarro con sus manos las mías y las llevo a su pecho desnudo, provocando a su vez que se la metiera hasta el fondo, contuvo un gran gemido hasta que le susurre al oído.

Gabriel: puedes gemir lo que quieras, la sala esta insonorizada

Yolanda: mmm…habérmelo dicho antes

Gabriel: era divertido, verte contener los ruidos

Yolanda: serás cabron

Eso la puso más, poniéndose aun más mojada, mientras que le daba con suavidad en el chocho desde fuera del todo, hasta dentro del todo, mientras que mis manos recorrían sus pechos y se centraban en sus pezones.

Gracias a las manos que tenía en sus pechos, la enderece, haciendo que la polla le entrara de otra manera que nos daba más placer a los dos, ella quito las manos de la camilla y llevo sus manos a mis manos que la sujetaban por el pecho y a mi pelo e intento besarme, a pesar de la dificultad de la postura, al principio le rehuí el beso, ya que sabía que por mi peculiar lengua me podía pillar…pero no era una chica que se rindiera con facilidad y me la estaba follando después de todo,  así que lo siguió intentando una y otra vez, hasta que al fin consiguió su objetivo.

Al besarnos, fue un beso pasional y cuando nuestras lenguas se encontraron, respiro hondo, estuvo unos instantes, inmóvil y tuvo un gran orgasmo, entre mi cuerpo y mis manos que la sostenían, para que no se cayera al suelo.

No gimio, grito directamente…

Yolanda: ¡Dragón Negro!

Gabriel: ¿Qué dices, chica, estas mal de la cabeza?

Yolanda: Shhh… calla y sigue, por favor

Gabriel: …vale, pero no vuelvas a decir ese nombre, aquí.

Yolanda: ¿por qué Dragón Negro?

Y en ese momento me corrí en su interior del morbo y del miedo a que me había descubierto a la vez…

Se la saque mientras aun me estaba corriendo, encendí la luz

Gabriel: márchate de aquí

Yolanda: mmm…sigue, no se lo diré a nadie

Gabriel: vístete y márchate.

Yolanda: como quieras, ¿no me dices al menos tu nombre?

Gabriel: ¿para qué quieres saberlo?

Yolanda: quiero tener un nombre que gritar en mis fantasías

Gabriel: me llamo Gabriel…

Yolanda: si te arrepientes, si te lo piensas…estaré en el restaurante negro, con mis amigas esta noche y luego me iré a casa…

Gabriel: ¡márchate!

Ella se puso el top, se puso la minifalda, se arreglo un poco el pelo, se llevo la mano al chocho y el semen que se le había escapado, se lo llevo a la boca, abrió la puerta y con la puerta antes de salir…

Yolanda: Gabriel, ¿me devuelves, las bragas?

Gabriel: (perplejo ante lo que había hecho) aquí las tienes

Yolanda: nos veremos esta noche, no faltes.

En ese momento delante de todo el mundo, se las puso allí en medio, los guardaespaldas se miraron entre ellos, el padre me miro con cara de asesino y Lorena, solo se rio, sabiendo lo que había pasado aquí dentro, al menos, en parte. Sofía bajaba por las escaleras, seguida de Jenny y mi padre, el alcalde los miro y Yolanda también, Sofía era observada por el alcalde y por la misma Yolanda, ambos miraban su tatuaje y Yolanda era observada por todos los que bajaron de esa escalera, pero aun mas, por Sofía que contemplaba su tatuaje.

Yolanda salió de la sala sin decir nada, Sofía se fue para mí y me beso en la boca, preguntándome:

Sofía: ¿ya has terminado, cariño?

Alcalde: ¿Cómo estaban los tatuajes?

Gabriel: si, bien.

Alcalde: ¿Qué ha pasado ahí dentro?

Yolanda: (que entro otra vez) vámonos, papa

El alcalde un poco indeciso, se marcho detrás de su hija, mi padre se despidió de todos y se fue siguiendo el camino del alcalde, con una señal de que estaríamos en contacto por teléfono, Jenny me beso en la boca, poniendo cara rara, mientras sus guardaespaldas iban tras ellos sin perder detalle, Lorena que vio el chocho goteando algo de semen de Yolanda me hizo un gesto riéndose, en plan no veas y Jenny, me abrazo como si no me hubiera visto en días.

Sofía: ¿me visto y nos vamos? (yo asentí por respuesta)

Jenny: me quedo aquí, ayudando, ¿vale? Divertirse (me dio un beso en los labios)

Volví a asentir por respuesta, cuando Jenny se quedo aquí y Lorena entro, para limpiar el desastre, me asome y le dije…

Gabriel: disculpa…

Lorena: ¿por qué? ¿A por esto? (Señalo el semen del suelo) No importa jefe, disfrute (mientras lo limpiaba)

Gabriel: te lo compensare

Lorena: gracias jefe, no tiene porque, aunque si lo hace, no me negare (me guiño el ojo)

Salí un momento a fumar un cigarro, estaba muy nervioso, llame sin pensármelo mucho, pero, antes de llamar yo, una voz me hablo.

Lion: Gabriel,  tenemos que quedar urgentemente, ¿tienes diez minutos?

Gabriel: los tengo, ¿Dónde?

Lion: en la cafetería de al lado de tu casa, nos vemos allí en dos minutos.

Tarde un minuto en llegar, cuando termine de contar los dos minutos, se me sentó Lion delante, antes incluso que llegara sasha, la que anteriormente había sido mi sirvienta y ahora era camarera de allí.

Sasha: hola Gabriel

Gabriel: hola Sasha, queremos dos café con leche

Sasha: ¿algo más?

Lion: no, nada Sasha, déjelo

Ella puso cara de sorpresa al oír su nombre de parte de Lion, en plan: ¿nos conocemos? Pero se fue dejándonos a solas.

Gabriel: ¿Qué pasa, porque tanta urgencia en vernos?

Lion: voy a contarte lo que ha sido de Yolanda todo este tiempo, desde que la soltaste y luego, vamos a hablar de lo que ha pasado dentro de tu sala.

Gabriel: ¿de mi sala? Vale…

Lion: si, de tu sala.

Empezó a contarme: Yolanda se levanto en el hotel y leyó en voz alta tu carta…

Hola Yolanda:

 

                No he querido hacerte daño, tan solo hacerte más hermosa y yo, firmemente creo que lo he conseguido. Por eso, no quiero que nada ni nadie lo estropee, ni siquiera tu, contigo improvise bastante, pues eras tan hermosa que era difícil mejorarte. Solo tienes que mirarte al espejo y tú misma lo apreciaras, además, te he convertido físicamente en una persona acorde a la nueva personalidad que te he creado. Antes eras solo una calientapollas ahora vas a disfrutar de todas las pollas que quieras calentar, ahora es cuando realmente vas a empezar a ser feliz.

 

Yo te rapte porque me hiciste sentir algo especial, yo lo vi, cuando nadie más lo veía, porque capte, que te andabas buscando a ti misma y te ayude a encontrarte. Solo quiero a cambio que respetes las reglas que te he impuesto, no volveremos a vernos, pero nunca olvidare lo rebelde que fuiste, me diste mucho juego, a mi me gusto, pero sé que a ti, personalmente, te encanto. El tatuaje significa que me perteneces, así que la gente que se meta contigo por usar tu coño, te respetara, te lo he puesto en el ombligo para que no tengas necesidad de enseñarlo y te respeten directamente, nadie te llamara puta, dirán solamente, esta obedeciendo al dragón negro y así, todo te irá bien y nunca te pasara nada, te estaré observando, se buena.

Firmado: El dragón negro

Ella arrugo la carta furiosa, la tiro a la papelera y le prendió fuego, luego llamo a sus amigas, quedo con ellas y por ultimo llamo a su padre, para que la recogiera, luego paso lo que ya sabes, dieron una rueda de prensa, fueron al médico, a la comisaria, donde la chica, se ha tirado a todo macho viviente y se tomo por la noche, la píldora del día después, con las amigas sin que lo sepa nadie, aunque lo dijo luego en el periódico, por la mañana el padre la ha obligado a ir a un ginecólogo, para confirmar que no estuviera embarazada y luego han ido a tu local y ha pasado lo ha pasado.

Con su historia había gastado tres minutos más, Sasha nos había traído el café, Lion paro de contar su historia, mientras ella estaba en rango de oír algo, el apenas lo había probado, pero el mío ya estaba a medias, estaba nervioso, aunque lo que más me puso nervioso es lo que dijo a continuación Lion.

Lion: Gabriel, te ha estado buscando entre las personas que ella creía podían tener algo que ver, se ha acostado con los tíos, buscándote y te ha encontrado

Gabriel: ¿y tu como lo sabes, si la sala esta insonorizada?

Lion: para mí no hay secretos, pero te quiero ayudar, según he escuchado conversaciones de ella con las amigas y con su padre, ella quiere que la raptes otra vez

Gabriel: ¿Qué?

Lion: que quiere solamente, que la raptes otra vez, si lo haces, posiblemente, te dejara en paz

Gabriel: ¿ya y cómo lo hago? El padre la tiene vigilada

Lion: yo podría ayudarte, pero entonces no parecería cosa tuya, lo que si puedo hacer es participar

Gabriel: vale, ¿puedo contar contigo?

Lion: puedes contar conmigo

Gabriel: ya se que vamos a hacer…

Lion: ¿Cómo nos vemos luego?

Gabriel: yo te llamare, vete a vigilarla, cuéntame todo lo que haga

Lion: lo hare

Gabriel: y lo que veas a su alrededor

Lion: tranquilo, sigue vigilada

Habían pasado ocho minutos, me termine el café, pague la cuenta de los dos y el se quedo allí, leyendo el periódico

Volví a casa a los diez minutos y…mientras tanto en casa.

Cuando Lorena mi empleada termino de limpiar la sala, salió fuera y se encontró con Jenny, que estaba pensativa.

Lorena: ¿Qué te pasa?

Jenny: nada, solo pensaba en algo, ¿puedes suplirme, un momento?

Lorena: claro, jefa

Jenny: ¿jefa? Suena bien (hizo un amago de sonrisa)

Lorena: bueno la novia de mi jefe, es mi jefa

Jenny: tienes razón, Lorena eres un sol

Lorena: no jefa, solo soy yo

Ambas se sonrieron y Jenny subió hacia arriba, viendo a Sofía que estaba como loca, buscando que ponerse para su cita con Gabriel, cuando escucho una frase que dejo de piedra a Sofía.

Jenny: creo que el padre de Gabriel, es el Dragón Negro.

Sofía: ¿qu-que di-dices?

Jenny: creo que Kiko, es el Dragón Negro

Sofía: ¿Cómo va ser eso, por qué dices algo así?

Jenny: (se fue para el bolso de Sofía y saco dos aerosoles iguales) ¿no es mucha casualidad, qué el Dragón negro, te diera esto y ahora el padre nos lo de, del mismo tamaño y marca?

Sofía: ¿quizás no hay de más?

Jenny: venga, por favor, Sofía, ¿Cómo no va a haber más?

Sofía: el no es, no es igual a el dragón negro

Jenny: ¿y Gabri?, además con su afición rara, le pegaría…

Sofía no se sintió con fuerzas de engañarla mas, así que desvió su mirada y Jenny hizo un sonido de pánico, que tapo, tapándose la boca ella misma.

Sofía: pero él no es malo, solo está enfermo y a pesar de todo, le quiero.

Jenny: yo…yo creo…creo que también, estoy enamorada de él, hasta las trancas

Ambas se abrazaron y lloraron, juntas.

Cuando Gabriel entro en la tienda, Jenny lo miraba de otra manera

Gabriel: ¿estás bien, nena?

Jenny: si, pásalo bien, nene

Gabriel: estoy deseando que sea la cita de las dos conmigo

Jenny: y yo, no te lo puedes ni imaginar

La beso en la boca y también noto un beso diferente, estaba nervioso y ansioso, no podía preocuparse de que le pasaba ahora mismo a Jenny, tan solo podía confiar en que todo fuera bien, así que la abrazo y se fue para arriba, donde encontró a Sofía con un vestido verde largo, espectacular. Con dos rajas a los lados que mostraban sus piernas, el pelo suelto, que tapaba el escote del vestido, aunque se le veía el sujetador.

Gabriel: ¡guau! ¿Celebramos algo?

Sofía: si, nuestra cita

Gabriel: hoy tengo una sorpresa para ti, vamos a cenar y luego a la sorpresa, pero espera, tengo que hacer tres llamadas en el baño, ve bajando.

Sofía: voy, amor.

Le dio un beso en la boca, mucho más tranquila que de costumbre, Gabriel sabía que algo se le escapaba, pero, ya lo descubriría, mañana, cuando estuviera, más tranquilo. Sofía bajo las escaleras, mientras Gabriel sacaba el teléfono y la miraba a los ojos, antes de encerrarse en el baño, que también estaba levemente insonorizado.

Llamada 1:

Drc: ¿si, dígame?

Gabriel: se te olvido decirme un pequeño detalle…

Drc: ¿ah sí, cuál?

Gabriel: ¿a que se dedican los padres de Yolanda?

Drc: huy, ¿eso era importante?

Gabriel: me la has jugado

Drc: no te enfades, pensé que solo te interesaba ella, te veía tan cegado

Gabriel: ¿Qué piensas hacer, para salvar tu error?

Drc: vale, no tendrás que pedírmelo dos veces, te ayudare con la siguiente, la semana que viene

Gabriel: me ayudaras hoy

Drc: ¿hoy? ¿Estás loco?

Gabriel: hoy vamos a raptar de nuevo a Yolanda

Drc: ¿tu repetir? Eso no me lo pierdo, iré, pero quiero ver.

Gabriel: te dejare ver, siempre y cuando me ayudes suficiente

Drc: ¿Dónde siempre?

Gabriel: yo iré a recogerte

Drc: allí nos vemos

Gabriel: deja la droga

Drc: lo intentare, pero no prometo nada

Gabriel: cabronazo, drogadicto

Drc: hijo de puta, pendenciero

Colgué con una sonrisa en la cara, era un vicioso de mierda, sabía que no me había fallado a propósito, así que le iba a dar algo que no le daría a todo el mundo, una segunda oportunidad.

Llamada 2:

Javi: ¿sí?

Gabriel: a las diez donde siempre

Javi: vale, allí estaré

No me gustaba mucho la idea de contarle nada por teléfono, de Drc me fiaba, de el, lo justo y suficiente.

Llamada 3:

Kiko: ¿sí?

Gabriel: padre, necesito todo lo de siempre por partida doble

Kiko: ¿por partida doble?

Gabriel: si

Kiko: ya me contaras

Gabriel: y además quiero que lleves a casa, dos cadenas mas, un colchón de matrimonio, en lugar de uno individual y…quiero una colonia de la seta esa, que hace tener orgasmos a las chicas.

Kiko: vale, será difícil, pero te lo conseguiré.

Gabriel: gracias papa

Kiko: de nada, hijo…

Una vez hechas las tres llamadas, me di una ducha rápida, me puse  una ropa elegante, cogí todo lo que fuera a necesitar y lo metí en otra maleta. Al bajar, Jenny, Lorena y Sofía habían estado hablando las tres, cuando llego Ramón para cambiarle el turno a Lorena, Se despidió de todos, Ramón nos saludo a todos y yo me despedí de todos, a Lorena le di dos besos a Ramón la mano, a Jenny un morreo y a Sofía la cogí de la mano y me la lleve, ella se extraño, que nos fuéramos paseando.

Sofía: ¿no cogemos el coche, Gabri?

Gabriel: no, vamos paseando

Por el camino…

Sofía: Gabri

Gabriel: ¿sí?

Sofía: he visto que Jenny, esta desprotegida

Gabriel: ya tiene el aerosol de defensa

Sofía: pero no me refiero a eso

Gabriel: ¿y a que te refieres?

Sofía: ¿puedo decírtelo?

Gabriel: puedes decirme cualquier cosa

Sofía: ¿en serio?

Gabriel: siempre

Me pare delante de ella y la bese, ella sonrió y cuando intento hablar, de nuevo, la bese de nuevo a la próxima, intente hacerlo pero no se dejo.

Sofía: que idiota eres, déjame hablar

Gabriel: solo si lo que tienes que decirme es mejor que un beso (ella me beso sin dudarlo) ¿ves como no lo es?

Sofía: no, no lo es, pero es importante, también.

Gabriel: ¿Qué es?

Cuando fue a hablar la bese de nuevo

Sofía: ya no te lo digo, por idiota (fingiendo estar enojada, pero con una sonrisa en la cara)

Gabriel: no seas así, no me dejes en ascuas…

Sofía: idiota

Nos besamos ambos, cuando iba a hablar de nuevo, la fui a besar, pero pare, porque dándome un beso ella, me aviso… “al final, me voy a enfadar”

Gabriel: que tonta eres, eres una enfadona

Sofía: soy una chica lista, que me gusta que me escuchen

Gabriel: venga, habla, te escucho. (Me puse a mirarla fijamente)

Sofía: si me miras así, no puedo hablar

Ambos nos reímos y abrazados en lugar de estar de la mano, llegamos al sitio donde alquilaba las furgonetas.

Sofía: ¿puedo saber que hacemos aquí?

Gabriel: no

Sofía: huy, tu estas muy misterioso hoy, me das miedo

Gabriel: ¿tu miedo? No lo creo.

Al poco llegamos a la recepción

Dependiente: ¿Qué deseas Gabriel?

Gabriel: lo de siempre

Dependiente: vale, ¿veinticuatro horas, como siempre?

Gabriel: setenta y cinco

Dependiente: aquí lo tienes (me dio unas llaves sin papeleo ni nada)

Gabriel: aquí tienes la mitad (setecientos cincuenta euros) la otra mitad cuando la traiga

Dependiente: aquí estaremos, disfrútala

Asentí y cuando nos montamos en la furgoneta, que ya estaba preparada, pues ya esa no la alquilaban la tenían, preparada para mí, la ayude a subir, que subió con dificultad.

Sofía: esta furgoneta me suena de algo…

Gabriel: ¿si, no sé de qué?

Sofía: no lo sé, ¿setenta y cinco horas?

Gabriel: la necesito, para algo que se va retrasar

Sofía: ¿tanto tiempo?

Gabriel: tanto tiempo

Al poco llegamos a un restaurante chino

Sofía: ¿un chino?

Gabriel: ¿no te gusta?

Sofía: me encanta, ¿Cómo lo sabías?

Gabriel: casualidad, ve entrando y coge mesa para dos, yo aparco y voy

Sofía: no, te espero

Gabriel: no me esperes, que aún es temprano, pero a la hora de cenar no suele haber sitio y, no aceptan reserva.

Sofía: vale, no tardes. (Me beso en la boca y la ayude a bajarse, que también le costó cantidad)

Mientras que ella atravesó la carretera con cuidado, seguí hacia delante y metí la furgoneta en el lugar de siempre

Dependiente: ¿si Gabriel?

Gabriel: color negro y cambio de matricula

Dependiente: vale, 200 €

Gabriel: aquí tienes, ¿Cuánto tiempo?

Dependiente: danos una hora

Gabriel: la tenéis, apárcamela fuera

Dependiente: hecho

Gabriel: nos veremos en tres días, aproximadamente

Dependiente: nos vemos, amigo.

Entre en el chino buscando a Sofía, donde de algún modo había conseguido la mejor mesa, era la mejor mesa, porque estaba bastante a solas y tapada con tapices chinos, la encontré de chiripa.

Gabriel: ¿y esto?

Sofía: cortesía de un amigo, tengo este tatuaje que tiene algunas ventajas, a veces.

Gabriel: eres una abusona

Sofía: por ti, lo que sea

Gabriel: ¿lo que sea?

Sofía: lo que sea

Gabriel: ¿estás segura de que puedes decir, algo así?

Sofía: lo estoy

Gabriel: hoy tendrás la ocasión de demostrármelo

Sofía: y te lo demostrare

Gabriel: eso espero

Al poco llego un chino muy asustado.

Chino: ¿Qué quelel de tomal?

Sofía: quiero agua

Gabriel: quiero cerveza

Sofía: no deberías beber si vas a conducir

Gabriel: está bien, agua también.

Sofía sonrió

Chino: ¿tu nueve uno uno?

Gabriel: ¿yo? No, no

Sofía: cállate y trae la carta

Chino: vale, vale, yo trael

Había sido gracioso el chino había pensado que ella me tenia aquí obligado o raptado, cuando más bien, pronto seria al revés. Sofía estaba sentada enfrente de mí. Pronto el chino, nos trajo dos botellas de agua, ya que los vasos ya estaban en la mesa, ambos cogimos el vaso y nos los rellenamos de nuestras respectivas botellas.

Gabriel: ¿bueno, que querías decirme?

Sofía: ¿sobre, que?

Gabriel: ¿No sé qué, de que Jenny, estaba desprotegida o no sé qué?

Sofía: ¡ah! Me gustaría que le hicieras a Jenny, un dragón negro, en alguna parte.

Gabriel: ¡¿pero qué dices?! ¡Estás loca!

Sofía: Shhh, no grites

Gabriel: no puedo hacer eso

Sofía: ¿por qué, no?

Gabriel: el tatuaje es más que un tatuaje

Sofía: te escucho, ¿Qué es, para ti?

Gabriel: es un símbolo de lo que has pasado, un recuerdo para que nunca me olvides, un mensaje de aviso como los que hay en un chalet, “un no me hagas daño, que tengo dueño” y por último, es como si fueras mi mujer siempre y yo te presto a los demás.

Sofía: ¿a mí también me prestas?

Gabriel: sabes que no, que tu eres mía

Sofía: ¿no debería ser mi símbolo distinto?

Gabriel: no, buen intento

Sofía: ¿y si la raptas?

Gabriel: no

Sofía: ¿no lo harías por mí?

Gabriel: no debería, pobrecita

Sofía: ¿por qué ella pobrecita?

Gabriel: porque no es un objetivo mío, no tiene porque pasarle.

Sofía: ¿te lo pensaras por mí?

Gabriel: me lo pensare.

Al poco vino el chino con las cartas

Chino: aquí tenéis

Sofía: vale, gracias, vuelve en cinco minutos

Gabriel: hasta luego

Chino: señol, si necesita ayuda, tocal campana

Sofía: ¡largo!

Chino: si, señola glitona

El chino se largo corriendo, por donde había llegado

Sofía: ¿señora gritona?

Gabriel: que bien te conoce

Sofía: ¡Ni que yo gritara mucho!

Gabriel: no, pero ahora lo estás haciendo

Sofía: es que me saca de quicio el chino

Ambos nos pusimos a reír

Sofía: ¿Qué vas a pedir, amor?

Gabriel: ¿amor?

Sofía: ¿no lo eres?

Gabriel: si, es que es la primera vez, que me llamas así.

Sofía: pues eso, ¿qué quieres amor?

Gabriel: ¿Qué me aconsejas?

Sofía: es la primera vez que comes, aquí, ¿no?

Gabriel: si

Ella me dio la mano y me dio un beso en la boca.

Sofía: ¿pido yo y tú te guías por eso?

Gabriel: si, hagámoslo, así.

Al poco llego el chino y me volvió a susurrar por lo bajini que si necesitaba ayuda y yo le negué con la cabeza, mientras que Sofía no se daba cuenta, de nada, concentrada en lo que estaba pidiendo

Sofía: ¿has entendido?

Chino: tu quelel lepetil

Sofía: ¡¿no me has escuchado?!

Chino: no, no, tu podel lepetil polfavol

Sofía: si… quiero arroz blanco, ternera al pimiento y sopa blanca.

Gabriel: eso para los dos

Chino: si, si pelfecto

Agarramos nuestras manos, mirándonos a los ojos.

Sofía: no me mires así, que me vas a enamorar

Gabriel: ¿Cómo te miro? Y ¿no lo estas ya?

Sofía: me miras con ojos de enamorado y no, no lo estoy

Gabriel: no te lo crees ni tu

Sofía: ¿Cuál de las dos cosas?

Gabriel: ninguna de las dos, yo estoy enamorándome, no enamorado y tu estas enamorada hasta el fondo

Sofía: idiota

Gabriel: estúpida

Empecé a reírme un poco

Sofía: ¿de qué te ríes?

Gabriel: me da mucha pena, el chino

Sofía: ¿y por eso te ríes? Que malo eres

Gabriel: ¿malo? Anda ya

Al poco el chino trajo los platos y lo hizo sin decir nada mas, todo lo decía con su mirada, me seguía ofreciendo la salida y Sofía lo reprimió con la mirada también, cuando se fue ambos nos reímos y comenzamos a comer, Sofía me fue enseñando que el arroz se ponía en la sopa y que los filetes al pimiento, llevaban una salsa que si se ponía sobre el arroz, estaba buenísimo.

Estuvo bien la comida, fue lo mejor que había probado nunca, quizá porque estaba comiendo con Sofía o quizá porque la comida estaba realmente buena, lo importante es que pedimos la cuenta y el chino no sé si por el miedo o porque ese era el precio, nos pidió solamente 10 €, nosotros le pagamos y antes de levantarnos…

Sofía: ¿adónde vamos ahora?

Gabriel: lo de ahora es una sorpresa, espera que te pongo, un antifaz

Sofía: vale

Gabriel: ¿confías en mí?

Sofía: si

Gabriel: mal hecho

Ella no perdió su sonrisa a pesar de mis palabras, la lleve hasta la furgoneta y la monte detrás, la ate para que no se moviera.

Sofía: mmm… ¿vamos a jugar?

Gabriel: ya veremos, lo que te hago cuando llegamos

Sofía: ¿adónde?

Gabriel: si quisiera que supieras adónde íbamos, te soltaría, ahora se buena y cállate, no me hagas amordazarte

Sofía: amordázame o gritare

Sabía que estaba jugando, así que le busque, debajo del vestido largo para sacarle las bragas y para mi sorpresa le toque la piel desnuda.

Sofía: es inútil, no busques, que no llevo nada

Gabriel: (con una sonrisa) está bien, lo haremos de otra manera (me quite los bóxer y se los metí en la boca) saboréalos bien, que son míos

Los ate con cinta para que no se movieran y la deje amordazada, con la vista tapada y atada. Comencé a conducir hasta la casa de madera y al llegar, la lleve adonde siempre llevaba a las chicas y la ate en otro colchón.

Gabriel: ahora vuelvo (le susurre en el oído)

Luego hice como me largaba y hice sonar la puerta, me duche, me puse otra colonia y volví, cuando me acerque a ella, lo hice sin suavidad, con la intensión, de que pensara que era otra persona y en un principio estaba  nerviosa, al acercarme a ella, más que tocarle las tetas, las toque con brusquedad, ella reacciono asustada, solo que no podía hacer nada, se revolvió, intento hablar, pero no pudo. Luego empecé a subir el vestido mientras que ella pataleaba, sin poder, porque estaba atada, hasta encontrar su chocho desnudo, le puse la punta de la polla en su entrada y empecé a penetrarla, ella no estaba mojada, así que costó un poco al principio, ella ponía cara de dolor, pero al fin y al cabo, apretando y apretando, poco a poco le fue entrando, parte a parte.

Cuando le entro hasta el fondo sus lagrimas, caían por sus mejillas, yo seguía tocándola sin cariño, con frialdad, con puro desenfreno sexual y follandomela igual, poco a poco se fue excitando inevitablemente, como una reacción fisiológica, no como un acto de amor, además se fue excitando mucho, ya que su chocho era muy sensible, le salió un poco de sangre, pero sus gemidos no tardaron en llegar, hasta que me corrí dentro y ella tuvo un fuerte orgasmo.

En ese momento le susurre: “tranquila, soy yo”.

Ella respiro tranquila, después de intentar pegarme sin éxito, le junte el cicatrizante y se calmo, respiro tranquila, estaba súper húmeda, así que en compensación, se la volví a meter y tuvimos un sexo, tratándola con cariño, con ternura, dándole besos en todas partes menos en la boca, acariciando las partes que antes tocaba con brusquedad, haciéndoselo con suavidad, consiguiendo que ella tuviera un primer orgasmo, mientras que lo tenía, seguí así, así que nada más terminar el primer orgasmo, tuvo el segundo, apenas le daba tiempo para respirar, entre los orgasmos, así que…tuve que soltarle la venda, cuando lo hice, iba a decir algo pero no la deje, la bese en la boca con pasión, encadenando el tercer orgasmo.

El cuarto orgasmo empezó tras acabar el tercero, provocando que tuviera que dejarla respirar por la boca y con los temblores de su chocho, tuve que correrme de nuevo respirando, sobre su pecho, antes de que le tapara de nuevo la boca.

Sofía: ¿Cómo has podido hacerme esto, Gabriel?

Gabriel: ¿no te ha dado, morbo?

Sofía: si…pero pensé que me estaba violando otro

Gabriel: ¿aun no me conoces?

Sofía: si, ya empiezo a conocerte

Gabriel: la sorpresa no ha acabado, te tapare la boca de nuevo, vuelvo en unas horas

Sofía iba a protestar, pero ya tenía la boca tapada, yo me fui dejándola así, ella pareció relajada después del polvazo que acabábamos de hechar.  Así que más tranquilo, me puse en camino de recoger a Javier, mientras que llamaba a Lion…

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