Capitulo 3: Volviendo a Jerez

                Celia: por cierto, ven muy arreglado, porque los porteros de adónde vamos son muy exigentes.

Damián: vale, gracias.

Convencí a mi madre de que me diera dinero para comprar unos zapatos arreglados de salir y salí medio corriendo para buscar esos zapatos.

Me compre unos que me costaron 35 Euros, negros, cómodos, con leve tacón, se lo enseñe a Celia por internet.

Damián: ¿estos valen?

Celia: si, esos están bien.

Damián: ¿y esta ropa vale? (le enseñe la única que me cabía)

Celia: si, no está mal, anda, luego hablamos.

Le comente el plan a Cesar, Rafael, Adán y a Borja, Borja: “es mucho dinero”, Rafael: “si no va Adán paso”, Adán: “estoy con los exámenes, tío” y como esperaba, Cesar: “claro, voy a por ti y nos vamos, díselo a los demás”

Damián: ya lo hice

Cesar: ¿y que te dijeron, que no vienen, no?

Damián: exacto, como siempre.

Cesar: ¿a qué hora quedamos?

Damián: para ti a las 10, para mí a las 11

Cesar: ¿qué dice, porque?

Damián: porque así llegas puntual

Cesar: jaja, que cabron.

Damián: no, cabron no, es la verdad y las verdades joden a veces.

Cesar: anda, luego estaré allí a las 11.

Damián: si, seguro.

Cuando llego la hora, empecé a arreglarme me puse lo más bonito que podía con el material que había, que no era de muy buena calidad ahora mismo, pero, era lo que había al menos por ahora.

Estuve 1 hora esperando como siempre, no sé porque aun cuando me decía que iba a estar puntual me lo creía, creo que soy un esperanzado o un estúpido o quizás, parte de ambas, porque había que ser muy cretino o confiado para creerse que Cesar llegara puntual, si el llegaría tarde a su propio entierro.

A las 12 y cuarto llego, tras un broncazo por mi parte nos fuimos a Jerez y me hablo un número que desconocía.

(Número): hola, ¿ya habéis salido de Cádiz?

Aunque imaginaba que era Cielo, no quise poner un nombre, hasta estar seguro.

Damián: si, pero disculpa la pregunta, ¿Quién eres?

(Número): ah verdad que no te lo he dicho, soy Cielo.

Ya tenía el número de las dos gemelas, aunque no sé porque no me lo había dicho Celia que hoy no estaba conduciendo.

Damián: por fin nos conocemos.

Cielo: bueno, conocernos conocernos, eso fue el otro día, dirás que por fin hablamos.

Damián: ya eso, pero tú me has entendido.

Cielo: si, eso creo. Bueno ¿y cómo vienes vestido?

Damián: me quieres hacer revisión, ¿no?

Cielo: claro, primero yo y luego el portero.

Yo me reí fuera del teléfono, por eso Cesar que aunque estaba conduciendo a toda velocidad porque llegábamos tarde por su culpa como siempre, estaba atento a todo.

Cesar: ¿de qué te ríes?

Damián: de que Cielo me ha agregado y me ha hecho gracia lo que ha dicho.

Cesar: ¿qué te ha dicho?

Damián: que me va a hacer  revisión de vestuario.

Cesar: jajaja que arte tiene la jodia.

En ese momento le mande las fotos de la ropa y los zapatos a Cielo, al tiempo que intentaba averiguar algo.

Damián: yo creía que vosotras os lo contabais todo

Cielo: no tanto, la ropa no está mal, deberías haberte puesto esa el otro día.

Damián: en ese momento, no me cabía...

Cielo: ah, ¿estás adelgazando?

Damián: la báscula no está de acuerdo con eso, porque peso lo mismo, pero, la ropa difiere porque no me cabe la misma.

Cielo: entiendo, ¿y eso, estás haciendo algo?

Damián: voy con un colega a andar por las noches y me he quitado algo de comida.

Cielo: está bien eso, por cierto, ¿quiénes vais?

Cada loco con su tema, yo le intentaba sacar información a ella y ella a mí.

Damián: tan solo Cesar y yo.

Cielo: ¿y eso, tío?

Damián: porque somos los más fiesteros del grupo, los demás siempre terminan fuera y nosotros cerrando los locales.

Cielo: mmm, ya veo, no te veía yo tan fiestero.

Damián: no, es que llevaba una mala época, ya te contare, pero Cesar y yo sin duda somos muy fiesteros.

Cielo: mmm...eso ya lo veremos hoy

Damián: sin duda

El resto del camino hubiera sido monótono, sino fuera porque...

Celia: hola, hoy puedo hablarte por el camino jeje

Damián: si, por eso antes me quedado extrañado, para que me ha agregado Cielo para decirme lo que tu podías decirme.

Celia: déjala, le habrá hecho ilusión.

Hay no sé si fue cosa mía, pero vi un ápice de celos.

Damián: bueno ¿y sois mucha gente?

Estaba preocupado porque por mis traumas podía cagarla sin duda, si iba mucha gente me imaginaba en una esquina acobardado, mirando hacia abajo y callado, viendo como otro más valiente, más guapo, más en forma y definitivamente más seductor se la llevaba.

Celia: vamos 2 coches ¿Por qué lo dices?

Como me lo temía, 2 coches, unas 10 personas, 8 contando con ellas, esta noche iba a tener que enfrentarme conmigo mismo para poder hacer un buen papel, no solo con la gente.

Damián: nada, por saberlo.

Celia: quillo, hablamos después que me mareo en coche escribiendo.

Damián: vale, luego hablamos.

El resto del camino fue igual a las 12 y 40 llegamos al botellón, empezamos a beber, pero en ese momento comenzó a llover jodiendonos todos los planes.

Celia: tíos, que ha comenzado a llover

Damián: ¿y ahora, que?

Celia: nos vamos a un descampado

Damián: ¿y cómo llegamos nosotros hasta allí?

Celia: seguidnos

Damián: dime marca y modelo

Celia: vamos en un coche rojo marca Ford.

Para Cesar era fácil reconocer coches, pero para mí era como hablarme en chino, aunque se lo dije rápidamente a Cesar, el tiempo que tardo ella en decírmelo y mis nervios al creer que después de tanto trabajo todo se iba a la mierda, que íbamos a estar en Jerez, Cesar y yo solos, no ayudaban mucho, sin contar que muchos del botellón parecían alérgicos al agua, porque salieron pitando con sus coches.

Cielo: ¿nos seguís, chicos?

Damián: no, ni siquiera os hemos encontrado entre tanto coche

Cielo y Celia (cada una en su conversación): pffff, nos perdisteis.

Damián: ¿y ahora qué? (dije en ambas conversaciones)

Celia: no sé, porque no vamos en nuestro coche, si no quedábamos en otro sitio.

Cielo: a ver déjame pensar y ahora te digo.

Ahora sospechaba que los amigos no tenían mucho interés en que ellas y yo, nos reuniéramos, quizás alguno quería con ellas, pero no nos rendiríamos tan fácilmente, más tarde o más temprano, las veríamos.

Cesar: ¿y ahora que, nos vamos para Cádiz?

Damián: lo siento, yo he pagado por venir a Jerez y ver a las gemes, así que, si hace falta, encontraremos el local nosotros solos.

Cesar: ¿Cómo dijo que se llamaba?

Damián: ¿bere ber, no?

Saco un gps, yo lo mire sorprendido porque si no tiene dinero, como demonios tenia uno de esos, lo escribió pero no salía, hoy teníamos la suerte en contra y no había manera, lo mas fuerte contra lo que uno puede y debe luchar en su vida, es contra el destino, pero hoy pensaba ganar yo, a cualquier precio.

Aunque no lo he comentado hasta ahora para no ser pesado con el tema, mi ex, seguía llamándome, por eso llegue tarde el día anterior que quedamos con las gemelas porque en media hora, me llamo posiblemente más de 20 veces y me dio una crisis de ansiedad que casi hace que me replanteara hasta venir a Jerez, menos mal que no lo hice, algunos días de los que estuve en la punta me llamaba una vez cada hora, sin exageraciones, esa niña era horrible ni dormía siquiera por molestarme y hoy me había llamado unas 12 veces, solo que como iba a ver a mi gemela, me importo poco.

Mi único miedo era ahora, que me hiciera lo mismo que me hizo contra las otras 2, que se enterara de su existencia, moviera cielo y tierra para hacer que ellas se alejen de mi, para que no vuelva a verlas.

Cesar: ¿en qué piensas?

Damián: en que tengo miedo de que Laura se entere de que conozco a las gemelas

Cesar: ufff, no me hables de Laura, que le temo.

Damián: ¿tú nada más?

Cesar: no, yo se que tu también.

Damián: y todo el que la conozca bien, es una mala bestia, es la peor persona que conozco.

Cesar: jajaja, tienes razón, preguntémosle a ese señor, ¿vale?

Damián: vale, para en la parada.

Al parar

Damián: perdone, ¿sabe usted dónde está el bere ber?

Señor: lo siento, ni idea.

Damián: sigamos dando vueltas y preguntándole a la gente, alguien sabrá.

Cesar: venga.

Giramos una calle a la derecha, nos encontramos un pub con gente fuera

Cesar: pregunta por ahí

Damián: disculpen, ¿sabéis por donde es el bere ber?

Portero: lo primero vais contra marcha...

Damián: ¿ah sí?, ahora le damos la vuelta, pero, ¿sabes donde esta?

Portero: no, no tengo ni idea.

Empezábamos a flaquear un poco y yo a pensar en que daríamos vueltas por Jerez para nada, hasta quedarnos sin gasolina, pero el destino no siempre, pero a veces te abre una ventana cuando luchas por las cosas que quieres.

Celia: Estamos en la calle Manuel de llama en un descampado.

Damián: vamos para haya, gracias.

Cesar: ¿Quién es?

Damián: Celia, sabía que no nos dejaría en la estacada, aunque han sido un poco perras y eso me ha molestado, pero bueno... sé que si estuvieran en su coche no lo harían.

Cesar: ¿te ha dicho la calle?

Damián: justamente, Manuel de llama

Cesar: aparco ahí y lo pongo, ¿vale?

Damián: venga, va.

No encontramos la maldita calle en el gps Manuel de llama, solo la calle Manuel, tras unas dudas de si ir allí o no, preguntamos a una mujer que iba en su coche, que coincidimos en un par de semáforos y parecía que iba hacia la zona que nos llevaba el gps.

Cesar: perdone, ¿sabe dónde está la calle Manuel de llama?

Señora: no, la verdad es que no me suena

Cesar: ¿y el bere ber?

Señora: si, seguidme a mí, que voy por esa zona.

Entre el gps y la señora encontramos la calle Manuel, pero la calle Manuel de llama, no la encontraba ni Dios, entramos por la calle, era toda la calle cuesta abajo, vimos un descampado pero seguimos para adelante, preguntamos en un pub de esa misma calle.

Cesar: ¿sabéis donde está la calle Manuel de llama?

Portero: no ni idea

Cesar: ¿y el bere ber?

Portero: está más arriba, os lo habéis pasado.

Damián: joder, otra vez a dar la vuelta, que coñazo.

Cesar: yo no doy la vuelta subo de espaldas y doy la vuelta arriba en el descampado.

Vimos a gente bebiendo allí

Damián: y yo voy a preguntarle a la gente, haber si conocen la mierda calle esa.

Me baje mosqueado mientras Cesar daba la vuelta al coche, me acerque a dos tipos que estaban apoyados en un coche rojo y les pregunte.

Damián: perdonad tíos, ¿conocéis una calle Manuel de llama, que tiene un descampado?

Tipo alto: no, la verdad es que no ¿y tu tío?

Tipo calvo: no, nosotros es que no somos de aquí

Damián: ni yo, vengo que quedado con 2 amigas.

Voz conocida: espera un momento, esa voz me suena.

Mientras todos mirábamos perplejos, del coche, se bajo cielo la cual iba vestida hoy mucho mas femenina que el otro día, con una copita de alcohol y acto seguido su hermana Celia que hoy iba preciosa.

Damián: ¡Cesar, aparca!

Cesar: ¡voy!

Las chicas y yo, nos separamos un poco de sus amigos y comencé hablando yo con ellas.

Damián: esta no es la calle Manuel de llama, ¿eh?

Celia: ¡¿Manuel de llama?!

Damián: lo que tú me pusiste por whatsapp

Celia: ¡Manuel se llama! Que me abre equivocado

Damián: no veas el por culito que me ha dado la letra

Nos dimos 2 besos

Celia: huy, que guapo vienes hoy.

Cielo: ya ves, mejoras con el tiempo

Damián: le digo para guapas vosotras, que hoy venís esplendidas

Cielo: anda, que pelota eres.

Celia: y eso que aun, no me quitado la chaqueta para lucirme

Damián: no, pelota no, sincero. Anda pues cuando te lo quites vas a dejar a las demás en mal lugar

Celia: que exagerado.

Damián: contigo no se puede exagerar, jaja.

Celia: si tu lo dices.

Cesar llego, las saludo

Cesar: no veas la que hemos tenido que liar para encontrar esto y menos mal que tenía el gps.

Cielo: si no, no llegáis, ¿no?

Cesar: pues no

Celia: huy traje de chaqueta, que elegante.

Yo nunca he sido celoso la verdad, pero no sé porque, esa frase me dio un ápice de celos, fue como un rayo pasándome que paso desde el cerebro hasta el estomago pasando por medio, por mi corazón. Es solo que pude controlarme a la perfección incluso sonreír, tras haber enarcado las cejas.

En ese momento a la par que mis emociones, el cielo andaba revuelto, estropeando más si cabe el día, comenzó a llover.

Cielo: mierda, esta chispeando otra vez

Celia: oju, yo me voy para el coche, ¿eh?

Cesar: si y nosotros también

Damián: oye, hablamos por whatsapp de mientras

Chicas: si, jajaja.

No sé si me tomaron a risa, no sé si pasaron de mi, tres pueblos, pero, ahí andaba yo hablándoles a ambas por el whatsapp para nada, por cierto. Porque ni se conectaban, ni evidentemente contestaban, yo aunque por culero, lo vi buena idea, ya que estábamos bebiendo cada uno en su coche a unos 8 metros de distancia, era triste no poder hablar entre nosotros estando juntos, me hubiera metido con ellas en el coche.

Pero no conocía al dueño y nadie me había invitado, yo no me auto invitaba jamás, de pequeño lo hice una vez y me prometí a mi mismo que nunca más y hasta ahora 10 años más grande no lo he vuelto a hacer.

Cesar: vaya día...

Damián: querrás decir, valiente noche, ¿no?

Cesar: que guapas iban las dos, ¿eh?

Damián: si, pero yo solo me fijado en una.

Cesar: y yo en la otra, ya que Adán pasa de ella, pues para mi picha.

Yo lo miraba con tono irónico, pero él nunca lo pillo, nadie que conociéramos nosotros podía quitarle una piba a Adán, por suerte o por desgracia nadie. Más aun Cesar que por ahora era virgen y boquerón, no había tenido novia ni rollos en su vida.

Yo en mis buenos tiempos (con 19 años) puedo decir que no ligaba mal, tuve unos 10 rollos, 2 rollos largos, en ese entonces tenía labia, picardía, arte, tenía estilo, estaba bien cuidado y fuertecillo. Ahora mismo me daba pena en lo que me había convertido, por suerte había escampado y volvía al ataque.

Cesar: ¿adónde vas?

Damián: a por la geme (gesto del okey)

Cesar: a por ellas “tigre”

Cesar sin quererlo me recordó una anécdota una vez en la disco me acerque a una chica que me gustaba con intenciones de bailar y lo que surja, ella en un comienzo bailo pero huyo al rato sin explicación inicial de porque huía entonces me acerque y le dije: ¿qué te pasa? Y ella me dijo: tienes la mirada de un tigre acechando a su presa y me intimidas, esa noche me dedique a charlar con ella porque esa frace me gusto y me hizo gracia y desde entonces cuando ligo, intento poner esa mirada, llevaba mucho sin ponerla, así que lo iba a intentar ahora.

Al poco me acerque con el puntillo de alcohol, intentando poner la mirada al coche y repetí una escena que Celia me hizo a mí, llame a la ventanilla y puse pose de seductor, un brazo sobre el coche y el otro con el vaso, mientras ella bajaba la ventanilla.

Al otro lado mi colega Cesar, me medio imito, parecía una copia barata mía, el hablando con Cielo y yo hablando con Celia.

Celia: ¿hola, qué pasa?

Damián: hola, vecina.

Celia: no veas cómo está el cielo, ¿eh?

Damián: uf, fatal, no veas si ha dado problemas hoy, el puto tiempo.

Celia: y todavía podemos alegrarnos de que no nos caiga una mojada.

Damián: tu tranquila que llovernos encima, no nos va a llover, eso sí chispear ya no te digo yo na.

Una conversación más banal no podía ser la verdad, justo al decir yo eso, empezó a chispear.

Damián: ¿ves? Ahora te hacemos otra visita.

Celia: venga

Hice el amago de irme, pero cuando iba a decirle mira el whatsapp la ventanilla ya estaba cerrada, así que termine yéndome al coche, allí nos presentamos con la gente de su segundo coche, que estaban al lado nuestro, estuvimos charlando con ellos de pamplinas, me dijeron sus nombres pero la verdad ni yo los recuerdo ni son importantes para mí hoy en día, estuvimos así hasta que volvió a dejar de chispear.

Me baje del coche y Cesar me animo a viva voz, provocando una mala mirada por mi parte por su descaro tan gratuito.

Cesar: a por ella, tigre.

Esta vez fui yo solo no tuve que llamar esta vez, la salude a través del cristal y ella abrió la puerta, harta supongo del tiempo me dijo:

Celia: ¿nos vamos a la disco, ya?

Damián: vale, nosotros hemos casi acabado  la botella ya

Celia: nosotras igual

Damián: pues voy a avisar a Cesar

Cielo: vale, ahora nos vemos.

Me fui a llamar a Cesar, este gesto me molesto un poquito la gente del primer coche se largo sin avisar a nadie, yo avise a la gente del segundo y a Cesar, como Cesar era muy lento, casi los perdemos y no sabíamos llegar.

Tuvimos que correr para cogerles y no veas como dolía eso con los zapatos nuevos.

Damián: gracias por esperar...

Celia: tienes razón, perdóname, tío.

Damián: vale, si me lo dices tú, te lo perdono todo.

Celia: ¿todo, todo, todo?

Damián: bueno, no tanto, es una forma de hablar.

Celia: aish

Ella sonrió y me agarro el brazo, mientras tanto Cesar repitió el proceso con Cielo comiéndose un mojón, él le dijo: “gracias por esperarme, que me puedo perder” entonces ella le contesto: “pues si te pierdes, date prisa y sigue al grupo que eres muy lento, tu”, muy bien contestado bajo mi estricta opinión y él se quedo callado, cosa que yo hubiera sabido contestar, creo yo.

Yo iba muy feliz así, no necesitaba nada mas, pero sabía que no duraría mucho, se tropezó ella pero gracias a que iba agarrada conmigo no le paso nada, luego me tropecé yo y ella riéndose comento.

Celia: cuidado que si me caigo yo, no pasa nada, pero si te caes tú, caemos los dos.

Yo me reí, era obvio que yo era mucho más corpulento que ella, era más alto, así que si, lo mirara por donde lo mirara, ambos caeríamos, pero también es cierto que llevo una gran racha en la que tropiezo y no caigo.

Damián: tranquila, que yo tropiezo pero no caigo.

Celia: eso espero

Cielo: tío, pero que inofensivo eres, ni siquiera te enfadas si te llama gordo.

Celia: no, yo no he dicho eso, ¿eh?

Cesar: bueno lo ha dicho educadamente

Damián: de todas formas yo sé que no lo ha dicho a maldad y siendo sinceros ahora mismo un poquito gordo sí que estoy, porque si miráis las primeras fotos de mi tuenti, el cambio es brutal.

Celia: ¿ah, sí?

Cielo: ¿y eso?

Cesar: si mirad esta foto de cuando comenzó a salir de nuevo

Ahí pesaba unos 97 kg prácticamente, estaba fatal, me daba hasta vergüenza que me vieran asi, no me dejaba ni hacer fotos esas fueron tomadas a traición.

Damián: haber chicas es que tengo una ex, que me acosaba y que aun me acosa.

Cesar: ¡¿aun?!

Damián: hoy van 13 o 14 llamadas.

Celia: ostia, te comprendo tío.

Damián: y eso no es nada su record esta en 80

Cielo: joder, ¿y no has probado a cambiar de numero?

Damián: si... pero la gente porque no les dé el coñazo le dan mi numero y tener un numero para que no lo tenga nadie, no sirve de nada.

Celia: ¿y has probado a hablar con ella?

Cesar: no se puede, está loca y obsesionada por él.

Celia: tssss

Cielo: ¿y has hablado con la policía?

Damián: si, 5 o 6 veces y el propio policía me aconsejo que lo vendiera todo y me fuera de Cádiz que es lo único que podía hacer, así que fíjate tu que ayuda.

Cielo: ¿y no le hacían nada a ella?

Damián: si, no lo hagas mas, ala ala y para casa.

Cielo: ¿vamos que no puedes hacer nada?

Damián: esperar y rezar para que se le pase o encuentre a otro.

Celia: tú no te agobies tío, ya pasara.

Cielo: eso y vas mejorando, algo es algo.

Damián: si, pero he perdido 4 años de mi vida por su culpa.

El tema se zanjo al llegar a la esquina de la disco porque el grupo intento organizarse.

Chaval alto: somos muchos, así nos van a poner pegas, hay que organizarse.

Yo pensaba lo contrario, muchos, si dejas a 2 fuera, pierdes muchos clientes, lógica de márquetin, vamos.

Chaval alto: vamos a intentar entrar en parejitas

Eso me fastidio, había 4 chicas, para 8 chicos, siendo realistas había 1 posibilidad entre 2, de quedarme solo, sabiendo lo gafe que soy, lo primero que pensé es me voy a quedar mas solo...

Sin embargo Celia se me acerco se me agarro del brazo y me dijo con ilusión, sorprendiéndome bastante:

Celia: tú y yo entramos juntos, ¿va?

Damián: vale, por supuesto

Se me puso una sonrisa de oreja a oreja esto era fantástico, Cielo se agarro a Cesar y para mi sorpresa las otras dos chicas se negaron a elegir pareja y fueron en un grupo de 2 chicas y 5 chicos, el otro chico iba solo.

En primer lugar, Celia y yo, entramos sin mayor problema, una ojeada rápida del portero y para dentro, acto seguido Cielo y Cesar, Celia y yo, miramos con miedo a que no los dejaran entrar, pero no hubo mayor problema, luego nos desentendimos de la suerte de los demás, que yo creo entraron todos también.

Las chicas pagaron 5 euros de entrada y los chicos 10, con el derecho a una copa, los cabrones no veas como estafaban a los tíos y yo no era ninguna excepción por supuesto.

Al entrar, esperamos a los demás, guardando nuestra ropa en el guarda ropa, servicio que venía de perlas y por 1 euro te lo guardaban todo, luego fuimos al baño

Damián: vamos al baño esperarnos, ¿vale?

Celia: vale

Tenía un mal presentimiento con esto, pero bueno, no tenía más remedio que mear o mearme encima y la segunda opción no me agradaba demasiado.

Cesar fue conmigo, meamos, no tardamos ni 5 minutos cuando ya no estaban.

Damián: me cago en la noche de los cojones

Cesar: ¿y ahora qué?

Damián: tío, que les den, yo voy a pedirme una copa, si nos las tenemos que encontrar guay y si no también.

Uno se cansa de ser tonto, la verdad. Había 2 partes, pub y discoteca, tuve un ademan de ir al pub, pero, mis instintos me dijeron que fuera a la discoteca, porque el otro día se quedaron con ganas de fiesta.

Cesar: ¿en cuál entramos, izquierda o frente?

Damián: en frente.

Al entrar la discoteca estaba petada, había muchísima gente, en la barra encontrar un hueco difícil y encontrar a un grupo ahí dentro era como buscar un alfiler en un pajar.

Buscando un hueco en la barra por casualidad, me encontré con una de las tias del grupo

Chica: ¿que hacéis aquí?

Cesar: buscando donde pedir

Chica: ¿sabéis donde estamos?

Damián: no

Chica: estamos en la esquina de allí a la derecha, ¿vale?

Damián: vale, gracias.

Cesar: vale, ahora iremos.

Cuando la chica se fue.

Cesar: ¿casualidad?

Damián: destino, las casualidades no existen, amigo mío.

Nos pedimos la copa ambos

Cesar: ¿vamos?

Damián: a ver si las encontramos

Nada más llegar a la esquina vimos al grupo de antes y en medio de ambos grupos a las gemes, metidas de lleno en ellos, nosotros nos pusimos a su lado sin saludar a nadie, ya ellos nos saludaron y bueno, Celia estaba pasando de mi ahora, se me acerco Cielo y Cesar al ver eso, se acerco a Celia, que no le hizo demasiado caso.

Celia andaba hablando con todos, mientras bebía su copa, Cielo andaba un pelín borracha hablando conmigo y Cesar aburrido en la esquina, yo estaba con mi copa en la mano frente a Cielo.

Hoy la verdad iba mas femenina que el otro día, el pelo suelto liso que apenas le tapaba la cara, vestido blanco cortito, bien cubierto por arriba

Cielo: ¿que, como te va con mi hermana?

Damián: pues si te digo la verdad, no lo sé.

Cielo: pues si no lo sabes tú...mal vamos.

Damián: es que a veces parece que si, a veces parece que no, así que no se.

Cielo: ¿la ves dudosa?

Damián: quien sabe, quizás no sienta nada y sea todo cosa mía, aunque no suelo equivocarme, pero si, pueden ser dudas

Cielo: ¿quieres que hable con ella esta semana y te digo el martes, que me ha dicho?

Lo pensé unos segundos, quizás era muy pronto, aunque ella la conocía bien, todo podía cagarse

Damián: vale, ¿ella no te ha dicho nada?

Cielo: la verdad es que no, pareces buena gente Dami, tienes que ser un buen partido.

Me gusto que me llamara así la verdad y también lo que me dijo.

Damián: tú tienes pinta de ser una chica que merece la pena y ser buena persona.

Cielo: (con una sonrisa) creo que te equivocas de persona y yo soy muy mala Dami.

Damián: ¿sabes que te digo?, que no te lo crees ni tú, eres un trozo de pan, lo que pasa que lo habrás pasado mal como todos.

Cielo: bueno, eso no te lo discuto, yo es que la verdad es que nunca he estado con nadie del que estuviera enamorada

Damián: ¿si, enserio?

Cielo: si, no es que busque el amor, pero... eso es algo que tengo ahí dentro.

Mientras que estábamos hablando todo esto, comenzó a hacer un movimiento raro, quizás provocado por su vaivén, que venía de que hoy estaba bastante más borracha de lo normal, por eso quizás tanta sinceridad, conociéndonos apenas también, pero el movimiento me provoco.

Porque era como un movimiento hacia detrás de su tronco, provocando, un rocé de su entre pierna con la espalda de mi mano derecha no deseado o si, por mi mente pasaron varias ideas, primero que no era queriendo, segundo que si lo era, tercero que era una prueba de fidelidad hacia la hermana, ahora creo que no era ninguna de las tres, que ni se había dado cuenta siquiera, como macho en primer momento, mi primer movimiento fue darle la vuelta a la mano haber que hacía, lo que provoco que me excitara al notar cada recoveco de su chocho, no sé si fue cosa mía, pero creo que o estaba húmeda o con los 3 o 4 roces que llevaba conmigo se había mojado un poco o incluso al yo darle la vuelta a la mano, eso nunca lo sabré, pero acto seguido me sentí mal porque si eran gemelas.

Pero no idénticas, a mí me gustaba la otra, no ella, ella me caía bien a secas, también porque estaba de rollo con Adán y aunque no estuviera Adán, era mi amigo desde hace muchos años,  así que mi segundo movimiento, posiblemente el más estúpido y seguramente el más honrado que cometiera nunca nadie fue dar un paso atrás, que evito que rozáramos mas, sin embargo ella paro el vaivén, así que ahora pensándolo en el futuro en frio, puede que fuera adrede o haber que hacía, quien sabe.

Acto seguido se me abrazo y me dijo:

Cielo: ¿vamos a por una copa?

Yo la verdad es que no sabía si ir, me daba un poco de miedo estar a solas con ella, quizás por mis traumas, por lo que había pasado antes o porque era tonto del bote, sinceramente creo que era por las tres cosas, pero bueno, dio la casualidad de que Cesar se acerco.

Cesar: ¿adónde vais?

Damián: vamos a por una copa, ¿te vienes?

Cesar: claro

Así fuimos hasta la barra, Cielo agarrada de mi brazo y Cesar agarrado a mi espalda, una vez llegamos a la barra, ella se pidió a copa, yo me pedí otra y le deje la coca cola que sobro a Cesar ya que el no tenia dinero para pedir otra copa.

Cielo: ¿brindamos?

Cesar: ¿venga, porque?

Damián: tu no que trae mala suerte con refresco.

Cielo: da igual déjalo al pobre.

Le susurre a ella en el oído

Damián: ¿ves como eres buena?

Ella me miro mal, para luego sonreír mientras lo negaba con la cabeza y decir.

Cielo: por una buena noche y que pasemos muchas mas así.

Damián: y mejores que esta.

Cielo: eso, venga y mejores aun.

Brindamos los 3, tras un par de brindis mas, con los motivos de: Cesar:“por nosotros” y Damián: “porque quedemos más a menudo” .

Cielo: ¿volvemos con los demás?

Damián: venga

Yo no paraba de pensar en Celia, por eso quería volver, al volver parece que ella también había notado mi falta en el lugar y me había echado de menos, porque se me acerco rápidamente.

Celia: ¿vamos a tomarnos una copa a la barra?

Damián: venga.

Deja vu, no, solo parecido. Esta vez ella se dio la vuelta para ir a la copa, yo mire a Cesar que me hizo la señal del okey y al mirar a, Cielo me animo a ir detrás de ella, tanto animo me hizo atreverme a cogerla de la cintura, cosa que a mí me gusto bastante, ella me miro a los ojos, me sonrió con una dulce sonrisa de oreja a oreja y siguió hacia delante.

Al llegar a la barra,  ella cambio de opinión y me enseño un dato sobre ella que no recordaba muy bien de la otra vez, pero que también me interesaba bastante en una mujer.

Celia: ¿y si no nos pedimos la copa, pero nos pedimos una cerveza?

Damián: ¿en serio te gusta la birra?

Celia: no me gusta, me encanta.

Con esto había ganado un par de puntos conmigo, esto era súper genial, tener una novia que le guste la cerveza era un ideal para mí, ahora solo faltaba que fuera mi novia la parte chunga del percaz.

Damián: pues pidamos una

Nos pedimos una cerveza y nos volvimos con los demás de la mano, quizá para ella, esto no era nada, pero para mí lo era todo, el corazón me latía rápido cuando estaba a mi lado, aun mas cuando me rozaba pero aun más todavía, cuando me agarraba, sobre todo esta vez que ella había buscado mi mano.

La noche fuera parte de todo los problemas que habían ocurrido marchaba bien,  tras un rato, Celia ya andaba bastante borracha y se me acerco a bailar conmigo, estaba muy cariñosa, era mi oportunidad, bailaba mirándome a los ojos, me acaricio la cara con su mano izquierda, se que pensareis idiota, creedme, yo aun lo pienso, no me perdono haber fallado en esto, otro cualquiera le hubiera entrado sin dilación, pero yo no pude, mis traumas me jugaron una mala pasada y me quede bloqueado, no pude hacer nada.

Luego se separo y lo volvió hacer al rato, volvió a pegar su cara a la mía, me acaricio la carita, me miro a los ojos pero, lejos de hacerlo mejor, la cague mas, porque me quite, me puse nervioso, la tensión me podía, lo primero que se me paso por la cabeza era: ella busca enrollarse contigo si se lía tú te vas a enchochar y ella se va a lavar las manos, así que cometí un error, un grave error, entonces se fue a hablar con un chaval que creo no conocía pensé: tengo que hacer algo o la voy a perder por ese tipo, lo volvió a intentar.

Esta vez yo estaba más dispuesto a intentarlo, pero ella menos, me dio 3 oportunidades y en las 3 la cague, ella volvió a ponerse, me quite, me volví a poner y cuando pensé le voy a entrar, ella se quito y se fue con el chaval, me lo merecía, por no actuar a tiempo, solo suplique mirando al cielo otra oportunidad, una que de verdad pudiera aprovechar.

Cielo se fue con un chaval, Celia con otro y yo observaba la escena de lejos con los ojos cristalinos y acuosos con ganas de llorar, hace tiempo me prometí a mi mismo que no lloraría nunca más, pero, hoy iba a romper tarde o temprano esa promesa, como un ángel salvador, Cielo agarro de una manera brutal a Celia, me miro y le grito algo como echándole la bronca, entonces la soltó y Celia se esfumo, Cielo se quedo con el chaval por aquí y luego desapareció también.

Cesar me miro, yo lo mire, luego mire hacia debajo y me quede allí hasta que volvieron, cuando volvieron nos dimos la vuelta y pasó algo extraño, vimos a Celia de espaldas y a otra chavala del grupo ir al guarda ropas, que llevaba el vestido rojo escotado con la espalda al aire, justo como ella llevaba,  la misma chaqueta, hasta el pelo en coleta que ella tenía, del mismo largo, color y forma, finalmente las vimos salir.

Íbamos a seguirlas pero le pregunte al portero.

Damián: oye, ¿si salimos podemos volver a entrar?

Portero: no

Entonces nos dimos la vuelta.

Cesar: dios, ha salido ¿qué hacemos?

Damián: no se, comentémoselo a su hermana, ¿no?

Cesar: veras el cabreo que se pilla

Damián: pero que hacemos, sino se va a preocupar tío.

Cesar: pues ya ves...

Llegamos junto a Cielo

Cielo: hola, ¿qué tal la vuelta?

Damián: bien... mira, no estoy muy seguro pero, creo que hemos visto a tu hermana salir y ya no la van a dejar entrar.

Cielo: ¡¿sí?! Mira que le dije que no saliera, mira, me voy al baño.

Lo dijo bastante agobiada pero ahora viene lo extraño que Cesar y yo, nos miramos así O_o, se encontró a Celia de frente, los tres nos miramos como no entendiendo nada, ambas se fueron al baño

Damián: tío, que cosa más rara.

Cesar: ¿pero, no había salido?

Damián: yo, juraría que sí.

Cesar: y yo, pero, la habremos confundido con otra, porque si no, no tiene sentido.

Seguimos bailando, Celia siguió bailando con su amigo, pero Cielo abandono al suyo, para venir a hablar con nosotros.

Cielo: hola chicos, ¿no dijisteis que había salido?

Damián: hola, pues juraría que había salido

Cesar: aun no nos lo explicamos.

Entonces Cielo tuvo un gesto que se lo agradecí tela, aunque ahí comenzó su interminable racha de tirar cubatas, tirándome el mío, me susurro al oído.

Cielo: ¿estás bien?

Cesar: el cubata al karajo

Cielo: joder, que patosa estoy tío, es el segundo que te tiro y ¡es la segunda vez que te veo!

Damián: pero en este no tengo yo la culpa jeje

Cielo: venga, ven que te pido uno.

Me agarro del brazo y me jalo.

Damián: no, yo ya no quería mas, no importa.

Cielo: venga no me seas tonto, ven.

En realidad no fui por el cubata, fui porque me apetecía estar solo con ella

Damián: en realidad eh venido porque quería decirte a solas que sí, que estoy bien y que gracias por prestarme atención.

Cielo: no estás bien se te nota, por eso y porque te lo he tirado voy a invitarte a otra. (Mientras me abrazaba)

Casi lloro en su hombro, pero aun aguantaba, lástima que se me notaba todo en la cara y no podía ocultar nada y menos a Cielo que era intuitiva y muy lista.

En realidad solo me apetecía volver atrás, solo me apetecía llorar, estar a solas con Cielo, pero no beber, pero era lo que ella me ofrecía, entonces me tenía que joder.

Cielo: venga dime qué era lo que te he tirado.

Damián: una cerveza, pero te dejo invitarme con una condición.

Cielo: ¿Cuál?

Damián: que me dejes invitarte a ti a otra, otro día.

Cielo: (con voz de traviesa) Oshe, que eso no vale, ¿eh? Que yo te la he tirado a ti.

Damián: si no, no hay trato, ¿eh?

Cielo: vale, tu gana.

Nos pedimos una cerveza, agarrados por la cintura la pago ella, brindamos y volvimos con los demás, que entonces nos separamos.

Cesar: ¿qué tal?

Damián: nada, me ha animado un poco y me ha pagado otra cerveza.

Al poco comenzaron a decidir de irse, ahora Cielo hizo algo que no comprendí demasiado bien, en un primer momento me sentí algo de Celia, pero creo que lo hizo realmente para quitarse del marrón de interrumpirla ella.

Cielo: Damián, por favor, llama a mi hermana y dile que nos vamos.

Damián: ¿yo?

Cielo: si...

Me acerque a Celia, que estaba mirando su móvil con el tipo enfrente

Damián: Celia...

Celia: ¿sí?

Damián: que dice tu hermana que nos vamos ya...

Cielo: ¡venga chete, que nos vamos!

Celia: ¡que ya voy!

Se despidió del tipo, yo me di la vuelta para largarme y en ese momento ella, se me agarro del brazo, me tenía bastante confundido, aunque creo que parcialmente tenía yo la culpa.

Celia: ¿te importa?, es que estoy mareada...

Damián: no, no... Si para eso estoy.

Celia: jajaja, ¿para eso nada mas?

Damián: no, también para otras cosas, pero una de las cosas es esa.

Al poco llegamos al guarda ropa, cogimos nuestra ropa, en ese momento me sentí como un perchero, pero bueno, también hacen eso los novios, aunque yo, no lo era.

Celia: ¿me aguantas las cosas?

Damián: si, claro.

Le aguante el bolso, me lo puse estilo coña

Celia: huy, que mona.

Damián: jajajaja, venga toma.

Luego íbamos agarrados por la calle comenzamos a hablar de amor, melancólicamente ella saco el tema de su ex, según me conto, su ex la quería de verdad, era muy bueno con ella y ella paso de él, hasta que decidió estar con él, lo trato bastante mal, lo hizo sufrir y cuando empezó la relación, la relación ya estaba envenenada, así que tenía sus días contados.

Justamente lo mismo que me estaba haciendo a mi o eso pensé yo en ese instante, las mujeres tenéis el problema de que cuando un tipo os trata bien y os hace feliz, lo metéis instantáneamente y férreamente en la friend zone, pero cuando al tipo no le interesáis y os trata mal, les prestáis toda la atención del mundo, por el daño que me hizo antes yo no estaba muy hablador la verdad y Cesar que siempre estaba ojo avizor para ver que podía pillar, se agarro a Celia obligándome a soltarla para que no me pillaran los coches, yo vi más adelante a Cielo sola andando a una gran velocidad, así que los deje solos y me acerque a ella, tardando un poco en igualar su ritmo.

Damián: hola

Cielo: hola

Damián: ¿Por qué tanta prisa?

Cielo: porque mi madre María, si tardamos mucho se pone como loca y ya está amaneciendo, entre que nos dejan en nuestra casa y todo...queda tiempo.

Damián: ¿ha estado bien la ultima birra, eh?

Cielo: si, abra que repetirla, ¿no?

Damián: eso, pero en la próxima invito yo.

Cielo: venga, vale a menos que te la tire yo.

Damián: hey, ese no era el trato, ¿eh?

Ambos nos reímos

Cielo: no veas la que ha caído mientras estábamos dentro de la discoteca.

 Ahora que lo decía, todas las calles estaban mojadas

Damián: no me había dado cuenta, hasta que lo has dicho.

Cielo: claro es que no veas el ciego que llevas, si la zona vip estaba cerrada porque se puso chorreando.

La zona vip era unos asientos en forma de cueva con una barra al lado, pero no tenia techo y claro, para un día de lluvia era fatal.

Damián: si en eso si me fije, aunque no mucho.

Cielo: bueno, tu es que te estabas fijando en otra cosa...

Damián: ¿tanto se me nota?

Cielo: demasiado

Damián: pues, lo intento disimular en realidad.

Cielo: pues no lo disimulas nada, ¿eh?

Llegamos al descampado, en ese momento, ellas llegaron al coche, su conductor no estaba en condiciones para conducir, porque había bebido, como Cesar hacia muchas horas que no bebía ya estaba bien, pero yo no tenía más ganas de estar aquí, así que fui a despedirme de ellas, primero de mi adorada Celia.

Celia estaba cariñosa, le saque 4 pares de besos, en los que sin duda pensé: “éntrale, ¡vamos éntrale!, ¿no querías otra oportunidad?, aquí la tienes”, pero la sola idea de que seguramente se había liado con el otro, me repugnaba tener que comerme las babas de otro, para besarla, aunque pensándolo fríamente la saliva de los demás vive 6 meses en nuestro cuerpo y no pensaba esperar ese tiempo ni por asomo.

Me acaricio 2 beses la cara y me dio otros 2 besos, viendo que estaba por ahí para nada, que ya me había despedido y que cerró la ventanilla para centrarse en el móvil.

Celia: oye, que voy a cerrar, ¿vale?

Damián: vale

Me fui a despedir de Cielo, para despedirme de ella aproveche que su puerta estaba abierta para entrar y darle 2 besos, le vi las bragas negras, por un momento pensé que me las estaba enseñando adrede, pero, luego Cesar me confirmo que es que estaba tan morada que no se había ni enterado.

Damián: Hasta luego

Cielo: hasta pronto

Al llegar al coche...

Cesar: tío, Cielo me ha enseñado las bragas ¿crees que ha sido adrede?

Damián: no creo, creo que esta tan morada que no se da cuenta, Celia ha estado cariñosa conmigo, pero no sé.

Cesar: si, pero ella es que se pone cariñosa

Damián: pero solo lo ha sido con 2 personas hoy, conmigo y con el tipo, además realmente creo, que lo ha sido con él, porque yo no la bese antes.

Le eche en cara el haber ido a por Celia echándome a mí, pero él como siempre se lo tomo a risa, aunque yo lo dije muy seriamente.

Al llegar a mi casa, me puse a llorar enmorecido por el error cometido y Cesar estuvo hablando conmigo, hasta que me dormí 4 horas después.

Para mi propia vergüenza, mi madre me vio llorando, me mando a dormir y que mañana seria otro día, pero yo sabía que esto no tendría un arreglo tan fácil, quizás había perdido mi oportunidad con ella para siempre aunque ore para que no fuera así.