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Un nuevo amigo (2)

en Gays

UN NUEVO AMIGO - 2

Esperé solo un día para ponerle un mail. Le decía en él lo que me había hecho disfrutar su visión y que cuando me había comunicado donde vivía, se me había saltado el corazón porque yo me encontraba en xxxxx. Estábamos tan cerca que podíamos quedar para conocernos personalmente.

Le recordaba que me había gustado, que deseaba conocerle en persona y ver, tocar, acariciar y besar sus labios.

De pronto me entró miedo de haber sido demasiado lanzado. Os he dicho que tengo problemas físicos y en mi interior germinó la idea,

-Igual, mi nuevo amigo, no desea mantener en la realidad, lo que me había prometido en internet en un momento de calentura.

Aquella noche me acosté tarde esperando que conectase o me escribiese un mail, pero no lo hizo.

Al día siguiente, sábado, encendí el ordenador, conecté con mi correo y vi un mensaje suyo muy cariñoso. Cuando lo leí, sirvió para revolucionar mis hormonas y poner en movimiento todos los axones de mis nervios. Me ratificaba le gustaba y honestamente añadía.

Creo que el que vivamos tan cerca es una premonición, físicamente no sé aun si revolucionarás mi tetosterona, eso lo podemos saber viéndonos el día que quieras y donde señales.

El domingo iba a estar solo en casa casi todo el día porque mis padres asistían a una boda de una compañera de mamá y no queriendo demorar el encuentro, le propuse venir a comer (a las dos de la tarde o después si no le era posible a esa hora) porque así dispondríamos de tiempo hasta el anochecer para dedicarlo a nosotros. Le acompañé mis señas.

Estuve nervioso lo que restaba del sábado y no podía casi sostenerme en la silla, saltando de gozo, toda la mañana del domingo hasta que mis padres marcharon, dejándome comida y un montón de recomendaciones.

Cuando mamá dijo al salir.

-Si no puedes arreglarte solo nos llamas y vendrá papá a ayudarte.

Me reía por dentro pensando, qué pensaría papá si tenía que llamarle para que me ayudara en lo que soñaba hacer con mi nuevo amigo.

Este llegó puntual, ya su voz me pareció bonita cuando la escuché a través del interfono y no digo como me sentí cuando vi su figura al abrirle la puerta del jardín, donde le esperaba, azorado, sentado en mi silla ortopédica.

Escudriñé su mirada por ver si era bien aceptado. He recibido varios rechazos en esta vida, que me han hecho especialista en leer en los ojos,

Sonreí contento, porque en su limpia mirada, cuando se agachó para besarme, vi su aceptación.

Es solo el aperitivo - me dijo quedo al oído.

Aquel beso tuvo la virtud de tranquilizar mis nervios aunque ocasionó una descarga eléctrica que empezando en mi boca paró en mi sexo, que comenzó a excitarse.

Pronto empiezas - le reconvine con el pensamiento, pues en vez de mostrarme como un salido sexual, deseaba parecer un magnífico anfitrión.

Tenía preparado en el comedor el mejor mantel, la vajilla que mamá recibió de su madre y creo que ésta de la suya, que no se usaba nada más que en sucesos muy importantes y dos juegos de la cristalería, que mis padres habían traído de un viaje a Bohemia, y que me gustaba porque sonaba, cuando chocaban los cristales, como un vals del Danubio.

Vaya recibimiento, no debieras haberte molestado tanto. La mesa está preparada para recibir un rey.

Está preparada para recibir a mi príncipe.

Gracias - murmuró mientras se acercaba y me acariciaba la cara.

No pude por menos de asir una de sus manos y acercarla a la boca donde la retuve durante unos segundos, para disimular unas lágrimas tontas que me venían a los ojos.

Debió de notar mi emoción y acercando mi cabeza a su pecho, la siguió acariciando allí. Bajó después sus manos por mi espalda mientras me decía amoroso.

- Mi querido amigo.

Estos gestos de cariño fueron para mí la ratificación de que estaba ante un chico sensible, desprendido y sobre todo muy buena persona.

Me hice las siguientes preguntas mientras recibía sus caricias.

¿Busco solamente en este chico lo sexual o la cercanía de alguien que piense o sienta como yo?

¿Satisfacer mi cuerpo o la compañía de un ser humano?

¿Comprensión, caricias, saber que yo o mi cuerpo podemos ocasionar deseo sexual para alguien o dejar que mi libido se descargue de las tensiones que se acumulan por la soledad en que me encuentro?

Creo que es una amalgama de todo eso y mi amigo lo percibe, porque a la vez que me da besos cortos por mi cuello y cara, acaricia suavemente mi vientre y tórax, que ha dejado al descubierto al subirme la camiseta hasta casi los hombros.

Para ayudarle, como suele hacer mi perrita, cuando buscando mis caricias se echa patas arriba enseñando su vientre, así hago yo quitándome la camiseta y aflojando el cinturón para que sus manos puedan bajar de la cintura y se adentren y acaricien mis partes escondidas. Cuando con suavidad lo hace, me produce un cúmulo de maravillosas sensaciones placenteras que me hacen suspirar de gozo.

Noto que en su recorrido por dentro de mi aflojado pantalón, la punta de sus dedos encuentran la de mi pene y la acarician con sus yemas. Estoy, solo con eso, a punto de derramarme de placer.

Miro a sus ojos, su cabeza esta cerca de la mía, pues ha ido agachándose a la vez que sus manos me fueron acariciando y noto en ellos cariño y al fondo de su iris una chispita de deseo.

- ¡¡ Mi cuerpo vale para algo !! - me digo y al notarlo siento un éxtasis aún más agradable que el que me pudiera producir una eyaculación al final de cualquiera de las muchas masturbaciones, que solitario, me hago.

Desde donde estoy sentado solo puedo acariciarle su espalda pero después de abrazarlo, bajo hasta sus nalgas que recuerdo haber visto blancas, duras y apetecibles.

Estamos cambiando los preparativos y la comida que espera en la cocina por las caricias, besos y atenciones que nos estamos intentando dispensar. Creo ha notado que estoy muy falto de ellas porque las prodiga ampliamente por mi cuerpo. La postura que debe de tomar, a causa de la silla, no es la más idónea por lo que le pido me acerque a uno de los sofás de la otra parte del salón, donde sin darme tiempo, me recuesta con dulzura, mientras dejo caer mis deportivos.

Agarra mis pantalones por los bajos y tira de ellos de manera, que ya aflojado el cinturón, no le cuesta nada dejarme solo vestido con un slip por cuya abertura aparece mi endurecida polla.

Se arrodilla ante mí, me los baja e inicia la más maravillosa acción de sexo oral que humano alguno jamás haya hecho. Con su caliente y ensalivada lengua recorre acariciándolo una y otra vez el enderezado pene, mordisqueándolo y siempre apretándolo con aquellos sublimes, tersos, gordezuelos y maravillosos labios.

¡¡ Qué placer siento !! Había vivido en sueños muchas veces escenas similares, pero nunca pensé que esto se pudiera sentir, oleadas de placer que origina la excursión de la lefa, siguiendo el recorrido de sus labios, desde el escroto a la uretra, para descender de nuevo cuando los abre y deja libre el pene.

- Un gracias - sale de mis labios, las repite mi corazón y también las dice mi hombría, que ante lo que me está haciendo mi amigo, se reafirma en que valgo para satisfacer a un semejante.

Antes de que salga por vez primera mi semen le pido pare y desde la postura que estoy, levantado él, puedo ayudarle a bajar su ropa que me deja al descubierto la polla más hermosa, suave, derecha y deseosa de caricias que nunca tuve cerca de mi cara. Muestro tal deseo de chuparla, de meterla en mi boca, que mi amigo sonriendo, me hace parar y me enseña como debo de hacerlo.

Le atiendo y suavemente acaricio con mi lengua de abajo arriba su tallo en todo su recorrido varias veces, para al final, cuando la dureza que noto en su miembro ha llegado a ser extrema, meterla en la boca donde la chupo como he visto hacer en internet o como creo lo haría un bebe que tomase su alimento. Los movimientos compasados de su cuerpo a mi acción y sus caricias en el cuello y espalda me transportan a un éxtasis indescriptible.

No quiero ser egoísta y entre suspiros de placer pregunto a mi acompañante.

¿Lo hago bien?

Perfecto tienes una boca muy suave, pero no aprietes tanto las manos sobre mi culo, vas a dejar las nalgas llenas de moratones, Je, je, je.

Efectivamente las estoy apretando excesivamente porque descargo en ellas la tensión que siente mi cuerpo.

Antes de que sienta la necesidad de derramar me para y ofrece la posibilidad de continuar nuestro goce de otra manera. Me voltea, me pide si puedo arrodillarme en el suelo y cuando lo consigo, busca mi agujero, que lubrifica ensalivándolo, para ir metiéndome su inhiesta espada. Poco a poco sin hacerme daño. Siento algo de temor y se lo digo.

- Cálmate es mejor que no pienses en ello, que te relajes y si no sabes ayudarme no hagas nada.

Cuando ya noto que dentro de mí está lo mejor de él, me tranquilizo, relajado y confiado. Sé que va a darme todo lo que guarda, que lo va a realizar haciéndome disfrutar, buscando que a mi vez derrame hacia el exterior, conjuntamente, lo que yo reservo en mis testículos.

En un principio no noto nada más que algo entra y sale de mi cuerpo, después comienzo a sentir una sensación que no encuentro palabras para describirla, es como si parte de mi cuerpo buscase un contacto con algo que quema al rozar, como si en mi interior hubiese algo que se mueve, cosquillea, se adentra y eleva mi tensión sexual, como que me voy a desmayar porque estoy sintiendo una sensación en mis genitales que me van a hacer morir durante unos momentos.

Grito en enloquecido y tranquilizo a mi compañero diciéndole es de placer, mientras se esfuerza porque "aquello" entre y salga de mi cuerpo y siga haciéndome gozar de una manera que nunca antes había sentido. He aprendido a hacer movimientos que le ayuden, que la punta de su miembro busque rincones en mi interior, que el roce sea ms intenso que lo que me quema las entrañas sea mas.

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