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Los primos franceses

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LOS PRIMOS FRANCESES

El sol a estas horas de la mañana, acabado de asomar, alarga sobre la arena de la playa las sombras de los edificios que circundan el Paseo del Muro y da brillos a capricho a la superficie del agua.

No hay bruma y la brisa mañanera ha arrastrado el polvo que pudiera flotar en el ambiente que ha quedado límpido, fresco, transparente y sin mácula, lo que permite ver a distancia y distinguir, allá a lo lejos, un barco carbonero que enfila hacia la entrada del puerto del Musel.

Hoy he salido a la calle muy temprano. He dormido poco e inquieto. Me he despertado según mi reloj a las cinco y media de la mañana, hora muy poco habitual para mí.

Cuando me he asomado a la ventana de mi dormitorio, acababa de iniciarse la iluminación diurna del firmamento. Esa fuerza tan poderosa y extraña a nosotros, empezaba a esconder el manto negro, con el que cubrió el cielo durante nuestras horas de descanso, para colocar en su lugar el luminoso, brillante y azul, de la luz, que disfrutaremos durante el día.

Como el sutil toldo negro nocturno ha quedado guardado en algún rincón del universo, he podido ver y disfrutar ya del sol, que asomaba temeroso tras las verdes montañas que hay en el este.

Anoche me costó mucho dormir, suele ocurrirme cuando ha habido algo que ha turbado en demasía mi mente, sea tanto negativa como gozosamente.

He recorrido despacio la distancia que me separa del ángulo que forma el puente sobre el río Piles y el paseo que lleva al Rinconín y allí me he parado a observar el mar.

Unas cuantas personas corren al borde del agua, en la arena mojada, dejando tras de sí una estela de espuma, que marca en la distancia, el recorrido que van haciendo.

Había conocido en internet, ayer por la mañana, un chico rubio como el trigo maduro y cuando me acosté mi mente comenzó a rememorar toda la escena que había tenido lugar durante la conexión.

Como me ocurre muchas veces al abrir el ordenador encontré una dirección de correo que me solicitaba le añadiese. Suele tratarse de personas que leen mis relatos. Le acepté y quedó añadido en mi msn, en la sección de amigos. Mientras saludaba a los que encontré conectados, abrí el correo por leer los mails que me habrían mandado y escribirle un mail a las señas que acababa de añadir, para a darle las gracias por su deferencia.

No me dio tiempo a poner el mail porque esa nueva dirección de mi lista de amigos, aparecía de color verde, indicándome estaba en línea.

No sé si fui el primero en saludar o lo fue él, pero iniciamos una conexión mutua. Le di mi nombre, edad, desde donde hablaba y él hizo lo mismo. Estaba comunicando desde Francia, donde me dice está pasando unas vacaciones en casa de un primo suyo. Su primer apellido es alemán y el segundo, que también me dice, le indico es de origen español. Curiosamente se trata de un patronímico que conozco bastante por lazos familiares. Se lo señalo y le cuento algo de la historia del nombre y como es el pueblo castellano del que deriva.

Hemos roto el hielo de los primeros momentos y pasamos a preguntas que nos permitan conocimientos más profundos. Así conoce que soy gay y él se define como bisexual. Me ofrece ver su fotografía en el perfil del msn y a la vez la de su primo, quien me asegura también es bisexual y de un año menor, le calculo quince años pues me dijo que él hacía dieciséis años que había venido al mundo. Son ambos muy rubios, bellos latos y delgados.

Ya entramos en la parte de las características personales, color de pelo, ojos, tez, que le digo y como a él se las he visto en la foto, me informa de lo que considera más importante de su anatomía.

La polla me mide 16 cm. ¿Cuánto mide la tuya?

Se lo digo aproximadamente. Sinceramente no lo sé. He tenido siempre pudor ponerme una regla sobre la verga para ver lo que mide, pero es una pregunta que mucha gente te hace como si la longitud tuviese algo que ver con la sexualidad que puedas tener o el goce ella pueda dar.

Creo es una pregunta mucho más femenina que masculina, porque la vagina, aunque dicen se adapta a lo que le entra, si esto es grande, puede ser más placentero. En el culo, en el esfinter del recto, una polla grande o muy gorda puede causar más dolor que placer.

Ya hemos iniciado la parte más abierta y placentera de nuestra conversación y mientras en un descanso me dice va a beber un vaso de agua, miro de nuevo su fotografía que comienza a enervarme. El amarillo de su pelo le cae a grandes mechones alrededor de la cara, que es lo suficientemente bella para que me atraiga.

Cuando vuelve al ordenador, para gustarle, para conquistarle, utilizo diferentes expresiones que considero atrayentes.

Poéticas

Cuando el sol se esconde en su disco de cobre los reflejos en tu pelo tienen que ser fascinantes, tomarán un color de fuego ardiente, que me volvería loco contemplar y acariciar.

Sensuales

Tu vello rubio alrededor del tallo de tu pollita, al acariciarlo suavemente con la yema de los dedos, tiene que ser como tocar la pelusilla de la cabeza de un bebe.

Insinuantes

Mis labios se están abriendo sin querer para recibir eso maravillosamente duro, que guardas entre tus muslos.

Guarras

El olor que produce el sudor de tus huevos y el de esa raja del culo que hay detrás, me fascinaría olerlo. Me pondría terriblemente ardiente al sentir que es el olor de un verdadero macho.

Leí en la pantalla seguidamente.

Me he excitado y he empezado a pajearme ¿Por qué no me acompañas?

No puedo - le contesté - no estoy solo en casa, puede aparecer de pronto alguien en la habitación desde donde escribo.

Apoyo mi mano por encima del pantalón sobre mi verga y noto las palpitaciones de mi corazón en la barra endurecida que tengo debajo ella. Se podían medir mis aceleradas pulsaciones en vez de en la muñeca, sobre la polla.

Mi excitación subió posteriormente a tope cuando en la pantalla apareció escrito.

Mi primo ha entrado en la habitación donde estoy en el ordenador, se ha arrodillado ante mí y me la ha empezado a mamar.

- Por favor no me digas eso, me están empezando a doler los huevos de no poder satisfacer mi deseo, por no poder hacer nada.

Ja,ja,ja, no quiero aumentar ese dolor y por ello no te describo lo que me está haciendo, ni lo que siento mientras tiene mi polla en su boca.

A pesar de la promesa, como tenía las manos libres para poder escribir, no podía resistirse ponerme de vez en cuando lo que sentía.

Gloria . . . . placer . . .locura. . - y

Y al cabo de un rato terminó escribiendo con letras mayúsculas

- ¡¡¡¡ ME CORRÍ iiii.

Desconecté sin despedirme para refugiarme donde suelo descargar mis testículos, que ya no resistían más.

Donde termina la playa, entre las escaleras una a seis, rompen las olas altas, que son aprovechadas por varios surfistas para deslizarse con sus tablas.

En el resto de la playa las olas llegan mansamente, suaves, para deshacerse en espuma sobre la arena, que recoge y absorbe todo el líquido que le llega y al rato presenta una superficie idénticamente igual que anteriormente.

Una pareja de mubles, en el agua remansada debajo del puente, juegan contentos a contracorriente.

Espero que al fin de esta mañana, conecten en el msn los dos primos franceses y podamos "jugar" los tres, porque esta vez seguro voy a estar solo en casa.

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