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Con la pandilla a casa de los profesores (1er día)

en Hetero: Primera vez

-Máxima: ¿y te lo hace bien?

-Lúcila: ya ves si me lo hace bien el muy hijodeputa. El día que me lo hizo por primera vez me hizo un poco de daño, pero la segunda, tercera, cuarta y etcétera, fuaaa.. cada ves me gusta más follar con él.

-Máxima: ua.. es que yo no te veo follando con el profesor Silvano. Cuéntamelo otra vez por favor, cómo lo hicísteis por primera vez.

-Lúcila: ¿otra vez? si ya te lo he contado como 5 veces!

-Máxima: ya, pero es que me gusta mucho.. me pongo super caliente.

-Lúcila: bueeeno, pues por sexta vez, o séptima u octava o yo qué sé cuantas más, te contaré cómo me desvirgó nuestro amado profesor Silvano. Corrían tiempos de guerra en la llanura de Crom cuand...

-Máxima: ¡ay va! no te pitorrees de mi. Cuéntamelo de nuevo!

-Lúcila: ja ja ja. Vale, pero esta será la última. Pues fue un día que el profesor me había castigado a escribir una redacción quedándome al terminar la clase. Yo escribí mi redacción lo mejor que pude acerca de que no se debe mascar chicle en clase porque eso molesta a los compañeros y etc. Durante su escritura, peró, me vi en una situación atractiva para esa leyenda urbana de la que tantas veces hemos oído hablar de conquistar un profesor de la escuela. Estábamos él y yo solos en la clase y yo olíame que esa mutua soledad podía dar algo más que una buena redacción. Entonces fue que, recordemos que estaba en el asiento delante de todo, el de Serafina, me propuse cazarlo. La primera táctica fue levantarme la falda hasta que se me viesen las rodillas.

-Máxima: uhmmm, ya me noto la pucha calientee, sigue sigue.

-Lúcila: ja ja, llamé la mirada de mi príncipe con algún que otro toser. Sin retirar mi mirada de la redacción que andaba en proceso aprecié que el señor Silvano se fijaba en unas que se me veían rodillas que normalmente no se muestran. Fue entonces cuando, usando mis veloces reflejos y capacidad de mirar de reojo, levanté mi cabeza a mirarlo justo en el momento en que él me miraba las piernas. Él se quedó, no hace falta decirlo, super cortado. La acababa de cazar una de sus propias alumnas haciendo algo reprochable a cualquier profesor que es mirándole las piernas a una alumna.

-Máxima: ¿es verdad que si os pillan le pueden meter en la cárcel?

-Lúcila: parte de verdad tiene. No, no le meten en la carcel pero no vuelve a ejercer de profesor en su vida, o como mínimo en algunos años. Y eso te creerás que es poco castigo pero la profesión de profesor requiere mucho estudio y si te pasas 10 años estudiando para ello y de pronto te dicen que no puedes ejercerlo y te tienes que ir a limpiar calles pues...

-Máxima: sí claro, jodido tiene que ser.

-Lúcila: pero a nosotros no nos van a pillar, o eso intentamos entre los dos. Siempre lo hacemos en lugares donde no nos puede coger descubrir nadie y su familia no sabe nada de ello.

-Máxima: ¿y la tuya? ja ja ja, ¿tu padre sabe que te coge el profesor? ja ja ja.

-Lúcila: ja ja ja, si mi padre se entera de que follo con mi profesor no le va a prohibir ejercer su profesión, directamente le cortará los huevos, ja ja ja.

-Máxima: ja ja ja, sigue, sigue, lo pillaste que te miraba las piernas.

-Lúcila: sí, y yo me le reí en la cara obviándole lo que hacía.

-Máxima: y él.. volvió a mirar los exámenes que corregía.

-Lúcila: te lo sabes más bien que yo. Pues bueno, entonces yo seguí haciendo mi redacción a la vez que cruzaba y descruzaba mis piernas repetidas veces. Él ya había mordido en anzuelo por lo que no se me podía escapar. Se le iban los ojos contínuamente y no sé si lo que hacía en su mesa eran exámenes o me estaba dibujando las piernas, porque la verdad no podía concentrarse en otra cosa.

-Máxima: ¿cómo sabes que eran exámenes lo que corregía?

-Lúcila: porque lo vi cuando me acerqué a entregarle la redacción. Pues bueno, cuando terminé mi redacción me levanté y me fui a dársela, préviamente hubiéndome desabrochado un par de botones de la blusa.

-Máxima: ja ja ja, pobrecito Silvano, debía estar a 39º de temperatura corporal.

-Lúcila: posible, qué más da. El caso es que, ideé una perversa estrategia para entregarle la redacción. Me apoyé con mis tetas en su mesa, doblegando mis rodillas lo justo para que pareciera que lo hacía sin querer. El espectáculo no podía ser más captivador, una tierna alumna con el escote semiabierto entregándole una tan fresca como ella redacción en una clase totalmente vacía.

-Máxima: no hace falta que me lo digas; y además lo mirabas a los ojos con tu invisible sonrisa que.

-Dicen las dos a la vez: ¡¡no ven los ojos sólo el alma!! ja ja ja.

-Máxima: y ahí fue en que él te pasó un dedo por el escote.

-Lúcila: y yo me reí.

-Máxima: sí, ja ja. Y él te siguió tocando el escote con su dedo hasta que tú alargaste tu mano por debajo de su mesa y le palpaste el paquete.

-Lúcila: sí... mmmm, y lo siguiente fue... bueno, fue bastante rodado. Me agaché bajo su mesa y le mamé la polla un rato, después él me estiró encima la mesa y me comió la patata. Se puso finalmente encima de mi.

-Máxima: encima la mesa.

-Lúcila: sí, y me la metió léntamente. Me dolió bastante cuando estuvo todo dentro y se detuvo un rato, pero aluego se empezó a mover y yo me sentí en el cielo.

-Máxima: y te folló, y te folló, y te folló encima de la mesa mientras tú.

-Lúcila: aullaba de gusto cada vez que me la metía dentro.

-Máxima: y así siguió hasta que.

-Lúcila: ¡bueno! ya me lo estás contando tú! ¿No querías que te lo contara?

-Máxima: ay sí, pero es que me da como si me estuviera haciendo un dedo y lo cuento.

-Lúcila: pues ahí te quedas con tu dedo. Sigue metiéndote el dedo si tanto te gusta.

-Máxima: ¡ay vete a la mierda! a mi me gustaría follar, pero no tengo con quien.

-Lúcila: será porque no lo quieres, porque si quieres cazas a cualquiera para coger con él.

-Máxima: ya... pero es que no me llego a atrever.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

-Lúcila: pues porque...

-Máxima: ¿porque qué?

-Lúcila: ay, déjame pensar un momento.

...................................

-Máxima: ¿en qué piensas?

-Lúcila: en que... Silvano tiene compañeros en el trabajo tan profesores como él.

-Máxima: ¿?¿? Y ellos que tienen que ver en esto?

-Lúcila: serás boba, ellos te podrían coger.

-Máxima: . . . . . . . . . . . . . . . Ostia . . . . . . . . . pues . . . . . . . . no había pensado en ello.

-Lúcila: haré una cosa, hablaré con él mañana por la tarde, cuando vaya a verle, después de coger ja ja, y quizá puede hablar con el señor Leopoldo o el señor Luncho y..

-Máxima: que uno de ellos me coja!

-Lúcila: ahí está.

-Máxima: ¡vale! pues quedamos así, mañana vendré a tu casa a las 20 horas y me lo cuentas.

La conversación entre las dos chavalas transcurre el resto de la tarde por iguálmente picantes senderos hasta que estas se despiden hasta el próximo día. Al próximo día las dos comparten la mañana en alguna clase y hablan repetidamente de la misma sobada cosa; que un amigo del profesor Silvano coja a Máxima, pero básicamente la idea no conlleva novedad o modificación. Al terminar la clase de la tarde las dos amigas se vuelven a despedir ahora sí con las ideas claras sobre el posible acuerdo que quizá se plantee esta tarde.

-Máxima: a las 8 en tu casa.

-Lúcila: yo estaré.. je je, no sé tú.

-Máxima: venga adiós.

---------------------------------------

Tocan las 8 de la tarde en el reloj de pared de casa de Lúcila. Casi al mismo momento suena otro agudo y electrónico ruído que es en este caso el del timbre.

-ning-nang-

Lúcila es quien espera visita por lo que es quien primera va a abrir la puerta.

-Máxima: hola.

-Lúcila: hola, ven.

Lúcila toma a su amiga de la mano y las dos se encaminan a su habitación. Una vez dentro y cerrada su puerta la conversación empieza.

-Máxima: ¿qué te ha dicho?

-Lúcila: a ver... la historia es larga. Porque después de hablarlo entre nosotros él ha llamado a sus compañeros y han hablado entre ellos lárgamente.

-Máxima: pero dime, ¿me va a coger alguien?

-Lúcila: sí, pero no va a ser exáctamente como pensamos.

-Máxima: ¿no va a ser el señor Leopoldo? ni el señor Luncho?

-Lúcila: sí, quizá uno de los dos. Pero... a ver.. habrá otra persona.

-Máxima: . . . . . . . . . . ¿a qué te refieres?

-Lúcila: que vamos a hacer una orgía.

-Máxima: ¿una orgía?

-Lúcila: sí, ¿sabes qué es no?

-Máxima: sí, hacerlo muchas personas a la vez.

-Lúcila: pues va a ser eso, vamos a hacerlo tú, yo, Donátila, Silvano, Leopoldo y Luncho.

-Máxima: ¿Donátila??????

-Lúcila: sí, ya lo he hablado con ella.

-Máxima: ¿pero ella es virgen?

-Lúcila: no, está todo preparado Máxima.

-Máxima: ella ya lo ha hecho?

-Lúcila: sí, lo hizo este verano con un amigo.

-Máxima: entonces... ¿las... seis lo haríamos juntos en una casa?

-Lúcila: sí, en una casa de la que disponen entre todos. Me ha contado que para organizar fiestas y a la que por cierto hemos ido alguna vez Silvano y yo.

-Máxima: ¡uala! una orgía... qué cosa más rica ¿no?

-Lúcila: eso espero je je.

-Máxima: ¿y cuando, cuando habéis quedad...

La conversación de las dos chavalas se alarga media horita más en que Lúcila le cuenta a su mejor amiga todos los detalles del plan. El lugar, el día, la hora, quien, cuando, cómo... un sin fin de datos que poco interesan más que... a la misma Máxima en cuestión que está embrujada por la que se le presenta primera experiencia sexual con un hombre, un profesor, una orgía al lado de sus amigas, un apartamento donde los profesores y sus amigos hacen "fiestas"... Poco duerme durante la noche de hoy la joven Máxima, y lo poco que duerme son sueños acerca de lo que no le deja dormir. . . . . . . .

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Llega el día, pero en particular el día D en que Lúcila, su amante y el resto de contrayentes han planeado organizar una particular fiesta en el piso de que disponen los profesores. A lo largo de los anteriores días el comportamiento de Máxima se ha visto notáblemente alterado en el trato con practicamente la mayoría de sus amig@s y conocid@s. En el trato con el profesor Silvano las conversaciones oculares entre ellos ha tenido muchas preguntas e inquietudes, pero este profesor no ha fallado en ningún momento su estricto comportamiento profesional en que no da muestra alguna de que numerosas tardes tiene encuentros con una de sus alumnas. Así mismo inquietas miradas de Máxima han sido dirigidas a los profesores Leopoldo y Luncho, pero estos han tenido el mismo regular comportamiento y no han dado a la chavala la que espera ella prueba de que lo que está preparado es cierto. Sí ha tenido Máxima alguna charla particular con su amiga Donátila. Ella le ha contado que hizo el amor por primera vez este verano con un amigo al que solía ver los veranos, pero no le ha contado nada más sobre el tema. Le ha dicho que está totálmente dispuesta a participar en esa orgía y que tanto le da hacerlo con el señor Leopoldo como el señor Luncho, que tiene Máxima derecho a escoger. Es por ello que se siente agraciada la juguetona Máxima aún no decidiéndose por quien va a ser el príncipe azul que la convierta en mujer introduciéndose por primera vez como hombre entre sus piernas.

Durante estos días periodo que precede al multisexual encuentro que tendrá Máxima con sus compañeras, se ha hablado también mucho y de muchas cosas con su mejor amiga Lúcila. Esta le ha contado diferentes juegos que a menudo practica con su amante y ella ha escuchádolos atenta para, por la noche, hacerse un dedo tras otro pensando en ello. Repetimos que llega el día en cuestión y Máxima anda requetecaliente por esos que tantos días ha esperado reyes magos del sexo. Está tan excitada la muchacha que la podría violar un desalmado al dirigirse ella a casa que, se lo pasaría bien. Pero habido no ha dicho desalmado que haya descubierto lo indescubrible y es que la chavala es un fruto maduro para su consumo y fruicción. Está esperando ahora mismo Máxima en su casa que supuéstamente la tiene que venir a recoger Lúcila con Donátila, para encaminarse ya al piso particular.

-ding-dong-

-Lúcila: hola reina, veo que ya estás preparada.

-Máxima: sí, va, vamos.

Dice la excitada niña vestida para calle y con las que necesita pertenencias en el bolso. La puerta de casa de Máxima se cierra pero esta vez con ella en la parte de fuera, tomadas las tres amigas del brazo dirigiéndose quien sabe donde. Mientras caminan por la calle algún que otro chaval se fija en el precioso trío adolescente; vestidas las tres con los de domingo vestidos yendo a jugar; ¿quizá a pelota? Piensa alguno de estos chavales. Y sí, le contestarían las tres a la vez de ser preguntadas, vamos a jugar a pelota. Cuanta hipocresía y falsedad que rodea nuestra sociedad en que la verdad destaca por su rareza.

Las tres chavalas acaban llegando al piso en cuestión. Es Lúcila la que habla por el contestador automático y quien se entiende con esa con que tantas veces ha hablado voz de su amante.

-Contestador: ~~ vale ~~ subid ~~

-meeec-

La puerta se abre dando el penúltimo que faltaba permiso para acceder a la vivienda. El último es dado al abrirse la puerta particular del piso en que se encuentran las tres niñas con los de momento sólo dos hombres.

-Lúcila: hola querido, ¿y el señor Leopoldo?

-Silvano: tenía un quehacer entre manos, pero puede llegar en cualquier momento.

-Lúcila: ah bueno.

Lúcila da un segundo saludo a su amante pero este bastante más húmedo que el breve "hola" que se dijeron al entrar. Ante sus dos amigas se da por primera vez un beso en público con su amante. El beso no es un simple y casto beso de película americana clásica sino que Silvano le levanta la falda para que vean sus amigas como le soba el culo por detrás de las bragas. Máxima está más nerviosa que un condenado a guillotina en el momento crucial, y tan crucial es el momento que ve a su mejor amiga besarse con su secreto amante y no deja ella de mirar de un lado a otro. A un lado ve la que destaca por su calma amiga Donátila. Y a otro ve, maldita sea, otro hombre que parece mirar las dos niñas con golotonería. No se ve capaz la chica de hacer nada, y es su amiga la que le da valor.

-Donátila: venga, anda.

Le dice empujándole el hombro.

Máxima se acerca temblequeante al que espera sea su amante, su primer amante, el señor Luncho. Se presta quieta ante él no sabiendo que la vía más práctica en una situación así es besarse. Es el señor Luncho que, aún viendo la clara inexperiencia de la chica la toma y le da un beso en la boca. Resultaría incluso gracioso a alguien que lo viera, y es que la chavala ni tan sólo se atreve a abrazar al que le abraza profesor a la vez que le mete la lengua en la boca.

-Donátila: ja ja ja.

Es su amiga la que la toma de las manos y se las posa tras el profesor.

-Donátila: así, ¿ves?

Máxima mira un instante a su amiga con la duda en la boca y tiene que abandonar esa mirada pues una voraz lengua se le mete en la boca; es la lengua del señor Luncho que cumple su parte del trato. Gracias a la ayuda de Donátila, Máxima pierde la funesta verguenza que sentía y abraza valiente al hombre con que se besa de la misma manera que habíase abrazado en sueños de dedo a su príncipe azul.

-Lúcila: te tendrás que esperar un poco Donátila, a que llegue el señor Leopoldo.

-Donátila: no hay problema, me sentaré.

La muchacha se sienta ante la encendida televisión en que tiene poder para contemplar ambas cosas, un concurso de preguntas o la relación sexual de sus amigas. Opta por lo segundo y da un pequeño repaso a los que de hecho ya tiene bastante conocidos profesores. El señor Silvano es un hombre al que muchas de las de la clase le echan de 40 años para abajo. Está más bien conservado a razón de la sana profesión que es para el cuerpo la de profesorado. No así la salud mental pero eso no tiene importancia para ella. El señor Luncho.. es curioso pero los expertos ojos de Donátila le echarían los mismos años que a Silvano, pero sonsacándole a este que no está tan bien conservado. Tiene una redondita extremidad barrigal que surge de un resto de complexión más bien delgada. Una carita pequeña como casi el total de resto del cuerpo y un bigotito que da un poco de carácter a la poco caracterizada cara de Luncho. En este momento contempla Donátila como Máxima y su primer amante se han sentado en el sofá. El señor Luncho le ha levantado la camiseta y le soba unos que se los ve que pedían la mano de un hombre pechos.

-Máxima: mmm, mmmm.

Por contra Lúcila y Silvano han avanzado bastante más en la relación y se encuentra la chavala mamando la polla de su profesor, sentado este encima de una mesa. Máxima no se fija en ningún momento de las evoluciones de sus amigas, y agracia con los ojos cerrados un romántico beso con el que espera sea su primer amante. Lúcila es una chavala más espabilada en el tema y de vez en cuando controla el salón en que están, revisando qué está haciendo cada una de sus amigas. Mira a su principiante amiga Máxima y le dice en voz bajita a Donátila:

-Lúcida: . . ¿tú qué crees? . .

-Donátila: . . le va a gustar . .

-Lúcida: . . eso espero . .

Lúcida vuelve a ocuparse de su ya no tan secreto amante sin perder con ello su vigilancia a la que espera se convierta en una gran mujer, Máxima. El señor Luncho parece saber llevar bien la relación y ahora tiénele metida una mano dentro del pantalón a la bella.

-Máxima: oooh, oooh.

-Lúcida: Máxima, eh Máxima.

Muy a su pesar Máxima abre los ojos y acude a la inoportuna llamada.

-Máxima: . . qué . . . mmm .  mmm .

-Lúcida: ¿te gusta? qué te tiene metido el dedo?

-Máxima: mmm, mmm.

Sin contestar nada, o ello parécele a la muchacha, rinde a su amiga sin respuesta y vuélvese a besar con su amante. La chica ha ganado un buen puñado de valor y le mete la mano como a ella misma le meten, dentro del pantalón del profesor Luncho. Este profesor sabedor de la inexperiencia de la muchacha, ayúdale a bajárselos y le ofrece generoso una mediana verga a ser masturbada. Sigue con los ojos cerrados la primeriza niña cuando toca por primera vez un pene de hombre erecto. Sin abrirlos palpa curiosa esa caliente y dura extremidad y siente un primitivo impulso de tocarla fuerte y soltarla, lo que en vocablo X se denominaría pajear.

-Luncho: mmm, muy bien pequeña, pero se hace así.

Le dice el profesor tomándole la mano y enseñándole correctamente como se pajea una polla; de arriba a abajo.

-Máxima: . . zum . . zum . . ¿lo hago bien?

-Luncho: por supuesto que sí, y yo ¿lo hago bien?

Dice el profesor metiéndole de nuevo el dedo.

-Máxima: aaah, aah, mm, mmm.

El profesor y Máxima se automasturban un rato hasta que él le plantea un reto.

-Luncho: ¿te atreves?

-Máxima: mmm, mmm, ¿a qué? mmm.

-Luncho: a comérmela.

Máxima vuelve a no dar respuesta prefiriendo darla en gestos, u acciones. Se agacha ante su nuevo amante y le come la polla sin dudarlo. Mientras el señor Luncho admira la valentía que ha adquirido la niña decide conversar un poco con quien no tiene la boca llena.

-Luncho: lo siento Donátila, Leopoldo no parece que vaya a venir.

-Donátila: tanto da.

Dice la muchacha con una cómplice sonrisa, comunicando con ella al profesor que disfruta tanto o más con la película X que le ofrecen tanto Máxima como Lúcida. Lúcida en este momento está montando a su querido. Este se ha estirado encima de la mesa y ella, siguiendo la costumbre que lleva desde hace un par de meses, se le ha subido encima y se le ha cargado la verga en la vagina.

-Lúcida: uhmm, uhmm, oooh, ooh, ooh.

El profesor Silvano tiénele cogidas las tetas con las manos que si no fuera por su viril sostén botarían a la misma endiablada velocidad con que bota la cadera de su alumna. La Lúcida chavala tiene adoptado después de que perdió su virginidad hace un par de meses, un hardcore ritmo de cogida que permítenselo el sabor con que le gusta que la verga de su profesor se mete dentro de ella a la máxima velocidad que permítale sus piernas.

-Lúcida: aah, aah, aah, a, ah, ah, ah, ah.

Aún presa de la lujuria, no olvida la chavala la atenta vigilancia que debe a su, la que acompaña en el desfloramiento, mejor amiga. Contempla, contemplan tanto Lúcida como Donátila que Máxima se ha estirado en el sofá en que estaban y el profesor Luncho maneja su verga entre las piernas de esta.

-Lúcida: ah, aah, un momento, mm, detente.

-Silvano: ¿mm? qué?

Lúcida no responde a su pareja pues debe toda su atención, al igual que Donátila, al suceso que sin duda está a punto de darse en el sofá de su mejor amiga. El señor Luncho mira a los ojos a la alumna de su colegio, a la cual no da clases, para que sienta ella un gran amor al metérsele la verga en la vagina. Ella no sabe casi nada del sexo, pero tiene iguálmente abiertos los ojos recibiendo una extraña energía de la que no es totálmente sabedora con la mirada de su nuevo amante. El señor Luncho avanza su cadera un poquito que a la niña le parece un mucho.

-Máxima: aaah.

----imagen 1----

-Luncho: vale.. tranquila.. estate tranquila y no dolerá..

-Máxima: mm, m, va, sin miedo.

-Máxima: aaaaah.

El señor Luncho ha obrado sin miedo y ha avanzado su cadera otro pelín. Quedan otros pelines para avanzar de esta pero a ella le parece una gran secuoya cada uno de los avanzares de la verga de su amante.

-Luncho: muy bien, hijita, muy bien.

Dice el profesor estirándose encima de la muchacha y besándole los ojos, la nariz, los labios, a la vez que;

-Máxima: aaah, aaaah, aaaaah.

Lúcida y Donátila se miran sonriéndose, las dos exclaman a la vez; bien. El profesor Luncho hunde lentamente su cadera hacia dentro de la muchacha consiguiéndole con ello un tránsito de niña a mujer delicioso. Ni muy rápido ni muy lento la cadera del profesor se infiltra cauteloso dentro de la vagina de la muchacha. Ella agradece puntualmente tales favores uno tras otro con su de niña aguda voz gemires.

-Máxima: aah, aaah, aah, aah, aah.

Lúcida, que junto a Donátila habíase quedado inmersa en la experiencia de su amiga, cree que no requiere esta de más vigilancia y vuelve a la carga con su profesoril amante. Vuelve a botarlo, primero léntamente y a la que la verga ha recuperado su presión, recupera la hardcore velocidad con que tan bien se lo pasaba antes cuando, cuando su amiga Máxima era aún una niña.

En eso que Lúcida, la "anfitriona" piensa en su otra amiga. La mira, a Donátila, que aburrida mira la tele.

-Lúcida: eh, Donátila.

-Donátila: ¿mm? sí?

-Lúcida: ¿por qué no vienes?

-Donátila: sí, es verdad, por qué no..

Donátila abandona la televisión y se acerca a su la que bota amiga. Sin esperar sugerencias se desnuda del todo y haciendo un poco de equilíbrios se sienta encima de la cara del profesor Silvano.

-Donátila: mmm, gracias por tu invitación...  Lúcida.

-Lúcida: de nada, aah, aah, vamos a gozar las dos de ella, aah, aah.

Mientras dice esto acerca sus labios a los de su amiga y la besa a la lesbiana sin dejar por ello de suspirar. Máxima transita lejana a todo esto y tiene más que suficiente con la verga del señor Luncho que la hace más mujer a cada vez que se mete dentro de ella.

-Máxima: aaah, aah, aaah, aaah.

-Luncho: muy bien niña, umf, umf, nos ha salido muy bien.

-Máxima: aaah, aaah, aah.

La muchacha Máxima es una interesante contertulia, pero en esta ocasión no tiene en absoluto ganas de platicar y responde con insignificantes (carentes de significado) suspiros al que se le ha regalado hombre.

Mientras tanto la triple relación sexual entre Donátila, Silvano y Lúcida ha tenido sus propias progresiones. En este momento el turno ha cambiado y es Donátila la que está encima la alfombra a 4 patas con el amante de su amiga metiéndose dentro de ella.

-Donátila: ooh, mm, sí.. oh, oh.

Y su amiga, la que le ha prestado el amante, está derecha a su lado besándose con el afortunado profesor Silvano. Dos muy afortunados profesores ha visto hoy el apartamento "picadero" de dichos profesores. Uno se acaba de coger una virgencita y el otro se está comiendo a dos bonitas chavalas. Así con toda la trope ocupada y el televisor innecesáriamente encendido, la pandilla pasa una muy entretenida tarde. Máxima folla con su profesor en diversas posiciones durante toda ella. Donátila y Lúcida practican el doble de posiciones con una sola persona el mismo rato hasta que el señor Silvano da la campana.

-Silvano: ummf, ummf, esto, chicas, umf, creo que sería cuestión de ir dejándolo. Tanto a mi como a Luncho nos esperan nuestras esposas en casa y la mejor excusa es la que no es necesario dar. Umf, umf.

-Lúcida: ooh, ooh, vale, pero nos debes una cosa.

Dice la muchacha descargándose del que botaba su profesor.

-Silvano: ¿uhm? qué?

-Lúcida: nuestro almuerzo.

Dice la muchacha tomando la verga de su amante y masturbándola velózmente ansiando beber su leche. Donátila sabe bien a que se refiere su amiga y presta su cabeza al lado de la que atenta su amiga para beber las dos de la leche del profesor Silvano. Esta leche no tarda en salir ante la veloz masturbación y las dos beben de ella en una escena digna de la película porno más hardcore. Cuando terminan su almuerzo se fijan y quedan enternecidas de que su amiga Máxima está siendo follada de nuevo en la posición en que se volvió mujer hace unas dos horas.

-Máxima: aah, aaah, aah, aah.

-Lúcida: esto, Máxima cariño, sería cuestión de ir acabando.

Máxima quizá no es suficiéntemente consciente para entender la llamada de su amiga. Y si entiéndelo no puede hacer nada en ello. Es sí, su profesor quien comprende que el asunto está en sus manos.

-Luncho: de acuerdo, en un momento me vengo.

El profesor Luncho aumenta el que hasta el momento era precavido ritmo de cogida y folla a la niña no con el bestial ritmo hardcore preferido por Lúcida pero sí con el necesario para venirse en un momento. Este ritmo, peró, parece gustar en demasié a la chavala.

-Máxima: oh,oh,oh,oh,oh,sí,oh,oh.

El profesor Luncho no tarda en llegar a la traca final. Cuando ello se saca de dentro de la chavala y apunta a su cara como hicieron Donátila y Lúcida con su Silvano. Luncho lanza blancos esputos de leche hacia la abierta boca de esa que está conociendo su sabor Máxima.

-Máxima: gap, gap, gap, gap.

-Lúcida: ¿qué sabor tiene, Máxima?

-Máxima: gap, gap, gorbl, gorbl, mmm. Está bueno, je je ¿puedo repetir?

-Lúcida: mmm, no, hoy no como mínimo.. otro día.

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Un conductor de autobús vergudo

Mobbing sexual (8: la chica del hotel)

A pleno sol

Mobbing sexual (7: la camarera necia)

Pago en beso

Mobbing sexual (6: Sabrina, la bruja adolescente)

Ordeñando al abuelo

Mobbing sexual (5: en el parque acuático)

Mobbing sexual (4: la ferretera)

Mobbing sexual (3: enfermera de un septagenario)

Mobbing sexual (2: la chavala del supermercado)

Mobbing sexual (1: la mujer del tiempo)

Gamberrita

El padre de mi amigo

Paja en la tienda

Desvirgamiento de Pitufina por Papá Pitufo

Viaje de final de curso (14: adeus meniña)

Viaje de final de curso (13: porn star)

Viaje de final de curso (12: acoso)

Viaje de final de curso (11: cuéntame cómo pasó)

Viaje de final de curso (10: que te folle un pez)

Viaje de final de curso (9: triple desvirgamiento)

Viaje de final de curso (8: jorobado de Santiago)

Viaje de final de curso (7: hacer la comunión)

Viaje de final de curso (6: pulpo a la gallega)

Viaje de final de curso (5: friend´s daddy)

Viaje de final de curso (4: bocatto di cardinali)

Viaje de final de curso (3: tomando un té)

Viaje de final de curso (2: nouvelle cuisine)

Viaje de final de curso (1: la estación de serv..)

Aprendiz de puta (8: epílogo)

Aprendiz de puta (7: el conde drácula)

Aprendiz de puta (6: cogida como perra)

Aprendiz de puta (5: la 1ª vez con una puta)

Aprendiz de puta (4: el escondite)

Aprendiz de puta (3: psicologoputa)

Aprendiz de puta (2: primera jornada)

Aprendiz de puta (1: Casting)

Desvirgamiento en el Palau de la Generalitat

La lámpara mágica 2ªT (16: la botella)

La lámpara mágica 2ªT (15: la tropa)

La lámpara mágica 2ªT (14: el muñeco)

La lámpara mágica 2ªT (13)

La lámpara mágica 2ªT (12: reina)

La lámpara mágica 2ªT (11: un favor)

La lámpara mágica 2ªT (10: el banco)

La lámpara mágica 2ªT (9: cine porno)

La lámpara mágica 2ªT (8: sexo & política)

La lámpara mágica 2ªT (7: las termas)

La lámpara mágica 2ªT (6: de cazería)

La lámpara mágica 2ªT (5: el probador)

La lámpara mágica 2ªT (4: autoestopista)

La lámpara mágica 2ªT (3: violación)

La lámpara mágica 2ªT (2: el loco)

La lámpara mágica, 2ª temporada (1:desvirgamiento)

Los bribones

Un remojón en el estanque

Limpiando platos

2001 - Una odisea espacial

Dentro del laberinto (6: el castillo)

Dentro del laberinto (5: el centinela canino)

Dentro del laberinto (4: el ogro bueno)

Dentro del laberinto (3: el consejo del anciano)

Dentro del laberinto (2: enigma de los guardianes)

Dentro del laberinto (con Jennifer Connelly)

Matrimonio de convenencia

El lavabo de caballeros

La amputada

El orangután de mi mejor amiga

Vamos a escuchar habaneras

El balneario de reposo (7: la despedida)

Travestismo

El balneario de reposo (6: me debes una)

El balneario de reposo (5: la muchacha)

El balneario de reposo (4: la cueva)

El balneario de reposo (3: el jardín)

El balneario de reposo (2: la sauna)

El balneario de reposo

La empollona

Mi jefe en la tienda

Criadita en el baño

A escondidas

Tomando el sol

La lámpara mágica (08: Rata, mi perro)

La lámpara mágica (07: doble penetración)

La lámpara mágica (06: mi abuelo)

La lámpara mágica (05: el cura)

La lámpara mágica (04: el desgraciado)

La lámpara mágica (03: un paseo en yate)

La lámpara mágica (02: el viajecito en autobús)

El vendedor a domicilio (2)

El vendedor a domicilio (3)

La lámpara mágica

Lolita - de Vladimir Nabokov

Aladín (JASMINE versus JAFAR)

El mercadillo

Don Ignacio, el papá de mi amiga

El jorobado de Notre Dame

Universitaria japonesa

Tawne: ¿Papá, me has comprado algo para mi cumple?

Desvirgamiento en el confesionario

El viejo verde

Abuso de tontita

Criadita (2)

Terapia ginecológica (2)

Blancanieves y los 3 enanitos

El maestro cocinero

El vendedor a domicilio

El típico cura pederasta

Mi experiencia (6: El papá de mi amiga)

Mi experiencia (5: Mi amiga y su perro)

El baile de disfrazes - versión straight

Mi experiencia (4: Don Jesús, mi dentista)

Mi experiencia (3: El abuelo de mi amiga&compa;ñía)

Intercambio de estudios con los EEUU

San Pedro y la angelita Gabriela

El abuelo de mi amiga lety (Mi experiencia 2)

Mi experiencia

Abuso sexual en el internado

Caperucita roja

El salón de videojuegos

Eurodisney

La alumna II de La alumna por eskipi

Papá Noel

Las dos moritas

El director de mi colegio de cuando era pequeña

Criadita

Mi padrastro la tenia flaca

El violador del ascensor

Sexo con una sindrome de down

Mi vecino en el bus

Skater-girl

Plata, la niñera

El amo del cibercafé

Fiesta con mi viejo amigo y su hija

Terapia ginecológica

Sesión ciber

Santo insomnio

Violacion disfrutada

Baile de disfrazes (II)

Baile de disfrazes