Ya estábamos cerca del mes de diciembre. Mi prima ya tuvo el niño y Hugo, que estaba siempre de arriba abajo, nos veíamos poco. Pero me propuso ser el padrino del niño, yo no quería, pero al final, mi prima, mis padres en plan pesado por lo que acepte. El bautizo se celebraría en el puente del día de la constitución y el día de la Inmaculada, que más que un puente parecía un acueducto.

            A mi padre pocas fechas antes le operaron de una lesión en la espalda, lesión que se la hizo ya hacía tiempo, pero en su día se negó a operarse y ahora la recuperación sería más larga. No podía conducir, no aguantaba ni mucho de pie, pero tampoco sentado. Así que me tocaba pasar por Madrid y recogerlos para ir a Salamanca.

            Ahorrare detalles de lo sucedido en Madrid porque no son relevantes. Salimos para Salamanca y fue el viaje más largo de la historia. Teníamos que hacer paradas cada dos por tres para que mi padre pudiera estirar un poco las piernas.

            A mitad de camino me dicen que no vamos donde yo creía, que íbamos a otro pueblo de Salamanca, porque hay una ermita donde querían bautizar al niño. En ese pueblo tenían una casa que la compraron como inversión, prácticamente la rehicieron toda y además era el pueblo de la familia de Hugo. Yo creía que nos alojaríamos en algún hotel y ya la cosa no me hacía tanta gracia.

            Una vez que llegamos, nos estaban esperando en casa de mis tíos. La verdad que la casa les quedo de lujo. Estaban también mi prima, Hugo y los padres de este último. Allí mismo me entero mientras descansábamos del viaje, que mis padres se quedarían en casa de mis tíos, mi prima dormía también allí con su marido y otra pareja que todavía no había llegado también lo harían allí. Cada vez me gustaba menos. Hasta que mis temores fueron confirmados, yo me iría a dormir a casa de los padres de Hugo.

            La casa era pequeña y la habitación de Hugo solo tenía una cama individual. Yo trataba de que no se me notara en la cara. Los padres de Hugo eran un hombre que no llegaba a 1,70 y que pesaría como mínimo 120, 130 kilos o más. Se le veía un bonachón, de edad indefinida pero que los 60 no los cumplía ya. Cada vez que tenía que levantarse le costaba un mundo. La madre sin embargo se la veía muy cuidada, entre 50, 55 años, pero esos cálculos los hice por la edad que tenía Hugo, porque ella aparentaba menos. Físicamente lo que se podía ver, es que tenía que estar muy potente. Se la veía muy amable. En ese momento me entere de que ella sería la madrina.

            A mi prima se la veía más que bien, nos mirábamos con mucha complicidad, no me importaría llevármela a algún sitio y follármela allí mismo. Cada vez que podía la tocaba el culo y ella encantada de la vida, se me acerco al oído y me dijo que tenía ya ganas de estar en Alicante. Los dos sabíamos porque lo decía.

            El padre Hugo parecía una esponja, no paraba de beber, eso sí, únicamente vino tinto, pero lo bebía como si fuera agua. Al rato tenía la nariz y los carrillos colorados. Al rato nos fuimos para casa de ellos, fuimos andando porque estaba a unos 150 metros. Hugo nos acompañó. Me enseño su habitación, era una habitación bonita en una casa antigua de pueblo, con unos muros grandes.

            En la planta baja estaba una cocina grande, un cuarto de estar, un salón y un aseo muy grande. En la planta de arriba había un dormitorio, que era de los padres, el cual no vi. Una habitación que hacía las veces de ropero y la habitación de Hugo. Lo que me dejo asombrado eran los muros tanto interiores como exteriores, como las pesadas puertas de las habitaciones, se veía que todo era muy antiguo. Hugo me dijo que esa fue la casa de sus bisabuelos. Que aparte de la pintura poco se había cambiado en esa casa. Era muy bonita.

            Yo con lo que había merendado en casa de mis tíos ya tenía bastante, no me apetecía cenar. Por lo que ya avisé de que no cenaría. Yo me quede en el cuarto de estar con el padre de Hugo, que se llamaba Casimiro. Estábamos viendo la tv y me reía por los comentarios que hacia el hombre. Su mujer le dijo que pensaba cenar algo y él dijo que no, que le pusiera un poco de embutido y queso en un platito, que con eso le valía. La madre de Hugo que se llama Loli, vino con una bandejita con un plato con lo que le había pedido su marido y un vaso vacío. Para luego traer una botella de vino.

            Entre una cosa y otra se bebió casi toda la botella, era increíble el aguante, porque hablaba todo el tiempo igual. Como la puerta estaba abierta, yo oía ruidos en la cocina, de pronto se acabó ese ruido y llego el silencio total. Apareció Loli con un camisón largo y una bata. No se la veía nada ni se podía distinguir nada, una pena.

            Ella me empezó a hacer preguntas sobre Alicante, del barrio donde viviría su hijo y mi prima, yo le dije que era un buen sitio y le di detalles. Ella escuchaba muy atentamente, tenía unos ojos que me llamaban la atención. Se empieza a oír resoplidos, era el marido que estaba dormido y resoplando, medio roncando. Ella me pidió disculpas por él, lo intentaba despertar y le costaba, hasta que después de mucho intentarlo lo logro. Pero en ese trajín se le desabrocho la bata. No es que se viera mucho, porque decir lo contrario sería faltar a la verdad, pero se notó que no llevaba sujetador y como se marcaba los pezones, bueno uno, porque el otro siguió tapado por la bata, me dio la impresión que tenía un buen par de tetas.

            Me ofrecí a ayudarle a subir y ella me dijo que no hacía falta. Bastante después bajo y me volvió a pedir disculpas. Yo le quite importancia. Estuvimos hablando bastante tiempo más, sobre todo de Alicante. Cuando para cambiar de tema le pregunte por la vida en el pueblo. Le cambio la voz, ahora era una voz de resignación. Porque decía que para las mujeres poco había allí. Para los hombres algo más de vida, porque iban a jugar la partida, a tomar sus copas…

            Yo la animaba, ella sonreía y decía que con suerte para el verano irían a alicante. Siempre y cuando Casimiro pudiera. Ya que le costaba mucho moverse y conducir ya no conducía. Hablamos de la salud de él, le habían recomendado hacerse una reducción de estómago y comer saludablemente. Porque lo tenía todo, colesterol, triglicéridos, azúcar, ácido úrico… todo muy alto, pero que él era muy cabezón.

            Sé que lo mismo alguien pensara que soy malo, pero lo primero que me vino a la mente, fue el tiempo que llevaría esta mujer sin follar. Solo pensarlo me puso… pensaba también que era la vida, que daba muchas vueltas y se habían cruzado nuestros caminos.

            El día siguiente fue de lo más normal, poco se podía hacer allí, de casa de los padres de Hugo, a casa de mis tíos y poco más. Andar un poco por el pueblo. Las comidas las hacíamos juntos en un bar del pueblo. Casimiro no permitía pagar a nadie, se le veía disfrutar con tanta gente, gozaba siendo el anfitrión. Pero no fallaba, comía y bebía como si no hubiera un mañana. Así pasamos todo el día, por la noche se repitió prácticamente lo de la noche anterior, al final nos quedamos de charla Loli y yo. Pero ella guardo la compostura en todo momento, ni un atisbo de nada.

            Por fin llego el bautizo, yo me vestí y no me salía bien el nudo de la corbata. Salió Loli que iba impresionante, que diferencia. Me dijo que ella me ayudaba, me puse muy nervioso, porque con los olores soy muy particular y ella no se había perfumado todavía, pero olía estupendamente y se lo dije, ella sonrió diciéndome que no se había puesto perfume, fue cuando dije pues mucho mejor ese olor natural, ella me miro y me volvió a sonreír.

            Mientras esperábamos al marido que se había metido en el baño, no pare de lanzarla piropos, ella solo me decía que al final conseguiría ponerla roja. Salió Casimiro y nos fuimos en dirección a la ermita. Cuando llegamos, pensé para mí que allí estaba todo el pueblo.

            Se celebró el bautizo ahora para el restaurante todos, quedaba en la carretera general, en mi coche lleve a Casimiro y Loli. Parecía más, la celebración de una boda que un bautizo. Todo era exagerado. Luego también hubo baile. En uno de esos bailes, que eran muy de pasodobles y cosas parecidas, todo el mundo decía que bailaran los padrinos. Así que nos tocó bailar y puedo jurar que no fue intencionado, que fue abrazarla y empalmarme, ahora el que se puso rojo fui yo. Ella no monto ningún escándalo y aguanto el tipo bailando toda la pieza. Quería que la tierra me tragara.

            Un rato más tarde, vi que Loli iba al aseo, me dirigí hacia allí y esperé que saliera. Una vez que lo hizo me dirigí a ella.

-Loli solo estaba esperando para pedirte disculpas.

- ¿Por?

-Por lo del baile, ya me entiendes.

-Cosa de la juventud y sus hormonas. Ya está olvidado.

-Es que me siento muy mal.

-Que no te preocupes, lo que me ha extrañado que te pase con una mujer mayor.

-Que vas a ser mayor, si estas… (Me corté y no continué)

-Sí, mayor, ya soy abuela. Y que estoy ¿Qué?

-Nada, pues que ojalá que todas las abuelas estuvieran como tú.

            Me dejo y se fue sonriendo. Ya durante el resto de la celebración no hablamos ni bailamos ni nada. Cerca de las diez de la noche, ya la gente empezó a marcharse y nosotros ya íbamos a hacer lo mismo. El padre de Hugo estaba bien tomado, por no decir borracho perdido. Pero el hombre seguía con su humor. Hugo estaba como avergonzado y dijo que lo llevaba el a casa. Yo le dije que no se preocupara que ya le ayudaba yo, que si no sería un follón andar cambiando ahora los sitios. Todo el mundo me dio la razón.

            Pero una vez llegamos a casa es como si hubiera revivido Casimiro, en vez de irse a la cama como el recomendamos, se sentó en su sillón y se metió para el cuerpo dos vasos de vino más. Yo estaba solo con él y alucinaba. Trato de levantarse y casi se cae, cayendo una mesita y lo que había en ella al suelo, formándose un estruendo considerable, ya que varias cosas eran de metal.

            Loli bajo corriendo, iba en camisón, pero sin bata, la verdad que no me dio tiempo a ver nada. Porque estaba sosteniendo a Casimiro para que no se cayese. Ella me ayudo y lo fuimos subiendo. Tal como lo subíamos al llevarlo yo cogido d la forma que lo llevaba, abarcando mi brazo su espalda, hasta su costado, ella por el otro lado igual, mi mano tocaba una de sus tetas y se notaba que era grande.

            Al ayudar a cambiarlo, como casi todo lo hacía Loli, por el escote del camisón se veían dos buenas tetas. Estaba absorto mirándolas, cuando oigo que ella me dice… “Cuando dejes de mirar por el balcón, lo giras para poder ponerle bien la chaqueta del pijama” otra vez había metido la pata, es que como siempre hay cosas que no puedo evitar.

            Mi intención era que esa noche, como sabía que Casimiro vendría ciego perdido, aprovechar y tratar de hacer algo con Loli, pero después del corte tan seco con lo que me dijo, decidí que lo mismo era mejor irse a dormir. Cuando terminé de ayudarla le dije que buenas noches que me iba a dormir. Ella me dijo que si no había tertulia hoy, por lo que dije que un ratito. Pero según iba camino de la puerta, me dije a mi mismo, de perdidos al rio, el no ya lo tengo. Oye Loli lo he pensado mejor, en el cuarto de abajo hace mucho fresquito, que esta casa con los techos tan altos no se calienta nunca. Si quieres charlar, estoy en mi habitación que en la cama se está más calentito, ella levanto su cabeza y mirándome me dijo… “Tu estas jodido de la cabeza, que te has creído o que te has creído, si eres más joven que mi hijo, anda márchate, márchate…”

            Me fui y la verdad que no había salido muy bien la cosa. Su cara no fue precisamente la de que gracioso que ha sido o que buena idea ha tenido. Así que me fui a mi habitación, me quedé en ropa interior y me acosté.

            Se oyó un ruido apagado, como si llamaran a la puerta, era normal con esas puertas. Me limite a decir…

-Siiii….

- ¿Se puede pasar? (Venia en camisón, pero con bata)

-Si claro, estás en tu casa.

            Se sentó al borde de la cama y yo me recosté en el cabecero, quedando todo mi torso al descubierto.

-Se te ve un buen chico, lo único que me imagino que, por la edad, porque en la celebración hayas bebido un poco de mas, comprendo que estés confundido.

-La edad no tiene nada que ver, siempre la gente sin argumentos achaca todo a la edad. Luego como ya sabes y si no te lo digo yo, no bebo. Y ¿apetecerle algo a uno es estar confundido?

-De verdad, no quiero que nos enfademos. Por tu prima, por mi hijo, por las familias. Se montaría una buena.

-No ha pasado nada y si pasara, si se enteraran seria porque tú lo hubieras contado. (Mientras decía esto, tocaba su rodilla y su muslo)

-Estate quieto por favor. Se maduro y responsable. (Me quito la mano)

-Estoy siendo muy responsable. (Volví a colocar mi mano en el mismo sitio)

-Es que los jóvenes no respetáis nada. (Me volvió a quitar la mano) Mejor será que me vaya, además viéndote así (Se refería a estar con el torso desnudo) me está dando hasta frio.

-Pues metete aquí y te tapas, así no tendrás frio. (Levante la ropa de la cama, como invitación. Cuando lo hice se me vio que estaba solo con los boxers y mi polla salía por arriba de él)

-Lo dicho, me voy.

            Cuando se levantó para irse, la agarre de la mano y la atraje hacia mí, de tal manera que quedo medio acostada a mi lado. Ella trato de zafarse. Pero la intente besar y ella aparto su cara. La mano que tenía cogida, la lleve hasta mi polla, fue como si la quemara intento quitarla, pero yo podía más que ella y no deje que la quitara. La movía para que notara bien mi polla. Ella se seguía resistiendo, pero notaba que no la disgustaba tanto lo que tocaba.

            Esta vez cuando volví a besarla noté como flaqueaba, la resistencia ya no era la misma. Solté su mano y la besé, siendo totalmente correspondido. Ya nos empezamos a besar, abrazar y tocar. Ella lo tenía más fácil porque yo prácticamente estaba desnudo, pero para poder tocarla a ella era más complicado, por el camisón y la bata. Ella paro y me pidió que apagara la luz. Nada más hacerlo, en la penumbra vi cómo se desnudaba y se metía en la cama. Era un placer tocar ese cuerpo desnudo.

            Yo la besaba el cuello, sus lóbulos de las orejas y ella ronroneaba, lo poco que se le entendía era, que locura estamos haciendo y que la tratara bien que hacía mucho tiempo que no hacia eso. Le pregunte cuando y medio gimiendo, medio sonriendo, solo me dijo… “Ya ni me acuerdo como se hace”

            Pero lo hacía muy bien, me hacia una paja bestial. Me pasaba una pierna por encima, de tal manera que su coñito se restregaba con mi muslo. Poco a poco mi muslo se iba mojando. Luego se incorporó un poco, medio tumbándose sobre mí, de tal manera que mi polla quedara atrapada por su rajita, cuando la tuvo allí, ella se movía como haciéndome una paja con su coñito.

            Era muy buena haciéndolo. Mientras lo hacía me comía la boca morbosamente. Hasta que se subió un poco más, colocándome un pezón en mi boca. Nada más notarlo se lo empecé a comer y lamer, ella bajo un poco y se colocó la cabeza de mi polla en la entrada de su coñito. Lo saboreaba, metía un poco y lo sacaba, cada vez que lo hacía, daba un gemido.

            No tenía prisa, seguía así. Hasta que se fue metiendo toda, cuando llego al fondo dio un gemido profundo. Pero se la saco del todo, diciéndome que no tomaba nada, yo le dije que me dejara levantar que llevaba condones. Ella dijo vale, ahora te levantas, pero se la volvió a meter. Y se meneo muy rápido, se la metía con muchas ansias, hasta que se corrió, dando unos espasmos tremendos.

            Se fue relajando y ya me levanté por los condones. Me puse uno rápido y volví a la cama, ella estaba boca abajo relajada y yo desde atrás se la metí en el coñito, ella empezó a contonear su culo, lo hacía muy bien, para estar tanto tiempo sin hacerlo, pensé. Jugaba con su culito, me ensalivé bien un dedo y mientras la follaba, jugaba con el dedo dentro de su culito. Ella solo dio un respingo al principio, pero luego además de no decir nada, lo disfrutaba.

            Ella me dijo que no parase, que un poco más rápido, que le venía ya. Aceleré mis movimientos, embistiéndola bien y ella encantada de la vida, hasta que me corrí y ella conmigo.

            Nos quedamos los dos descansando un poco, relajados. Estiré la mano y encendí la lamparita de la mesilla de noche. Quería verla desnuda. Tenía un cuerpo bonito. Las tetas un poco caídas, pero eso las hacía más bonitas, no tan tiesas como las operadas. A ella no le hizo mucha gracia, pero metí mi cabeza entre sus piernas y se le paso todo.

            Note como ella se giraba y se ponía a comerse mi polla, estábamos haciendo un 69 de fábula. Nada más se oía como chupábamos y como empezaban a escaparse gemidos de nuestras bocas. Ella se corrió en mi boca, note como me llenaba de sus jugos, lo que hizo que una vez que termino, me la comió con más frenesí, hasta que yo me corrí en su boca. Notaba como se lo tragaba todo, como me la limpiaba bien, parecía que se estaba tomando un manjar. Relamió todo lo que tenía que relamer.

-Me has dejado para el arrastre, ahora me voy a descansar, que, si me duermo aquí, no hay quien me levante.

-Quédate un poco más si quieres, yo te aviso.

-No tentemos más a la suerte. De buena gana me quedaba, pero no.

Se levantó, se vistió y desde la puerta me sonrió, me saco la lengua y se fue. Estaba visto, con una madura me quedaba más satisfecho que con una jovencita, bueno generalmente. Sabían disfrutarlo más, o eso es lo que a mí me parecía y me parece.

A la mañana siguiente cuando me levante, estaba solo levantado el padre de Hugo, el me dio los buenos días y me comento cosas de la celebración, yo le di en todo, la razón y me marche a casa de mis tíos. Estaban todos levantados ya. Querían ir a dar un paseo todos juntos y luego a comer a un sitio cercano, que se podía llegar paseando.

Yo estaba cansado y quería dar una cabezadita. Mi prima y Hugo tenían que ir tomar algo con unos amigos. Por lo que mis padres, mis tíos y los padres de Hugo, irían, por una parte. Mi prima, Hugo y otros jóvenes por otra. A mí me explicaron donde era la comida y yo dije que allí nos veríamos. Mi madre me dijo que me acostara en su habitación, que no me quedara tirado en el sillón. Yo la dije que tranquila.

Cuando estaba ya en esa fase que esta entre el sopor y el sueño. Hoy que una puerta se abría, era mi prima. Que con una excusa había vuelto. Tenía ganas de juerga y no nos esperamos. Como venís, decía que había prisa, que no había para prolegómenos. Nos subimos a su habitación. No tardamos nada en desnudarnos.

Se agacho rápido y me comía la polla, decía entre lamida y lamida, que la había extrañado mucho. Estaba muy nerviosa, muy excitada, se puso a cuatro patas y me decía… “Vamos, primito, por donde quieras, pero métela”

Me acerqué y se la fui clavando en el coño, ella decía, mas, mas… no pares. Estábamos los dos como locos. Me encantaba como bamboleaban esas tetazas. Era un auténtico espectáculo. Se dejó caer sobre la cama y yo seguía follándola con ganas, ella mientras se tocaba a la vez. Cuando estábamos en pleno desfase, se abrió la puerta.

Mi prima se giró y grito… “PERDON, TIA, PERDON…” se trató de quitar, yo miré y vi que era mi madre. Hice como si no hubiera visto ni oído nada y seguí follando a mi prima. Esta no sabía qué hacer, estaba parada, yo hacia todo.

Mi madre se acercó y dijo… “Tranquila Inés, que tu tía no va a decir nada, que mi hijo es un liante” se lo dijo acariciándola la cabeza y la cara. Mi prima estaba descolocada, pero se empezó a mover sin entender nada. Cuando vio que mi madre se acercó a mí y me dio un beso, se quedó más descolocada, pero a la vez más tranquila.

Mi madre se apartó un poco y se desnudó. Hice que mi prima se colocara a cuatro patas como al principio. Ella solo obedecía, expectante. Mi madre se acercó a ella y le acariciaba las tetas y nos dijo… “Vaya par de dos, se han juntado el hambre y las ganas de comer. A ti te gustan unas buenas tetas grandes y por lo que veo a tu prima le gusta una buena polla”

Ahora se agacho y empezó a comerle las tetas a mi prima. Yo esperaba algún tipo de rechazo por parte de Inés, pero lo único que dijo fue… “Uuuhhhmmmmmm, tía así, que bien, sigue, sigue…”

Mi madre se colocó haciendo un 69 con mi prima, la cual no tardo en comérselo a mi madre, me daba la sensación que no era la primera vez de mi prima con una mujer. Mi prima se corrió nada más notar la lengua de mi madre.

Mi madre entonces dijo que ahora le tocaba a ella. Me hizo tumbar y se sentó sobre mi polla. Yo le dije a mi prima que se sentara sobre mi boca, así me follaría a una y a la otra la comería todo. Mi madre lo único que me dijo fue… “No te corras dentro, quiero que te corras en mi boca”

Oia como ellas hacían cosas, como gemían, se oian sus besos, mi madre se corrió y luego se fue moviendo poco a poco, pero no se salía, empezando otra vez a poner mas ritmo, mi prima note como se corría en mi boca, como se restregaba bien mientras se corría. Algunas veces era muy bruta.

Avise a mi madre de que estaba muy a punto, que, si seguía así, no aguantaría, le costó, pero se quitó, llevándose mi polla a su boca, corriéndome a continuación. Una vez que me quede a gusto, mi madre se acercó a Inés y se besaron. Relamiéndose la una a la otra.

            Mi madre dijo que se iba a su habitación para arreglarse y que nosotros hice ramos lo mismo que se hacía tarde. Una vez que me quede a solas con mi prima…

-Primo, primo, vaya sorpresa me habéis dado los dos. Menudos guarros (Riéndose)

-Tú también me has dado una sorpresa.

- ¿Cuál?

-No sabía que te gustaban las tías.

-Jajaja, ¿Se me ha notado mucho?

-Un poquito (Nos reímos los dos)

-Me enseño mi cuñada.

- ¿Qué cuñada?

-Bueno la decimos cuñada. Es la mujer del primo de Hugo.

-No sé quién es.

-Los que viven en Madrid, que son abogados.

- ¿La rubia delgadita?

-Exacto. Que es muy guapa y tiene buen tipazo.

-Si es verdad, está muy bien, aunque con poco más de tetas estaría mucho mejor. ¿Y quién lio a quién?

-Ella a mí. Me contaba los problemas con el marido y al final me lio.

- ¿Qué le pasa al marido?

-Que es de gatillo rápido. Jajaja

            Nos vestimos y nos fuimos hacia el restaurante, como si hubiéramos coincidido los tres. Al llegar la única que falta era Loli la madre de Hugo, que llego al ratito. Todos nos reímos de ella por tardona, siguieron los cachondeitos, de que habría pasado por la noche y se metían con el padre de Hugo. Y ella siguiendo el juego, mirándome y con mucha picaresca dijo… “llevaba mucho tiempo sin saber lo que era dormir bien y por una noche que he recuperado el sueño, lo he aprovechado bien”

            Vi a la rubia dichosa y viéndola bien, sí que estaba bien. La pena que no viviera en Alicante. Pero siempre existía alguna posibilidad de encontrársela en algún viaje a Madrid.

Aprovecho para felicitaros estas fiestas. FELIZ AÑO 2016