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Giordana cada día más VICIOSA

en Sexo con maduras

Hoy 31 de diciembre os deseo a todas las personas que leéis los relatos, a los que hacen posible esta página web… una buena despedida de año y un año nuevo mucho mejor que el anterior.

 

Continuando el relato (Sexo, lujuria, sensualidad…) Giordana me quiso acompañar en mi carrera matutina. Mientras corríamos me decía que Milena era igual que ella o “peor” que se notaba que le gustaba el sexo. Yo riéndome le dije que sí, que éramos los tres muy parecidos. Lo que le había quedado mal sabor de boca con Mariola, le daba la impresión de que una vez que se diera cuenta de lo sucedido, estaría muy avergonzada. Yo le dije que no le daba vueltas a ese tipo de cosas, que el lunes saldríamos de dudas. Estando ya en casa arreglándonos, llamo Milena para decirnos que ya venía, nos apresuramos y bajamos para no hacerla esperar, nos recogió con su coche y nos fuimos a comer.

Durante toda la comida, no hubo ninguna mención ni comentario a lo sucedido en la noche anterior, casi toda la conversación por no decir toda, se desarrolló, contando cada uno los lugares de origen. Hasta que terminamos los postres, Giordana pidió una tisana, Milena y yo café, el mío con leche. Algo que censuro Milena, que decía que el café se tomaba sin leche. Sin ninguna doble intención por mi parte, le pregunte si a ella no le gustaba con leche, ella sí que me contesto con doble sentido diciéndome… “Yo el café lo tomo tal cual, la ‘leche’ la tomo a parte y tal como sale…” miro a Giordana y las dos se rieron.

A las dos les entro prisa por marcharnos y cuando pregunte a donde iríamos ahora, las dos riéndose de nuevo dijeron a la vez… “A por nuestras ‘LECHE’…” no dijimos más y nos fuimos para casa. Las dos, por cierto, ese día iban vestidas discretamente y con pantalones las dos. Una vez que llegamos, me pidieron que les pusiera una copa y como las dos querían hielo, fui a la cocina a preparar la cubitera y sacar los cubitos de hielo del congelador. Una vez listo todo, fui para el salón y no estaban ninguna de las dos, pensé que estarían en el baño o mirando algo y preparé las bebidas.

No venían y fui a ver qué pasaba, cuando oigo a Milena que le decía a Giordana… “A mí al principio me gusta más bien suavecito, pero una vez que estoy ardiendo, me gusta fuerte, muy duro… y no tardó mucho en ponerme ardiente, entonces ya no tengo límites” Giordana le conto… “A mí me pasa igual y nunca me solté hasta que conocí a Carlos, que ha sacado todo de mí y lo mejor que mi marido participa, le complace y me anima” en eso entre con las copas y estaban las dos, totalmente desnudas y acariciándose con mucha suavidad. Me miraron y siguieron hablando, porque Milena le decía que era una suerte que su esposo le dejase, que el suyo le decía que podía un poco sin llegar a mas, pero que no se fiaba, que no quería luego celos.  

Yo les pregunte de que hablaban, como si no hubiera oído nada. Giordana me dijo que me lo resumiría… “Que somos las dos bien putas” sí que lo resumió bien. Yo me desnudaba y ellas ahora se tocaban con más intensidad, con más ganas y a quien más se le notaba era a Milena que sus gemidos sonaban como suaves ronquidos. Antes de meterme en la cama con ellas, fui al armario de Giordana y saqué todo lo que tenía y entre todo, las pinzas para los pezones. Milena cuando las vio, entendió a la primera para que eran y me miro con cara de susto, no te preocupes, que no son para ti que son para la zorra de su jefa, seguro que te gustaría, azotarla y putearla, no hizo falta que me contestara, sus ojos se llenaron de deseo por hacerlo. Le pase las pinzas y le temblaban un poco las manos, la mirada de Giordana a Milena, era intensa, de deseo y retándola.  

Cuando le puso la primera pinza en uno de los pezones, se mordió los labios y demostró el placer que le daba hacerle eso a Giordana, que la recibió con un pequeño gemido y un profundo suspiro. La otra se la puso ya más tranquilamente, la invite a que tirara de la cadena que unía ambas y tenía una gran duda, a quien de las dos le ponía más cachonda, porque sus caras eran de depravación total. Milena se iba metiendo muy rápidamente en el papel, porque paso de tirar con suavidad de la cadena a tirar con más decisión y más fuerte. Como veía como se ponía de cachonda Giordana ella se ponía igual o más.

Toque el coñito de Milena y estaba empapado de una manera exagerada, estaba claro que la estaba gustando. Tumbé boca arriba a Milena y en esa postura le metí mi polla que entro suave como un guante. Su gemido fue profundo. Sus tetazas se contoneaban con mis penetraciones y los pezones muy oscuro, grandes y empitonados. Recibía mis embestidas, pero no soltaba la cadena, era como si tuviera un poder. Hice una indicación a Giordana para que se pusiese a horcajadas sobre la cara de Milena y nada más hacerlo, Milena saco su prodigiosa lengua.

Yo me agache mientras la follaba y lamí sus pezones, dejándolos bien mojados con mi saliva, ahora libere unos de los pezones de Giordana y esta cuando me vio que lo iba a poner en uno de los pezones de Milena, me sonrió con perversidad y se dejó caer más sobre la boca de Milena. Que esta al notar la pinza sobre uno de sus pezones, quiso moverse, pero no pudo y sintió como la piza atrapaba uno de sus duros pezones, se la oía como “rugir” pero poco a poco se fue quedando quieta. No tire de la cadena, las deje así, unidas a las dos. Giordana iba poniendo caras “raras” lo que avisaba de su próxima corrida, gimiendo fuerte pero mucho menos que Milena.

Una vez que se corrió a gusto, se levantó y se besaron las dos. Milena dio un tirón de la cadena, tirando del pezón de Giordana y esta hizo lo propio, la diferencia que Giordana aguantó estoicamente y Milena dio un gritito. Estaban las dos ensimismadas con ellas mismas y Giordana con mucha sensualidad le dijo… “Cuando estés a punto de venirte, avísame, que hare que sientas el mejor orgasmo de tu vida, hazme caso…” Milena no hablo, solo con una mirada tierna y ardiente, afirmo con la cabeza. Yo seguía penetrando con fuerzas y para que notara más mi polla, levante sus hombros y se notó que le gusto, ya que sus gemidos eran más fuertes. Miro a Giordana para decirle con voz profunda… “Vamos puta, que ya estoy haz lo que me has dicho, que luego te voy a dar lo que te mereces…” Giordana se agacho y se metió en la boca el pezón que estaba libre, con una mano cogió la cadena, por la parte más cercana al pezón de Milena. Cuando empezó a tener una respiración más profunda, pude ver como Giordana movía la cadena y apretaba su boca más sobre la otra teta. La corrida de Milena fue admirable, como gritaba, como llamaba puta a Giordana y a mi “hijueputa” que me lo repitió varias veces, pero nos pedía más, quería más dureza.

Una vez se corrió si nadie decirle nada a Giordana, le quito la pinza con mucha suavidad, dando un suspiro de alivio Milena, a continuación, Giordana beso y lamio con suavidad el pezón. Me espere a que Milena se recuperar y se relajara. Con sonrisa “malévola” le decía a Giordana que su “venganza” seria grande y dura. Ahora el que se tumbó boca a arriba fui yo. Para que Giordana se sentara encima de mi polla y después de hacerlo le dije a Milena que ahora hiciera lo que quisiera con ella. Como dudo le dije que buscara bien en la caja que había de todo. Pero no, se fue hacia mi pantalón y saco el cinturón, lo doblo, atizando sin ninguna contemplación el culo de Giordana que se agacho para besarme y dejar el culo en buena posición, porque no se levantó y me comía la boca de una forma inaudita, sobre todo cuando se oía el azote.  

Parecía que ya se había cansado, porque paro. Se fue a la caja y me enseño un consolador con forma de una polla perfecta, pero extremadamente grande. Me lo enseño varias veces y vi cómo le ponía un poco de lubricante pero que muy poco, principalmente en lo que era la cabeza de semejante pollón. No podía ser que se lo quisiese meter por el culo, porque seguro que era imposible. Lo conecto y se podía oír un pequeño zumbido. Ya estaba detrás de Giordana, que abrió los ojos al máximo, quedándose con un rictus de espera, cuando se dio cuenta de lo que se avecinaba… “Milena, para… para… ese no coge otro… ese es mucho…” Milena en plan dominante y segura, agarro su pelo tiro hacia atrás y mirándola muy seria le contesto… “Tú a callar ¡PUTA!... en el trabajo mandaras lo que quieras, pero aquí te mando yo y a nosotras dos nos manda ese cabrón” refiriéndose a mí.

Fue empujando más, la cara de Giordana era de gestos indeterminados, difícil de saber si era “dolor” placer o las dos. Yo me quedé quieto, porque podía notar perfectamente como ese “monstruo” vibrante entraba, notaba el roce en mi propia polla y sentí el aumento de vibración. No podía decir cómo se sentía ella, pero yo estaba en la gloria y sin moverme. Giordana tenía apoyado cada brazo aun lado de mi cabeza. Era una gozada ver su cara, los ojos prácticamente cerrados, la boca abierta… y sin esperármelo, me parece sentir un ligero movimiento por parte de ella, poco a poco se va moviendo, como con miedo, muy suavemente. Abre los ojos me mira y me dice… “Muévete… muévete… es tremendo… ooooohhhhhhhh… aaahhh… Uuuhhhmmm… como me ponéis” me moví despacio y no me dio tiempo a mucho más, se corrió dando unos gemidos ensordecedores, ni la misma Milena lo hubiera hecho. Se quiso quitar en cuanto le quitaron el consolador, pero no la deje, porque yo estaba ya que me corría y lo hice de una manera rica, exagerada y placentera. Cuando se quitó se dejó caer en la cama, estaba desfallecida y Milena no la dio tregua, se puso a comer su coñito con toda mi corrida.

Después de estar relajados todos un poco, Giordana nos miraba y nos decía que nos habíamos pasado, que su culito estaba muy abierto que lo notaba, nos reímos Milena y yo, al final ella también lo hizo y mirando a Milena le aviso de que se “vengaría” una vez que nos quedamos solos, Giordana me dijo… “Con esta hay que tener cuidado” y yo le pregunte… “¿Es que no te ha gustado?” “No que va, me ha encantado de todas es la mejor con diferencia, somos muy parecidas, me refiero que al ser tan parecidas nos podemos descontrolar, ya me entiendes” me dijo ella, yo riéndome le conteste que no se preocupara, que para eso estaba yo, para frenar los excesos.

El primer día de trabajo, surgieron varios problemas que había que solventar adecuadamente y con rapidez, lo que hizo que todo el mundo ese día se pusieran las pilas de forma especial. A pesar de estar enfrascado en el trabajo, observe como Mariola, que como siempre iba vestida de forma espectacular y sensual, que daba igual lo que se pusiera, que le quedaba bien. Se le notaba como algo violenta y cuando la miraba o nos cruzábamos se ruborizaba, se quedaba como aturdida. Esa situación no era buena para ella ni para nadie. Se ve que se le había olvidado la despedida diciendo “REPETIREMOS” o bien que se había arrepentido. Si veía que eso seguía así, tendría que hablar con ella para tratar de tranquilizarla, buscar una solución, porque era una persona muy válida. Salí del despacho y tanto a la ida como a la vuelta, volvió a pasar lo mismo. Mande que la llamaran y nada más entrar, hice que se sentara, yo me quede de pie, recostado sobre la mesa.

-Mariola, vamos a ver… te veo en tensión, cada vez que me ves o nos cruzamos. Me sabe mal que te sientas así y quiero que te encuentres bien. Fuera de aquí no tienes ningún tipo de “obligación” ni conmigo ni con nadie de los que estuvimos la noche pasada. Entiendo que puedas estar arrepentida y si lo estas, no pasa nada. Ahora solo me interesa que tú te encuentres bien y que es lo que puedo hacer para que te sientas bien. Eres una buena trabajadora y lo sabes.

-No, si no estoy arrepentida.

- ¿Entonces? (Mi cara era de asombro)

-Es que te veo, me acuerdo de lo que ha pasado, algo de “vergüenza” si me da. Pero es pensarlo y decirme, lo que me he perdido. He hecho cosas que nunca imagine y no me siento mal.

-Y yo preocupado.

-Pues no tienes que preocuparte que soy mayorcita. Pero eso sí, ¿Te puedo pedir algo?

Lo que quieras.

- ¿Lo que quiera?

-Venga Mariola… o es el eco o somos loros.

 Sin mediar más palabras, estiro sus manos, llevándolas a mi pantalón, bajo la cremallera de la bragueta, saco mi flácida polla. Acerco su boca y empezó a hacerme una mamada, los dos notábamos como mi polla crecía cada vez más rápida, hasta que cogió su plenitud. Ahora mamaba mis pelotas, se las metía en la boca y me miraba y fue cuando me dijo, que era lo que había fantaseado muchas veces. Su forma de mamarla, como me miraba mientras lo hacía y la manera de cómo me la chupo cuando me corrí en su boca, me dieron un morbo que me tendría todo el día cachondo. No me hizo falta limpiarme, me la dejo totalmente limpia. Antes de irse y con una dulce y provocadora sonrisa me dijo… “Cuando me necesites, ya sabes… solo tienes que llamarme” pero antes de que pudiera salir, la agarre y metí mi mano por debajo de su falda, llevándome la desagradable sorpresa de que llevaba pantys, ella la ver mi cara pregunto que me pasaba y le dije que no había cosa que me gustara menos que unos pantys y después de darle un beso se marchó.

Esa tarde me fui antes del trabajo. Normalmente una o dos veces como máximo a la semana, nos juntábamos en un pabellón cerrado un grupo de hombres para jugar al baloncesto. Éramos todos extranjeros y la verdad que con algunos había hecho muy buena amistad. Uno de los que había hecho una amistad especial fue con Pawelek, alto de 42 años, fuerte, el pelo en su cabeza empezaba a brillar por su ausencia. Cuando lo conocí tenía una mirada dura y muy fría, era competitivo y algo brusco jugando, luego con el tiempo vi que no era así. Era entrañable, aunque algunas veces con cierta “brusquedad” defendiendo sus posiciones en algunos temas. Pues bien, esa tarde, como muchas otras, después de ducharnos, nos fuimos a tomar algo, la diferencia que fuimos solos. De él, sabía que era ingeniero, que estaba casado y poco más. Estábamos hablando de las incidencias del partido cuando…

-Tu sabes que estoy casado y conoces a mi mujer.

-Que estas casado si lo sé, pero a tu mujer no la conozco.

-Si hombre, si hay tardes que estaba en las gradas.

-Me lo has dicho alguna vez, pero como siempre estaba con otras mujeres, no sé cuál de ellas era y la verdad que tampoco me fije mucho en ellas.

-De momento da igual. A lo que voy, quiero introducir a un hombre en nuestra pareja y he pensado en ti. (Lo dijo totalmente frio y directo)

-Jajaja… así sin “anestesia” Jajaja…

-Es algo muy serio, yo no me rio. (Ahora hablaba disgustado)

-Joder… creía que estabas en broma. Ya que veo que hablas en serio. ¿Por qué yo? ¿Tu mujer que opina? Y disculpa que no me quiero meter en tus creencias religiosas, pero siempre me has hablado de ellas y… no sé.

-Iré por partes. Te he elegido a ti, porque se te ve fuerte, sano y en las duchas te he visto bastante dotado, que no es que yo se gay. Lo de la religión si no te importa lo dejamos a parte.

-Me parece perfecto, pero no me has contestado a lo más importante… ¿Tu mujer que opina?

-Voy a serte sincero. A mí no me hace gracia, ha sido cosa de ella.

-Pues si a ti no te hace gracia, mi respuesta es NO.

-El que no me haga gracia, no quiere decir nada y te explico. Yo he sido criado y educado, en unas creencias y unos valores muy concretos. Mi mujer exactamente igual, llevamos prácticamente toda la vida juntos. Pero ella llevaba reclamándome ya bastante tiempo un cambio en nuestra vida, me refiero a la parte sexual. Reconozco que, aunque estoy bien físicamente, a ella le es insuficiente, no se queda satisfecha, le hace falta mucho más que yo no se lo puedo dar. No sé si es que ninfómana, que es adicta al sexo… no sé. Nos queremos mucho y yo estoy dispuesto a que por lo menos una vez lo probemos, lo mismo ella se desencanta o yo me encanto.

-Esto no quiere decir que diga que sí, lo lógico es que primero nos conociéramos, porque yo no sé cómo es ella. Y lo mismo yo no le gusto.

-Ella te ha visto, le has gustado y con lo que yo le he dicho que te he visto en las duchas… le ha parecido bien y otro motivo fundamental, es que ella habla algo tu idioma. Que ha veraneado mucho en tu país.

-Vale, está bien, podemos quedar para tomar algo un día y conocernos. Eso sí, quiero que antes me digas que busca exactamente tu mujer.

-Supongo que experiencias nuevas, es que poco más me ha dicho a mí.

-Pues si quieres quedamos la semana que viene después del partido y tomamos algo. O cualquier día que os venga bien, pero me tiene que avisar con un día de antelación para despejar el día.

- ¿Qué te parece mañana? (No me lo esperaba)

-Me parece bien, si quieres quedamos aquí mismo. (Le respondí después de dudar)

 Así quedamos y nos marchamos. Había sido algo muy frio. Por la cabeza mientras me iba a mi casa, la conversación me daba vueltas en la cabeza, los gestos de él. Giordana cuando me vio, me pregunto que me pasaba, que me veía raro y le dije que ahora le contaba. Durante la cena le conté con todo lujo de detalles lo que sucedió. La primera pregunta que me hizo fue que como era ella y no le pude decir, era verdad que o tenía ni idea de quien era. Le pregunte qué opinaba ella, su respuesta fue clara… “Si llevan toda la vida juntos, le puede pasar en parte como me pasaba a mí, que vas aguantándote todo dentro, la diferencia que ella es la que va a dar el paso y el traga porque sabe que, si no lo hará igual, así creerá que controla o que puede controlar la situación, pero lo que tengo claro, que al aceptar el, la que manda y dispone es ella, ella es la dominante en la pareja y lo mejor que el todavía no se ha dado cuenta, de que ya es un cornudo sin remedio” No es que estuviera de acuerdo con Giordana, pero podía ser que tuviera mucha razón.

Al día siguiente, había de buena mañana una carga de trabajo importante, lo que hizo que no me acordara de la cita de la tarde. Al mediodía ya estaba todo encarrilado y me relajé un poco, entonces si pensé en la tarde. No le daba mucha importancia, porque de habérsela dado, hubiera elegido otro lugar para estar más “cómodos” por si se daba la “ocasión” de alguna situación especial.

Como suelo hacer llegue el primero al lugar de encuentro, me pedí un café y me dispuse a esperar. A través de un ventanal les vi llegar. Él era alto, pero ella no se quedaba atrás, mediría sobre el 1,80 o poco le faltaba, era rubia, no aparentaba los 41 años que me había dicho Pawelek que tenía. Llevaba un abrigo oscuro largo, llegándole casi a los tobillos. Una vez que entraron en la cafetería se quitó el abrigo, era una mujer delgada, bien proporcionada y con buenas curvas. Ojos grandes y de color claro, de un azulado intenso, aunque le pasaba como a su marido, tenía un punto de frialdad y de desconfianza en su mirada. Me la presento, se llamaba Aleska. De cerca no parecía tan joven como a mí me lo había parecido en la distancia, pero seguía sin aparentar los 41 años.

Efectivamente ella chapurreaba algo el español, se le notaba falta de practica más que nada, cambiaba los tiempos verbales, pero se la entendía bastante bien y según fue avanzando la conversación, se le entendía mucho más. Me conto que sintonizaba mucho el canal internacional de TVE, para no perder la práctica. Yo esperaba que Pawelek fuera el que iniciara la conversación por la que estábamos allí, pero veía que tendría que ser yo el que la iniciara y así lo hice, con cierto tacto al principio y ella fue la que me pregunto si yo ya tenía experiencia en esos asuntos. Algo que Pawelek no me había preguntado y le conteste afirmativamente. Su mirada no se veía ya tan fría. Él estaba expectante, no nos entendía y se le notaba como apretaba sus mandíbulas. Yo creía que nos estábamos entendiendo, pero me equivocaba porque Aleska, retomo su mirada fría y me soltó… “Que, si ella decidía que sí, que no lo tenía claro todavía, todo se desarrollaría como ella dijese, que no me podría saltar ninguna norma de las que impusiese, ni tampoco me podría tomar ninguna licencia de forma particular…” así siguió un rato, diciendo todo como si m estuviese ordenando y yo tuviera que obedecer sin rechistar.

Una vez que termino, se me quedo mirando, esperando que yo dijese algo, pero lo que hacía era tratar de contenerme para no decir un disparate, no por ella, si no por Pawelek que era a quien yo conocía. El marido al ver mi cara, me pregunto si me pasaba algo y le dije que no, que estaba solo pensando como contestar a su mujer para que me entendiese, por no utilizar términos que ella no entendiese y él se quedó más relajado, entonces fui yo el que mire con intensidad a Aleska para decirle… “Que no hacía falta que le diese más vueltas al sí o al no, que no hacía falta que decidiese nada, que, si ella no lo tenía claro yo sí, que no íbamos a FOLLAR bajo ninguna circunstancia porque yo no aceptaba imposiciones, que buscara a otro pelele que le aguantara sus condiciones”

No cambio de expresión y solo quería saber, que era lo de pelele y el porqué de esa respuesta, si es que no le gustaba. Empecé por lo último y le dije que gustar si me gustaba, que lo que se intuía era perfecto. Lo de pelele le expliqué lo que era y como ejemplo de una persona así, le puse a su propio marido, ahí si frunció un poco el ceño. Al verlo le dije que se veía que ella era la que ordenaba mandaba y dominaba. Por ultimo le dije que no podía aceptar esas condiciones porque lo primero que haría era darle lo que estaba pidiendo a gritos y por lo que veía no entraban en sus condiciones. Ella pregunto con curiosidad que era lo que se suponía que pedía a gritos y le conteste rápido, que unos buenos azotes en su culo. Después de contestarle eso, me dirigí al marido que no se enteraba de nada y le dije… “Lo siento Pawelek, tienes una mujer muy bella, pero me sería imposible hacer nada con ella, la veo demasiado fría y mandona, así que no pierdo más el tiempo, que tengo otras cosas que hacer y ya nos veremos” me levante fui a la barra pague las consumiciones y me marche. Desde la calle pude ver de reojo que ella tenía un enfado monumental y que estaban como discutiendo.

Aunque hacia frio y quedaba distante de mi casa, me fui dando un paseo, mientras lo hacía observaba los sitios por donde pasaba, además de para no perderme por esas calles, por ver si había algo interesante por el camino, ya estaba cerca de llegar a una avenida principal cuando vi un sitio que me llamo mucho la atención y pude ver un además del nombre del bar-pub una placa que ponía “Swingerclub” tome bien la dirección, aunque ya para mí no tenía perdida. Hasta que llegue a casa se me ocurrieron mil y un cosas. No terminaba de llegar cuando Giordana me pregunto por la “cita” le resumí lo sucedido y ella riéndose me contesto… “No hay nada que no arreglen un par de buenos azotes en el culo… Jajaja…” pero a pesar de todo yo llegue con ganas de “guerra” y Giordana me dijo que no, estaba con la regla y cuando estaba así, no quería nada.

Al siguiente fin de semana el marido de Giordana tuvo que suspender su viaje para ver a su mujer, problemas de última hora lo impidieron. Giordana mostro pena por no ver a su marido, la consolé y le dije… “No hay mal que por bien no venga. Prepárate para esta noche que te llevare a un lugar para darte una sorpresa” fue decirle eso y querer saber ya de que se trataba lo único que le dije fue… “Recuerda, SOR-PRE-SA… tu solo te tienes que vestir para que una vez que lleguemos al lugar y te quites el abrigo, ser la más llamativa, que rompas cuellos al pasar…” ella riéndose me dijo que, de acuerdo, pero que saldría con el abrigo puesto y yo no la vería hasta que estuviésemos en el sitio que yo decía. Que la vería con los demás. Me pareció una idea muy excitante.

Giordana me decía que esperaba que fuéramos a algún sitio, donde ella pudiera seducir a alguna mujer y si era con pareja mejor. Se había vuelto una “cazadora” de mujeres comprometidas, sobre todo. Decía que era un reto para ella, ya que a los hombres se les seducía muy fácilmente. Mi contestación fue tajante, esa noche seria mi perrita y haría lo que yo dijese, hizo un gesto con la cara y no dijo nada más. Cenamos temprano y ella se fue al baño, donde estuvo bastante tiempo y luego se fue a su habitación, mientras yo esperaba escuchando música. Cuando la vi, me llenaba de curiosidad que llevaría puesto, iba con un abrigo largo y bien cerrado hasta arriba. Muy maquillada y muy atractiva. Fuimos n taxi al local que vi y que estuve luego viendo por internet.

Al llegar e la entrada del local había dos “gigantones” los dos fuertes, aunque uno de ellos pasado de kilos. Nos saludaron y nos abrieron las puertas. Eran más o menos como los que ya conocía. Salió una mujer joven a recibirnos y ahí empezó la diferencia. Iba vestida con una indumentaria típica de allí, mejor dicho, habían adaptado la ropa típica de allí, ya que llevaba una minifalda de color verde caqui y una blusa muy escotada blanca con adornos rojos. Giordana se quedó muy parada y más cuando terminamos de entrar al local, aunque tengo claro que se dio cuenta de donde estábamos.

Lo mejor vino cuando se quitó el abrigo, estaba desbordante con la ropa que había elegido, dejaba poco a la imaginación, pero lo suficiente. Ella creía que íbamos a ir a casa de alguna pareja o algo así, aguanto el tipo ante todas las miradas que teníamos encima. Nos sirvieron una copa y hablamos con la mujer que nos recibió. Después de hablar quiso enseñarnos el lugar y así lo hicimos. El local era muy grande, muy bien decorado y preparado. Según íbamos viendo los ojos de Giordana se agrandaban. Llegamos a otra zona, donde había otra barra, en esa zona nada más se podía estar desnudo y me di cuenta como Giordana se fijó en una mujer rubia, joven y espectacular, las dos se miraron con intensidad. Le dije al oído que con esa no tendría dificultad, fue la primera sonrisa que la vi y me dio un pequeño codazo en la tripa.

El ultimo sitio que vimos, era donde estaban los hombres solos, reconozco que la selección de los que dejaron entrar fue perfecta, se veía que tenían buenos cuerpos, muy cuidados. Alguno me llamo la atención para lo que yo quería y pretendía, el que más un negro de algo más de dos metros. A Giordana la desnudaron con la vista. Regresamos a la barra y estuvimos hablando entre los dos. No lo decía abiertamente, pero estaba cortada, pero no le importaría ir a donde vio a la rubia. La única pega que tendría que desnudarse y de momento no estaba por la labor. No insistí porque tampoco era lo que yo quería de momento. Una vez que vi que ya estaba más tranquila, sin preguntarle, cogí su copa y le dije que me acompañara, nos fuimos a la zona de los hombres solos. Había dos parejas más y nosotros. Giordana y yo hablábamos español, cuando se nos acercó el hombre negro. Tendría unos 4 o 5 años más que yo. Nos preguntó si éramos españoles y yo le respondí que yo sí.

Resulto que él era de Guinea Ecuatorial, se llamaba Teodoro en honor a su presidente, eso fue lo que nos dijo poniendo cara rara y prefería que le llamaran Teo. También nos enteramos de que parte de su familia vivía en Zaragoza y estaba allí, haciendo un doctorado. No hacía falta que lo dijese, se le notaba un hombre bastante culto en la media hora de conversación que llevábamos, muy respetuoso y educado. Pero ya estaba bien de hablar y yo quería que pasáramos a la acción, aunque no veía a Giordana muy predispuesta. En esa parte del local no había mesas donde sentarse, solo taburetes y propuse a Teo que se viniera con nosotros al otro lado para estar más cómodos. Giordana me miro con cara de pocos amigos.

Allí estuvimos otro buen rato, mientras yo acariciaba a Giordana de manera discreta pero insinuante, no parábamos de decirle piropos a Giordana, que por su cara no le disgustaban. Propuse pasarnos a la zona nudista, Teo dijo que a él le parecía bien y que se iba a su zona a desnudarse. Giordana quiso protestar, pero le dije que a ella no le pregunte y se quedó resignada. Nosotros fuimos a la zona de nuestras taquillas y nos empezamos a desnudar, cuando pasamos la rubia nos vio, mientras nos desnudábamos apareció ella sola, como si fuera al aseo que estaba allí también, como estaba ocupado se quedó mirándonos. Se puso a hablar con nosotros, yo no la entendía, pero Giordana sí. Los ojos de Giordana y su sonrisa, me decían que se estaba poniendo cachonda a tope. Le pregunte y me dijo, que la rubia que se llamaba Romy, que le había dicho que éramos muy guapos y que si nos aburríamos… que podíamos beber algo con ellos.

Nada más irse Giordana me dijo que le apetecía mucho “conocerla” pero que no le hacía gracia el delgaducho de la pareja. Yo me limite a sonreír, por lo que me decía y porque pude ver como a las dos se le ponían los pezones enormes. Salió una pareja del aseo riéndose y se fueron. Giordana me pidió que la esperara y se metió en el aseo. Mientras esperaba llego Teo, menuda polla que tenía, era algo fuera de lo normal. Más de dos metros de tío y una polla desproporcionada. Por lo menos en estado de reposo. Se abrió la puerta del aseo y salió Giordana, que no lo pudo evitar su mirada se clavó en la polla de Teo. Pero no dijo nada. Fuimos a donde estaba Romy, quería que Giordana se pusiese más cachonda. Nos sentamos en una mesa apartados de Romy, que estaba con el hombre delgaducho y blanco como la nieve. Se volvió a acerca Romy y hablo con Giordana, algo le dijo que Romy se levantó y se fue.

Por lo que nos dijo, quería presentarnos a su marido y ver si podíamos estar “juntos” pero Giordana le dijo que ella le gustaba mucho, pero que su marido no y que lo sentía. A mí no me preocupo mucho porque mis ideas eran otras. El marido se levantó y se fue, Romy se acercó totalmente sonriente. No perdimos el tiempo, nos fuimos a bailar al cuarto oscuro, pero le dije a Giordana que ella bailara con Teo. Lo hizo sin rechistar, mientras yo lo haría con Romy. En la oscuridad yo no entendió lo que me decía, pero si entendí claramente cuando cogió mi dura polla y se la coloco entre las piernas y oía que me hablaba casi gimiendo. A Giordana no se la oía hablar, solo se oía su gemido contenido. Se oía una voz fuera y Romy me dijo algo que no entendí, pero Giordana me dijo que me decía que me esperase que su marido la llamaba.

Me acerque por detrás de Giordana bese su nuca, su cuello y solo me dijo… “Yo pensaba que la tuya era muy grande…” les dije de salir, a mí también me impresiono la polla de Teo, toque a Giordana el coñito y estaba completamente encharcado, estaba como una perra en celo. Vimos a la otra parejita hablando con aspecto serio y nosotros nos fuimos a un reservado. Giordana no quería ni que le comiéramos el coñito ni nada, quería que la follásemos directamente, decía que no lo aguantaba ya. Teo se tumbó y ella una vez que se puso un preservativo, se situó a horcajadas, se colocó la polla en la entrada de su coñito y con respiraciones fuertes, exclamaciones, gemidos… se fue metiendo la polla. El muy astuto, dejaba que ella marcara el ritmo de penetración, hasta que toda estuvo dentro.

Empezó a moverse muy lentamente como si tuviera temor a algo. Me puse por detrás y le dije a Teo… “No seas tan blando Teo, que a esta putita le gusta más duro…” entonces Teo empezó el a moverse, menudos viajes le daba y como chillaba, pero de placer Giordana. Cuando se dio cuenta Teo de lo que quería hacer, se paró y la agarro para que se echara sobre él. Era impresionante ver es polla clavada en el coñito de Giordana, se veía muy ajustada. Giordana entonces dijo que los dos a la vez sería mucho. Le di unos cuantos azotes y movía el culo de tal manera que cuando nos quisimos dar cuenta Teo y yo, ya estaba corriéndose. Poniéndose la polla de Teo totalmente brillante con tanto líquido.

Ahora sí, sin más dilación empecé a follarme su culito, costaba hacerlo, pero entro bastante bien. Empezamos a acompasarnos Teo y o, ante los potentes gemidos de Giordana, se abrió la puerta y entro Romy que sin decir nada se acercó a Giordana le besaba la boca y también le comía las tetas. Giordana no perdía el tiempo como podía y costándole, metía mano a su nueva amiga. Yo le decía que yo le estaba preparando el culito para que luego Teo se lo follara y ella me pedía de por favor que no. Pero no le debía de parecer tan mal, porque mientras se lo decía se volvía a correr. Nos quitamos y yo me coloque un preservativo, las pusimos a las dos a cuatro patas y cara a cara, mientras se besaban, Teo empezó a follar el culo de Giordana, que pedía piedad, pero Teo azotaba su culito y se lo follaba a la vez. Mientras yo me follaba a Romy, está la consolaba.

A mí me miraba como maldiciéndome, pero Teo seguía follando su culito. Ahora cambie a Romy de posición, para que se metiera debajo a comerle el coñito, mientras yo me la follaba. Ahí fue cuando Giordana ya me miraba con cara de puta total, esa cara que a mí me gustaba. Teo se puso a decirle que se moviera más que estaba a punto y cuando él se corrió como un salvaje a Giordana le paso lo mismo, quedándose tumbada literalmente sobre Romy cuando acabaron de correrse. Le hice una seña Teo para que nos dejara solos y lo entendió a la primera, se marchó sin más. Yo seguía follándome a Romy que respondía fogosamente a mis embestidas, mientras Giordana se sentaba sobre su cara para que le comiera el coñito, se sentó de espaldas a mí, apoyándose en la pared. Luego se incorporó un poquito separo sus nalgas y me dijo… “Ya estas feliz, te gusta cómo me lo han dejado…” se veía el culito totalmente abierto. Romy dijo algo que no entendí y Giordana me dijo que la diera más fuerte que acababa ya, la penetre rápido y con fuerza, corriéndose igual de escandalosa que Giordana.

Yo no me había corrido y Giordana quería que me corriera en la boca de Romy, yo no entendía a qué tanto interés y me dijo, que por que le había dicho que no permitía que se corrieran en su boca. A Giordana era lo que más le gustaba dominar a una mujer. Y vaya que lo consiguió, Romy se metió mi polla en la boca y Giordana marcaba el ritmo de la cabeza de Romy. Avisé de cuando me corría y Giordana agarro bien la cabeza de Romy para que no se quitase y me corrí llenándole la boca, luego se besaron apasionadamente las dos compartiendo mi leche, Romy dijo algo que se rieron mucho. Por lo que me dijo Giordana al final le había gustado mi leche. Se tenía que ir para que su marido no se enfadara mucho.

Después de reposar un poco, pero muy poco, empezamos a tontear de nuevo y hubo una cosa que me hizo mucha gracia. Giordana con cara de inocente muchacha me dijo… “¿Te importaría invitar otra vez a Teo para tener un buen final de noche?” simplemente me reí, me levante y fui en su busca. Cuando fui al sitio de los chicos solos, él ya estaba vestido. Hable con él y se volvió a desnudar, le pregunte si tenía confianza con algún otro chico que estuviese dotado y me dijo que me esperase. Hablo con dos y me dijo que eligiera a uno, que cualquiera de los dos eran buenos tíos. Y le dije que eligiera mejor ella. Nos fuimos los cuatro para el reservado. Al entrar Giordana me miro y antes de que pudiera decir nada, le dije que eligiera entre los dos… sonriendo me dijo… “Siempre tienes que hacer lo que quieres… decide tú, están los dos muy bien…” les dije que se quedaran todos y la cara de Giordana fue de complicidad y me dijo que la conocía ya, muy bien.

Le hacíamos y le decíamos de todo, aunque yo no entendía lo que los otros dos le decían, pero ella sí. No paramos de follárnosla por todos los sitios y ella era una corrida constante. Lo tuvimos que dejar, porque nos avisaron de que tenían que cerrar, mire la hora y llevábamos más de dos horas los cuatro follándonos a Giordana. Hicimos que se corriera una vez más y nos fuimos a vestirnos. Mientras lo hacíamos, Giordana me decía que no le quedaban fuerzas que había sido un “atracón” lo que se había dado. Mientras ella estaba en el aseo, yo salí a la zona de la barra, di una buena propina por las molestias y la mujer que nos recibió me dio una nota que dejo Teo con su número de teléfono. En el taxi que nos llevaba a casa, ella, aunque el taxista no entendía lo que hablábamos, me decía que no iba a poder follar en un mes, que estaba “destrozada” yo me reía y ella me decía muy seria que era verdad.

Echábamos un pestazo a sexo que no era normal. Así que nada más llegar a casa nos fuimos a duchar. No me pude aguantar, ya bien aseados los dos, nos fuimos a la cama y ver ese culito en tan buena disposición, hizo que mi polla se pusiese otra vez en pie de guerra, ella cuando me vio solo me dijo, pero con suavidad y estuvimos follando otro rato hasta que nos quedamos dormidos, pero antes de hacerlo, me conto que deseaba ir a algún sitio normal y ligarse a una mujer. Es más, me propuso que yo fuera el que indicase a que mujer tenía que seducir, me gustó la idea, pero le dije que ya lo hablaríamos, aunque en mi cabeza ya estaba dándole vueltas, al cómo, con quien, donde y cuando.

Por la mañana me levanté y Giordana estaba dormida profundamente, me puse la indumentaria para hacer deporte y me fui a correr un poco. Ya me disponía a regresar cuando sonó mi móvil. Era Pawelek que me preguntaba si podíamos quedar para hablar, le dije dónde estaba y lo que hacía, me indico un sitio cercano a donde yo estaba y quedamos allí. Una vez que nos encontramos, fuimos a tomar un café y no perdimos el tiempo con vaguedades.

-Lo del otro día salió fatal. Lo tenía que haber preparado de otra manera. Me pillaste desprevenido cuando te levantaste y te fuiste.

-Pawelek, tienes una mujer que es una preciosidad, eso no hace falta que te lo diga que tú lo sabes de sobra. Pero no me gusta que me ordenen y tu mujer es tela. Si a eso le sumas que, según tú, no te hace nada de gracia… no hacía nada allí, era una tontería.

-Lo sé, Aleska es muy de querer que se haga lo que ella quiere.

-No seas tan benevolente. Tu mujer es despótica y está muy claro, quiere ejercer su avasallamiento sobre los demás. A ti te tiene subyugado, hace de ti lo que quiere, con todo lo grande y fuerte que eres, se ve que eres su sumiso, esclavo o como te parezca llamarlo y no es malo, si cada uno sabéis como sois y lo aceptáis. (Se quedó callado un rato)

-En parte tienes razón, pero sé que todo es mi culpa. Porque yo soy muy metódico en todo, hasta en la cama. Reconozco que soy un poco aburrido en la cama y que hay cosas que hemos vistos en películas xxx que no me sale hacerlo y que la mayor parte de nuestras relaciones son un visto y no visto.

- ¿Y…?

-Que sí, que sé que a ella le hace falta más, que es insaciable y lo sé, porque ya hace unos meses descubrir en un rincón muy oculto, una caja con distintos “mecanismos” sexuales.

-Si es que lo complicas hasta para decir consoladores, vibradores… lo que sea. Da igual, que es lo que quieres, exactamente, para que esta reunión.

-Porque hemos pensado que podíamos volver a tomar otro café y ver cómo sale.

- ¿Hemos? ¿Es que tu mujer también quiere o es cosa tuya?

-Más bien ha sido cosa suya.

-Podemos intentarlo.

- ¿Entonces te parece bien el martes después de nuestro partido?

-Por mi sí.

 

Igual que otras veces no me había fijado, esta vez sí me fijaba en Aleska con otras mujeres en las gradas. Nos duchamos y nos fuimos para la cafetería, que allí nos estaría esperando su mujer. Nada más llegar ella me pidió disculpas por lo del ultimo día y yo quite importancia a lo que sucedió. La conversación se estaba desarrollando más relajada y distendida que la otra vez. Aleska saco de su bolso una nota y se la dio a su marido, que se disculpó conmigo, que no tardaría en volver, que iba a comprar unas cosas a un centro comercial que estaba al otro extremo de la plaza. Ya estábamos solos y como ella no iniciaba esta vez la conversación lo hice yo.

-Bueno Aleska, ya estamos solos, y puedes decir lo que quieras, que ni era lo de la otra vez ni lo de ahora, quedándote muda.

-Si ya sabes lo que tienes que saber por Pawelek.

-Si se lo que él me ha contado y he llegado a unas conclusiones, pero me gustaría saber lo que tú tienes que decir, para ver si estoy acertado o equivocado.

-Pues que ha llegado un momento en el que he dicho basta, porque “necesito” algo más. Se me cambia hasta el carácter y lo noto, yo nunca he sido tan, tan… arisca y últimamente me encuentro desasosegada. Antes cuando hacia el amor con él, me tranquilizaba algo, pero ahora… y lo amo con todas mis fuerzas.

-No sé si soy la persona adecuada. Primero porque yo no te haría el amor, yo te fallaría. Por lo que me ha dicho tu marido sois muy clásicos. Pues lo lamento yo de clásico no tengo nada. Te haría comerme la polla mientras me como tu coñito, te fallaría “salvajemente” el coñito y sobre todo ese culo tan apetecible que tienes. Te “destrozaría” tus pezones con mi boca. Y mientras lo hacía te diría cosas que lo mismo te escandalizarían. (Me miraba y se ponía roja)

-Sí que has sido claro. ¿Crees que saldría bien?

-Creo que sí, más bien estoy seguro. (Llego su marido y seguimos hablando porque él no entendía)

- ¿Por qué estás tan seguro?

-Por tres cosas que si acierto en ellas lo podemos intentar y eso si con una sola condición.

-Dime esas tres cosas y si aciertas acepto de antemano la condición.

-Creo que sí, porque te haces la inocentona, la que no sabe, la que en cierta forma esta indecisa. Pero detrás de todo eso se esconde una mujer, que no se si ya le ha puesto los cuernos a su marido, cosa que no me extrañaría porque es tan “tonto” que no se hubiera ni enterado. Que eres muy puta, que estás loca por una buena polla que te folle, que te hagan sentir como una autentica zorra y a ser posible delante de tu marido, para que vea lo que eres y podría seguir diciendo más cosas. La segunda, que ahora mismo tienes que tener el coñito rebosando de líquidos y tus pezones tienen que estar duritos y sensibles. Y la última que necesitas con mucha urgencia que alguien te DOME. Ya está. (Después de mirarme intensamente y unos segundos de silencio)

-Dime la condición que esta aceptada.

-Que cenaremos en vuestra casa y me recibirás, con una ropa muy provocativa, demostrándome lo zorra que eres, pero eso si no llevaras pantalones ni ropa interior.

 Ella miro a su marido y se levantó para ir al aseo. El me confeso que era la señal que tenían acordada para que me invitara a su casa. Yo me hice el tonto y acepté, ahora solo quedaba el día. Me dijo que al día siguiente me llamaría para decírmelo. Yo le avise de una cosa, si en cualquier momento, él ponía una pega o ponía algún problema, yo sin enfadarme me marcharía de su casa y no habría más intentos. Él estuvo de acuerdo y me agradeció que si él se arrepentía lo aceptase sin enfadarme.

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