miprimita.com

Noche de una grata sorpresa

en Sexo con maduras

Ya habían pasado varios días desde el encuentro con Eugenia y mi tía. Esperaba con ganas que Eugenia llamara, para decir que quería vernos o verme otra vez. A mi tía le sucedía lo mismo, pero como siempre, no forzaba la situación, si ella quería algo que lo dijese. En este tiempo también me sucedió una cosa, que, en un futuro, me harían vivir situaciones muy particulares. Yo tenía un ordenador, pero por mis estudios y por otros motivos, necesitaba dos más. Como le hacía a algún amigo, yo me montaba mi propios torre (CPU), era más barato y lo hacía a mi gusto.

            Fui al sitio que iba siempre, para comprar los componentes, era una tienda no muy grande, pero con buenos precios y eran muy amables. Como ya me había convertido en un cliente habitual, esta vez que fui a comprar, antes de marcharme, el dueño quiso hablar conmigo. Debió de pensar, que me dedicaba a montar ordenadores, porque me ofreció darme los componentes y que yo los pagase cuando hubiera cobrado el montaje, ofreciéndome también un buen descuento. Le dije que ya hablaríamos.

            Cuando me fui, pensé que era una buena idea. Yo no la había buscado ni pensado, pero me podía suponer un buen dinero. Así que empecé a decirle a los amigos y a algún vecino que, si sabía de alguien que quisiese, que me avisasen. Y en poco tiempo me llegaron varias peticiones.

            Pero volvamos al momento, esa noche después de tener los componentes, me puse a trabajar en mi nueva CPU. Tenía encendido mi ordenador y veía como me llegaban e-mail de la pareja que me dejo tirada, bueno medio tirada.

            Desde ese día no había contactado con ellos. Pero después de llevar un buen rato, decidí relajarme un poco y leí los correos, eran de esa pareja y de otra que también pensaba que podían ser. Me metí en el chat y abrí una sala para la pareja nueva y recibí la invitación de la otra pareja, para otra sala. Chatearía con los dos, esperaba no equivocarme. Que ya me ocurrió alguna vez.

            La pareja nueva, me gusto porque iban al grano, no querían perder el tiempo. Querían alguna foto y si nos apetecía vernos por cam. Acepté al momento y a la pareja conocida, le dije que tenía una llamada, que ahora continuaríamos. La cosa era, que, si me interesaba la pareja nueva, si eran los que yo pensaba, diría a la otra, que mañana hablábamos,

            Me pusieron unas fotos que se veía una pareja en buena forma, buen cuerpo de unos 40 o un poco más. Había muchas posibilidades de que fueran ellos, solo de pensarlo me puse cardiaco. Yo les mandé algunas, sin enseñar la cara y al instante recibí una invitación a poner la cama. Acepté y cuando los vi, si me puse cardiaco… ¡VAYA SUSTO!, era imposible que fueran los de las fotos. No sabía si reír o llorar.

            Se veía a una pareja y lo juro. El calvo, con una camisa abierta, que se le veían unas tetas más grandes que a muchas mujeres, parecía un oso. Ella con la cabeza con una redecilla, que trataba de sostener algo, no sé lo que llevaba debajo, no se veía bien, con una bata que tendría más años que ella. Y ya no me molesto en describir lo que se veía de fondo en la habitación. Ellos y la habitación es algo para lo que no encuentro palabras para describirlo.

            Les dije que por lo que veía, las fotos tenían mucho, pero mucho tiempo o simplemente no eran ellos. La respuesta que no eran ellos, que las habían pillado de un anuncio. Que lo hacían para que la gente se conectara, que había cosas más importantes que el físico. Pero lo que redondeo la cosa, fue el ver como se metía el dedo en la nariz. Y no doy más detalles. Corté la imagen y me salí.

            Volví con la pareja que conocía. Aunque antes de hacerlo pensé que no era el momento, porque me puse de mala leche con la pareja anterior. También pensé que lo mismo esa noche me quitaba otro contacto más. Nada más decirle que ya estaba…

-Discúlpame por lo de Benidorm, esperaba que te hubiese llegado el correo antes de que salieras. Lo siento mucho.

-Es que llevamos mucho chateando y no llegamos a nada. Lo mismo lo mejor es dejarlo y seguir cada uno su camino. Me toco salir antes para llegar a la hora, date cuenta que vivo lejos. (Esto último lógicamente era mentira)

-Discúlpame, el único que tiene la culpa soy yo. Y por si quedamos otra vez… (Me puso un número de teléfono) y cuando quieras hablamos por teléfono. Pero si es posible, prefiero ir al grano por aquí y luego ya hablamos, que así me será más sencillo.

-Me parece bien, siempre que vayas al grano, porque ya nos queda poco que decir.

-Pues es el momento. Somos como pone en nuestro anuncio un matrimonio ella de 42 años. Ella mide 1,70, es una mujer que sin necesidad de arreglarse es despampanante, pero si se arregla ya es una rompe cuellos. Todos se giran a mirarla. Morena natural, muy simpática, sexualmente muy activa y en ese terreno le gusta todo o casi todo. Yo mido 1,77 me considero del montón, tengo 47 años y tanto mi mujer como yo, somos deportista, gente muy sana, no fumamos y bebemos lo que se dice socialmente. Si tienes alguna duda o quieres saber más, pregunta.

-Pues ahora mismo se me ocurren varias.

-Hazlas y te contestare.

- ¿Qué es lo que buscáis exactamente? ¿Por qué dices cuckold en lugar de cornudo consentido? ¿Ya tenéis experiencia? ¿habéis ido a algún local de parejas?

-Buscamos lo que pone en el anuncio. Suena mejor cuckold ¿O no? Ninguna experiencia, pero muchas ganas. Si fuimos a un local en Barcelona en un viaje, pero el ambiente nos tiró para atrás. (Lo de la falta de experiencia, me descoloco, porque no eran los vecinos, ellos se suponía que tenían experiencia, si era verdad lo que me contaron, pero seguiría, me daba igual, lo mismo resultaba interesante)

-Pues a mí me suena mejor cornudo consentido, es cuestión de asumirlo, no pasa nada. Es algo más normal de lo que parece.

-Si he visto muchos anuncios igual al mío. Te seré franco. Yo desde bien jovencito, desde que era un chaval, me gustaba más ver que hacer. Pero cuando descubrí mis gustos, fue con 14 años, viendo como una novia mía, en una fiesta se liaba con un amigo, fue algo increíble. Tuve novia, me casé y fueron pasando los años, pero a pesar de tener una mujer que está muy bien, no lograba sentir lo que sentí con 14 años.

- ¿Y?

-En mis relaciones sexuales, empecé a fantasear con mi mujer, a ella no le costó entrar mucho en mi juego, le calentaba tanto como a mí. Eso hizo que nuestra vida sexual, se revitalizara. Luego vino hacerla vestir un poco más sexy, tampoco me costó, cuando salimos fuera de donde vivimos me gusta que se vista muy provocativa y a ella no le disgusta. Pasado el tiempo, la rutina se apodero nuevamente de mí. Decidí enfrentarme a mi situación y hablarlo con mi mujer.

- ¿Se enfadó mucho?

-Eso fue lo sorprendente. Sabía que algo me pasaba, pero no sabía el que. Me dijo que tenía que asumir lo que le había dicho y pensar, que no la atosigase. Pasaron varios días y aunque le costaría inicialmente, ceder a mis gustos, estaba dispuesta a intentar complacerme.

-Pues has tenido suerte de que se lo tomara así.

-Nos queremos mucho. Nos tenemos mucha confianza. Y estuvimos con nuestros juegos de fantasías varios años, yo creo que eso fue lo que más la preparo.

-Y que es lo que buscáis, sobre todo ella.

-Ella solo me dijo que fuera un hombre discreto, limpio, deportista como nosotros, educado, a ser posible universitario y que supiera que la última palabra la tendría ella y solo ella. ¿Tu reúnes esas condiciones?

-Soy universitario, limpio, educado y simpático. También muy deportista, ni fumo ni bebo. Mido 1,91 y de cintura para abajo, proporcional a la altura, por si no te atrevías a preguntarlo.

-Gracias, te expresas con tal naturalidad que me relaja. Y eso que esto es muy frio. ¿Cómo te gustan a ti las mujeres?

-Principalmente maduras. Que sean simpáticas, agradables y que estén dispuestas a pasarlo bien. El resto… es menos importante. Me gustan que de cara al exterior sean muy discretas, casi angelicales, pero luego sean auténticas mujeres morbosas y pasionales. Lógicamente, si son guapas como dices tú de tu mujer, mejor que mejor. Buen culo y buenas tetas. ¿Tu mujer de eso cómo va?

-Culo del llamado pera y un pecho de talla 100. Tal vez un poco más, pero no mucho más.

- ¿Qué paso en el local de Barcelona?

-Pues que iban muy directos y mi mujer se asustó, no le gusto. Fue un error mío. Casi tira todo por la borda. Me comprometí a ser más cuidadoso. A ir sin prisas.

- ¿Ya podemos hablar por teléfono? (tardo un poco más en contestar)

-Llama si quieres. (Le llame, la voz era agradable)

-Una cosa muy importante para mí y te lo digo porque ya me he llevado muchas sorpresas, es si en realidad eres tu solo o hay una mujer también.

-Lo entiendo, Espera y escucha.

 Hola buenas noches si somos pareja, que vergüenza (Una voz simpática y agradable, que denotaba vergüenza en verdad)

-Parece que le dio vergüenza en verdad.

-Jajaja… es al principio, luego no es tan vergonzosa.

-Mira tú pantalla (Le había mandado una foto, como se suele decir en paños menores, con la cara difuminada)

-Mira (Se oyó que le decía a su mujer) Gracias por mandar una foto. Estas “portentoso”

- ¿A tu mujer le ha gustado?

-No me ha dicho nada, pero por su cara y como la conozco seguro que sí. Me está haciendo ademanes de regañarme.

-Ya es tarde, cuando vosotros queráis me avisáis.

-Cuelgo, pero estate pendiente del ordenador un momento.

-OK

- ¿Te viene bien este viernes en el mismo sitio?

-Me viene bien, pero el sitio no me gustó nada. (No quería contar lo que me sucedió)

-Bueno el viernes quedamos, mañana a más tardar te mando el lugar.

-Perfecto, mañana lo veo.

            Me habían caído bien. Aunque físicamente no sabía mucho más que la mala foto que tenían en su anuncio, pero parecía que estaban bien. Y la voz de ella me pareció muy sensual, aunque algo cortada. Pero también era normal. Al día siguiente que era jueves, al mediodía vi que tenía un e-mail de ellos, me decían un sitio distinto, pero también en Benidorm. Le mandé uno para decirle que lo había recibido y que de acuerdo.

            El viernes hice lo que solía hacer un viernes normalmente. Pero a las seis de la tarde me senté en la terraza de la cafetería, porque de mis indagaciones, sabía que los vecinos llegaban más o menos a esa hora y quería hacer una última comprobación.

            Llegaron (venían los dos muy discretamente vestidos) y como me dijeron, se sentaron en la terraza con dos parejas más, los observe con detenimiento y trate de escuchar sus voces, pero no podía decir que fueran los de ayer. Él estaba hablando por el móvil y me vino una idea a la cabeza. Cuando vi que acabo de hablar y lo dejo en la mesa, cogí el mío y con disimulo llamé al número que tenía, no veía que sonara ni el de él, ni el de ella. Me daba que estaba apagado o fuera de cobertura. Ya resolví cualquier duda. Era una pena, pero lo mismo la noche me compensaba de la desilusión de ese momento. Ya me los quité de la cabeza y me puse a pensar en la noche.

            No perdí más el tiempo y me fui para casa, para descansar un poco y prepararme para salir. Cuando estaba descansando me sonó el móvil y era él.

-He visto que me has llamado, estaba ocupado hablando. ¿Hay alguna novedad?

-No ninguna era para confirmar que todo seguía adelante y para saber cómo iréis vestidos, para reconocernos.

-Yo iré con un pantalón gris marengo, camisa blanca y chaqueta azul marino, sin corbata. Ella ira con pantalón negro y suéter color claro, beige, blanco, no lo sé con exactitud, eso sí de pico, con un buen escote. Y tacones. ¿Y tú como iras?

-Iré con unos pantalones field khaki de corte ajustado y una camisa azul marino.

-No tengo ni idea de los pantalones, pero seguro que mi mujer sí. Pero una cosa importante, suponiendo que te guste ella, que te caigamos bien, la decisión final es de ella, ¿Estamos en sintonía?

-Perfectamente.

            Hice lo mismo que la otra vez, llegue con antelación al lugar. Era prácticamente igual que el otro, con mucha gente extranjera y con más zonas oscuras. Tal vez oscuras no es exacto, con la iluminación muy tenue. Volví a coger la mesa más apartada. Como también quedamos, que quien llegara primero cogiera sitio y mandara un mensaje diciendo donde se había colocado, para que no fuera tan llamativo el encuentro.

            Les mande un mensaje y me preguntaron, si junto a la vidriera, mire y era verdad había una vidriera, pero muy oscura. Cuando les dije que sí, me dijo que me cambiara detrás de ella, que luego la iluminaban y se veía mucho esa mesa, mire y vi que estaba libre donde me decían, cambie de sitio y se lo dije. Me gustaba menos ese sitio, no veía la puerta de entrada, pero era un buen sitio sin más mesas alrededor. También me dijeron que todavía tardarían un poco en llegar, pero que llegarían. Eso me dio más tranquilidad.

            No sé el tiempo que trascurrió, pero me pareció oír unos tacones, se pararon, oí hablar a dos hombres y una mujer. Uno de los hombres decía que llevaban mucho tiempo sin ir, el otro decía que andaban muy liados, ella le echaba la culpa al marido y todos se rieron. Dejan de hablar y aparecen, eran los vecinos.

            Ella llevaba una chaqueta negra de cuero, que al llevarla abierta se veía un suéter blanco en pico, como me dijo el, dejando entrever un canalillo espectacular. Llevaba unos pantalones de cuero, ajustadísimos, que, aunque la penumbra no dejaba ver bien, se le veía una figura perfecta. Él iba como dijo.

            Al verme, se quedaron mirando, como diciendo si lo conocemos. Yo haciéndome el sorprendido también, puse cara de sorpresa y dije un escueto hola. Aunque la verdad si me quede un poco sorprendido, imagino que no tanto como ellos. No eran capaces de decir nada, hasta que llego, por su voz imagine que el hombre con el que hablaron antes y dijo… “¿os pido lo de siempre?, el reacciono como pudo y dijo SI.

            Se sentaron, pero ella que se la veía totalmente nerviosa, fuera de sí, se levantó y dijo que iba al baño. Cuando se dio la vuelta, me fije en el culo, esos pantalones se lo hacían tentador, deseable, era un culo como hacía tiempo que no veía uno así.

-Nos has mentido, eres de Alicante.

-Yo no he mentido, dije que tenía disponibilidad para moverme, para desplazarme, para ser más exactos. En el resto no he mentido en nada. ¿Y vosotros?

-Sí, es verdad. ¿Ahora qué hacemos? Tú, aunque seas más joven tienes más experiencia en esto. ¿Qué me aconsejas? Porque mi mujer estará muy enfadada y cuando lleguemos a casa, no quiero ni pensarlo.

-Pues solo se me ocurren dos cosas, nos despedimos en este momento o tomamos una copa como habíamos quedado y…

-Olvídate del “Y…” ya te digo que mi mujer no querrá nada de nada.

-Bueno pues solo la copa y luego nos despedimos tranquilamente.

-Vamos a ver qué ocurre.

            Trajeron las copas y seguimos callados. Ella tardo mucho en volver, se sentó y tampoco dijo nada. Si no rompía yo el hielo, no habría ninguna posibilidad si es que había alguna. Lo lógico es que yo me hubiera ido al servicio, para dejarlos solos y que pudieran hablar, pero en ese momento no me interesaba.

YO-Bueno, no sé si lo sabéis, pero yo me llamo Carlos. ¿Cómo os llamáis vosotros?

EL-Ella se llama Montse y yo Juan Manuel, pero llámame Juanma. Aunque imagino que ya lo sabias.

YO-No, si os he visto, pocas veces, pero no sabía vuestro nombre.

JUANMA-Es una situación muy difícil. Siempre es como hacer, pero esta vez estoy en blanco.

YO-Nadie está obligado a nada. Es más, sois unos vecinos, que me he encontrado y hemos compartido una copa juntos, fin de la historia.

MONTSE- ¡YA! (Dudando lo que yo decía)

YO-Lo que digo es verdad, soy una persona de mente abierta y no juzgo la moral de nadie, como tampoco pongo en duda lo que me diga alguien, si no me demuestra lo contrario. No como acabas de hacer tu ahora. Porque piensa una cosa, ¿Qué ganaría yo contando nada?

JUANMA-Venga no nos enfademos. Carlos tiene razón, estamos tomando simplemente una copa.

MONTSE-Joder, lo único que me faltaba por oír. Si es un crio… y le has contado de todo, madre mía, que vergüenza.

JUANMA-Venga Montse tranquilízate.

YO-Por mí no tienes que tener vergüenza. Compartimos muchos “gustos” y la diferencia que yo no me avergüenzo, tu marido seguro que tampoco.

            Dejamos de hablar de eso e iniciamos una conversación, en la que tocamos distintos temas. El ambiente se fue relajando y lo más importante tranquilizándose. Saque mi lado más gracioso, sin resultar cargante y nos estuvimos riendo también. Al principio ella trataba de aguantarse la risa, pero luego cuando no pudo más, se reía abiertamente y eso fue el inicio de una estupenda velada.

            Según fuimos cogiendo confianza, sobre todo Juanma me pregunto cosas del mundo liberal. Yo le contestaba, pero siempre buscando el lado bueno, el lado entretenido. Conté anécdotas que me sucedieron, incluida la de la noche anterior con la pareja del chat. Lo conté de tal manera que a Montse le saltaron hasta las lágrimas.

            Me fije que había bastante gente bailando, era música melódica. Me arriesgué y dije… “Bueno como no creo que coincidamos otra noche tomando una copa… Montse ¿Te apetece bailar? Siempre que a tu marido no le moleste. No se esperaban esa pregunta, ella no decía nada y el mirándola, puso cara de lo que ella dijese. Después de un momento de incertidumbre, ella se levantó y encogiendo los hombros, mirando a su marido me dijo… “Vamos, aunque me da corte bailar con un chico tan joven”

            Ella iba delante mía, me daban unas tentaciones enormes de tocarle el culo, de darle un azote cariñoso. Era difícil contenerme. Una vez llegamos a la pista de baile, que era bastante pequeña. Nos pusimos a bailar, con los tacones que llevaba quedábamos a una altura perfecta los dos. Nos abrazamos, pero ella mantenía las distancias.

            No recordaba haber estado tan nervioso con una mujer. Me tenía abducido. Que mujer tan maravillosa. Me encontraba totalmente a gusto y ella se debía encontrar también igual, porque ya habían pasado varias canciones. Recordé una frase que decía mi tía… “Hombre cobarde, no conquista a mujer bonita” así que respire profundamente y la abrace un poco más, quedando poco a poco bien pegados. Aunque me tentaba bajar las manos para tocar ese culo, me contuve por estar en un lugar en el que alguien la conocía. Pero lo que si hice fue acariciar de una manera casi imperceptible, su espalada y su cintura, mis dedos tenían vida propia.

            Según bailábamos no pude evitar ir teniendo una erección importante. Cuando ella la noto, me miro, pero rápidamente miro hacia otro lado, lo importante fue que ni se apartó, ni dijo nada, ni se fue. Mis movimientos eran ya descarados, nada más lo sabíamos ella y yo. Si hubiéramos estado en otro sitio, la habría besado.

            Regresamos a la mesa y cuando llevábamos poco tiempo, dijeron que ya era muy tarde, que lo mejor sería marcharnos. Nos fuimos y nos despedimos, diciéndome ellos que lo pasaron muy bien, pero que hay cosas imposibles. Mi contestación fue que no había nada imposible, que todo es cuestión de querer.

            En mi coche camino de mi casa, iba pensando que, de haber estado en otro sitio, seguro que las cosas no hubieran terminado así, o por lo menos me contentaba pensando eso.

            A la mañana siguiente después de salir del gym, vi a mi vecino y me pare a tomar algo. Lo hice por no estar solo y por ver si aparecía Montse. Estábamos entados yo escuchando, pero no oyendo, la charla de mi vecino. Cuando veo que venían en chándal de hacer deporte. Se sentaron alejados, pero no mucho. Se pidieron un zumo de naranja, tostadas y café con leche.

            Ni me saludaron, fue como antes, como si no nos conociéramos. Aparecieron otros vecinos y se sentaron con ellos. Pero se marcharon rápido, ella estaba de frente, pero evitaba mirarme, aunque alguna vez me dio la impresión que me miro de reojo. Hablaban muy bajo, no podía oírles. Se pusieron de pie para irse y justo cuando se iban, hablaban con otra pareja. Mi vecino se fue, yo estaba solo, no quería perderme la visión de Montse. Algo le dijo ella y luego siguió hablando con los otros.

            Juanma se pone a llamar por teléfono, coincidencia el mío suena también, mientras veo que él se aleja de los demás. Miro, pero veo que es un número desconocido, cuando contesto era Juanma. Me dijo que si me apetecía esta noche salir a tomar algo. Yo le dije que por supuesto. Me dijo que buscara yo un sitio, discreto, que estuviera bien, pero que no fuera un local de parejas. Le dije que en una hora como máximo le diría algo.

            Volví a llamarle y le dije el sitio, quedamos a las 11 de la noche. Pero me quiso dejar claro que no esperase nada, que era una simple copa. Yo estaba conforme, aunque ya pensaba como hacerlo. El sitio en el que quede, era el pub de un gran amigo, que ya había estado allí otras veces. Era un pub con muchos recovecos, ideal para que las parejas hiciesen lo que quisiesen. Fui temprano para pillar a mi amigo, que me reservo el sitio más alejado y discreto que tenía, además tenía un cordón para que sin no quería que nadie pasase lo colocaba y ya estaba, ese era su sitio particular.

            Cuando ellos llegaron les hice una seña, casi no me ven. El día anterior iba espectacular y difícil de mejorar, por no decir imposible, pero cuanto me equivocaba. Llego con una gabardina larga, se veía que llevaba botas con un tacón igual o más grande que el de la noche anterior. Cuando llegaron junto a mí, nos saludamos de palabra y ella se quitó la gabardina. No puedo decir el sentimiento que tuve cuando la vi. Llevaba una minifalda ajustada, con botas hasta casi la rodilla, una blusa también ajustada, que dejaba ver claramente sus generosas formas. Todo eso hacía que su cuerpo fuera majestuoso. La única duda era si llevaba pantys o medias. Ojalá que fueran medias. Se sentaron y a mí me costó hacerlo, no me quise aguantar y le dije… “Creía que era imposible poder estar mejor que como estabas ayer, pero te has superado…” ella con una sonrisa me dio las gracias. Y yo dije que envidia. Ella me pregunto envidia de ¿Qué?

            De tu marido, de quien va a ser. Que suerte que tiene. Se rieron los dos y luego yo me uní a ellos. Pregunte que querían y me acerque a pedir, el camarero llego nos puso las bebidas y vi que cuando salió puso el cordón para que nadie pasara.

            Esta vez estaba decidido a no quedarme solo en el calentón. Llevábamos como media hora cuando sin preguntar nada la dije si bailaba conmigo, esta vez no lo dudo se levantó y fuimos a bailar. Ella se extrañó cuando vio el cordón, le explique que era el reservado del dueño, que era amigo mío y así nadie molestaba. Siguió andando y nos pusimos a bailar. No me anduve con rodeos, me pegué bien a ella desde el principio. De ahí no pasamos, pero yo estaba cachondo perdido.

            Después de un buen rato volvimos a la mesa. Juanma volvió a sacar el tema de las anécdotas que me habían ocurrido y conté algunas más. Mi pierna poco a poco se fue abriendo hasta que mi rodilla topo con la de Montse. Al principio hacia movimientos suaves y como no recibí ningún tipo de rechazo, ahora tocaba con más ímpetu y ella no se quitaba. La luz era más bien escasa y el sonido estaba alto, nos teníamos que acercar más para poder oírnos. Esta vez puse mi mano en la pierna de ella. Acariciaba sin moverla del sitio. Poco a poco la fui subiendo un poco más, hasta que toqué su piel, uuuhhhmmmmmm… llevaba medias. Cuando estaba a punto d llegar a donde ansiaba, ella se apartó. Me corto el rollo. Fui al servicio, necesitaba colocarme la polla, porque me estaba haciendo daño y no era plan de hacerlo allí.

            Cuando regrese me dio la sensación de que no estaba bien el ambiente. Yo hablaba y ella esta vez era la que hablaba, a él lo vi digamos que raro. Algo pasaba, pero no sabía el que. De pronto el corta la conversación y como si fuera de manera espontánea (cosa que no era así, se notaba) nos dijo… ¿Por qué no nos vamos a nuestra casa y tomamos algo allí? Que estaremos mejor y más tranquilos, que esto se está llenando por momentos. La respuesta de ella fue que era buena idea. Yo me limite a apoyar la idea. Nos levantamos y cada uno se fue en su coche, aunque yo esperaba una señal, algo… que ella hiciera para venirse en mi coche, pero no fue así.

            Yo iba detrás de ellos, los observaba y poca conversación vi entre ellos. Yo aparqué en un sitio y vi como su coche entraba en su garaje. Me quede en el portal. Cuando vino él y me abrió. Subimos la escalera de entrada y ella nos espera en el ascensor. Llevaba su gabardina bien cerrada, no se le veía nada. Una vez que entramos en su casa, me acompañaron al salón. Mientras Juanma hablaba conmigo, Montse dijo que ahora venía, marchándose del salón. Nosotros nos sentamos y hablamos del sitio donde fuimos, a él le gusto. Mientras hablábamos mi mente se imaginaba que ahora aparecería ella semidesnuda, o algo parecido.

            Pero apareció igual, bueno sin la gabardina y con esa luz, todavía se la veía mejor. Encendió una lámpara de pie y una de mesa, apagando las del techo. Quedando ahora menos iluminación, pero se veía bien sin problemas, seguía habiendo bastante luz.

            Ella se dirigió a su marido, “regañándole” por no haberme ofrecido nada de beber, él se disculpó y puso lo que queríamos beber cada uno. Una vez sentados todos, mis ojos se iban a la visión que tenia de las piernas de Montse, bueno más que las piernas, sus muslos. Juanma hablaba de política, tema tortuoso para mí y por la cara de Montse para ella también. Ya estaba pensando en marcharme, porque, aunque no era tarde para ser un sábado noche, no veía que seguir allí, tuviera ningún recorrido.

            Hasta que ella se levantó diciendo que le apetecía bailar. Él dijo que con el no contara. Ella con voz indiferente, le replicó que con eso ya contaba. Vi cómo iba a un expositor de CDs y después de mucho mirar cogió uno y lo colocó en el aparato. Luego apago la lámpara de la mesita y la de pie, bajo su intensidad, prácticamente estábamos a oscuras, aunque se podía ver. A continuación, puso la música, era un cd de boleros. Se puso a bailar sola, se contoneaba de una manera provocativa, tentadora. Para ser poco después un baile más erótico que nada.

            Se puso frente a mí y estiro sus brazos en forma de invitación. Ni mire a Juanma, me levante y nos abrazamos, nos pusimos a bailar. Esta vez sus movimientos eran más provocativos, cuando noto que mi erección se iniciaba, más se movió, consiguió en segundos que mi erección fuera total.

            Pero veía que de ahí no pasaba la cosa. Tome la iniciativa, me agache un poco y bese su cuello delicadamente, hasta que note como se erizaba su piel. Saqué mi lengua y lamí su cuello, notaba que le gustaba y como se apretaba más a mí. Pero a pesar de todo ello, la seguía viendo distante, volvía a intuir que algo no iba como en situaciones semejantes con otras parejas. Cuando yo quedaba de espaldas a Juanma y él no lo podía ver, sin ningún esfuerzo metía mis manos por debajo de la minifalda de Montse. Tenía un culo muy duro, las nalgas estaban libres de braguitas, porque llevaba un tanga. Ella seguía dejándose y note que su respiración se aceleraba.

            Ahora dejo de abrazarme y se dio la vuelta, pegando su culo a mi polla y mirando a su marido, yo la tenía agarrada por la cintura, mientras seguíamos moviéndonos con el ritmo de la música y ella con sus contoneos me ponía más cachondo. Se dirigió al marido…

-Juanma, ¿Sigues queriéndome ver follar con otro? (Su voz era de firmeza, yo me quede callado, como Juanma que se quedó sorprendido, no se esperaba esa pregunta y menos delante de mi) Es una pregunta bastante sencilla. Solo tienes que decir o SI o NO (El siguió en silencio, ante esto ella continuo) Si es no o ya no quieres, si te estas arrepintiendo, dímelo que lo entenderé y seguro que Carlos también. (Ya no me estaba gustando la cosa, pero Juanma seguía mudo y la voz de ella la notaba como una voz triunfante, firme) Di algo, no te quedes ahí mirando como un pasmarote. ¿Quieres verme como me meto una polla que no es la tuya en la boca? Bueno ya te aviso un pollón que es lo que tiene. (Notaba como ella se sonreía, ante tal situación no sabía si marcharme, sobre todo por el silencio de él, que me daba que estaba arrepentido o que conmigo no quería)

-Si (Fue casi imperceptible, muy suave, con un tono muy bajo)

- ¿Estás seguro? ¿Sigues con tu fantasía de verme así? Que no te veo muy seguro. (Esta vez su voz era de preocupación, duda…)

-Sí, sí quiero y lo deseo. Si Carlos te gusta… por lo menos deberíamos probar una vez. Luego ya veremos. (esta vez su voz no fue dubitativa)

            Ella se dejó de contonear, la sensación fue que estuvo provocándole, para que se arrepintiera, pero ahora la pelota estaba en su tejado. Con el hándicap, de que estaba caliente. Pero le duro poco, se giró y me dio un beso, que era de todo menos de compromiso, no me había equivocado estaba tan cachonda como yo. Ya nos tocábamos por todos los sitios, ella paro y me dijo de ir a su habitación, él se levantó también y ella le dijo… “Por lo menos déjame 10 minutos a solas primero…” ni rechisto y se volvió a sentar.

            Una vez en la habitación ella cerró la puerta. Nos besábamos de una forma arrebatadora, como con necesidad. Fue a apagar la luz y la dije que no, que quería verla bien. Dudo un poco, pero dejo la luz encendida, la dije que se desnudara, nos desnudamos a la vez. Me quedé observándola, era perfecta y le dije lo bien que estaba. Ella sonriéndome me dijo que yo estaba más que bien.

            Le dije al oído que iba a ser un auténtico placer el fallármela, que desde hace mucho, le tenía ganas. La tumbé en la cama y fui saboreándola por todos los sitios, me encantaban notar como se mojaban mis dedos dentro de su coño mientras mordisqueaba sus deliciosos pezones. Estaba entregada, fui pasando mi lengua por toda su tripa, notaba que cuando llegaba a su pubis, con ese pelito tan recortadito, se aceleraba, pero pasé de largo.

            Se quedó sorprendida, mordisqueé sus pies, lamí su empeine. Para acariciar sus pantorrillas mientras iba besando y lamiendo sus piernas. En las rodillas me entretuve bastante, ella trataba de tirar de mí, para que subiera más deprisa. Pero yo aguantaba. Cuando llegue a la cara interna de sus muslos, note como estaba de ansiosa. Abría las piernas mucho, era toda una invitación. Pero me resistí. Cuando llegue a sus labios vaginales estaban todo mojados, mi lengua paso por ellos, lo lamia una y otra vez. Ella trataba de pegar mi cabeza a su coñito, pero todavía tendría que esperar. Llevábamos ya más de un cuarto de hora, cuando siento corriente en mi espalda, alguien ha abierto la puerta. Tanto a ella como a mí, nos daba igual.

            Por fin llegue a su clítoris, cuando noto mi lengua gimió fuertemente. Metí mis dedos para hacerla gozar más, pero duro poco, se corrió de una manera desinhibida, gozando al máximo. Quise seguir comiéndome el coñito, pero se revolvió hasta engancharse a mi polla. Me la mamaba de forma desesperada, con mucha calentura.  

            Ella paro y mirando a su marido le dijo… “A que es una polla maravillosa y que rica que esta, todavía eres medio conrnudin nada más, pero cuando me meta esto en el coño serás cornudo, cornudo como en tus fantasías” y volvió a seguir mamándomela. Yo veía a Juanma con una mirada fija en su mujer, en lo que hacía, mientras él se hacía una paja, ni se daba cuenta de que yo le miraba, estaba a lo suyo. Vi como no se aguantó y se corrió sobre un pañuelo de papel que llevaba en la otra mano.

            Ella paro nuevamente y dijo que no aguantaba más, que la quería dentro de ella. Se fue a sentar en mi polla, pero el marido protesto, porque quería que me pusiese un condón. Le pedí mi pantalón y que varios que llevaba, Montse se quejó, porque decía que eso había que notarlo al natural, pero el insistió. Una vez que me lo coloque ella me hizo tumbar, prefería ir metiéndosela ella para saber… y así lo fue haciendo, cuando con voz de sorpresa dijo… “Cornudo, esta toda dentro, creía que no podría, pero me da más gusto que la tuya…” él se volvió a empalmar y nuevamente se hacía una paja.

            Qué manera de moverse tenia, sabía muy bien lo que se hacía. Yo como solía hacer, me moje un dedo y lo acerque a su culito, ella cuando lo noto me miró fijamente y me sonrió, por lo que fue como si me dijera que adelante. Llevábamos un rato cuando se volvió a correr, mientras yo pellizcaba sus pezones. Pero yo también me quería correr, cambie de posición, me la quería follar a cuatro patas, pero ella con una mirada muy cachonda, se tumbó en la cama y me dijo que mejor así, que me acercara.

            Cuando lo hice, ella levanto sus majestuosas piernas, poniéndomelas en mis hombros y diciéndome… “Follame bien follada, que este cornudo lo vea, pero follame como a una puta, que es lo que mi marido quiere que sea, reviéntame…” esas palabras lo único que consiguieron fue que me pusiera terriblemente cachondo, pero por lo que vi a su marido también.

            Le agarre por las piernas y se la metí de golpe, mis embestidas eran un poco m as que suaves, pero ella me pedía más, por lo que la embestí fuertemente, ella no se quejaba, decía que nunca la follo nada igual y que fuera más fuerte. La folle al máximo, cuando grite corriéndome, ella se corrió seguidamente, entremezclándose nuestros gritos. Cuando saqué mi polla, ella al ver la gran corrida que había en el condón, le dijo al marido… “Eso sí que es una corrida y tú eres un imbécil, mira que cantidad, que desperdicio, como se tendría que notar todo eso calentito dentro del coño…”

            Se acercó me quito el condón y se dedicó a chuparla de nuevo, a saborear los restos de mi corrida. Lo que me extraño era que se suponía que haríamos un trio y Juanma no toco a su mujer. Otra vez logro con su lengua que se me pusiera dura, fue poco a poco creciendo en su boca, yo me había agachado y hacíamos un 69. Lo que hacía también era meterle ya, un par de dedos en el culito y ella se dejaba. estaba loco por follarselo.

            Paro de hacer el 69 y le dijo a su marido que nos trajera algo de beber y que no tuviera prisa. Cuando él se marchó, cerró la puerta y ella en voz baja me dijo…

-Por el culo olvídate, que Juanma se enfadaría, que todavía no lo hicimos por ahí.

-Pues te entran bien los dedos.

-Sí, porque me compro un anal para ir preparándomelo.

-Pues otro día me tengo que follar este culito, con permiso o sin permiso.

-No estoy segura de que vuelva a pasar. (Eso me dejo descolocado, pero ahora estábamos a lo que estábamos)

            Oímos abrir la puerta nuevamente y estábamos enfrascados en el 69, logre hacerla que se corriera antes que yo. Porque yo una vez que me he corrido las siguientes veces tardo muchísimo, salvo que lo haga yo. Ella ahora me la chupaba sola, me decía que le dolía ya la mandíbula, que me corriera en su boca, me empecé a hacer yo la paja y cuando estaba a punto le avise. Corriéndome otra vez buena cantidad dentro de su boca. Ella se lo trago todo y llamo a Juanma que se acercó y le dio un beso en su boca.

            Nos quedamos recostados en la cama, mientras bebíamos los que nos trajo Juanma, a ella se la veía espectacular desnuda. Estaba recostada sobre mi brazo, de tal manera que mi mano llegaba a su pezón, que se lo acariciaba con mis dedos, mientras hablábamos los tres. Trataba de darle naturalidad a lo sucedido, para que ellos luego no le dieran importancia.

            Decidí que ya era momento de marcharse, de dejarles solos, que tendría mucho que decirse o contarse. El tiempo diría que pasaría. Lo que, si tenía claro, es que lo habíamos pasado muy bien, por lo menos Montse y yo. Mañana domingo estaría en la cafetería para ver la reacción de ellos. Porque ahora podrían llegar los reproches, los remordimientos, los celos…

            La despedida con ella fue muy buena, sin yo intentarlo me dio un buen morreo de despedida, la de él fue más difícil de entender.

Mas de CARTUZ

Vacaciones espirituales.

Reencuentro con una bella madura.

S.O.S. Ailen mujer “PELIGROSA”

Morbo, osadía y atrevimiento, 3 hermosas palabras

Baile seductor y morboso.

Seducido y “vencido”

Noche de bodas y… algo más.

Milena la seductora.

Maduras casadas, decididas y sin complejos.

Vecinos amables y cariñosos.

Terremoto sexual en familia.

Uniendo a una familia.

Madre e hijas una relación con mucho “futuro”

La pasional Aleska

Giordana cada día más VICIOSA

Sexo, lujuria, sensualidad

Viaje corto, pero placentero.

Viaje de trabajo, trabajo idílico.

Descubriendo más... de la ardiente Giordana

Creando un cornudo

La morena ORSOLYA

“superviviendo”

La torre de babel

Fin de semana “entretenido”

Mexico lindo y querido

1 de enero

Imprevisible Fin de Año

Conociendo a Larisa.

En tierra extraña.

Esposa, madre y… MUY CARNAL.

La venganza se toma en plato… CALIENTE

Una relación con mucho futuro.

Un nuevo mundo para Noemí.

Toda una señora, la DAMA DE PICAS

De tímida y vergonzosa a toda una LUJURIOSA.

Saber esperar

Milada y Dolors, el día y la noche.

Una relación inesperada, pero gratificante.

Inicio de nuevas “amistades” y que… “amistades”

Nueva vida en Barcelona

Una gran despedida sexual y sensual.

La “NECESIDAD” rompe promesas

Despues de una larga ABSTINENCIA...

APASIONANTE madura

Madura LUJURIOSA y… DOMINADA

Madura LUJURIOSA, pero reacia

Cancún ( IV y último )

Cancún ( III )

Cancún ( ii )

Cancún ( i )

Algo inesperado, satisfactorio, pero con dudas.

Una “FIESTA” de cumpleaños, distinta

Adentrándome en una experiencia diferente.

Sin planearlo y sin esperarlo

Madura PASIONAL

La caliente y fogosa Carmela

La lianta de mi tia LUCIA

Noche inesperada y lujuriosa

La realidad supera la ficción.

Madura, casada y con muchas ganas

¿Es bueno mezclar trabajo y sexo?

Cena con “sorpresa” inesperada.

Montse y Marialis en la playa nudista

Reencuentro morboso y excitante con Montse

Maduras “PELIGROSAS” e infieles (I)

Maduras “PELIGROSAS” e infieles (II)

Montse cada vez más EXCITANTE

Iniciando a Montse

Noche complicada... pero muy ardiente

Eugenia cada día más morbosa.

Buen inicio de vacaciones...

No hay nada como un día de cine

Cumpleaños FELIZ... (II y final)

Cumpleaños FELIZ... (I)

Año nuevo 1999

El beso de Singapur.

Dos SUPERMADURAS excepcionales.

Un bautizo muy “caliente” excitante y entretenido.

Gracias a Eva mi amiga madurita.

Por fin... La verdadera Eugenia

El DESEO por una madura IMPONENTE (II)

El DESEO por una madura IMPONENTE (I)

A la conquista de una madura inalcanzable (II)

A la conquista de una madura inalcanzable (i)

Acoso y derribo de una MADURA CALIENTE (2)

acoso y derribo de una madura caliente

Fiestas de barrio (2)

Fiestas de barrio

Las maduras son mi debilidad

Una prima feliz y una amiga deseada.

Mi prima cada vez mas caliente

Contra mas prima, mas se le arrima...

Trabajo veraniego en las islas afortunadas - II

Trabajo veraniego en las islas afortunadas - I

Camping con sorpresa

Una madura saca la fiera que lleva dentro

1997 se va, llega 1998, FIN DE AÑO espectacular

Nunca hay que darse por vencido

NOCHEBUENA con una madre y una tia.

Con mi tia, seduciendo a madura muy conservadora.

El despertar de una madura reprimida

Carmen una madura con dudas

Las SORPRESAS de una madura mal atendida.

MADRES olvidadas, madres NECESITADAS.

La “EXPLOSION” de una madre muy necesitada

Cuando una MADRE pasa a ser una MADURA MORBOSA

Por fin madre e hija, ¿Quién ES MÁS…?

Madre e hija...

La hija mas cachonda que la madre.

Buena esposa, mejor madre pero… EXCELENTE vecina

Estrenando casa y cama

Últimos días en casa de la tía Lucia (2)

Últimos días en casa de la tía Lucia

La tia lucia y sus amigas, cada cual mas...

Mi tia Lucia. Madura complaciente. (3)

Mi tia Lucia. Madura complaciente. (2)

Mi tia Lucia. Madura complaciente.

No hay nada como una madura insatisfecha como Tere

Esther una madura aún más necesitada.

Primera vez con Sofí, pero no la última.

Continua el sorpresón con Maite - 2

Continua el sorpresón con maite

Sorpreson mas que agradable

Esther una madura necesitada

Primera vez en todo