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Montse y Marialis en la playa nudista

en Sexo con maduras

Después del reencuentro tan excitante con Montse, sabía que iba a ser difícil superarlo, pero seguro que no sería por no intentar hacer cosas nuevas. El sábado por la mañana bajé pronto a la panadería para comprar algo de pan y unas empanadillas, todo para el día de playa, cuando salí de la panadería e iba hacia mi casa, vi a Montse de charla tranquilamente con otras vecinas y no iba vestida como para ir a la playa.

            Me subí a mi casa, hice las cosas que tenía que hacer en mi casa y me prepare un bocadillo, que, junto con las empanadillas, serian la comida de hoy. Ya había pasado casi dos horas desde que vi a Montse. Me monté en la moto y me fui a la playa. Cuando salía del barrio pude ver que Montse seguía por ahí, de charla. Eso me hizo suponer que por las circunstancias que fueran, no iría a la playa. Ya me “vengaría”, fue lo que pensé.

            El día era muy bueno, un sol espléndido. Eran esos días que no sabes si te podrás bañar, pero que el sol y la temperatura acompañan, además de saber que, al no ser época de vacaciones, la playa estará bastante vacía, sin aglomeraciones y sin los pesados mirones. Efectivamente cuando llegué a la playa, solo había una pareja de chicos de algo más de 30 años, muy bien cuidados, ya bastantes morenos, por cómo me miraban y por su actitud deduje que eran gays.

            Aunque ya había ido días anteriores a la playa, todavía no había cogido mi moreno habitual. Extendí la toalla, coloque las cosas y me desnude. Como lo que si había era algunas personas corriendo por la orilla y no me fiaba mucho, porque no era la primera vez que se llevaban algo de la gente, me dirigí a la pareja de chicos y les pedí si me podían vigilar las cosas mientras me daba un chapuzón para probar el agua, ellos muy amablemente me dijeron que si e hicieron un par de “bromas” imagino que, para tantearme, estaba claro que no me había equivocado con ellos, pero se les veía simpáticos.

            Cuando entré en el agua, me tuve que meter de golpe en ella, para no notarla tan fría. Una vez metido se estaba estupendamente, no como en el verano que el agua del mediterráneo parece caldo. Desde el agua pude ver cómo llegaron varias personas más. Entre ellas una pareja cercana a los 40 años o de un poco más de 40. No se pusieron muy lejos de mi toalla, una buena distancia para tantear la situación. Ya que en playas nudistas anteriormente me salieron buenos planes.

            Salí del agua y me dirigí hacia mi sitio. La pareja estaba de pie colocando sus cosas y una sombrilla. Cuando llegue a mi toalla, les di las gracias a mis “vigilantes” y uno de ellos me dijo… “Estamos aquí para lo que te haga falta…” se notó mucho la pluma, la pareja madurita me miraron y sonrieron.

Una vez tenían colocado todo ella se quitó el vestido playero. Me daba la sensación de que era la primera que venían a una playa nudista o todavía no se habían acostumbrado, eso con el tiempo se nota. Ella se quedó en bikini, yo estaba tumbado boca abajo y miraba de reojo, mientras ella me daba la espalda. Él se desnudó muy decidido, físicamente estaba pasable, con una pequeña tripa incipiente, pero no gordo. Y una polla de lo más normal, ni pequeña ni grande, eso sí, con una buena mata de pelo en el pubis. Ella ante los ánimos de su pareja, que se notó mucho, se quitó primero la parte de arriba, para después de dar un suspiro profundo, quitarse la parte de abajo. Cuando se fue quitando la parte de abajo, al agacharse pude ver bien que tenía un buen par de tetas, grandes y firmes. El culo también lo tenía muy bien, se le veía prieto y al contrario que su pareja, no se le veía un gramo de grasa de más.

            Se tumbó y se puso de medio lado, hablaba en voz baja con su pareja, lo único que podía ver era su espalda y su estupendo culo. Pero no la había logrado ver de frente total. Ahora tocaba saber si eran de esas parejas que además de pasar un día de playa, querían encontrar algo “entretenido”.

            Me di la vuelta y me puse las gafas de sol, ya que me daba de lleno en los ojos. La polla la tenía en un “estado” normal, pero al moverme quedo recostada sobre uno de mis muslos. Al estar todo el pubis depilado, se me veía más grande o por lo menos eso siempre me habían dicho. El hombre de la pareja se recostó sobre sus codos, quedando su cuerpo más levantado y quedaba de cara a mí. Vi cómo me miraba y también pude ver cómo le decía algo a la mujer.

            Como haciéndose la tonta, se tumbó boca abajo como estaba su marido, con los codos apoyados en la toalla y giro discretamente la cabeza. Sabia de que estaban hablando o por lo menos lo intuía. Pero cuando la cosa se puso mejor, fue cuando él le dice algo al oído y veo como ella se azoraba. O mucho me equivocaba o el “tonteo” había comenzado. Ahora ellos fueron los que me pidieron a mí que si podían vigilar sus cosas y como es lógico les dije que sin problemas. Se levantaron y se fueron al agua. Pero nada, a ella no la pude ver bien, sería cuestión de estar pendiente y verla cuando regresaran del agua.

            Me senté con los brazos extendidos hacia atrás y con mis piernas también estiradas. Al rato los vi regresar y… ¡¡MADRE MIA!! que cuerpazo, ella venia escurriendo su melena, haciéndolo con mucha sensualidad, imaginaba que eso era lo que le había dicho su pareja, o lo que mi mente calenturienta quería pensar.

            Una vez llegaron, se quedaron de pie dejando escurrir el agua y me dieron las gracias por cuidar de sus cosas. El cogió una toalla y se secó las manos, se acercó muy decidido a mí y me dio la mano diciendo que se llamaba Kiko y ella era su mujer Sonsoles. Me levanté y le di la mano. Ella trataba de no mirar para abajo, se la veía nerviosa, pero tratando de dar naturalidad. Poniéndonos a charlar, bueno él y yo, porque ella se tumbó rápido, boca arriba y se puso las gafas de sol. Mientras hablábamos yo miraba sin cortarme a su mujer. Tenía el coñito totalmente depilado, no se veía nada de vello.

- ¿Eres de aquí?

-No, soy de Madrid, pero estoy estudiando aquí y aprovecho lo que puedo la playa, que luego en verano es peor.

-Eso nos pasa a nosotros también.

- ¿Vosotros sois de aquí? Porque yo vengo mucho a esta playa y nunca os vi.

-Si nosotros somos de Alicante y aquí en Urbanoba tenemos un apartamento. Así que si, venimos a esta playa mucho.

-Pero no aquí, a la parte nudista.

-No creo que conozcas a todos los que vienen, jajaja… (Risa muy nerviosa)

-Hombre, hay gente que no pasa desapercibida (Sin necesidad de decirlo, los dos entendieron que lo dije por su mujer, ahora era cuestión de esperar su reacción)

-Jajaja… (Nuevamente risa nerviosa) eso me pasa por tener una mujer tan guapa, que, si no, nadie se fijaría en mi… jajaja…)

            Pero de pronto nos quedamos sin hablar, esto que pasa algunas veces. Por lo que decidimos cada uno tumbarnos en nuestros sitios. Yo seguí observando y vi como el, cuchicheaba algo al oído de su mujer, que estaba tumbada boca arriba, imperturbable. Pero que según oía a su marido se le dibujaba una leve y contenida sonrisa. Pero sus pezones habían crecido de forma considerable, pero no sabía si por lo que el marido le decía o simplemente era causa del sol.

            Mientras yo estaba pensando cómo ayudar, porque la poca o mucha experiencia, me decía que, si querían algo, que él estaba muy decidido y que como la mayor parte de las veces el hombre era el incitador de todo, estando ella a la expectativa, indecisa, pero que, si habían llegado a esa situación, podría darse un buen día de playa, además de que tenían el apartamento muy cerquita de allí, a un paseo, por lo que dijeron.

            Yo de vez en cuando miraba hacia ella, sabía que se estaba dando cuenta, pero ni su cara ni el resto de su cuerpo se movían. Cuando menos me lo espere, ella giro un poco su cabeza y sonrió, aunque sus gafas ocultaban sus ojos, yo sabía a donde miraba. Le saque la lengua sonriendo y ella sonrió mucho más. Se giró, durante un rato le dijo algo a su marido y ella se levantó yéndose al agua. Su caminar era lento, debía de saber que estaría mirándole el culo. Fui a levantarme para ir al agua, pero el marido me interrumpió…

-Si no es mucha indiscreción… ¿Luego dónde vas a comer?

-Tengo en la mochila un bocadillo, comeré aquí.

-Si quieres venir a comer con nosotros… te invitamos. Para que no estés solo. No creas que se lo decimos a cualquiera, es que nos has caído bien.

-Muchas gracias, pero no me gusta molestar.

-Que va hombre, no es una molestia.

-Seguro que para tu mujer si, que es normalmente la que tienen que preparar todo (Lo dije provocando una contestación más sincera)

-Seguro que no le importa.

            La vimos regresar y así mojada daba gusto verla. Vi cómo le miraba a él y él se medió encogió de hombros. Cuando se tumbó de nuevo en la toalla, él le susurro algo al oído. Ella movió la cabeza como diciendo que tonto que eres o algo así. Lo digo por la cara de él. Entonces ella se giró y quitándose las gafas, mirándome a los ojos me dijo…

-Oye, creo que mi marido no se ha debido de explicar bien. Es que en algunos momentos es muy lanzado, muy decidido, pero cuando llega la hora de la verdad se “desinfla”. (Ella hablaba con tono decidido, tal vez un poquito chulesco, pero podía ser por cierto nerviosismo que se detectaba en el ambiente)

-No sé a qué te refieres… ¿Vas por la invitación a comer que me hizo? (Haciéndome el despistado)

-Más o menos. Pero se te ve un chico inteligente y seguro que lo habrás “entendido” (recalcando esto último)

-Yo no sé si lo que entiendo es lo correcto o no. Pero sería más sencillo que os explicarais mejor.

-Kiko lleva ya una temporada proponiéndome que “conozcamos” a otro hombre, la propuesta me ofendió mucho, pero al final admití una pequeña posibilidad y por eso hemos venido aquí. Y una vez que te he visto, me he dicho y por qué no, tienes buena presencia, buen cuerpo, eres guapo, el resto de lo que veo, veo que está muy pero que muy bien y si mi marido quiere que lo intente por lo menos, pues que escoja yo. Eso siempre que tu estés de acuerdo y no te importe compartir. ¿Qué te parece? (El marido, miraba para todos los lados, como vigilando, con cara tensa, muy nervioso)

-Seré más breve que tú, por mi perfecto. Pero por la cara de tu marido no sé si ahora le parece buena idea.

            Ella se giró hacia su marido, lo miro durante un rato. Pero él no decía nada, estaba como con la vista perdida, hasta que ella le dijo que dijera algo, que no estuviera como un pánfilo. Como resignado dijo… “Si, yo también quiero, quiero compartirte, mientras yo esté presente”

            Me levante y le invite a ella a venirse al agua. Dio un pequeño saltito y nos metimos en el mar. Hablábamos de la temperatura del agua, de lo limpia que estaba el agua… hasta que estire un brazo y protegido por el agua, toque su culo, duro como una piedra. Ella no rechisto, aunque le pilló por sorpresa. Mi polla fue creciendo deprisa, hasta estar bien dura. Mis dedos jugaban por todos los sitios y ella apenas hablaba, solo miraba hacia la playa. Vino una ola que nos desestabilizo y ella sin querer toco mi polla. Y volvió a tocarla, pero esta vez con más detenimiento y soltándola dijo… ¡VALGAME DIOS! Menudo… y se cortó. Cuando nos disponíamos a salir, me fije que en la orilla estaban Montse y Marialis. Vaya cortazo, ya creía que no vendrían.

            Una vez que salí, mi polla estaba a medias, se veía un buen tamaño. Me fije como miraba Marialis y Kiko. Marialis le decía algo a Montse, que no le respondía nada. Actuaba como solía hacer, muy discreta, muy mojigata. Les salude y les indique donde estaba mi toalla, ellas colocaron sus cosas y se quedaron en bikini. No se decidían a quitarse la ropa. Montse tenía todo un cuerpazo. Marialis lo tenía también, pero más voluptuoso, más rellenita.

            Marialis se quitó primero la parte de arriba, lo hizo con mucha naturalidad, no tenía marcas, no era la primera vez, por lo menos en hacer top less. Tenía unas tetas bastante grandes, un poco caídas, pero muy apetecibles, con unos buenos pezones. Yo no perdía detalle, luego se quitó la parte de abajo, para eso se dio la vuelta y al agacharse pude ver bien su culo y su coño, todo depilado. Pero cuando se dio la vuelta, tenía un monte de venus abundante, muy negro, pero muy arregladito, se podía ver que en los labios vaginales no había nada de vello.

            Con bastante más timidez lo hizo Montse. Muy cortada y con mucha vergüenza. Hasta que Marialis le dijo… “Si tuviera yo ese cuerpo, anda que me iba a dar vergüenza a mí, JA” pero muy rápidamente se sentó en la toalla Montse y Marialis le decía de ir al agua, cosa que rechazo. Una vez nos quedamos solos Montse en voz baja y con un tono como de celos me dijo… “Menudo zorrón esa (refiriéndose a Sonsoles) no te quita el ojo de encima, bueno a tu polla” yo con una sonrisa le conteste… “No te veía en plan celosa a ti, precisamente” se puso seria y no dijo nada más.

            Me fui otra vez al agua y cuando me vio Marialis llegar, su cara era de devorarme. La tía no se cortaba ni un pelo en mirarme según me acercaba. Yo mientras me acercaba iba pensando en cómo entrarla sin parecer un obseso. Pero para sorpresa mía fue ella la que pareció una obsesa…

-Tengo unos amigos que te contratarían ahora mismo.

- ¿Por? ¿Para qué? (Me pillo de sorpresa)

-Tienen una productora de cine de adultos.

-Vamos… cine porno. ¿Te refieres a eso?

-Si.

-No sé si doy el tipo. Pero, aunque lo diera no, gracias.

-Con ese cuerpo y esa poronga, ya te digo que das el tipo.

- ¿Poronga? (Nunca lo había oído, aunque me imaginaba a que se refería)

-Jajaja… al pollón, rabo… como decís aquí.

            Cuando le iba a decir que no era tampoco nada de otro mundo, su mano se apodero de mi polla, apretándola bien, como para que no me escapara y meneándomela. Lógicamente se puso a tope. Ella con una mirada encendida y vidriosa…

-Es una pena que este la “monja” de Montse, si no ya te digo que no te escapabas.

-Y quien ha dicho que yo me quiera escapar. Y mucho menos con las tetas que tienes y el culazo que te gastas.

-Así que te gustan mis lolas y mi cola.

-Llámalo como tú quieras, pero me encantan… (Ahora fui yo el que metí mi mano por detrás y sin buscarlo le metí un dedo en el culo)

- “Pervertido” que soy una mujer casada y me quieres hacer la cola… jajaja… que soy muy decente… jajaja.

            Se salió del agua y se fue hacia donde estaba Montse. Que la veía hablando con Sonsoles y con Kiko. Yo me quede un poco más en el agua para “relajarme” cuando ya me relajé un poco salí del agua, ahora era cuestión de ver como sucedían las cosas, no fuera que el que mucho abarca poco aprieta. Tendría que decantarme por alguien, mi primer pensamiento fue claro, Kiko y Sonsoles, porque sabía que Montse siempre estaría allí al igual que la amiga.

            Cuando llegué al grupo, me percaté de que se habían acercado todos más y que se reían como si fueran amigos de toda la vida. Por lo que se ve pensaron que alguna de las dos era mi madre… cuando aclararon todo, se pusieron a hablar de distintas cosas que por lo que se ve tenían en común. Por ejemplo, que era la primera vez que hacían nudismo. Porque exceptuando Montse las otras dos si hicieron alguna vez top les.

            Luego hablaban de la hora de la comida, diciendo Montse que ellas comerían en un sitio cercano, bueno que comeríamos los tres. Muy amablemente les dijo si se querían unir con nosotros. Yo por momentos veía que todo se iría a la mierda. Hasta que Sonsoles dijo de comer todos en su apartamento, que podíamos comprar unos pollos asados y cualquier cosa más. Al final a todos les pareció buena idea, menos a mí. Recogimos todo y nos fuimos andando hasta el apartamento y comprando la comida para llevar. Una vez que llegamos al portal, como en el ascensor no cabíamos todos, subieron ellas primero.

            Kiko me dijo que se nos había chafado todo. Yo como no me daba por vencido, le dije que era cuestión de intentarlo. Puso una cara extraña y le dije que podíamos ser en vez de tres, cinco. El no reaccionaba y yo le dije si no le habían gustado mis amigas, él dijo que sí, pero que… yo le anime y le dije que viéramos como salía todo. Me miro incrédulo y nos subimos.

            Más que un apartamento parecía un piso, era muy grande. Luego nos enteramos que eran dos unidos. Ayudamos a preparar las cosas para comer y la mesa. Yo me las ingenie para quedarme junto a Sonsoles, algo que me dio la impresión que no le hizo mucha gracia a Montse. Al rato de haber empezado a comer. Yo moví mi pierna para tocar la de Sonsoles, que al ir los dos en bañador, el contacto se notó mucho más. Ella la retiro muy disimuladamente en un principio, pero luego, pensó lo que pensó y fue su pierna la que busco la mía.

            Una vez sucedido eso, de vez en cuando aproveche para tocarla con mi mano y la cara de ella fue de satisfacción. Ella no se atrevía a tocarme, pero se dejaba hacer. La comida fue distendida, entretenida y con conversaciones subidas de tono, sobre todo por parte de Marialis y de Kiko que le seguía la corriente. Yo hacía pocos, me dedicaba más a las piernas y lo que no eran las piernas de Sonsoles.

            Llego el postre y habíamos comprado helado, Sonsoles no permitió que nadie se levantara a ayudarla y se fue a la cocina. Yo no hice caso y me levanté, nada más entrar la vi de espaldas con ese culito tapado por el pequeño bikini. Estaba sacando el helado, yo en voz alta pregunte en que la podía ayudar, ella se sobresaltó y me dijo que llevara los platos de postre y cucharillas que estaban encima de la mesa de la cocina. Cogí todo y fui a llevarlo. La cara de Montse se relajó cuando me vio regresar.

            Apareció Sonsoles y dejo la bandeja del helado encima de la mesa. Disculpándose porque se iba a preparar el café. Montse fue la que se puso a repartir el helado, yo dije que no quería y mientras los demás seguían con las bromas, yo fui a la cocina.

            No me lo pensé, me puse detrás de Sonsoles, le agarré por la cintura y empecé a besarle el cuello. Ella no decía nada, pero no hacía falta que lo hiciese, ya que note como su culo se movía, apretando mi polla, que según lo hacía iba teniendo dimensiones importantes. Subí mis manos por dentro de la camiseta que llevaba y alcancé sus tetas, una que no llevaba nada puesto. Poco a poco note como sus pezones se endurecían con mis caricias.

            Ahora era yo el que me pegaba bien a su culo. Sin dejar de tocar una de sus tetas y de mordisquear su cuello, una de mis manos se metió dentro de la braguita del bikini, llegando a su coñito, que estaba muy húmedo, calentito, jugoso. Cuando noto como metí dos de mis dedos, se le escapo un gemido, que rápidamente corto para que no se le oyera.

            Después de unos minutos así, notando como se retorcía, le di la vuelta, su cara era de sorpresa, como de temor lo desconocido, se mordía fuertemente el labio. Su mirada era penetrante, como si me preguntara… ¿Y ahora que…? Me acerque suavemente con mi boca a su boca y cuando nuestros labios se encontraron, pasamos de esa suavidad, a comernos la boca con locura. Nuestras lenguas parecían que habían entrado en “guerra” que fogosa que era.

            Estábamos tan pegados que mi polla estaba a punto de reventar, yo había ya logrado bajar su braguita y ella levantando poco a poco sus piernas se las quito. Yo metía mis manos por todos los sitios y ella estaba abrazada a mi cuello. Solté sus manos y una la llevé a mi polla, por encima de mi bañador, pero ella enseguida la quito. Volví a insistir y esta vez lo que hice fue bajarme un poco el bañador para que la tocara en vivo.

            Note que tenía la mano más fría que mi caliente polla, esta vez ella ya no la quito, apretaba su mano bien, la subía y bajaba con ganas, de pronto se puso como de puntillas y se la coloco entre sus piernas, moviéndose de adelante a atrás, se volvió a coger a mi cuello y sus besos eran más húmedos, con muchas más ganas. Le dije al oído… “Mi polla está deseando notar tu boca…” me miro a los ojos y se agacho, me apoye en la encimera y ella no se lo pensó más, comía muy bien la polla y lo hacía con muchas ganas.

            La imagen de ella era espectacular y totalmente morbosa. Cuando me di cuenta que nos estaban mirando Marialis y Kiko. Mientras lo hacían ella le tocaba su polla por encima del bañador. No sé el tiempo que llevaban allí, pero se notaba en el ambiente que esto ya no había quien lo parara.

            Yo les guiñe un ojo y él no se debió de dar cuenta porque no quitaba ojo de su mujer, pero el bulto que había debajo de su bañador, lo decía todo. Cuando sin nadie esperarlo se oye un portazo. Lo que hizo que Sonsoles se girara y se quedara estupefacta al ver a su marido mirando. Marialis se fue rápida. Por lo que dijo Montse se había ido y por lo que se ve muy enfadada.

            Sonsoles quiso medio justificarse ante su marido, no le salía una frase coherente, pero, a él, tampoco le salía ninguna. Yo rompí ese momento, diciéndole vamos a vuestra habitación. Se miraron y yo agarrándola con un brazo por la cintura le dije que… “Vamos” y ella se encamino a la habitación. El cuándo pasamos se vino detrás de nosotros.

            Se quitó la única prenda que le quedaba y se quedó desnuda, tumbándose en la cama. Mirándonos a los dos, a su marido y a mí. Me acerqué y fui besándole los pies, las piernas, sus muslos, de abajo arriba y luego, al contrario, lamiéndoselos también. Pero todo sin llegar a su coñito. Cada vez que subía ella abría más las piernas, era una invitación, un deseo. Se le notaba cortada, estaba convencido que era por la presencia de su marido. Porque la notaba demasiado fogosa para estar tan comedida.

            El momento se interrumpió cuando sonó el timbre de la puerta, era Marialis, que vino con Kiko a vernos, pero después de un rato ella le dijo… “vámonos a otra habitación y no perdamos el tiempo” él no sabía qué hacer, se le veía indeciso, hasta que su mujer con la voz entrecortada y como pudo le dijo… “No te preocupes, ves con ella, luego lo hablamos” el hizo caso y se fue con Marialis, que mirándome me lanzo un beso y cerró la puerta.

            Nada más cerrar la puerta, Sonsoles me dijo… “Vamos no pierdas el tiempo y follame con ese pollón que lo estoy deseando” no le hice caso y le empecé a comer el coño, ella al notar mi lengua, tocando ese clítoris que estaba duro como una piedra, me agarraba la cabeza y de forma bestial, levantaba sus caderas para apretar a tope su coño contra mi boca. Hasta que se corrió de una manera abrupta y desfasada.

            Ni descanso, se dio la vuelta y puso su culo en pompa, con el resto de su cuerpo pegado a la cama y me pedía con muchas ganas que le metiera la polla. Se la notaba muy exasperada. Le pregunte si tenía condones y me dijo que primero se la metiera sin nada, que quería notarla bien y luego me lo pusiera. Me puse de medio cuclillas y le puse el capullo en la entrada de su coño, escapándosele un gran gemido, se lo metí un poco nada más, varias veces, hasta que se la metí del todo y solo dijo… “SI, SII, SIIIII… QUE BARBARIDAD” me pedía que no me parara.

            Lo hacía lentamente, agarraba su pelo y se lo estrujaba, sin llegar a estirárselo. Así estuvimos un poco, hasta que ella desafiante me dijo… “CREIA QUE ERAS MAS HOMBRE Y ME DARIAS LO MIO… ¿ME HE EQUIVOCADO?” sabía que me estaba provocando, pero ella se lo había buscado. Empecé a embestirla de una manera brusca y brutal, pero a lo contrario de lo que yo pensaba ella aguantaba perfectamente, tanto mis embestidas, como mis estirones de pelo.

            Le dije que era muy puta, que me encantaba, ella me decía que se alegraba. Y en un momento de los más fuertes, con voz cachonda le pregunte… “¿Esto no te lo hace el cabrón de tu marido?” y ella casi sin poder hablar y entre gemidos me dijo… “No me lo hace ni de coña”

            No estaba cerca de correrme, pero considere que era hora de ponerme el condón. Ella estaba tan caliente y encendida, que me dijo que si me paraba me la cortaba. Cada vez se le oía más, sus gemidos eran muy profundos, me recordaba a una amiga, que parecía que le daba un ataque de asma. Pero me ponía cachonda oírla y sentirla así.

            Empecé a jugar con su culito, deje caer saliva para lubricar su ano y poder meter mis dedos, ella no fue muy reacia, pero me dijo que nunca lo hizo por ahí, que tuviera cuidado. Pero poco a poco y con mucho cuidado tenía dentro ya, uno de mis grandes dedos y ella se movía mejor, luego empecé a meterle otro más, se quejó un poco, pero no fue nada y cuando noto moverse los dos dedos y tal como la follaba, se notaba que estaba a punto. Mientras le decía que me encantaba haberme encontrado una puta como ella, con tantas ganas de follar. Mientras se lo decía ella se aceleraba más, hasta que le dije que ese culo seria mío, que lo estrenaría yo. Fue decir eso y ella gritando un SI muy fuerte, se corrió bárbaramente.  

            Ella se quedó un poco quieta y me pidió que se la sacase, que si su marido veía que no habíamos utilizado condón se enfadaría. Me tumbe boca arriba y ella se puso a mamármela de nuevo. Si antes lo hizo bien, ahora se superaba, que manera de comerla. Me tenía loco con la manera que tenia de comerla, ya estaba cerca de correrme y le avisé, ella no me hizo caso y me corrí de una manera espectacular, ella no se esperaba tal corrida, cayéndole en las tetas también. Me relamió toda la polla, su lengua hizo auténticas virguerías.

            Nos quedamos un momento relajados. Yo le dije de vernos otro día, con o sin su marido y ella movió la cabeza como con duda. Mientras trataba de convencerla entro su marido. No se anduvo por las ramas y pregunto si habíamos usado condón para hacer… ella sin esperar a que acabara le dijo que no habíamos follado, que habíamos hecho un 69 nada más. Kiko entonces un poco cortado pregunto si se lo había tragado y ella se señaló parte de la corrida que había en sus tetas. Eso hizo que su cara se relajara.

            Apareció Marialis y quería seguir con la marcha, pero Kiko muy diplomáticamente dijo que para ser la primera vez ya estaba bien. Marialis no puso ninguna pega y se fue a cambiar. Sonsoles le dijo a su marido que preparara unas copas, mientras nos limpiábamos. Una vez que nos quedamos solos nos fuimos al baño. Allí Sonsoles me dijo que es que era la primera vez que se tragaba una corrida, algo que me sorprendió, porque tal como me relamió nadie lo diría.

            Cuando ya terminamos de asearnos, ellos tomaron una copa y yo un refresco. Cuando nos despedimos y en un descuido Sonsoles me paso un papel pequeño, era un número de teléfono. Y Kiko me pidió el mío si no me importaba por si algún día quedábamos, dándoselo sin problemas.

            Nos fuimos Marialis y yo juntos. En el ascensor me dio un señor morreo y me dijo que porque ya era tarde que si no…

            Me conto que Montse se fue escandalizada, cabreada y muy ofendida. Yo le dije que ya se le pasaría (No conté nuestro secreto) y que no se preocupara. Ella insistía en quedar conmigo y yo le dije que ya le llamaría, ella me dio su número de teléfono. Se fue en su coche y yo en mi moto. Fui todo el camino pensando en que las cosas no salieron como yo pensaba, pero tampoco salieron nada mal. Con Montse ya hablaría, ahora no pensaba comerme la cabeza por su “enfado”

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Trabajo veraniego en las islas afortunadas - II

Trabajo veraniego en las islas afortunadas - I

Camping con sorpresa

Una madura saca la fiera que lleva dentro

1997 se va, llega 1998, FIN DE AÑO espectacular

Nunca hay que darse por vencido

NOCHEBUENA con una madre y una tia.

Con mi tia, seduciendo a madura muy conservadora.

El despertar de una madura reprimida

Carmen una madura con dudas

Las SORPRESAS de una madura mal atendida.

MADRES olvidadas, madres NECESITADAS.

La “EXPLOSION” de una madre muy necesitada

Cuando una MADRE pasa a ser una MADURA MORBOSA

Por fin madre e hija, ¿Quién ES MÁS…?

Madre e hija...

La hija mas cachonda que la madre.

Buena esposa, mejor madre pero… EXCELENTE vecina

Estrenando casa y cama

Últimos días en casa de la tía Lucia (2)

Últimos días en casa de la tía Lucia

La tia lucia y sus amigas, cada cual mas...

Mi tia Lucia. Madura complaciente. (3)

Mi tia Lucia. Madura complaciente. (2)

Mi tia Lucia. Madura complaciente.

No hay nada como una madura insatisfecha como Tere

Esther una madura aún más necesitada.

Primera vez con Sofí, pero no la última.

Continua el sorpresón con Maite - 2

Continua el sorpresón con maite

Sorpreson mas que agradable

Esther una madura necesitada

Primera vez en todo