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Milena la seductora.

en Sexo con maduras

No importa con qué sexo tengas sexo, cuanto sexo ni de qué sexo. Todo seguirá siendo mentira si no te lo tomas con la misma naturalidad y la misma intensidad que el café del desayuno.

 

 

Pasaron unos días y Andrés estaba missing, hasta que un día estando en el gym lo vi aparecer y me saludo de una manera un poco rara. Hacíamos nuestros ejercicios y se fue relajando. Una vez en el vestuario me dijo que quería hablar conmigo y al salir nos fuimos a la cafetería que había allí cerca. Me conto que su mujer había estado muy enfada con él, por el compromiso en el que nos metió a los dos, que habían estado cerca de romper y me pedía que olvidase todo lo que había pasado, que no afectara a nuestra amistad y le dije que por mi estaba todo olvidado, al oírme su cara fue de alivio. Las siguientes semanas coincidimos en comidas, cenas, salidas nocturnas… y yo me mantenía a distancia de ellos, sobre todo de ella, que seguía perturbando mis sueños, ya que eran continuos los pensamientos “libidinosos” hacia ella.

 

             Con los que la relación iba cada vez mejor era con Jorge y Sandra, que siempre que podíamos nos veíamos. Nuestra complicidad era muy buena, como con Milena y su marido. Lo curioso era que Milena y Sandra sabían lo que pasaba, pero sus maridos lo ignoraban. Yo quería tener un encuentro con las dos, Milena no ponía inconvenientes, pero a Sandra cuando le insinuaba algo de ello, se disgustaba y me decía que ella con mujeres no quería nada. Pensé que era una pena, porque con lo ardientes que eran las dos hubiera sido fantástico. A la mañana siguiente Milena vino a mi despacho y de manera intrigante me dijo que a ella también le apetecía hacer un trio con una mujer, que si yo quería… había encontrado una candidata, como hicimos cuando nos conocimos. A la cabeza me vino que sería una mujer de las que trabajaba con nosotros e inmediatamente le dije que con personal del trabajo que no, que luego eran o podían ser todo problemas, se echó a reír y me dijo que no, que era de fuera y que conociéndome seguro que me gustaría mucho. Me dijo que le avisara cuando fuera a almorzar y me la presentaría.

 

            Avise a Milena y salimos a almorzar, llevándome a otro sitio que yo nunca había ido. Nos sentamos y vino una chica jovencita para tomarnos nota, nada más saludarnos, Milena se dirigió a ella y le dijo… “Hola Samanta, que guapa estas hoy” y me presento, se había puesto nerviosa ante la mirada y las palabras de Milena. Una vez que pedimos y cuando se alejó, Milena me pregunto… “¿A qué te gusta?” la verdad era que sí, buen culo, buenas tetas y algo que no sabría decir. No hizo falta que la contestara se echó a reír, orgullosa de haber acertado. Le pregunte que como sabía que era accesible, puso ojos indecorosos y con mucha seguridad, acercando semas a mí y bajando el tono de vox, me dijo… “No sé si será arepera (lesbiana), porque tiene novio, que esta fuera trabajando, pero que yo le gusto seguro…” muy segura te veo le dije yo y Milena con mirada más “sucia” me dijo… “Te he dicho que te gustaría, que era tu tipo, pero también lo decía porque se la ve muy sumisa, ya me entiendes” me daba la impresión de que se había hecho una composición en su mente que lo mismo no era, pero me dijo que lo decía porque llevaba hablando con ella ya mucho tiempo y aunque sus confidencias no fueron muy directas, fueron lo suficiente para entenderse. Para acabar diciéndome… “¿Te acuerdas de lo que decía Giordana? …que una puta conoce a otra, pues aquí se da el caso” veía que estaba muy segura. Ante tanta contundencia no me quedo más remedio que decirle… “Tú misma, ve estudiando la situación, que te llevara un tiempo y ya me vas contando”

 

          Ella se echó a reír, no sabía dónde estaba el chiste, porque lo que dije no fue gracioso. Vino Samanta con la bandeja y nos puso lo que habíamos pedido en la mesa y entonces fue cuando me quede totalmente descolocado, Milena se dirigió a ella y le dijo… “¿Entonces qué noche nos vamos a tomar algo?” Samanta le dijo que tenía que ser el jueves noche, porque el viernes libraba y así tendría el día para descansar. Al marcharse Milena con cara maliciosa me pregunto si el jueves me venía bien. Le dije que ya la contestaría, por su expresión supe que no se esperaba esa contestación. No es que la chica no estuviese bien, ya que estaba de diez, pero había algo que me echaba para atrás y mi intuición no se suele equivocar. Paso el resto del día y antes de irme llamé a Milena y le dije que no, que mejor con otra, ella no lo entendió y trato de convencerme, pero no di mi brazo a torcer. Como mi intención no era dejarla chafada, le dije que sin embargo si había una mujer que me gustaba, puso cara de pícara como si supiera a quien me refería, pero cuando le dije de que mujer se trataba, se quedó estupefacta, era Ana la del restaurante donde solíamos ir a comer. Al no responder nada, le pregunte si es que no era su tipo, cuando reacciono me dijo… “Como no me va a gustar… pero es totalmente imposible, su marido está todo el día con ella y menudo es…” yo le replique… “Pues contra más difícil sea, con mayor gusto disfrutaremos…” Milena movía la cabeza como diciendo… vaya la que me ha caído. Pero Milena que es muy decidida, me dijo que lo intentaría. Ana tendría sobre los 38 o 42 años, con formas muy exuberantes, de 1,65, muy vistosa.

 

            Era como a mí me gustaba vivir, con muchos frentes abiertos, situaciones que prometían. Una vez en mi despacho, me llego un mensaje para el fin de semana, no me hacía nada de gracia y me excuse, pero me pidieron de por favor que asistiera que había una sorpresa… el caso que al final acepte. Al raro entro Milena preguntándome si sabía que era lo que sucedía el fin de semana y le dije que ni idea, luego me dijo que su marido estaría fuera por un trabajo que le salió, que había pensado que ella diría que después de cenar se iría y que nos podíamos ir a tomar algo por ahí, para luego venirse a mi casa. Me pareció muy buena idea, sería una noche memorable seguro. El motivo de no apetecerme mucho principalmente era por Andrés y Carolina, pero no era tampoco cuestión de estar huyendo. El sábado noche llegue de los primeros al restaurante donde habíamos quedado y las parejas que había nadie sabía nada, a excepción de quien nos había mandado los mensajes, pero que no quería decir nada. Estábamos todos los que nos solíamos reunir siempre, menos el marido de Milena. Al acabar la cena y estando tomando unos dulces, nos fueron repartiendo unos sobres con nuestro nombre, diciéndonos que todavía no los podíamos abrir hasta que todos tuviéramos uno. Toco abrirlos y era una invitación de boda, algo que me extraño y me sorprendió, pero más me sorprendió cuando vi los nombres. Eran los de Andrés y Carolina, que se casaban. Hubo aplausos, felicitaciones… por lo que se ve todo el mundo sabía que no estaban casados menos yo. Todos decían que irían sin falta y que lo pasaríamos muy bien. A continuación, hablaban del sitio donde se llevaría a cabo la boda, todos lo conocían, aunque fueran de oídas, menos a mí que no me sonaba de nada. Acabe diciendo que yo también iría, como no.

 

            Llego el momento de marcharme, que lo había avisado antes de ir a cenar, dos parejas también se disculparon por tener que irse y Milena hizo lo mismo. Fuera Milena se ofreció a acercarme a donde iba y yo acepte. No sabía a donde me llevaba a tomar la copa, pero en el trayecto hablamos de esa boda y me conto que le había pillado de sorpresa, porque cuando ella quiso casarse, el no quiso y cuando él quiso casarse ella fue la no quiso. También me comento que, si tenía pensado ir, que sería bueno que fuera reservando sitio en ese complejo, que además de todo era también hotel, pero con pocas habitaciones. Que no estaba muy lejos, pero que era mejor pasar la noche allí o en este caso el fin de semana, termino de convencerme cuando me dijo que si quería ella me haría la reserva. La zona donde paramos tenía mucho movimiento de gente, sobre todo gente joven. Acabamos entrando de forma accidental en un local que no se veía tan atestado de gente como otros que vimos. Logramos encontrar una mesa libre y nos sentamos. Era un sitio con música alta una pequeña pista para bailar. Nada más sentarnos Milena me miro a los ojos, se echó para adelante y me dijo al oído muy sugerentemente… “Dime de las chicas que veas cual es la que más te gusta y nos la ligamos…” yo me eche a reír y ella insistía. Me dio la sensación de que miraba demasiado el reloj, pero como no lo hizo directamente, no quise hacer ningún comentario por si me equivocaba.

 

            Milena me provocaba cada vez más, o estaba muy caliente o la bebida la había afectado más de lo que yo pensaba. Lo que también me estaba poniendo “contento” a mí. Hasta que vi algo que me dejo frio. Era Samanta, que venía vestida de forma llamativa, que nada tenía que ver como la vi el día del almuerzo, pero no soy persona de creer mucho en las casualidades. Muy serio le comenté que su “amiga” acababa de entrar y ella como si le pillara por sorpresa me dijo que no sabía que estaría allí. Su cara me decía que me mentía y que lógicamente entramos en ese local de forma premeditada, nada de casualidad. Se acercó Samanta y antes de que Milena pudiera decir nada ella dijo… “Estaba buscándoos, pero no os veía…” la cara de Milena lo decía todo, a pesar de haber poca luz, su cara parecía un semáforo. Estuve pensando en irme, pero al final aguante, tampoco era para cabrearme tanto, lo que, si sabía, que después de terminar la copa, cada mochuelo para su olivo.

 

            Me di cuenta que Milena al verme actuar con naturalidad, se pensó que yo había cedido y la verdad que se puso a currarse el seducir a Samanta, lo hacía de forma sutil, pero con mucho arte. Milena como quien no quiere la cosa, cada vez le iba sacando más información intima de ella. Sobre todo, de cómo llevaba la ausencia de su novio, a ella le daba una risita nerviosa, pero Milena le tiraba de la lengua y ella le contaba. Del novio nos enteramos… desde que era muy celoso, que su polla era fina y muy normalita, hasta donde y como lo habían hecho. Yo intervenía poco en la conversación, me limitaba a escuchar, pero al final me estaba poniendo cachondo. Habían hablado de todo y en ningún momento se puso tensa Samanta, hasta que Milena le insinuó algo sobre una chica que iba mucho a verla, que eran de la misma edad y que le daba que a su amiga ella le gustaba.  Al darse cuenta de que se tensó, Milena le quito importancia diciéndole que mujer de jovencita no había tenido un pequeño escarceo con una amiga. Se relajó un poco, pero se cerró en banda y sobre eso no hablo nada, lo que también fue muy significativo. Para tranquilizar un poco a Samanta y para poner en tensión a Milena, le pregunte que como era que esa noche no trabajaba ya que su día de librar era el jueves. Muy tranquila y sin darle importancia contesto que lo había cambiado, para poder tomar una copa con Milena y como ella el jueves no podía… yo me hice el sorprendido, para que Milena se diera cuenta.

 

            Cada vez se iba llenando más el local y Milena soltó… “Samanta que te parece si vamos a casa de Carlos a tomar una copa, que esto está ya muy lleno” me iba a negar cuando Samanta dijo con algo de timidez… “Bueno, pero luego me tenéis que acercar a mi casa” y mirando seriamente a Milena y sin cortarme un pelo, le dije que sí, pero que una hora de reloj, ni un minuto más que yo al día siguiente tenia cosas que hacer, aunque no era cierto. Lo que dije no debió de sonar muy bien, porque Samanta apurada dijo que, si era un problema, que otro día… nos encaminamos para mi casa y yo me senté detrás, de vez en cuando mi mirada se cruzaba con la de Milena a través del retrovisor y le movía la cabeza indicándole que no me gustaba nada lo que había hecho, opto por no volver a mirar al espejo. Milena llevaba el peso de la conversación, estaba muy simpática y graciosa, lo que hacía que Samanta se riera. Empezó a subir el tono de la conversación, dedicándole piropos a sus piernas, que, aunque yo desde donde estaba no podía verlas, imagine que con la falda corta que llevaba, al sentarse se vería todo mucho más. La conversación acabo derivando en sus respetivos pechos. Si eran operados o no. Milena decía que ella estaba pensando operárselos para además de colocárselos mejor, ponerse un poco más de talla. Samanta le decía que se le notaban un tamaño correcto y que ella no lo tenía operado que era natural. Milena hizo un comentario, como diciendo que no era posible y Samanta insistía en que era verdad.

 

            Llegamos a mi casa y le dije a Milena, que, ya que la idea había sido suya, que como sabía dónde estaba todo, que hiciera de anfitriona. No pregunto qué quería tomar, se fue directamente a donde estaba la bebida y cogió una botella que ella me regalaba de vez en cuando, que le atribuían valores medicinales, como afrodisiacos, lo que estaba claro es que era una bebida que pegaba fuerte. Sirvió para los tres, aunque sabía que yo mojaría solo los labios y poco más. Samanta supo enseguida lo que era y bebió tranquilamente. Yo estaba sentado en un sillón solo y ellas se sentaron juntas. Lo que no hice esta vez fue dejar una iluminación tenue, estaba el salón bien iluminado.  Con mucho disimulo Milena me hacía señas para que bajara la luz, pero me limitaba a sonreír y a no hacer nada, la conocía y sabía que eso la exasperaba, pero me daba igual. Era y es muy cabezona, no se rendía y yo la provocaba dando golpecitos con mi dedo al reloj. Cada vez que podía rozaba el brazo de Samanta o apoyaba su mano sobre su muslo, como si fuera algo casual. La conversación la llevo hacia el novio de ella, diciendo que no era justo que una joven tuviera que guardar abstinencia en sus mejores años, Samanta se sonreía como dándole la razón. Esta vez subió la “apuesta” y dijo, “Si es que, si lo miramos bien, la abstinencia para lo único que vale es para dar paso a la infidelidad, fíjate que yo este tiempo que he estado fuera, en más de una ocasión he estado cerca de acostarme con una mujer, para variar de los hombres” Samanta la miro con rara, confundida y lo único que le salió por la boca fue… “No te creo…” Milena con más énfasis que antes le dijo… “Pues créetelo, lo que pasa que la otra se echó para atrás y no quiso, siempre he tenido curiosidad de que se sentirá” Samanta que daba un sorbo de su bebida se atraganto y Milena le pregunto si se encontraba bien. Pero ante mi sorpresa y no sé si por la “confianza” que había mostrado Milena, Samanta le dijo que simplemente era distinto y a continuación, dio un sorbo y se puso algo colorada.

 

            Reconozco que era una actriz estupenda Milena, puso cara de asombro de bobalicona y dijo “¿Siiiiii…?” ahí se creció Samanta, se sintió poderosa y se le fue soltando la lengua, en un principio empezó contando que había tenido un encuentro fugaz con una amiga, según se le calentaba la lengua, ya no fue tan fugaz y sin que nadie le preguntara reconoció dos amigas más. A todo esto, Milena ponía cara de inocente y de sorpresa. Samanta al ver que Milena no paraba ahora de preguntarle cosas, la miro fijamente y le pregunto… “¿Pero de verdad quieres que te coja una mujer?” Milena hacia su papel de avergonzada, agachaba su cabeza y contesto que no sabía. Yo estaba como invitado de piedra, pero ver y notar como estaban las dos cachondas, me puso a mí también muy cachondo. La iniciativa ahora en apariencias era de Samanta, que la ponía que Milena estuviera deseándola. Se acercó al oído de Milena y le susurro algo, que no llegue a oír, Milena movió su cabeza afirmando algo tímidamente y Samanta soltó una sonrisa de poder, de satisfacción. Puso su mano sobre la rodilla de Milena y acariciaba la pierna. La fue subiendo para meterse debajo de la falda de Milena, que abría sus piernas y su mirada me decía que estaba rendida a esa muchacha, la cazadora estaba siendo cazada. Con voz dominante, segura y firme, le pregunta a Milena… “¿Quién va a enseñar a esta veterana zorra…?” Milena totalmente rendida y entregada, antes de que acabara la pregunta dijo un ¡TU! Y se fundieron en un beso muy intenso. Fue un momento totalmente ardiente para los tres, mi polla estaba a reventar.

 

            Me veía como esos maridos que ven cómo se empiezan a follar a su mujer, era muy excitante. El beso fue larguísimo y ahora la mano de Samanta tocaba las tetas de Milena, que estaba ya fuera de sí. Volvió a besarla y mientras fue desabrochando con mucha habilidad su camisa, hasta sacar una de sus tetas por encima del sujetador y se agacho a lamer su pezón, la mirada de Milena era de morbo total, me miraba y se mordía los labios, como diciéndome que bien lo hacía. Pero gimiendo cada vez más. No paraba, parecía un pulpo, le quito la camisa y el sujetador, en un abrir y cerrar de ojos. Samanta se le quedo mirando las tetas y le decía que eran muy bonitas. Y se tiró como si estuviera hambrientas a comérselas, pasando de una a otra y quedando de espaldas a mí, con ese culazo pidiendo a gritos una buena polla, llevaba un pequeño tanga que se pedía entre sus dos nalgas. Si decir nada, sin hacer ningún comentario, me fui desnudando y una vez que lo estuve, me acerque a Samanta, me agache y metí mi boca entre sus dos nalgas. Dio un respingo y se quitó, decía que conmigo no, que no le gustaba mentir a su novio, que así no tendría que hacerlo, porque no le preguntaba nunca si había hecho algo con una mujer en su ausencia… pero precio una solemne tontería, pero no se apeaba de lo que decía. Aprovecho ese pequeño parón, para desnudarse y quedarse solo con un diminuto tanga. Y así de pie como estaba, le dijo o más bien le ordeno a Milena que le comiera sus tetas, las cuales eran inmensas, pero se mantenían bien firmes y tiesas.

 

            Milena se lanzó y se puso a comer sus tetas con furia y devoción. Me acerque a ella y mi polla quedo casi junto a su mejilla y se giró y se metió mi polla en la boca. La mamaba con avidez y nos miraba a los dos. Samanta solo la miraba a ella y a mi polla. Milena agarro una de sus manos y la hizo sentarse junto a ella. Samanta ahora estaba también muy pegada a mi polla, la primera vez que Milena le ofreció mi polla, poniéndosela casi junto a su boca, ella echo la cabeza para atrás rechazándola, volvió a chupármela y al sacársela otra vez nuevamente se la acerco, esta vez no se apartó y al final de forma indecisa, dio entre un beso y una pequeña lamida, achuchando de nuevo Milena y entonces si abrió la boca chupándola ahora con más ganas.  Se le unió Milena y era un placer verlas a las dos como lo hacían. Ahora era Milena la que volvía a tomar el mando, dijo de irnos para la habitación y así lo hicimos, quedándonos todos completamente desnudos. Las quise dejar un momento solas y no me defraudaron, sobre todo Milena, que tumbo bruscamente a Samanta en la cama y con desesperación su boca, se comían esas tetas que parecían globos. Las chupaba las lamia, solo pudiendo Samanta gemir del placer que la estaban proporcionando, desde donde yo estaba, veía perfectamente el tamaño tan exagerado que adquirieron sus pezones. Samanta entre gemido y gemido, le decía a Milena… “No pares, que tenía muchas ganas de que me lo hicieras, sigue… aaahhh…” y luego empezó a bajar lamiendo con su lengua toda su tripita, hasta llegar al ombligo y hacer que Samanta tuviera como escalofríos, sus tetas cada vez se movían más con la respiración acelerada, parecían cada vez más grandes.

 

            Llego por fin a donde deseaban las dos, cerca de su coñito. Milena se paró, elevo un poco su cabeza y las dos se miraron con mucha complicidad, volvió a lo suyo, besándola por todos los sitios menos por su coñito. Yo me acerque y me quede a la altura de la cara de Samanta, desde donde podía ver mejor lo que hacía Milena y ver también la cara de deseo de Samanta. Milena sin dejar de besar sus muslos, metió sus dedos en su coñito, para sacarlos y decirme que estaba muy mojadita, estirando su mano para que yo le chupara los dedos, estaban deliciosos. Mientras me moví para poder chuparlos, noté como la mano de Samanta agarraba mi polla y se ponía a mamarla. La mamaba muy bien y tenía una boca que se tragaba todo sin ningún problema. Samanta paro un momento de comerme la polla y en forma casi de ruego, le pidió a Milena que se lo comiera ya, yo no veía a Milena, pero estuvo claro cuando empezó a comerse el coñito de Samanta, porque esta, cambio el ritmo y la forma de comer mi polla, además por el aumento de sus gemidos. Que la llevaron a una intensa corrida y a unos movimientos que se convirtieron en convulsiones, pero en ningún momento se sacó la polla de la boca, era una fiera mamándola.

 

            Milena se cambió de posición y se quedó boca arriba con sus piernas abiertas y le dijo a Samanta que ahora le tocaba a ella, Samanta no lo dudo, se lanzó con mucho deseo y metió su cabeza entre sus piernas, no se anduvo con rodeos, se puso a comer su coñito sin miramientos. Follaba con sus dedos el coñito de Milena, lo hacía con furia y todo esto lo hacía, dejando su culo en pompa, toda una tentación. Me puse por detrás, me agache y empecé a comerle el coñito y el culo, con mis dedos penetraba a ambos, ella solo movía un poco las caderas y se dejaba hacer, aunque ya sabía que no quería que la follara o de momento no quería, estaba en eso cuando con voz entrecortada me dijo… “Si vas a hacer algo protégete que yo no me cuido y me puedes dejar preñada” me levante saque un condón del cajón de la mesilla, me lo puse y me la empecé a follar, solo emitía gemidos, respiraba como aliviada y Milena le decía… “A que te está sentando bien…” Samanta solo gemía y devoraba con más ganas el coñito de Milena que no tardo en correrse furiosamente.

 

            Samanta quiso cambiar de posición, quería que yo estuviera debajo y ella encima montándome, lo hicimos y era una visión magnifica, muy placentera, ver como se movía y ver esas dos tetas enormes como se acompasaban en el movimiento. Milena le mordisqueaba el cuello, los lóbulos de la oreja y algo le dijo, que yo no llegue a oír y que Samanta con la cabeza decía que no. Pero lo que fuera que le dijera, Milena insistía y Samanta cada vez se oponía menos, al final se dieron un morreo muy grande y al acabar Milena se levantó, fue al armario y saco el arnés, ya entendí lo que quería. Una vez estaba detrás de ella, Samanta se agacho hasta que sus tetas tocaron mi pecho y nos empezamos a morrear, podía sentir como Milena penetraba su culito, según lo hacía, Samanta me mordía con más intensidad los labios, me besaba con más fuerza, notaba su respiración sobre mi pecho. Pero al final Milena se salió con la suya, la embestía con potencia y Samanta solo me miraba, con una mirada extraviada por el placer, no se había visto en otra igual, se dejaba hacer, se notaba que solo quería disfrutar. Moviéndose de una manera sensual y provocativa. Hasta que no se pudo aguantar más y nos corrimos los dos prácticamente a la vez, que morreo más caliente que nos dimos. Una vez terminamos de corrernos, se quedó tumbada sobre mi pecho. Al raro miro la hora y dijo que para ella era muy tarde, Milena le dijo que tranquila que tomaban un par de sorbos y la llevábamos, se levantó y fue por las copas que se dejó en el salón. Estando los tres tumbados en la cama, teniéndome a mí en medio de las dos. Samanta no es que estuviese arrepentida, lo único que decía que estaba apenada por su novio y Milena la tranquilizaba, con los típicos argumentos…

 

            A la vez que la tranquilizaba, su mano no paraba de tocarme mi polla, eso sí, muy suavemente, pero logrando que en poco tiempo volviera a estar bien dura. Se agacho y se puso de nuevo a lamerla y Samanta que decía tener tanta prisa empezó a hacer lo mismo. Pero no las deje mucho más, tumbe a Milena boca arriba y ante los ojos atentos de Samanta, le puse la almohada debajo de sus nalgas para que quedara su cuerpo más elevado, luego agarre bien sus caderas y mi polla la puse en la entrada de su culo, Samanta no se lo creía, pero pudo ver bien, como mui polla entraba en el culo de Milena y esta no es que no se quejara, es que me pedía que la metiese ya. Samanta al ver libre el coñito de Milena, empezó a acariciarlo, a meter sus dedos y yo notaba como poco a poco, se iba poniendo tan cachonda como Milena. Al no poder aguantarse más, se incorporó abrió sus piernas y se colocó en la boca de Milena, bajando hasta que su coñito se posó en la boca de ella, se agacho y como pudo se puso a comer el coño de milena, era un 69 muy peculiar. De vez en cuando se incorporaba y nos morreábamos, sabiendo su boca deliciosamente. Una de las veces que se levantó, su mirada esta otra vez como perdida, era que estaba a punto de correrse, me acerque nos besamos y con mis manos acaricie sus pezones, apretándolos suavemente con intensidad y pude sentir en mi boca, besándonos, como se deshacía en una corrida fabulosa. La siguiente en correrse fue Milena que lo hizo de su forma habitual, con mucho griterío y dejándose llevar. Quería correrme en el culo de Samanta, pero esta algo asustada me decía que era muy grande y Milena una vez más jugo su papel de hacerle ver que no era nada, que era muy fácil. Samanta se colocó, mientras Milena le decía que mejor se colocaba ella debajo, para comerla toda y así lo sentiría mejor, una vez colocadas y cuando llevaban un rato, me coloque detrás de Samanta y antes de lo que me podía imaginar tenía la cabeza de mi polla, dentro de su culito y apenas protesto.

 

            Cuando quise continuar, empezó a quejarse más y me pidió de por favor que no continuase, que me quedase ahí, sin más. No se la saque, pero tampoco quise metérsela más, cuando notaba cuando se iba calentando más, aprovechaba para meter un poco más, sin forzar la situación y ya no se quejaba, poco a poco lo iba consiguiendo y cuando empezó a gemir con más intensidad no lo pensé, la metí hasta el fondo y ya no hubo marcha atrás, ella se movía ya desaforadamente y cuando me corrí dentro de su culo, ella grito más y se corrió también, luego se agacho y hasta que no hizo que se corriera Milena no se quedó a gusto. Una vez que lo consiguió se levantó nerviosa y dijo que se tenía que ir, nos aseamos todos y fuimos a llevarla a su casa en el coche de Milena. En el coche Samanta monto detrás y yo me senté con ella, se quedó extrañada y Milena se sonrió. Nada más arrancar empecé a acariciar las piernas de Samanta que me sujeto la mano y mirando para todos los lados me decía que nos podían ver, pero no la hice caso, su forma de respirar me decía que tenía tantas ganas como yo. Mi mano llego a su coñito, logre apartar su tanga y con mis dedos acariciaba su coñito, se recostó en el asiento y no decía nada, solo se oía su respiración fuerte, contenida en el coche. Apretaba sus labios y mis dedos ya tocaban su clítoris, ya tenía bien abierta las piernas y en un momento dado recostó su cabeza en mi hombro, apretando mi pierna según la tocaba yo. Cuando notaba que se iba a correr y paraba, se relajaba y enseguida se volvía a poner cachonda, en el momento que mis dedos la tocaban. Volvió a poner su mano en mi muslo y rozo mi polla toda dura, enseguida la acaricio por encima del pantalón, la apretaba y estaba al borde de correrse, otra vez que quite mi mano y me pedía que no me parase. Cuando Milena me aviso que estábamos cerca ya, entonces sí, le hice la paja en condiciones y se corrió de forma memorable.

 

            Al llegar y despedirse su cara era dulce, de haberlo pasado muy bien, nos sonrió y se fue moviendo ese precioso culo. Regresamos a mi casa y en el camino, le reconocí que me había equivocado, que lo había pasado muy bien, pero no me hizo mucha gracia en un principio lo que hizo. Ella me reconoció algo que no hacía falta que me lo reconociera porque yo me había dado cuenta desde el principio…

 

-Tienes razón, lo prepare todo yo sola, porque Samanta, aunque me imagino que sabía lo que podía pasar, no sabía nada.

 

-De eso ya me di cuenta.

 

-Para que veas que no quiero engañarte más, te contare lo que hemos pensado Sandra y yo.

 

-Os tengo miedo… no puede ser nada bueno lo que habéis pensado… Jajaja… pero cuéntame.

 

-Hemos pensado que, en la boda de Andrés y Carolina, irnos todos unos días antes y como nuestros maridos, seguro que se descontrolan con la bebida, que es lo que les suele pasar. Pasar la noche los tres juntos, eso sí Sandra dice que sin tocarnos ella y yo… Jajaja… ¿Qué te parece?

 

-Que me va a parecer… muy buena idea, pero tendremos que esperar y no adelantar acontecimientos, pero te repito muy buena idea.

 

            Llegando ya a mi casa nuevamente, yo solo iba pensando en follarme a Milena, me había puesto otra vez “bruto” el hacer correrse a Samanta y quería “desquitarme” pero me lleve una sorpresa desagradable cuando Milena me dijo que imposible, que se tenía que ir… me tendría que aguantar. Entre en el recinto de mi casa y por las cristaleras pude ver a varias mujeres que iban al gym. Entre ellas Mariana y Viviana. Mariana me vio y vi como hacia como si se disculpase, dándose la vuelta y la perdí de vista, hasta que al llegar al ascensor me la encontré esperándolo, yo sabía de sobra que me había visto, la salud y se hizo a sorprendida. Había pasado mucho desde el día del masaje y no hubo manera de volver a coincidir con ella. Iba enfundad en ropa deportiva muy ajustada, lo que hacía su figura voluptuosa, lo fuera mucho más. Se le marcaban perfectamente dos buenos pezones. Mientras estuvimos esperando el ascensor guarde las formas, porque cualquiera nos podía ver. Cuando se cerraron las puertas ni me lo pensé, le di un buen morreo, que ella quiso hacerse la ofendida una vez que se lo di. Le volví a dar otro y esta vez por lo que se ve la ofensa fue menor. Se paró el ascensor, era la planta donde yo vivía. Agarre su mano y tire de ella, aunque no tuve que hacer mucho esfuerzo, llevándola hacia mi casa, ella solo me decía en voz muy baja, que no podía que su marido bajaría en cualquier momento, pero hice oídos sordos.

 

            Abrí rápido la puerta de mi casa y nada más cerrarla le dije que no se preocupara y cuando me iba a decir algo, tape su boca con mi boca, sintiendo como su lengua se metía en la mía. Nos metíamos mano de forma atropellada, íbamos muy acelerados, estábamos en el recibidor, despelotándonos a toda velocidad. Solamente se le oía decir métemela ya, deprisa no perdamos el tiempo. Era fabuloso ver esa mujer madura, tan voluptuosa, apoyándose desnuda sobre un taquillón dispuesta a disfrutar, fue un placer meterle mi polla, hasta el último centímetro y oír como lo gozaba ella. Follamos de una manera brutal, con prisas, pero con mucha intensidad, ella pidiéndome que no me parara y yo diciéndole lo puta que era, el gusto que me estaba dando, debía desearlo mucho porque no tardo nada en correrse, fue todo tan bestial, que el taquillón estuvo golpeando la pared hasta dejar marcas en ella. Mientras estuve follándola, metí algún dedo en el culo y ella no protesto, lo que prometía para una próxima ocasión, si se daba. Una vez que se tranquilizó, se dio la vuelta y se agacho a comerme la polla, era lo que se dice una madurita muy laboriosa, lo hacía de locura. Sin esperármelo y cuando estaba en lo mejor, me metió un dedo en mi culo, justo cuando estaba a punto de correrme y no me dio tiempo a decir nada, simplemente le llene la boca y ella se lo trago todo, dejándomela inmaculada, sin ningún rastro. Se vistió rápido y mientras lo hacía, me decía que teníamos que volver a vernos, pero con más calma, yo le conteste que la que estaba desaparecida era ella, que se la veía poco y fue cuando me dijo que su marido era muy celoso, que no la dejaba sola ni un momento, que era un poco difícil pero no imposible.

 

            Se fue y tenía claro que era una mujer muy interesante, tenía lo que más me gusta en una mujer, que está dispuesta a gozar plenamente. Si a eso le sumamos que pueda ser con su amiga, ya sería el no va más, porque son tal para cual. Pero tenía que hacer lo posible para estar otra vez con ella y con más calma, aunque solo seamos los dos. Ya que me había sabido a poco y me había dejado muy buen sabor.

 

Dedicado a…

 

…Silvia y Víctor, una parejita valenciana y también dedicado muy especialmente a Rober, para que no le decaiga el ánimo y pronto volvamos a leer nuevos relatos suyos.

Mas de CARTUZ

Vacaciones espirituales.

Reencuentro con una bella madura.

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Baile seductor y morboso.

Seducido y “vencido”

Noche de bodas y… algo más.

Maduras casadas, decididas y sin complejos.

Vecinos amables y cariñosos.

Terremoto sexual en familia.

Uniendo a una familia.

Madre e hijas una relación con mucho “futuro”

La pasional Aleska

Giordana cada día más VICIOSA

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Viaje corto, pero placentero.

Viaje de trabajo, trabajo idílico.

Descubriendo más... de la ardiente Giordana

Creando un cornudo

La morena ORSOLYA

“superviviendo”

La torre de babel

Fin de semana “entretenido”

Mexico lindo y querido

1 de enero

Imprevisible Fin de Año

Conociendo a Larisa.

En tierra extraña.

Esposa, madre y… MUY CARNAL.

La venganza se toma en plato… CALIENTE

Una relación con mucho futuro.

Un nuevo mundo para Noemí.

Toda una señora, la DAMA DE PICAS

De tímida y vergonzosa a toda una LUJURIOSA.

Saber esperar

Milada y Dolors, el día y la noche.

Una relación inesperada, pero gratificante.

Inicio de nuevas “amistades” y que… “amistades”

Nueva vida en Barcelona

Una gran despedida sexual y sensual.

La “NECESIDAD” rompe promesas

Despues de una larga ABSTINENCIA...

APASIONANTE madura

Madura LUJURIOSA y… DOMINADA

Madura LUJURIOSA, pero reacia

Cancún ( IV y último )

Cancún ( III )

Cancún ( ii )

Cancún ( i )

Algo inesperado, satisfactorio, pero con dudas.

Una “FIESTA” de cumpleaños, distinta

Adentrándome en una experiencia diferente.

Sin planearlo y sin esperarlo

Madura PASIONAL

La caliente y fogosa Carmela

La lianta de mi tia LUCIA

Noche inesperada y lujuriosa

La realidad supera la ficción.

Madura, casada y con muchas ganas

¿Es bueno mezclar trabajo y sexo?

Cena con “sorpresa” inesperada.

Montse y Marialis en la playa nudista

Reencuentro morboso y excitante con Montse

Maduras “PELIGROSAS” e infieles (I)

Maduras “PELIGROSAS” e infieles (II)

Montse cada vez más EXCITANTE

Iniciando a Montse

Noche complicada... pero muy ardiente

Noche de una grata sorpresa

Eugenia cada día más morbosa.

Buen inicio de vacaciones...

No hay nada como un día de cine

Cumpleaños FELIZ... (II y final)

Cumpleaños FELIZ... (I)

Año nuevo 1999

El beso de Singapur.

Dos SUPERMADURAS excepcionales.

Un bautizo muy “caliente” excitante y entretenido.

Gracias a Eva mi amiga madurita.

Por fin... La verdadera Eugenia

El DESEO por una madura IMPONENTE (II)

El DESEO por una madura IMPONENTE (I)

A la conquista de una madura inalcanzable (II)

A la conquista de una madura inalcanzable (i)

Acoso y derribo de una MADURA CALIENTE (2)

acoso y derribo de una madura caliente

Fiestas de barrio (2)

Fiestas de barrio

Las maduras son mi debilidad

Una prima feliz y una amiga deseada.

Mi prima cada vez mas caliente

Contra mas prima, mas se le arrima...

Trabajo veraniego en las islas afortunadas - II

Trabajo veraniego en las islas afortunadas - I

Camping con sorpresa

Una madura saca la fiera que lleva dentro

1997 se va, llega 1998, FIN DE AÑO espectacular

Nunca hay que darse por vencido

NOCHEBUENA con una madre y una tia.

Con mi tia, seduciendo a madura muy conservadora.

El despertar de una madura reprimida

Carmen una madura con dudas

Las SORPRESAS de una madura mal atendida.

MADRES olvidadas, madres NECESITADAS.

La “EXPLOSION” de una madre muy necesitada

Cuando una MADRE pasa a ser una MADURA MORBOSA

Por fin madre e hija, ¿Quién ES MÁS…?

Madre e hija...

La hija mas cachonda que la madre.

Buena esposa, mejor madre pero… EXCELENTE vecina

Estrenando casa y cama

Últimos días en casa de la tía Lucia (2)

Últimos días en casa de la tía Lucia

La tia lucia y sus amigas, cada cual mas...

Mi tia Lucia. Madura complaciente. (3)

Mi tia Lucia. Madura complaciente. (2)

Mi tia Lucia. Madura complaciente.

No hay nada como una madura insatisfecha como Tere

Esther una madura aún más necesitada.

Primera vez con Sofí, pero no la última.

Continua el sorpresón con Maite - 2

Continua el sorpresón con maite

Sorpreson mas que agradable

Esther una madura necesitada

Primera vez en todo