Había pertenecido a los boy-scouts desde los cinco años pero nunca había tenido una monitora como Belén.
Venía de Valencia e iba ser nuestra guía durante el campamento de semana santa junto a los otros tres de siempre. Desde el principio me llamo la atención. Era alta, su pelo era largo y castaño medianamente rizado. Estaba un poco rellenita, es decir, tenia un culo generoso pero precioso y es que siempre llevaba prendas que la marcaban todos su atributos como ese par de gordas tetas. Tenía los ojos verdes, unos carrillos carnosos y unos labios gruesos. Apenas pudimos conocernos ya que el tiempo se echó encima y nos fuimos con todo el grupo a un pueblo de Burgos a acampar.
Durante el día nos íbamos de excursión, a través de las montañas. Yo como era el mayor, 17 años, ayudaba a todos y a todas a subir las rocas, cuando le tocó a Belén le puse las manos en su culo, apreté fuerte y la empuje hacía arriba. Ella me miraba con sus ojos verdes pero no se quejaba. Pronto llegamos al pantano que buscábamos, pero no nos habíamos traído el bañador ya que se presagiaba mal tiempo, pero en cambio hacía un calor tremendo. Así que todo decidimos bañarnos vestidos, pensando que ya nos cambiaríamos en el campamento. De esta forma todos nos metimos al agua durante un rato, luego salimos y nos tumbamos al sol.
Yo fui el primero en salir por lo cual pude ver a todos y en especial me fijé en Belén, y en sus tetas las cuales se podían ver perfectamente a través de la camiseta mojada. No podía dejar de mirarlas, y es que ella no para de sobarselas y de tocarse el pezón. Creo que me pilló mirándola tres cuatro veces.
Llegamos al campamento, con ganas de cambiarnos, yo que tuve que cargar con una lesionada así que al llegar ya se habían cambiado todos. Y se preparaban para irse al pueblo, increíblemente me dejaron solo.
Me dirigí a la tiende de material, que era muy grande ya que ahí tenía mi macuto, con intención de cambiarme. Me quede completamente desnudo, cuando sin darme cuenta, apareció Belén, la cual sin pronunciar palabra me agarró la polla y empezó a masturbarme. Me dijo que le gustaba muchísimo y que tras ver mi polla no podía mas. Se la introdujo en la boca y empezó mamarmela lentamente para ir ganando velocidad poco a poco.
Hacía tiempo que no me la meneaba así que cuando llego el momento, se la saque y me corrí en su cara de forma descomunal quedando ella bañada en mi semen, pero no le resulto suficiente, y decía que quería mas, que quería saborearme, así comenzó de nuevo a mamarmela esta vez más exaltada hasta que de nuevo me corrí en su boca y pudo sentir mi caliente jugo en su boca, a continuación se lo tragó, lo cual me excito muchísimo. De inmediato la desnude, y la lamí sus tetas y sus duros pezones las cuales me encantaban.
Pero ella no quería acabar así, sino que me tumbó, con mi polla mirando al cielo y se sentó encima, metiendosela por el culo. Gemía de dolor, parecía increíble que mi polla cupiera por ahí, pero vaya si lo hizo. Ella no paraba de gritar, y me encontraba en una nube de placer, hasta que descargue en su culo, quedando los dos tumbado y agotados. Pero con una sonrisa en la boca. Continuamos en este plan, pero el campamento acabó y ella se fue a Valencia.