Tere, la más deseada del pueblo. Capítulo 1
Hola, me llamo Andrés, actualmente tengo 59 años y voy a publicar la historia de Tere, la zorra de mi esposa.
Vivimos a caballo entre un pueblo y la ciudad pues por motivos de trabajo tenemos que estar allí, pero tenemos casa en el pueblo donde nacimos.
Voy a describir a Tere: mi mujer no es la más guapa del pueblo, no es el mejor cuerpo del pueblo, no es la más elegante, no es la más simpática, pero lo que si estoy seguro es que ha sido la más deseada del pueblo, y sigue siéndolo a pesar de sus arrugas de 57 años.
Tere es morena, de ojos atractivos, bajita, tiene unas curvas perfectas. 100/60/100. Con estas medidas supone una jamona de mujer. Llama mucho la atención tanto a hombres como a mujeres. Muchos dicen que tiene cara de puta.
Sus tetas son perfectas, grandes, pero no exageradas con unas curvas que invitan a mamárselas. Y un culo de ensueño sostenido por dos muslos cónicos carnosos que llaman la atención de todo el pueblo cuando está en biquini en la piscina.
Tere es una mujer muy salida y libertina, y con el paso de los años cada vez más. Yo empecé a salir con ella desde que tenía 15 añitos cuando ya era toda una mujer.
Antes, desde los 10 años a mi mujer empezó a picarle el coño el cual ya tenía pelos. Desde entonces todos los días se pajeaba presumiendo de ello a sus amigas que no sabían todavía que era eso.
A lo catorce años empezó a follar con algunos amigos, pero yo fui el más listo y en cuanto probó mi nabo gordo y oscuro se enamoró de mí y empezamos a salir como novios.
Fueron unos años de desenfreno en los que nos íbamos con otras parejas de novios al campo y allí jodíamos. Pero lo peculiar es que la puta de mi novia se insinuaba a mis amigos y sin pedirme permiso los pajeaba cuando sus novias no la veían. Fue cuando yo empecé a descubrir mi condición de cornudo pues disfrutaba viendo cómo le mamaban sus tersas tetas de pezones enhiestos y oscuros.
También en aquella época, cuando Tere tenía 18 años, fue cuando empezó a tener relaciones incestuosas. Fue con su hermano menor que entonces tendría 15. Se llama Juan y se dedica a la ganadería.
Un día Tere entró al establo a llevarle la comida y desde lejos lo vio tendido sobre unos sacos de cereales con la polla fuera meneándosela.
Mi por entonces novia, se acercó a espiar a su hermanito y vio que tenía un cipote grande. Se quedó escondida viendo como se la machacaba. De pronto empezó a salir de aquel miembro chigates de semen como nunca más ha visto en su vida.
Juan tiene la facultad de echar chorros de semen a varios metros de distancia de la fuerza con que le salen.
Precisamente un buen chorro le calló a su hermana mojándole la cara y el pelo.
Tere: Ah! Juan, qué chorros Dios mío! Me has mojado con tu esperma guarro!.
Juan; y tú qué haces aquí, zorra. Sé que te gustan los tíos pero no me imaginaba que también espiabas a tu hermano.
Tere; Ostias Juan, déjame que eche un vistazo a eso. Valiente cipote tienes chaval. Si no te importa este me lo como yo.
Y así de descarada empezó a mamarle el gran pito a su hermanito que pronto volvió a empalmarse y se la folló allí tendida en los sacos.
Juan: estaba deseando probar este culo Tere, no sabes el montón de pajas que me he hecho a tu salud.
Tere: pues aprovéchate cariño de mi culo si tanto te gusta, que ya no soy virgen por ahí. Además me encantaría catar tu tranca dentro de él.
A partir de entonces Tere empezó a tener relaciones incestuosas con su hermano y a mí me invitaba a veces para verla follar con él.
Cuando me fui a la mili, y venía de permiso mis amigos me contaban los cuernos que me ponía mi novia con cualquier tío que se le cruzaba. Además se había hecho amante del médico del pueblo. Yo hable en serio con ella. Me planteé la situación y le dije que no podía seguir con ella así que la dejé y me fui a la capital a buscar trabajo.
Estuvimos tres años separados durante los cuales Tere a sus veinte esplendidos años con un cuerpazo de escándalo, lo aprovechaba para su placer acostándose con quien le apetecía consiguiéndose una reputación en el pueblo de la más golfa. Se tiraba a mis amigos, sus amigos, de dos en dos. Ya apuntaba sus preferencias por el sexo con más de uno.
Con su hermano seguía jodiendo en el granero, y este la envició a la zoofilia. Mientras que él se tiraba a las cabras y las vacas. Tere empezó a practicar el sexo con perros y burros.
La muy golfa se pajeaba su peludo coño negro mientras le chupaba las pollas a los animales y se bañaba sus tetazas de grandes areolas con su engrudo. Por aquellos entonces no se atrevió a copular todavía con ellos.