Macarena, mi bruja del sexo

Voy a casa de mi “prima” Lorena, una pariente de la familia que conozco desde pequeño. Ha sido un ídolo sexual toda mi vida pues es una mujer hermosa, muy femenina y está buenísima. Aun hoy a sus 67 años atrae enormemente a los hombres.

Yo he tenido varios encuentros sexuales con ella, uno cuando era un chaval con veinte años y ella 32, y otros en los últimos cuatro años. Soy un afortunado, Lorena es muy cariñosa conmigo, bueno, lo es con casi todo el mundo.

Está viuda, tiene dos hijos y una hija ya mayores. Vive sola, así que he ido a visitarla para que me cuente sus constantes viajes que hace desde que se jubiló.

Lorena es morena, con melena, alta, anchas caderas y muslos espléndidos. Aunque la edad ya está desfigurándola, aun está para comérsela. Sigue teniendo un atractivo eterno que no se va con los años.

Nota de la autora: Si queréis mas referencias de ella ver la serie Rocío, a la vejez viciosa.

Llego a su casa y me abre vistiendo un albornoz blanco con una toalla del mismo color liada a la cabeza. Me da un fuerte abrazo con mucho cariño, noto sus tetas hincándose en mi pecho.

LORENA: pasa Ángel, ven que me voy a secar el pelo.

La sigo al cuarto de baño, miro su culazo bambolearse mientras camina.

Mientras se seca el pelo le cuento mis cosas y las de mi familia, luego ella me cuenta sobre sus hijos.

LORENA: he encargado unas pizzas para cenar deben estar al llegar. Me voy a cambiar cariño.

Al decirme eso, me abraza y me da un beso en los morros.  Me éxito viendo sus pechos sin sujetador en el escote grande que deja el albornoz.

LORENA: anda, tómate una cerveza mientras me cambio.

Voy a la cocina y cojo una birra. Me voy a la salita a poner la mesa. Veo un montón de fotos de los viajes que ha hecho últimamente alrededor del mundo. Realmente sigue estando buena la puñetera.

Yo creí que se iba a vestir normal, pero me sale con una bonita bata de casa blanca de seda bajo la cual veo que se ha puesto medias negras con tacón. Esto promete.

LORENA: como no vamos a salir no me he puesto el vestido.

Llega el pizzero y ella recoge el pedido, el chico no disimila mirar a semejante mujer de arriba abajo.

Cenamos en la salita, ella me cuenta muchos detalles de los viajes que ha hecho.

LORENA: Ángel, he cambiado mucho en estos viajes. He aprendido a vivir la vida que no pude vivir cuando estaba cascada. Como ya sabes mi marido era un machista que no me permitía gozar del sexo porque me consideraba una puta.

ANGEL: ya sé, y tú siempre has sido un poco ninfómana desde joven, y tu puto marido era un celoso, además de un putero. Quería que tú fueras una señora casta en todo.

LORENA: Si, no sabes la cantidad de pajas que me tenía que hacer a escondidas para que no me descubriera – además no podía tener amantes porque me tenía totalmente vigilada. Pero ahora ya todo acabó. Ahora me acuesto y me follo a todo el o la que se me pone a tiro, como ya sabes.

Después de cenar nos fuimos al salón, puso un disco romántico y sirvió un whisky para cada uno. Sentados en el sofá le veía los hermosos muslazos que cruzados le salían por la raja de la bata blanca. Esas piernas largas y rellenitas enfundadas en las medias negras.

ANGEL: tú sabes que a mí siempre me has gustado. Desde que era adolescente. Recuerdo siempre una vez que fuiste a casa de mis padres. Llevabas un pantalón blanco ceñido, se señalaban las bragas y te sentaste en un sillón de madera que teníamos para mi hermana pequeña. Me llamó la atención cómo tus caderas podían caber en aquel silloncito. Tendrías entonces veintitantos años, estabas buenísima.

LORENA: lo sé, me acuerdo cómo me mirabas, me ponía que un chaval tan joven me mirase con deseo. Y luego unos años más tarde disfruté mucho de ti, de tu padre y de la prima Ana María en aquella orgía que hicimos en tu casa con mi cuñada María del Mar.

ANGEL: qué puercos fuimos, te acuerdas?

Macarena, me sonríe y soltando el whiskey se lanza a morrearme, siento su olor a hembra envolviendo todo. Es una mujer que siempre me ha atraído mucho su olor. Huele a hembra por todos sus poros.

Se pone sobre mis piernas morreandome, me mete su larga lengua repasando mi boca, yo se la muerdo, le abro la bata. Sorpresa, se ha puesto un corsé negro con ligueros que sujetan sus morbosos muslos. No lleva sujetador. Le cuelgan ya bastante las tetas que siempre me ha puesto cachondo, con esos pezones sobresalientes. Lleva puesto un tanga negro.

MACARENA: te gusto así?

ANGEL: me enervas Macarena. Mira como me has puesto.

MACARENA: Ah, ¿pero no decías que tenías problemas de impotencia?

Con Macarena la impotencia no existía, me abrió la portañuela y me sacó mi polla erecta. Mientras yo le mamaba los pezones en forma de biberones de sus tetas, ella se hincó mi pito en su coño echando a un lado las bragas.

Sentí un calor delicioso en mi polla, una sensación de gusto. De pronto el coño empieza a moverse solo masajeando mi nabo. Yo ya conocía esa habilidad que ella tiene de mover las sedosas paredes de su coño.

MACARENA: chaval, mámame mis ubres que tanto te gustan. Que gusto Dios mío.

Ella acelera los movimientos de su vagina haciéndome correr dentro de ella a la vez que alcanza un orgasmo que ahoga morreandome mientras yo le estrujo sus tetorras.

Luego se baja de mí y nos sirve otro whisky. Entablamos una conversación sobre los últimos viajes que ha hecho. Ha estado hasta en el Tíbet donde dice que ha aprendido muchos secretos y donde su lívido se ha disparado.

Yo le cuento las últimas relaciones que hemos tenido en la familia, principalmente en la casa de mi cuñada Paca.

Nota de la autora: aventuras contadas en la serie “La pervertida familia de Paca”

MACARENA: joder Ángel, me pones los dientes largos. Mira que habéis hecho orgias con las cuatro hermanas de Paca y nunca me habéis invitado. Yo solo he catado a Ana María.

ANGEL: vale, no te preocupes que yo se lo comentaré a Paca, a ver si vengo un día con las cuatro, y tú te traes a tus hijos. Seguro que les apetecerán.

Estuvimos charlando y reviendo un rato. Estábamos cansados.

MACARENA: Angel, necesito dormir un poco estoy hecha polvo.

ANGEL: y eso?

MACARENA: porque me ha echado muchos polvos hoy. Te propongo una cosa, nos acostamos, dormimos unas horas y después follamos como leones.

Acepté su propuesta, nos fuimos a su habitación y nos acostamos en su cama de matrimonio. Yo en calzoncillos, ella se quitó solo la bata quedándose con las medias y el corsé. Se quedó dormida al instante, yo la acompañe.

A las tres horas me despierto, veo su silueta dibujándose con el amanecer, perfectas curvas para una sesentona. Sigue dormida, yo me caliento y me pongo a acariciar su codiciado cuerpo. Le agarro las ubres desnudas, le acaricio la parte alta de sus muslos, aquella que queda desnuda por encima de las medias. Le magreo su culazo.

Qué bien huele Macarena. Una mezcla a perfume, sudor y olor a hembra.

Me atrevo a meter mis dedos entre sus glúteos inmensos, encuentro el ano, meto la punta de un dedo. Ella se mueve gimiendo un poco dormida. Lo saco y lo huelo. Divino, un olor a culo de mujer que hace que me empalme de nuevo. Me lamio el dedo.

Macarena se despierta, se da la vuelta y me besa.

MACARENA: bueno, ya hemos descansado un poco, es hora de intercambiar nuestros fluidos.

Empezamos por las bocas, intercambiamos mucha saliva besándonos. También me hace que abra la boca y lascivamente ella saca la lengua chorreando saliva que cae dentro de mí. Yo le escupo dentro de la suya.

MACARENA: métete entre mis piernas cariño tengo muchos líquidos que ofrecerte. Primero vas a tener que tragarte tu propio semen, guarrillo.

Se quita las bragas. Me meto entre sus columnas de diosa griega, me abre el coño. Un coño espectacular, precioso, divino. Con unos labios mayores muy largos, negros y colgantes. Los abro con mis manos y de pronto sale un chorretón de semen que cae en las sábanas. El semen que le eche hace tres horas.

MACARENA: no te preocupes por las sábanas , son impermeables.

De su vulva se desprende un intenso olor a coño, siempre me ha llamado la atención cómo le huele el coño a Macarena. Me excita inmediatamente y me amorro a él. Le lamo el gordo clítoris, los labios colgantes se los chupo como un delicioso manjar. Ella me coge la cabeza y hace que me meta en su vagina, relamo sus jugos transparentes que no cesan de brotar. Así durante un rato hasta que hago que la diosa se corra en mi boca. Me trago sus flujos sabrosos, su elixir de hembra.

Sin decirle nada le alzo las patorras abriéndole el culo, se lo chupo con pasión.

MACARENA: guarro, ¿sabes que también me corro por el culo?

ANGEL: demuéstramelo zorra.

Le meto la lengua, el ano está muy lubricado, tiene caldos con sabor a culo. Me los trago. Macarena me sorprende alcanzando otro orgasmo. Gime con voz grave, rota, ronroneante y de pronto de su ano sale un chorrito de líquido que cae en mi boca. Me lo bebo.

MACARENA: está bueno guarro?

ANGEL: una delicia querida, no puedo más, chúpamela.

Me tiendo y Macarena se pone en posición 69 metiéndose mi nabo en su amplia boca, la chupa enterita metiéndosela hasta los huevos. Ensalivándola bien. Mientras encima de mi cara está su culazo, de su coño de labios colgantes gotean jugos sobre mi cara. Es demasiado, me vacio en su boca y ella se traga toda mi leche.

Descansamos un poco. La libero de su corsé, de su liguero y sus medias negras dejándola en pelotas. Está sudando. Yo también. Me monto sobre ella y con la lengua le lamo todo el sudor de su cuerpo, por los pechos, por su barriga, por la raja de su culazo, por sus piernas y por sus pies.

Ella hace lo mismo con mi cuerpo, ensalivando con su lengua todo mi cuerpo, de arriba abajo.

Macarena está caliente de nuevo.

MACARENA: ponte delante de mi coño que te voy  a regalar con otro de mis caldos.

Con las piernas flexionadas y abiertas se mete dos dedos en el coño y los mueve frenéticamente masturbándose. De pronto:

MACARENA: aagggghhh, toma, bebe mi corrida salvaje nene.

La hija de puta eyacula flujos a chorros sobre mi cara, tienen un sabor diferente a los flujos de su corrida anterior, saben como a una mezcla de semen y orina.

ANGEL: ostias, esto es lo que llaman squirt. Eres una máquina del sexo tía.

MACARENA: todavía no quedan otros líquidos por compartir, y como yo se que a ti te gustan voy a aprovechar, porque no a todos los tíos le gustan estas guarrerías. Vamos al baño.

Se mete en la bañera y ofreciéndome su cuerpo me dice:

MACARENA: meate en mí cabrón. Un poco  en el coño otro en las tetas y otro en la boca. Riégame con tu pi pí hijo.

Me trata como a un hijo, yo la veo como una madre. Le suelto un largo chorro de orina :regándole su gran cuerpazo y acabo en su boca abierta soltándole un buen chorro que la guarra se bebe sin dudarlo.

ANGEL: ahora me toca a mi puta!. Estoy deseando sentir tu orina caliente sobre mi cuerpo.

La hostia, debía tener mucha orina, ahora que recuerdo no ha meado después de las cervezas y los whiskies que nos bebimos. Delicioso manjar que me dejó chorreando.

Luego nos ponemos de pie en la bañera lamiéndonos mutuamente los cuerpos llenos de meados. Somos unos cerdos. El intercambio de flujos se ha completado.

Nos duchamos y volvemos a la cama.

MACARENA: Ángel, el intercambio de flujos aun no se ha completado. Te puedo dar semen.

ANGEL: Si, claro, como si fueras un tío. Eres una hembra hecha y derecha.

MACARENA: te voy a contar un secreto en confianza. Desde que estuve el año pasado en el Tíbet los monjes aparte de hacerme una ninfómana, me concedieron  el poder de modificar la realidad sexual. Tengo la habilidad de hacer gozar a las personas más que nadie.

ANGEL: estás borracha todavía?

MACARENA: te voy a hacer una demostración. Antes cuando me contaste que también te gustan las pollas lo pensé. ¿Te gustaría que yo tuviese un cipote como el de un negro para comértelo? ¿Te gustaría que esta hembra te diese por el culo?.

ANGEL: es una de mis fantasías favoritas Macarena.

MACARENA: pues coge esa toalla y ponla sobre mi chocho.

Le eché una toalla sobre su pubis y ella hizo un movimiento con sus manos frotándose la entrepierna. De pronto la toalla subió hacia arriba como si debajo de ella hubiese algo.

MACARENA: aquí la tienes maricón, goza de ella.

No lo podía creer, su vulva había desaparecido, en su lugar había un pene muy largo morcillon.  y unos huevos colgantes bastante gordos. Me quedé asombrado. No sabía qué hacer. Ella se la agarró y empezó a pajearse de tal forma que en poco tiempo la tenía tiesa . Que pollón, que vergüenza, era el doble de grande que el mío.

MACARENA: venga, no te asustes, es la polla como yo la tendría si fuera hombre.

No sabía si estaba soñando, pero era real, se la agarré , muy dura, con venas gordas y un capullo brillante. Me amorre a aquel mástil y se la chupé con ganas, yo ya estaba de nuevo empalmado. De su punta salía líquido preseminales. Se la meneaba y lo curioso es que ella gozaba. Le sobé y comí esos gordos cojones. Lo tenía todo depilado, como antes estaba su vulva.

Macarena notaba como me gustaba y me ponía su polla, la ostia otra vez empalmado, eran demasiado fuertes para mí. Me izo que me pusiera a cuatro patas en la cama y la gorrina me chupó el culo, me metió varios dedos para abrírmelos.

MACARENA: cochino, te voy a dar por culo.

ANGEL: Si, métemela poco a poco hasta los huevos.

Sentí como me abría el culo y entraba su dura polla hasta el fondo. Empezó a follarme y yo sentí mucho gusto.

MACARENA: mariquita, estás muy abierto.

ANGEL: si, desde pequeño me metía cosas para darme gusto.

MACARENA: qué bueno!, yo también.

Me agarró el pene meneándomela, pero ya me había corrido muchas veces no se ponía lo suficientemente dura.

MACARRENA: con mi magia, todo tiene arreglo sexualmente.

Me agarró el pene fuertemente, sentí calor y de pronto mi polla creció poniéndose dura y el doble de larga de cómo la tengo.

MACARENA: te gustaría tenerla así, verdad cabroncete?

ANGEL: ostias, bruja, también puedes modificar los cuerpos de los demás?

MACARENA: pues claro, venga córrete tío, que la tienes más dura que nunca  y no quiero correrme en tu culo.

Me la meneó mientras me daba por culo haciéndome correrme, eché unos chorros que nunca en mi vida había echado, ni de joven.

Me la saco diciendo que me volviese que se iba a correr sobre mí. Al darme la vuelta, Macarena no estaba, era un tío negro. Me asusté.

MACARENA: no te asustes cabron, que soy yo.

Al decir eso su cara se transformó volviendo a ser la de ella, rápidamente, como en esos efectos especiales de la televisión, pero seguía siendo negra.

ANGEL: joder con la magia!

La agarré por la polla y se la meneé rápidamente comiéndome su gordo capullo que no me cabía en la boca. Empezó a correrse echando largos chorros de un semen blanco y espeso. Por lo menos fueron 20 chigatazos de leche que me dejaron hecho un asquito.

MACARRENA: pruébalo a ver si te gusta.

ANGEL: muy bueno, sí. La ostia puta cómo has dejado la habitación.

MACARENA: no te preocupes, cierra los ojos y cuenta tres.

Lo hice y al abrirlos, la habitación estaba totalmente limpia, la cama hecha, yo seguía desnudo pero él. Ella vestía unos legins negros y una camiseta.

MACARENA: tengo poder para satisfacer todas tus fantasías, puedo convertirme en la mujer que tú quieras cariño. Incluso puedo hacer que te folles a quien quieras sin forzarla, luego no recordarán nada.

ANGEL: pues, entonces me parece que vamos a pasar mucho tiempo juntos. ¿Cómo puedes hacerlo?

MACARENA: no lo sé, fue un poder que me dieron en el Tíbet, a cambio de mis favores sexuales con un sacerdote anciano, me tomó cariño. Ahora, soy tu genio de la lámpara del sexo. Pídeme tu primer deseo

ANGEL: me gustaría que la semana que viene hagamos una orgía con mis cuatro mujeres y les pusieras a todas ellas unas buenas pollas, a ver cómo reacciona. Y te traes también a tu hija me hace ilusión ver como folla a su madre con una polla de verdad, no como antes con pitos de plástico.

MACARENA: trato hecho, pero también me traeré a mis hijos. Luego no recordarán nada.

ANGEL: yo tampoco voy a recordar nada?

MACARENA:  tu sí cariño, únicamente puede recordarlo la persona de la que esté enamorada.

ANGEL: qué?

Macarena me besa con pasión.

MACARENA: te quiero Ángel.

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