Después del almuerzo deciden echarse una siesta. Lidia con su padre en una habitación, Fina con su hijo pequeño en la habitación de matrimonio, Manuel con su mujer en su habitación. Sergio se va a tomar una copa con sus amigos.
A pepe le encanta acostarse con su madre. Le gusta acariciar su voluptuoso cuerpo maduro. Fina como está cansada se duerme enseguida, viste un camisón de seda fino sin ropa interior. Pepe sólo los calzoncillos que marcan su siempre dura picha. No puede dormir por la madre que tiene delante, observando las curvas marcadas por la seda del camisón.
Sabe que a Fina no le importa que la toque, acaricia su cuerpo juvenil en una madre de 58 años. Acaricia sus curvas sus muslos, sus senos por encima de la deliciosa seda. Le mete mano bajo la falda para sobarle las nalgas.
Pepe está encaprichado por el ojete de su madre, se chupa un dedo y se lo mete dentro. Se lo saca y lo huele. Le encanta el olor a caca de mama.
Se pone cachondo perdido. Fina sigue dormida dándole la espalda. Pepe le levanta el camisón le ve su culo expuesto, no puede evitarlo se baja y abre sus glúteos mirando su chocho y su agujero negro. Se lanza a lamerle este último, le mete la lengua dentro todo lo que puede.
Fina se despierta y se contonea de gusto.
Fina: ahh, cochino, siempre igual, comiéndome el culo. Guarro.
Pepe nota como en el fondo de su culo hay caca pero como está tan caliente le mete un dedo hasta el fondo y nota como tiene el culo lleno de mierda.
Fina lo sabe, tiene ganas de cagar. Empuja y se tira un pedo.
Pepe: guarra mamá.
Fina se ríe
Fina: niño, espérate que voy al cuarto de baño a cagar, luego me das por culo.
Fina se mete en el cuarto de baño, se levanta el camisón y se pone a expulsar un gordo mojón.
En ese momento entra corriendo su hijo mayor, Manuel. Como se había dejado la puerta sin cerrar pilló a su madre cagando.
Manuel llevaba el pito fuera del pantalón.
Manuel: perdona mamá, es que me estoy meando.
Fina: hijo, pues ya ves yo estoy cagando. ¿No puedes aguantar?
Manuel: no, no puedo más.
Fina: pues ya sabes lo que tienes que hacer.
Fina abre la boca todo lo que puede, saca la lengua y su hijo ya acostumbrado a usarla como urinario le mete la polla morcillona dentro soltándole una larga meada.
Fina traga toda enterita y mientras se escucha el “plof, plof” de caer su mojón en el agua del váter.
Manuel: uff, que alivio, no podía aguantar, guarra.
Manuel le saca las tetas fuera del camisón mientras su madre sigue chupándole el cipote que enseguida se pone tieso. El hijo agarra fuerte con los dedos los pezones duros de Fina y zamarrea los pechos de izquierda a derecha y de abajo a arriba.
Fina: aggh, que me haces puto. Me vas a arrancar las tetas, pero me gusta, dale fuerte, aggghh.
Fina se corre escupiendo por el chocho chorros de flujos que hacen un ruido de plasf, plasff al caer a váter.
Fina: anda hijo que me has puesto fina. Vente a mi habitación que me está esperando tu hermano para darme por culo.
Manuel: vale, mi mujer está durmiendo, pero antes te voy a limpiar el culo puerca.
Manuel le limpia el ojete a su madre con papel metiéndoselo bien dentro para dejarlo limpio de caca. Luego se lo repasa con la lengua.
Se van a la habitación y allí está Pepe esperándola todavía empalmado.
Pepe: vaya, te has traído refuerzos.
Fina: si, venga, que estoy muy caliente, quiero que me follen a la vez mis dos hijos.
Se quitó el camisón quedando su voluptuoso cuerpo en cueros. Manuel se tumbó bocarriba con el gran cipote tieso y su madre se sentó sobre él hincándoselo hasta la matriz.
Fina: ahora Pepe métemela en el culo que ya lo tengo vacío y limpito.
Pepe: si, guarra, ya veo como se te abre solo. Toma por culo.
Entre los dos hijos le hacen un sándwich y Fina se corre sin parar mientras Pepe le agarra los pechos y su hermano padre Manuel le muerde la lengua.
Mientras tanto en otra habitación está Lidia con su padre, Andrés. Le está practicando una de sus mamadas favoritas. Andrés, a sus sesenta años está muy bien conservado, es un don Juan. Está acostado en la cama con las piernas hacia atrás de tal forma que dobla su fornido cuerpo dejando al aire su culo peludo.
Su hija está sujetando su cuerpo y relamiéndole con una larga lengua toda la raja del culo paterno. A la vez le tiene agarrada la gran estaca de polla que gasta Andrés.
Es un pollón grande y ancho, muy duro con unas venas muy señaladas.
Lidia le masajea la tranca mientras le mete la lengua en el culo a su padre.
Andrés: que cochina eres hija mía. Que gustazo me das comiéndole el culo a tu padre.
Lidia: ya sabes papá, siempre me ha gustado olerte el culo y cuando me hice mayor comértelo. Me pongo cachonda perdida. Uy, que se te salen gotitas de semen. Aguanta padre, no te corras todavía. Si no te estoy tocando apenas.
Efectivamente, a Andrés le caían algunas gotas de líquido preseminal que caían sobre su propia cara.
En esos momentos entra en bragas y sujetador Emi.
Emi: perdonad, Lidia, ¿te importaría que me uniera a vosotros? Es que me he despertado y he echado de menos a tu hermano. He mirado por la puerta entreabierta de la habitación de tu madre y allí estaba jodiendola junto con tu hermano Pepe, la verdad es que me ha puesto cachonda, pero no he querido entrar y he pensado en vosotros.
Andrés: no nos importa, verdad hija? Acercarte aquí tengo rabo para las dos. Mientras mi hija sigue metiéndome la lengua en el culo, tú podrías mamar mi pito.
Emi: tu pito? Dirás tu tranca cabro.
Lidia: cuñada, mi padre lo que quiere es que te tragues su estaca en tu garganta flexible. Y correrse dentro.
Emi: eso será después de follarme porque esto en ascuas. Déjame a mí,, no moveros, tu sigue comiéndole el culo.
Emi se quitó las bragas y agachándose de espaldas agarró la dura polla de su suegro metiéndose dentro de su coño todo lo que pudo. No le cabía toda pero le servía.
Emi: ahhgg, que gustazo que pollón dios mío. Me llena todo el coño. Me corro ya hijos de putaaaaa.
Lidia se corrió echando chorros de leche por sus lactantes tetas que rebosaba fuera del sosten que aun llevaba puesto.
Lidia: vaya, estabas bien cachonda cuñada, que pronto te has corrido!
Andrés: y como no te la tragues ya , me voy a correr yo fuera de tu barriga putita.
Emi agarró el garrote de su suegro y como una boa se fue tragando tan enorme nabo que le engordaba su larga garganta. Le entró hasta los huevos. En esos momentos el viejo se corrió.
Andrés: buafff, que gusto, te lleno el estomago de leche hija puta. Y tú hija mía que me haces en el culo? Aaaggghhh.
Lidia mientras se corría le metió la mano entera dentro del culo abierto de su padre que no paraba de expulsar leche. A la vez le apretaba los huevos.