ESCENA 9
Mi suegra está en la salita haciendo punto. Mi hija está en su habitación haciéndole una paja a su novio. Las ventanas de ambas habitaciones se comunican por un patio de luz. A Yolanda se le ocurre una travesura y le dice a su novio:
Yolanda: vamos a bañar a la abuela dispara fuerte Juan.
Apunta por la ventana y Juan se corre echando chorros de semen que entran por la ventana y le caen a la abuela en la cara ye en el punto dándole un susto
MANUELA: coño, esto qué es?
Mi suegra se quita los grumos de semen de la cara. Lo mira y se lo lleva a la boca.
MANUELA: ostias, esto es leche de tío! Debe ser del vecino de arriba que se la ha meneado por la ventana el hijo de puta, me ha manchado el punto el cabron.
Mi hija y su novio se parten de risa.
ESCENA 10
Un día está mi suegra a solas con Juan, el pervertido novio de mi hija. Este le dice:
Juan: manuela, a usted le han dado por el culo?
MANUELA: pues claro hijo, con lo grande que tengo el coño desde que parí a mi marido solo le gustaba encularme porque si no, no sentía nada. Y a mí me encanta. ¿Por qué?
Juan: a usted le gustaría que yo le diera por culo?
MANUELA: pues claro hijo, yo siempre estoy cachonda, ya lo sabes, y desperdiciar una polla joven como la tuya sería una pena.
Juan: pues le propongo una cosa. Ya me han dicho lo guarra que es usted. Le propongo llenarle el culo de leche si se atreve a meterle la lengua en el coño de la perra que está en celo hasta que se corra.
MANUELA: joder na mas pensarlo se me ha mojao el chocho. Vamos.
Había que ver la escena. La abuela en pelotas en la salita a cuatro patas con sus carnes colgantes y sus cantaros casi rozando el suelo. La perra delante suya meneando el culo cachonda perdida y la vieja metiéndole en la vagina ese pedazo de lengua grande que tiene hasta el fondo sin darle ningún asco.
Detrás de manuela mi yerno también en pelotas con la picha tiesa follandola por el ojete con ganas agarrado a su enorme culazo.
MANUELA: ay qué gusto!. Que gusto me das con tu picha brava juanillo. Fóllame rápido y tócame el coño.
Juan: el coñazo dirá usted porque aquí le cabe mi mano entera y el séptimo de caballería. ¿Como tiene el chocho la perra?
MANUELA: mu caliente y lleno de caldos, pero está bueno le entra mi lengua entera.
Primero se corrió la perra en la lengua de la vieja, después mi yerno llenándole el recto de leche y por último la abuela gritando como una burra.
ESCENA 11:
Llega mi hijo de trabajar y va corriendo al cuarto de baño porque se está meando. Abre la puerta y se encuentra a la abuela sentada en el váter cagando.
EDUARDO: pero abuela que haces? Quítate que me estoy meando!
MANUELA: no lo ves? Estoy cagando hijo!. Vaya nabo que traes! Estoy cagando. ¿No puedes esperar?
EDUARDO: nodo.
MANUELA: pues mea en mi boca.
La abuela abrió todo lo que pudo la boca sacando su lengua grande e invitando a su nieto a orinar dentro de ella.
Mi hijo le incrustó su polla hasta los huevos y se vació largamente en su garganta. La vieja se lo trago todo.
EDUARDO: que guarra eres abuela. Me la has puesto tiesa en tu garganta. Te voy a regalar mi leche.
Mi hijo le folló literalmente la boca a su abuela metiéndole su nabo en la garganta. Mientras manuela se frotaba su chocharen y su nieto le magreaba sus grandes ubres. En pocos minutos se corrió echándole su enorme cantidad de semen al estomago.
MANUELA: joder, Eduardo, me has llenado el estomago enterito entre tu meada y tu exagerada corrida, y como estaba recién comida me han entrado ganas de vomitar.
EDUARDO: venga ponte de rodillas a potar mientras yo te doy por culo.
Mi suegra empezó a arrojar enormes chorros de vómitos de su comida mezclada en la orina y el semen de su nieto mientras este le daba por culo poniéndola más cachonda todavía.
Cuando terminó de vomitar mi hijo le saco su nabo nuevamente empalmado del culo lleno de mierda pues la abuela acababa de cagar sin limpiarse.
EDUARDO: joder abuela, mira como me has puesto la polla marrana!
Mi suegra sin pensarlo se abalanzó sobre el pene de mi hijo y metiéndoselo entero en la boca se lo chupó un rato dejándolo totalmente limpio.
EDUARDO: abuela no dejas de sorprenderme con tus guarradas, no sé donde estarán tus límites.
MANUELA: pues mira, si me guardas el secreto y no se lo dices a nadie te lo voy a contar a ti. Es que me da vergüenza, hijo. Verás desde chica me acostumbró a chuparle el culo hasta que un día se cagó y me gustó tanto que me lo comí entero. Desde entonces siempre me llamaba para hacer sus necesidades en mi boca.
EDUARDO: y después con el abuelo lo has hecho?.
MANUELA: qué va! A él le da asco de esas cochinerías.
EDUARDO: pues a mi mira como me has puesto la polla. Tengo ganas de cagar, serías capaz de hacerlo con tu nieto?
Enseguida mi hijo se puso agachado hacia delante y su guarra abuela se amorró a su ojete. Mi hijo fue expulsando un buen mojón y la cerda de mi suegra se lo fue comiendo como si estuviera hambrienta. Mientras lo hacía le meneaba la polla tiesa haciéndole correr de nuevo al chiquillo.
EDUARDO: cométela toda vieja puerca.
A partir de entonces se corrió en casa la voz y todos usamos a mi suegra como papel higiénico cuando vamos al váter, ella encantada. Y alguno, sobre todo los machos utilizan directamente su boca como inodoro. ¡Hija de puta que guarra es!. Es que se corre como una burra cuando se come una mierda. Habrá que haberla visto cuando entraba en los servicios ajenos cuando su marido le tenía cohibido ese vicio asqueroso.