miprimita.com

Crónicas de una imaginación peligrosa (prefacio)

en Lésbicos

prefacio

 

ella y yo caminábamos por un enorme lodazal... tal vez ella iba en bicicleta, en realidad no lo recuerdo, pero su trasporte no es muy relevante. Nos dirigíamos al único árbol que adornaba aquel terreno que era café oscuro hasta donde la vista nos alcanzase; un árbol grande de copa frondosa, con las ramas un tanto retorcidas; pero daba una anhelada sombra y eso es lo que importaba.

En realidad no se porque ansiábamos aquella sombra, pues en cielo no estaba soleado. Se encontraba tapizado por planas nubes rasgadas teñidas en colores que iban del morado fuerte al azul oscuro casi negro, y sin embargo, era de día. Tal vez era el anochecer, pero la hora tampoco importaba mucho.

Cuando llegamos bajo aquel árbol, un tanto tenebroso debo decir, jugueteamos un poco con el lodo. Para nosotras era como nieve, porque nos aventábamos bolas de esa tierra oscura y viscosa. Pero desde la perspectiva de aquel lugar, pude notar que el extraño terreno no era del todo plano, había varias pequeñas lomas, dunas cuya altura máxima era tal vez la mía. Al estar en plan de niñas chicas, fuimos hacia las montañitas a rodar "colina abajo". No lo hubiéramos hecho.

Cuando fue su turno de rodar, su brazo topó con algo; era liso y convexo, de un color blancuzco, aperlado, un color hueso.

No teníamos nada más que hacer, y aquel peculiar objeto se volvió de nuestro holgazán interés. Lo empezamos a desenterrar, tal vez era un tesoro. Nunca pensamos que aquello fuera algo malo. Pero para nuestra mala fortuna, en aquel cielo el negro fue venciendo al azul hasta que se adueñó de todo. Oscureció sobre nosotras mientras sacudíamos y escarbábamos bajo aquel inmenso lodazal.

Mientras más descubríamos aquello, más se nos borraba la sonrisa del rostro...

era un hueso, uno de proporciones descomunales, y si desean que me ponga técnica, les diré que era un cráneo; no, no se equivoquen al pensar que descubrimos un fósil jurasico de millones de años, aquello era un cráneo humano.

Ella bajó del cráneo, pues aquella duna de lodo de mi tamaño era lo que se encargaba de cubrir la tenebrosa pieza, y se situó a mi lado. Tomó mi mano, tenía miedo, pero creo que yo no era más valiente que ella, pues podía sentir un temor exorbitante en cada fibra de mi cuerpo. ¿han experimentado esa sensación de que algo no esta bien? ¿de que esta a punto de suceder algo muy malo? Bueno... en ese momento eso era lo que yo sentía.

Ambas contemplamos en silencio un cráneo humano de 1.70 m de longitud, y tal ves 2 metros de ancho... no quería ni imaginar quien había sido el propietario de dicho hueso, mucho menos cuales habrían sido sus proporciones cuando estaba vivo.

Pasaron algunos minutos, y como si fuera algo imposible, la noche se hacia cada vez mas oscura, no había luna ni estrellas que nos alumbraran; estaba tan oscuro que no podía ver más allá de un metro de distancia, por lo que decidimos que era tiempo de irnos de ese lugar. Antes de alejarnos de nuestro monumental descubrimiento, ella quiso tomarnos una foto con aquel gigante, y fui yo la elegida para posar.

Me coloque a unos considerables dos metros de distancia de "eso" y le sonreí a la cámara; debido a la profunda oscuridad, ella usó el flash, y al no soportar ni un segundo más parada ahí, me quité al instante. Subimos a la bicicleta y nos alejamos, ahora recuerdo, si la llevaba con ella.

 

Al llegar a mi hogar, me di cuenta de que las tinieblas no estaban solo en el lodazal, también en la ciudad, no se por que alguna parte de mi deseaba que fuera diferente, es lógico que si esta oscuro en un lugar también lo estará en otro... tal vez era ese extraño presentimiento mío que anhelaba un poco de luz.

Mis padres nos esperaban. Ella no era muy bien recibida, pero aun así se quedó a cenar. Al finalizar dicho momento incomodo nos fuimos a mi habitación y ahí hablamos de lo ocurrido hacia apenas unas horas. Mientras yo le comentaba de que nos encontrábamos ante el hallazgo del siglo, tal vez de la historia de la humanidad, ella veía su celular; y fui notando como poco a poco el color en sus mejillas se desvanecía siendo sustituido por gris enfermizo. Estaba viendo la foto que me había tomado.

No dijo nada, no gritó, no lloró, simplemente no reaccionó, lo único que hizo fue girar la pantalla del celular hacia mi para mostrarme la imagen.

Era yo, parada frente a un cráneo de mi tamaño y rodeada de oscuridad, pero al analizar la foto más a fondo noté la razón de su horror. El flash había alumbrado por unos segundos aquel negro profundo que nos rodeaba, y, sobre el cráneo, agazapado, mirándonos, se encontraba una criatura que intentaré describirles.

Era negro, no afroamericano ni con rasgos mulatos; al imaginar esto, no intenten poner en su mente la imagen de un ser humano, pues no lo era, por lo tanto, cuando digo que era negro me refiero a negro como el color, de una negrura tal que no lo logramos ver entre aquellas tinieblas a pesar de tenerlo a unos metros; era de un negro sucio, cenizo, pero no por eso menos oscuro.

No poseía cabello alguno, ni en su cabeza ni en su cuerpo. Sus ojos no eran visibles ante la cámara porque las cuencas de su cráneo eran por demás profundas, pero imagino que al igual que el resto de su cuerpo eran totalmente negros, porque de lo contrario habrían brillado con el flash.

No tenia nariz, pero cuando les digo esto intenten no imaginar al macabro villano de esa famosa saga de libros. Déjenme cambiar mis palabras para facilitar su imagen mental. Si tenia nariz, pero era como la de un gorila, completamente pegada a su rostro; solo dos orificios y muchas arrugas.

Su boca estaba completamente abierta, como si gritara... o como si me quisiera morder. Tal vez sus dientes eran lo único en su cuerpo que no era negro, pero eso no los hacia menos tenebrosos. Eran filosos cual colmillos, algunos rotos, algunos enteros, pero todos sucios y llenos de manchas marrones, amarillentas y cafés.

Estaba apoyado solo sobre las puntas de sus pies, las rodillas completamente flexionadas, se sostenía con sus nudillos, y nos miraba fijamente. Para ayudar a que visualicen lo que yo vi en aquella foto, les diré que su posición era parecida a esa como las caricaturas ilustran a aquel humano criado por monos.

Tenia rasgos humanoides, pero también simiescos. Tal vez, si yo hubiera sido un científico y no quien estaba delante de esa cosa, hubiera pensado en el eslabón perdido. Pero en ese momento solo existía el miedo en mi; la razón había abandonado mi cuerpo.

Ella y yo nos miramos; el terror nos inundaba. Y como por arte de magia o acción divina, supimos que ese ser era el encargado de proteger el cráneo, y que este, no había sido enterrado por el paso de los años. ¿pero porque no lo habíamos visto antes cuando comenzamos a desenterrarlo? Y entonces recordé mis clases de biología... su color era su camuflaje. Era una criatura que vivía y cazaba de noche. Y justo en ese momento mis perros comenzaron ladrar.

 

Mi casa era grande, con diez metros de frente y treinta de profundidad. Una cochera a la entrada con espacio para tres carros, reja de metal hasta el techo, y un pasillo de servicio al costado que llevaba hasta el patio trasero, que era de igual tamaño que el garaje. Mi habitación se encontraba hasta el fondo; una pared era la que delimitaba el patio, y la perpendicular a esta era parte del pasillo de servicio, la otra era parte del cuarto de mi hermano, y la otra la que poseía la puerta de entrada. La iluminación la brindaba una enorme ventana que daba hacia el patio. Fue por esta que me asomé a ver que ocurría con mis perros, pero no pude ver nada por la oscuridad cada vez más profunda.

 

Mis perros eran valientes, bravos incluso. Y si alguien que no fuera bienvenido en la casa entraba, ellos se encargaban. Pero en esa ocación sus ladridos no eran de advertencia, sino de miedo. Emitían chillidos agudos de terror. Algo estaba asustándolos... algo que no eran capaces de vencer.

 

No sabíamos que hacer. La única explicación era que ese ente nos había seguido y ahora estaba en casa. ¿como defendernos? ¿que hacer? No lo sabíamos. Desesperadas corrimos hacia la sala, donde se encontraban mis padres, para decirles la situación. Pero vamos, ¿que me dirías tu si te dijera que una criatura mitad simio mitad humano, que habita en la oscuridad, que es el guardián de los restos óseos de un gigante y que me persigue, entró a la casa? Bien, pues eso mismo me dijeron ellos. Unas risas y unos comentarios burlescos fueron todo lo que recibí de su parte. Solo continuaron haciendo lo mismo que antes de que les dijera que nuestra vida corría peligro.

Y entonces escuche el chillido de dolor de uno de mis perros. Eran mis perros, parte de mi familia y mejores amigos, no podía quedarme de brazos cruzados mientras "eso" los dañaba. Por lo que tomé un cuchillo y salí al patio.

La oscuridad era total; sabia que esa cosa podría estar frente a mi y no la vería. Aun así, conocía el camino hacia el pasillo, de donde provenían los alaridos de mi perro. Caminé con paso firme hacia el lugar y entonces, recordé que tal vez no necesitaba vencer a la bestia, solo esperar a que amaneciera. Nunca pensé que eso no era un vampiro... los vampiros no existen.

Cuando me acerqué, mi perro fue liberado por eso que lo tenía, y corrió a esconderse tras de mi tan rápido como pudo. Estaba frente al ser, y ni siquiera podía verlo; sentía su presencia, sabia que estaba ahí, que estaba apoyado sobre sus patas traseras hasta quedar de mi altura, pero no lo veía.

El tiempo pasó muy rápido, y lo único que recuerdo es que eso me siguió por el pasillo, corriendo como un gorila.

Yo intenté escapar tan rápido como pude, pero finalmente cayó sobre mi, era la presa de ese perfecto cazador. Al tener su rostro a escasos centímetros del mío, pude distinguir sus facciones. Debe haber sido un macho de su especie. Su negro rostro estaba cubierto de cicatrices en un tono mas claro de negro, pero negro al fin; eso era lo que les daba esa apariencia ceniza. Tenia la boca abierta con esos dientes puntiagudos y de apariencia macabra a centímetros de mi, con un fétido aroma a cadáver proveniente de sus entrañas, con su espesa saliva cayéndome en la cara. Y justo cuando creí que mi tiempo había llegado y ya no habría nada que me salvase... el milagro del sol apareció en el horizonte.

La bestia se apartó rápidamente de mi, y corrió por el pasillo hasta la calle para finalmente perderse de mi vista. La luz me había salvado.

Esperé a que el sol hubiera salido por completo para pararme y ver si ya me encontraba a salvo. El patio estaba libre, mis perros estaban asustados y temblando cerca de la puerta, uno de ellos sangraba un poco pero no parecía ser nada grave.

Caminé por el pasillo muy despacio y cuidando de que no hubiese nada escondido tras los tanques de gas. Llegué a la cochera, revisé detrás de la camioneta de mi padre; no había señales de esas cosas.

Abrí la reja que daba hacia la calle, la luz inundaba todo protegiéndome de aquello que asechaba en las penumbras.

Salí a recibir los rayos en la piel. Parada sobre la grava suelta que había en la calle, dándole la espalda a mi casa y con los ojos cerrados.

Pero entonces escuche el crepitar de las piedrecillas bajo los rápidos pies de algo, de algo que se dirigía hacia mi. Abrí los ojos y vi. al negro ser que avanzaba a toda velocidad hacia mi.

A diferencia de el otro, este parecía ser hembra; y su larga cabellera negra que caía sobre su rostro la hacia mas tenebrosa que su contraparte masculina.

Saltó hacia mi, y lo ultimo que alcancé a ver, fue un inquietante ojo negro que se asomaba tras sus cabellos... observándome.

 

Desperté sobresaltada de mi cama, agitada por el angustiante recuerdo de ese sueño. Era mi cumpleaños numero 13; y en vez de desear algo, agradecía que "eso" fuesen solo sueños. Que mi mente se quedara ahí, adentro, sin poder hacerme daño.

Mas de hel

Quisiera que fueras mía 3

Quisiera que fueras mía 2

Quisiera que fueras mia

Es un Te encontraré 17 (Final)

Es un Te encontraré 16

Es un Te encontraré 15

Es un Te encontraré 14

Es un Te encontraré 13

Es un Te encontraré 11

Es un Te encontraré 12

Es un Te encontraré 10

Es un Te encontraré 9

Es un Te encontraré 7

Es un Te encontraré 6

Es un Te encotraré 6

Es un Te encotraré 5

Es un Te encotraré 4

Es un Te econtraré 2 y 3

Es un Te encontraré

Quisiera que fueras mía

Porque te amo

Srita. bomba atómica

Srita. bomba atómica

Un pájaro azul

Srita. bomba atómica

Solo por diversión 5

Solo por diversión 4

Solo por diversión 3

Solo por diversión 2

Solo por diversión 1

Crónicas de una imaginación peligrosa 4

Cada mañana

Crónicas de una imaginación peligrosa (3)

68

Crónicas de una imaginación peligrosa (2)

Crónicas de una imaginación peligrosa 1

Es un te encontraré... (17) FINAL

Es un te encontraré... (16)

Hacer el amor en una noche de tormenta

Es un te encontraré... (15)

Es un te encontraré...(14)

Es un te encontraré... (13)

Es un te encontraré... (12)

Es un te encontraré...(11)

Es un te encontraré... (10)

Es un te encontraré... (9)

Es un te encontraré...(8)

Es un te encontraré... (7)

Es un te encontraré... (6)

Es un te encontraré... (5)

Es un te encontraré... (4)

Es un te encontraré... (3)

Es un te encontraré... (2)

Es un “te encontrare”

La chica de la armadura de arcilla (10) FINAL

La chica de la armadura de arcilla (9)

La chica de la armadura de arcilla (8)

La chica de la armadura de arcilla (7)

La chica de la armadura de arcilla (6)

La chica de la armadura de arcilla (5)

La chica de la armadura de arcilla (4)

La chica de la armadura de arcilla (3)

La chica de la armadura de arcilla (2)

La chica de la armadura de arcilla (1)