Hace 40 años y aun te espero, mi dulce bomba atómica.

• Anda, por favor- me decía Susana colgándose de la “O” para aumentar lo lastimero de su súplica. - Hazlo por tu amiga. No quiero ir sola y en serio quiero probar, juro que si me acompañas te deberé un favor enorme que podrás canjear por lo que quieras- ¿Cómo me iba a resistir a eso?

Y ahí estaba yo. Entrando a aquella reconocida academia de ballet; con mis jeans flojos, mi playera de The Ramones, mis converse rojos y mi mejor amiga.

Vaya que hay decisiones que nos cambian la vida.

• Muy bien, puedes subir. Arriba a la derecha esta el salon de baile- le dijo la esquelética secretaria a Susana-  Al fondo hay una sala de espera, la clase nuestra dura una hora- y eso iba para mi, junto con una mirada bastante despectiva.

• Ella va a tomar la clase conmigo- y mi pequeña amiga jaló de mi playera para llevarme consigo, mientras la secretaria aumentaba el odio en sus ojos.

No la culpaba, no es común que una chica como yo estuviera en un lugar como ese. Mi 1.70 y mis 67 Kg no entraban en el elitista cliché de las bailarinas de ballet; y si a eso se le sumaba mi torpeza y mi outfit, daba la impresión de que en vez de ir a una clase de ballet iba a robarme a una de las chicas.

Una ceja derecha muy en alto nos recibió fuera del luminoso salón. Una ceja que, supe en el momento, sería mi perdición. Tal vez fueron los cientos de fuegos artificiales con los que mi cuerpo saludó al suyo; o las llamas que sentía emanar de mi entrepierna, pero ahí, me di cuenta de que yo sería su Nagasaki.

• ¿Cuáles son sus nombres?-

• Yo soy Susana…- y a mi dime “mi amor”

• Y yo Fernanda-

• Ok… Fernanda, no puedes entrar a la duela con tenis, necesitas estar descalza… no creo que haya balerinas de tu numero- y otra vez ese tono entre castrante y condescendiente; pero ¿Cómo molestarme? si la hermosura que tenía delante me había robado las palabras.

• Vengan.

• Te debo una enorme, Fer- Me susurró Susana al oído.

• Muy bien chicas, ellas son Susana y Fernanda, estarán en esta clase para ver si les agrada. Ayudenlas en lo que puedan…-

No lo podía evitar, me era imposible prestarle atención cuando su marcado y delgado abdomen rogaba por mi lengua, y solo se lo impedía el delicado leotardo color nude que se le adhería como una segunda piel a esas curvas pequeñas y firmes que me moría por besar.

• Fer, quita la mirada de depredador. Todas se están dando cuenta-

• Comenzaremos por los estiramientos básicos. Fernanda, ven adelante- yes, sr.

“Cremebrule, croassant, cremcrule orbua” No se que rayos decía pero eran los nombres en francés para ponerte de puntitas, doblar las rodillas, hacer sentadillas, brazos arriba y repite.

La gracia de un elefante es lo que tenía. Y justo asi me sentia, como un elefante bailando entre hobbits. Y conforme más lo intentaba, más se elevaba la ceja de mi bomba atómica.

• ¡Creansela chicas! ¡Se ven hermosas! ¡son frágiles como mariposas!-

¿En serio? ¿mariposas? me quería reír y burlar de todas pero la única “diferente” ahí, era yo.

• Muy bien, vamos a hacer un ratatouille y un croissant, formense allá-

Correr con delicadeza, saltar y abrir las piernas en el aire… ¿Cómo rayos iba a saltar? ¡Iba a topar con el techo! ¡si estando parada podía tocarlo con solo estirar el brazo! Lo que se hace por las amigas…

• ¡Fernanda! ¡De nuevo!- miarda…

• ¡De nuevo!-

• ¡De nuevo!-

• ¡Debe salirte bien!-

• ¡Salta!-

Cinco veces lo intenté y a la sexta se hartó, se colocó frente a mí, a menos de medio paso, llegándome tan solo al pecho y permitiendome sentir lo fresco de su perfume… Un olor a mar y bosque…

• Atras- Me retiré y ella me mostró cómo se hacía. Era un ángel. Sus suaves rizos castaños volaron y todo pareció transcurrir en cámara lenta; sus brazos y piernas formaron puntas perfectamente estiradas y cayó con la delicadeza de una pluma. Cayó sobre la duela, junto con mi mandíbula y mi corazón.

• Ahora tu- Pero el resultado no varió en nada -Iras atrás, tu cargaras a las chicas. Bruno y Eloy te diran como-

El par de hombres resultaron más femeninos que mi profesora, delgados, parte de los hobbits, pero bastante fuertes, y me mostraron cómo levantar a las chicas cuando saltaran. Esto será pan comido- pensé

• Ahora un frappe corassant beagle-

• ¡Fernanda! tu me ayudaras a mí- tragué fuerte y me coloqué en medio del salón.

Lo iba a arruinar, seguro le rompería algo y me odiaría por siempre, o simplemente no podría cacharla y se enojaria aún más. Mi mente corría a mil por hora y mi adrenalina aumentaba conforme ella se acercaba.

Saltó.

• Muchas gracias, Fer, en serio-

• ¿Te gustó?-

• No jaja. Las chicas son muy “especiales” y no creo tener ese don jajaja pero me divertí un montón-

• ¿En serio me hiciste pasar por esa vergüenza para que me salgas con que no te gustó?-

• No creo que hayas perdido del todo tu tiempo, al menos deberías intentarlo. ¿Qué podría ser más vergonzoso que lo que pasó?-

• Graciosa- le di un beso y se marchó. Yo me quede recargada en la moto viendo hacia el piso de arriba, a ese salon luminoso donde la veía dar vueltas interminables frente al espejo, perdiendome.

Cuatro horas la esperé; hasta que la luz del salón se volvió artificial y todas las pequeñas de seis años salieron con sus ampones tutus a abrazar a sus padres; hasta que terminó de dar vueltas para sí misma. Vanidosa.

La vi salir con otra maestra y la secretaria. Cerraron el local y yo las observé desde la acera de enfrente.

Cuando me vieron, le dijeron algo, señalaron en mi dirección. y ella se acercó a mí, ahora con un abrigo largo.

• ¿Te puedo ayudar en algo, Fernanda?-

• Bueno… te… queria pedir una disculpa…-

• ¿Es una Indian?- y señaló mi moto

• Si, era de mi papá-

• Buenos gustos que tenía tu padre, muchos prefieren las Harley- Y por primera vez en todo el día, me dirigió una sonrisa, una que la transformó de la reina del hielo a la princesa de la primavera. Solo le cedí mi casco y me monté en la moto.

• No hablas mucho ¿verdad?- me dijo mientras se abrazaba a mi cintura. -Me agrada-

Y así comenzó todo.

Cada mes llega mi correspondencia, cada mes espero una carta tuya. Hoy por fin llegó.