Capítulo 2
Mi srita. bomba atómica, me terminaste de destruir.
-
Fugate conmigo. Vamonos. No tienes porque aceptar eso-
-
Tu no entiendes, Fer. Si nos vamos, mi papá me desheredara. Mira, entiendo que a ti se te haga facil, tu no tienes familia, pero… para mi es diferente; estoy acostumbrada a otro nivel de vida… mira tengo que irme, ya voy a entrar. Te amo-
Estrelló un beso en mis labios y se marchó. Dejando sus tristes ojos grises en mi mente. Y el temor de que jamás los volvería a ver.
Su padre era un hombre poderoso, y le enorgullecia presumir las habilidades de su hija. Por eso la había inscrito en una academia de ballet en Rusia, al otro lado del mundo… Era una oportunidad única para ella, y la habría apoyado de haber estado segura de que era lo que quería ella. Pero no. Ella deseaba continuar dando clases, continuar nuestra relación.
Y ahí estaba parada, frente al enorme teatro donde daría su última presentación. Con mi boleto de primera fila en la mano y el smoking puesto. Y sin poder dar un solo paso.
Si la veía bailar, nunca la podria dejar ir.
Espere 40 minutos. Cuando vi a un ángel venir corriendo hacia mi. Era ella. Mi Celia.
-
No pude hacerlo- se tiró a mis brazos -Vamonos de aqui-
Celia nunca salió a escena.
Nos fuimos de la ciudad sin nada más de lo que traíamos con nosotras. Su padre la buscaría en mi casa y si me encontraba me mataría. Así que tomamos la carretera libre más cercana y nos alejamos de todo y de todos.
No sabiamos que ibamos a hacer, ni cómo. Pero estábamos juntas. Nada podía salir mal.
Terminamos en un pueblo costero cerca de la carretera. yo conseguí empleo en una carpintería y ella en un bar de marineros, atendiendo la barra.
Alquilamos una casa rodante donde construimos nuestro nido de amor.
Cada noche nos amábamos más, e ingenuamente creímos que el amor lo podía todo.
_/__/__
Querida Fernanda:
Mientras viva, esta carta nunca la recibirás. Si, una vez más mi egoísmo nos separa. No puedo permitir que con uno de tus arranques románticos vengas y me veas así.
No soy en nada la mujer de la que te enamoraste. Estoy vieja. Los años no han pasado en vano por mi piel, y menos por mi corazón. Las malas decisiones son las que envejecen el alma, y temo que estoy llena de esas.
Hoy acaban de darme una noticia. Tengo cáncer avanzado, no duraré mucho. También por eso te escribo. No quiero que te quedes con la idea de que no te amé.
El tiempo que pasé a tu lado fue lo mejor que viví. Pero no pude con las carencias; tal vez todo sería diferente ahora…
Tuve tres hijos. Dos chicas y un chico. Me enorgullece que no se parezcan a su padre.
Karla es médico, ella me diagnostico esto. Ya está casada y tiene un niño -soy abuela ¿puedes creerlo?-
Adrian es ingeniero y ahora no vive aqui, proximamente se casara con su novia. Y por último está Fernanda, una rebelde sin remedio; es el dolor de cabeza de Carlos y mi adoración. Está estudiando ecología. Me recuerda mucho a ti. Un alma libre… Aunque es igual de torpe.
¿Recuerdas cuando nos conocimos? los moretones de mis costillas duraron semanas. Pero en ese momento, al sentirme ligera en tus brazos, me enamoraste.
Quisiera que esta carta durará más y decirte lo que no te he dicho en todos estos años, pero se que cada palabra te duele, y ya bastante te lastimé.
Fer, amor mio, te buscaré en la otra vida. Espero ahora pueda hacerlo bien.
Te ama
Celia
Srita. Fernanda Castro:
Mi madre me indicó que le enviara esto cuando muriese. A continuacion, le envio la ubicación de su tumba por si desea visitarla, además de mis datos personales por si necesita algo.
Mi madre la recordó siempre con mucho cariño.
Adrian Franco